Autor: J.M. Salcedo kalpa
sábado, 17 de mayo de 2008
Sección: Artículos generales
Información publicada por: kalpa


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En Busca de Prisciliana

Pistas de acceso al último castro bajo la Catedral de Santiago de Compostela

En el fallado de la casa

aquella que tuve en el monte dí con una maleta con mogollón
de textos...no los leí aunque sí que me fijé en la grafía apretada y
clara de su autor, sus bonitas ~ y ^; además encontré una carta escrita
a mano firmada por W. Burroughs que sí que leí. Eran colegas. También
me acuerdo de una foto en la que aparecía un tipo de pelo crespo y
flaco con un abrigo neoromántico bajo los soportales de la Rua del
Villar...parece ser que acabó a hostias con todo el mundo y se tuvo que marchar. Es
una ciudad muy pequeña, con demasiada energía concentrada y con muchos
intereses subterráneos...Valle-Inclán andaba a espadazos por las
esquinas...lo acojonante es que no le dí importancia a la historia y la
maleta quedó en un rincón hasta que apareció una chavala ya mayor que
era colega de una amiga mía, había estudiado en los ochenta en Santiago
y había recibido la maleta en custodia...parece ser que su propietario
había desaparecido sin rastro...en sus últimas días compostelanos,
contaba a los que le huían por las esquinas que le perseguía el Partido
Nazi Secreto, que había descubierto unos arcanos ocultos...lo mismo
hasta es verdad...hay mucha mierda en esa ciudad (como en todas) y a
los poetas nos toca ser la mosca cojonera a donde vamos y no siempre
hay un alcalde socialdemócrata a mano para sembrar flores al paso del
Apóstol sachador de cabezas musulmanas...bueno, pues la tal Custodia
cayó por mi bucólica casita como exhalación, acojonada, me preguntó por
la maleta, se la dí y respiró y se evaporó en su escoba. Al poco
tiempo, un amigo mío marinero que había estado en Cuba y que contaba
que siete de los atentados a Fidel Castro habían dado en el blanco por
lo que había tenido que llevarlo las siete veces en su barco a Haiti en
secreto para que los sacerdotes vudú lo resucitaran y que no le habían
pagado porque las siete veces le habían mandado con el recibo a un
campamento de las FARC borrado por el Cóndor... bueno, pues el tal
marinero estaba muy introducido en los círculos sindicales y como de
brujas y siempre andaba con persecuciones, conjuras, complots de la
policía española y entre ellos de los grupos radicales infiltradísimos
por la pasma como todos nosotros siempre, el tío me pedía la maleta
insistentemente, como el Golum, pero yo le decía una y otra vez que la
maleta ya había sido entregada a su Custodia. -Oye, pero esos textos
son publicables? -le pregunté- ...creía que era un flipaillo. -Es muy
bueno. Hay muchas editoriales que los quieren editar. Entonces descubrí
que la carta de Burroughs era auténtica. Cuando ví nuevamente a la
Custodia, le propuse lo de las editoriales y me dijo que no, que sin el
permiso de el tal no podía entregar la maleta a nadie. A los pocos días
pegué a un guardia.

El Partido Nacional-Socialista Secreto
perseguía
al poeta portugués João Da Silva Guimarães desde que éste descubrió los
cimientos sobre los que se sustenta la entelequia de cartas marcadas
llamada mundo. Y cuando quiso revelar la verdad sobre Prisciliana, la
Dama de Fuerteventura le lanzó sus submarinos. Da Silva se carteaba con
Burroughs que lo máximo que podía hacer por él era invitarle a un fije,
pero nonunca acogerlo en su rancho porque ni Burroughs es invulnerable
cuando te señala la reina globalizadora, la que tiene las llaves de los
condominios del Cavalieri en Bahía, esnifarodromos donde actrices,
presentadoras, modelos jalean los descuartizamientos de indiecitas en
honor de Cristo/Satanás, pero ahora llegó Ratzinger y mandó a parar
hasta que se negocie su precio, es él quien pone a bailar al oso
Caetano de la Selva Negra para llenar los cepillos que se amontonan en
las camionetas de SEUR que salen del Obradoiro al amanecer, el que
administra la sangre de los siervos a 6 millas a la redonda, el que
recibe el tributo de la Coca-Cola, la conexión desde los bancos Caimán
a los destripadores de niños en Guatemala que corren con los órganos
frescos a los multimillonarios conservados bajo las pistas de esquí de
los Álpes. Son secretos que sólo desvelan los poetas y por eso hay
frenopáticos sólo para ellos y sólo los liberan en custodía con siete
sellos encadenados y sedados para los recitales pero nadie se hace
cargo del día después y las autoridades y el sano pueblo los despiden
con pañuelos y fanfarrias asegurándose de que tomen el tren de vuelta a
la jaula, hundan la cabeza en la pluma, echarles carne por el agujero,
pero que no abran la boca porque nos joden la joda.
Da Silva fue
palanca que saltó la tapa del infierno, lo que se debe
esconder, llenó su cantimplora en el espejo de Dorian Gray  y la lanzó a la cara del
universo y éste no perdonó al revelador de su rostro monstruoso, Se
revolvió y buscó lo oculto, pero no para sí sino en el poeta para
hundirlo, enfrentarlo, arrebatarle la pluma y hacérsela comer. Las
manos de Victor Jara.
En los cuatro soportales, Da Silva destrozó a gritos, bailó flamenco, incendió, manoseó
Tarot ajeno y los demonios atraídos por la jarana se manifestaron y le
tomaron la palabra y le lanzaron contra sí mismo porque descubrió, en el claro del bosquecillo bajo Raxoi, cuando de
noche cazaba musas con red, la enculada colectiva que comienza en el
casero que cobra lo que le da la gana, pasa por el restaurador que
falsifica etiquetas de Albariño y va escalando hasta el alcalde, devoto
socialdemócrata deglutidor de tensiones en la procesión del Cristo de
la Paciencia junto a los cofrades del Muy Liberal Gremio del Comercio,
de la Asociación de Madres Antifarlin' y de la de Vecinos Píos del
Cruceiro de San Pedro, trenecito txu-txu, pincho
moruno de falsificadores de azabaches y druidas de la pampa asentado
sobre la tumba del Matomoros, Matamoros por la paz, las cabezas
norteafricanas sachadas por el blanco jinete bajo la efusión floral
decretada por el Alcalde reescritor que a todos rendirá beneficios por
los siglos de los siglos, cada Jubileo desciende de las siete colinas
el Papa para asegurar las cadenas de Prisciliana porque con ella libre,
caería la mentira y con ella la Iglesia y el PRI global, se desatarían
las serpientes de Chavela y se acabaría la vida en el planeta. Pero
cuál es el deber del poeta? Mantener la salud mental a base de recortar
sus percepciones o caer en la selva de códigos (?) que desata las
conjuras, tormenta contra sí mismo y los otros como enemigos, ajenos
seres que te persiguen y te interceptan la salida, espantan a tus
amigos y son la botella y las mujeres malas que no te dejan escribir y
te cargan de hijos y ellas son poetisas aún mejores pero tú no las
dejas manifestarse, te saltas la tapa del infierno y el infierno sale y
no sale a pasear sale para quedarse y la ciudad es un espantajo de
trasgos, trasnos, bruxas, corujas, gárgolas descendiendo para ensartar
peregrinos y colegiales con sus pollas de caño y no es show para
turistas ni un test de alarmas, son junturas de las que brota lo que te
acuchilla y te siguen y te cortan el cable submarino dando la señal de
alerta en los cibercafés y te pinchan el teléfono ni la fama te salva
porque son cuatro calles y los centros culturales no se la juegan, el
corte del grifo de las subvenciones y las componendas y las
fundaciones, poeta a los gritos por la calle descontrolado,
electrocutado por la blanca lucidez de la máscara vacía de Dios, se
desboca la percepción reventando a martillazos de palabras las piedras
de la reserva indígena. Cuando el poeta pierde los papeles el mundo
está perdido o abierto en canal, brota la médula, tampoco es ésto lo
que quisiera Prisciliana pero Priscilana no puede querer, que es tan sólo
una pobrecita ictiosauria de vistosa cresta rosa, una gotita de esperma
triunfante un ser nacido para dar la vida en su agonía no hay respuesta
no hay salida para ella porque ella es la vida en esencia y para darla
tiene que morir su blues los cristianos lo convirtieron en parábola
comprensible, para eso sirve su jugo, y el poeta que descerrajó el
lacre y vio lo que hay debajo del último castro ha de ser aislado
enloquecerlo que se trague sus palabras y cuando esté aniquilado sólo
pum! pies de cemento, estatua submarina en la bahía de Vigo entre mulas
listas de más o sino darle un cargo antes de que sea tarde, que entre
en la mafia, se apolille en el sillón y muera lento ante el espejo del
aplauso. Confinado en la cárcel del papel en blanco, encierro, es el arácnicoñido tejido con anhelos de vaginas selladas que se comió a Robert Smith, que desciende por el muro de San Paio,
represión que se dispara si Prisciliana se agita y es un terremoto, esa bruma que se levanta en la Quintana de los Muertos, esas ganas de llorar que te atenazan cuando te sientas en las escaleras de lo que fue Libredon, esa melancolía que te abraza las piernas y te quisieras quedar allí ser piedra como tantos que allí son, el tañido que levanta legiones desde Europa, que atrajo a los primeros y lejanos otentotes desde Sudáfrica hasta Finisterre, son la sangre y las lágrimas y el tiempo que nace contado hacia atras para la muerte son gotas de Prisciliana que fuerza las cadenas y no puede liberarse y se retuerce cuando la tuna le canta y la Berenguela constata y
entonces son desafíos duelos a espada hacerse una paja en el recital
humillando cruel a las chavalitas que quieren performear contigo, pero
también puede ser que se te borren las letras o la musa te vuelva la
espalda porque fue a buscarte y no estabas trabajando sino tomando
cañas y se fue airada y el texto ya no sea y te quedes de tormenta sin
relámpago, vendiendo en la puerta del Museo de Arte Contemporáneo
fotocopias de unos poemas que nadie quiere editar y estás fuera de la
cocretada, porque perdiste el don de los códigos con los que se seduce
a la realidad y se la atrae al papel para secarla;
por eso,
la
maleta del poeta portugués es material radiactivo por cuya destrucción
inmola indiecitas el Cavalieri y brama la Dama de Fuerteventura que
lanza a los Caballeros Teutónicos del Partido Nazi Secreto y llegan a
la casa del Moucho emisarios de aldeas lejanas que quieren la maleta
pero la maleta no es mía y son varios los que la quieren, pero esa
letra no se entiende, es editable? dámela nosotros sabremos lo que
hacer con ella, son lenguas ambiciosas, pero reaparece la Custodia, una
hoy etnógrafa estudiante en el Santiago de los ochenta que compartió
pasos y tazas de vino y pulpo con Da Silva y él le pidió que le
guardara la maleta bomba cuando comenzaba a tragar la arena de la
cuenta atrás de sus días, el paso de la oca cercándole, su cerebro y
viene a retirarla para cumplir la promesa al amigo porque su madre, la
prostituta rumana que le pagó la carrera fingiendo flujos, le dijo
cuando la pilló una mentirijilla a los siete años: La palabra es lo
único que tiene una persona.

© Kalpa J.M. Salcedo, 2008.

Más informacióen en: http://lacomunidad.elpais.com/vagabundo


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