Autor: Ego
jueves, 26 de febrero de 2004
Sección: Opinión
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LA PASION DE CRISTO

Vaya lío se ha montado en EE.UU, de momento, por una nueva película sobre Jesús, en este caso, abanderada por el guapo Mel Gibson. Se la tacha de anti-semita. La razón, pues la de siempre, en vez de aparecer los judíos como los pobres supervivientes de los campos de concentración, en este caso aparecen como los malos.

Si como siempre, los malos hubieran sido los romanos, pues no pasa nada. No creo que Berlusconi se cabrease por eso. Y eso que, si no recuerdo mal, aunque en esta web los hay más entendidos que yo en esta materia, y podrán corregirme, si me equivoco, los romanos, los del Imperio Romano claro, eran bastante respetuosos con las creencias autóctonas de allende sus conquistas. Ya reprochó Juliano, llamado el apóstata, a sus predecesores tal talante respetuoso.

Hasta el propio Concilio Vaticano II eximió a los judíos de toda culpa en la supuesta muerte de Cristo. Claro, que no es menos cierto que la Iglesia no ha hecho más que tergiversar las palabras de Cristo (si las hubo) desde que el Mesías muriera, aunque luego resucitara (por cierto, que buena es la cinta “The body” del Banderas, en este sentido). Y desde luego, a ver quién tiene narices de opinar sobre los judíos. El Vaticano no, eso seguro, y mucho menos después de 1945.

Básicamente, lo veo venir. Si dentro de diez años, algún actor metido a director de cine osa mencionar el muro de las lamentaciones en Palestina (este nuevo si es un muro de las lamentaciones), los tanques israelíes masacrando las familias de los terroristas, torturas, asesinatos, etc... o porqué no, todas las resoluciones de la ONU que con gran maestría se salta este estado ilegítimo, una de dos (o las dos), o el actor con vocación de director es anti-semita (por muy guapo que sea el chico) o es pro palestino, lo que implica ser fanático musulmán y terrorista.


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Comentarios

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  1. #1 mynydd 01 de mar. 2004

    El problema con los datos genéticos no es lo que en ellos escriben sus autores, sino cómo los interpretan algunos. Si existe un fondo mediterráneo común que de alguna manera nos emparenta a bereberes, iberos, etruscos y minoicos -entre otros-, no sé por qué tiene que existir ningún problema con ello. Al margen de esos datos que simplemente se limitan a notar ese parentesco genético, las distancias genéticas en general están bien definidas y pueden ser de otra índole.

    En cuanto a lo de distinguir entre celtas y sajones, te aseguro que no es tan difícil. Por supuesto que me refiero a diferencias culturales, no fenotípicas.

  2. Hay 1 comentarios.
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