Autor: Olarticoechea
lunes, 25 de octubre de 2004
Sección: Historia
Información publicada por: Olarticoechea


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Don Pelayo, historia de un gallego.

Vida y contexto social de Pelayo, iniciador de la Reconquista.




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  1. #1 Nuberu 29 de nov. 2003

    "Te imaginas a Pelayo diciendo: "Van a saber estos moros quienes somos los gallegos."...por dios..."

    Es lo que pasa cuando se antepone la politica a la historia, que salen aventuras de PePin de Celes como esta.

  2. #2 Leovigildo 23 de ago. 2006

    Al comienzo del siglo VIII, los pueblos astur y cántabro siguen siendos dos pueblos diferenciados, al igual que en época romana, siendo separados por las montañas situadas al oeste del Río Sella ( o por el Río). Eso sí, al igual que ocurre a día de hoy, parece que “muy amigos”. Que así siga…

    Los visigodos para los cántabros y para todo el pueblo hispano-romano son considerados invasores. Por mucho que diga el señor Federico Jiménez Lozanitos en 711 no exista ningún Estado Español, ni sentimiento español, ni una España unida, ni nada que se le parezca. A día de hoy, a mí parecer, afortunadamente existe.

    Es casi imposible (nada lo es) que los Duques de Cantabria fuera visigodos. Casi imposible porque ¿quién se cree que a los cántabros les iba a dirigir un caudillo extranjero? La designación de este Duque fue realizada, como fórmula política, para la pacificación y seguridad del territorio cántabro, frente a la monarquía toledana, y es indudable que ésta fórmula garantizaría la libertad del pueblo cántabro, pues si no, habría razón para ello y hubieran forzado el sometimiento con acciones bélicas como se había intentado anteriormente. Se sustenta la oPinión de que la persona elegida para ocupar dicho cargo tenía que ser un señor natural de la tierra, que tuviera suficiente ascendencia sobre el pueblo para garantizar a la corte toledana la paz y la seguridad del territorio. Por ello, cuando se designó al primer duque se eligió a Fávila (padre de Pelayo), Señor de Liébana y del territorio que delimitaban los Rios Sella y Deva. Parece que este ducado fue creado en el Reinado de Ervigio (680-687).

    Joaquín González Echegaray afirma que la batalla de Covadonga y la propia corte de Cangas de Onís están dentro del antiguo territorio cántabro y no del astur; sin embargo, las crónicas hablan siempre de Asturias y astures y no de Cantabria.

    Pelayo ni es godo, ni toledano, ni astur, ni gallego. Pelayo es libanense (lebaniego), y por tanto es cántabro. En Liébana siguen habíendo leyendas en cúanto a su origen lebaniego, además de ser éste hijo de Fávila que era Duque de Cantabria. En la Sala de los Reyes del Alcázar de Segovia, figura una estatua de Pelayo, dónde indica que es hijo del Duque Fávila de Cantabria. Data de la época de Felipe II.

    Asturia estuvo ocupada por los arábes al contrario que Cantabria (o gran parte de ella) . Asturia, cuando queda libre se integra en Reino nacido en Cangas, que ocuparía hoy el oriente asturiano y Liébana (a grandes rasgos). Aquella monarquía cántabra, nacida en Cosgaya (Liébana) y afianzada en Cangas de Onís, (ambas por entonces localidades cántabras) va a tomar una nueva dimensión después de anexionarse el territorio astur y esta nueva dimensión y el peso de la influencia cortesana, arropados por las pompas que mantenía y fomentaba la nobleza visigoda imperante en Asturias, hicieron olvidar a algunos reyes las circunstancias de su origen.
    Es decir, parece que en un momento de la historia el “Reino Cántabro-Astur “ es tomado o liderado por la nobleza visigótica de Asturias y que con el intentará revivir el antiguo de Reino de Toledo y es ahí cuando empieza la Reconquista. Pelayo no empieza la Reconquista de nada, simplemente defendió su país, que era Cantabria. Lo demás es versión goticista de la historia y se redactará desde un óptica astur, borrando toda aportación de los cántabros, que fueron enemigos de los godos.

    Casi toda la historia que se maneja de esa época es una auténtica patraña infumable. Hay que reconocer a los historiadores asturianos como Armando Cotarelo Valledor que afirma a principios del siglo XX que los “orígenes de esta nueva dinastía deben buscarse en la indómita Cantabria…y el verdadero tronco de los antiguos Monarcas de la Reconquista fue Pedro, Duque de Cantabria”. Esto es aceptado en 1916 por la Real Academia de la Historia.
    El historiador asturiano Emilio Alarcos afirma “No se olvide que los creadores del reino asturiano (Pelayo y luego la familia de su yerno) procedían de Cantabria”.
    Por otra parte, Gómez- Tabanera, al escribir sobre la Casa Real de España, presenta al Príncipe heredero como Duque de Cantabria, Príncipe de Asturias y Gerona, y etc, etc y etc. Es de agradecer que sean justamente asturianos los que desde su vocación de historiadores no les tiemble el pulso al afirmar que el tinglado real que tenemos en España surge en Cantabria. Olé sus cojones.


    Cantabria en el siglo XI aún existe. Aunque algunos se empeñan en llevar Cantabria a lugares como la Rioja. A esto contribuyó el relato emilianense que explica la predicación del riojano San Millán en tierras de Cantabria, que los investigadores locales quieren identificar con la inmediata sierra de este nombre y apoyar en ello su naturaleza. Sin embargo, este texto aparece glosado en el siglo XI determinado que la Cantabria, lugar de la predicación, estaba situada en las fuentes del Ebro y en el monte Igedo, monte ya citado por Plinio, y que está al sur de Cantabria. Así mismo por estas fechas unas gentes se llaman así mismos “nobili Cantabrii”.


    Espero que algún día la historiografía oficial española pague su deuda con Cantabria ( y más concretamente con Liébana) , porque es aquí dónde nace la monarquía (forma política anacrónica, por otra parte) que hoy ostenta Juan Carlos de Borbón.

    Ya lo dijo su bisabuelo en una carta dirigida a a la localidad cántabra de Comillas el 15 de agosto de 1882 dónde era asiduo veraneante: “ al contemplar la nobleza y el patriotismo de estos montañeses, todos y yo el primero, pensamos en ti como encarnación de estos mismos sentimientos dentro del hogar; y al ver yo tu carta, como no peco de modesto, no puedo menos de alegrarme pensando que tal vez me creaís digno de esta Cantabria, Cuna de la Monarquía Española”.

    PUES ESO.

    PD: Esta es mi versión. Aquí cada uno ha expuesto la suya. Todo esto evidentemente lo he leído de otros autores, que desde mi óptica es la que más se ajusta a la realidad.

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