Realizada por: Tisísthenes
Al Druida: A todos los Druidas
Formulada el sábado, 02 de febrero de 2008
Número de respuestas: 14
Categoría: Temas Humanos
sobre el suicidio
Escribe aquí tu pregunta. Por que las personas deciden suicidarse, y que las orilla a hacerlo
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esta pregunta no viene al caso, pero creo que es porqué estas personas ven cosas que los demas somos incapazes de ver, como ahora que la vida de cada individuo no tiene ningun significado ni sentido. si te paras a pensar, esta conclucion és cierta.
Desde el punto de vista médico las depresiones mono o bipolares se asocian a altas tasas de suicidio, especialmente en primavera. Hay aquí una alteración tratable de los neurotrasmisores. Es un cuadro con componente genético, a veces asociado con intelectos superiores.
Seneca escribió una carta a Lucilio en la expone sus ideas sobre el suicidio.
Vale la pena leerla con atención y respeto.
Hay dos pueblos en que es frecuente el suicidio, semejándose además por otros motivos. Los aztecas y los japoneses.
El séppuko de Mishima me parece más un asesinato que un suicidio.
Servan...saludos y te pregunto:
¿Cuál sería el opuesto conceptual del suicidio?
Me pones en un aprieto, arquidioniso. Te voy a contestar en lo que conozco un poco. Los maníaco depresivos pasan por etapas de manía a otras de depresión. En este sentido, la manía sería el opuesto -médico- de la depresión. Por ej. Rilke, que no escribía por larguísimas temporadas, para entrar en una fase de producción portentosa. El suicida no lo hace en la etapa de depresión, ya que en esta fase no quiere ni es capaz de hacer nada, incluso suicidarse. Lo hace al entrar en la etapa maniacal, que coincide con el aumento de la luz solar, por lo tanto en primavera.
El caso de Mishima lo considero diferente. De partida hay una tradición cultural del acto guerrero del suicidio ritual, apreciada por Mishima, un hombre del limes, que por vía paterna era un plebeyo y por la materna noble. Ya hay ahí un poco de la máscara teatral, del acto teatral que sin duda fué su séppuku. El lo interpretaba en el sentido de la búsqueda trágica de la belleza, belleza que tenía su propio sexo. En cierto sentido creo su máscara-alma demoníaca lo asesinó a él mismo, en otro que él realizó un ritual erótico necesariamente sanguinario y ,para él, supremamente bello.
Me parece interesante la valoración renacentista tanto de la erótica, como del temperamento melancólico de los que nacen bajo el signo de Saturno, por ej. esa fascinación de Miguel Angel por la muerte, que llegaba a lo grotesco. Por alguna razón que desconozco, las personas de esta sexualidad tienen fuertes pulsiones tanáticas. Lo dice el mismo Mishima, enamorado del San Sebastián de Reni. Creo que Mishima se asesinó teatralmente a sí mismo, representó a San Sebastián. El cuadro tomó vida dando muerte, como el de Dorian Gray.
Muchos suicidios son actos teatrales que exigen cierta belleza y espectadores. Una tracendencia histérica. Un amigo en sus etapas post-báquicas me ha pedido consejo médico al respecto. Le he dicho que es muy fácil, que bastan una gotas de veneno para ratas. Pero generalmente en estos casos nadie desea morir como una rata. Quieren morir glamorosamente. Yo creo que hay que morir a lo mero macho.
A alguien le preguntaron cómo le gustaría morir y contestó. -A los 90 años, asesinado por una mujer celosa.
http://www.telefonodelaesperanza.org/sede.php
EL SUICIDIO EN LA ANTIGUA GRECIA (I). Resúmen de "Historia de la Cultura Griega" de Jacob Burckhardt.
En la isla de Ceos los ancianos se suicidaban por grupos una vez llegados a los sesenta años. La decisión era voluntaria y la resolución se tomaba por considerar los ancianos que no eran útiles a la patria o porque no deseaban que llegara la enfermedad. Los candidatos, coronados de guirnaldas, tomaban la cicuta y la adormidera en medio de una especie de fiesta. Valerio Máximo relata el suicidio de una anciana de Ceos con 90 años a la que todo le fue bien en la vida y que no deseaba que por apego a la vida le sobreviniera una desgracia. Tratan de disuadirla con amables palabras, pero ella acaba tomando la cicuta. Todos lloran ante la escena.
El propio Valerio Máximo nos trasmite que en la ciudad de Mesalia el candidato a suicida tenía que explicar sus motivos ante el Consejo de los Seiscientos, podían valer tanto la desdicha como la vida satisfecha, para evitar cambios. La misma ciudad les ofrecía la cicuta.
La gente en Grecia era bastante pesimista y bastaba un humor deprimido o una fantasía excitante para que tomaran la decisión de acabar con su vida. Se moría por previsión ante tiempos funestos, como aquellos atenienses empobrecidos que relata Eliano que se dieron mutuamente la cicuta. También la muerte de ser querido precipitaba el suicidio como comenta Platón, en su Fedón. La lectura equivocada del Fedón también propició que algún que otro insensato se tomara al pie de la letra que para el alma lo mejor era separarse del cuerpo y así lo hizo un tal Cleómbroto arrojándose de la muralla. Dión Casio comenta que Catón leía el Fedón antes de matarse.
A veces ocurrían epidemias suicidas, como la que aconteció a las muchachas de Mileto que de pronto sintieron deseos de morir y se ahorcaban en secreto. La epidemia paró cuando a alguien se le ocurrió proponer que las ahorcadas fueran arrastradas desnudas por el ágora, con lo que cesó el furor.
Los enamorados desgraciados se arrojaban al mar desde la roca leucádica. Los que no se ahogaban quedaban curados de amor. Aunque alguno como un tal Maces Butrotos lo intentó hasta cuatro veces, aunque no sabemos que éxito tuvo en el último intento.
La enfermedades incurables se reconocían como serio motivo de suicidio, aun entre los romanos. Se reprobaba públicamente el alargamiento de una vida por las artes médicas. Platón consideraba, siguiendo a Asclepio que los enfermos incurables eran una carga para el mismo enfermo y para el estado “… aunque fuera más rico que Midas”. Del mismo parecer era Eurípides.
Séneca (Epístolas 104,21) decía:
Si con los griegos te agrada conversar, trata con Sócrates y con Zenón; el uno te enseñará a morir cuando sea necesario; el otro, antes de que lo sea.
en esta ingeniosa frase expone Séneca claramente, en mi opinión, los dos puntos de vista que más pudieron influir en épocas posteriores sobre el asunto que nos ocupa: el de los estoicos y el de Platón. Ambos, afrontar el hecho de una condena a muerte con serenidad -en un caso- o la decisión de acabar para siempre con una vida intolerable -en el otro- exigen una alta dosis de filosofía.
Con todos mis respetos, tengo que decir que las observaciones de Burckhardt me parecen bastante desacertadas, aplicadas a los griegos en general, como él hace.
¿Qué pasa, que nadie va a hablar aquí de Numancia o de las infusiones de tejo de cántabros y ástures? (Lo haría yo si pudiera hablar con propiedad, pero es que me da mucho apuro tener que estar todo el tiempo tengo entendido que :-P)
Salud
Lo que pasa es que a los griegos nunca les han gustado los excesos.
Los Griegos, si entendemos por tales a las gentes de la época de Homero y anteriores, eran gentes eminentemente excesivas. Burckhardt se apoya en Valerio Máximo (s I a C. - s. I dC.), y en hechos muy concretos que éste relata de una sociedad ya en decadencia, en parte probablemente "gracias" a la Filosofía; y por eso decía que incurre, en mi opinión, en un error.
El sentido de pertenencia al grupo, excelentemente articulado, y un sentido religioso que ponía sus destinos en manos de los Dioses, hacía poco probables veleidades suicidas. No pongo en duda que Eurípides pensase personalmente en la bondad del suicidio -aunque se echa de menos la cita- pero no lo traslada a sus obras; con el recurso al suicidio la Tragedia no hubiese existido.
"Se reprobaba públicamente el alargamiento de una vida por las artes médicas" Esto me ha dejado perplejo.
La cita de Platón sobre los cuidados médicos en “De re Publ., III, 407d”)
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