Autor: Brigantinus
lunes, 24 de marzo de 2008
Sección: Leyendas
Información publicada por: Brigantinus
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Breogán, Hércules, la Torre y los Milesios.

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Comentarios

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  1. #1 giannini 28 de abr. 2006

    Celebro y agradezco que la Dra. Canto participe en el debate con sus siempre interesantes aportaciones, y sólo lamento carecer de un escanner con el que "subirle" las imágenes de ese pedrusco tan enigmático para mí -y al parecer para tantos especialistas- que tal y como decía elpater también se menciona en un informe o memoria redactado sin duda por Cornide para presentar como exposición al Rey [Cf. actas Consulado] que transcribe Tettamancy en su libro "La Torre de Hércules" (1920):

    "Consérvanse [en la Torre de Hércules] estas puertas y ventanas de grano muy tosco y en el plano superior una mesa de la misma materia que sin duda servía para colocar el fogarón con el que alumbraba a los navegantes" [TETTAMANCY GASTÓN, Francisco. La Torre de Hércules. La Coruña : s.n., ca. 1920. Cito por reedición del Ayuntamiento de La Coruña, p. 95].

    per, no nos abandone.

  2. #2 ainé 03 de mayo de 2006

    Considero en cierto modo cosa dudosa que Coruña sea Brigantium...más que nada por estrategia defensiva (nuestros antepasados eran muy sabios)

    Situandonos en el mapa, sería un suicidio colectivo construir una cuidad en un punto de tan dificil defensa (te pillan por cualquier flanco...nunca habéis jugado al Caesar?):

    Rias Coruña-Ares-Betanzos


    ObServando el mapa, si que sería muy posible una pequeña población-puerto-punto de vigilancia situado en la actual Coruña (las vistas dan "allende los mares"), colocar otro punto de vigilancia en Montefaro, con su Faro correspondiente (a la entrada de las rías)....e internándonos en tierra firme, crear una ciudad (puede que Brigantium...o puede que otra) con fácil defensa (cualquier aviso de incursión marina les llegaría con suficiente antelación, gracias a la "luminaria de los Faros situados a la entrada de la ría)


    Pero bueno...eu que sei!

  3. #3 elpater 03 de mayo de 2006

    El Parroquial Suevo de 572 nos aproxima a la división eclesiástica del territorio de la actual Galicia en el siglo VI. Mientras las divisiones más al septentrión van a permanecer sin cambios (o casi) hasta los actuales arciprestazgos, no ocurre lo mismo con las que ocupan la zona central de la actual provincia coruñesa. En el mapa elaborado por el Dr. D. Fernando López Alsina [(1988): La ciudad de Santiago de Compostela en la Alta Edad Media. Ed. Ayuntamiento de Santiago / Centro de Estudios Jacobeos / Museo Nacional de las Peregrinaciones] podemos observar el mayor tamaño que ocupan circunscripciones como Coporos, Bregantinos, Célticos, Prutenos o Postamáricos frente a las de Arros, Lapaciencos, Trasancos o Besancos. Todas ellas responden a nombres que, o bien son conocidos por las fuentes textuales antiguas, o su existencia prerromana puede ser deducida (o al menos sugerida) de otros topónimos (como Bregantinos a partir de Brigantium).

    En el caso de Bergantiños, vemos que se extiende por una amplio territorio desde la desembocadura del Anllóns al W hasta el río Mandeo al E, quedando la ciudad de A Coruña (con el "altissimam pharum", posteriormente Faro Precancio) casi en el medio de la circunscripción.



    Las amplias parroquias iniciales experimentan posteriormente una subdivisión en territorios menores. Hacia el año 950 el territorio de Bergantiños se ha dividido en cuatro: Salagia y Bregantinos al W, Faro en el centro y Nemitos al E. Se diría que la "altissimam pharum", bien conocida en Europa en la Alta Edad Media, tuvo tal "poder de convocatoria" que impuso su nombre al antiguo, creándose el distrito de Faro, y dejando el anterior Brecantinos para las tierras situadas a su oeste. El faro brigantino, antes en medio de la circunscripción de Brecantinos, crea su propio territorio con su nombre (Faro), si bien sigue conServando en su apellido (Precancio) el recuerdo del anterior.



    Lo mismo ocurre con los "commissa", que responden básicamente a los límites vistos para las parroquias. En el caso del antiguo Brecantinos, hacia el año 900 nos aparece fragmentado en tres territorios independientes: el que mantiene el antiguo nombre de Brecantinos (agrupando las parroquias de Salagia y Brecantinos), el commisso de Faro y el de Nemitos.



    En consecuencia, podemos emitir la hipótesis de que, si bien sabemos que a partir del siglo X el Faro de la ciudad coruñesa da nombre a su propio territorio, quedando alejado del de Bergantiños, en el siglo VI estaba situado en el centro del territorio de Brecantinos. Con la fragmentación de éste, el Faro dio nombre a su circunscripción, y el de Bergantiños quedó como propio para las tierras occidentales adyacentes a la tierra de Faro. Se deshace así la contradicción de que el Faro Precancio estuviese fuera de la tierra de Bergantiños.


  4. #4 giannini 05 de mayo de 2006

    per, miña rula, non me tomes o pelo anda. Sólo planteo un problema que existe: si un promotor o un constructor encuentra restos de interés arqueológico, es común que procure destruirlos, y sabes que celtiberia está llena de denuncias en este sentido.

    coso, discrepo, ni la enciclopedia del XVII que citas, ni menos la Wikipedia me parecen infalibles. Hace ya años, en un Boletín de la Real Academia Gallega, D. César Vaamonde Lores planteó la posibilidad de que Clunia fuese un barrio de Brigantium que perviviese y sobre el cual se refundase la ciudad en 1208. Al menos esta conjetura no le parece imposible al prof. Barreiro Fernández.

    Le oí al archivero de la Colegiata, Ismael Velo Pensado, que en algún documento había visto que cierta zona de las Atochas era conocida como "Coruña". También pude leer en algún documento que la capilla de San Juan -en la propia zona de las Atochas- había sido la primera parroquia de la ciudad, aunque esto de ser la primera parroquia o el primer templo de la ciudad también se lo apropiaba la capilla del Sancti Spiritus en las inmediaciones del lugar en donde hoy se encuentra el hospital Abente Lago, con la diferencia de que San Juan tenía cementerio y coro, cosa que no creo que sucediese en Sancti Spiritus. Pero retomando la posibilidad de que en las Atochas se encontrase el nucleo fundacional de la ciudad, también me viene a la memoria una "Historia" de La Coruña de Juan Melio de Sande que se conServan manuscrita en la Biblioteca Nacional. Si no recuerdo mal, Melio dice que a la altura de 1620, era común encontrar en los campos de Sangracio -actual calle Panaderas aproximadamente, no lejos de San Juan- huesos y entierros de "gentiles" recubiertos con "una especie de armadura de peto y espaldar de barro bien cocido". Los huesos, al parecer eran extremadamente largos si los comparaba con los de la época, (cito de memoria) y estos enterramientos me recuerdan a los que se exhiben en el Museo Arqueológico de la ciudad trasladados desde la calle Real.

    Y hablando de ardides que emplean los constructores para evitar una excavación arqueológica, cuenta el fotógrafo Alberto Martí Villardefrancos, que cuando se estaba cambiando el pavimento de la calle Real y aparecieron los enterramientos que hoy se exhiben en San Antón, el constructor añadía monedas y piezas cerámicas en zonas ya excavadas para "entretener" y despistar al arqueólogo, y poder trabajar a sus espaldas, removiendo lo que quería.

  5. #5 giannini 05 de mayo de 2006

    per, miña rula, non me tomes o pelo anda. Sólo planteo un problema que existe: si un promotor o un constructor encuentra restos de interés arqueológico, es común que procure destruirlos, y sabes que celtiberia está llena de denuncias en este sentido.

    coso, discrepo, ni la enciclopedia del XVII que citas, ni menos la Wikipedia me parecen infalibles. Hace ya años, en un Boletín de la Real Academia Gallega, D. César Vaamonde Lores planteó la posibilidad de que Clunia fuese un barrio de Brigantium que perviviese y sobre el cual se refundase la ciudad en 1208. Al menos esta conjetura no le parece imposible al prof. Barreiro Fernández.

    Le oí al archivero de la Colegiata, Ismael Velo Pensado, que en algún documento había visto que cierta zona de las Atochas era conocida como "Coruña". También pude leer en algún documento que la capilla de San Juan -en la propia zona de las Atochas- había sido la primera parroquia de la ciudad, aunque esto de ser la primera parroquia o el primer templo de la ciudad también se lo apropiaba la capilla del Sancti Spiritus en las inmediaciones del lugar en donde hoy se encuentra el hospital Abente Lago, con la diferencia de que San Juan tenía cementerio y coro, cosa que no creo que sucediese en Sancti Spiritus. Pero retomando la posibilidad de que en las Atochas se encontrase el nucleo fundacional de la ciudad, también me viene a la memoria una "Historia" de La Coruña de Juan Melio de Sande que se conServan manuscrita en la Biblioteca Nacional. Si no recuerdo mal, Melio dice que a la altura de 1620, era común encontrar en los campos de Sangracio -actual calle Panaderas aproximadamente, no lejos de San Juan- huesos y entierros de "gentiles" recubiertos con "una especie de armadura de peto y espaldar de barro bien cocido". Los huesos, al parecer eran extremadamente largos si los comparaba con los de la época, (cito de memoria) y estos enterramientos me recuerdan a los que se exhiben en el Museo Arqueológico de la ciudad trasladados desde la calle Real.

    Y hablando de ardides que emplean los constructores para evitar una excavación arqueológica, cuenta el fotógrafo Alberto Martí Villardefrancos, que cuando se estaba cambiando el pavimento de la calle Real y aparecieron los enterramientos que hoy se exhiben en San Antón, el constructor añadía monedas y piezas cerámicas en zonas ya excavadas para "entretener" y despistar al arqueólogo, y poder trabajar a sus espaldas, removiendo lo que quería.

  6. #6 per 08 de mayo de 2006

    El trazado y la apertura de la caja?. Te remito a un trabajo de Durán Fuentes que puedes consultar en http://traianus.rediris.es/textos/puentes06.htm

    Buena parte de los técnicos y, en ocasiones la propia mano de obra que
    intervenían en las obras públicas formaban parte del ejército, pues era la
    única institución oficial que podía darles una buena formación, una eficaz
    organización y la provisión de los medios materiales (Galliazzo 1995, l,
    193) (Février 1979, 91). Este personal técnico era enviado, de modo
    individual o colectivo, desde Roma o desde las unidades militares
    acantonadas en un lugar más o menos próximo a la obra, atendiendo la
    demanda de sus servicios solicitados por instituciones, cargos imperiales
    o ciudadanos influyentes. La actividad constructiva de los soldados era,
    además de un trabajo de nulo o bajo coste que abarataba la construcción,
    una buena manera de mantener ocupada la tropa en tiempos de paz. Se han
    hallado testimonios de la participación de unidades del ejército en la
    construcción, conservación y reparación de obras públicas sobre todo
    legiones y vexillarii, y de los diversos trabajos y tareas que realizaban
    los soldados. Las inscripciones formadas por la letra L seguida de un
    numeral y que se han hallado en sillares, miliarios o ladrillos, han sido
    interpretados como la prueba de la participación de una legio en una obra;
    se conServan varias en el puente del Diablo de Martorell que muestran la
    intervención en la obra de las legiones IIII Macedonica, la VI Victrix y
    la X Gemina, todas ellas estacionadas en Hispania bajo los Julio-claudios
    (Bohec 2004, 286-287); son las mismas legiones que también intervinieron
    en la vía de Oiasso a Caesaraugusta por Pompaelo, como muestran sus
    numerales grabados en los miliarios de Sora (L·X·G), de Castiliscar I (Leg
    IIII Mac) y Castiliscar II (L VI) todos ellos hallados en la provincia de
    Zaragoza (Lostal 1992, 26-28). En otros casos su presencia está indicada
    en textos grabados en lápidas colocadas en la fábrica de la obra, como las
    conservadas en el puente acueducto de Cesárea Marítima en Israel, en las
    que se cita, enmarcadas en una tabula ansata, la presencia en tiempos de
    Adriano, de vexillatonis de las legiones II Trajana Fortis y de la X
    Fretensis; en ocasiones, estos grupos de soldados eran agrupados bajo un
    estandarte, vexillum, para la ejecución de una obra pública (Bohec, 2004,
    41 y ss).

  7. #7 giannini 08 de mayo de 2006

    perdona per, supongo que lo que copias en tu mensaje de 20.20, lo escribió elpater antes de realizar las excavaciones, al menos es lo que entiendo al leer ese texto. Si te vinieses un día a la Torre -antes de tomar ese pulpo- verías que sí se conServan restos. De hecho, antes te pegue un enlace en el que encontrarás información mucho más precisa sobre las excavaciones realizadas, que conozco como cualquier otro visitante de la Torre de Hércules. Échale un vistazo al enlace, que te copio de nuevo:

    http://www.elpater.com/webtorre/Textomanito.PDF

  8. #8 giannini 13 de mayo de 2006

    bueno... no tengo palabras para calificar el interés y la calidad que está adquiriendo este debate: tupendo, tupendo... pero vamos, tupendísimo.

    PD: Dra. Canto, tal vez no me expresé bien. En cuanto a lo del espejo, yo sin duda puedo ir demasiado lejos en mis opiniones, usted no. De todos modos, la prudencia que caracteriza a elpater, seguramente le impedirá pronunciarse sobre el supuesto espejo o sistema de iluminación mientras no haya pruebas más contundentes, lo cual, por otra parte, me parece muy normal. En cuanto a los documentos que cita del Sr. López Vallo, como lo conozco muy bien, puedo decir que él piensa que son meras anécdotas que colgó en la red por si tuviesen algún interés, pero la mayor parte de la información es conocida. El problema que hay para estudiar la Torre de Hércules en época moderna y contemporánea, estriba en la pérdida y dispersión de las fuentes documentales. La Torre de Hércules dependió desde 1684 en adelante de la Capitanía del Puerto en tanto que cuerpo de guardia y en tanto que fanal que precisaba un mantenimiento. Con el reinado de Felipe V, Guerra mantiene a una persona en el cuerpo de guardia para dar parte de cualquier novedad que apareciese en el mar; y Marina se encarga del mantenimiento del fanal. Lo malo del caso es que las las series de la Secretaría de Marina que se conServan en Simancas finalizan siempre en el año 1783 y las del Ministerio de Fomento que se conServan en el Archivo Histórico Nacional comienzan a mediados del siglo XIX. La documentación posterior a 1783, producida por la "mesa de puertos" de la Secretaría de Marina -que tenía entre sus competencias todo lo que afectase a los faros- pasó en 1833 al Mininisterio del Fomento General del Reino y en 1834 o 1835 al Ministerio de "lo" Interior. Como Simancas agota su capacidad de archivo a mediados del siglo XIX, se crea por esas fechas el Archivo General Central en Alcalá de Henares, que se encarga de recoger los papeles más antiguos del Ministerio de Fomento, que había heredado los archivos de Fomento General del Reino, de Interior y de Gobernación de la Península. Como el Archivo General Central de Alcalá arde en 1939 como consecuencia de la guerra, la mayor parte de las fuentes documentales directas que afectaban a la Torre de Hércules entre 1783 y mediados del siglo XIX han desaparecido. De todos modos, la "curiosidad" de Cornide, cuyas "Investigaciones..." incluyen al final un grupo de planos, todos (sic) sacados del expediente de reconstrucción, junto con la santa burocracia que caracteriza a la administración española, permiten conocer la evolución del edificio y sus moradores pese a las lagunas mencionadas. Saludos.

  9. #9 giannini 14 de mayo de 2006

    Varias cosas elpater. No sé por donde empezar porque además tengo las copias de los documentos, pero no los tengo aquí, así que como escribo de memoria, no será raro que se deslice alguna imprecisión o algún error incluso.

    Por lo que se refiere al padre Negreyros... ya me gustaría conocer algo -y no será por no haberlo intentado- pero no sale nada, aunque no pierdo la esperanza de encontrar algún hilo del que tirar. De Amaro Antúnez sí que aparecen algunos datos, pero de Negreiros nada de nada.

    Creo que los planos que publica Cornide son los que se hicieron y aparecían incorporados en el expediente -incluso los planos conjeturales del estado de la Torre en época romana- que tramitó la Secretaría de Marina. No hay más imágenes distintas, como no fuese el boceto que tenía Eustaquio Giannini y que dio a José Lucas Labrada para que, en su calidad de delineante escribiente de las obras, lo dibujase, lavase, copiase e incorporase al expediente. De hecho, estoy convencido de que en un principio la reforma de la Torre no iba a seguir el proyecto que incluye Cornide en sus "Investigaciones..." y que tampoco se corresponde con la obra ejecutada. Al principio, la obra que se adjudica a Elexalde en tanto que asentista de la cantería, incluía una escalera interior de madera y otro tipo de remate. El caso es que Elexalde se hace cargo de una obra y durante el proceso de ejecución, al comenzar, se modifica el plan. Esto dio origen a un ruidoso pleito en el Tribunal del Consulado, apelado al Juez de Alzadas del mismo Tribunal y espero que a otro sitio. El plano que se conserva fotografiado en el Castillo de San Antón, a mi juicio, procede del pleito visto en el Tribunal del Consulado. Alegaba Elexalde que el proyecto que él aceptó en pública subasta incluía menos cantería de "clase" que la realmente invertida y ello le ocasionó una serie de pérdidas que reclamó y de las que fue en parte resarcido. El entonces arquitecto municipal, Fernando Domínguez y Romay, actuó como perito en el proceso y tuvo que medir los distintos volúmenes de cantería empleada (mampostería, cantería de clase y cantería ordinaria si no recuerdo mal) para así determinar si Elexalde había sufrido algún tipo de quiebra en el asiento. Para decir que no hay otro proyecto, me baso en que cuando a Giannini se le pide que envíe al Tribunal del Consulado el plano de la obra en realidad ejecutada, envía su boceto y a posteriori la copia de un plano realizado por Labrada que Giannini se niega a firmar... pero no hay otro plano a mayores, de ahí que Domínguez Romay tuviese que hacer un reconocimiento penosísimo de la cantería realmente invertida en el edificio para medirla y valorarla.

    En cuanto al empapelado y cielos raros, a los orificios que le aparecían, hay que atribuirlos a Agustín Antelo, hijo. Como sabe, en 1800 se corta el tercio superior del garitón proyectado por Giannini para acoger un fogaron de carbón de piedra, instalándose en su lugar el chapitel, una escalera de caracol y otros elementos que aún hoy se conServan en la Torre. Se encargó de armar el fanal giratorio enviado desde Londres por Josef de Mendoza Ríos, el director del obrador de instrumentos nauticos de Ferrol, Josef María Baleato. Como este muriese durante el proceso de armado, se encarga de concluirlo su operario de confianza, el maestro armero Francisco Manuel Tellado, que quedará encargado de la luz de la Torre, si no recuerdo mal, hasta 1830 o 1833. Tellado no vive en la Torre, sino en la calle de San Andrés, aunque contaba con un edificio cercano hoy en ruinas -para mí el almacén y cocina de la Torre. En la propia Torre, en el segundo piso, tiene una habitación que estaba dotada con máquinas y fragua, tal vez para arreglar el mecanismo de reloj que movía unas pantallas y originaba las ocultaciones. Convive Tellado con un vigía, que sin incumbencia con la luz de la Torre, permanecía en el edificio para dar parte al capitán del Puerto de cualquier novedad que ocurriese en el mar. De hecho, alguien me comentó que hasta principios del XX, en la Torre había un vigía que realizaba las mismas labores y que, en el edificio de prácticos del Puerto se conservaba documentación que lo atestiguaba.

    Con la muerte de Tellado entra en la Torre la saga de los Antelo. El primero, Juan Agustín Antelo, relojero de Ferrol, hermano si no recuerdo mal del famoso y acreditado Andrés Avelino Antelo, autor de varios relojes para catedrales y monasterios gallegos. Juan Agustín Antelo, casado en Ferrol, intenta en el obispado de Mondoñedo un "divorcio". Su mujer, que no parece mentir, le achaca "malos tratamientos" de palabra y obra. Recuerdo también que su esposa lo acusa de infiel, que tenía una querida vamos. La "amiga" de Juan Agustín Antelo se queda embarazada en torno a 1812 y el niño que nace será Agustín Antelo hijo, nacido en el Hospital de Caridad de Ferrol, pasa a la inclusa del Real Hospital de Santiago, en donde vive hasta que su madre lo rescata en torno a 1817 si no recuerdo mal. Todo apunta a que Juan Agustín Antelo se traslada el año en que nace su hijo a La Coruña. Aquí vivía "en pecado" con su amiga. Juan Agustín Antelo, una vez que se establece en La Coruña abre tienda de su oficio en la calle Real, a la altura de la antigua plaza de San Jorge. En la década de los veinte, Agustín Antelo hijo, estudia nautica en el Real Consulado, pero viendo que esta profesión no le "privaba", se decanta por el oficio que desarrollaba su padre: relojero.

    A raíz de haber muerto Francisco Manuel Tellado en 1830 o 1833 -no tengo el dato a mano- entra a servir la luz de la Torre Juan Agustín Antelo. Desde el año 1840 padece una enfermedad que le impide ejercer su oficio de farero y aquí entra a sustituirlo su hijo Agustín Antelo. Con la muerte de Juan Agustín Antelo en 1844 ocupa la plaza vacante su hijo y sustituto Agustín Antelo. Todo un personaje... y todo un pollo, pero un pollo de cuidado.

    Con Agustín Antelo hijo en la Torre, se modifica el remate del chapitel instalado en 1800. El fanal giratorio venido de Londres contaba con una estufa para evitar la solidificación del aceite en los quinqués que originaban la luz. El caso es que esta estufa de hierro colado originaba también frecuentes roturas de los vidrios del chapitel y, al parecer, Agustín Antelo sugirió su eliminación. Quedaba así sin uso el tubo curvo y giratorio que desalojaba los humos de la estufa, y debido a ello, se sustituyó por el remate esférico que aparece ahora en lo alto del chapitel.

    La visita a Galicia de los duques de Montpensier sirvió para empapelar el faro, para colocar cielos rasos y para aderezar el edificio con una serie de cuadros (aspecto del fanal giratorio, aspecto de la óptica Fresnel, agradecimientos a Antelo de tal o cual personaje, inscripción en donde constaban las personas que habían intervenido en la colocación de la óptica Frenel...), cortinas de terciopelo, puertas de cristales... El autor de esta decoración interior fue Antelo hijo. Agustín Antelo era persona que contaba con un cierto reconocimiento social en la ciudad, de hecho, además de formar parte de las tertulias de más empaque en la época, sabemos que formó parte de la comisión que se encargó de transformar los antiguos y tradicionales pesos y medidas al sistema métrico decimal. Antelo hijo, permaneció a sus anchas en la Torre mientras esta dependía de la Marina ferrolana. Incluso, cuando en 1847 se instala la óptica que hoy se guarda en algún almacén de San Diego (¡esa óptica! espero que se conserve) Antelo tiene muy buena relación con el ingeniero jefe del Distrito José María Pérez y con todo el personal de la Dirección General de Obras Públicas que acababa de hacerse cargo del faro. No fue buena su relación con el ingeniero inspector del faro Alejandro de Olavarría (muerto en 1854 con el cólera), que era consciente de los manejos de Antelo. Olavarría daba parte de José María Pérez de las faltas de efectos, de las facturas irreales sobre gastos que no se habían efectuado en el faro... pero el ingeniero jefe del Distrito José María Pérez, miraba para otra parte. El problema para Antelo surgió cuando el ministro de Marina de la época anunció a Antelo su intención de visitar el faro (1850 o 1851). Antelo no tuvo la cortesía de comunicar tal hecho a su jefe inmendiato, Alejandro de Olavarría, que se enteró de la visita por la prensa. Al poco tiempo, Olavarría fue ascendido a ingeniero jefe del Distrito y a partir de ahí comenzaron los choques con Antelo. Olavarría pudo probar que mientras Antelo permaneció como profesor de la escuela de Torreros de Faros cobraba a los alumnos por darles la calificación de apto. Cuando éstos partían de La Coruña para su destino en algún faro, Antelo les hacía préstamos usurarios y estas pruebas llegaron a ocasionar la muerte de uno de los torreros que delataron a Antelo y que servía el faro de Machichaco.

    A fin de cortar todas las irregularidades, Olavarría consiguió que se cerrase la escuela de Torreros de Faros de La Coruña, que se trasladase a Antelo a depósito de efectos de faros creado ad hoc también en La Coruña. Pero el genio o la furia de Antelo, al conocer su traslado hizo que se llevase... de todo. Arrancó cielos rasos, cortinas, el album de firmas de la Torre. Llegó a apropiarse de la bandera nacional (no sé si en estos tiempos tendremos que llamarla "estatal"). Puesto el caso en conocimiento de la Dirección General de Obras Públicas, se traslada a Antelo a otro depósito de efectos de faros creado ad hoc en San Sebastián. Allí volvió a chocar con sus superiores, llegando a amenazar de muerte en plena calle al ingeniero inspector de la provincia y montando un escándalo en las oficinas de Obras Públicas con el ingeniero del que dependía. Suspendido de empleo y sueldo, se le abre un expediente gubernativo que concluirá con su separación del servicio con imposibilidad de ocupar cualquier cargo dependiente de la Dirección General de Obras Públicas.

    El cuarto de la Reina del que le habló su abuela es, en mi opinión, el cuarto del ingeniero. Todos los faros contaban con una cuarto destinado al ingeniero por si tuviesen que hacer noche en el faro. La Torre no podía ser menos y allí, en el primer piso se encontraba el destinado al ingeniero. Como la Torre no estaba en un lugar alejado, este cuarto era más despacho en el que tramitar los papeles de las visitas de inspección que dormitorio, y evidentemente los torreros lo mantenían con el mayor aseo y pulcritud. En el segundo piso Antelo había instalado un cuarto de descanso para las visitas y un gabinete para él mismo.

    En fin, no sigo. Espero que me disculpe lo deslabazado del texto, de la redacción, escrita de memoria y a toda prisa.

  10. #10 elpater 15 de mayo de 2006

    Sr. Giannini, más cerca de usted. En la Torre de Hércules.

    Los estudios de ictiofauna están hechos (cuando menos parcialmente) y publicados. Formaron parte de la tesis doctoral de una alumna del catedrático de zoología José Rey, de Santiago. Los de malacología están hechos (una cosa muy sencillita, mera identificación de especies) pero inéditos.

    A ver... de la ictiofauna no recuerdo ninguna conclusión epatante. Los peces habituales en la zona. De las conchitas y similares, mariscos y más mariscos. De todo tipo. Sí que parecía haber una diferencia porcentual entre los momentos centrales de la ocupación medieval (XI-XII) en los que se incrementaba el porcentaje de ostras, frente a los iniciales (X) y tardíos (XIII), en los que tomaba la delantera el percebe. En mi locura lo asocio con la presencia de guarniciones del obispado santiagués a a los que se les suministra ostra desde el exterior; las otras ocupaciones, más domésticas, se nutren de los percebes de las rocas inmediatas. Pero a saber si fue así o no.

    La ocupación romana es interesante, con niveles de ocupación en el que quedan, como es lógico, piezas rotas y desechadas o lo que pierden. Hay sigillata, estudiada por Catalina López y publicada en Brigantium. Un anillo de azabache con una mano grabada. Una cabeza de alfiler del pelo con una talla de cabeza femenina. Monedas de Constantino y sucesores (las más) y alguna altoimperial inedintificable. Algún fragmento de alfiler de hueso. Y esas plaquitas de bronce chapadas en oro que ya cité, que interpretamos como restos de una estatua. Seguro que se me queda algo, pero a estas horas me disculpará. Lo suficeinte para verificar una ocupación romana sin lugar a dudas. Lo más interesante a mi modo de ver, y es lo que se buscaba, fue la constatación de la existencia del muro exterior, del que queda muy poco construido, pero se conServan tanto las huellas en la roca como los estratos "colgados" al retirar los magníficos sillares de los cimientos. Y la cornisa, totalmente canónica, caída sobre restos bajoimperiales y cubierta por sedimentos del IX-X, datando el comienzo de destrucción del muro en esos márgenes.

    Lo medieval tal vez tenga mayor interés porque documenta los momentos realmente desconocidos hasta ahora, los del Castrum Fari (¿era así?) de la Compostelana. Una edificación en cuyos muros se reutilizan grandes sillares romanos se adosa a lo que queda del muro exterior de la Torre, sirviendo de cocina a tenor de los restos conservados: al menos dos hogares diferentes, muy simples, y abundantísima cerámica de cocina, junto con restos y restos de alimentación sobre el piso (cochinotes ya eran, ya). Fechas C14 entre los alrededores del 1000 hasta comienzos del XIV. Algunos objetos, muy deteriorados, de interés, como lo que me parecen un pomo de espada, un fragmento de espuela y otro de herradura (ergo, si es cierto, había caballeros con caballo y todo -o, para ser más exactos, había al menos medio caballero y un cuarto de caballo-). Abundantes fusayolas en piedra. Algún fragmento de hueso decorado con circulitos con puntito interior, para hacer soñar a Ainé, que parecen cachas de cuchillo. El colgante en plata chapada en oro que he puesto en la foto, cuyo interés en el caso de ser templario no se le escapa, ¿a que no? Y todo lo que se me olvida, que no son horas.

    El edificio medieval, adosado a modo de alpendre, se modifica tras un primer incendio, construyendo un tabique interior (se asienta sobre la capa de tejas caída tras el incendio). Y vuelve a incendiarse al menos una vez más. ¿Resultado de acciones bélicas? ¿Mero incendio doméstico? Me inclino por lo último, pues resultaba habitual en torno al año 1000 (al menos eso cuenta Sánchez Albornoz en "Una ciudad hispánica hace un milenio").

    ¡Pero qué cuerno hago yo contándole esto, si ya lo he escrito en un artículo que está en la red y que usted ha referenciado en alguna ocasión! Pues eso :-)

    Y lo del pararrayos. Otro día hablamos del pararrayos, que no son horas. :-)

    Lo del final traumático fue tal cual. Ya la excavación era difícil, al compás de las obras, combinando en los últimos días con los obreros que ponían los pilares del forjado, cuando nos dijeron que se acababa. Y se acabó. Poco debe quedar por excavar, en volumen, pero se corresponde con los primeros momentos de la Torre. Algún día se volverá, supongo. Afortunadamente no hay problemas de conservación; el otro día pude comprobar que todavía estaban en su sitio dos clavos y una goma que se nos había quedado olvidados en la retirada, de modo que se podrá decir lo de "excavábamos ayer..."

    Pero no crea que es problema sólo de medios. Siéndolo, eso se puede solucionar en el momento oportuno. Lo que no se soluciona con facilidad es la falta de especialistas, por ejemplo para toda la cerámica medieval (aunque en esto se abre alguna perspectiva). Los materiales han estado y están siempre a disposición de cualquier doctorando que quisiese trabajarlos; de momento se han resuelto la sigillata, la ictiofauna y los vidrios romanos, que se me olvidaba (pocos y muy fragmentados), todo ello publicado. El resto, del salón en el ángulo oscuro, espera la mano de nieve que sea capaz de arrancarle todas sus posibilidades (una visión somera ya está hecha, y da lo que le he contado; pero diferentes especialistas seguro que puede sacar más jugo a todo). Todo se andará a su debido tiempo, que la mies es mucha y los obreros pocos.

    Intento ordenar las cosas un poco más con papeles delante (aquí no los tengo) y le cuento. Deme unos días.

  11. #11 Brigantinus 15 de mayo de 2006

    "Coruña era un puesto defensivo"
    Pero, ainé... ¿no quedábamos en que nuestros antepasados eran inteligentísimos, y que Coruña City estaba en un lugar de pésima defensa?.
    De la época romana no se ha descubierto ninguna estructura militar.
    Se conServan un faro, viviendas y testimonios epigráficos que prueban una gran actividad comercial y financiera.
    ¿Puesto defensivo?

    Y digo yo que no en toda Galicia se cultivaría el lino ¿no? A lo mejor hasta se podía importar y todo, como se importaba la pizarra (creo que en Elviña se han encontrado pizarras que sólo pudieron llegar allí desde varios kilómetros tierra adentro?

  12. #12 per 02 de jun. 2006

    BRIGANTIUM
    Las fuentes clásicas1. hablan de una ciudad llamada Brigantia y tambien de un faro. La mansión BRIGANTIUM del Itinerario Antonino ha sido tradicionalmente asimilada a la ciudad de A Coruña desde que los padres Sarmiento y Flórez 2 se interesaran sobre la antigüedad de Galicia en el siglo XVIII y sobre todo desde que José Cornide configurara el mapa corográfico de la antigua Galicia en 1790. La existencia de un importante conjunto epigráfico romano en esta ciudad y la presencia de un faro en sus orígenes romano apuntan en esa dirección.
    Aunque no existen pruebas definitivas para su exacta ubicación, la corriente historiográfica pocas veces ha dudado en situar la ciudad romana en A Coruña. Esta afirmación entra sin embargo en contradicción con dos de sus fuentes: una el Itinerario Antonino que atribuye, desde la mansión viaria BRIGANTIUM a la capital del convento lucense, la mitad de kilómetros que realmente existen entre A Coruña y Lugo; otra, la Notitia Dignitatum que vincula Brigantia a la unidad militar Cohors I Celtiberorum que sabemos que se encontraba asentada en Cidadela.
    La ambigüedad de las sucintas fuentes clásicas que hacen referencia a esa ciudad no permiten fijar inequívocamente este famoso enclave del noroeste hispánico. Es necesario movilizar otras fuentes para recabar más información ya que existen documentos medievales, compendiados algunos de ellos en el Tumbo de Sobrado3, que hacen referencia a un valle Faro Bregancio 4 y a un Farum precantium 5 de los que se deduce la existencia de un amplio territorio brigantino y de una zona denominada Faro entre los siglos X y XII 6 .
    Existen otros documentos que nos hablan de un farum precantium. En el año 991 el rey Bermudo II dona a la tierra de Santiago un Faro y su commisso. La porción de texto que se refire al territorio que estudiamos es la siguiente:
    “Adicimus etian a parte maris oceanis, pinnam fabricatam ab antiquis homínibus, farum precantium, quod regibus semper fuit deditum vel nobis, ut a modo et deincepes sit parti domini Jacobi Apostoli, secumdum illud obtinuerunt comites, de concessum avorum et parentum nostrum cum suo commisso quod de ipso faro sumsit exordium ab omni integritate post partem beati Iacobi, et secundum illud obtinuit beatus et santus Dei Rudesindus episcopus. Adicimus adhuc civitatem ab antiquis fabricatam per suos términos, non procul ab ipso faro, etiam et casatas ingenuatizas”.
    El documento es una donación a la iglesia de Santiago y a su obispo de la commisso de Faro, que se refleja en el texto en dos adiciones. La primera se refiere en la parte del mar Océano a una torre construida por los antiguos y al condado que la contiene que toma el nombre de Faro. La segunda adición hace referencia a una ciudad construida antiguamente dentro de los términos, límites o lindes7- del condado de Faro del siglo X. Se añade que la ciudad antigua está no lejos del faro. Es decir, faro y ciudad estaban en la misma commisso y a una cierta distancia no concretada en el texto. La mención a las casatas ingenuatizas podría hacer alusión a la existencia de villas dispersas en el territorio comprendido entre el faro y la ciudad, quizás algunas de las que recoge el Tumbo de Sobrado en torno a la misma época en el mismo territorio.
    A partir del siglo X las referencias a Brigantium desaparecen de las fuentes. Los historiadores que tradicionalmente se interesan por la ubicación de esta ciudad recurren al topónimo Crunia en la convicción de que en la actual A Coruña se asentaba la ciudad romana. La primera mención a la ciudad de Crunia o Cruña se realiza en el Codex Calixtinus compilado en el siglo XII. En él se expone que Carlomagno habría conquistado, entre otras, las ciudades de Compostela y Crunia. Habrá que esperar hasta el año 1180 para que vuelva a aparecer en las fuentes. El primer intento de repoblación de este lugar se realizaría en la segunda mitad del siglo XII concretamente entre los años 1164-1166. La segunda mención aparece en el denominado “foro dos cregos”, o Privilegio de Fernando II, concedido a esta ciudad por este rey en el año 1180 y mediante el cual, parece que se repoblaría definitivamente, tras un hipotético primer intento fallido. (Barreiro 1986, 86).
    El siglo XII testimonia también la arribada de viajeros marítimos en A Crunia: “Exin ad turris Faris, quae olim a Iulio Caesare constructa, admirandi operis ut ibidem reditus et causae interminabiles totius Britaniae et Hiberniae et Hispaniae quasi in meditullio commearent. Est enim adeo sita inter meridionalem et occidentalem plagam ut prima sit litores appulsio recto tramite a Britania venientium. Ibi vero pons lapideus ex multis arcubus ostenditur in mare protensus, ex quibus XXIIIIor arcus...”.8.
    En este documento se menciona el faro, al que no se duda en atribuir un origen romano, y el puerto que se proyecta en el mar. Sin embargo la ciudad antigua que menciona el documento de Bermudo II del siglo X es obviada por la descriptiva crónica del cruzado Osborne.
    Crunia fué repoblada en el siglo XII en tierra de realengo, bien situada en un gran puerto, eclipsando al hasta entonces más bollante Burgo de Faro copado por la presencia de Santiago, Sobrado y el Temple. No le sobraron al puerto de A Coruña favores reales con los que iniciar su despegue como puerto de Galicia noroccidental y sin embargo no eclosionará hasta el siglo XIII.
    Las fuentes literarias que acabamos de enumerar son efectivamente la base argumental enarbolada por la tradición para ubicar la ciudad Brigantium en A Coruña, proponiéndose de este modo una clara proximidad física de las tres componentes de la totalidad de Brigantium: el Farum Precantium, el posible puerto romano y la ciudad. Existe interés generalizado para que la arqueología llegue a corroborar alguna vez esta consolidada hipótesis. Esta cierta inquietud se manifiesta en la proliferación de sondeos y actuaciones de urgencia efectuadas, de unos años a esta parte, en el subsuelo vello coruñés. Pero a pesar de las excavaciones y sondeos realizados hasta el momento no se han localizado en la ciudad de A Coruña restos atribuibles a época prerromana si exceptuamos dos o tres castros de sus alrededores (BELLO 1994a), así como tampoco se han encontrado en el subsuelo coruñés evidencias arqueológicas de peso atribuibles a la ciudad romana Brigantium9, ya que en la zona vella o Coruña alta, área donde se concentran los restos romanos, éstos hablan de un asentamiento de carácter privado, de índole doméstico-residencial y/o artesanal-industrial, sin que se hayan encontrado hasta el momento indicios de la existencia de edificios de carácter público, a pesar de lo cual autores como F. Pérez (2000, 184 y 204) mantienen, que la ciudad Brigantium ubicada en A Coruña no poseería, a tenor de cómo se orientan los muros de los cimientos excavados, un trazado hipodámico, sino más bién otro pseudo-hipodámico, o mejor dicho, con forma de graderío.
    Es cierto que existe un conjunto epigráfico de calidad (PEREIRA 1991, 23), vinculado a personal muy romanizado y un faro romano. No es menos cierto que fuentes clásicas del siglo II d. C, como Ptolomeo, sitúan en el gran puerto natural de los galaicos lucenses un Farum Precantium10, sin duda, el faro romano de Brigantium. Sin embargo esta ciudad en ningún momento es ubicada con claridad en el mismo, y exacto, lugar que el faro. Por estos motivos creemos no debe considerarse inamovible la identificación A CORUÑA = BRIGANTIUM.
    Ptolomeo (100-170) ubica el Farum Precantium11 en el gran puerto de los galaicos lucenses y Dión Casio (155-235 d.C) narra el viaje que realizó César en el año 60-61 a. C. a esa ciudad. Este último autor parece estar empleando referencias de su tiempo para situar al lector, y al citar una Gallaecia anacrónica, también pudiera mencionar un Brigantium inexistente en época de César pero conocido en el siglo III. Otra fuente que nombra a Brigantium es el Itinerario Antonino que compilado hacia el año 280 d. C llega a nosotros con algún añadido del siglo IV. Existen, por fin, dos referencias del siglo V, una de Orosio, otra la Notitia Dignitatum.
    Las fuentes literarias antiguas alusivas a esta ciudad la situan en el período cronológico comprendido entre los siglos II y V, hecho que induce a pensar que sería éste precisamente el tiempo de su existencia, dando paso a otro posterior de decadencia, pues no vuelve a aparecer en las fuentes hasta los siglos X y XI, pero ya inmersa en la leyenda de la ciudad construida por los antiguos, o como la ciudad de Cesarea (BELLO 1994b, 108-110).
    Creemos necesario replantear la ubicación de Brigantium, dando mayor credibilidad a fuentes como la arqueología, o de entre las literarias al Itinerario Antonino que la sitúa a una distancia concreta de Lugo, y a la Notitia Dignitatum sobre otras que, como señalamos anteriormente, debido a su ambigüedad podrían encajar también dentro de la hipótesis que mantiene que la ciudad de Brigantia, que daría nombre a la comarca brigantina, surgiría en el mismo lugar donde se asentaba la Cohors I Celtiberorum es decir en Cidadela (Vázquez 1998).
    Se ha denominado alguna vez al campamento romano de Cidadela como el Transpaís de A Coruña, basándose en la similitud de materiales arqueológicos aparecidos en ambos lugares (NAVEIRO 1994, 67). Pero si se invirtiera el razonamiento podría entenderse que el asentamiento romano de A Coruña, con estructuras datadas entre los siglos I y II y ubicado en el gran puerto de los galaicos lucenses, estaría en estrecha relación con la ciudad Brigantia ubicada en Cidadela, donde se asentó la Cohors Prima Celtiberorum según la Notitia Dignitatum y entre comienzos del siglo II y el siglo IV, como indica la arqueología. Existiendo por lo tanto un periodo de plena convivencia a lo largo del siglo II.
    El topónimo Cidadela hace referencia a una ciudad. Este lugar fué campamento de la C.I.C. entre el siglo II y IV. La explicación a la hipotética ubicación geográfica de la ciudad Brigantia, tan retraida de la costa y el asentamiento de una cohorte en ese lugar podría estribar en las necesidades logísticas de LUCUS AUGUSTI, obligada hacia finales del siglo I a situar a su servicio una cohorte, justo a medio camino entre puerto y capital y bien comunicada por infraestructura terrestre. Es posible que la cannabae surgida al calor del campamento diese lugar a un núcleo poblacional de suficiente entidad como para ser denominado civitas por las diversas fuentes clásicas y altomedievales. Estaría físicamente dotada de un oppidum amurallado, y articulado su interior mediante un trazado ortogonal delimitado por una serie de edificios públicos y administrativos. A este hipotético núcleo protourbano se le atribuiría un territorio, con probabilidad el comprendido entre asentamiento y faro, extendiéndose unos 50 km a lo largo de los valles fluviales de los ríos Mero y Mendo. La existencia de un oppidum amurallado que permita concentrar el poder político y de un territorio son requisitos imprescindibles de la ciudad romana ideal (PAZ 1994). Campamento o ciudad, puerto y faro estarían íntimamente ligados por medio de caminos 12.
    Pensamos que nuestra interpretación permitiría armonizar las diversas fuentes existentes para el estudio y localización de esa ciudad romana, ya que por un lado concordaría con el Itinerario Antonino, que situa la mansión viaria BRIGANTIUM a 51 km de Lugo, por otro con la arqueología y por último con la información que proporciona la Notitia Dignitatum. Baste mencionar las marcas 13 que la C.I.C realizó en sus tégulas14 y la aparición de epigrafía15 con alusiones a esta cohorte, para no dejar lugar a dudas acerca de la vinculación del campamento romano a esta unidad militar (CIRG I 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38).

    1 1.- 100-170 d.C: PTOLOMEO: TABLA II, CAP. 6 “GEOGRAFÍA:”:- En el gran puerto de los galaicos lucenses Pharum Brigantio 6º , 45´, 45´´)(BELLO 1991 b).
    2.- 155-235 d.C DIÓN CASIO: “HISTORIA ROMANA”: - Entonces navegando en dirección a Brigantio, ciudad de Gallaecia, aterrorizó a sus habitantes con sus naves y como no habían visto nunca una escuadra de guerra, se rindieron”. “desde allí, navegando a lo largo de la costa hacia Brigantio, ciudad de Gallaecia, los atemorizó, y sometió por el rugir de la navegación ya jamás habían visto una escuadra”(D.C. XXXV, 53).
    3.- 280 d. C. ITINERARIO ANTONINO: Item per loca marítima a Brácara Astúricam usque.
    4. - 415-417 d.C. PAULO OROSIO. “HISTORIARUM ADVERSUS PAGANOS LIBRI SEPTENS”:
    a. " Un segundo ángulo mira al noroeste donde está situada la ciudad gallega de Brigantia, que levanta para observación del mar de Britania un altísimo faro, obra digna de recuerdo entre pocas". (Orosio 1, 2, 71- 72),
    b.“Hibernia, isla situada entre Britania e Hispania, se extiende desde el suroeste hasta el nordeste en una longitud considerable. Sus primeros territorios, alargados de cara al océano cantábrico, contemplan a través de un largo espacio, desde lejos, sobre todo desde el promontorio donde desemboca el río escena, y donde habitan los escenas y los velablos, la ciudad gallega de Brigantia, que se encuentra al Sudoeste de Hibernia, y que mira hacia estos en dirección noroeste (Orosio 1, 2, 80)
    5.- 395-420 d.C. “NOTITIA DIGNITATUM”: -Tribunus cohortis celtiberiae Brigantiae, nunc Iulióbriga. (Not.Dig. 42, 30).
    2 P. FLOREZ España Sagrada, T: XIX; Madrid p. 15.
    3 (LOSCERTALES, P., 1976)
    4 Año 971. In valle Faro Bregancio, villa de Orria et eclessia Sancta Eulalia iuxta Faro, et nuncupatam eam Carolio et alia eclessia de Sancte Marine . Inter Montanos et Bragantinos, villa Amberona,...in Bragantinos, villa Guntilani et Anezobre.Tumbo I , fols. 41 v.- 42 v.
    5 971. Et ego Sisnandus, episcopo eclesiam Sancta Eulalie qui est iuxta farum Precamtium que mihi incartarunt Florencius presbiter, et nuncupatar eam Carolio. Tumbo de Sobrado. T. I, fols. 6 r - 7 v.
    6 s.d In terra Faro Sancti Christofori medium cum adiunctionibus suis, villa laureiro, Elvinam, villam Aguelam. In terra de Bregantinus villa Lalim et Sancti Stefani Medio. Tumbo de Sobrado, T.I , Folio 189 v.
    Año. 1153. “Facio carta domnationis...de omni portático illo quod ad Burgum de Faro”. Tumbo II, fol. 13 r.
    Año 1179. “De decimis totius Burgi de Faro Sancte Marie Superaddi”. Tumbo II, fol. 14 v.
    Año 1188. “ illas zenias quas fecistis iuxta burgum de Faro, in rívulo qui discurrit subtus Vilambonam...per portum vidilicet qui est subtus vilambonam, et per illum comarum quod dividit inter hereditatem de Petro Labor et alias hereditates que iacent iuxta burgum, et inde vadit ad mare, ex altera parte per illam viam que exit de predicto portu et vadit contra Cordedam et per illum comarum que vadit de via illa in directum ad illo castineirum qui est in rivulo qui descendit de Cordeda et vadit ad mare, et ita concluditur terminos Zervarum “. Tumbo de Sobrado, Tumbo II , fol. 24 r. y v.
    7 Barreiro Fernandez traduce dentro de sus términos, mientras Bello prefiere nos seus lindes. Según nuestra hipótesis encajaría mejor la versión de Bello Dieguez. (BARREIRO 1986, 76) (BELLO 1994b 104- 108).
    8 Carta del cruzado R. A Osberto de Bawsdey, Cambrigde, Corpus Christei College, Ms. 470, fols 125v – 126. (FERREIRA , 1988b: 66), (BALIL, 1980: 167-171). (BELLO, 1991b :33-35)
    9 Los restos romanos de A Coruña se conServan en la zona de la Dársena, de la Mariña, y en el barrio de la pescadería, entre la Rúa Real y Mª Pita, es decir en el área de la ciudad vieja donde se ha localizado algún muro aislado, como es el caso del jardín de la iglesia de Santiago, de la excavación de la plaza Cánovas Lacruz y del aparecido en la Rúa de la Taberna donde también apareció un tesorillo monetario. Se han encontrado también tégulas en la Rua de Maestranza, y un nivel de vertedero en el paseo de Parrote. (PÉREZ, 2000)
    10 El texto Ptolemaico que hace referencia a Flavium Brigantium debería ser leido Pharum Brigantium (BELLO 1994b ,17-23). En este documento se basan diversos autores para ubicar la ciudad romana al lado del mar, por lo que A Coruña encajaría perfectamente. Si se acepta la nueva lectura sólo existirían argumentos para situar en A Coruña el faro romano, ya que el texto haría referencia al faro y sólo a él expresamente.
    11 (BELLO 1994, 84).
    12 Año. 1199. “ in terminis de Guarguiane de voce de villa de Covas et de Quintanas per viam que unde de faro per Villarulu, et inde Sancta Eulalia de Curtis, et inde quomodo vadit ad montem de Enara”. Tumbo I fol 79 v.
    “Et habet iacentia a camino Sancte Eolalia de Curtis quod vadit ad farum usque Guargiam...”
    13 (CAAMAÑO 1983)
    14 (CAAMAÑO 1989)
    15 (PEREIRA 1991)

  13. #13 elpater 20 de jun. 2006

    Sr. Brigantinus:

    SOBRE VISITAS AL CASTRO DE ELVIÑA

    Me comunica el responsable que en estos momentos están exclusivamente con visitas escolares.

    Está previsto (lo digo por ser prudentes, pero todo indica que así será) que durante los meses de julio y agosto habrá visitas para el público en general todos los días a las 11,30 de la mañana.

    Se recomienda avisar previamente (reServando plaza) al 010. Pero si el número de personas es reducido, no suele haber problemas para integrarlas en la visita aunque aparezcan a las 11,30 sin cita previa.

    Perdón por mis despistes y el retraso de la información.

  14. #14 giannini 24 de dic. 2006

    Una mera curiosidad. Un amigo compró hace poco en Estados Unidos -y por una cantidad considerable que yo no hubiese pagado- un recibo en el que consta que un barco inglés pagó en 1698 el impuesto del Fanal. Se trata de una hojita rectangular, del tamaño de un décimo de lotería, parte impresa, parte manuscrita, en la que se dice que el capitán de tal barco pagó tantos reales por derecho de fanal -o algo así. Recuerdo que el dichoso recibo lleva estampado un sello de humo, en el que se adivina un torreón, alguna venera y algunas letras. Por más esfuerzos que hicimos para fotocopiar el sello, aumentando su tamaño y demás, allí no hay quien lea nada. Supongo que sí tiene interés que en el año 1698 se seguía percibiendo el derecho de Fanal.

    Si Brigantinus se anima a ir a la Torre -mejor durante estas fiestas- creo que entre todos podríamos aportar información, cuando menos curiosa o que nos llamó la atención, y si pudiésemos subir a la linterna, estaría bien comprobar si la estufa de hierro colado del Fanal Mendoza Ríos dejó algún tipo de huella en el suelo, el paso del tubo hacia la chimenea, si queda algo de la mesa de latón, o en la propia galería si se conServan -como creo- los puntos en los que se engarzaban los soportes de las lentes que aumentaban la luz. La semana pasada, el pulpo en O Fiuza estaba de vicio. Doy fe :-)

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