Autor: Delcampo y otros
jueves, 14 de junio de 2007
Sección: Protohistoria
Información publicada por: delcampo
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Sobre límites, altares, piedras y constructores en Cebreros (Avila)I.

  Estos restos se ubican en el entorno del pueblo avileño de Cebreros, fronterizo con la provincia de Madrid ¿Cómo han podido pasar desapercibidos? Muy sencillo, el que no conoce no puede ver, y más en el mundo de la arqueología. No fue sino al estudiar el conjunto conquense de Buendía, descubierto en su basta totalidad por mis amigos Mario y Esther, cuando pudimos ‘reconocer’ lo que siempre había estado a nuestro mi alcance, pero oculto, por años. No son los únicos paralelos, en absoluto, ya lo veremos más adelante, pero sí los que sirvieron para ‘abrirme’ los ojos.


Son varias las características principales a resaltar:


1. Todos los restos tienen un denominador común, su materia prima, el granito, lo que ha actuado de januario porque por una parte ha condicionado, por su dureza, el acabado final de cada conjunto y, por otra, ha permitido que, por su dureza también, haya llegado hasta nosotros sin demasiadas alteraciones.


2. Todos los elementos forman conjuntos unitarios: asientos, cazoletas, altares, piedras esféricas y demás que iremos viendo. Nunca aparecen aislados sino distribuidos juntos  en un ámbito espacial muy amplio,  pero aún así se perciben todas las características de seguir una delimitación determinada o, en todo caso, intencionada. Hasta ahora hemos establecido dos áreas arqueológicas, una al norte y otra al sur del pueblo.


3.  Como sucede en Buendía, todos estos restos materiales están relacionados con lugares donde es evidente la explotación de la piedra, lo que lisa y llanamente denominamos canteras. Y aquí, como veremos, surgen unas cuantas preguntas que no podemos contestar con seguridad total ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿De qué manera están relacionadas ambos contextos?  Pero no nos adelantemos...


4.  NO ha aparecido ninguna estructura de hábitat ni tampoco ningún tipo de enterramiento u otro resto material que podría ser utilizado para una posible datación por paralelos conocidos.  Nada de nada, ni siquiera cerámica. Existen restos de unos muros de piedra en alzado en una de las áreas pero no sabemos si están relacionados con los restos objetos de estudio. La antigua explotación intensiva de la vid y las plantaciones decimonónicas de pinos ha influido, sin duda alguna, en la alteración del paisaje arqueológico.


5. Vías, frontera y atribución tribal.


Ambos yacimientos se encuentran en lo que se supone que es la vía de paso entre el valle del Alberche y la submeseta norte, en el eje que une Toledo-Avila y que marcaría la frontera romana entre las provincias de Lusitania y Tarraconense . En este trabajo se va a proponer, igualmente, que esta frontera delimitaría el territorio vetón del carpetano, adscribiendo los restos a estos últimos ya que la topología de los restos materiales encontrados tiene evidentes paralelos con las zona norte de Madrid así como lo que hemos podido documentar en Buendía.  Y aquí esbozamos una primera y sugestiva hipótesis, si los verracos pueden ser una característica propia de los vetones, propia pero no exclusiva, los asientos en piedra constituyen una característica propia del pueblo carpetano.  


6.  Los elementos detectados en Cebreros, ya mencionados algunos,  son:


Asientos


Cazoletas/Piletas


Extracciones rebajadas de las rocas en forma de gajos o huellas


Grandes esferas piedra


Cruces (una)


Indeterminados


Desarrollaremos los tres primeros, dejando los otros elementos  para un avance posterior.


A)   Asientos


Existe una más que generosa topología de asientos retallados en la roca. Unos imitando sillas de montar, otros, además,  con un poyete central de separación entre ambas piernas, otros más toscos pero evidentes, y, por último, varios asientos corridos en una misma lancha de granito.


El primero de ellos es una topología muy característica de otro yacimiento en fase de estudio: Buendía (Cuenca), aunque en este caso siempre en caliza. Tememos varios ejemplos pero el de la foto se documenta en una roca granítica de topología similar a las Bull Stones inglesas, en un extremo se encuentra tallado un asiento. En el caso del complejo norte, frente al asiento se documenta una piedra de menor tamaño, con la superficie bastante alisada en cuya mitad se percibe un óculo para encastrar otro elemento cultual, seguramente un pie de altar o similar.


Una variedad es aquellos es un curioso asiento con un poyete  central para separar las piernas. Se documenta, como el anterior, en rocas de tamaño mediano y es un buen apoyo para pensar que este tipo de asientos reproducen la monta del caballo.


En el complejo sur, hacia la mitad  del extenso yacimiento que lo conforma, se dispone, en un complejo donde abundan las rocas con asientos, cazoletas y piletas, una serie de asientos consecutivos. EL sistema es igual al documentado en la Pedriza o en Buendía. La roca granítica, de un tamaño superior al de las rocas con asientos individuales, presenta los asientos mirando al sur, mientras que en su lado norte retallaron una serie de piletas que bajan en cascada.


Tres son los apartados que nos pueden importan primariamente de estos asientos: paralelos, cronología y funcionalidad.


Alicia Canto colgó en un foro de esta misma página web un excelente estudio sobre la Silla de Felipe II, EL Escorial,  donde referenciaba todos los estudios recopilados por ella hasta la fecha de su publicación. Desmentía el carácter moderno de la citada silla y proponía un carácter cultural/cultual vetón, en el límite con la Carpetania, dedicado a Marte, sin especificar cronología. Muy próximo, también tenemos el Canto Castrejón, estudiado por Jesús Jiménez Guijarro (Estudios de Arqueología y Prehistoria Madrileñas, n.13, 2004, íntegro en internet). Igualmente, otros altares con sus sillas se documentan en el mismo complejo boscoso de  la Silla de Felipe II que en estos momentos estamos en vías de catalogación. En el entorno cercano de La Pedriza existe otra gran roca con asientos consecutivos del mismo estilo que las de Buendía o Cebreros.


¿Cronología de estos asientos de Cebreros? Sin duda precristiana. ¿Prerromana? A la luz de la falta de materiales que pudieran afianzar una cronología lo dejamos en cuarentena. Suponemos que el ambiente pudiera ser anterior a la presencia romana en la zona, pero siempre debemos dejarlo como una mera suposición mientras se  pueda precisar con más argumentos. Los paralelos de Buedía o los anteriormente mencionados no pueden aportar mucho más.


¿Funcionalidad? Evidentemente cultual. ¿Asociados a una divinidad en concreto? No creemos que pueda atribuirse a un ritual asociado a un Marte indígena, o por lo menos tal y como lo conocemos en la actualidad.


1. Exposión del cadáver del guerrero para su descarnación. Todos estos asientos, retallados con más o menos esmero, y sobre todo los que tienen el poyete central, hacen referencia directamente al caballo y su montura. ¿Qué ritual puede acompañar a este tipo de ‘asientos’ en la roca? ¿Puede tratarse de un ritual relacionado con el mundo funerario? Recordemos la costumbre reflejada en las fuentes clásicas de determinados pueblos  prerromanos de exponer los cadáveres de los guerreros que destacaron en combate a los buitres. Siempre que se menciona esta costumbre nos imaginamos a los guerreros en su lecho horizontal,  tipo sioux, esperando a ser descarnados por las aves carroñeras. Tendríamos que variar un tanto esa visión para entender que en el proceso de descarnación podrían exponer el cadáver imitando lo que fue en vida, un jinete. Evidentemente que no todos los asientos tendrían esta funcionalidad pero tampoco tendríamos que desechar la idea. Dentro de una tipología muy similar, en Buendía (Cuenca), encontramos que el asiento tiene unos rebajes laterales que desembocan en un surco central que parece  recoger los líquidos de la descomposición para libarlos en la misma roca o en la tierra. Igualmente, en alguno de ellos se percibe unos rebajes circulares laterales, del mismo tipo que se perciben en los cazoletas-altar de, quizá para sostener de pie al cadáver-jinete.


2. Asientos tipo Tronos.


Muy similares a los de la Silla de Felipe II. Generalmente se disponen en grupos de tres o de dos.  Buendía generalmente se asocian a grandes cazoletas para sacrificios.


En Buendía este conjunto representado en la foto se asocia a cazoletas-altares utilizados, entre otras cosas, para  realizar sacrificios realizados con el fuego (¿incineraciones, asados rituales?).  En Cebreros no se han detectado este tipo de asientos tipo trono, lo cual no quiere decir que no existan.


Quizá sí que es cierto que podríamos relacionarlo, tal y como propone A.Canto para la silla de Felipe II, con Marte, ero no tanto en su acepción exclusivamente guerrera sino como una posible asimilación en la divinidad indígena Coso, aquí en Cebreros en la confluencia interprovincial e interetnias, o en Buendía, en la confluencia del Tajo y Cigüela, o, más probablemente, como una divinidad similar al Marti Condati o del Tyr germano, relacionados con los lugares de reunión y asambleas de guerreros, donde se tomaban las decisiones importantes para las comunidades tribales (González García, F.J., García Quintela, M.V., De la idolatría en el occidente peninsular prerromano, Rev. Ciencia de las Religiones, 2005, 10, 127-162). En este sentido, tendríamos que proponer los asientos múltiples de Buendía o Cebreros, así como el resto del área que proponemos como carpetana. 


B)   Cazoletas/piletas


Las hay de todo tipo, generalmente de gran tamaño, asociadas a los asientos u otros elementos rituales, en la misma roca o en una roca cercana. Una mayoría de ellas tienen una abertura frontal lo que deja esa parte abierta. En alguna ocasiones las piletas se disponen en cascada, lo cual hace suponer que el líquido se derramaría desde la parte superior a la inferior siguiendo el ritual.


Este componente ritual es el más numeroso en los dos conjuntos arqueológicos detectados.


Sin duda alguna, estas cazoletas o piletas, como en la foto superior,  no se disponen de la misma manera que en Buendía, foto inferior, ni su tamaño ni cantidad se pueden asemejar. En Buendía hay cientos de cazoletas solas o agrupadas esparcidas por todo el yacimiento. En Cebreros no se distribuyen con esa profusión lo cual parece que tiene su reflejo en una intencionalidad distinta. SI bien en Buendía parecen sacralizar determinados lugares amén de definir las fronteras de un entorno específico, en Cebreros esta última característica no se percibe con claridad.


C)   Extracciones rebajadas de las rocas en forma de gajos o huellas


Es la forma que más nos ha llamado la atención. Al principio creímos que era algo muy puntual pero a medida que los restos arqueológicos han ido aumentando, vimos que contenía en sí un significado ritual muy importante en esta cultura. ¿Cuál pudiera ser? Sinceramente, sólo encontramos alguna posible explicación en su asimilación a la huella del oso, desarrollado en su momento por Alicia Canto y recogida en esta página web en un foro propio sobre la Piedra Escrita de Cenicientos. La propuesta que aquí se realiza es que Cebreros está en el límite de los carpetanos con los vetones al oeste y los arévacos al norte, y así mismo controla la ruta de los primeros hacia Avila, seguramente independiente de la de los vetones. Esta ruta se desdoblaría en el Tiemblo y seguiría por el puerto de Arrebatacapas hacia la Cañada, antiguo camino desde Valencia a Santiago,  enlazando con el Camino Real que vendría desde El Escorial y se dirigiría a la capital abulense. La ruta vetona, seguramente, se dirigiría desde EL Tiemblo por el Berraco hacia Avila siguiendo la carretera nacional actual. En trapecio limítrofe estaría Cebreros, por lo cual todos estos restos materiales cultuales no nos extraña que se ubicaran en este ‘espacio sagrado’.


Juan Carlos Sánchez Santos


Olga Núñez Alvarez


Mario Gil de Lama


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Comentarios

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  1. #1 Brandan 16 de jun. 2007

    Ya decía que no me costaba admitir que ciertas cazoletas -por emplear un nombre genérico para estas formaciones- puedan tener su origen en la erosión natural. Tampoco soy contrario por sistema a aceptar como altares rupestres algunos de estos conjuntos, sin embargo, igual ni tanto ni tan calvo.


    Quiero decir que, efectivamente, los geólogos han puesto nombre a estos elementos -los arqueólogos son bastante reacios a considerarlos en serio, supongo que porque crean más incógnitas que las que resuelven- y les han asignado a todos un carácter natural. Esto sí me cuesta admitirlo.


    Ya comentábamos que para horadar una roca de forma circular se precisa una fuerza considerable y constante. Por este motivo, es frecuente encontrar estos pilancones en los lechos de los ríos de aguas bravas. De hecho, el topónimo Los Pilancones y otros similares designan no pocas zonas fluviales de nuestra península.


    La forma en que este fenómeno puede ser trasladado a tierra firme y concretamente al espacio del berrocal granítico no es fácil demostrarla.


    Cabe considerar que estamos hablando berrocales graníticos, por lo tanto, si observamos similitudes con formaciones que se producen en otro tipo de roca, es difícil que se puedan homologar como resultado de la erosión natural, habida cuenta de la diferencia de textura y dureza de las rocas. La casualidad cronológica sería notable. Me cuesta pensar que dentro del inmenso tiempo geológico se produzcan en zonas cercanas fenómenos naturales coincidentes en rocas de tan diferentes tipos.


    La climatología no lo justifica todo. La lluvia, el aire, el hielo, no pueden incidir por igual en laderas orientadas al Norte que al Sur, ni en una roca plana que en una redonda. Eso sin tener en cuenta la inmensa variedad de circunstancias locales que pueden también incidir (árboles cercanos, rocas, vallas cercanas, acción del hombre y de los animales, distintas plantas colonizadoras) ¿Podemos uniformizar fenómenos que se producen sobre soportes y en circunstancias tan dispares?


    Claro que la meteorización puede crear innumerables formas y texturas, de hecho eso es exactamente lo que hace. Por eso cuesta tanto también admitir que al final -en tantos casos- termine formando elementos reodondos. No pediré que se me explique como se forma una hornacina redonda  de 1m. x 60 cm. en el medio de un bolo granítico por efecto de la erosión natural.


    En cuanto a la datación de sepulcros antropomorfos es cierto que ya hemos hablado en otra parte. Quiero decir sin embargo, que si bien es cierto que algunas de estas necrópolis puedan ser consideradas visigodas por haberse encontrado asociados ciertos hallazgos de esta época, no es menos cierto que en otras -muchas- necrópolis de este tipo no han aparecido señales de poblamiento visigodo alguno. Hay que considerarlo, que duda cabe, pero yo no lo ofrecería como certeza.


    Poner directamente en relación un elemento fijo, inmóvil y de datación indeterminada con los hallazgos de cerámica y elementos móviles que aparecen en los alrededores no me parece un método concluyente, sin despreciar por ello los indicios.


    No me imagino a un aficionado a la historia sin imaginación, otra cosa son las fantasías.


     


     

  2. #2 delcampo 19 de jun. 2007

    Creo que cuando escribimos el articulillo este, dejamos claro que no sabíamos la cronología de Cebreros, y que pensábamos que parte de los restos eran precristianos... al igual que en Buendía, lo cual no es un marco cronológico muy concreto en sí. Es un marco antropológico con connotaciones cronológicas que pueden ser muy amplias.

    Independientemente de su nivel económico o social, sí que es cierto que estas sociedades preindustriales se basan en la explotación del campo, agricultura y ganadería, así como su comercialización más o menos extensa. Eso no está reñido con los posibles rituales que puedan desarrollar. Es más, tampoco hemos especificado la relación que tienen los conjuntos de Cebreros y Buendía con las canteras y con la explotación de las minas. Haberlas haylas, pero no sabemos cómo enfocarlas ni en qué consisten exactamente...

    Alguien ha mencionado anteriormente que si hacemos casos de todos los restos supuestamente artificiales, nuestros antepasados se pasaban la vida 'rezando'. Pues no rezando pero sí es obvio que cada comunidad tendría su espacio para desarrollar sus actividades rituales. Y esos sitios sería tantos como tantas fueran las comunidades establecidas, y tantos como las que cada comunidad demandara. Tenemos que tener en cuenta que el cristianismo unificó rituales dentro de una comunidad y los fijó en un punto en concreto (o eso trató)...

    Tampoco debemos caer en la tentación de desviarnos de los conjuntos en sí para entrar en si cazoletas sí cazoletas no, olvidando el fondo del asunto. En otro capítulo, cómo denominar a los restos creo que es indiferente y son licencias más o menos libres que cada uno excoge a su libre albedrío. Lo importante es el fondo...

    Tampoco debemos caer en la tentación de diagnosticar sin conocer al enfermo...
    y en esto no voy a caer en la tentación de utilizar el refranero popular: zapatero a tus zapatos... como aquí se ha utilizado... con otras palabras...para marcar valores de argumentos...

    Repito, y aquí me centro en los restos de Cebreros. Los restos se ubican en dos zonas muy concretas, alejadas del pueblo actual y del despoblado medieval y moderno, lo cual ya es sintomático. Si son meramente funcionales para las gallinas y los cerdos, los tenían en las alturas ciertamente... y si tenían que almacenar agua, evidentemente que tenían arroyos, fuentes y regatos más cercanos que estas formaciones... Si estuvieran relacionados funcionalmente con los núcleos de hábitat ¿por qué no estaban en esos núcleos?
    Lo único que sabemos, ciertamente, es su relación con las canteras... aunque tampoco es mucho... me imagino que con el tiempo y la acumulación de datos iremos afinando...

    Todos los que estamos en esto sabemos que apenas hay nada y que tampoco se puede pontificar... pero eso no quiere decir que tengamos que matar al lechón antes de nacer ¿no?

  3. #3 Abo 19 de jun. 2007

    Brandan

    Tendrías la amabilidad de ver estas dos direcciones que indico y dar tu opinión respecto a lo que puedan representar.

    La : http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=3134. En ella se pueden observar todas las “coviñas” que existen en la piedra soporte, salvo algunos trozos que faltan por acción de trabajos de cantería como te darás cuenta por las cuñas que se aprecian en la otra fotografia.

    La : http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=3135. Es un pormenor de la anterior donde podemos ver, entre otras, un círculo de coviñas con una de mayor dimensiones en el centro; en esta fíjate en las cuñas de cantero.

    En Galicia varios son los autores que tratan este tipo de petroglifos. Si siguiésemos fielmente las directrices de Luis Monteagudo en su trabajo que indico arriba en mi comentario 81 ayer a las 22,15 horas estaríamos hablando de una “mesa de ofrendas” que no gustan en esta página, como tengo enormes dudas te pregunto. La descubrimos en el interior de las murallas del Parador Nacional de Turismo “Conde de Gondomar” (Baiona) en el lugar (pequeña península) Monte do Boi.

    Saludos y muchas gracias.


    Gracias Cauceno por la página: http://www.ibizapocapoc.es/Arqueologia/cazoletas.htm

  4. #4 Beturio 24 de jun. 2007

    Pérola, una vez repasado lo que dije, compruebo que está muy claro tanto en forma como en fondo: la hipótesis de que estas escaleras o plataformas en diversos niveles y cavidades excavadas en el roquedo son santuarios rupestre de pueblos prerromanos, no es MI tesis personal exclusiva, sino la de Manuel Gómez Moreno, Martín Almagro-Gorbea, Gonzalo Ruiz Zapatero, Alicia Canto, Manuel Bendala Galán o Francisco Marco Simón, entre otros. Ignoro si sus nombres te son conocidos o eres tú solamente tu propia fuente de conocimiento. ¿No te suena aquella historia del soldado que iba con el paso cambiado en la formación y su madre afirmaba que todos los demás iban mal?
    Entre los etruscos, cuya cronología parece suficientemente clara, hay paralelismos muy claros con estos de Panoias, Ulaca o la Silla del Escorial: “En Etruria había altares sin templos, pero nunca templos sin altares… En todos los santuarios había un altar sobre el que se ofrecía el sacrificio. Los altares eran de diferentes tipos, de fuego, en los que se quemaba la víctima, o también aquellos en los que se la degollaba, recogiéndose la sangre a través de un conducto hecho sobre la piedra. Los primeros altares estaban consagrados a los dioses celestes y los segundos a los infernales y a los ctónicos. Generalmente los primeros eran de forma rectangular y los segundos circulares”: José María Blázquez, “La religión etrusca”, ‘Historia de las religiones de la Europa Antigua, 1994, pág, 42.

    En cuanto a la orientación de Ulaca, el profesor de Astronomía y Geodesia de la Escuela Politécnica de la Universidad de Salamanca en Ávila, Manuel Pérez Gutiérrez ha descubierto que los habitantes del castro de Ulaca idearon diversos marcadores astronómicos para determinar con precisión fechas señaladas. Estos cuatro festejos son el ´Sahaim´ o inicio del año celta –en torno al 1 de noviembre-, el ´Imbolc´ o nacimiento de los corderos –el 20 de febrero, Santa Brígida o Las Candelarias-, el ´Beltaine´ o fiesta del fuego –en torno al 10 de mayo- y ´Lughnasad´ o recogida de la cosecha –el 13 de agosto-. En Ulaca, el sol sale en verano por la Sierra de Ojos Albos y se pone sobre el convento del Risco, en el paraje denominado ´Risco del Sol´, indicó Pérez, quien advirtió de la presencia de “una gran roca” con forma de trono en la entrada del castro, situada en un lanchal con forma de grada. Otro de los marcadores astronómicos es, según este estudio, un muro de granito adosado al famoso altar de los sacrificios de Ulaca. Según Pérez, este muro se encuentra alineado con el cerro de Cancha Morena, y cuando dicho cerro se encuentra alineado a su vez con el sol, “proyecta sombra en tres puntos diferentes”, coincidiendo con el solsticio de invierno, el ´Imbolc´ y el ´Shaim´, así como los equinoccios de otoño y primavera, “convirtiéndose en un perfecto calendario”.
    ¿Te quedó claro, hijo? No es a Orión, sino a los solsticios y equinoccios.

    La función de las escaleras o plataformas parece la de elevar el acto sagrado a un plano superior: en las iglesias actuales el presbiterio, donde se hace el acto eucarístico, está más elevado que donde se encuentran los fieles; y no vayas a decir que afirmo que el presbiterio de las iglesias viene de los altares de piedra, que no me fío.

    Si te permites decir: "Para mi decir "cazoletas para recoger sangre de sacrificios" etc es una pura intromisión del inconsciente del historiador”, es porque ignorabas por completo las CIL II 2395 de Panoias, o los comentarios de Blázquez sobre los altares de sacrificio etruscos. Y aunque intentes ridiculizar el paralelismo entre estos altares pétreos, no aportas nada que ofrezca una alternativa coherente, porque la del cantero para impresionar a la novia no convence: basta con que le preguntes a un cantero con novia a ver qué te responde.

    Qui potest capere, capiat. Pero para ello no sólo hace falta querer.

  5. #5 vijrator 25 de jun. 2007

    Releyendo el tema, que se ha sacado de su contexto y se ha llevado a otro foro, me gustaría que alguien me precisara lo siguiente:
    Para la hidrólisis del feldespato y su conversión en caolín, hace falta una cantidad considerable de CO2, que no se puede conseguir de forma natural con una simple exposición cotidiana a los elementos de la naturaleza (lluvia, sol, nieve, etc.),ni a la acción exclusiva del manto de tierra que pudiera recubrir exclusivamente la roca (a no ser que hubiera una presencia masiva de organismos que emitieran CO2).
    Doy por supuesto que esa degradación tuvo que efectuarse en circunstancias muy especiales (erupciones volcánicas, fondos marinos ricos en CO2, cercanía de fuentes termales...), seguramente en unos tiempos muy alejados de la presencia humana...

    ¿es cierto?

    ¿por qué no afectó a toda la roca en general y sólo se limitan a formas y localizaciones precisas de la roca? Porque cuando afecta a toda la roca se ve muy claramente, pero cuando es tan selectiva... Por ejemplo, cómo se puede erosionar por hidrólisis esas formas en gajos verticales, con aristas tan claras de separación... Las explicaciones que aquí se han dado no son satisfactorias porque son muy generales y no descienden a la particularidad que se ve en las fotos anejas al artículo. Por ejemplo, no podemos decir que tipos de felino son el lince, el tigre y el gato común cuando estamos hablando de unas cagadas encontradas. Primero tendremos que dilucidar a quiénes pertenecen esas cagadas. Y dicho esto, mi amigo, al que mencionaré más tarde, me recuerda que si una animal caga en el mismo sitio durante unos cuantos siglos, tendría la roca el aporte necesario como para convertirse en caolín.


    Un amigo, que nunca ha entrado en este foro hasta ahora que yo se lo he indicado, me ha hablado del miedo que se respira en estos comentarios por parte de aquellos que piensan que ciertas formas son artificiales. Y releyendo me doy cuenta que es verdad, que hay mucho miedo a ser criticado por lo que se piensa porque la crítica en muchas ocasiones, lejos de ser argumental, es mordaz e hiriente. Efectivamente, hay quien se esconde en el anonimáto de un nick para sentirse fuerte ante los demás. Y los demás, ingenuos, entran suavemente pensando que no van a ser despiezados, cuando el final, al final, va a ser el mismo...

  6. #6 Onnega 25 de jun. 2007

    Brandan, cuando metas la url de la foto en la casilla dale a Aceptar dos veces, por lo menos en mi portátil lo estoy haciendo así ultimamente.


    Os pongo, para los escépticos algún trozo del De correctione rusticorum, se hacían sacrificios en las cumbres de los montes y en los bosques: "excelsis montibus et in silvis frondosis sacrificia". Había prácticas de litolatría y dendrolatría, se adoraban a las piedras y a los árboles: "ad petras et ad arbores". Por eso en Panoias se habla de los "omnibus numinibus et lapitearum" (a todos los espíritus también a los de las piedras). Y  sabemos cómo son esos santuarios por el de Panoias, integrados por lacus, que también aparecen en Mougás, v. artículo de Marco Simón http://www.uwm.edu/Dept/celtic/ekeltoi/volumes/vol6/6_6/marco_simon_6_6.html


     

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