Autor: Teodoro Fondón Ramos
viernes, 18 de marzo de 2016
Sección: Historia Antigua
Información publicada por: Tfondonr
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La Presencia de la Terra Sigillata en Extremadura I
Tercera parte de la serie sobre he hecho durante este tiempo acerca de ese tipo de cerámica que suele aparecer con frecuencia en yacimientos arqueológicos de tipo romano, o tal vez no romano, pero que suele aparecer con frecuencia, y es la Terra Sigillata un tipo de cerámica de lujo romana y que en el presente artículo describo su presencia en Extremadura.
Uno
de los aspectos más desalentadores en el estudio de las cerámicas sigillatas de
Mérida fue la propia confirmación en la procedencia de muchos de los
materiales; buena parte de estos materiales proceden de las excavaciones
efectuadas en el recinto de La Alcazaba,
y también del solar que actualmente ocupa el Museo Nacional de Arte Romano (solar “Las Torres”), aspectos que
además de dificultar la labor investigadora, podrían prestarse fácilmente a una
idea errónea en lo que a la difusión se refiere, pues parece que sólo estos dos
puntos de la ciudad registrasen este tipo de cerámicas. Esta evidencia por
tanto, pone de manifiesto la triste y preocupante selección de materiales
llevada a cabo mucho tiempo atrás.
Este
criterio de escogimiento es fruto del desconocimiento que marcaría la etapa
romántica de la arqueología, y esto es aplicable a otros tipos de colecciones,
y no atañe solamente única y exclusivamente al grupo de las cerámicas
sigillatas. La mentalidad coleccionista que caracterizó las generaciones del
siglo XIX y principios del XX, potenció precisamente esa búsqueda y
recopilación de aquellos objetos considerados como “nobles” (fundamentalmente esculturas, epigrafía, metales,...etc.).
Solo bajo este precepto, podemos llegar a entender ese proceso de selección,
por el que muchas de estas piezas tachadas de “simples” o “no exponibles”, eran desdeñadas. Como consecuencia,
buena parte de estas colecciones procedentes de las ruinas de la antigua
Augusta Emerita, se componen de piezas decoradas, sellos y aquellos recipientes
más completos. Debemos considerar aquellos otros fragmentos, por no hablar de
vertederos y testares completos, de los que únicamente se tomarían aquellas
muestras más vistosas, y que verdaderamente pudieran representar el grado artístico
de esta presencia romana en Mérida. A esta mentalidad de anticuario, debemos
añadir la falta de interés por las mal llamadas “artes menores”, entre las que se cuentan estas cerámicas
sigillatas. Resulta evidente además que en esta época, el desconocimiento por
la naturaleza, o la propia diversidad de estas cerámicas es un fenómeno
generalizado. Así, historiadores e investigadores, desvían su atención hacia
otros apartados, y es bastante usual la denominación de “cerámicas finas” o “barros saguntinos”, que durante muchos años
será empleada para englobar, sin distinción alguna, el conjunto de cerámicas
sigillatas.
En
lo concerniente a los diversos hallazgos cerámicos acaecidos en la Colonia
Augusta Emerita, contamos ya con las primeras noticias de V. Barrantes. Por
inexacta o rancia que pudiera parecernos hoy la crónica de aquellos
descubrimientos, no cabe duda de la trascendencia que supone para nosotros la
información derivada de los mismos. A las incipientes colecciones del Museo de
Mérida, representada por J. R. Mélida en
su obra “Catálogo Monumental de España. Provincia de Badajoz”, hay que
sumar las continuas intervenciones llevadas a cabo en el solar emeritense.
Buena parte de estos informes incluyen ya las primeras relaciones de
materiales, entre los que se cuentan algunas cerámicas. De otra parte, la
ímproba y siempre valiosa documentación aportada por J. Álvarez y Sáenz de
Buruaga, director del Museo de Mérida entre 1945 y 1985, dada a conocer en las
Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales, sigue siendo uno de los más
valiosos referentes en el rastreo de todos aquellos datos relativos al hallazgo
y posterior ingreso de muchos de estos materiales.
En
lo relativo a las producciones de TSH, consideramos la labor de M. Ángeles
Mezquíriz, como el más importante precedente y punto de partida de futuros
trabajos en el estudio de las cerámicas sigillatas peninsulares. Es de destacar
en esta monografía, el establecimiento de una primera clasificación tipológica
básica y ajustada, pero sobre todo, es fundamental la recopilación llevada a
cabo por la geografía española, en la que por primera vez se recogen los fondos
del museo emeritense. Años más tarde, se dio a conocer un vaso de TSH, de procedencia emeritense, con unas proporciones
verdaderamente excepcionales. El recipiente en cuestión fue hallado en el
trascurso de las excavaciones arqueológicas de la Casa del Mitreo, y en su estudio se pone de relieve la calidad de
su rica decoración, sus aspectos técnicos y cronológicos.
Pero
será ya en la década de los 70 cuando parece surgir la necesidad de dar a
conocer los vestigios de un conjunto arqueológico de la dimensión de Augusta
Emerita. Pero hay que tener en cuenta que pese a todas las imprecisiones e
inexactitudes del momento, es una fase trascendental y prolífica en el
conocimiento de una parte importante de dicho conjunto. A estos años se
corresponde la interesante primicia sobre un nuevo tipo de cerámicas
autóctonas, contenidas en la clasificación de las denominadas “Paredes finas”
de F. Mayet, que encontrará en los fondos del museo emeritense razones más que
obvias para el desarrollo de numerosos trabajos. Estas paredes finas
emeritenses son parte de ese importante entramado económico desarrollado por el
artesano de la ciudad a partir del siglo I a.C. Pero al repertorio inicial
propuesto por Mayet hay que añadirle nuevas aportaciones tras el hallazgo de
dos importantes vertederos, uno situado en la calle Constantino, y otro en la
calle Atarazanas, junto con otra serie de formas novedosas. A esta confirmación
en la autoría de Mérida como centro productor de cerámicas de paredes finas, se
suman además otra serie de artículos cerámicos, salidos de estos mismos
talleres: lucernas, terracotas o cerámicas comunes.
Fuente:
Trabajo de Fin de Grado de Teodoro Fondón Ramos “Estado de la Cuestión de los
estudios de Cerámica Romana en Extremadura”, 2014.
Más informacióen en: http://www.historiayarqueologia.com/profiles/blogs/la-presencia-de-la-terra-sigillata-en-extremadura-i
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