Acabo de descubrir esta página web y me parece que hay artículos muy interesantes, como el de Iulianus sobre el dios céltico Sucellus, aunque sobre su asociación a los dioses grecolatinos coincido más con la opinión que tenía Julio Caro Baroja a la hora de relacionar este dios con Vulcano o el Hefesto griego, por la relación de esta divinidad con la forja del hierro tan vinculada a los pueblos celtíberos de quienes los clásicos nos confirman lo que la Arqueología demuestra, es decir, que dominaban los secretos de la metalurgia y reconociendo, como en pocos casos, la superioridad de estos "bárbaros" con respecto a ellos, al menos en esta ciencia.

La observación de Iulianus al mencionar los heraldos celtíberos revestidos con pieles de lobo y asociados a una divinidad celtibérica resulta acertado, pero quizás como algo excepcional pues los celtíberos acostumbraban a llevar las ramas de olivo de suplicantes para solicitar la paz, pero en este caso concreto (Apiano Iber., 48) el propio historiador especifica: "...enviaron un heraldo revestido de una piel de lobo EN LUGAR DEL caduceo de heraldo..." Lo que significa que lo usual era que el heraldo, independientemente de ir acompañado y que la comitiva llevara ramas de olivo, no estuviera revestido de la piel de lobo, y sobre todo, que portara el caduceo que le otorgaba la distinción representativa de heraldo.

También es posible que le estemos dando un significado excesivamente metafísico y la realidad fuera más simple, por ejemplo, el lobo era muy abundante en Europa hace 2.000 años y de ellos se podía obtener una piel recia y sufrida ante el desgaste, los grupos de recreación histórica han demostrado que la lana el lino y otros materiales empleados se desgastaban y rasgaban en la maleza con facilidad y el mejor dato que tenemos de su empleo lo supone el hecho de que los ciudadanos más pobres del estamento romano, los vélites, la empleaban como algo característico de su estatus militar.

La explicación de este tipo de heraldo puede deberse al malentendido entre los romanos y los celtíberos de Nertóbriga al acordar la paz, pues una parte de éstos no sabían que se había concertado un tratado con los romanos y les atacaron, con lo cual los nertobrigenses tuvieron que volver a solicitar el perdón, pero no con la pompa y la representación más digna ya que lo habían hecho anteriormente y posiblemente avergonzados por faltar a su palabra, aunque fuera sin intención, quizás creyeron inapropiado emplear los símbolos de la honorabilidad de la paz y de los pactos que se habían mancillado y enviaron a este particular heraldo en solitario desprovisto de ornamentos y sin el bastón de heraldo, o como inmerecedor de tales símbolos, en representación de la ciudad como muestra de sumisión y arrepentimiento.