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Señor Torres, ¿ahora con trampas?
Si corrige usted su
artículo, lo primero que debe hacer es avisar de la corrección. Lo
segundo, pues dicen que de bien nacidos es ser agradecidos, es
manifestar el agradecimiento a quien le ha advertido del error.
¿Que por qué lo digo? Porque en su "artículo" aparece ahora esta frase:
"Desde Galicia, se difundirá la
cerámica campaniforme a Cantabria,
Bretaña e Irlanda",
mientras que en la redacción inicial decía
"Desde Galicia, el hombre eneolítico difundirá la
cerámica campaniforme a Cantabria,
Bretaña e Irlanda".
Ahora
ha suprimido ese "el hombre eneolítico", con lo cual habría resuelto
(en parte) el problema si hubiese tenido la honradez de reconocerlo (y
si ése fuese el origen del error).
Ese "hombre eneolítico" vivió,
según usted dijo y tristemente reafirma, entre el 4000 y el 3500 a.C.,
con lo cual se crea ese dilema cronológico con la cerámica
campaniforme, que aparece, también según usted, mucho después, casi
2.000 años después.
Es una trampa, que indica lo que indica, pero
al menos ya no aparece la barbaridad que se decía al principio. No
aparece... o no aparecería si usted tuviese algo de idea de lo qeu
escribe, o si tuviese la honradez de poner sus fuentes, algo que, como
digo, me parece de obligado cumplimiento.
Porque, señor mío de
incierta edad (y cito la edad porque es ahí, en las edades, en donde se
hace usted un lío de categoría), el origen del error está en esa frase,
en la que usted se obstina, de que "el período eneolítico o del cobre
gallego se
sitúa alrededor del 4000 al 3500 a. de J.C".
Aunque le
fastidie: pues no. En las fechas que dice Galicia está en pleno
neolítico, en plena construcción de megalitos de corredor. Los
"canónicos", grandotes y con pinturas, se levantan precisamente en esa
época. Nada de tránsito a la metalurgia del bronce todavía.
Sin
embargo, si le resta usted 2000 años y se parte de una bibliografía
poco actualizada, la cosa podría quedar más coherente, con un período
eneolítico (del cual le informo que es lo mismo que calcolítico, no
períodos sucesivos como usted pone, dejando un hiato de 1.000 años
entre ellos) entre el 2000 y el 1500 a.C. Hoy estas fechas resultan
demasiado recientes, pero las de 4000 al 3500 a.C. son excesivamente
antiguas, tanto que me permito dudar de que exista algún autor que las
defienda. Hoy se admite bien un calcolítico que podría comenzar, según
la cronología que se use, hacia el 2500 aC en fechas convencionales o
hacia el 3000 cal AC en años de calendario (o radiocarbónicas
calibradas). Y para algunos estudiosos resultan todavía demasiado
antiguas.
Por lo demás, puede usted repetir sus errores cuantas veces quiera. Eso no los convertirá en más ciertos.
En
lo que sí lleva toda la razón es en que lo que usted dice fue afirmado
"por refutados autores". Efectivamente, han sido refutados, por lo que
hoy se sabe que las cosas no fueron así. Aunque no se sepa con certeza
cómo fueron.
Claro que, si fueron refutados, ¿por qué los sigue?
Señor Komander:
Sus dudas son más que justificadas. Tiene
usted toda la razón. No hay la menor prueba de esa presunta difusión
del campaniforme desde Galicia. Pero es que ninguna, oiga. Antes al
contrario, los análisis realizados hasta el momento ponen de
manifiesto, en toda Europa, que los campaniformes son en todos los
casos de origen local, fabricados cada uno en su propio sitio. No hay,
como se pensaba hace 60-70 años, ningún traslado, ni por comercio ni
por emigración o invasión, de vasos campaniformes. O cuando menos no
hay ningún indicio de que tal cosa se hubiese dado.
Antes de 1970
toda la prehistoria se concebía por traslados de pueblos, invasiones o
migraciones. Los cambios culturales se explicaban por la llegada de
nuevas poblaciones, que sustituían a las anteriores o se fundían con
ellas.
Hoy por hoy, tanto los resultados de la aplicación de
técnicas analíticas como la aplicación de modelos tomados de la
antropología, han hecho modificar los enfoques de las explicaciones.
Hoy se concibe en general el campaniforme como una cerámica de lujo,
ceremonial, simposíaca, de consumo exclusivo por parte de las elites
que dominan las sociedades tras la desestructuración del orden social
megalítico. La aparición de estos vasos en tumbas individuales,
acompañadas de los primeros objetos de cobre, habitualmente de carácter
"militar" (puñales de lengüeta, puntas Palmela, brazales de arquero) y
de ornato (botones en V), así como los análisis de contenido que
apuntan que fueron usados para beber cerveza e hidromiel, refuerzan esa
idea. El parecido, que no identidad, de formas y decoraciones por un
amplísimo espacio que abarca casi toda Europa, se explica por extensión
del estímulo, de la moda, a través del contacto entre grupos, sin
excluir en casos concretos el desplazamiento de poblaciones, algo que
efectivamente siempre se dio (se sigue dando hoy, y este puente en el
que estamos, con los atascos en autopistas, son buena prueba de ello)
pero mucho menos que lo que se suponía.
Lo de un punto central
desde el que, por corrientes y oleadas (metáforas marítimas, les llamó
algún autor), se difunde al resto del mundo, se ha abandonado hace
muchos años.
Aunque ya volverá, que estas cosas van por modas,
como el campaniforme,.y las modas son cosa de elites que quieren
sustituir a las elites anteriores. Entre otras cosas, claro. Después,
los pringadillos de la gran masa las copian en esqueuomorfos baratos.
Zara es el ejemplo más palpable (o más conspicuo, que dirían los
postmodernos que beben en lo anglosajón).
Si le interesa el mundo
del final del megalitismo y arranque de la Edad del Bronce, tenga
cuidado con las cronologías que se dan en el artículo de portada. Todas
ellas están poco o nada actualizadas, y llevan a error. Y la primera,
lo del eneolítico entre el 4000 y el 3500 aC, no es que esté obsoleta,
es que es una barbaridad de tamaño descomunal.
Dicho de otra
forma: no se fíe un pelo de ese "artículo". Búsquese información en
lugares más serios, que éste (me refiero a esta página en concreto, no
a Celtiberia.net) no lo es.
El Sr. Torres sabe ya sobradamente que está mal, pero no le da la gana de corregirlo ni de poner la bibliografía en la que se basó para poner las cosas que pone. Es una postura de simple mala fe.
No se fíe.
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