Autor: Arkeofuturista
miércoles, 23 de febrero de 2005
Sección: Tradiciones y Fiestas
Información publicada por: Arkeofuturista
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UNA INTERPRETACIÓN EN TORNO A SAN JUAN

Una visión original de lo esencial de la fiesta de San Juan, con derivas históricas, artísticas, bíblicas y mitológicas.



"Es necesario que Él crezca y que yo disminuya" S. Juan Bautista (Jn 3, 29-30)

Las celebraciones solsticiales, a pesar de constatarse un origen más remoto que el de la civilización celta, pudieron ser consideradas como fiestas "menores" junto con los equinoccios por los pueblos celtas. Aunque hoy en día consideramos los solticios de verano e invierno como respectivos comienzos de las estaciones, esto no fue siempre así considerado en los pueblos antiguos europeos. Hasta la época de William Shakespeare alcanza la memoria de contar el tiempo según los celtas, pues llegó a escribir la novela titulada "A Midsummer Night's Dream" (El sueño de una noche de verano), entendiendo por midsummer la noche de la víspera del 24 de junio, dia "central" del verano. Puede que ahí resida la clave de entender la importancia de estas cuatro fiestas célticas principales (Samhain, Imbolc, Beltaine y Lugnasad) como el comienzo y final de las estaciones, de igual forma que a nivel humano rendimos recuerdo al principio y final de una vida, los celtas celebraban primordialmente el principio y final de los ciclos de la Naturaleza.

Para nuestros antepasados más proximos depositarios de los restos de la cultura celta, el verano comienza con Beltaine el primero de mayo y termina con Lugnasad el primero de agosto, teniendo entre medias la festividad tradicionalmente denominada de "San Juan", sin que el popular llegara a relacionarlo ya con posición solar alguna, sino con la conmemoración del nacimiento del último profeta encargado de bautizar a Jesucristo. Además las fiestas del folklore sanjuanero coinciden en celebrarse la noche del 23 al 24 de junio, practicamente al otro extremo de la celebración del nacimiento de Jesucristo en el calendario "circular" del año.

Si San Juan no celebraba el comienzo de ninguna estación y los ritos solsticiales astronómicos ya se habían perdido en la lejania geográfica y temporal de ("los") Stonehenge, sin tradición druídica que seguir, ¿que es lo se esconde tras celebraciones en torno a la hoguera de San Juan y que la Iglesia se apresuró a asimilar?. La clave puede seguirse en otra de las tradicionales denominaciones de las fiestas de San Juan en Soria, como "Fiesta de las Calderas" siendo el Domingo el día elegido para acondicionar "Las Calderas", precioso motivo ornamental festivo repleto de carne de toro y otras viandas totalmente engalanado de rosas. El Caldero es un símbolo céltico por excelencia, que ha sido interpretado como signo de abundancia, por estar hecho en bronce u oro, y sobre todo de resurrección mágica donde los héroes al introducirse prueban la virtud purificadora y rejuvenecedora del fuego, una representación que luego perduraría en el Purgatorio cristiano, hoy insensatamente "suprimido" del imaginario de muchos sinceros creyentes en nombre del "aggiornamiento" de la Iglesia Católica. San Juan Evangelista hablará de la necesidad del bautismo en el Espíritu y fuego, lo cual cobra sentido en el contexto de la misma expresión castellana de "bautismo de fuego", donde realmente se nace ante algún desafío. El trasfondo de religión solar en el culto al caldero también es evidente si lo entendemos como una búsqueda iniciática y viaje hacia el sol "abrasador" de occidente desde su "principio del fin" que supone la victoria solsticial hasta su derrota definitiva en Samhain, donde desaparecerá tras las columnas de Hércules, para ser anunciado espectacularmente esta vez desde oriente en la festividad "inversa" de San Juan (el Evangelista) del 27 de diciembre. El emperador Dominiciano quiso matar a San Juan Evangelista y lo hizo echar en un caldero de aceite hirviendo, pero cuenta la leyenda que "salió más joven y más sano de lo que había entrado", demostrando así su victoria en el viaje a través del fuego purificador y su renovación espiritual que le llevó a la isla de Patmos, también alegoría de la nueva vida en el Paraíso. En el tetramorfos aparece representado como un águila, oficialmente porque su evangelio es el más "elevado" espiritualmente, pero si unimos ambas alegorías lo que realmente representa es el conocido caldero alado del viaje al más allá.

Fue en aguas pantanosas de Dinamarca donde se rescató el famoso caldero de Gundestrupp, por el lugar se diría que no pudo completar sus virtudes salvíficas, pero que nos dejó una de las más fieles representaciones antropomorfas del dios de los cuernos, Cernunnos, divinizando los atributos del ciervo. Aqui el dios aparece sentado en pose búdica y mantiene en una mano un torque y en la otra una serpiente con cabeza de carnero, además esta rodeado entre otros de un ciervo con idéntica cornamenta, un lobo, un macho cabrío, un león etc apareciendo como verdadero "señor de los animales". La postura del dios "en cuclillas" o yogi, en la que Buda alcanzó la iluminación, es típica en la representación del dios de la riqueza y la abundancia, por eso Cernunnos también aparece rodeado de atributos como el cuerno de la abundancia en relieves galorromanos. Quizás fuera ese componente de culto a la abundancia lo que hizo que las hordas cristianas se emplearan con saña en la destrucción y mutilación de este tipo de estatuas con las piernas cruzadas. Tampoco sabemos con exactitud si como dice Julio César en sus comentarios a la Guerra de las Galias, era "el dios más venerado", pero a decir que el espectacular auge de las prácticas budistas por todo el Viejo Continente puede ser señal de algo que nos resulta en el fondo muy próximo y a la vez radicalmente diferente a partir de la ruptura cultural acaecida con la cristianización forzosa. El caldero sería el último símbolo viviente de una religión parecida a las orientales que floreció en Europa, no en vano los maestros zen denominan a la práctica de su religión como "un caldero de aceite hirviendo sobre un fuego ardiente".

Por su parte, San Juan Bautista aparece en algunas esculturas tempranas también como un santo cornudo (al igual que el Moisés de Miguel Angel ), dando lugar a interpretaciones de que los cuernos se trataban en realidad de dos haces de luz, como los que salen frecuentemente represetados en el Bautismo de Cristo y que con el tiempo se identificarán con la paloma del Espíritu Santo sobre Jesús y no encima de San Juan como originalmente. Sin embargo sabemos que en todo el mundo antiguo y renacentista la cornamenta en las representaciones significa el poder regenerativo en clara similitud con el mundo vegetal, y el bautismo cristiano tampoco sería algo demasiado distinto a un volver a nacer del espíritu.

Mundo vegetal y animal en vez de desierto es lo que se ha venido pintando desde siempre asociado con la imagen de "San Juan Bautista en el desierto", lo que dió lugar a muchos escándalos e incluso su transformación posterior en dios Baco. De hecho se atribuye a San Juan Bautista la expresión "Yo soy la voz que clama en el desierto", que en inglés fue traducida como "I'm the voice crying in the wilderness", que viene a decir etimologicamente "Yo soy el bramido del ciervo salvaje que grita desde la colina" ya que wilderness es la composición de wild (salvaje)+der (deer=ciervo)+ness (promontorio en inglés antiguo). La naturaleza "salvaje" de San Juan Bautista se documenta también en muchos cuadros renacentistas, que lo pintan con harapos, pies y manos sucios, etc para mayor escándalo de las autoridades eclesiásticas. Sin embargo el extremo de asimilación de San Juan al "Señor de los animales" lo tenemos en la siguiente miniatura medieval de "San Juan en el Desierto", perteneciente a la Biblioteca Nacional Francesa:

Teniendo en cuenta los siglos que separan al caldero de Gundestrupp de esta miniatura, las semejanzas son espectaculares; vemos el mismo entorno animalístico que en nada recuerda a un desierto, con el mismo ciervo, macho cabrío y león y otros igual de enigmáticos como monos ,caracoles y pájaros. Destacar la presencia de dos cuernos de la abundancia también comunes a Cernunnos, la serpiente ha sido sustituida aquí por el leon, que es la representación de san Marcos en el tetramorfos, fue precisamente porque es el Evangelio de San Marcos el que se inicia describiendo a San Juan el de la "voz que clama en el desierto", siendo el león animal del "desierto" por antonomasia. Otra representación de San Juan (esta vez el Evangelista) toma la figura de la serpiente emergiendo de un cáliz, representando justicia, poder y autoridad, probablemente lo mismo que pretendia emanar del Cernunnos que agarra la serpiente. La serpiente y el cordero son dos animales que mudan su piel, como símbolo de regeneración y fecundidad, siendo el cordero el que más tarde será representado a los pies de San Juan. No debemos pasar por alto la postura en cuclillas, cuasi-búdica de San Juan, colocándose bajo dos árboles, que es una claro recuerdo a la postura de piernas cruzadas de los Cernunnos y los shiva orientales. Aunque no aparece con cuernos, la aureola es similar al del Cernunnos de Camonica.

En el vaso de Bronchales (Teruel) aparece un personaje con cabeza de ciervo, túnica, lanza y rodeado de perros que algunos han visto como representación de Cernunnos, pero mas exactamente podría ser una representación local del dios céltico-gaélico Arawn, el señor del abismo y dueño de una jauría de perros cuya misión era la de buscar y escoltar a las almas justas al otro mundo, por tanto podría ser una especie de "guardián del purgatorio". El "otro mundo" era conocido en la mitología céltica como Annwn, verdadero Olimpo lleno de riqueza, belleza y "cantos de pájaros". También allí se encontraba el caldero mágico del re-nacimiento y un cáliz. Cuenta la leyenda que un día se encontro durante una cacería con sus perros a Pwyll, con el que intercambió su personalidad y así pudo aquel derrotar a su eterno enemigo Havgan. Podríamos tratar de relacionar esta leyenda con su traslación a las fiestas de los dos "san juan", que son intercambiables en la tradición de la "freemasonery" por su invertido simbolismo solsticial. También existió alguna secta en la Siria paleo-cristiana de adoración a San Juan Bautista como si fuera el original hijo de Dios, el que le suplanta. Entendemos mejor que cuando reinan las tinieblas en nuestro mundo, se anuncia el nacimiento de la divinidad solar (Jesucristo) y es en el dia del sol invicto que nace el dios de las tinieblas (San Juan-Cernunnos) , por lo que San Juan Evangelista-Bautista intercambiambian su personalidad para derrotarlo en Beltaine, mientras que será el Cernunnos quien venza en Samhain, repitiéndose en periodos anuales. Por eso dice San Juan Evangelista de boca del Bautista que es "necesario que Él crezca y que yo disminuya", con claras resonancias del ciclo solar.






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Relacionado con: MITOLOGÍA CRISTIANA: SAN MARTÍN DE TOURS

Más informacióen en: http://www.angelfire.com/folk/celtiberia/sanjuan.html


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