Autor: ventero
jueves, 27 de marzo de 2008
Sección: Noticias
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El primer europeo nació en Atapuerca hace 1,2 millones de años

El diente fósil humano más antiguo de Europa se halló en la entrada de la Sima del Elefante el miércoles, 27 de junio de 2007.

Atapuerca ha batido el récord de Atapuerca.

UN PREMOLAR

El europeo más viejo de la Historia nació en Burgos hace la friolera de 1,2 millones de años. Esto es el último y extraordinario hallazgo que escondían los yacimientos de Atapuerca, salido a la luz el pasado miércoles durante la campaña de este año: restos de un individuo del linaje humano que habitó en esta sierra castellana y que hacen retroceder casi medio millón de años la llegada de los primeros homínidos a este continente.

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El fósil, que da una nueva perspectiva a la historia humana, es un diente que fue encontrado por la joven paleontóloga Rosa Huguet en la entrada de la Sima del Elefante, un yacimiento del Pleistoceno que ha sido el último en comenzar a excavarse de forma sistemática en Atapuerca y que está a unos 20 metros de la Gran Dolina, en la Trinchera del Ferrocarril.

HUGUET

Rosa Huguet Pamiés, investigadora de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, lo relata con emoción: "La jornada del 27 de junio acababa de comenzar. Como es habitual, a las nueve de la mañana, los miembros del equipo de excavación se incorporaban a sus trabajos en los diversos yacimientos de Atapuerca. Fue muy rápido. No hacía ni 10 minutos que había comenzado a excavar cuando, de golpe y porrazo, vi que aparecía un diente. " Eran poco más de las nueve de la mañana cuando un golpe de piqueta de Rosa hizo desprenderse de su almohada de tierra un fragmento de hueso, de unos 3 centímetros de largo, coronado en una de sus puntas por una zona ancha, plana y del color del marfil. «La pieza cayó entre la tierra arcillosa, negruzca... Lo cogí entre las manos y se lo enseñé a mi compañero Jan Van der Made, especialista en dentición animal», recuerda la doctora. Lo que no explica Rosa Huguet es el temblor de manos, la emoción y las esperanzas que le asaltaron en la sima. "Enseguida llamé a los expertos que tenía a mi lado y vimos que se trataba de un molar humano".

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Huguet, una zooarqueóloga recién doctorada por la Universidad Rovira y Virgili (Tarragona), comenzó a trabajar en los yacimientos de Atapuerca en 1993 como parte del equipo de Eudald Carbonell, y centra su actividad desde 1996 en la Sima del Elefante. "Cuando apareció el diente lo primero que hicimos fue descartar posibilidades porque incluso al principio parecía que podía ser de un oso, y es que nos daba miedo decir que era humano y luego equivocarnos, porque sabíamos de qué antigüedad estábamos hablando", explicó. Rosa Huguet aseguró que cuando, ya con los codirectores a su lado, confirmaron que era un diente humano ella lloró.

Van der Made relata cómo, con el diente bajo las lentes de un binocular, fueron descartando especies. «Vimos que no pertenecía a ciervos ni a bisontes ni a otros bóvidos. No era de un hipopótamo, ni de un rinoceronte... Tampoco de un perro. Y menos, de un cerdo. Esos los controlo todos. He estudiado todos los dientes de especies de cerdo del Pleistoceno en Europa», dice sin asomo de presunción este holandés que trabaja en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y que ha examinado los fósiles animales de más de un centenar de institutos de Europa, Asia, África y América.

¿De qué se trataba entonces? «Nadie se atrevía a pronunciar el nombre. No hace falta. Pero nadie quería decir que podía tratarse de un resto humano. Lo de hombre no se usa porque parece que no gusta a las mujeres. Lo políticamente correcto también ha llegado a la antropología», sonríe Van der Made. «En Atapuerca tenemos primates, macacos; también theropithecus, una especie rara de babuino que hoy vive en Etiopía... Pero no. Era una pieza de homo», concluye Van der Made. «Entonces, yo me eché a llorar», suspira la antropóloga Rosa Huguet que excava en Atapuerca desde 1993. Trabaja en un filón, un entorno donde los restos se conservan como en una nevera de arcilla. Para demostrarlo, Rosa se acerca a una mesa y muestra un huesecillo de ave del tamaño de un dedo. Es marrón y tiene un millón de años. Luego enseña el diente de un zorrillo de la misma edad. Un lujo.

"No te puedes imaginar el jolgorio y la excitación --comenta desde Atapuerca uno de los tres codirectores del yacimiento, Eudald Carbonell--. La pobre Rosa pensaba que lo había soñado".

CARBONELL

Carbonell lo explica claramente: "Apareciese lo que apareciese, fauna, humanos o herramientas, serían de esa época". "El diente es la confirmación de una sospecha que ya teníamos, porque en anteriores campañas habían aparecido herramientas de sílex con una antigüedad de 1,2 millones", recuerda Carbonell. Huguet también estaba convencida de que este año tendrían suerte. En su tesis doctoral, presentada hace dos semanas, ya defendía la presencia de homínidos en Atapuerca de esa antigüedad a partir de dos indicios: los cortes observados en los restos de fauna, que presuntamente habrían sido consumidos por los homínidos, y la industria lítica. "El hecho de que ahora haya surgido este molar es finalmente la prueba directa", dice y precisa que el yacimiento donde se ha encontrado el diente de homínido tiene todavía 14 metros sin excavar y estimó que tardarán 10 años en llegar a la base de ese relleno. "El diente es la confirmación de una sospecha que ya teníamos, porque habían aparecido en anteriores campañas elementos arqueológicos, fundamentalmente herramientas de sílex, pero nos faltaba la confirmación que supone encontrar restos de quién pudo hacer esas herramientas", afirmó Carbonell.

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BERMÚDEZ DE CASTRO

José María Bermúdez de Castro, también codirector en Atapuerca, explica que se trata del segundo premolar inferior de la mandíbula. "Está relativamente poco gastado, por lo que debió de pertenecer a un individuo de unos 25 años". Si se conoce la antigüedad no es por el propio diente, descubierto hace apenas tres días, sino porque la cronología del estrato donde ha aparecido había sido determinada con anterioridad gracias a pruebas paleomagnéticas y a los restos de fauna asociada.

Desgraciadamente, un diente no da mucho más de sí. Bermúdez de Castro, por ejemplo, admite que es imposible determinar a qué especie pertenece. "La Sima del Elefante está muy cerca de Gran Dolina --afirma--, por lo que podría pensarse que es antepasado del Homo antecessor, pero todo son especulaciones". "De lo que no hay duda, por el nivel donde ha aparecido, es de que este diente perteneció al europeo más antiguo hallado hasta ahora". Recordó que ya en campañas anteriores habían encontrado en la Sima del Elefante utensilios de sílex en niveles muy antiguos, que indicaban presencia humana muy anterior a lo que se creía. También habían aparecido utensilios de similares dataciones en la Sierra de Guadix-Baza (en los yacimiento de Fuente Nueva y Barranco León) y en Italia, pero faltaban las pruebas fósiles.

El científico afirmó que la intención del equipo de Atapuerca es aprovechar el mes de julio para estudiar el diente, de manera que se pueda realizarse cuanto antes una publicación en alguna revista científica especializada. "El diente está limpio pero todavía sin consolidar, aunque ya se puede decir que supera todas las espectativas que habíamos planteado al inicio de esta campaña de excavaciones". "También podemos estar pensando en que se va aproximando a la antigüedad del hombre de Georgia, localizado en el yacimiento de D´manisi, por lo que también podría haber alguna vinculación", explicó Bermúdez de Castro. Adelantó que durante el resto de la campaña, en el mes de julio, se seguirá trabajando en extensión en el nivel TE-9 de la Sima del Elefante, por lo que consideró posible que se localicen más restos de homínidos de esta antigüedad. "Nosotros ya expresamos hace dos años la posibilidad de que el ´homo antecessor` tuviera origen asiático, y es que este cruce de caminos entre Asia y África puede ser un buen centro de origen para la dispersión de muchas especies", añadió.

Con sólo una pieza es todavía difícil establecer qué pautas de vida seguía el homínido más antiguo de Europa. «Hablamos de un tipo con 900 centímetros cúbicos de capacidad craneal y bípedo que trabaja piedras, que hace objetos», explica Bermúdez de Castro. Con mandíbulas o maxilares podríamos establecer un escenario evolutivo y tratar de saber cómo se relaciona este individuo con el Homo antecessor y con los restos hallados en Dmanisi, Georgia, y datados hace 1,8 millones de años.

Es posible que hayamos llegado al límite del yacimiento. A un fondo de 1,5 millones de años.

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ATAPUERCA

En Atapuerca, declarado como Patrimonio de la Humanidad, ya se descubrieron, en 1997, los restos de un Homo antecessor, de hace 800.000 años, una especie desconocida hasta entonces que hizo retroceder a un millón de años la historia de los primeros europeos. En años posteriores también se han encontraron en estos yacimientos fósiles de Homo heidelbergensis, de hace 500.000 años, y de Homo sapiens. Lo que está confirmado es que Europa occidental estuvo poblada antes de lo que se pensaba hace 15 años. "Desde los años 90 hemos visto cómo la fecha de la llegada desde África a Europa ha ido yendo para atrás y puede que aún aparezcan fósiles más antiguos", aseguró el investigador, que no podía disimular su entusiamo y el del resto del equipo.

Este artículo se puede relacionar con este otro: "De un coloquio sobre Atapuerca" y con este poblamiento: "Atapuerca y la evolución humana"

Más informacióen en: http://elmundo.es


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