Realizada por: Onnega
Al Druida: A todos los Druidas
Formulada el miércoles, 04 de abril de 2007
Número de respuestas: 20
Categoría: Otros Temas
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Es un fenómeno geólogico que se produce en la región de Arouca (Portugal). El granito contiene nódulos de biotita que por un proceso erosivo natural se desprenden dejando huecos hemiesféricos en la matriz. Es posible que la gente les haya atribuido alguna propiedad fecundante o de ayuda en los partos. Algunos conjuntos de cazoletas tienen ese origen, por ejemplo
Pedras parideiras, los nódulos desprendidos han sido recogidos por los turistas.
(c) Pedras parideiras.
Se puede consultar también:
-As pedras parideiras. Con interesantes fotos y una explicación del fenómeno. En portugués, pero se entiende bien.
-A vida das rochas. As pedras parideiras con una foto donde se ve muy bien que los huecos que dejan son cazoletas. Por eso decía que algunas cazoletas son naturales, huecos hemiesféricos dejados por las pedras paridas al desprenderse. Al principio estos huecos aparecen revestidos de mica negra, la que dejó el nódulo, pero con el tiempo se erosiona y sólo queda el granito a la vista, siendo imposible decir si la roca era parideira o no (a no ser que se vean más nódulos sin salir).
Aquí abajo una foto que saqué en una casa particular de la zona donde se ve un trozo de granito que arrancaron de cuajo para llevarse el nódulo (pedra parida, “filha”) con la la matriz de la roca (pedra parideira, “mae”). Parece que al lado había otro hueco hemiesférico.
.. ,
Encuentro muy interesante este fenómeno y me pregunto si puede explicar PIEDRAs semejantes en América; me llama la atención que existan cazoletas laterales, las que no podrían servir como receptáculos de agua o sangre. (tacitas).
Hola!
al leer lo de las cazoletas verticales que comenta Servan,me he acordado de esta foto
es un altar rupestre ,los nichos están tallados en las paredes.,en la zona (no sé en que grado de cercanía)de la cueva-útero de Nenkovo.
ahora mismo no encuentro el catálogo de donde saqué la información.Ya lo buscaré cuando vuelva de la vacaciones.
básicamente,en los nichos se colocaban,si no recuerdo mal,cabellos de los difuntos y cenizas.
También es muy interesante,que el mismo tipo de nichos estaba tallado en el interior de la cueva,en las paredes cercanas a la entrada.
enlazo el artículo donde viene una foto de la cueva
aquí
bueno,que descanseis estos días.a la vuelta completaré la información.
Gracias Uma, por el saludo en el otro foro. Y de nuevo gracias a Onnega.
El fenómeno es francamente interesante. Debo suponer que ese tipo de erosión -las cazoletas u ocos- se produce solamente cuando la PIEDRA es plana, o en ella hay una superficie lo suficientemente plana para que adquiera forma redondedada al desprenderse el núcleo.
Desde luego, el parecido con algunas "PIEDRAs de ocos" y otras oquedades, de las que ya hemos hablado en otros foros, es innegable.
Sobre las cazoletas verticales y de algunos otros tipos que quiero comentr, me paso al foro anterior en el que Jugimo ha introducido el tema. Si os parece.
De nada Brandan. Y me parece bien, discutidlo donde queráis, yo sólo monté esta pregunta por si la información que va en este desviaba el tema del otro artículo. Lo siento si la he liado otra vez.
De ninguna manera Onnega, al contrario. De esta forma no mezclaremos dos asuntos distintos y el otro foro, si se desarrolla, ganará en claridad.
Llevo algún tiempo estudiando el asunto del desgaste del granito y la formación de "estructuras" circulares. La cuestión -y el motivo de mi pregunta- era conocer si había alguna forma de que el granito pudiera erosionar en esa forma por la intervención de fenómenos naturales. Y confieso que me sorprendió conocer el que aportabas.
Ya hemos expuesto -como decía- en algún otro foro ejemplos más o menos claros de lo que hablamos cuando nos referimos a PIEDRAs de ocos, cazoletas, tacitas y otras formaciones parecidas. Pongo aquí sin embargo un ejemplo ilustrativo.
Como sabéis, en la roca lisa -canchal- de los fondos de los ríos, donde se produce un salto o la PIEDRA está sometida a un chorro más o menos continuo de agua que percute con fuerza y constancia sobre ella, se forman los llamados "pilancones"; que adquieren una forma redondeada muy similar a las cazoletas que en ocasiones observamos en las rocas graníticas en superficie. También habréis podido observar, al menos incipientemente, este fenómeno, en las PIEDRAs que se colocan bajo el caño de algunas fuentes para apoyar utensilios durante el llenado. En éstas, no obstante, se suele practicar una pequeña oquedad para evitar que salpique el agua en exceso, lo que determina su futura forma cóncava. Tampoco es infrecuente observar este fenómeno en las costas, bajo los acantilados, donde el agua bate en las condiciones arriba mencionadas.
Si ponéis "pot holes" en Google, os haréis una idea de la variedad de estructuras de las que hablamos.
Considerando esto una especie de principio: que la percusión de una determinada fuerza -el agua- de forma constante y con cierta precisión forma oquedades cóncavas de distinto tamaño y profundidad, comprenderéis mi extrañeza ante la posibilidad de que este mismo fenómeno se produzca por causas naturales en los bolos graníticos y en canchales de superficie. ¿Por la acción del viento? ¿del hielo? Muy improbable.
Solo el fenómeno muy localizado que aporta Onnega tiene un cierto parecido con lo descrito.
Y esto podría llevarnos a la conclusión -salvo mejores opiniones- de que la mayoría de estos "elementos" son obra, en su mayoría, de la mano del hombre.
El asunto parece claro, pero nada más lejos de la realidad. Una vez determinado que es el hombre, en determinados lugares, quien crea y hace uso de ellos, su tipología es tan variada que se hace muy difícil determinar a que uso concreto estaban destinados.
Brandan, la foto que pones es sin duda una buena muestra de cazoletas de origen antrópico, dada su disposición simétrica, su perfecta regularidad en el trazado,conformando retículas paralelas de cavidades con el mismo tamaño, etc. Hasta un ciego lo ve; bien distintas de las que podrían formarse de forma natural al ser extraídos los bolos de estas diabasas:
Dices "comprenderéis mi extrañeza ante la posibilidad de que este mismo fenómeno se produzca por causas naturales en los bolos graníticos y en canchales de superficie. ¿Por la acción del viento? ¿del hielo? Muy improbable". Por el hielo es poco probable, aunque sí por los cambios de temperatura (frío-calor) pueden sufrir estas rocas descamaciones de superficies cóncavas. El viento es también un agente erosivo de primer orden, sobre todo en los climas desérticos donde origina rocas alveoladas en ciertas areniscas, con huecos muy similares a las cazoletas de los granitos. Y en nuestros berrocales, todas esas estructuras con oquedades o cavidades de distintos tamaños, se deben a los efectos de la meteorización química del agua.
Un saludo.
Jugimo
He observado en yacimientos de basalto un fenómeno de disgregación catafilar similar al que muestras en la foto, aunque se encuentran relacionados con suelos lateríticos.
Aquí tienes tres estudios al respecto, correspondientes al norte Argentino, Amazonia y Venezuela.
http://www.obraspublicas.gov.ar/licitaciones/turismo/misiones/documentacion_tecnica/geologia_y_calicatas.doc.
http://www.redpav-fpolar.info.ve/agrotrop/v27_2/v272a003.html
http://www.sbgeo.org.br/rgb/vol35_down/3502/1492.pdf.
Gracias Silma, echaré un vistazo a esas páginas. Si, efectivamente, este curioso fenómeno que se conoce como "disgregación en bolas", "catafilar" o en "cáscara de cebollas", es típico de casi todas las rocas magmáticas, entre ellas los basaltos que citas, que como sabes son rocas de origen volcánico formadas por el enfriamiento brusco de un magma fundido,
Este enfriamiento, de fuera a adentro, por contacto con el aire o con el agua del mar, es el responsable de la formación de las distintas "cáscaras" que rodean al núcleo de "las cebollas", las cuales más tarde van siendo erosionadas, se desprenden y contribuyen a que se originen los "taffonis", cavidades rocosas tan típicas de nuestros berrocales graníticos.
Desde la prehistoria nos hemos sentido atraídos por estas misteriosas formaciones ,y es por ello, que muchas de estas cavidades han sido lugares sagrados, como objeto de culto y para realizar manifestaciones pictóricas rupestres.
Un saludo.
Las cazoles que ilustra Onnega, junto con muchas otras, si no recuerdo mal se llaman "marmitas de gigante". En ocasiones son mucho más grandes y pueden darse en vertical. El agua de lluvia no es neutra, sino ligeramente ácida porque suele contener gases disueltos como dióxido de carbono, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, etc. En cierto modo el fenómeno de la lluvia ácida no es nuevo, sino que se viene dando desde hace miles de años, cuando no había contaminación, aunque había incendios, los volcanes expulsaban gases y las nubes se cargaban de estas substancias.
El dióxido de azufre puede convertirse en trióxido de azufre en presencia de algunos metales, que pueden estar suspendidos en el aire como polvillo. Si el dióxido de azufre se transforma en trióxido, la producción de ácido sulfúrico es inmediata porque el trióxido de azufre es muy ávido del agua. Este ácido sulfúrico diluido en el agua de lluvia puede depositarse sobre una superficie cóncava. Aunque esté muy diluido, actuará sobre la roca a largo plazo creando estas cazoletas. Por otra parte, la congelación del agua ayuda a la formación de cazoletas. Como todos sabemos, el hielo ocupa mayor volumen que el agua, por lo tanto, una superficie cóncava, atacada por agua ligeramente ácida, si se hiela, tenderá a meteorizarse y con el paso del tiempo a formar esas caprichosas formas.
Los canteros saben que la dureza de las PIEDRAs no es la misma en la parte superficial que en su interior. La parte superficial es mucho más frágil y suele despreciarse, precisamente por haber estado expuesta a los fenómenos atomosféricos, al frío y al calor extremo.
Giannini, las "marmitas de gigante" se forman en los fondos rocosos de los cursos fluviales cuando las rocas son homogéneas, como por ejemplo, los granitos del Sistema Central. Por tanto, se trata de cavidades muy distintas de las que aquí estamos tratando, tanto por su origen fluvial como por sus grandes dimensiones.
El agua de lluvia siempre ha llevado dióxido de carbono tomado de la atmósfera, pero es muy difícil imaginarnos una "lluvia ácida", más o menos permanente, durante otras etapas anteriores a la revolución industrial del siglo XIX, y menos aún, que ésta haya originado ciertas "cazoletas" por un procedimiento distinto al de la HIDRÓLISIS.
Sabes que por este fenómeno químico los feldespatos del granito se transforman en caolín, y este mineral arcilloso es muy blando y deleznable, siendo fácilmente destruido después por otro agentes, como el viento, pero nunca por el hielo que solo actúa dentro de las fracturas rocosas por el efecto "cuña de hielo".
Un saludo geoquímico.
Pues sí, efectivamente, las marmitas se forman en los fondos de los cursos fluviales. En cualquier caso, el mecanismo por el cual se produjeron las cazoletas que nos ocupan, entiendo que es el mismo que comenté arriba. Siempre hubo dióxido de azufre en la atmósfera, o dióxidos de nitrógeno y otros gases que disueltos en agua la vuelven ácida, aunque no en las proporciones actuales. Con ello sólo quiero decir que el agua de lluvia es ligéramente ácida. Cuando usaba como el ejemplo el dióxido de azufre estaba refiriéndome a un caso extremo, que se entiende con más facilidad, pero el fenómeno de hidrólisis se puede dar igual con dióxido de carbono, que evidentemente modifica el PH del agua y la vuelve ligeramente ácida. La disolución reacciona a largo plazo con la roca, atacando -por hidrólisis, claro está- la superficie micra a micra, disolviendo algunas de sus sales, debilitando la roca, e incrementando la profundada de la oquedad a largo plazo. Repito que esa superficie es más débil por haberse humedecido, por haber sufrir tanto el frío como el calor extremo, siendo su meteorización mucho más rápida.
El hielo, sí que actúa. Imagina una superficie ligeramente cóncava, casi plana, que forme una poceta de unos pocos milímetros de profundidad en el centro. La superficie de la PIEDRA es más débil por lo que digo arriba: de día puede calentarse en extremo y de noche soportar el rocío y enfriarse hasta la congelación que ocasionará microfracturas en la parte humedecida por el rocío. Si esa congelación en principio sólo afecta a la parte humedecida de la pequeña concavidad -unas micras, un milímetro o dos- creo que provocará un debilitamiento de dicha superficie, que podrá hidrolizarse con más facilidad y podrá también meteorizarse poco a poco haciéndose una cazoleta cada vez más profunda.
En definitiva, que en mi opinión, existe una sinergia entre las mircrofracturas ocasionadas por la dilatación-contracción que provoca el calor y el frío, y la hidrólisis que disuelve las sales de esa superficie de por si débil.
Un enlace que me ha parecido interesante, en donde aparecen las características y génesis de estas y otras oquedades en las rocas graníticas:
Geomorfología de paisajes graníticos
Al pinchar sobre "Formas menores", aparece una tabla en donde se denomina a las oquedades que nos ocupan como "pilas o pilacones":
"Se forman por retenciones de agua en irregularidades de la roca que implican una meteorización-desagregacíón concentrada. El origen de esas irregularidades está en procesos de carga diferencial (Vidal Romaní, 1964); la evolución posterior es una desagregación granular y vaciado de los productos por el rebose del agua, lo cual va favoreciendo su profundización (Pedraza eL at, 1 969)".
La verdad es que cuando hablamos de "las cazoletas que nos ocupan" no termino muy bien de centrarme, porque hemos puesto aquí por lo menos cinco tipos.
Las cazoletas que yo he observado en el granito se encuentran en algunas rocas vertical y en otras horizontalmente -aunque hay una abrumadora mayoría de casos en posición horizontal- y pueden estar orientadas en cualquier sentido. Se da la circunstancia de poder observarse en una misma roca cazoletas verticales y horizontales a la vez.
Por otra parte, el golpeo de la lluvia sobre la roca no es suficiente para profundizar hasta el extremo de socavar cóncavamente una superficie que en algunos casos supera los dos metros de largo o ancho y hasta cincuenta o sesenta centímetros de profundidad, salvo que en su parte superior tenga algún elemento que la canalice -árboles, otra roca, etcétera- con lo que estaríamos ante un "chorro". Esto admitiríamos que puede producir una cazoleta regular al verter sobre un canchal plano; incluso una secuencia de cazoletas, si en lugar de sobre el canchal vierte sobre otra roca con inclinación suficiente. Hay que tener en cuenta sin embargo que la acción del viento, desviando la lluvia ocasionalmente, haría muy difícil que la oquedad que se formase de esta manera fuese redonda.
También llama la atención en mucha ocasiones observar que en una misma formación granítica se observan PIEDRAs socavadas por varias cazoletas y en otras de alrededor ninguna.
La lluvia -ácida o no- permanece muy poco tiempo en las cazoletas como para erosionar la roca de forma acusada y el hielo "abre" las cazoletas, no profundiza en hacia el interior, puesto que incide sobre todo en la superficie.
En los canchales de zonas heladas se produce lo que llamamos "derrubios de gelifracción", que es un tipo erosivo totalmente diferente y las rocas más aisladas. como los bolos graníticos, simplemente las abre, como apunta Jugimo.
Por otra parte, llama la atención que el mismo tipo de cazoleta pueda formarse tanto en terreno llano y en fondo de valle como en canchales -planos o inclinados- e incluso en laderas -suaves o acusadas- a una cierta altitud, con condiciones meteorológicas -debemeos admitir- dispares.
A ver si tengo suerte con el Image y subo algunos ejemplos de lo que digo.
A ver si hay suerte:
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Vuelvo a recomendar la tabla sobre carácterísitcas y génesis de las formas menores del modelado en granitos, que disipa bastantes dudas.
Formas menores del modelado en granitos
En cuanto al hielo, a ver si ahora me explico mejor. No me refiero a que una cazoleta de 15 cm de profundidad se hiele más allá de lo que puede ser su superficie. Me refiero a la acción del hielo sobre la roca a nivel superficial . Todos los materiales tienen un límite de elasticidad . Si estiramos y contraemos un muelle muchas veces, acaba por romperse. Con las rocas, entiendo que sucede algo similar. El sol calienta de día su superficie -unos pocos milímetros- con lo cual la roca se dilata, aunque sea de forma imperceptible; de noche se enfría y esa misma roca se contrae. Tras muchos procesos de dilatación-contracción, la superficie del material es más débil, más facil su arenización. En esta superficie también, como consecuencia de lo anterior, se producen microfracturas que la hacen más porosa. Sobre las superficies también viven microorganismos, que entiendo contribuirán a hacer más porosa la roca, se alimentarán de algunas de sus sales y coadyuvarán al debilitamiento y arenización del material.
Si en una roca sometida a los agentes que comentamos existe una oquedad, es de suponer que sobre ella se depositará el rocío de noche, y al ser más porosa, la empapará con más eficacia, aunque esta humedad llegue tan sólo a un milímetro o dos de profundidad. Ese rocío se puede congelar, y con ello debilitar la PIEDRA porque en el proceso de congelación se producen microfracturas que también arenizan el material.
A posteriori influye la lluvia, que en mi experiencia sí que puede permanecer batante tiempo en la cazoleta, sobre todo cuando alcanza ya dimensiones considerables de 20 o 30 cm de profundidad, favoreciendo los procesos de hidrólisis, bien directa, bien por capilaridad en las partes que están más arriba de la lámina de agua.
En una cazoleta incipiente, la lluvia irá desalojando los materiales arenizados, en principio por percusión y rebose. A posteriori, cuando la concavidad se hace más profunda, la lluvia remueve el agua y desaloja el material arenizado por simple rebose.
Creo que la tabla que enlazo más arriba lo explica mejor, y es lo mismo que las cozoletas sean horizontales como subhorizontales.
Quiero añadir que estos procesos no duran una tarde, tardan muchísimo tiempo, dependiendo del clima y de las condiciones del material.
Respecto a la suma hielo+tiempo puede dar lugar a formaciones tan notables como las pedrizas, presentes en algunas cordilleras peninsulares; como ejemplo pondré el que tengo mas a mano, los Montes de Toledo, que estan llenos de ellas.
Aqui a las cazoletas naturales las llamamos pilones y son abundantísimas.
giannini, resulta dificil que la lluvia pueda desalojar la arena de un pilón si no está en pendiente, puesto que pesa y quedará en el fondo a no ser que sean materiales muy livianos "particulas" que no siempre son producto de la erosión de la roca, sino que han sido llevados allí por las polvaredas, la misma lluvia o por animales, creo que es más probable que sea el viento en epocas más secas el que pueda limpiar las cazoletas.No obstante el hecho de que quede arena y limos dentro favorece la permanencia de la humedad por un efecto de acolchado y la fijación de organismos, líquenes y/o musgos, a veces plantas, que pueden ayudar al deterioro de la roca.
Perdonad, no consigo relacionar tres imagenes que quiero colgar con este sitio.
Zarampon, muy de acuerdo en que el proceso de formación de cazoletas no dura una tarde. En cuanto a que se desaloje o no la arena del fondo, me limito a seguir el artículo que cité arriba, y supongo que entra dentro de lo posible, sobre todo cuando la cazoleta no es muy profunda y se considera que la lluvia o el pedrisco producen turbulencias que pueden dejar casi en suspensión los materiales arenizados. Supongo que si esas cazoletas alcanzan una profundidad mayor, el desalojo por rebose será más lento y también participarán, como dices, las corrientes de aire.
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