Autor: Arquidioniso
lunes, 05 de noviembre de 2007
Sección: Etnografía
Información publicada por: arquidioniso


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El final del aprendíz.Apostillas sobre Castaneda y relato de las danzas y andanzas entre los chichimecas.

Breve parloteo sobre el arte de ensoñar y el costumbre, que gozan de cabal salud.

Como todo y como todos, algun día nos vamos de este mundo, nos morimos; así de simple. Y así le sucedio al buen Carlos Castaneda...que si era Carlos pero no era Castaneda, sino Arana o Aracna, como le gustaba presentarse. Le conoci de cerca, un par de veces que le invitamosa dar unas charlas, aca en Guadalajara, Jalisco, en México. La primera vez asistió y charló. La segunda llegó y apenas habían pasado diéz minutos de su platica, cuando declaró que sentía una amenaza inmnente por un conclave de brujas cuyo lider era la inefable Gorda, personaje de uno de sus libros. Ya no quiso hablar y nos pidio que de inmediato lo trasladaramos al aeropuerto.


Casi en estado de paranoia se despidió para siempre. Supimos de su decadencia rapidisima y de su muerte poco después...quedemonos con sus libros y respetemos su memoria.


El arte de ensoñar está vivo dentro del Costumbre. Y este par de extrañas cosas  inefables, son prácricas rituales que no están supeditadas a la intención de ningun culto o mitología particular. Se extienden en todo América...conozco las de mi país, y son el legado verdadero de los brujos y chamanes de cada una de las tribus que nos conforman en el origen, tan cercano, tan nuestro.


El mismo respeto para aquellas prácticas originales en otros territorios y culturas...siempre valiosas y nutricias.


Las enseñanzas de Don Juan ahi estan, ahora faltan aprendices.


Desde una perspectiva antropológica relato mi experiencia reciente en la ceremonia de transmisión de un bastón de mando entre los chichimecas. Omito los detalles y las circunstancias que abren las puertas , pero describo el costumbre de esa reciente fiesta.


Para comenzar es una fiesta, con lo que se estila en las fiestas respetables...mole, tortillas, tacos, cerveza, tequila, danza...mismos que se consumieron al final. La guardiana, una señora de noventa y dos años, transmitió su poder y mando a un nuevo guardian, su hijo de solo sesenta años. Y no por ser su hijo, sino por ser un vidente reconocido en el costumbre.


Se danzó la danza del camino, la del perro y la de la mariposa. Los danzantes descansaban bajo un arbol de pirul, sombra benéfica que facilita el ensoñar y es efectiva limpiadora de malas intenciones. Cuando todas las cuadrillas danzaron, la guardiana le entregó el bastón al guardian, le golpeó la cabeza y le recitó un conjuro en lengua chichimeca. Después  me pidió danzar con ella. Aclaro mi presencia...fuí invitado en nombre de Señor Santiago matamoros...  luego todos ayudamos a levantar el chimal, que es una construcción de madera con forma de arco de medio punto , adornada con flores, de más de quince metros de altura.


Una vez erigido el chimal (escudo), se danzó a su alrededor en señal de agradecimiento y se finalizó con un Padrenuestro para Nuestro señor Santiago, patrono importantisimo de esas tierras. Sincretismo y origen. Santiago y Tezcatlipoca. España e Iberoamérica.


El costumbre sigue vivo. La fiesta terminó bajo el enorme pirul protector. Los asistentes recobramos nuestra identidad secular y todo volvió a ser como antes.


 

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Comentarios

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  1. #1 arquidioniso 17 de nov. 2007

    Uma...ese ser agarrado a la máscara puede ser interpretado como la inocencia que cae...recuerdas que dije en alguna parte sobre los pipillitzin , los niños felíces que juegan en el Tlalocan (Paraíso de Agua)...el niño que ya cumplió los trece, su segundo nudo, despues de haber recibido el primero cuando le amarraron el ombligo, es el jovencilo que cae a tierra y entonces comienza a usar sus máscaras. Fijate en su pelo, hacía atras por la caida. Simula, ya no es.


    También se le puede ver como aquel que habla desde dentro, el que vive en la máscara. Algo parecido a la intuición.


    En la máscara del coyote, se dice que es el maestro del arte del engaño....lo ves y luego ya no lo ves...se esconde y es háblilísimo para simular que está y no está...los coyotes son excepcionales maestros en el arte de la sobrevivencia...se les oye aullar cuando las tardes se visten de noche, en los montes...son signo de lo vivo...de lo que está en orden. Se esconden en mil partes y sus crias aprenden con la ley dura eel hambre y la sed. Son libres impenitentes y de cerca son cínicos...te miran como tanteando sus terrenos, no se mueven y apenas uno parpadea, desaparecen. El alma se esconde para sobrevivir, lo íntimo no sale sino trae puesta la mascara del coyote.


    La del ojo al centro rodeado por la serpiente es mi preferida. Es la visión divina, la otra manera de ver. La que está inspirada por esa serpiente....ser...pi...ente.


    La del caduceo hermético o la que desciende en los equinoccios por la piramide de Kukulkan. El oroburos místico que te permite asomarte por la dualidad del "no ser".


    Es por lo que no es. Zen diáfano. Como la taza de te ...funciona por ...el vacio.


    La de los ojos de espejo es una máscara muy poderosa...te ve y te ves...es el ocelotl que con su garra se prende del centro para que el Universo gire y gire. Es el Tezcatlipoca divino. Te mira desde el fondo, pero con tus propios ojos. Por eso el espejo lo tiene en los ojos. Para que te mires mirando tu mirada con la suya.


     

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