Autor: Onnega
jueves, 25 de octubre de 2007
Sección: Antropología
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Los bigotes del peliqueiro

Hay excelentes exposiciones sobre el origen de las mascaradas y rituales asociados, insuperables por lo detalladas y por sus sugerentes interpretaciones de los mismos; como muestra tenemos los imprescindibles trabajos de Frazer (La rama dorada) y Caro Baroja (El carnaval). Me resultaría imposible, y no creo que sea necesario, abordar todas y cada una de las celebraciones en que participan estas figuras, por eso me he limitado a describir de una forma un tanto “impresionista” y gráfica aquellos detalles que podrían conectar estas prácticas, tal y como defendía Bouza-Brey, con la antigua cosmovisión paleolítica. No es la primera vez que en Celtiberia.net se aborda este tema con convenientes referencias al rechazo de estas mascaradas por parte de la Iglesia, materiales gráficos ilustrativos de su posible relación con prácticas chamánicas paleolíticas y otros datos de interés: Chamanes y cérvidos, del paleolítico al Baphomet medieval (Silmarillion).



Ya en el s. IV San Paciano, obispo de Barcelona, reprobaba una costumbre pagana que tenía lugar en las Kalendas Ianuarias (1 de enero); en esas fechas muchos se disfrazaban con pieles de animales, sobre todo de ciervo, y se entregaban a excesos y obscenidades.


Para ilustrar en qué podría consistir esta actividad he incluido la traducción de un artículo de Hamayon: Ritual de identificación del chamán con un gran ciervo. Chamanes evenk (Siberia):


"Esta asociación simbólica subrayada por otros elementos rituales [v. más abajo el tocado de un chamán evenk], está confirmada por descripciones como “el chamán es como un gran ciervo macho que defiende su manada”, “dos chamanes se enfrentan como ciervos”. La razón de esto subyace no sólo en el modelo de masculinidad proporcionado por el ciervo macho en celo, que se evoca con el comportamiento del chamán durante el ritual. También es la expresión de un principio subyacente a los evenk y a otros pueblos siberianos que obtienen su sustento esencialmente de la caza. Este principio consiste en concebir la caza no como un acto de predación, sino como un intercambio entre los seres humanos y las especies salvajes que les proporcionan alimento. Los animales se ven como habitados por espíritus, complementarios a los que residen en el ser humano, lo que hace posible que se pueda establecer con ellos el mismo tipo de relación que con los seres humanos. De la misma forma que la gente come caza, también los espíritus de las especies salvajes consumen la fuerza vital de los humanos, devorando su carne y bebiendo su sangre. La enfermedad, como la pérdida de vitalidad en la vejez, y la muerte, son parte del orden natural, son el pago por la caza que permite al cazador vivir, son indicación de que habrá caza para sus descendientes. La función del chamán es representar este intercambio en un nivel simbólico que prefigure y determine la realidad del cazador. Debe establecer las bases del intercambio de carne con las especies salvajes, garantizar la caza (la suerte en la cacería) para la siguiente estación y finalmente permitir que los espíritus complementarios devoren en compensación, señal de muerte de algunos miembros de la comunidad. Los dos primeros estadios de esta actividad simbólica son ostensiblemente dramatizados durante el ritual, mientras que el tercer estadio, durante el cual el chamán yace echado sobre su espalda, inmóvil, se desarrolla en silencio: aquí el chamán asume su último rol como animal cazado, para lo cual se identifica ritualmente con un gran ciervo"

 


Pues bien, en nuestras fiestas de invierno o en los carnavales aparecen unas figuras teriantrópicas, humanos caracterizados con rasgos animales, protagonizando mascaradas ceremoniales que podrían entenderse como escenificaciones de una lucha en forma de danza ritualizada en la que o se produce un hostigamiento del personaje enmascarado, visto como atávico espíritu maligno que se intenta ahuyentar, o bien, al contrario, es la figura teriantrópica la que fustiga cumpliendo el cometido de espantar a esos espíritus y propiciar el restablecimiento del orden en la comunidad.


En el paralelismo que vamos a establecer con el chamanismo actual, que se considera superviviente directo de un sistema de creencias estable que hunde sus raíces en el paleolítico (1), se tocarán someramente varios aspectos:


-El proceso de iniciación del chamán y el estado de trance que lo conecta con el mundo de los espíritus.


-Indumentaria y complementos (máscara, tambor).


-La danza ritual contra el mal, rituales propiciatorios.


En principio cabría sostener que estas danzas fuertemente codificadas habrían sobrevivido refugiadas en el reducto del folklore sin perder sus características básicas debido a dos factores:


-El carácter universal del asunto que se representa, la lucha contra la adversidad, que no ha perdido en ningún momento su vigencia e interés.


-El alto grado de ritualización o codificación que atañe a las tradiciones que integran el acervo popular. Hasta el más mínimo detalle aparece fijado y establecido, lo que no obstaculiza, por otra parte, que puedan producirse reinterpretaciones del conjunto ceremonial, de algún elemento, o disgregaciones (por ejemplo la asunción por parte de varios individuos de las funciones que anteriormente correspondían a uno sólo).


1. LA INICIACIÓN

En su búsqueda del conocimiento el chamán tiene que pasar forzosamente por una prueba física de “despedazamiento” y “renacimiento”, iniciación que podría explicarse como una deconstrucción de la personalidad que facilita su recomposición  bajo una nueva forma, superior a la primitiva. Como nos dice Lewis-Williams citando a Eliade: “La muerte, el sufrimiento, la excarnación (la extirpación de la carne a un esqueleto), la desmembración, la transformación y el renacimiento son, de hecho, elementos comunes de la iniciación chamanística” (2). Es evidente que estos procedimientos o son meramente simbólicos, o se sufren hasta cierto punto (dentro de unos límites), o bien se experimentan durante el trance como sensaciones: “con frecuencia la perforación es una parte de esa secuencia experiencial. Un chamán tungús siberiano, por ejemplo, contó cómo le habían iniciado sus antepasados chamanes, le perforaron con flechas hasta que perdió el conocimiento y cayó al suelo, le amputaron la carne, le arrancaron los huesos y los contaron” (3).


Las experiencias sensoriales a modo de pinchazos, tanto en los rituales de iniciación como en los trances que ponen al chamán en contacto con el mundo de los espíritus, se repiten hasta la saciedad entre los testimonios de chamanes de diversas culturas. De lo cual podrían ser muestra algunas pinturas rupestres peninsulares.


http://www.telefonica.net/web2/losorigenesdeiberia/imagenes/Fotos/CALCO51B.jpg


Fig. 1: Antropomorfo posiblemente herido de Cieza (Murcia).


A veces el sujeto las identifica con picaduras de abejas, otras refiere que sintió en su carne la laceración de múltiples flechas o espinas. Lewis-Williams se acuerda de San Sebastián al comentar estos testimonios.


http://www.thais.it/citta_italiane/firenze/index/mod/hi_res/00037.jpg


Fig. 2: San Sebastián atribuido a Giovanni del Biondo, s. XIV. Duomo de Florencia.


En nuestro caso es inevitable recordarlo ya que San Sebastián está íntimamente relacionado con varias de las celebraciones que vamos a analizar (Jarramplás, Carantoñas, Taraballo).


En la tradicional mascarada de Jarramplás (19 y 20 de enero, Piornal) a los espectadores que visionan y participan en la pantomima que tiene lugar por las calles del pueblo les parece que Jarramplás es un trasunto o alter ego del santo, puesto que sufre en su cuerpo los golpes con que lo castigan los vecinos de la misma forma que San Sebastián recibió la lluvia de flechas. Además, la tortura del santo se canta en forma de coplas:


"Le amarraron a un tronco
y allí le dieron
la muerte con saetas
verdugos fueron.


Todo su cuerpo tiene
hecho una llaga
y una mujer piadosa
se las curaba".


(Alborá de Jarramplás, Piornal)


Desde nuestra perspectiva la relación entre ambos personajes sería a la inversa: es muy posible que nos encontremos ante un motivo disgregado, las sensaciones punzantes del trance chamánico perviven primero en el  apaleamiento de Jarramplás, lo que permite que posteriormente se vinculen con el asaetamiento del santo, que se convierte así en trasunto o alter ego cristiano de la máscara.


En el Kúkeri búlgaro, cuya relación con las Carantoñas de Acehuche ya ha sido establecida (4), no se produce una reinterpretación paralela de la representación, como sucede en Acehuche o Piornal, y por ello el carácter de la celebración, así como el de su oficiante se conserva menos difuso. En Acehuche estas figuras se vienen considerando como las fieras que rodearon a San Sebastián en su segundo tormento sin atreverse a devorarlo. Pero no nos dejemos engañar por la adaptación del ritual ya que de nuevo aparecen las sensaciones punzantes: los golpes que la Carantoña propinaba con el cuchillo, “un palitroque de un metro de longitud, retorcido y con más puntas que un cuerno de venado” (5).


Fig. 3: Kúkeri búlgaro. Figura semejante a la Carantoña de Acehuche.


2. LA INDUMENTARIA

http://museosextremadura.com/caceres/images/sala14/image1g.jpg


Fig. 4: Jarramplás (Piornal).


http://www.necep.net/media/images/habit-chaman-evenk.jpg


Fig. 5: Traje de chamán evenk (Siberia).


Fig. 6: Traje de chamán numinchen (Manchuria).


Además del vestido de pingos, del que penden pieles y diversos elementos metálicos como cascabeles o cencerros (en tiempos remotos no serían metálicos, puede que de conchas, madera, plaquitas de pizarra, hueso), encontraremos similitudes con la máscara demoníaca o animal que porta el chamán en su lucha contra el mal y la enfermedad. Y estará más o menos conservada, pues tal vez los colmillos y dientes aterradores con que suelen armarse nuestras figuras aparezcan transformados en grandes bigotes y una ¿sonrisa? que muestra unos dientes bastante peligrosos, los cuernos prolongados en forma de mitras o capirotes, y la piel del animal sustituida por un dibujo del mismo.


 http://www.fillos.org/galicia/images/en-contidos/etnografia/mascara-cigarron.jpg


Fig. 7: Peliqueiro de Laza (Ourense).


Fig. 8: Máscara Kable (Burkina Fasso, África). Se usa en ceremonias especiales para ahuyentar los espíritus diabólicos, entre los cuernos del búfalo de agua se sitúa un pajarito, exactamente igual que en el tocado de los chamanes numinchen.


 http://i74.photobucket.com/albums/i269/onnega/Tocado-numinchen.jpg 


Fig. 9: Tocado numinchen (Manchuria).


Otro aspecto que estas figuras comparten con los chamanes es el uso ritual del tambor: “Vayamos ahora a Navaconcejo, un pueblo del Valle del Jerte. Cada 20 de febrero asistimos a una ceremonia que guarda grandes semejanzas con la descrita. El taraballo es un hombre vestido con extraños ropajes, que antiguamente, según informaciones recogidas en la localidad, eran pieles de animales sacrificados para tal fin. Esta botarga asiste a los actos religiosos en honor de San Sebastián, y ha de soportar de vez en cuando un apedreamiento a base de nabos y de nueces. El taraballo persigue a sus atacantes, a los que golpea con el látigo. Le acompaña el tamborilero. Dicen que antiguamente los furibundos ataques no sólo magullaban al correspondiente sujeto que hacía de taraballo, sino que acababan destrozando el tamboril. Cada año era necesario fabricar uno nuevo, para el que se utilizaba una piel de perro curtida para este menester” (6). Aunque aquí aparece la función de tamborilero individualizada (motivo disgregado) no nos pasa desapercibido el vínculo entre el chamán y su tambor, descrito ampliamente en la bibliografía, que en este caso se manifiesta con la suerte que corre el tambor del Taraballo, acompañando a su dueño en la muerte como un perro fiel. La piel de perro resulta una materia un tanto curiosa con la que se confecciona también el tambor de Jarramplás (7).


 http://images.encarta.msn.com/xrefmedia/sharemed/targets/images/pho/000a3/000a3cd7.jpg


Fig. 10: Chamán Tungu (Siberia) con su tambor, fotografía del siglo XIX.


3. LA DANZA RITUAL CONTRA EL MAL

Dado que es manifiesto el sentido profiláctico de estas pantomimas fuertemente codificadas que se desarrollan por toda la geografía peninsular, euroasiática, etc. cabría remontar su origen al ritual de curación chamánico, en el que se ahuyenta el mal y la enfermedad personificados por figuras demoníacas. Como nos dice Kirby, muchas de las dramatizaciones que sobreviven en el folklore popular (valga la redundancia) remiten a una única fuente, el ritual del chamanismo; en cierto sentido este ritual fue el único arte dramático que acabó por fragmentarse originando las actuales artes escénicas (8).


Fray Bernardino de Sahagún así lo entiende cuando describe en el s. XVI una de estas luchas rituales en México como equivalente de nuestra “escaramuça de çaharrones”: “Y al tercero día, al cual llaman chonchayocacalioa, que quiere dezir "escaramuça de çaharrones", componían uno de çaharrón, con unos [b]alandranes y carátulas espantables, y hazíanse luego dos vandos: de una parte se ponían los ministros de los ídolos y con ellos el çaharrón, y de otra parte se ponían los moços del telpuchcali, y al mediodía començavan a pelear los unos con los otros. Peleavan con unos ramos de oyámetl o pino, y con cañas, y también con cañas maciças, atadas unas con otras de tres en tres o de cuatro en cuatro” (9).


El término çaharrón es la forma más antigua que se conserva para referirse a estas figuras, es el origen de cigarrón (Laza), zagarrón (Ciudad Rodrigo), zamarrón (Lena)… algunas de ellas motivadas por diversos cruces con palabras como cigarra o zamarra. Pidal entre otras etimologías había propuesto en una nota que rescatamos del olvido una conexión con el euskera, zahar, “viejo” (10).


http://i74.photobucket.com/albums/i269/onnega/Kalogheroi.jpg


Fig. 11: Los dos kalogheroi tracios (Viza, Turquía) con máscaras de piel de cabra al final de un combate ritual según dibujo de 1906: tras la muerte del oponente el otro kalogheros procede a desollarlo, figuradamente, claro. El término significa en griego “anciano hermoso” y se aplicaba como título de respeto a personas venerables y monjes; lo que parece reforzar la hipótesis de que la etimología de çaharrón sea el euskera zahar, “viejo”.


Dawkins (11) sostuvo que los carnavales tracios que presenció eran representación de un antiguo ritual dionisíaco, queriendo ver incluso un falo en una especie de porra que lleva uno de los kalogheros. Esta hipótesis ha sido tenida muy en cuenta por la gran mayoría de antropólogos que se dedican a investigar estas celebraciones, ésta o bien la de su origen en las lupercales romanas. Ambas y otras similares no hacen más que trasladar el problema a otro momento, ¿y el origen de las lupercales?, ¿de dónde sale el luperco poseído por el espíritu del lobo azotando a todo cuanto vecino se topaba por las calles? Probablemente no lo sabían entonces ni los propios romanos.


Caro Baroja señala “las analogías que ofrece en varios aspectos la mascarada tracia con las suletinas, asturianas, maragatas, etc., analogía que llega a extremos tales que sería necio pretender hallar la explicación de cada una de ellas independientemente” (12). Las afinidades que hasta aquí se nos han hecho más evidentes coinciden ampliamente con los rituales chamánicos: hombres vestidos de animales con cencerros en la cintura, enmascaramiento, hostigamiento (hacia la figura enmascarada, por parte de ella, o entre dos), destrucción del enemigo, restauración del orden y del bienestar del grupo. Asímismo es muy significativo el carácter especial de estas figuras, se percibe en los nombres (kalogheros = anciano hermoso), y en que en muchas de las celebraciones han mantenido su estatus de intocables.


Por ello sólo puedo estar de acuerdo con Bouza-Brey, que ya había sugerido que estas prácticas podían remontarse al paleolítico, dado que existen figuras teriantrópicas danzantes pintadas en las cavernas identificadas como chamanes.


Figuras indicativas de que un ritual semejante tenía lugar en un sitio tan alejado cronológica y geográficamente de la cultura clásica occidental, las podemos encontrar en el lago Onega, Karelia (Rusia). Difícilmente explicables por ritos dionisiacos, lupercales… y sí como manifestaciones de ese sistema de creencias paleolítico que ha originado, o persiste en, el chamanismo actual.


http://wwwold.krc.karelia.ru/results/projects/petr/pix/zagadk3.jpg


Fig. 12: Petroglifo del lago Onega en cuya esquina inferior izquierda aparece una figura teriantrópica portando lo que se ha considerado como un doble símbolo solar / lunar, un tambor, o algo que, en mi opinión, podría recordar vagamente al arado con que en las fiestas de invierno se hendía la nieve en la Maragatería: “a primeros de año los pastores se disfrazaban con pieles y cencerros […] y tiraban de un arado que surcaba las nevadas tierras” (13).


http://smalt.karelia.ru/~petroglyphs/photo_bp/12big_.jpg


Fig. 13: Surcos en la nieve dejados por cazadores y presas en un petroglifo de Karelia.


NOTAS


1) Esto cabría matizarlo con las recientes aportaciones de GS McCall, que sugiere que las prácticas sociales del chamanismo no han permanecido inmutables a lo largo del tiempo, son los conceptos cosmológicos subyacentes a estas prácticas los que son perdurables y rígidos; es sencillo, por tanto, presuponer que operaban en la prehistoria. “Add shamans and stir? A critical review of the shamanism model of forager rock art production”, Journal of Anthropological Archaeology, 26 (2007), pág. 224-233.


2 y 3) David Lewis-Williams, La mente en la caverna, Madrid, Akal, 2005, pg. 280-2.


4) Diliana Ivanova Kovátcheva, “Las Carantoñas de Acehuche y los Kúkeri búlgaros: similitudes y diferencias”, comunicación presentada a la International Conference on Advances in Oral Literature Research, Belgrado, 2006. Resumen disponible en línea en http://www.jasminanikolic.net/aelo35/?page_id=19


5) Según relata en 1905 Publio Hurtado en el número LXVII de la Revista de Extremadura. Cita extraída de “Las Carantoñas de San Sebastián: botargas o fieras”, de Jorge Mellado González, http://www.dipalme.org/Servicios/Anexos/anexosiea.nsf/VAnexos/IEA-RP3-C16/$File/RP3-C16.pdf


6) JM Domínguez Moreno, “La fiesta del lobo en Extremadura”, Revista de Folklore, 1991, nº 132, pg. 183-87, http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=1033


7) V Gutiérrez Macías, “El paso del folklore de unas parcelas a otras”, Revista de Folklore, 1984, nº 40, pg. 127-35, http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=359


8) ET Kirby, “Shamanistic Origins of Popular Entertainments”, The Drama Review, 1974, vol. 18, nº 1, pg. 5-15.


9) Fray Bernardino de Sahagún, Historia General de las cosas de Nueva España, 1576-1577. Cita extraída de la base de datos del CORDE, http://corpus.rae.es/cordenet.html


10) R Menéndez Pidal, Poesía juglaresca y juglares, Madrid, Espasa-Calpe, 9ª ed., 1990.


11) RM Dawkins, “The modern carnival in Thrace and the cult of Dionysus”, The Journal of Hellenic Studies, 1906, vol. 26, pg. 191-206.


12) J Caro Baroja, El carnaval, Madrid, Alianza, 2006.


13) J Caro Baroja, op. cit.


BIBLIOGRAFÍA NO CITADA EN NOTA


-RM Álvarez Luceño y JM Silva Cordero, “Las Carantoñas de Acehuche”, Senderos de Extremadura, 1999, en http://www.seta.es/alexturnet/Senderos/numero9/carantonas/carantonas.htm


-F Bouza-Brey Trillo, “Máscaras gallegas de origen prehistórico”, Homenagem à Martins Sarmento, Mário Cardozo ed., Guimaraes, Sociedade Martins Sarmento, pg.  73-82.


-J Clottes, “Chamanismo en las cuevas paleolíticas”, 40 Congreso de Filósofos Jóvenes, Sevilla, 2003, en http://www.nodulo.org/ec/2003/n021p01.htm


-F Cocho, O carnaval en Galicia, Vigo, Xerais, 1992.


-A Diéguez Añel, “Carnaval en Castro y Laza”, Revista de Folklore, 1985, nº 51, pág. 88-92, http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=450


 -M Harris, “Carnival in Galicia: Scattered Ants, Whipped Backs, and Hammered Plowshares”, The Drama Review, 2000, vol. 44, nº 3, pg. 154-170


-M Moreno Iglesias, “Jarramplás”, 2002, en http://www.piornal.net/jarramplas/mario/jarramplasmario.htm


CRÉDITOS DE LAS FIGURAS


Fig. 1: (C) Los orígenes de Iberia, http://www.telefonica.net/web2/losorigenesdeiberia/PH_calco_arte_rup1.htm


Fig. 2: (C) www.thais.it, http://www.thais.it/citta_italiane/firenze/index/mod/pag_02.htm


Fig. 3: (C) Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Kukeri


Fig. 4: (C) Museo de Cáceres,  http://museosextremadura.com/caceres/sala14.htm


Fig. 5: (C) NECEP, http://www.necep.net/list.php?id_soc=4&type=pictures


Fig. 6: (C) Dibujo de Edith King.


Fig. 7: (C) http://www.fillos.org/galicia/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=275


Fig. 8: (C) http://www.masksoftheworld.com/Africa/African%20Tussian%20Mask.htm


Fig. 9: (C) Dibujo de Edith King.


Fig. 10: (C) Encarta, http://uk.encarta.msn.com/media_1201505628/Tungu_Shaman.html


Fig. 11: (C) RM Dawkins, “The modern carnival in Thrace and the cult of Dionysus”, The Journal of Hellenic Studies, 1906, vol. 26, pg. 191-206.


Fig. 12: (C) Petroglyphs in Karelia, http://wwwold.krc.karelia.ru/results/projects/petr/steps.en.html?step=1


Fig. 13: (C) http://smalt.karelia.ru/~petroglyphs/photo_bp.html

 


Comentarios

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  1. #1 Uma 26 de oct. 2007







    Si,Onnega, puede que en el fondo sean ideas distintas de ver al chamán.


    En realidad,creo que en general el problema al hablar del chamanismo es la dificultad para hacer una definición y que en esa definición esté más o menos todo el mundo de acuerdo


    .Hay muchísimas variedades y estoy de acuerdo con Silvia Karacic cuando dice que hay datos que sugieren que en los orígenes(y los orígenes serían los del homo sapiens o incluso mucho antes), la capacidad de chamanizar era algo común y corriente:no había un único individuo especializado en ello.


    Con el tiempo,el humano evoluciona de tal manera que esa capacidad se vá perdiendo y entonces solo determinados individuos pueden entrar en otros niveles de conciencia.


    Ademas,entrar en esos niveles va resultando cada vez más dificil,y vá necesitando ponerse en situaciones cada vez más límites(de dolor,disociación etc).


    Al final tendría que ayudarse con sustancias sicoactivas (según algunos autores) para poder entrar en esos estados y en esa conexión con el mundo espiritual ( para el mundo de los cazadores/rec la naturaleza es espíritu,una noción que se aleja de la nuestra,en la que espíritu es opuesto a naturaleza.)


    Es decir ,lo que llamamos normalmente "chamán" puede ser solo una manifestación concreta de un fenómeno que a lo largo del tiempo evoluciona en formas distintas.


    Por otro lado,como dice William-Lewis,entre la conciencia "normal",y el trance hay muchísimos grados intermedios.Así que un chaman no siempre necesita entrar en el nivel más profundo del trance.


    Así que ,cuando hablamos de "un chamán en trance"estamos empleando dos términos que se pueden interpretar de muchísimas maneras.


    sobre si las ceremonias de expulsión de los espíritus malignos,enfermedades etc se basan en el chamanismo,se me ocurre (a la luz de mis conocimientos hasta el momento):


    Por ejemplo,el chamán en trance sí se enfrenta a los malos espíritus,pero se enfrenta de verdad,no es una representación,ni algo simbólico.


    Sin embargo,todas estas fiestas de las que hablamos son dramatizaciones,puestas en escena.


    (Incluso la de los inuit,aunque se lleve a cabo por dos chamanes.)


    Es decir,para eso no es necesario el trance;para eso no es necesario el chaman.basta con otro especialista religioso. que conozca el ritual y lo lleve a cabo.


    Pero para ir a hablar con Sedna y pedirle que libere a los animales marinos ,sí es necesario un chaman que entre en trance,viaje al mundo subterráneo,atraviese el mar,consiga sortear todos los obstáculos etc.


    Podría ocurrir (una suposición para poner un ejemplo) que con el paso del tiempo ,basándose en el viaje del chaman,los inuit crearan un ritual en el que se representara una visita a Sedna por un enviado de la tribu antes de la temporada de caza;entonces se podría decir que ese ritual tenía un origen chamanistico.


    entonces,en los rituales que hablamos de la expulsión de los espíritus,a lo mejor se podría decir que son chamanísticos si han seguido un proceso así (que no sé si existe este tipo de proceso,a lo mejor sí).


    Pero a lo mejor nació de otra manera.


    Servan


    si,lo de los chamanes negros,que pueden hacer el mal,es una fuente de preocupación constante ;cualquier enemigo tuyo podía encargar al chaman que te provocara enfermedades y desgracias.lo alucinante es que la misma persona sea capaz de hacer el bien y el mal.es algo que choca con todos nuestros conceptos morales.


    la bata blanca de los médicos...a mi me dá bastante miedo.creo que preferiria que los medicos se vistieran normalmente para la consulta.
       también me ha gustado mucho la cita sobre la caza y la idea esa de corresponder y devolver algo.


    saludos a todos



     

  2. #2 Uma 26 de oct. 2007







    a riesgo de ser muuuu pesada:


    "El carnero de las montañas rocosas estaba asociado con la producción de lluvia.Cuando un chamán daba muerte a un carnero,se estaba dando muerte a si mismo"(Lewis -Williams"la mente...."


    aquí también idea la idea del sacrificio del chamán.la victima propiciatoria.pero no es lo mismo que chivo expiatorio.


    el chivo expiatorio es una persona o animal sobre la que simbólicamente se echa todo lo malo. alejándole del poblado se aleja el mal.


    el rito de expulsar al mal espíritu representado por un personaje,creo que es muy instintivo,me parece que es un simbolismo al que se puede llegar sin necesidad de la experiencia del chamán.en realidad es como cuando un niño escupe a algo que no le gusta,o cuando hacemos un gesto con la mano para aparar alguna idea que no queremos.


    Es decir,supongo que aquí la cuestión de fondo es si el chamanismo es la primera forma de religion que sienta las bases sobre las que van evolucionando todas las formas de vida religiosa o si se pueden elaborar rituales e ideas religiosas al margen del chamanismo.


    ¿el universo del chamán,la cosmología que desarrolla el chamanismo nace de la experiencia del trance,que debe sus imágenes etc a la estructura del sistema nervioso(como dice William-Davis) o el ser humano puede establecer esa idea del cosmos estratificado simplemente a partir de su experiencia normal y de su capacidad simbólica?


    es decir:pensar que el cielo es un lugar sagrado en el que habita el ser supremo y pensar que subir una montaña es la manera de llegar a él,¿nace de la experiencia del trance o es un simbolismo que podemos elaborar todos los humanos?



     

  3. #3 arquidioniso 27 de oct. 2007

    Bueno, bueno Sotero, que no es para tanto...el chamanismo poco tiene que ver con la indolencia, a menos de que la estupidización contemporanea sea culpa de las múltiples pantallas que nos asedian...cuentalas: cine, television, ordenador, telefono celular, parabrisas del auto y el aparador del centro comercial. La debacle ecológica está por verse a pesar de lo que diga mister Gore...aunque no niego que hay desorden. Los chamanes son pontífices entre dos o más realidades.  Da lo mismo si son comentaristas de televisión, presidentes norteamericanos, santos entronizados, estrellas de futbol o señoritingas de amplia y turgente pechuga. Fijate como hoy cada quién busca su explicación de la realidad con las brujerias, adivinaciones, esoterismos, supersticiones y demas baratijas pseudomísticas para alinear los chakras por quinientos dolares en un fin de semana. Los gurus de salón y los carismáticos pastores, testigos, apostoles y curanderos de cuanta chachara religiosa exista, se desentienden del medio ambiente como si la cosa fuera un asuntillo sin importancia. Y claro que los entretenidos, distraidos, ignorantes, miedosos y subalimentados proletarios ( y no me refiero solamente a los economicamente debiles) seguirán arrojando envases de plástico en los que tomaron agua cara, para que vayan a dar a los lechos de los rios que antes ofrecian agua pura. En México puedes verlo en los noticieros, cuando hacen referencia a la contaminación en los rios de Chiapas, atascados de botellas de agua. Y mientras Coca Cola, por medio de su marca de agua Ciel...(cielo) se apodera del mercado y pone de rodillas al país con la administración de la sed. Eso no es chamanismo, es credulidad y de la más abyecta. Además cualquiera que se ponga plumas en la cabeza y diga que es un gran sacerdote de la tal o cual, no hay que tomarle en serio.


    Por fortuna, en México todavia tenemos a los "hombres de conocimiento" en casi todas las etnias que conforman America. Son respetables, sabios y comunes como cualquiera. Tienen tiendas de comestibles, restaurantes, salones de belleza o son jardineros, artesanos o contables. En el fondo saben y ven. Y eso hay que hacer...ver y saber para después olvidar, amable Sotero 21. ...Natura parendo vincitur.

  4. #4 Sotero21 28 de oct. 2007

    Buenos días


    El hombre de la edad de piedra era un ser vigoroso, bien alimentado, que apenas trabajaba en otra cosa que la caza de presas de caza mayor y que dedicaba la mayor parte de su tiempo a holgar y en la manufactura de una artesanía muy sofisticada, como lo demuestra la perfección que lograron en la talla de la piedra. Se han descubierto en Checoslovaquia huesos de más de mil mamuts en un matadero paleolítico, en Francia (Solutré) restos de 10.000 caballos. Los estudios de J.Lawrence Angel nos muestran que el hombre de la edad de Piedra promediaba una talla de 1,77 m. los del sexo masculino y 1,65 los del femenino. Veinte mil años después los varones tenían 1,65 m. y las mujeres 1,53 m. Mac Neish calcula que la ingesta de proteínas de origen animal en el valle de Tehuacan (México) durante el período Ajuereado (7000- 5000 a. de C.) sería de un 76 aun 89 por ciento del total. El efecto fue que mientras se iba extinguiendo toda la caza mayor y menor (caballos, antílopes, libres, tortugas) la relación de ingesta de proteínas animales – vegetales iba disminuyendo a favor de las últimas. El desarrollo de la agricultura da por resultado un aumento del trabajo per cápita con un menor rendimiento. Según Dumond las tasas de mortandad eran significativamente inferiores entre los cazadores que entre los que se dedicaban a una vida más sedentaria. Los cazadores recolectores gozaban de una mejor salud que las comunidades agrícolas y eso se demuestra en la dentadura. Hace 30.000 años los adultos morían con un promedio de 2,2 dientes faltantes, en el 6.500 eran ya 3,5 los dientes faltantes; en época de los romanos 6,6.



     Ese hombre de la Edadde Piedra estaba en una plena comunión con la Naturaleza, “era Naturaleza”, era el máximo depredador y dudo mucho de que tuviera remordimiento alguno por la ingesta de proteínas animales, pues gracias a ellas mantenían el vigor necesario para la supervivencia Esta época podría ser realmente la Edadde Oro de la humanidad. Pero el hombre se fue alejando de la Naturaleza y, también, la Naturalezase fue alejando de los hombres. El hambre y las calamidades que supuso la desaparición de especies de caza mayor obligaron a los hombres a unirse en poblados, a cultivar los campos y a domesticar animales. El atribulado ser que un día fue el rey de la creación se ve reducido a una mísera condición. El “hombre sabiduría” le acerca a los paraísos perdidos de sus antepasados y le descubre el lenguaje de los animales (que habían olvidado), el lenguaje de las plantas y el lenguaje del viento.


    Según Harris el control de la natalidad que ejercían los Hombres de la Edad de Piedra (crecimiento demográfico cero, base fundamental para mantener su envidiable nivel de vida)  estaba basado sobre todo en el infanticidio (que podía llegar al 50% de los nacidos). Esta es “la espantosa mancha que acecha desde el fondo de la Prehistoria en lo que, de otro modo, podría confundirse con el Jardín de Paraíso”.

  5. #5 arquidioniso 31 de oct. 2007

    En México, las máscaras tienen un inmenso valor tradicional, no las vemos como una representación de los muertos, más bien de lo no nacido.


     En la ciudad de Zacatecas gozamos del Museo de Pedro Coronel que tiene una colección de más de cinco mil mascaras diferentes. Sería imposible ponerlas todas en un solo lugar.


    En casi todos los pueblos siempre hay artesanos dedicados a la producción infatigable de mascaras. Un brujo otomí (etnia de la región central del país) dijo que :


    "la máscara es ese que vive dentro y que sólo lo alcanzamos a ver cuando nos mira, desde el fondo del espejo y con nuestros propios ojos".

  6. #6 arquidioniso 01 de nov. 2007

    En la consigna de Cuauhtemotzin, ordena a los tlatoanis que se cierren las puertas de los calpullis, se destruyan los amates, se callen los cantos y se guarden el la memoria hasta el dia en que habran de despertar...de florecer...ordena esperar el tiempo del Ce Acatl...y asi pasó....el 26 de agosto de 1986 se presentó la esperada fecha. Entonces hubo celebración y las puertas se abrieron, los tlacuilos comenzaron a consignar con tinta roja y negra los cantos florecidos y la memoria regreso para mostrar de nuevo. a quien este despierto, lo que siempre ha sido, lo que se quedó en el fondo del espejo humeante, en el Tezcatlipoca de cada uno de nosotros. En esa fecha se danzó de nuevo en todos los centros ceremoniales de América. Desde entonces se abrió el tiempo de los tzintzimimes, los señores de negro, los señores de la  guerra...hasta diciembre del 2012. Los guerreros aguila, los señores jaguar, los guerreros ocelotl y coyotl, levantaron sus estandartes. Yo levante el mio propio en el circulo de la tradición al que pertenezco. Ahora se puede hablar de ello, y la difusión que se hace de "lo prehispanico" va desde los clichés folkloricos hasta las investigaciones arqueológicas profundas. Como contenido televisivo, todavía no es tan taquillero como "lo egipcio", pero poco a poco gana espacios yatención. Pasaron muchos años de secretos y voz baja. Ahora surge el verdadero rostro de nuestras culturas aboriginales y al mismo tiempo celebramos la Hispanidad. Antes como postura oficial en México, por lo menos en la educación pública, España simbolizaba saqueo, conquista, espadas y avaricia. Eso quedó atras y hasta las camarillas radicales y jacobinas, que todavía las hay, comienzan a reconocer la gran aportación europea. El camino comenzó a transitarse por nuevas visiones, más frescasy no estereotipadas, que la antropología decimononica rechazaba. El arquitecto Ignacio Marquina logró una panorámica novedosa a mediados del siglo XX y poco le hicieron caso. A Caso mismo lo arinconaron y cuando convenia lo sacaban a pasear. Y el campo quedó libre para ajustar la idea pseudohistórica de la oficialidad, influida por la masonería comecuras, que desde la guerra cristera en 1926, se manifestó como la mano invisible de la educación en México. En la escuela primaria, recuerdo que había que esconder el Ripalda cuando llegaban los inspectores de la secretaría de educación. Ellos impulsaron una visión contradictoría que presentaba imagenes heróicas de Cuauhtemoc resitiendo la tortura y relegaron al indigena real a la miseria terrible del hambre y la caridad pública. Apenas hay signos de que esto comienza a cambiar....

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