Autor: Arkeofuturista
jueves, 14 de septiembre de 2006
Sección: Toponimia
Información publicada por: Arkeofuturista
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SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE DE ESPAÑA

Un recorrido por las diversas interpretaciones aparecidas sobre el origen del nombre de España. Probablemente la recopilación más variada hasta la fecha.

Comúnmente se admite que España viene del latino Hispania y que este nombre se impuso entre los romanos después de un periodo dubitativo entre el "Hispania", de raíz supuestamente fenicia, y el "Iberia" de los griegos.

Profundizando en un origen fenicio del nombre de Hispania, tenemos a la raíz SPN, equivalente a la etimología hebraica SPN (leído saphan, conejo), que da la significación de "Tierra de conejos", amparándose en un texto de Catulo, que había calificado la península de cuniculosa, es decir, "Tierra de abundantes conejos".

Sin embargo, un historiador y hebraísta, Cándido Maria Trigueros, leyó allá por 1767, una pormenorizada disertación en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, con el nombre de "Memoria sobre el nombre de España y el nombre funículos" preguntándose después de citar al menos a trece historiadores antiguos y con textos en cinco alfabetos diferentes, el latín, castellano, celtibero, griego, hebreo y siríaco, como era posible que ninguno de ellos reflejara o supiera que Span significara en las lengua orientales conejo, resumiendo que ni unos ni otros relacionaron el animal con la tierra en que se criaba, porque esta voz oriental no era el nombre de ningún animal, aparte de que mal podían los fenicios tener en su idioma el nombre de un animal que no conocían. La explicación etimológica de Trigueros, se basa en que, como el alfabeto fenicio-hebreo carece de vocales se pueden hacer múltiples combinaciones, tanto en Caldeo como en hebreo bíblico la palabra sphan significa "el aquilon" o " Tierra del norte" y el motivo es significativo en la definición ya que los primeros en desembarcar en nuestras costas y ponerle el nombre, eran gentes que venían del sur o mejor dicho, el nombre de Span fue impuesto por estar al septentrión de las tierras que venían los primeros que nos pusieron el nombre.

El mundo griego denominó a la península "Iberia". Hiberia, para los griegos del siglo IX y VIII a. de c. era la región de Huelva, y el río Hiberus se identificaba con uno de los ríos onubenses. Eso es lo que se deduce la Ora Marítima de Avieno, que dice beber en fuentes antiquísimas griegas, y del Pseudo-Escimno de Chio, fechado en el siglo V a. de C.

Otros defienden una derivación del topónimo "Spal", el más antiguo atribuido a Hispalis, Isbilya o Sevilla: Spal>>Hispalis>>Hispania>>España. Quizás sea la que defiende un origen más autóctono del nombre de España.

Recientemente el profesor Jozko Savli ha aportado topónimos de la zona de Eslovenia y el Véneto italiano para demostrar como el nombre de España proviene de la raíz "Spane", que denota superficies llanas entre montañas. Los Venetos habrían alcanzado la península en tiempos anteriores a los celtas (¿contemporáneos e incluso emparentados a los ligures?) por lo que habrían dejado este nombre a los sucesivos invasores. La clave está en considerar a los eslovenos como descendientes directos de los venetos e incluso etruscos, todos ellos proto-eslavos, por lo que su lengua sería ideal para descifrar el origen de muchos significados hoy olvidados.

Emparentado con la teoría "veneta", en el idioma macedonio (que algunos consideran también proto-eslavo) existe el vocablo "spaan", que significa "sueño",(en inglés "span" como el espacio entre dos puntos e incluso la voz alemana antigua "spanna") pues bien, si consideramos el sueño como el periodo entre dos vigilias, tenemos el paralelismo con la morfología toponímica de Spane como planicie entre montañas. A partir de aquí aún podríamos preguntarnos si Iberia puede estar emparentada con el latín de "Tempus Hibernum", que es el invierno, la estación en que muchos animales "hibernan", volvemos pues a un periodo de actividad "plana" entre dos periodos de mayor vitalidad. A su vez, el nombre histórico de una república del Caúcaso es Ivernia, "la otra Iberia" de la que hablara Herodoto. Pero también Siberia proviene del vocablo Tártaro "tierra del sueño" (y por qué no tierra de hibernación), siendo sus primeros pobladores "míticos" el linaje de Túbal, no en vano uno de sus principales ríos se denomina "Tobol" y su capital histórica, Tobolsk (sk es sufijo ruso que indica "lugar"). Iberia y Euskadi también aparecen primigeniamente habitadas en su origen por Túbal y su descendencia (más toda la historiografía del "tubalismo" existente al respecto).

Por último, pero no menos importante, señalar la explicación Balto-eslava del origen de España como "unión", así tenemos que en checo "unidos" significa "spojeny", precisamente España nace como "unión" de Reinos peninsulares.

Más difícil de explicar es cómo el apóstol San Pablo en su Epístola a los Romanos pretendía visitar "España" (Rom 15,28) antes de que España "naciera" como unión de Reinos.




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Más informacióen en: http://www40.brinkster.com/celtiberia/espana.html


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Comentarios

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  1. #1 flavio 27 de sep. 2003

    Hola Aequeofuturista:

    Mi comentario a tu árticulo lo he puesto en el foro sobre el origen del nombre, el 27-IX-03, para no traer el debate aquí.

    Un saludo

  2. #2 Adoni 16 de jul. 2007

       Es una pena que no se haya citado a Jesus L. Cunchillos en el inicio del artículo, ya que él dedica varias páginas de su gramática fenicia elemental al análisis de dos etimologías posibles de Hispania, en la pág. 146 y siguientes:

        " 1ª Etimología: Hispania > "ispanya "isla/costas del norte".

        De manera independiente, pero en la línea de Trigueros y Solá-Solé llegamos a la misma conclusión, la palabra Hispania de la que deriva España, tiene su origen en el mundo fenicio de finales del II milenio a.C.

         lº El argumento filológico consta de tres partes ì + zpan + ya. Las tres se explican perfectamente en semíticio noorccidental de finales del II milenio a.C. y sólo en ese contexto. De donde se puede deducir que la palabrra Hispania tiene sus orígenes etimológico-históricos a finales del II milenio aC., y que fué creada por quienes arribaron a las costas de lo que hoy llamamos España a finales del Ii milenio a.C. lo que parecería confirmar la tradición clásica de la llegada de los Fenicios a la Península en aquellas fechas.

         a) `y = "isla", "costa" tanto en hebreo como en fenicio.

         b) zapan = Monte Zapanu, Djebel `Aqra, 1770 m. de altitud al norte de la antigua ciudad de Urgarit en Siria, morada del dios Ba`alu según los textos mitológicos ugaríticos.

         El monte Jazzi de los Hititas y Hurritas, El monte Kasion de los Griegos donde habita Zeus Kasios, el Mons Casius de los Latinos.

         La etimología de Zapanu fue establecida en 1932 por O. Eissfeldt quien deriva el nombre de la raiz zapah "mirar" de donde Zapanu "mirador", "observatorio". La etimología de Eissfeldt fué confirmada unos años más taarde cuando en los textos apareció el nombre acado-hurrita de la misma montaña Jazzi, nombre que se explica por la raíz jazah "ver".

         De nombre de la montaña, pasa más tarde a denominar, en semítico noroccidental, el punto cardinal "norte" según está atestiguado ya en hebreo bíblico passim, en fenicio y en arameo, pero sólo en ugarítico, es decir en semítico noroccidental de finales del II milenio, tiene la vocalización zapanu.

         En ugarítico, y en el norte de la región siropalestinense la vocalización es a abierta en Zapánu. Pero en hebreo es zapon tanto cuando se refiere al monte, e.g, en Ps 89,13, como cuando se refiere a la dirección o punto cardinal, y la misma evolución a>o.

         En el I milenio a.C. la vocalización fenicia repite el fenómeno de la antigua a>o y además de a en u . La persistencia de a en unos casos y los cambios de a>o y de a>u se deben a dialectos distintos dependientes de regiones distintas dentro de la zona semítica noroccidental siropalestinenese. Eso es lo que afirman ya del fenómeno a>o tanto S. Segert como Garbini, entre otros; explicaciónque yo extendería también al fenómeno a>u.Así, por ejemplo existe el antropónimo Zapanu en asirio-babilónico.

        c)-ya, sufijo utilizado corrientemente en griego y latin para nombres de regiones. Téngase en cuenta la opinión de Solá-Solé, citado más arriba, que interpretaba "costa norteña".

        Y después entra en el contexto histórico-cultural, que es otro argumento que describe siguiendo dos series de testimonios, el de los autores antiguos y el de los historiadores modernos, que veremos más adelante.

  3. #3 Adoni 16 de jul. 2007

         Veamos lo que nos explica Plinio

         " In ipso vero capite mox Baeticae ... Gadis (scil. insula) ....ab eo latere quo Hispaniam spectat passibus fere C altera insulta est M longa passus, M lata, in qua prius oppidum Gadium fuit, vocatur ab Sphoro et Philistide, Erythea, a Timeo et Sileno. Aphrodisias, ab indigenis Junonis. maiorem Timaeus Coninusam ab oleis vocitatam ait; nostri Tarteson appellant; Poeni Gadir, ita Punica lingua saepem significante. Erythea dicta est, quoniam Tyri aborigenes earum orti ab Erythro mari ferebantur".

         Cunchillos nos explica que por el uso que Plinio hace la palabra Hispania se comprende que es de uso normal y muy anterior al autor; que designa el territorio desde las costas andaluzas hacia el interior.

         Así mismo Plinio transmite el testimonio de que los navegantes de Tiro llegaron a Erithea por el mar de Eritrea. Pudiera ser una alusión, entre otras, a lo que cuenta Heródoto en su libro IV, 42:

         "Lo que se sabe de Libia (=Africa) prueba que está rodeada por el mar, salvo en la parte que confina con Asia; el primero que hizo la demostración, según lo que yo se, fué el rey de Egipto, Necao. Después de excavar el canal que une el Nilo con el Golfo Arábaigo, hizo partir en barcos a hombres fenicios con la orden de, a la vuelta, penetrar en el Mar Septentrional (= Mar Mediterráneo) pasando por las columnas de Heracles (= estrecho de Gibraltar) y volver por esa vía a Egipto. Esos fenicios, pues, partieron del mar de Eritrea, navegaban por la mar Austral; cuando llegaba el otoño, abordaban y sembraban el suelo en el lugar de Libia (=Africa) en el que se encontraban cada año durante su navegación y esperaban la época de la recolección, recogido el trigo, volvían al mar; así pasaron dos años; el tercer año doblaron las columnas de Heracles y llegaron a Egipto. Contaban, lo que yo no creo, pero que otros creen, que mientras ellos realizaban su periplo de Libia (=Africa) tenían el sol a su derecha".

          El relato tiene la característica de contar algo, el viaje alrededor de Africa, que efectivamente pudo tener lugar. Lo que para Heródoto es más increible, que los navegantes tuviesen el sol a la derecha, da justamente credibilidad al relato de Heródoto, como señalan  W. W. How y J. Wells entre otros argumentos, todos muy precios.

          Curiosamente de una rotación de tres años de las naves de Tarsis habla también la Biblia en I Reyes 10, 21-22. Pero además quiero resaltar que no era un absurdo para los antiguos llamar "Mar del Norte" al Mediterráeno, claro que puede interpretarse como una denominación egipcia, pero la utiliza Heródoto y como veíamos en el testimonio de Plinio tampoco es un absurdo si se denomina Hispania a las costas del norte de Cádiz.

          Y aquí dejamos la cita de Cunchillos, en su página 149; con esta nota también queda un poco contestada una parte de una pregunta que nos hacía el compañero Kullervo en otro subforo sobre Hebreos en la Hispania Prerromana, ¿Por qué los romanos, que convivían con hebreos, no mencionan su presencia en la península ibérica?.

          No le contesto en dicho suboro ya que según afirma en nota de ésta misma mañana, tiene problemas con el correo electrónico y me ruega que deje inmediatamente de escribir en ese hilo y que Haga caso a los administradores y cree un único artículo y que recuerde que al parecer soy yo el origen del problema en su correo electrónico. En fín, a veces se hacen preguntas, pero se en realidad no se buscan respuestas, sino tan sólo hacer preguntas, pero a nosotros nos interesa el punto de vista de plinio, tanto por el nombre de Hispania, como por la constatación del uso del fenicio, lengua fuertemente enlazada con el hebreo, en tiempos tempranos de nuestra historia.

  4. #4 Adoni 18 de jul. 2007

          Respecto a las comunicaciones con Occidente Cl. Baurin y C. Bonnet escriben los siguiente: "La vía de acceso hacia las aguas más occidentales pudo ser doble según las épocas y las circunstancias históricas. El aislamiento relativo de Chipre y del OPróximo Oriente, del que da testimonio la Grecia de la mitad del s.XI a la mitad del s. X a. C. permite concebir una ruta occidental por el sur, partiendo de Egipto, siguiendo a lo largo de la costa norte africana. La erudicción girega localiza además, en esta trayectoria varias fundaciones fenicias antiguas, de las que ütica es una de las más célebres. Semejante progresión hacia el oeste, a lo largo de las costas de Libia, permitía un acceso fácil a la Sicilia occidental como lo recuerda Tucídides.

    Esta vía podía naturalmente conducir a los fenicios a Lixus, en Marruecos septentrional, y a Gades, así como a toda la costa española situada al sur de Granada donde no faltan los vestigios de las factorias fenicias. Las razones para priilegiar esta vía meridional son múltiples. Grecia en los siglos que siguen al derrumbamiento del sistema palacial micénico, parece no constituir un atractivo suficiente para los fenicios y la pirateria que parecen conocer endémicamente las cosas Licias, ha podido constituir un escollo demasiado peligroso para afrontarlo teniendo en cuenta los intereses esperados. Recordemos que los testimonios de la posesía épica, vista la naturaleza de esas obras, no son un obstáculo a la ausencia de fenicios en las aguas egeas inmediatamente después del final  del Bronce Reciente. Los versos homéricos, como todos los relatos clásicos en torno a la figura de Cadmos, pueden referirse muy bien, si no mejor, a las épocas anteriores en las que la realidad de los intercambios es confirmada en el espacio y en el tiempo por la arqueologia, concretamente por los pecios de Kas y de Gellidoniya que contenían jarras cananeas".

            En el contexto histórico cultural que describen tanto los historiadores actuales de la civilización fenicia, como los testimonios de autores de la antigüedad, no parece inverosimil que los fenicios llegados a la Península a finales del II milenio a.C. pudieran designar la parate de la Península que ellos conocían como "costa norteña" en oposición a la costa africana. La filología, desde su perspectiva linguísticoñ-histórica, aporta nuevos datos que sólo pudieron darse a finales del II milenio y explica, mejor que ninguna otra proposición anterior el origen de la palabra Hispania en el contexto descrito.

            Aquí Cunchillos desgrana su segunda etimología, "costa de los forjadores y habla de Tarsis....

            ".......en cuanto a la identificación entre Tarsis y Tartessos ya se da por solucionado con el cambio trt>tr´s: "Tarsis sería la transformacion en semítico de un nombre índígena, tat > tr´s de una región meridional de la península Ibérica: Tartessos sería la palabra griega correspondiente a la palabra indígena; la misma palabra indígena habría dado Turta, Turdetania, el nombre de Andalucía en época romana. La cuestión de identidad Tarsis-Tartessos estaría así resuelta".

            Antes de designar una región geográfica concreta, tanto Tarsis comozpan significacban un lugar donde se desarrollan las distintas labores a que se someten los metales: mina, fundición y forja (fragua) nombres comunes que están en la base de los dos topónimos. Y hasta se puede sugerir que los indígenas se dedicaban a la extracción del metal (y a la fundición?), mientras que los fenicios les enseñan (la fundición) y practican el forjado y la guarnición de objetos con láminas metálicas.

            También se explican mejor las dudas, tanto de los antiguos como de los modernos, referentes a la ubicación precisa de tarsis y de zpanya, si el origen de ambos topónimos son nombres comunes.

            Tal vez en las distintas grafías.......se haya conservado el testimonio del paso del topónimo local,...., hacia la designación de toda la costa, Ispania/Hispania.

            Conclusión:

            Digamos para concluir que nuestra interpretación no es ajena alos testimonios de los autores antiguos y las explicaciones etimológicas se fundamentan en raíces y palabras existentes en semítico noroccidental, grupo lingüístico del que forma parte el fenicio.

            Pero la prueba sólo podrá establecerse el día que se encuentre el testimonio epigráfico que designe a una parte de lo que hoy llamamos España como "azpny", que en caracteres fenicios dará algo así como yod-nwn-pe-sade-alef, leído de derecha a izquierda.

            Hasta aquí Cunchillos, pero precisamente éste final és el que nos sirve para formular la posibilidad de lectura de las homófonas de la  sonoridad [yspny] mediante distintas grafías, con sade, samek, sín, etc, para explorar en Botorrita, su posible relación con nuestro nombre antiguo y común para toda la península.

            En respuesta a Servan, mi opinión és que la "buotade" de Unamuno puede estar basada en una pequeña broma con ésta palabra. Yo tenía un compañero de trabajo que se apellidaba así, Pérez Gil, de forma que la broma de los compañeros estaba servida con "perezgil" > "perejil", y Unamuno iría más lejos en su reflexión, ya que actualmente se consideran los antroponímicos hispanos con final -ez, como Pérez, Rodríguez, González, Ibáñez, Estévez, etc, como provenientes del fenicio ó en todo caso del semítico noroccidental, y de alguna forma, los antroponímicos también sirven para denominar un pueblo.

            Es una "boutade", pero con mucha reflexión y sabiduría detras, a parte de la lógica broma/juego de palabras con nuestro lenguaje.

            Ayer veíamos en una nota sobre la localización de Barskunes una pequeña pieza metálica con la leyenda en una de sus caras, "n´spomw", y traducíamos considerando la raíz "´spo", como tropel, tropa de caballería.

    Pues bien también podría tratarse de una homófona a éstas otras, y esta documentación epigráfica se podría utilizar para derivar el nombe de los /yspomw/, así vistos,  pero no debemos olvidar que una cosa son los deseos, nuestros deseos de localizar la epigrafía que buscaba o anhelaba Cunchillos, y otra muy distinta la realidad de éstas pequeñas piezas que acompañaban tras la muerte a nuestros ancestros.

            La imaginería de nuestros jinetes ibéricos espada en mano sigue presente, aunque cada vez menos en nuestra numismática, y con ello cobraría sentido la impresión del forastero al llegar a nuestras tierras de un pueblo enamorado de sus caballos y entrenado de antiguo en la lucha a caballo, pero también los ibéricos eran considerados como los fenicios unos marineros experimentados, por lo que no debemos extrapolar de un contexto funerario seis signos que pretenden hablarnos de una persona en particular, para definir a todo un pueblo, igual que tampoco una cantinela, unas cantilaciones, nos van a ofrecer la solución a nuestro patronímico, pero sí que ambos, pequeñas piezas metálicas y la gran chapa metálica del tercer bronce, pueden contener las raíces de las palabras ó de la palabra que sirve de base al patronímico Hispania.

            Hoy no, pero cuando se disponga de una catalogación de toda la epigrafía ibérica y se traduzca correctamente, podremos valorar si hay en ella indicios suficientes para datar de antiguo nuestro nombre como pueblo. 

            Precisamente, si infravalorásemos nuestra epigrafía ibérica, estaríamos desperdiciando justamente aquello que nuestros especialistas en lexicografía necesitan para desentrañar los misterios del pasado, que como vemos otros autores antiguos tan sólo esbozan, sin despejar.

  5. #5 Adoni 19 de jul. 2007

          Explicaré una posición excéntrica en cuanto al origen de nuestro apelativo, por cuanto no se ha formulado hasta ahora, de forma explícita, se trataría de considerar otra raíz diferente en principio y además ajena? al vocabulario semítico noroccidental, la raíz "ponj", ya que esta raíz entró en la historia como denominación de uno de los epónimos del pueblo hebreo.

          Algo de dicha raíz se habló al citar una montaña cercana a byt nimrod, que se llama Ponoch, algunos escriben Ponotx, y que derivo de dicha raíz /pnj/ extraña en principio al hebreo, pero que figura en la Biblia para referirse al apelativo de José en lengua egipcia.

          Mi comparación és evidente, dado que desde Ponotx se puede divisar Ibiza, sin ser una montaña especialmente alta, comparada con Puig Campana (knpnw) ò Aitana (oy.tnh, nido de águilas, aguilar), la madre de todas ellas, donde se sitúan las bases de rádar americanas.

          La altura de Ponoch hace evidente lo que a otra altura se pierde de vista, al igual que el apelativo de nuestro epónimo ante el mundo podía servir para nombrar así a una altura de la tierra.

          La raíz hace referencia a la cualidad adivinatoria frente a los sueños del faraón, y esa raíz, que califica a una persona, también puede llegar a simbolizar a todo un pueblo de ay´s pnj, como si dijésemos, los hombres del que adivina (los sueños del faraón).

          Quizá me he excedido, como considera Ego, en la cita del verso de Botorrita, y en parte, lo he hecho de forma deliberada, hasta tanto no se me abra un canal, una especie de blog, ò un "subforo", en donde introducir sin interferir con mis artículos anteriores (que no considero por el momento necesario ampliar ó modificar), el día a día de las cantilaciones, que creo que deben seguir cierta cadencia en la web.

          Pero en parte, he acudido a la cita de la raíz /yzp/, no sólo para exponer las opiniones de Cunchillos y la documentación epigráfica que le da soporte en principio, sino para atestiguar también en el uso preciso de dicha cantilación, una palabra que puede acompañarla en su semántica y que se acerca también a su sonoridad, capaz incluso de generar un pequeño juego de palabras que después expondré.

          En la cantilación que veíamos antes, de la IV, columna, número III, habíamos segmentado la inversa de un modo determinado, pero también podríamos haber elegido ésta otra forma de verlo el verso:

    Inversa : ltg-jbr : apzm-o´s : l´sgl-r-pnj-ml

          Aquí dejamos /l´sgl/ + /r(h) y después /pnj/ + /ml/.

          Nos encontramos con un enlace claro entre la raíz /zph/ y ésta otra que nos aparece en la inversa, junto a /apzm/.

          En la propuesta inicial teníamos el verbal /rp/, y ahora lo hemos segmentado para obtener otro sema, /pnj/, diferente en principio.

          Si aceptamos /´sgl/ cohabitar, copular, violar, desflorar, deshonrar, y sus significados, de ser violada, gozada:

          De 28,30 "way´s ajr y´sglnh" y otro hombre la desflorará, ò se acostará con ella.

          Je 3,2 "ayph la ´sglt" ¿dónde no has sido gozada?, ò ¿donde no te has acostado?.

          La congruencia de ésta otra segmentación se debe a que la canción explicita que la intuición del reo le muestra que el momento de su muerte, despedazado, llega junto a ese coito forzado con la plancha del arca, el verbo /rh/ y el verbo /ponj/ lo hacen evidente.

          El término /pnj/ no tendría existencia en hebreo bíblico, sino que sería un verbal en hebreo medieval, mediante una pronunciación ayin que acompañaría /pe/, de forma que existe /ponj/, con el valor de descifrar, descubrir, elucidar, interpretar, penetrar.

          Esta palabra de origen egipcio se introduce en hebreo a través del famoso nombre propio, Zafnat-Panej /zpnt ponj/ nombre dado a José por el faraón, Gn, 41,45, que denotaba así las cualidades adivinatorias de los sueños del faraón, en éste epónimo, como sabio, conocedor de lo secreto. 
          El verbal /zpn/, esconder, ocultar, encubrir, resguardar, guardar podría por sí mismo ser un buen preformante para nuestro topónimo, porque señala también el uso de las arcas en la ejecución, por ejemplo en Pr. 1,11 "nzpnh lnqy", tendamos lazo al inocente; pero también nuestro segundo componente del nombre "ponj", podría intervenir en dicha formación, a modo de juego de palabras:

          /zpn-ponj/, mediante conflacción {Z (pn) j}, de forma que el nuevo término encerraría una especie de "acróstico" del nombre de José.  

          Pero si prescindimos del sema inicial, también podemos construir un apelativo personal /ay´s/ aplicado a la tribu de José, en el sentido de /ay´s-ponj/, que nos daría /ay´sponj/. De aquí sería relativamente fácil llegar al sonido /´spnj/, y la jyt final se podría convertir en el sonido /ya/, por debilidad de la jyt en final de palabra.

          El apelativo nos serviría si concibíésemos al grupo humano que dirigía José en Egipto como un grupo consolidado entre los egipcios e identificable como hebreos, y en ese sentido, hombres de José, hombres de /ponj/, que podrían haber mantenido tras su salida de Egipto.

          Explicaré una posición excéntrica en cuanto al origen de nuestro apelativo, por cuanto no se ha formulado hasta ahora, de forma explícita, se trataría de considerar otra raíz diferente en principio y además ajena? al vocabulario semítico noroccidental, la raíz "pnj", ya que esta raíz entró en la historia como denominación de uno de los epónimos del pueblo hebreo.

          Algo de dicha raíz se habló al citar una montaña cercana a byt nimrod, que se llama Ponoch, algunos escriben Ponotx, y que derivo de dicha raíz /pnj/ extraña en principio al hebreo, pero que figura en la Biblia para referirse al apelativo de José en lengua egipcia.

          Mi comparación és evidente, dado que desde Ponotx se puede divisar Ibiza, sin ser una montaña especialmente alta, comparada con Puig Campana (knpnw) ò Aitana (oy.tnh, nido de águilas, aguilar), la madre de todas ellas, donde se sitúan las bases de rádar americanas.

          La altura de Ponoch hace evidente lo que a otra altura se pierde de vista, al igual que el apelativo de nuestro epónimo ante el mundo podía servir para nombrar así a una altura de la tierra.

          La raíz hace referencia a la cualidad adivinatoria frente a los sueños del faraón, y esa raíz, que califica a una persona, también puede llegar a simbolizar a todo un pueblo de ay´s pnj, como si dijésemos, los hombres del que adivina (los sueños del faraón).

          Al margen de ésta coincidencia en el nombre de José y en el verso de Botorrita, la realidad és que el juego de palabras que a veces interviene en la formación de nuevas palabras, por conflacción, puede estar también aquí presente, al compartir el final de /zp/ /zpn/, el inicio de /ponj/, de un /pnj/ egipcio, y debido también al uso corriente que se derivaría en su tiempo de éste apelativo.

          La congruencia gramatical se ve acompañada además por su fusión semántica, ya que ambos verbales /zp/, que origina nombres como /zpyh/, atalaya ó "espera vigilante", junto a /ponj/ descubrir.

          Es una propuesta, como digo, excéntrica, pero posible, tras comprobar que su uso puede estar presente en la cantilación expuesta.    

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