Autor: Beturiense
lunes, 16 de febrero de 2004
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Beturiense


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LA VÍA DE LA PLATA, PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE UN CAMINO VIVO.





He pensado que os interesaría leer un artículo titulado <<"La Vía de la Plata", pasado, presente y futuro de un camino vivo>>, que publicamos en el suplemento de El Periódico Extremadura, el 31 de Enero de 2004, y presentado en Madrid, en la Feria Internacional de Turismo (Fitur).

La Vía de la Plata no es sólo una de las calzadas mejor conservadas del Imperio Romano, sino que es el resultado de miles de años de historia, un gran crisol cultural. Del mismo modo es una gran oportunidad para el "Desarrollo Sostenible" de las comunidades autónomas que lo jalonan; y, sobre todo, para la hermandad entre todos los pueblos que aquí han convivido.

INTRODUCCIÓN

Durante miles de años se ha venido forjando, en el occidente peninsular, uno de los itinerarios más importantes de Europa: la “Vía de la Plata”.
Desde los primitivos senderos que los romanos convirtieron en calzada; pasando por los viejos caminos medievales y cañadas reales, coincidentes en gran medida con su trazado; y hasta llegar a nuestras modernas infraestructuras viarias (Carretera N.-630, ferrocarril, autovía); se ha ido esculpiendo un ancho corredor viario, como el cauce de un gran río; un pasillo geográfico que ha sido pista de entrada y de salida de multitud de acontecimientos históricos y culturales; un continuo viaje, de ida y vuelta, que ha transcendido más allá de fronteras y mares.
A lo largo de los siglos y fruto de innumerables necesidades (económicas, militares, políticas, administrativas, religiosas, etc.), este camino se adaptó a un medio físico adverso, salvando obstáculos naturales perpendiculares a su trazado (anchos ríos y grandes sistemas montañosos peninsulares). Aún así, todas estas barreras no pudieron evitar que este eje, Sur-Norte/Norte-Sur, fuera la “columna vertebral” que ha configurado la realidad socioeconómica de las Comunidades Autonómicas que lo jalonan; y que es, hoy, un envidiable vehículo para el futuro “desarrollo sostenible” de las mismas.
Estamos hablando, en conclusión, de un camino por donde han pasado casi todas las culturas, en donde han germinado y desde donde se han proyectado al resto del mundo. Este “crisol”, que se presenta ante nuestros ojos, es referente obligado para conocer lo que somos, para hermanarnos con otros pueblos y para afrontar, juntos, un futuro común de paz y desarrollo.

EN LA NOCHE DE LOS TIEMPOS

No fue el hombre el primero en perfilar este eje de comunicación; ya en la prehistoria supuso un itinerario para la fauna salvaje en sus continuos viajes estacionales: cuando las nieves del Invierno, en el Norte, obligaban a buscar los pastos del Sur; y cuando éstos se secaban en Verano, a subir hacia el Norte buscando las verdes praderas. Tras esta fauna andaba la humanidad como cazador y luego como pastor, aprendiendo a cruzar los mejores puertos de montañas y vados de los ríos.
Pero si esta economía cinegética y pastoril fue el motivo que originó este camino, también lo fue el comercial. A principios del 1er milenio a. C., los fenicios fundan Cádiz. Su objetivo: las riquezas aquí existentes (estaño, oro, etc.). Los múltiples hallazgos arqueológicos en el entorno de nuestro camino, provenientes de Próximo Oriente, Egipto y Grecia (cuya dispersión geográfica penetra aquí como una cuña en el interior de la península); demuestran este comercio que controló el mítico reino de “Tartessos” desde el valle del Río Guadalquivir hasta las zonas auríferas de Sierra Morena, valle del Tajo, leonesas, asturianas y gallegas. Incluso el propio cartaginés Aníbal, en el año 220 a. C., anduvo este camino para conquistar “Helmantica” (Salamanca), seguramente para controlar el comercio del estaño.

ROMA: UN CAMINO EMPEDRADO

Para cualquier Estado las infraestructuras viarias son el esqueleto sustentador de cualquier territorio; es por ello que el Imperio Romano se esforzara tanto en construir sus “calzadas”. Así pues, la llegada de Roma supuso un tercer impulso para este camino.

El nacimiento de una calzada

Desde el primer momento todos aquellos senderos, que conformaban este ancho y amplio corredor geográfico, sirvieron a las necesidades estratégicas y militares de conquistadores y conquistados. De este modo, en las “Guerras Lusitanas” (siglos II y I a. C.), este itinerario fue clave como instrumento militar para famosos y míticos personajes: Viriato y Julio César. En estas guerras el Cónsul Quinto Servilio Caepio funda en el 139 a. C. el campamento de “Castra Servilia”, posiblemente el actual “Cáceres el Viejo” (junto a Cáceres), a la vez que construye una rudimentaria calzada desde el Río Guadiana hasta el “Vado de Alconétar” (Garrovillas), en el Río Tajo. Después Quinto Caecilio Metelo funda, durante los años 79-78 a. C., los campamentos de “Metelinum” (Medellín) y “Castra Caecilia” (bajo la zona monumental de Cáceres); prolongando esta calzada desde el Tajo hasta la Sierra de Gredos, donde fundaría “Vicus Caecilius” (Puerto de Béjar). Con la política de Augusto que construye el tramo de “Gades” (Cádiz) a “Hispalis” (Sevilla) y funda “Emérita Augusta” (Mérida), en el 25 a. C., y “Asturica Augusta” (Astorga); esta calzada va consolidándose.
Fue así cómo, por primera vez, un camino que iba desde las tierras gaditanas y gibraltareñas, hasta las leonesas, se le dio un tratamiento racional, que emperadores como Tiberio, Trajano y Adriano mejoraron; siendo un instrumento romanizador de este territorio.

Una gran obra de ingeniería

Para ello había que aplicar los grandes conocimientos de ingeniería que los romanos poseían. Varios fueron los elementos que caracterizaron, en mayor o en menor envergadura, a esta calzada: “firme”, “puentes”, “miliarios” y “mansiones”. La planificación exigía aprovechar los pasos naturales obligados: puertos de montaña (“del Viso” en Monesterio; “de las Herrerías” en Alcuéscar; “de las Gamellas” en Cáceres; “de los Castaños” en Cañaveral; “de Béjar” en Baños de Montemayor; etc.) y vados de los ríos (“del Guadiana” en Mérida; “de Alconétar” en Garrovillas; etc.); para unirlos en la menor distancia posible. Para ello, y con la intención que la obra perdurara, se buscaba un trazado por la divisoria de aguas vertientes, zonas altas, huyendo de la erosión. El “firme” lo conformaban diversas capas: el "STATUMEN", grandes piedras que cimentaban y drenaban la obra; el "RUDUS", piedras más pequeñas; el "NUCLEUS" o "NUDENS", graba apelmazada; y, por último, el "SUMMUM DORSUM" o "SUMMA CRUSTA", lanchas o piedras menores que daban forma a una superficie llana, pero un tanto abombada para drenar las aguas llovedizas. Con un ancho aproximado de 5 a 7 metros, y sujetadas por bordillos, poseían cunetas en los laterales. Los “puentes” aprovechaban los vados; destacándose, en Extremadura, el de Mérida sobre el Guadiana y el de Alconétar sobre el Tajo. Al igual que los indicadores kilométricos, existían los “miliarios” (del latín: “millia passum” = mil pasos = 1 milla romana = 1.480 metros), columnas cilíndricas de unos 2 metros de altura con una basa cúbica enterrada. En ellos se indicaba el número de milla y el nombre propagandístico del Emperador que había construido o reparado dicho tramo. Hoy existen numerosos miliarios a lo largo de nuestra Vía, muchos aún enhiestos, desafiantes al paso del tiempo. Por último las “mansiones” servían para el descanso de tropas y viajeros, estando separadas entre sí por una jornada de camino (de 25 a 35 kms.). En el tramo extremeño tendríamos, de Sur a Norte, las siguientes: “Curiga” (término municipal de Monesterio), “Contributa” (t. m. de Medina de las Torres), “Perceiana” (t. m. de Villafranca de los Barros), “Emerita Augusta” (Mérida), “Ad Sorores” (t. m. de Casas de Don Antonio), “Castris Caecilis” (Cáceres), “Turmulos” (vado de Alconétar, t.m. de Garrovillas), “Rusticiana” (t. m. de Galisteo), “Caparra” (t. m. de Oliva de Plasencia y Guijo de Granadilla). Muchas de estas “mansiones” solían situarse en lugares estratégicos, como eran los pasos naturales obligados; por lo que fueron, con el tiempo, cuarteles militares o focos culturales de gran importancia para la Historia Universal (Sevilla, Mérida, Cáceres, Salamanca, Zamora...). Hoy en día es una de las cazadas romanas mejor conservadas del mundo.

¿Dónde su principio y su fin?

Últimamente se viene discutiendo sobre los extremos de esta calzada. Ante tanta polémica hay una fuente documental que nos puede dar luz al respecto: nos estamos refiriendo al conocido como “itinerario antonino” (siglo II-III d. C.); la más antigua recopilación de itinerarios del Imperio; de los cuales, en el siglo XIX, los dedicados a la península, enumeró Eduardo Saavedra.
Sobre aquel camino indígena, que desde las costas gaditanas (incluso desde el Estrecho de Gibraltar, desde la antigua “Carteia”, en la Bahía de Algeciras) ascendía hasta tierras leonesas, con diversas prolongaciones; los romanos cimentaron una calzada, con mayor o menor consistencia según los tramos, y en diversas fases constructivas. La conversión de este camino en calzada lo vemos reflejado en dicho “itinerario antonino”, aunque de una forma fragmentada; ya que este documento es sólo una recopilación de itinerarios sueltos. Si cogiéramos todos ellos y los ordenáramos sobre un mapa, veríamos claramente cómo los romanos acondicionaron todo este antiguo y casi rectilíneo trazado. Básicamente sería la suma de: la Vía número VII: desde “Gades” (Cádiz) hasta “Hispalis” (Sevilla); la IX: continuando hasta “Italica” (Santiponce); parte de la XXIII: hasta “Emerita Augusta” (Mérida); un tramo de la XXIV: hasta “Ocelo Duri” (Zamora); y parte de la XXVI y XXVII: hasta “Asturica Augusta” (Astorga).
Aunque presentado este trazado, en el “itinerario antonino”, de forma seccionada, no deja de estar fundamentado en un único camino; cosa que es fácil comprender si tenemos en cuenta su Historia, sus restos y el topónimo “Plata” existentes en su recorrido.

Un nombre para un camino

Que sepamos, esta calzada nunca tuvo un nombre concreto en la antigüedad, y lo que hoy en día se le viene denominando como “Iter Ab Emerita Asturicam”, como si fuera su antiguo nombre, no es más que el título moderno, pero en latín, de la tesis doctoral de D. José Manuel Roldán Hervás, importante pero parcial estudio, centrado en su tramo Norte: Mérida-Astorga. Ello ha dado lugar a erróneas interpretaciones, afirmando que “Emerita” es el “arranque” de la “Vía de la Plata” cuando es sólo su consecuencia: su fundación se debe al control de un trazado que aprovechaba aquí un vado del río Guadiana, sobre el cual se hizo uno de los puentes más importantes del Imperio romano; puente que, además, se hizo al Sur de esta ciudad, donde aún pueden verse vestigios de nuestra calzada.
Pero el nombre más común con que se conoce este camino es el de “Vía de la Plata” (las calzadas son “vías” y no “rutas”, como la “Vía Apia”, la “Vía Augusta”, etc.). Este topónimo derivaría del musulmán "BALATA" ("camino empedrado"), en donde su primera parte ("ba-") suena cerrada, parecida a la "p", evolucionando a "(p)lata”. Este topónimo es común en otros puntos del Imperio, pero es aquí, en casi todo el occidente peninsular, donde este nombre perdura de una forma continuada dando nombre a este trazado; mencionándose también al Sur de Mérida, y en las provincias de Sevilla y Cádiz. Precisamente la referencia más antigua que hemos recogido como “Camino de la Plata”, es a su paso por Sierra Morena, junto a la actual población de Almadén de la Plata; data de un documento fechado en el año de 1.371, en el Archivo Municipal de Sevilla. Lo cierto es que este nombre es meramente circunstancial, expresión popular relativamente moderna que da nombre a una realidad histórica y geográfica más extensa.

REINO VISIGODO: GUERREROS Y SANTOS

Tras la caída del Imperio Romano, y el paso por este camino de suevos, vándalos y alanos en su camino hacia el Sur; se implantó el Reino Visigodo. Mérida fue durante esta época un lugar clave y estratégico en donde se luchó por el control militar de su puente. En este periodo la calzada comenzó a deteriorarse, aunque tuvo una vida bastante religiosa, ya que varias de sus “mansiones” ejercieron como sedes obispales de los primitivos cristianos. Iglesias visigodas como la de “Santa Lucía del Trampal” (Alcuéscar), entre otras muchas, son un ejemplo de ello. De estos tiempos nos queda un importante documento: el “Anónimo de Rávena” (siglo VII d. C.) en donde se hace una enumeración de las ciudades que jalonan nuestra calzada.

MUSULMANES: CAMINO DE LA LUNA

En Época Musulmana esta infraestructura fue muy útil para sus intereses expansionistas y militares. Por aquí ascendieron, por primera vez, las tropas musulmanas al mando del general Muza (711-713) desde el Estrecho de Gibraltar hasta Mérida; incluso Almanzor la anduvo más de una vez, trayéndose por ella las campanas de la antigua iglesia de Santiago de Compostela, en el año 997.
Del mismo modo por aquí peregrinaron hacia Santiago los cristianos que vivían en territorio musulmán: los “mozárabes” conociéndose como el “Camino Mozárabe de Santiago”. Es de suponer que a lo largo de tantos siglos de dominio musulmán esta calzada fuera tenida en cuenta; de ahí el hecho del origen de su peculiar nombre: el de “Balata” (“de la Plata”).

CRISTIANOS: CABALLEROS, REYES Y VIAJEROS

En la Edad Media la calzada romana sirvió también como un instrumento militar de los reinos cristianos del Norte en su camino hacia el Sur. Así fue como grandes reyes (Ordoño II, Alfonso VIII, Alfonso IX, Fernando II, Sancho IV, etc.) la utilizaron para sus fines expansionistas; siendo sus antiguas “mansiones”, estratégicos cuarteles. En Cáceres, por ejemplo, en el 1170, se fundó la “Orden de Santiago”.
Del mismo modo esta calzada ha tenido también otros usos. Su tradición “pastoril-trashumante” hizo que varias “cañadas reales” coincidieran con ella. Como “Camino Real” fue el itinerario elegido por grandes personajes: Fernando el Católico, Carlos V, Cosme de Médici... Fue también “Camino de las Indias” a través de Sevilla y Cádiz; un viaje de ida y vuelta, por donde penetraron saberes y cultivos diversos (tomate, maíz, patata, pimentón...). En su seno germinaron elementos singulares; aquí se escribió y desde aquí se difundió la “Primera Gramática de la Lengua Castellana” por Antonio de Nebrija...
La “Vía de la Plata” ha marcado, en resumen, la historia económica y cultural de Europa y de América; dando lugar también a nuestra red de comunicaciones actuales, resultado de una tradición viaria secular.

RENACIMIENTO DE UN CAMINO

La “Vía de la Plata” es de las que mejor se conservan en el mundo romano, y en Extremadura aún puede verse lo mejor de su trazado; incluso es posible andar casi todo su recorrido paralelo a su heredera N-630. Desde que en 1.991 se fundaran las asociaciones de “Amigos de la Vía de la Plata”, hemos venido trabajando por el resurgir de este camino. Nuestro cometido ha sido diverso: su estudio, conservación, promoción y señalización; editando guías, colaborando con ediciones en distintos países europeos, americanos y asiáticos; denunciando obras que iban a romper sus estructuras romanas; salvando y restituyendo miliarios; realizando albergues, elaborando múltiples informes... Gracias a toda esta labor hoy pueden verse a miles de senderistas, ciclistas y peregrinos adentrarse por estas piedras milenarias.
Nuestra insistencia frente a los diversos organismos públicos de los gobiernos autonómicos por donde discurre la Vía, ha dado lugar, con mayor o menor fortuna, a ciertas iniciativas; como sería “Alba Plata” en Extremadura. Un proyecto surgido, en realidad, del trabajo pionero y desinteresado de estas asociaciones sin ánimo de lucro, labor que no ha sido debidamente reconocida por estas mismas instituciones. Aún así es un proyecto interesante que apoyamos y aplaudimos, y que ha de ampliarse a todas las Comunidades implicadas; y también mejorar, ya que hasta ahora los esfuerzos inversores se han centrado, con más o menos acierto, a una serie de monumentos próximos; y casi nada a la propia obra de la “calzada romana” que es, en definitiva, la que da nombre a este proyecto, y que aún sigue desprotegida.
Y es que la situación actual de esta Vía es de casi total abandono; estando sufriendo, su aún conservado empedrado, el atroz ataque de las roturaciones agrícolas; la ilegal ocupación y alambrado de las fincas colindantes; el expolio de sus miliarios; la ejecución de obras sobre su trazado... Por poner un ejemplo: muy recientemente, y a las puertas de nuestra Consejería de Cultura y Patrimonio de la Junta de Extremadura; mientras tanto se pregona desde las instituciones sobre “Alba Plata”... ¡la calzada romana ha sido invadida por un campo de tiro al plato, en Mérida!, haciendo impracticable su andadura y deteriorando sus restos.
Esperemos que tanto nuestras autoridades, como la sociedad en general, protejan este Patrimonio tan trascendental para nuestra cultura y para nuestro futuro desarrollo.

UN CAMINO DE FUTURO

Las posibilidades de “Desarrollo Sostenible” que nos ofrece la “Vía de la Plata” son enormes; pero su “rentabilización social” (como camino para la comprensión de nuestra cultura), como su “rentabilización económica” (el aprovechamiento de sus potencialidades de ocio y tiempo libre: turismo cultural, ecológico, deportivo, religioso...); han de ir encauzadas de una forma respetuosa, para no desvirtuar ni dañar la integridad física y ambiental de un camino que ha llegado a nosotros en un estado de conservación envidiable; mejorando este monumento sin dañar sus señas de identidad.
También es necesario una visión global e integradora, sin exclusiones, de todos los trazados y modelos que se hermanan en este “corredor geográfico” y que las políticas de promoción estén coordinadas, implicando a organismos oficiales, asociaciones, etc.
Por otro lado, en esta época de luchas por diferencias culturales, este camino nos ofrece la posibilidad de un lugar para el reencuentro y el abrazo con otros pueblos. La “Vía de la Plata” es, en realidad, el resultado de la suma de múltiples culturas y religiones hermanadas en un sólo trazado; pocos caminos habrá en donde tantas ideas hayan compartido las mismas piedras.
Desde las Asociaciones de “Amigos de la Vía de la Plata” os animamos a viajar por estos paisajes; una oportunidad para el conocimiento de uno mismo y de los demás; huellas que esperan ser rescatadas para que sean fértiles hoy y en nuestras futuras generaciones. Entre todos hagamos de esta calzada (que no tiene fronteras) un camino de futuro y hermandad entre los pueblos.

UNA “UNIVERSIDAD ABIERTA”

La “Vía de la Plata” es, en definitiva, protagonista de múltiples y trascendentales acontecimientos; sendero de entrada y salida de numerosos estilos; crisol cultural en sus ciudades “Patrimonio de la Humanidad” (Mérida, Cáceres y Salamanca) y en sus reconocidos “Conjuntos Urbanos de Interés Histórico-Artístico” (Sevilla, Zafra, Plasencia, Hervás, Zamora...). Todo un Patrimonio Cultural que, con su rico Patrimonio Medioambiental (considerado como la “reserva natural” de Europa: Sierra Morena y de Alconera, Riberos del Guadiana y del Tajo, Cornalvo, Sierra de San Pedro, Llanos de Cáceres, Monfragüe...), lo convierten en un camino único en el mundo.
Adentrarse por sus piedras milenarias; perderse entre sus dehesas y cielos alados... es sumergirse en un universo multicolor en donde descubrir lo que somos, lo que nos une a los demás y a la naturaleza; una fascinante aventura en una “Universidad abierta”.
Sepa, amigo lector, que todos los caminos están en este. Aprenda de tantas huellas y feliz camino. Un abrazo.

Firma:
"AMIGOS DE LA VÍA DE LA PLATA"
(de Zafra y Cáceres)


Más información y hacerse de la Guía:
www.viaplata.org

También para varios enlaces y consejos prácticos:
www.godesalco.com/iphp/viaplata.php




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Más informacióen en: http://www.ninguna


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