Autor: Ego
miércoles, 12 de febrero de 2003
Sección: Opinión
Información publicada por: Ego
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PENA DE MUERTE PARA IRAK
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Releyendo unas letras del señor Stephen P. Robbins (de la universidad de San Diego (EE.UU), renombrado científico organizacional, según dicen...) en un artículo sobre los valores del ser humano, veo, o mejor dicho leo textualmente “¿La pena capital es buena o mala? (...), la respuesta a esta pregunta está cargada de valor. Algunos podrían argüir, por ejemplo, que la pena capital es buena ya que es una retribución apropiada para los delitos como el asesinato y la traición. Sin embargo, otros podrían argumentar, con gran fuerza, que ningún gobierno tiene derecho a quitar la vida”.
El hecho de que este señor sea de EE.UU y evidentemente contrario a la pena de muerte resulta muy interesante en estos tiempos prebélicos que corren. Realmente siempre me pareció muy logrado el argumento de “ningún gobierno tiene derecho a aplicar pena de muerte a ningún ser humano” por muy malvado que aquel sea. Por extensión se puede decir que ningún hombre tiene derecho a decidir la muerte de otro. Esto es muy bonito sin duda. Lógicamente, en EE.UU, donde la pena de muerte está al día resulta muy democrática esta afirmación para los contrarios a la pena capital. Pero veamos el caso español. Donde la abolición de la pena capital, incluso en tiempos de guerra, se considera un logro maravilloso. Sin embargo este principio no se aplica en todos los casos, incluso en el de los abolicionistas de la pena capital. La pena de muerte sí es legítima cuando no es aplicada a ciudadanos de su propio estado. Este es el caso de la guerra. No podemos matar a un criminal porque ningún gobierno tiene derecho a matar a una persona. Pero... si no es ciudadano... sí, y pronto lo verán los pobres irakíes. Por lo tanto, lo correcto sería decir “ Ningún gobierno está legitimado para matar a un ciudadano, si no lo es, es otro cantar”. Bueno, esto no es más que una prueba de la hipocresía del poder y de la democracia. Yo ya no puedo aceptar ese argumento para pensar en contra de la pena de muerte. Y que no me vengan con complicaciones del derecho internacional, el ius naturalismo o el positivismo... que las cosas son muy sencillas. Pero no queda ahí la cosa. Si pensamos un poco nos damos cuenta de que cualquier gobierno si tiene derecho a matar a quien quiera, por muy democrático que sea. Este sería el caso de los soldados del ejercito.¿ Acaso no van a la muerte cuando al señor Aznar ahora, o González en el 91, deciden participar en una guerra que ni nos va ni nos viene (o si)?. Eso es una pena de muerte aunque con honores y recuerdos bonitos, pero que me expliquen la diferencia.
Por lo tanto “todo gobierno tiene derecho a matar a quien quiera, por muy democrático que sea, y aunque estén en contra de la pena capital (ja, ja, ja)”. Y por eso digo: NO A LA PENA DE MUERTE, aunque ya no puedo ampararme en que ningún gobierno tiene derecho a decidir sobre la vida de nadie... he de pensar otro argumento.
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