Autor: Ikesancom
jueves, 17 de febrero de 2005
Sección: Lenguas
Información publicada por: Ikesancom
Mostrado 28.713 veces.
Castros y Oppida en Extremadura
Los Castros y los "Oppida" son el principal tipo de asentamiento durante la II Edad del Hierro en la actual Extremadura.
Los Castros
La individualización de un periodo complejo de la Protohistoria como es la II Edad del Hierro viene determinado por las renovaciones económicas, sociales, territoriales y económicas que se documenta en Extremadura a partir del 400 a.C. Se dio entonces una profunda reorganización con respecto al periodo Orientalizante Tardío (Fines S. VI hasta fines del S. V) que implicó profundas transformaciones tras las que quedarían configuradas en torno al Guadiana los círculos etnoculturales reconocidos por la literatura Grecolatina. Al Norte de dicho río, el Vettón-Lusitano, y al Sur, formando parte de la denominada Beturia, el Céltico y el Túrdulo- Lusitano.
Todos ellos tienen en común la generalización del Castro como hábitat más representativo, casi siempre ubicado en sistios no habitados durante el Orientalizante. El castro responde al patrón de lugar fortificado en discreta altitud, preferentemente flanqueado por cursos de agua, de dimensiones pequeñas y medianas, desde donde se domina visualmente el entorno pero sin que destaque de manera especial en el paisaje. Desde allí el control visual se ejerce sobre los recursos potenciales de su entorno inmediato: agua, pastos, minerales y tierras de labor por este orden.
Este nuevo modelo significaba, en contra del modelo agrario preponderante entre los siglos VIII-VI a.C., una potenciación de la ganadería y la intensificación de las actividades metalúrgicas, como demuestra la especialización férrica de algunas comarcas o el predominio de los ovicaprinos sobre los bóvidos. De todas formas, la agricultura continuó como uno de los pilares básicos de subsistencia, mejorada con la introudcción de los aperos de labaranza en hierro y los molinos circulares que sustituyen a los barquiformes (Ortiz y Rodríguez, 1998: 248).
Socialmente, los castros se nos presentan asociados inicialmente a comportamientos expansivos y dinámicos, dentro de los que adquiere una especial relieve la existencia de jefaturas miltares articuladas a la manera de aristocracias guerreras con privilegios de clase y relaciones de parentesco (Enríquez Navascués, 2003: 158).
Los "Oppida"
La llegada de los ejércitos romanos supuso la crisis del modelo de poblamiento indígena que se verá abocado al declive paulatino al ir introduciéndose nuevas estructuras poblacionales desde el S.II y durante el S.I a.C que culminarán con la reorganización imperial del territorio.
Los castros entran en un periodo de crisis desde mediados del S.II a.C., en donde se documenta la práctica total destrucción o incendio de la mayoría de ellos. Sin embargo, en algunos casos, a la destrucción le sucede una rápida reconstrucción que les llevará a pervivir hasta el S. I. a.C o al cambio de era. Esta reconstrucción está marcada por la presencia de materiales romanos y por el declive generalizado que, no obstante el impulso reconstructor, parecen denotar la mayoría de asentamientos. Sólo sobrevivirán aquellos con una especial función geoestratégica, como el control de un vado o una vía de comunicación principal.
Paralelamente a este proceso se documenta la aparición de otro tipo diferente de hábitat: el oppidum. Se caracteriza éste por ser una fundación ex novo que conserva muchas de las características de los castros: localización en altura, presencia de fortificaciones o el control en las proximidades de los recursos estratégicos; pero que se localiza en función de unas estrategias territoriales distintas ( Ortiz y Rodríguez,1998: 257).
Estos enclaves se localizan en zonas de alto valor geoestratégicos o militar no ocupados en época prerromana. Los oppida se constituyen como centros nodales en los que tanto la superficie ocupada como el grado de urbanización es mayor, y en donde parecen capitalizarse algunas funciones específicas, como la metalurgia o la acuñación de moneda, denotrando un grado mayor de jerarquización del territorio.
Así mismo, la orientación económica parece comportar una reordenación en función de las rutas comerciales y de abastecimiento y control de los minerales, en especial las galenas y el plomo, incrementándose en algunas zonas el trabajo del hierro hasta niveles que los sitúan en los primeros puestos del mundo romano (Canto, 1991)
Por lo tanto, el oppidum se nos muestra como el mejor exponente poblacional en torno al cual va pivotar la reorganización territorial que lleva aparejada la consolidación y pacificación romana durante el S.II a.C. Así, estos lugares se acaban configurando como verdaderos “polos de romanización” a nivel territorial, económico, sociopolítico, demográfico y cultural (Rodríguez Díaz, 1995).
Por lo tanto, no es de extrañar que sean estos lugares los que reciban los beneficios de la política de municipalización desde César a los Flavios, configurando el panorma transmitido por los autores clásicos, como Estrabón o Ptolomeo, para esta zona.
El final de la vida de estos asentamientos corresponde al momento de auge de las autenticas urbes romanas: Medellín, primero, y Augusta Emerita posteriormente. Las causas hemos de encontrarlas en la redefinición de las vías de comunicaciones, los repartos de tierras, un nuevo modelo agrario basado en la villa como centro productor, etc. En definitiva, la plena implantación del modelo social y económico romano.
BIBLIOGRAFÍA:
ALONSO SÁNCHEZ, A. y FERNÁNDEZ CORRALES, J.M. (2000): “El proceso de romanización de la Lusitania Oriental: la creación de asentamientos militares” en GEORGES, J.-G. Y NOGALES BASARRATE, T. (Coord.): Sociedad y cultura en Lusitania Romana. IV Mesa Internacional., Mérida: 83-100.
BENDALA GALÁN, M. (1987): “Los cartagineses en España” en Historia general de España y América, vol: 1-3, Madrid: 115-168.
BERROCAL RANGEL, L. (1995): “La Beturia: definición y características de un territorio prerromano”, Cuadernos Emeritenses, 9: 148-204.
CANTO Y DE GREGORIO, A.M. (1995): “Extremadura y la romanización”, Arqueología en Extremadura: 10 años de descubrimientos. Extremadura Arqueológica, IV: 151-178.
CELESTINO, S.; ENRÍQUEZ, J.J. y RODRÍGUEZ A.(1992): “Paleoetnología de Extremadura”, Paleoetnología de la península Ibérica, Complutum, 2-3:311-327.
ENRÍQUEZ NAVASCUÉS, J.J. (2003): Prehistoria de Mérida. Cazadores, campesinos, jefes,aristócratas y siervos anteriores a los romanos, Cuadernos Emeritenses, 26.
FRANCISCO MARTÍN, J. (1996): “Conquista y romanización de Lusitania”, Acta Salmanticensia, 58.
GARCÍA Y BELLIDO, A. (1959): “Las colonias romanas de Hispania”, AHDE, XXIX: 447-513.
GARCÍA-BELLIDO, M.P. (1993): “Sobre las dos supuestas ciudades de la Bética llamadas Arsa. Testimonios púnicos en la Beturia Túrdula”, Anas, IV: 81-92.
GARCÍA-BELLIDO, M.P. (1995): “Célticos y Púnicos en la Beturia según los documentos monetales”, Cuadernos Emeritenses, 9: 255-292.
GARCÍA BELLIDO, M.P. (2000): “La relación económica entre la minería y la moneda púnica en Iberia”, en GARCÍA-BELLIDO, M.P. y CALLEGARIN, L. (Coord.): Los cartagineses y la monetización del Mediterráneo Occidental. Anejos del Archivo Español de Arqueología, XXII: 127-144.
GARCÍA MORA, F. (1993): “Sertorio frente a Metelo”, II Congreso peninsular de Historia Antigua, Coimbra.
HABA QUIRÓS, S. (1998): Medellín Romano. La Colonia Metellinensis y su territorio, Diputación de Badajóz, Badajóz.
MARÍN DÍAZ. A. (1988): Emigración, colonización y municipalización en la Hispania Republicana, Granada.
ORTÍZ ROMEROM P y RODRÍGUEZ DÍAZ, A. (1998): “Culturas indígenas y romanización en Extremadura: castros, oppida y recintos ciclópeos”, en RODRÍGUEZ DÍAZ, A. (coord.) (1998): Extremadura Protohistórica: Paleoambiente, Economía y Poblamiento, Cáceres: 247-278.
RODRÍGUEZ DÍAZ, A. (1995): “Territorios y etnias prerromanas en el Gudiana medio: aproximación arqueológica a la Beturia Túrdula”, Cuadernos Emeritenses, 9: 205-254.
RODRÍGUEZ DÍAZ, A. (coord.) (1998): Extremadura Protohistórica: Paleoambiente, Economía y Poblamiento, Cáceres.
RODRÍGUEZ DÍAZ, A. y ENRÍQUEZ NAVASCUÉS, J.J. (2001): Extremadura tartésica. Arqueología de un proceso periférico, Barcelona.
SAYAS ABENGOECHEA, J.J. (1993): “Algunas consideraciones sobre cuestiones relacionadas con la conquista y romanización de las tierras extremeñas”, Cuadernos Emeritenses, 7: 189-233.
VV.AA. (1993): El proceso histórico de la Lusitania Oriental, Cuadernos Emeritenses, 6.
Relacionado con: Los Oppida: definición, origen y características.
No hay imágenes relacionadas.
Comentarios
Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.
Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.
Buen trabajo, estamos copando con temas extremeños el espacio de Celtiberia no dedicado a la problemática trols. Le falta una cosilla unas buenas fotos de castros y oppidas que tengo en las Imágenes a tu dis posición. Y otra cosa, la frase" los minerales, en especial las galenas y el plomo", quedaría mejor: "los minerales, en especial las galenas, es decir, la plata y el plomo",
Un abrazo.
oye soy de extremadura me podrias decir algun sitio guapo,castro o lo k sea,para ver x alli?gracias
Si de veras eres extremeño,lo primero que tienes que escribir es Extremadura, ¿no? Sitios guapos los que quieras pero seguro que te perderías por el campo. Si no molesto te acompañaré personalmente a Sansueña, Tamusia,La Coraja, Cáceres el Viejo de Sta. Marina,el Berrocalillo,..¿.Te vale?
bueno pos perdon Extremadura!claro k no molestas,lo k pasa k vivo en madrid y solo voy en verano y eso.dudas de mi capacidad para orientarme en el campo?
Me parece realmente positivo que Extremadura esté casi siempre presente en algún apartado de Celtiberia, esta tierra maravillosa pero sin embargo olvidada y maltratada por la historia reciente. Felicitaciones, Ikesancom por el artículo, que sirve perfectamente para entender el origen y la función de esos castros (por cierto, que nadie lo confunda con la palabra latina castra, "campamento militar") y oppida.
¿Jugimo, los vecinos del norte de la Vera tambien podemos tener visita guiada? A Tamusia le tengo ganas y al de Navalvillar de Pela (Lacimurga? no recuerdo bien)... en fin, un interesantísimo artículo Ike!!
Eso está hecho Vettonio, cuando tu quieras me pones un coreo, quedamos y hacemos unas excursiones al pais de los vettones, Te espero, un abrazo.
Hola a todos: Gracias por las correcciones y las felicitaciones, aunque la mayor parte del tabajo es fruto de los artículos de la bibliografía que espero poner pronto.
A Falkata le recomiendo la visita a Cancho Roano ( www.canchoroano.com ), así como al Oppidum de Hornachuelos ( www.hornachuelos.com ).
"plas,plas,plas (y más aplausos)"
Es reconfortante observar cómo se pueden hacer bien las cosas, pasando de trolls y otros especímenes.
Por cierto, Extremadura parece dar para mucho y me alegro por los que estáis más cerca, ¡Oye, de verdad!
Un saludo a todos, sean de donde sean.
Calatrava, pero tu tienes volcanes ;)) Estoy esperando tu opinión sobre Mons Tanceti.Un abrazo.
holaa
da gusto volver a ver debates serios y respetuosos, parece que las agu
... perdon
parece que las aguas han vuelto a su cauce y me contratulo enormemente de que se despejen las nieblas.
Pese a que no tengo tiempo para nada no he podido resistir la tentacion de itnervenir mientras me tomo el cafe mañanero.
Porque, con todo elc ariño y sin acritud, no estoy de acuerdo con el fondo del articulo, que no es otro, a mi entneder que la carga semantica de los términos castro y oppidum, además del proceso de romanización.
Empezando por el uso de los términos, que ya se han tratado en algun momento, ha sido la investigacion la que ha fosilizado la utilización del término castro para definir asentamientos indigenas del oriente peninsular, pero esta dicotomía castro=indigena oppidum=romanizado merece una revisión.
Porque resulta que la utilización del término oppidum es anterior a la de castrum en este sentido; cuando Catçon se da un garbeo por el Valle del Ebro, hacia el 195 a.C., se denomina como oppida a los asentamientos indigenas. Su uso se consolida en las fuentes referidas a la peninsula ibérica y a las Galias, entendiendo por oppida las concentraciones urbanas construídas en altura y dotadas de defensas, sin embargo en los textos de Plinio aparece como una sedes civitatis, urbe, refiriéndose con este término a cualquier tipo de asentamiento urbano, dejando a un lado los diferentes tipos, tamaños o defensas del asentamiento (RUIZ, A. y MOLINOS, M., 1993, 127) El término oppidum define pues cualquier tipo de asentamiento, romanizado o no.
El término castrum parece que se acuña ya a mediados del I a.C. para referirse a asentamientos de tamaño medio-pequeño, dependientes de centros más importantes, que serían los oppida.
Pero esta distinción, que aparece de algun modo en el articulo, no es fruto de la romanización, sino de la misma organización espacial indigena.
En fin, igual es buscarle pelos a una calavera, pero creo que es importante matizar el alcance de términos, sobre todo cuando traen implicaciones no poco importantes.
Sobre la romanización en Extremadura me reconozco con mas lagunas que otra cosa, pero si comparamos con otras zonas tempranamente romanizadas, muy tempranamente, como es el caso del Valle medio y bajo del Ebro, en opinión de autores como Untermann y Beltrán, el proceso de romanización iniciado el II a.C. culmina con la organización efectiva del territorio a mediados del I a.C. Hay que recordar que la invasión de los cimbrios del 95 a.C. en el valle medio del Ebro es rechazada por los mismos celtiberos, no por el ejército romano, cuya presencia efectiva era poco más que testimonial y en cualquier caso insuficiente, fuera de los procesos bélicos que todos conocemos.
Pero ya digo que no conozco bien este fenomeno en Extremadura; sería un interesante debate el proceso de romanización de la Peninsula por zonas geográficas.
En cualquier caso esta secuencia de castros-romanización-oppida como estructuradores del espacio no me parece correcta; ya en el IV hay grandes asentamientos en extremadura que jerarquizaban un territorio mas o menos amplios, con marcadas especializaciones desde mucho atras; no hay que esperar a los romanos para la aparición de yacimientos relacionados con los metales, pensemos por ejemplo y distancias aparte, en Los millares, parasigma de especializacion y jerarquización durante el bronce peninsular.
Simplemente esta reflexión, a ver que pensais vosotros, que me enrollo como de costumbre....
Un abrazo y mi esperanza de que esta nueva fase de nuestro oppidum resucite viejas glorias...
Hola Paco:
Respecto a la definición/diferenciación entre castro y oppida, tienes razón en cuanto a los términos filológicos. Pero nosotros, en especial los arqueólogos, entre los que nos incluyo a ambos, tenemos que tener nuestro propio vocabulario y no encorsetarnos en los términos o acepciones clásicas del mismo. Y en este vocabulario arqueológico, en Extremadura un Castro es lo que he tratado de definir, y un Oppidum lo mismo.
Un ejemplo lo tenemos en el concepto de oppidum. Más allá de los Pirineos el concepto es distinto, especialmente en cuanto a cronologías, funciones, tamaños, etc. Es éste concepto de oppidum, el extra-peninsular, el que describo en otro artículo de celtiberia.
Precisamente la elección de Extremadura, en espacial la Baja Extremadura (Badajoz), no es casual, ya que allí sí se observa claramente la diferenciación entre Castro = indígena, oppidum=romanización. Para ello te remito a los trabajos de A. Rodríguez Díaz. En la página www.hornachuelos.com hay una guía multimedia para descargar que puede ser de ayuda a quien desee profundizar en este aspecto, especialmente en el tema de la romanización.
Además, me gustaría que me dijeses cuáles son los grandes asentamientos del siglo IV en Extremadura, ya que yo los desconozco.
Muchas gracias.
En Extremadura llamamos genéricamente "Castillejos" tanto a los Castros como a los Oppida de los arqueólogos, además la mayoria de los Castros han sido romanizados, con lo cual es muy dificil separar entre unos y otros.Los grandes recintos amurallados serían los Oppida y los pequeños Castros. Estos Castros serían asentamientos de soldados situados en lugares inaccesibles y que controlan el territorio a modo de atalayas o torres de Anival, o castillos, pero sin espacios para la población civil.
Los grandes son los Oppida, que ocupan varias hectáreas y tienen una o mas necrópolis: Villasviejas del Tamuja, Sansueña,La Burra, La Coraja, El Pardal,Estena,Santa Marina,Castillejo delaOrden,ElBerrocalillo,Valdecañas,Madrigalejo,Capote, ...etc,todos ellos asentamientos de los siglos IV - I a.C.
Cito a P. Ortiz Romero y A. Rodríguez Díaz (1998): "Culturas indígenas y romanización en Extremadura: Castros, Oppida y recintos ciclópeos.", en A. Alonso (Coord.): Extremadura Protohistórica: Paleoambiente, Economía y Poblamiento. Pags-257-258:
" Ciertamente la terminología castros/oppida puede llevar aparejada alguna confusión porque a menudo con ambos conceptos se ha definido una misma realidad. Sin embargo el registro arqueológico y también las fuentes clásicas, perfilan una situación que los diferencia. Las estratigrafías son por el momento concluyentes al respecto, lo que hace que muchos de los yacimientos que tradicionalmente se citaban como castros indígenas, aparezcan ahora como poblados nuevos creados a raíz de ese proceso que hemos secuenciado en << impacto-crisis-abandono>>. Aunque irreversible, el ritmo de la etapa es lento, lo que hace los nuevos modelos convivan durante mucho tiempo, de manera diversa por la heterogeneidad del sustrato, con las formas indígenas. Los oppida serán a partir de ahora centros nodales desde los cuales comenzará a edificarse una nueva estructura política y social. El oppidum se convertirá así en un agente transformador de primer orden, encargado de integrar mediante mecanismos diversos la cultura indígena en la romana. Las políticas de urbanización y municipalización que sobre muchos de éstos núcleos recaerán irán moldeando el proceso al tiempo que una realidad va disgregándose en favor de la otra. Entre los casos mejor cocnocidos se encuentran Hornacuelos y Miróbriga, si bien éstos parecen mostrar grandes semejanzas con Nertóbriga."
Los castillejos suelen corresponder a Castros o a recintos-torre, llamadas así las localizadas en La Serena, aunque aparezca en otros lugares como en el camino de Medellín a Cáceres o en la Sierra del Aljibe, en Aliseda.
Los yacimientos que propones, Jugimo, son tanto castros como oppida, aunque en ningún caso son "grandes", entendido el término en cuanto al espacio comprendido por los recintos amurallados. Dentro de los que propones como oppida, y entre los que conozco, yo sólo aceptaría como tal Vilasviejas de Tamuja, la posible Tamusia: con funciones centralizadoras de minería y acuñación de moneda. El problema está en que las excavaciones sólo se han centrado en las necrópolis, y no en el interior del yacimiento, algo que se pretende remediar proximamente.
Un saludo.
Los llamados "castillejos" desde siempre, en los textos más antiguos y en la toponimia extremeña, han sido todos los recintos prerromanos,normalmente de la Edad del Hierro, pero tambien incluso hay algunos "castillejos" que conozco que son de la Edad del Bronce y Calcolíticos.
Los" castillejos" extremeños suelen corresponder tanto a castros grandes ( oppida) como chicos (castellum) independientemente de su edad, cometido, restos arqueológicos, etc.
No encuentro ninguna diferencia entre Tamusia y el resto de los recintos que he enumerado, algunos incluso son mayores en extensión y hallazgos.
Por cierto que Tanusia se ha excavado también "intramuros" en varias campañas, así como el Castillejo de la Orden donde se encontró la famosa "deditio" y el Castillejo de Santiago del Campo.
El Berrocalillo de Plasencia tiene un enorme muro (como el asturiano Carisia) que cierra un extenso meandro encajado del río Jerte y dentro de este recinto caben tres Tamusias.
Por si sirve de algo, yo conozco un "Castillejo" campamento romano. Está frente al Monte Bernorio.
Y por si sirve de algo también (sin querer empañar la profesionalidad de los argumentos), al norte de la falla que tiene el Jerte, pasando ya a Ávila, tenemos la sierra de los Castillejos, curiosamente cerros a unos 1500 metros de altitud que dominan sendos valles. La palabra castillejo, como villasviejas, casas viejas... son topónimos muy orientativos de lo que nuestros antiguos no entendían a explicar mejor, al encontrarse tales construcciones; cuando no apodandoles con "de los moros", "de la mora", etc. relacionando lo pagano o anterior a lo romano, más dificil de comprender para ellos.
Un saludo.
Hola
Efectivamente al final el asunto es mera elección. Ya lo dijo Lucièn Fèvbre, el fundador de la escuela de anales: "La historia es elección. Lo es porque la hace el hombre"
Y esto es lo que ocurre con la doctomía entre castros y oppida. Es una elección terminológica con la que, simplemente, yo no acabo de estar de acuerdo. Suelo ser muy estricto, quizas demasiado, con el uso de terminología clásica y si la utilizo la utilizo con el sentido que poseian originariamente, incluso obviando convencionalismos cientificos, lo que me ha provocado interesantes discusiones en algunas reuniones y congresos, y siempre acabamos en el mismo topos historiográfico. Quizás sea demasiado petardo, pero ante rangos y diferencias contemporáneas prefiero utilizar una terminología igualmente contemporánea, más precisa y contundente que ciertos términos clásicos, como es el caso, que abren una dimension incierta, segun mis criterios siempre, claro.
En la critica textual el uso de uno u otro término por parte de uno u otro autor abre una via de investigación que en ocasiones se manifiesta como determinante incluso de la cronología o veracidad del paisaje.
El uso del términoc astro deviene habitual simplemente por la inercia en la investigación que acarreamos desde la primera mitad del XX. Y asi se habla de castros sorianos y cultura castrexa, con criterios más consuetudinarios que históricos.
El dotar a un término clásico de valores que no tuvo en su momento de acuñación no me parece correcto, pero nada más, es mi opinión. Y en este caso si alguno de los dos términos implica mayor romanización es, efectivamente, el término de castro, aunque solo sea por el contexto cronológico de acuñación del término y el sentido que se le dió, que se cogió con pinzas a principios del siglo pasado.
Por cierto, los topónimos el castellar, el castillejo, los castellazos, eetc. comienzan a usarse en el noreste peninsular, que es lo que yo conozco, a partir del siglo XV para denominar lugares elevados con ruinas; a la hora de prospectar encontrar en el territorio este topónimo suele ser seguridad de encontrar yacimientos de cualquier cronología anterior al XV. Ocupan un lugar, junto lo de "los moros" en el acervo popular para definir cualquier cosa desconocida.
Un saludo.
Rectificación tipográfica....
"En la critica textual el uso de uno u otro término por parte de uno u otro autor abre una via de investigación que en ocasiones se manifiesta como determinante incluso de la cronología o veracidad del PASAJE"
...o tempora, o mores, ya lo dijo el cascarrabias de Cicerón.
Saludos.
Bueno, ¿y qué hay de los castros u oppida del Guadiana? ¡Alguien conoce alguno de los que habla E. Navascués? Si alguien se anima, me gustaría ir a visitarlos. yo vivo en Mérida. Gracias y saludos. Bardilo
Bardilo, tienes en Entrerrios en la confluencia del Zujar con el Guadiana un castro y sobre él una ciudad árabe llamada al-Mojafar.
En las proximidades de Lobón se encuentra la ciudad lusitana de Dipo que acuñó moneda con cara y cornucopia. En Capilla se encuentra el Morrón del Pez y la ciudad romana de Miróbriga de los túrdulos...en Cogolludo se encuentra Lacimurga...etc.
Tienes donde entretenerte y sin recurrir al navarro Navascues que solo sabe algo de la época orientalizante.Mejor sería que leyeras al extremeño Luis Berrocal Rangel que tiene un bonito y documentado estudio sobre los Pueblos Célticos del Suroeste, Editorial Complutense,extra nº 2 (1992).Un saludo paisano.
en Italia, yo sé que adonde la romanisaccion fue tardiva, el oppidum fue una presencia precedente la romanizaccion...
os hago un ejemplo:
Susa era un oppidum del Piamonte
Oppidum es la definiccion romana de un insediamento precedente.
Yo creo que fueran ante todos insediamentos defendivos, pero creo tambien que fueran mercados y centros cultuales.
Para Jugimo: que a ver cuándo nos reunimos para ver esos oppida o castros o lo que sean. Yo vivo cerca del Estena, si te refieres con ello a un monte al Norte de Mérida. Lobón está cerca tb , pero no sabría dónde está el castro. Si me quieres informar, te lo agradecería. Gracias.
Bardilo, para subir a Estena tienes que llegar hasta el pueblo de Cordobilla y por un camino que rodea el embalse subir hasta el castillo de la finca Castellanos. El castro prerromano se encuentra cercano al castillo, dirección norte, sobre un crestón de cuarcitas. Pero en el pico más alto de Estena tienes otro asentamiento, posiblemente romano y de época republicana. Otro camino es ir por el Rincón de Ballesteros pero es peor.
El asentamiento de Lobón no lo conozco pero he oido hablar de él, seguro que en el pueblo te dicen algo.
Jugimo:
Tienes razón, Villasviejas del Tamuja se ha excavado "intramuros" en dos ocasiones, pero las publicaciones son bastante malas, y no muestran ninguna de las funciones que señalé hace tiempo como indicadoras de un oppidum. Sin embargo, si es cierto que acuñase moneda, y dado su tamaño, se podría considerar uno de ellos.
No conozco el Castillejo de la Orden, pero según tengo entendido la "deditio" no se encontró en excavaciones, sino en menos recomendables circunstancias.
Un saludo.
Hay 26 comentarios.
1