Autor: Varios
martes, 26 de junio de 2007
Sección: Prehistoria
Información publicada por: ainé
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Sangrantes restauraciones en Asturias
¿¿¿¡¡¡Recubrir con mortero las paredes de piedra de nuestros monumentos milenarios!!!???
"Restauraciones" que se están haciendo en iglesias románicas y prerrománicas de Asturias (varios extractos):
Detalle de la Iglesia de San Julián de Víñón (antes de la reciente restauración)
Mismo detalle, misma iglesia (después de su restauración)
http://caminodepiedra.blogspot.com/2007/06/smbolos-en-piedra-iglesia-de-san-julin.html
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http://www.arteguias.com/noticias/abamia.htm
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Hermosa imagen de la que ya no podremos disfrutar:
http://www.arteguias.com/noticias/vinon.jpg
Recogida de firmas:
Inicio de la campaña de recogida de firmas | ||
Hoy domingo, 17 de junio de 2007, hemos iniciado la campaña de recogida de firmas para solicitar de don Vicente Álvarez Areces la paralización de las obras de restauración de Santa Eulalia de Abamia. ----------------------------------------------- Observad el antes: http://www.correntiu.com/Romanico/S.Eulalia-de-Abamia-1-.jpg ...y el después: http://www.abamia.net/images/abamiafinalw.jpg |
Comentarios
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Abo,
Ignorando la data técnica y el criterio de restauración es difícil llegar a una conclusión, o es fácil arribar a conclusiones erróneas. En algunos casos los criterios son de "conservación", vale decir, mantener lo que queda para que no continue la destrucción y montar un espacio didáctico en el cual se colocan las imágenes que representan el como era el edificio en su origen. En este caso pareciera ser que el criterio es de "reconstrucción".
Ahora bien, dices:
No te lastima la vista ese galpón con campanario incluido, canecillos y puerta románica todo pintorrojeado en ese chillón ocre?
Y digo yo. Quién dice que originariamente el edificio no fuera de ese chillón ocre? Es de suponer que han estudiado los restos de pigmento y llegado a la conclusión que ese era el color del edificio. La estética antigua no es la misma que la actual y los colores "chillones" y el gusto bizarro eran lo frecuente. Puedes verlo en cualquier monumento en el cual queden restos de pigmentos.
Fíjate en esto, es el portal de St. Foi de Conques
http://cliophoto.clionautes.org/galleries/HISTOIRE/Moyen-Age/Chretiente/conquesi.jpg
y como puedes observar los restos de pigmento visibles indican que el portal tenía una policromía que hoy, en caso que se reconstruyera el color, nos haría doler los ojos.
Nuestra percepción de la estética histórica está por completo contaminada por nuestra estética actual. Además, quienes pintaban no disponían de demasiadas posiblidades, la paleta medieval era más bien escasa y los pigmentos caros en su mayoría, de modo que para pintar un edificio como el que se muestra, en que no nos encontramos de un gran centro de peregrinación como puede ser Conques o Santiago, la solución práctica es optar por los colores más económicos, los que Plinio denominaba "austeros", es decir, las tierras, a menos que el comitente fuera muy rico, que en ese caso podía optar por los "floridos"
En Conques por ejemplo aparece visiblemente el azul, que era un pigmento muy caro. Esto demuestra la importancia del templo como centro de peregrinación y la policromía azul no solo es índice de la importancia económica del edificio.
Piensa que la mayor parte de los edificios que hoy vemos como bella piedra desnuda eran total o parcialmente policromados y que la piedra era una solución constructiva, no había un criterio estético de valorización de la piedra. Fíjate el comentario de Fauvel, cónsul francés presente en las excavaciones en Grecia en referencia al Pertenón y al Teseion:
“Los bajo relieves de estos dos templos se encontraban pintados, cada objeto poseía su propio color: carne, drapeados, fondos; he notado las vestimentas púrpuras, los pileus o sombreros verdes, los fondos de estos bajo relieves conservaban el azul…1"
Louis Fauvel
1 Citado en Billot, Marie-Françoise, " Recherches aux 17e et 19e sur la polychromie de l’architecture grecque ", in Paris-Rome-Athènes, Le Voyage en Grèce des Architectes français aux 19e et 20e siècles, ENSBA, Paris, 1982
En el fondo creo que estamos de acuerdo. Es cierto que hay muchos productos, y que unos son más agresivos que otros; que dependiendo del criterio del restaurador usará el que más le convenga; y también, que una restauración puede ser una solución de compromiso entre lo deseable y lo factible. Repito que parece de sentido común que ningún profesional echará un borrón en su curriculum; que si se enluce la iglesia, por algo será, y que aquí disponemos de la información que nos proporcionan quienes se oponen a la restauración planteada. El desequilibrio es evidente.
Leyendo el artículo mencionado [http://www.abamia.net/downloads/santaolayadabamia.pdf ] con más detalle, por cierto, escrito en un bable precioso, y de acuerdo con sus autores, esta iglesia de Santa Eulalia de Abamia fue cerrada al culto en 1904 debido a las grietas que amenazaban con arruinar el templo. Se bajaron las campanas, se trasladaron las imágenes y retablos a una iglesia del mismo concejo, y dos años más tarde se comprobó que el cierre no había sido extemporáneo porque la bóveda comenzó a desplomarse causando la ruina del coro y otros elementos. Durante la Guerra Civil, los retablos que se habían trasladado perecieron, salvo algunos fragmentos, al haberse empleado como leña. En 1958 Luis Menéndez Pidal comienza las labores de restauración, que se limitan a una limpieza del abundante matorral y hiedras que cubrían los muros, así como al apuntalamiento de algunos muros para evitar que la ruina progresase. Hubo que esperar al año 1978 para que la Diputación y Caja de Ahorros llegasen a un acuerdo y restaurasen la iglesia, pero al parecer por falta de dinero, se hizo una techumbre de hormigón y no se intervino sobre las pinturas. A día de hoy, la humedad amenaza de nuevo las paredes con sus pinturas, los relieves de la portada se encuentran atacados por hongos y el entorno, al parecer, está descuidado.
En cuanto al modo de entender tu frase "En el caso de estas iglesias es evidente que no es ese el criterio, sino el de reconstrucción al mejor estilo Violet Le Duc", permíteme otra parrafada. Yo no sé lo que entenderán los demás, pero cuando aludes a una "reconstrucción al mejor estilo Violet Le Duc", o a lo Violet Le Duc, en esa metáfora entiendo que quieres aludir a una restauración pastiche, es decir, añadiendo volúmenes, esculturas neorrománicas, canecillos y otros elementos que falseen la autenticidad histórica del inmueble. Como en la imagen de lo restaurado no aprecio nada eso, me limito a señalarlo, tal vez de un modo algo prolijo según es habitual en mí. En definitiva, que en mi opinión, por lo que sabemos, ni la restauración por lo que se ve sigue criterios decimonónicos, ni próximos a ellos.
Según ese criterio habría que reconstruir el Partenón y reescribir las hojas faltantes de los manuscritos.
Aquí te dejo las recomendaciones del Icomos España.
Las estructuras del patrimonio arquitectónico, tanto por su naturaleza como por su historia (en lo que se refiere al material y a su ensamblaje), están sometidas a una serie de dificultades de diagnóstico y restauración, que limitan la aplicación de las disposiciones normativas y las pautas vigentes en el ámbito de la construcción. Ello hace tan deseable como necesario formular unas recomendaciones que garanticen la aplicación de unos métodos racionales de análisis y restauración, adecuados a cada contexto cultural.
Las presentes Recomendaciones tratan de servir a todos aquellos a quienes atañen los problemas de la conservación y la restauración, aunque en ningún modo pueden reemplazar los conocimientos específicos extraídos de textos de contenido cultural y científico.
El contenido íntegro de estas Recomendaciones se recoge en un documento dividido en dos secciones: la titulada Principios, donde se plantean los conceptos básicos de conservación, y la titulada Directrices, donde se proponen las reglas y los métodos que deberían seguirse por los que intervienen en ambas actividades. Sólo los Principios han alcanzado la categoría de documento oficialmente aprobado y ratificado por ICOMOS.
PRINCIPIOS
1. Criterios generales
1.1 La conservación, consolidación y restauración del patrimonio arquitectónico requieren un tratamiento multidisciplinar.
1.2 El valor y la autenticidad del patrimonio arquitectónico no pueden fundamentarse en criterios predeterminados porque el respeto que merecen todas las culturas requiere que el patrimonio material de cada una de ellas sea considerado dentro del contexto cultural al que pertenece.
1.3 El valor del patrimonio arquitectónico no reside únicamente en su aspecto externo, sino también en la integridad de todos sus componentes como producto genuino de la tecnología constructiva propia de su época. De forma particular, el vaciado de sus estructuras internas para mantener solamente las fachadas no responde a los criterios de conservación.
1.4 Cuando se trate de realizar un cambio de uso o funcionalidad, han de tenerse en cuenta, de manera rigurosa, todas las exigencias de la conservación y las condiciones de seguridad.
1.5 La restauración de estructuras, por lo que se refiere al Patrimonio Arquitectónico, no es un fin en sí misma, sino un medio al servicio de un fin que no es otro que el elemento construido en su conjunto.
1.6 Las peculiaridades que ofrecen las estructuras arquitectónicas, con su compleja historia, requieren que los estudios y propuestas se organicen en fases sucesivas y bien definidas, similares a las que se emplean en medicina: Anamnesis, diagnosis , terapia y control, aplicados a la correspondiente búsqueda de datos reveladores e información; determinación de las causas de deterioro y degradación; elección de las medidas correctoras, y control de la eficacia de las intervenciones. Para conseguir un equilibrio óptimo entre el coste y los resultados y producir el mínimo impacto posible en el patrimonio arquitectónico, utilizando los fondos disponibles de una manera racional, se hace normalmente necesario repetir estas fases de estudio dentro de un proceso continuado.
1.7 No deben emprenderse actuaciones sin sopesar antes sus posibles beneficios y perjuicios sobre el patrimonio arquitectónico, excepto cuando se requieran medidas urgentes de protección para evitar la ruina inminente de las estructuras (por ejemplo, tras los daños causados por un seísmo); no obstante, se tratará de evitar que tales medidas urgentes produzcan una modificación irreversible de las estructuras.
2. Investigación y diagnóstico
2.1 Habitualmente, un equipo pluridisciplinario, cuya composición vendrá determinada por el tipo y la envergadura del problema, debe trabajar conjuntamente desde las primeras fases del proyecto, así como en el examen inicial del lugar y en la preparación del programa de investigación.
2.2 En primer lugar, la recopilación y el tratamiento de los datos y la información deben llevarse a cabo de forma equilibrada, prudente y ponderada, con el fin de establecer un plan integral de actuación proporcionado a los problemas reales de las estructuras.
2.3 La práctica de la conservación requiere un conocimiento exhaustivo de las características de la estructura y los materiales. Es fundamental disponer de información sobre la estructura en su estado original y en sus primeras etapas, las técnicas que se emplearon en la construcción, las alteraciones sufridas y sus efectos, los fenómenos que se han producido y, por último, sobre su estado actual.
3. Medidas correctoras y de control
3.1 La terapia debe estar dirigida a las raíces del problema más que a los síntomas.
3.2 La mejor terapia es la aplicación de medidas de mantenimiento de índole preventiva.
3.3 La evaluación de la seguridad y un buen entendimiento del significado de la estructura deben constituir las bases de las medidas de conservación y consolidación.
3.4 No debe emprenderse acción alguna sin haber comprobado antes que resulta indispensable.
3.5 Cada intervención debe ser proporcional a los objetivos de seguridad previamente establecidos, y limitarse al mínimo indispensable para garantizar la seguridad y la perdurabilidad del bien con el menor daño posible a los valores del patrimonio.
3.6 El proyecto de intervención deberá basarse en una comprensión clara de la clase de factores que causaron el daño y la degradación, así como de los que hayan de tenerse en cuenta para analizar la estructura tras la intervención, puesto que el proyecto debe realizarse en función de todos ellos.
3.7 La elección entre técnicas “tradicionales” e “innovadoras” debe sopesarse caso por caso, dando siempre preferencia a las que produzcan un efecto de invasión menor y resulten más compatibles con los valores del patrimonio cultural, sin olvidar nunca cumplir las exigencias impuestas por la seguridad y la perdurabilidad.
3.8 En ocasiones, la dificultad de evaluar el grado real de seguridad y los posibles resultados positivos de las intervenciones puede hacer recomendable emplear un “método de observación” consistente, por ejemplo, en una actuación escalonada que se inicie con una intervención de baja intensidad, de tal forma que permita ir adoptando una serie de medidas complementarias o correctoras.
3.9 Siempre que sea posible, las medidas que se adopten deben ser “reversibles”, es decir, que se puedan eliminar y sustituir por otras más adecuadas y acordes a los conocimientos que se vayan adquiriendo. En el caso de que las intervenciones practicadas no sean completamente reversibles, al menos no deberán limitar la posible ejecución de otras posteriores.
3.10 Deben determinarse todas las características de los materiales (especialmente cuando son nuevos) que vayan a utilizarse en una obra de restauración, así como su compatibilidad con los existentes. En ese estudio deben incluirse los impactos a largo plazo, a fin de evitar efectos secundarios no deseables.
3.11 No deben destruirse los elementos diferenciadores que caracterizaban a la edificación y su entorno en su estado original o en el correspondiente a las etapas más antiguas.
3.12 Cada intervención debe respetar, en la medida de lo posible, el concepto, las técnicas y los valores históricos de la configuración primigenia de la estructura, así como de sus etapas más tempranas, y debe dejar evidencias que puedan ser reconocidas en el futuro.
3.13 La intervención debe responder a un plan integral de conjunto que tenga debidamente en cuenta los diferentes aspectos de la arquitectura, la estructura, las instalaciones y la funcionalidad.
3.14 Deberá evitarse, siempre que sea posible, la eliminación o alteración de cualquier material de naturaleza histórica, o de elementos que presenten rasgos arquitectónicos de carácter distintivo.
3.15 Las estructuras arquitectónicas deterioradas deben ser reparadas, y no sustituidas, siempre que resulte factible.
3.16 Deberán mantenerse las imperfecciones y alteraciones que se hayan convertido en parte de la historia de la edificación, siempre que no atenten contra las exigencias de la seguridad.
3.17 Sólo se debe recurrir a la alternativa de desmontar y volver a montar los elementos cuando así lo exija la propia naturaleza de los materiales y siempre que su conservación por cualquier otro medio sea imposible o incluso perjudicial.
3.18 Los sistemas de protección provisional utilizados durante la intervención deben servir a su propósito y función sin causar perjuicios a los valores patrimoniales.
3.19 Cualquier propuesta de intervención debe ir acompañada de un programa de control que, en la medida de lo posible, deberá llevarse a cabo mientras se ejecuta la obra.
3.20 No deben autorizarse aquellas medidas que no sean susceptibles de control en el transcurso de su ejecución.
3.21 Durante la intervención, y después de ésta, deben efectuarse unas comprobaciones y una supervisión que permitan cerciorarse de la eficacia de los resultados.
3.22 Todas las actividades de comprobación y supervisión deben registrarse documentalmente y conservarse como parte de la historia de la construcción.
Pues casualmente hay uno reciente, de ayer mismo, de Antón G. Capitel (natural de Cangas, y del que creo que en competencia no necesita presentación).
El título ya es sugestivo: Que no torturen la iglesia de Abamia. Y, aunque el tono general es conciliador, tiene párrafos bastante claros, como éste (en cuyo fondo hemos coincidido sin saberlo):
"Soy consciente, además,
de que, en muchos casos de la historia, las fábricas, incluso de
sillería bien labrada y con rica decoración, fueron revocadas de origen
o cubiertas con pátinas y con pintura. Pero repito que no puede
generalizarse ni seguir siempre criterios históricos, aun cuando estén
probados. Se sabe que el Partenón y Santa María del Naranco, por
ejemplo, estuvieron en origen revocados por completo. Pero, ¿alguien se
atrevería hoy a hacerlo? Y de decidirlo, ¿cómo se haría?
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1848_40_586460__Oriente-torturen-iglesia-Abamia
«El estuco de Abamia se puso para proteger el edificio y las pinturas del interior»
JESÚS PURAS RESTAURADOR, PARTICIPÓ EN EL PROYECTO DE REHABILITACIÓN DE LA IGLESIA DE ABAMIA
El restaurador Jesús Puras nació en Madrid y tiene su estudio en Asturias desde hace más de veinte años. Licenciado en Bellas Artes, fue uno de los técnicos que participaron en la redacción del proyecto de rehabilitación de la iglesia de Abamia, realizando un estudio previo para ver el estado de las cargas que tuvo el edificio y que aún mantiene en parte.
-¿Esperaba la polémica que ha levantado la restauración de la iglesia de Abamia?
-Sí, la esperaba, porque conozco al paisanaje que promovió esta polémica, que fue por varios motivos.
-Explíquese.
-El tema importante de fondo es el uso y la propiedad del edificio, el cual, aunque sea un templo en desuso, no debe ser desacralizado; todo lo contrario.
-¿Qué quiere decir?
-Que había un mal uso de este edificio, que está destinado a un grupo de amigos que lo dedica a sus actividades culturales y que incluso dispone de la llave del templo y se la deja a los amigos que la quieran. Eso me parece impresentable y haré todo lo posible para que el Arzobispado lo corrija. Me comentaron, además, que ya pidieron la propiedad del edificio hace tiempo.
-Será por algo...
-Aquí hay otra cuestión que a mí no me pasa desapercibida, y es que se aprovechan de un cura de la parroquia de Abajo, en Corao, porque es una persona mayor, para disponer del edificio de diversas formas. Si hubiera un administrador de la Iglesia, esto no estaría pasando.
-¿Entonces?
-Algunos quieren la iglesia como la bella ruina a la que algunos llegan desde Madrid a escribir poesía. Pero lo real es que es un edificio que tiene que tener las cargas y otro tipo de protecciones para salvaguardarlo, como se hace en todos los edificios. Obviamente, después del informe que hago y que remito al arquitecto, que lo asume con buen criterio, se carga el edificio por una razón estructural, que es proteger de la intemperie el edificio y también las pinturas del interior.
-¿Ya se nota su mejora?
-Corroboramos que mejoraron muchísimo desde que se cargaron las paredes, y por eso el Principado y el Arzobispado aceptaron que se hiciera. Esto, lógicamente, incidió en el exterior, aunque el tono de origen de la pintura era más intenso que el que tiene.
-¿Por qué?
-El arquitecto lo que hizo fue rebajarlo sin elementos sintéticos, con los mismos materiales que originariamente se utilizaban, y lo hizo con cal porque es absolutamente reversible, porque se puede eliminar sin ningún daño, incluso a las cargas originales, que no se deben picar.
-¿Hay precedentes?
-Por citar algunos, Santa María de Arzana, San Pedro de Cudillero y Santa María de Llas, y las tienen muchas iglesias, así como el monasterio de Valdediós.
-¿Mantiene entonces que el estuco de los contrafuertes está bien puesto, igual que en el resto de la iglesia?
-Sí. Además, la calidad de la piedra no es para dejarla vista. Lo único que me preocupa, y así lo transmití a la comisión de patrimonio de la Iglesia, es que va a ser un problema continuo de aporte de humedad a las pinturas murales del interior.
-Parece que los movimientos ciudadanos están teniendo más influencia ante el Principado que los propios técnicos.
-Eso es cuestión de los políticos; yo he dicho que era un error. Hay más soluciones técnicas.
-¿Cómo interpreta esto?
-Nos encontraremos haciendo restauraciones a la carta de cada pueblo, lo que es una chapuza, como esta ocurriendo en Cantabria. No se pueden aplicar los criterios de una pintura mural a un edificio vivo, que debe tener sus protecciones, y no querer consolidar una ruina arqueológica.
-¿Por qué defiende devolver a los monumentos antiguos su imagen primigenia y no la que resulta más familiar?
-La restauración en sí es prácticamente imposible salvo en casos puntuales, y siempre que hablamos de una intervención en un edificio histórico tenemos que influir en su carácter estético. Las paredes se cargan por un motivo de necesidad y deben tener un tono, de la misma forma que se hace el retejado.
-¿Precedentes en Asturias?
-La torre de la catedral de Oviedo tiene distintos tipos de piedra con varios colores, y la mayoría de las piedras son blancas, pero las vemos con un tono amarillo o crema porque, al impregnarlas con protectores, se les imprimió ese color. Si lo quitáramos, tendría diferentes tonos.
-Pero hay personas que opinan con insistencia lo contrario.
-Todo esto viene de la mentalidad decimonónica de los románticos, a los que les gustaba la belleza de la ruina, y por su gusto por los materiales nobles, como la piedra.
-La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, ratificada por el Supremo, que decreta la demolición de la reconstrucción del teatro romano de Sagunto. ¿Qué repercusiones pude tener en Asturias?
-Ninguna. Un edificio, pese a que no le guste a Juan Casero, se puede cargar, y se seguirá haciendo aquí y en otras provincias. Hay que viajar un poco a Italia, Bélgica, Francia y otros países.
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1850_40_587237
Comparto las explicaciones expuestas por giannini y AspidioII.
En el caso concreto de Abamia: "-El arquitecto lo que hizo fue rebajarlo sin elementos sintéticos, con los mismos materiales que originariamente se utilizaban, y lo hizo con cal porque es absolutamente reversible, porque se puede eliminar sin ningún daño, incluso a las cargas originales, que no se deben picar. "
Que la obra fue realizada con las garantias suficientes para poder devolver al edificio su estado anterior. Asunto diferente de los populares rejuntados realizados en otros lugares que son definitivos e ilegales.
En el fondo esta polémica es muy clarificadora, Abamia, y no solo Abamia, tiene sobre sí una colección de capas virtuales que la enmascaran de su realidad. Capas de romanticismo algunas, de intereses religiosos otras, de nacionalismo carca otras, y cuando se intenta realizar una intervención que es respetuosa con la historia del edificio caen rayos y truenos.
Abamia esconde algo más antiguo que Pelayo que seguramente nunca salga a la luz bajo la pesada carga virtual que soporta.
Yo creo que en el fondo todos estamos de acuerdo en que la piedra trabajada (sillares apiconados o abujardados) no se les da este acabado para despues enfoscarlas o llanearlas, es que no soy capaz de entenderlo. Imaginate por un momento, y dicho con la mejor intención, que vuestro amigo Paco Vazquez, bueno el que esté ahora que no se como se llama, empieza a decir que en su despacho se le presentan humedades y que si esto o lo otro...reuniones...más reuniones y al cabo de dos años el mejor edificio pétreo, y precioso, que tenéis por Coruña (Ayuntamiento, p. Mª Pita) aparece toda la fachada enfoscada con ese horroroso color ocre. ¿A quién le dabas con el bastón?. Evidentemente es una exageración, pero.....
Respecto al Partenón he de leer lo que nos pone Alicia ya que hay algo que no me encaja.
Uma, para tí esta policromía de Mitra.
Es un error confundir la legítima crítica de un trabajo
profesional sobre un Bien Histórico con una cuestión de gustos anticuados. Una crítica que no sólo se formula,
sino que se fundamenta, y apelando, por un lado, a vulneraciones concretas
de normas legales, como la Ley 1/2001 del Patrimonio Cultural del
Principado de Asturias (art. 57.c) o la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español (art.
39.2) y, por otro, a contravenciones de los criterios actuales sobre
conservación y restauración definidos en documentos internacionales como la
«Carta de Atenas» de 1931 (inspirada por Camilo Boito, considerado el padre de
la moderna restauración científica), la «Teoría del restauro» de C. Brandi
(1963), la «Carta de Venecia» de 1964, la «Carta del restauro» de 1972, la
«Carta europea» de 1975... confundir todo ello, digo, con el simple
"gusto" particular, ya sea el "romántico y decimonónico"
por la ruina, el gusto porque te engañen o, peor aún, el gusto por el falseo de
la autenticidad o "un desinterés por la conservación del bien".
Aparte de que se trata de simples juicios de intenciones (nadie entre los
críticos ha apelado a nada de ello, ni ha pedido que "la ruina" se
quede tal cual), la postura es bastante reduccionista y, sobre todo, no va al
fondo de las críticas planteadas, ni aporta argumento legal o profesional
más contundente que la defensa del criterio del restaurador, que es "el
que sabe lo que hace".
La falta de argumentos concretos y verificables, de
precedentes y paralelos precisos, termina fatalmente en la descalificación
personal y/o profesional del adversario, como aquí nuevamente se ha producido.
La entrevista del Sr. Puras del día 13 tenía un muestrario similar ("conozco
al paisanaje... un grupo de amigos que lo dedica a sus actividades
culturales... se aprovechan de un cura... porque es una persona mayor, para
disponer del edificio... Algunos quieren la iglesia como la bella ruina a la
que algunos llegan desde Madrid a escribir poesía... Nos encontraremos haciendo
restauraciones a la carta de cada pueblo, lo que es una chapuza... Todo esto
viene de la mentalidad decimonónica de los románticos, a los que les gustaba la
belleza de la ruina... le guste o no a Juan Casero... Hay que viajar un poco a
Italia, Bélgica, Francia y otros países..." (http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1850_40_587237__Oriente-estuco-Abamia-puso-para-proteger-edificio-pinturas-interior
También hubo muchos silencios, y de muchos profesionales, arqueólogos y
restauradores, cuando Grassi y Portaceli perpetraron la reconstrucción del
teatro ex-romano de Sagunto, justamente porque la reverencia a "los
que sabían". Y, después de millones de euros perdidos, la iniciativa de un
simple particular ha conseguido la orden de demolición de todo lo hecho, por
sentencia del Tribunal Superior de Valencia ratificada por el Supremo.
Aparte de lo ya escrito y argumentado en otros medios, hay un par de hechos
(los hechos no suelen ser discutibles) que contradicen esta posición:
1) No estaría todo tan bien hecho en Abamia cuando, antes de caldearse tanto la
presente polémica, ya las autoridades asturianas hicieron un reconocimiento
público, ordenando rectificar lo mal hecho y retirar todo el estuco que bañaba
los contrafuertes. ¿Por qué?
Un operario retira el estuco de un contrafuerte de Abamia, el pasado miércoles.
(Foto Jesús Farpón, LNE)
2) En los últimos años se han restaurado otras venerables iglesias asturianas
(entre ellas, como ya señalé -# 84-, Santa
María del Naranco y San Miguel de Lillo, con otros directores de obras y otras
empresas adjudicatarias, y resulta que en ellas no se han aplicado estos
criterios y se han dejado, sillares y mampuestos, a la vista. ¿Por qué? Resulta
bastante llamativo si éste es el medio de proteger la piedra vista. El
efecto hubiera sido éste, por ejemplo en San Miguel de Lillo:
(Cop. abamia.net y J. Farpón en LNE)
Tampoco han faltado las críticas desde la experiencia en el mismo campo. Antón G. Capitel, que es uno de los arquitectos restauradores más relevantes
del panorama nacional, fue bastante duro de fondo en la crítica a la obra
hecha en su artículo del día 11. Describe ya desde el título lo hecho y lo por
hacer ("Que no torturen la iglesia de Abamia") y, aunque en tono
conciliador, afirma: "Lo cierto es que, vista la obra de Abamia, y en
lo que hace a los revocos, el resultado no parece ni lógico, ni técnicamente
del todo correcto, ni bello... el resultado -agravado por la deficiente
ejecución- no es atractivo: la imagen del templo aparece como si todo él se
hubiera pintado a pistola. Debo aclarar que en absoluto soy enemigo
de los revocos. Más bien, lo contrario; pero han de emplearse con buen
criterio, y en la duda, abstenerse. Cuando fui inspector general de Monumentos
del Estado, allá por los años ochenta... Como restaurador, he realizado
bastantes, sobre fábricas de ladrillo o de mampostería que no los tenían... su
protesta (la de los vecinos) tiene sentido, si no toda, en buena parte,
y lo anterior así pretende demostrarlo... Abamia no es una iglesia cualquiera;
es una iglesia mítica" (http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1848_40_586460__Oriente-torturen-iglesia-Abamia
En fin, no entraba ahora para esto pues, como dice Silmarillion, "todo el
pescado está vendido", sino para señalar varios nuevos textos en "La Nueva España" de hoy:
Editorial: “Abamia,
o la reconquista interior de Asturias”
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1853_52_588424__Opinion-Abamia-reconquista-interior-Asturias
“Una iglesia torturada” http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1853_42_588333__Asturias-iglesia-torturada
“Abamia: alerta amarilla en el templo símbolo”
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1853_42_588332__Asturias-Abamia-alerta-amarilla-templo-simbolo
Cartas: “Las piedras y la memoria histórica” http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1853_74_588448__Cartas-al-Director-piedras-memoria-historica
Hay también una entrevista al arquitecto Javier Arbisú, pero
tiene otro objetivo, y a Abamia sólo le dedica un párrafo, sobre “la falta de visión que impide aceptar la
arquitectura antigua como realmente es, caso de la iglesia de Abamia, cuyo
proyecto dirigió… tienen una visión muy troquelada, bastante ruskiniana del
asunto, pero los análisis científicos y rigurosos nos aconsejaban estucar el
edificio para protegerlo. Se trata de un problema de imagen y cultural, ya que
lo que pretendían hacer allí era un parque temático con la historia del rey
Pelayo, que es una cosa que no se puede transmitir si no es cierta. Se cultivó
una falsa idea, muy poco culta por cierto, de la piedra. La arquitectura es un
acontecimiento y el acontecimiento les sorprendió por falta de visión. No sé si
me he explicado.” http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1853_36_588273__Aviles-Javier-Arbesu-contra-dispersion
Sí, sin duda se ha explicado bien. Dejando aparte que fueron las tesis de Ruskin las que triunfaron frente a la postura violletiana, ratifica el objetivo final e incurre nuevamente en lo que decíamos en el segundo párrafo.
"la policromía en la antigüedad era de un kitsch que hoy nos haría sangrar los ojos."
Ejemplo de escultura policromada como exponente del realismo antiguo.
Lo kitsch se encuentra en la mente de algunos manipuladores actuales de la antigüedad.
Los artistas antiguos habían alcanzado una maestría excelsa y ahora sufren investigaciones patrocinadas con fondos con apellido, y realizadas por quién lo alcanza ni a la suela de su sandalia.
latimer19 de dic. 2007Muy bien esta denuncia, lo que han hecho en Abamia, en el puente romano de Cangas de Onís etc es vergonzoso desconocía que hubieran llegado tan lejos en su menosprecio a nuestra cultura solo sabía lo de Abamia y el Puento pero veo que se han empleado a fondo en sus despropósitos.
Sobre el criterio de ainé. Dice en su comentario #169 :
"El Señor Quiroga Palacios escribió a los Poderes Centrales
solicitándoles dinero para la restauración de la Vieja Catedral de San
Martiño (gran deterioro en sus muros, amenazaba ruina). Los Poderes
Centrales respondieron que no enviarían dinero para restaurar, lo enviarían para derribar la vieja catedral y construir una nueva.
Habló entonces Quiroga Palacios con canteros locales y procedieron a la
construcción de tan característicos e impresionantes contrafuertes,
solución que sirvió para preservar un hermoso monumento milenario
(único en el mundo)".
Pues va a ser que no. El cardenal Quiroga Palacios (1900-1971), difícilmente pudo hacer todo eso que nos cuenta ainé, porque los contrafuertes de San Martiño no se añadieron en el siglo XX, sino en una obra que estaba concluida para la celebración de San Martiño... de 1866. Así lo señala el catedrático de historia del arte de la Universidad de La Coruña, de cuyo criterio me fío, digamos que un poquito más, que del de ainé:
Cf: http://www.mondonedoferrol.org/nueva%20san%20rosendo/documentos/yzquierdo.pdf
Que me olvidaba del texto:
"Las reparaciones no impidieron, sin embargo, que el 28 febrero de 1861 se desplomara la cubierta de las naves y que las grietas de los ábsides amenazaran con su inminente ruina. Ante la indefinición de los arquitectos que la visitan el párroco, don Salvador Pardo Romero, y el obispo, don Ponciano de Arciniega, encargan, y este último paga, la arriesgada restauración al maestro de obras don Francisco Lanteiro, que construyó los monumentales estribos de la cabecera y muro norte. La obra estuvo concluida para la celebración de san Martín de 1866".
http://www.mondonedoferrol.org/nueva%20san%20rosendo/documentos/yzquierdo.pdf
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