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viernes, 04 de enero de 2008
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: DelaCarpetania
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El teatro romano de Sagunto deberá volver a su estado original

El teatro romano, de la ciudad de Sagunto, volverá a su estado original antes de las obras de reconstrucción.

La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha confirmado el plazo de dieciocho meses para que se ejecuten las obras de reversión del Teatro Romano de Sagunto dictadas en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) de abril de 2003.


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Comentarios

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  1. #1 giannini 04 de ene. 2008

    Reitero que conozco el asunto muy por encima, así que espero que nadie se moleste con mi opinión, tal vez carente de elementos de juicio suficientes, como el trasfondo político que pueda haber. A mi me parece que se han pasado, pero... Os seguiré con interés.

  2. #2 A.M.Canto 05 de ene. 2008

    "En la revista On nº 147 podemos observar la primera imagen (sic) de las ruinas (sic) de Sagunto donde podemos ver como era el yacimiento (sic) en el s XIX(sic)..."

    No es la primera imagen y no puede ser del siglo XIX... en colores (¡!). Tampoco es un teatro griego. Siguen sus muestras de ignorancia supina...

    Y con la segunda foto no sorprende Ud. a nadie: Corresponde al estado del teatro en 1978 (mil novecientos setenta y ocho), después de 17 intervenciones rehabilitadoras desde 1933. Que tampoco fueron en el XIX, como Ud. afirma (# 6: "falsa ruina reconstruida una y otra vez en el s. XIX en Sagunto"), que fueron en el XX. Es que no da una.

    Lo que se discute, que Ud. aún no se entera del fondo del tema, es que la Ley de Patrimonio de 1985, ley POSTERIOR a todo lo ya hecho, prohibió seguir haciendo restauraciones que alteraran el original o re-construyeran. Ahí radica la ilegalidad de la obra de Grassi/Portaceli, y la causa de que haya ahora que revertirla.

    Las restauraciones antes hechas, aquí y en otros sitios, como en Mérida, se hicieron sin una ley que las rigiera. ¿Lo entiende ahora, o todavía no?

    Así que no se afane con el teatro de Mérida, porque está exactamente en el mismo caso que el de Sagunto antes de 1985. A ver si a estas alturas nos va a descubrir la pólvora.

  3. #3 A.M.Canto 07 de ene. 2008

    Brigantinus: Muy de acuerdo, éste es el tema de fondo.
    Transcribo un interesante artículo de ayer (sólo tiene, creo, un lapsus, en lo de "1993": en ese año es cuando se paralizaron las obras ya hechas):

    CONTRA LA PREPOTENCIA

    F. P. PUCHE

    Esperaba escaparme. Con la excusa de las fiestas pretendía pasar de
    puntillas sobre la sentencia del Supremo que ha condenado las obras que
    desfiguraron el Teatro Romano de Sagunto. Pero el interesantísimo
    artículo que el gran arquitecto y mejor amigo Francisco Cervera publicó
    el sábado en estas páginas hace inexcusable el deber de intervenir. No
    tanto para discrepar de sus reflexiones sobre la sentencia, materias
    sobre las que ya escribimos en 2002, sino para, acompañándole, poder
    extraer alguna consecuencia sobre la decisión del alto tribunal. Porque
    ¿para qué querrán las democracias tribunales supremos sino para extraer
    valores morales, moralejas, de sus decisiones?

    La primera reflexión es elemental: ¿para qué querremos una
    sentencia del Supremo, para qué un Tribunal Supremo, si sus sentencias
    no se cumplen?
    No, el teatro romano de Sagunto debe volver a su estado
    primero, al de 1993, guste o no guste. Porque para eso se polemizó y se
    clamó. Para eso se pleiteó. Si en ningún caso dejaríamos en la cárcel a
    un condenado que tuviera una decisión de libertad del Supremo, igual
    con la ilegal obra de Portaceli-Grassi y de Ciscar-Lerma. Derribo,
    pues. Porque solo así habrá "ejemplo visual", evidencia del desastre
    que, por encima y por debajo de las leyes, cometieron.
    Hagamos ejemplo,
    inyectemos temor a la infracción, para que nadie haga cosas parecidas
    en el futuro
    . Porque esta no es solo una sentencia sobre defensa de
    patrimonio histórico sino en defensa de los valores de equilibrio,
    armonía y orden lógico en la arquitectura y el urbanismo. Esta es una
    sentencia moral sobre la huella que los humanos dejan en su entorno
    ; da
    igual que hablemos de ruinas romanas que de la calle de la Paz, la Font
    Roja o la marjalería de la desembocadura del Júcar. Porque hay bienes
    intangibles que la prepotencia humana no debe hollar.

    Hablamos de prepotencia, sí. De la peligrosa alianza de la
    prepotencia de la arquitectura y la política.
    Porque en los 90, en el
    caso Sagunto, se dieron cita los peores valores. Cuando Ciscar impuso a
    Lerma el papanatismo de traer a un extranjero de segundo nivel (Grassi)
    de la mano de un diletante local (Portaceli) se aplicó en nuestra
    política el modelo clásico de los aduladores y el rey desnudo. De modo
    que la obra pública se convirtió en soberbia y la gestión política en
    prepotencia; que intentó acallar las críticas de este periódico de un
    modo más soez que el que el franquismo había aplicado en la dictadura.
    Fascista es el epíteto más sereno que escuchamos quienes en, los
    felices noventa, quisimos discrepar, en medio del temeroso silencio del
    Colegio de Arquitectos
    , del mamotreto que nos traían, para nuestra
    felicidad, como buena nueva copiada de las revistas de arquitectura y
    decoración de la Italia fina.

    Lerma nunca ha sabido si Ciscar, el golondrino eterno de su
    quehacer, le ayudaba o le hundía. Se le quiso disculpar diciendo que no
    entendía la culta modernidad ciscarista y que se dejó llevar para no
    parecer un pueblerino. Ocurrió lo peor: quedó en manos de la
    prepotencia intelectual que le proponían
    . Como en las ruinas del
    Palacio Real o los yacimientos de las Cortes. ¡Ojo! Y como durante
    todos los años siguientes han venido haciendo y hacen los políticos que
    alían su nombre y su fama a la seducción de los arquitectos y
    urbanistas de corte
    , a quienes se perdonan, disimulan y disculpan los
    errores pese al clamor del pueblo.

    Pagará el pueblo los gastos del "destapado", dice el amigo Cervera
    con meridiana sensatez. Claro, como paga el presupuesto de prisiones y
    las resmas de folios de las sentencias. Pero solo si el gobierno Camps
    derriba y paga, con dinero nuestro, los desaguisados del gobierno Lerma
    -o del de Zaplana, que todo puede ser- la metáfora será circular y
    perfecta. Sólo así la voz del buen pueblo pagano, y de su prensa, se
    hará más justa y más libre, y estará cargada de razón moral contra la
    prepotencia.

    Copyright: F.P. Puche y Diario Las Provincias (Valencia)
    Fuente: http://www.lasprovincias.es/valencia/20080106/opinion/-20080106.html

  4. #4 lucusaugusti 12 de ene. 2008

    Si jeromor, la buena arquitectura, como el buen teatro o la buena pintura o literatura es "egocentrica" ;-)


    Intente por un momento estar en la cabeza del arquitecto romano que pensó en ese edificio en ese singular lugar, las razones porque "egocentricamente" lo dirigió y que intención tenía ese gasto de fondos económicos..... Le daré una pista, su fín no era ser objeto de una postal romántica de una ruina.


    Otros arquitectos, muchos siglos más tarde, entendieron las razones del primer autor, fueron fieles a ellas, y dieron vida al edificio de nuevo con oficio. Esa obra cuenta con el respeto del 90% de los arquitectos del mundo.


    Que guste o nó al 90% de la población de hoy es solo una anecdota sobre el mundo de hoy.


    HOY COLGARÍAN DE UN PINO AL ARQUITECTO ROMANO QUE PLANTO EL EDIFICIO EN ESE LUGAR DE SAGUNTO. por llenar la montaña de hormigón.


    Canto: La sentencia del supremo puede ser comentada en un país como este, y la sentencia es una enorme equivocación propia de los tribunales españoles, donde


     

  5. #5 A.M.Canto 14 de ene. 2008

    Varios de 12-14 de enero en Las Provincias
    Editorial
    Teatro "inservible"
    El Colegio de Arquitectos de la Comunitat Valenciana terció ayer en la
    polémica suscitada a partir de la sentencia del Tribunal Supremo que
    obliga al Consell a revertir el Teatro Romano de Sagunto al estado que
    tenía antes de la desafortunada rehabilitación de Grassi y Portaceli. Y
    lo hizo para advertir del riesgo que el cumplimiento del fallo judicial
    supondría para el monumento, que, según el decano del Colegio, quedaría
    "inservible". No obstante, este organismo reconoce que la intervención
    arquitectónica nunca debió hacerse como se hizo, aunque a estas
    alturas, tras diecisiete años de litigios y con varias sentencias en
    contra de las obras, resulte innecesario decirlo.
    La advertencia del Colegio de Arquitectos parece primar en exceso
    el concepto utilitarista de un monumento histórico único, como el
    Teatro Romano, tal vez sin pararse a pensar en que su mayor valor es en
    sí mismo el edificio, sin que esto signifique ni mucho menos renunciar
    a darle un uso. Otros teatros romanos, escrupulosamente restaurados,
    que no reconstruidos, han sabido combinar sabiamente el respeto a la
    obra histórica con una programación estable. Pero, además, el Colegio
    de Arquitectos no debería olvidar que la sentencia del Tribunal Supremo
    -como cualquier pronunciamiento judicial- es de obligado cumplimiento.
    Guste o no guste.

    Entrevista a Tomás Llorens, Director Gral. de Patrimonio de la CV en 1986:
    El impulsor de la reforma del Teatro Romano critica que no se haya permitido al autor defender su proyecto ante los tribunales

    Entrevista al arquitecto Francisco Muñoz Antonino
    [...] ...recalcó ayer que la propia sentencia "ya establece en sí misma una
    reversión parcial y consensuada, que es la que se planteó en su
    momento. No se habla en ningún instante de una reversión total del
    monumento
    "
    [...] El arquitecto explica que por debajo de la cota establecida [1.20 m para la escena] en la
    resolución jurídica "quedan muchos restos, algunos de nueva obra, pero
    fundamentalmente estructuras romanas y algunas posteriores que no
    saldrán a la luz pese a la reversión". Las intervenciones realizadas "destruyeron y afectaron a partes
    antiguas de la estructura
    , pero este apartado no saldrá a la luz, tal y
    como establece la propia sentencia. No hay que olvidar que bajo el
    nivel de la escena quedan en torno a 8 o 10 metros más de profundidad"... Esta "solución intermedia y no radical", que supone mantener la obra de
    Manuel Portaceli y Giorgio Grassi hasta la cota 1,20 en el caso
    concreto de la escena, "permitirá acoger futuras representaciones sin
    ningún problema, por lo que la utilidad del recinto estará asegurada
    "...

    Entrevista al abogado J. Marco Molines
    Marco Molines critica que Camps [PP] siga posponiendo la reunión[...] Según el abogado, el conseller, además de obviar fijar una cita
    concreta con Camps, le explicó que el tema del Teatro "sólo tiene
    interés en un ámbito muy limitado (Sagunto) y por ello, no habría que
    darle tanta importancia como se le está dando
    ".
    [...]Desde el Consell se mantienen abiertas todas las posibilidades, aunque
    todo apunta a que se busca un acuerdo con Marco Molines para que no
    solicite al Supremo la ejecución inmediata de la sentencia
    . Si el
    abogado aceptara la propuesta, el Ejecutivo valenciano entiende que el
    Teatro podría quedarse como está, al entender que el Supremo no
    preguntaría nunca por la ejecución de la sentencia que ordena la
    reversión.

    Artículo de F.P. Puche:
    El manual de Sagunto
    En el asunto de la sentencia del Supremo sobre las obras ilegales del
    teatro romano de Sagunto hay un manual de procedimiento virtual que ha
    comenzado a cumplirse desde el prólogo. Inspiradas por el eterno
    titubeo del PP, inflamadas por la demagogia de la izquierda, las
    prescripciones se están siguiendo. La primera, la duda de la
    consellera, su temor ante "el marrón", estaba descontada. Y sobre la
    orgullosa plataforma del corporativismo arquitectónico, el futuro no
    hará sino crecer y crecer el temor, que se adueñará de los territorios
    de acción y acabará determinando -¿qué duda cabe?- que la ilegal obra
    no se derribe jamás.
    No tengo una bola de cristal. Pero para presumir el desarrollo del
    manual me basta con ver los titubeos de la Generalitat desde que en
    1995 asumió, con el Gobierno, la titularidad de la obra. Si cada año ha
    venido programando campañas de teatro, ¿por qué habrá de dejar de
    hacerlo? ¿Y por qué habrá de derribar una obra que aceptó y acatar una
    sentencia que no ha aplaudido con verdadera alegría?
    En el delicado vestíbulo de unas elecciones, es obvio que se huye
    de los radicalismos. Es impensable, pues, la imagen de una consellera
    de Cultura con casco y piqueta, dispuesta a la acción. Se requiere, oh
    sí, un bien pensante respeto, una afectuosa proximidad al mundo de la
    moda y a la crema de la intelectualidad. La señora Miró, de ese modo,
    habla de marrón porque no heredó de sus antecesores una carpeta con un
    plan para el día D que contuviera un proyecto de desmontaje redactado,
    adjudicado y provisto de fondos hace una década.
    ¿Para qué, además, ese esfuerzo, si un derribo cortará el anual
    ciclo de teatro e impedirá programar el Aristófanes desfigurado de
    siempre, la consabida obrita feminista y un par de conciertos de
    flamenco?
    El manual, ya verán, se irá cumpliendo. Estamos ya en las
    declaraciones corporativas y vamos a pasar a la temible recogida de
    firmas, la mejor alfombra para que desfile el titubeo. Antes de las
    elecciones, seguro, llegará la visita rogativa pastoral de Teresa
    Fernández de la Vega y Carmen Alborch.

    Y el punto de vista más prágmático:
    El debate beneficia al tirón turístico del teatro.
    Con la sentencia firme, expertos y hosteleros de Sagunto afirman que la polémica y la reversión dispararán las visitas

    [...] Y es que, según ha podido conocer este medio, varios centenares de
    visitantes acuden diariamente a conocer lo poco que queda de ruina del
    Teatro Romano
    . Es más, la curiosidad puede más que nada, y son cientos
    los turistas que llegan a Valencia en crucero quienes se acercan hasta
    la antigua Arse ibérica para conocer in situ el estado de la polémica.
    Tal y como avecina Muñoz Antonino, "ya no tiene interés ver una
    obra nueva. Muchos de los visitantes que han venido hasta el momento,
    se han marchado de Sagunto con una imagen negativa y fuera lo que se
    esperaban encontrar de unas ruinas
    ".
    El arquitecto [Muñoz Antonino] considera que las críticas de los comerciantes de Ciutat
    Vella de las molestias que conllevarán las obras de reversión del
    Teatro, no tienen ningún fundamento a lo que "pan para hoy y hambre
    para mañana" ante el poco futuro que le augura a la obra proyectada por
    Grassi y Portaceli. Asegura que "es una obra que no refleja la
    decoración romana ni por dentro ni por fuera".
    Opinión que comparten varios hosteleros de Sagunto que, les guste la
    sentencia o no, afirman que la polémica está haciendo que el nombre de
    Sagunto aparezca en todos los medios de comunicación nacionales. 

  6. #6 A.M.Canto 20 de ene. 2008

    Ofión: Correcto, se puede ser civis Romanus, y de hecho miles lo fueron, sin haber pisado nunca Roma. Es exactamente como ahora: un matrimonio español tiene un hijo en China y éste, sin necesidad de viajar a España ni de vivir en ella a lo largo de su vida, recibe automáticamente y disfruta de la ciudadanía española con los derechos que le son inherentes, porque la ciudadanía se puede ejercer sin necesidad y al margen de la ciudad física. Es más: tanto para los griegos como para los romanos las ciudades físicas eran entes vacíos de sentido en sí mismas, que sólo adquirían en función de los grupos humanos que las habitaban; esto se aprecia muy bien en las inscripciones.

    Cicerón lo expresa perfectamente en la frase que Ud. citaba, en el De Republica 6.13.13, aunque no es exactamente así, la transcribo de un estudio de Alberto Grilli, p. 125, porque el párrafo resalta expresamente el rechazo de Cicerón del término urbes:

    "Questo coetus ha il suo fine nella formazione della res populi, cioè nella res publica: fine che trova la sua consacrazione nel Somnium Scipionis, quando l’Africano maggiore comunica al Minore che al hegemón del tutto (illi principi deo, secondo la concezione d’Antioco) niente è più gradito che concilia coetusque hominum iure sociati, quae civitates appellantur, dov’è chiaro il senso sociopolitico nella scelta di civitates e non di urbes (6,13,13)." (http://www.fondazionecanussio.org/atti2004/09%20Grilli_123.pdf)

    Del mismo modo, el foro, la basílica y el espacio de las votaciones (saepta) eran los espacios por antonomasia para ejercer la ciudadanía, mientras que el teatro, como casi todo el mundo sabe, lo era, a partir de Augusto, para las demostraciones del culto imperial.

    En fin... ¿servirán para algo nuestras informaciones?

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