Autor: José Mª Bello Diéguez
martes, 13 de mayo de 2008
Sección: Artículos generales
Información publicada por: elpater


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Arqueología, pseudociencia y ciencia patológica (2)

Continuación de Arqueología, pseudociencia y ciencia patológica (1)

Pseudociencia

Entramos así de lleno en el mundo peculiar de las pseudociencias, abandonando temporalmente la arqueología científica o académica para sumergirnos en un batiburrillo de difícil definición precisa, en el que estos asuntos arqueológicos, siempre separados de su contexto y abordados desde planteamientos que nada tienen que ver con los métodos y técnicas de la disciplina, van a estar acompañados de fenómenos como la astrología, el triángulo de las Bermudas, los biorritmos, la ufología, la parapsicología, la combustión espontánea, la videncia, las medicinas alternativas, y un largo etcétera. A pesar de la dificultad de definición común para ese enorme cajón de sastre en el que cabe cualquier cosa con tal de que sea rarita, se pueden encontrar ciertos rasgos que lo caracterizan. Según Claudio Ramírez (s.f.), del Centro Argentino para la Investigación y la Refutación de la Pseudociencia (CAIRP), hay pseudociencia cuando:

•Se establece que el dato u objeto estudiado está tergiversado o es falso.

•Se afirma algo que contradice lo que surge de elementos auténticos.

•Se formulan especulaciones o se intentan demostrar teorías basándose en datos incompletos, irrelevantes, inconducentes, inconexos, malinterpretados o que directamente no guardan relación alguna con lo que se pretende demostrar.

•Se explica algo basándose en otras pseudociencias.

•Se utiliza la indeterminación existente (o aparentemente existente) en algunos temas para convertirlos en algo misterioso, entendiendo por esto "algo sin explicación posible dentro de los límites de la Ciencia y el entendimiento humanos".

Por su parte, Javier Armentia (1999) cita las características que propone el filósofo Paul Kurtz, a saber, que las pseudociencias son materias que:

•No utilizan métodos experimentales rigurosos en sus investigaciones.

•Carecen de un armazón conceptual contrastable.

•Afirman haber alcanzado resultados positivos, aunque sus pruebas sea altamente cuestionables, y sus generalizaciones no hayan sido corroboradas por investigadores imparciales.

A estas características, y a la redefinición de la segunda como "la existencia de hipótesis no refutables o no falsables", añade Armentia otra cual es el hecho de que "los proponentes de las pseudociencias son normalmente muy reacios a la evaluación o público escrutinio de sus experimentaciones". Asimismo, es frecuente el olvido del "principio fundamental del método científico, expresado en la máxima de Hume 'el peso de la prueba reside en quien hace la afirmación', completado con 'afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias'".

Muchas de estas características son compartidas también por la ciencia patológica, un fenómeno al que nos referiremos más tarde y que viene definido por no estar en contra y fuera de la ciencia, sino dentro de ella pero mal, de forma espontánea o voluntariamente errónea. Tal vez resulten más precisas las que propone el Diccionario del Escéptico. Una guía para el nuevo milenio (1999), de Robert T. Carroll, profesor de filosofía en el Sacramento City College:

•Tendencia a las teorías que se proponen como científicas, pero que no pueden ser probadas empíricamente de ninguna manera significativa. La teoría es consistente con todo evento empírico concebible y ninguna predicción deducida de ella la puede mostrar falsa.

•Rechazo dogmático a abandonar una idea ante evidencia aplastante de que la idea es falsa, y el uso de hipotesis ad hoc para tratar de explicar las evidencias contrarias.

•Uso selectivo de los datos: tendencia a poner atención sólo a los resultados positivos y a ignorar los negativos.

•Uso de anécdotas personales como prueba.

•Indiferencia ante la inexistencia de pruebas que soporten la teoría.

•Utilización de mitos o misterios antiguos para sustentar teorías que son usadas entonces para explicar los mitos o misterios.

•Credulidad, especialmente de lo paranormal, sobrenatural o con conexiones extraterrestres.

Continúa en Arqueología, pseudociencia y ciencia patológica (3)


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Comentarios

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  1. #1 Brandan 14 de mayo de 2008

    No, no creo que Tagore fuese tonto:


    Sobre las olas de la vida,
    en el vocerío del viento y del agua,
    el pensamiento del poeta está siempre volando y bailando.

    Ahora que el sol se ha puesto y el cielo oscuro se cae sobre el mal,
    como las pestañas sobre un ojo cansado, quitadle al poeta su pluma; ¡y
    que sus pensamientos se hundan hasta el fondo del abismo, en el eterno
    secreto del silencio!.


    Usted dirá.

  2. Hay 1 comentarios.
    1

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