Autor: arenas
domingo, 20 de mayo de 2007
Sección: Noticias
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Tesoro submarino

Tesoro submarino



Cultura sospecha que la empresa Odyssey podría haber expoliado el patrimonio español
La compañía estadounidense anunció ayer el hallazgo de un tesoro submarino sin precisar su lugar de procedencia
EFE - Madrid - 19/05/2007

El Ministerio de Cultura ha alertado a la Guardia Civil ante un posible delito de expolio del patrimonio español por parte de la empresa estadounidense Odyssey, que ayer anunció el hallazgo un buque hundido con un valioso botín, cuya nacionalidad y lugar de procedencia se negó a facilitar. El tesoro está formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.
Según han comunicado fuentes de Cultura, la compañía de exploración marina Odyssey dispone de la autorización necesaria para investigar si alguno de los pecios hundidos frente a las costas de Gibraltar (Mar de Alborán) es el HMS Sussex -que naufragó en 1694-, aunque no para realizar extracciones arqueológicas subacuáticas.
En este sentido, Cultura ha calificado de "sospechoso" que la empresa Odyssey no diera a conocer la nacionalidad del buque en el que se encontró el valioso botín ni su localización exacta, que según informó ayer la empresa se sitúa en aguas internacionales y en un punto indeterminado del océano Atlántico.
Como garante del patrimonio español, el Ministerio de Cultura ha alertado a la Guardia Civil para que investigue este asunto, vigile las costas de Gibraltar y averigüe si el hallazgo, formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro -valoradas en 370 millones de euros-, se encuentra en aguas españolas o pertenece a un buque de bandera española, en cuyo caso se habría cometido un delito de expolio. Según informó ayer la empresa Odyssey, el medio millón de monedas extraídas hasta el momento, cuya procedencia y características también se negaron a revelar, han sido trasladas a territorio estadounidense.
Fuentes de la Guardia Civil han explicado que de estos casos se ocupa el Grupo de Patrimonio Histórico, con el apoyo de los Grupos Subacuáticos y del Servicio Marítimo, y han recordado que ya hubo antecedentes de inspecciones por las actividades de esta compañía de exploración marina, con el objetivo de comprobar que cumplía con la normativa internacional.
El Ministerio de Cultura anunció el pasado marzo que vigilaría a Odyssey en las operaciones de identificación del buque HMS Sussex, un navío de bandera inglesa que naufragó en la zona del mar de Alborán en 1694 con un mercancía formada por nueve toneladas de oro y valorada en 4,5 millones de dólares, y cuyo descubrimiento y posible rescate provocó una controversia que se saldó con un acuerdo entre los Gobiernos de España y Reino Unido.

Noticia de elpais.com



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Comentarios

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  1. #1 giannini 21 de mayo de 2007

    El Código Deontológico de Museos, aprobado por el ICOM dice en su art. 2.2:

    "Un museo no debe adquirir ningún objeto o espécimen por compra, donación, préstamo, legado o intercambio sin que esté seguro de la existencia de un título de propiedad válido. Una prueba de propiedad o la posesión legal de un objeto en un país determinado no constituyen forzosamente un título de propiedad válido".

    Y en el 2.3:

    "Se deben realizar todos los esfuerzos necesarios para asegurarse de que un objeto ofrecido en compra, donación, préstamo, legado o intercambio no ha sido adquirido o exportado ilegalmente de su país de origen o de un país en tránsito en el que hubiera podido serposeído legalmente, incluído el país en que se encuentra el museo. A este respecto, se debe obrar con la debida diligencia para reconstituir el historial completo del objeto desde su descubrimiento o creación".

    En el 2.4:

    "Un museo no debe adquirir objetos cuando haya motivos razonables para creer que su obtención se ha conseguido a costa de la destrucción o deterioro prohibidos, no científicos o intencionados de monumentos, sitios arqueológicos o
    geológicos, especies o hábitats naturales. Tampoco se deben efectuar adquisiciones cuando no se ha advertido del descubrimiento de los objetos al propietario, al ocupante del terreno o a las autoridades legales o gubernamentales correspondientes".

    Fuente: ICOM España

    Espero que los museos de Estados Unidos lo tengan en cuenta a la hora de adquirir objetos procedentes del pecio... aunque supongo que las moneditas se venderán pieza a pieza, que es el modo de conseguir lo que se busca por los cazatesoros: $

  2. #2 jeromor 23 de mayo de 2007

    E asunto toma visos de tomadura de pelo, con la complicidad del Gobierno de Gibraltar (alianza de piratas y corsarios):

    Revista Terrae Antiqvae. Editor José Luis Santos Fernández
    http://www.terraeantiqvae.com

    Partidos políticos, particulares y ecologistas han batallado durante años en Cádiz para impedir las acciones de Odyssey Marine ante la indiferencia de la Administración.

    Han tardado casi diez años, pero los cazatesoros se han salido con la suya. Llegaron a la zona del Estrecho en 1998, rastrillaron y analizaron sus fondos con absoluta impunidad con sus sónares de barrido lateral y el pasado mes de marzo llevaron a cabo el expolio. La compañía Odyssey Explorer Marine, según todos los indicios, extrajo de un barco sin nombre hundido a 10 kilómetros de la costa española un botín en monedas de oro y plata valorado en 317 millones de euros. Y todo, ante la indiferencia y el silencio de la Administración española.

    Carmen Calvo anunció el domingo mano dura contra los expoliadores. Patrulleras de la Guardia Civil fueron enviadas a la zona. Aunque el buque 'Odyssey Explorer' ya había acudido al resguardo de Gibraltar, aún se movía en aguas libres su buque de apoyo, el 'Ocean Alert'. Ayer, esta embarcación burló la vigilancia y corrió también a refugiarse a Gibraltar. Los dos buques se encuentran ahora amarrados en la misma dársena donde la Armada británica escolta a sus submarinos nucleares (como el 'Tyreless').



    «Acabo de verlos. Están defendidos por una línea de boyas, con alarmas para que nadie pueda acercarse a ellos», explica desde Algeciras Antonio Muñoz, un activo militante de Ecologistas en Acción. «Llevamos años echando a esta gente fuera de nuestras aguas, pero esta vez lo han conseguido. Esto ya no tiene arreglo. Es como lo del 'Prestige', cuando empezaron a llevarlo de un sitio a otro», se lamenta Muñoz.

    Oídos sordos

    La suya ha sido una de las pocas voces que se ha levantado contra la apisonadora de los cazatesoros americanos. Han sido pocas, la verdad. Manuel Melero, diputado del Partido Andalucista, presentó en el juzgado durante estos años tres denuncias contra el capitán del navío y contra sus armadores. Ecologistas en Acción acudió también a los juzgados con el ánimo de paralizar los trabajos de los expoliadores. Sin éxito. El pasado año, la propia Guardia Civil asaltó el barco a la busca de pruebas para incriminar a los cazatesoros e identificó a su tripulación. Entre tanto, la Administración hacía oídos sordos a las denuncias públicas.

    Carmen Calvo, que ahora anuncia severidad con los infractores, conocía de primera mano el caso. Antes de llegar al Ministerio de Cultura ocupó esa misma consejería en Andalucía. Desde su cargo, reclamó plenas competencias en arqueología submarina y se enfrentó por ello al Gobierno Aznar. «Han sido siete años de desidia», se lamenta el abogado y escritor bilbaíno Pipe Sarmiento. Año tras año, este navegante ha acudido a bordo de su velero a documentar las actividades de los cazatesoros en aguas españolas. «Es inexplicable que las autoridades no hayan intervenido», dice.

    Cargado en Gibraltar

    Por si quedaban dudas sobre el origen de la carga, la compañía aseguró ayer que obtuvo una «licencia válida de exportación» del «país» desde el cual partió el botín con rumbo a EE UU, sin añadir más detalles. Sin embargo, fuentes de la Embajada británica citadas por Europa Press precisaron ayer que Odyssey Marine habría cometido «un error» al referirse a un país, ya que los trámites para el traslado del tesoro los realizaron ante las autoridades de un «territorio de ultramar». Es decir, el Peñón de Gibraltar. Por tanto, el Reino Unido está al corriente de que, contra lo que anunciaron en su día los expoliadores, el botín en monedas de oro no fue obtenido de un yacimiento situado en el Atlántico (en concreto, se refirieron a las costas de Cornualles) sino de un navío hundido frente a las costas españolas.

    Según las posiciones captadas por el servicio de satélite AISlive, el buque expoliador habría operado a tan sólo 6 millas de la Línea de la Concepción y a 14 de Estepona. El mar territorial de España alcanza las 12 millas y la zona contigua, sobre la que los estados tienen plenos derechos jurisdiccionales, 12 más.

    En realidad, sólo Odyssey Marine posee en el ámbito civil tecnología capaz de rescatar un pecio sumergido a unos 500 metros de profundidad. Emplea un robot submarino de 16 toneladas de peso, bautizado como 'Hércules' y operado por control remoto, capaz de capturar, con unas ventosas, las monedas sumergidas, una por una. Se trata de un robot desarrollado por la Armada de EE UU y que fue empleado por primera vez en tareas no militares por Robert Ballard (antiguo militar), descubridor y explorador del 'Titanic'.

    Sin nombre ni bandera

    La Embajada Británica en Madrid cree que el hallazgo arqueológico realizado por la empresa estadounidense Odyssey , bajo el nombre de Cisne Negro, «no tiene ninguna relación con el buque HMS Sussex», un barco inglés hundido en 1694 frente a las costas de Gibraltar, aunque admite que la empresa norteamericana no ha sido capaz de confirmar todavía ni el nombre del buque hundido en el que halló el supuesto tesoro ni la bandera de ese navío.

    En un comunicado difundido ayer, la Embajada sale al paso de las dudas que ha suscitado entre las autoridades españolas y británicas el anuncio del importante tesoro arqueológico submarino localizado por Odyssey , en un punto no revelado del Atlántico, compuesto por 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.

    La Embajada recuerda que la empresa Odyssey Marine Exploration, con sede en Tampa (Florida), ya ha confirmado que su actividad con este rescate se ha producido «fuera de aguas territoriales de la jurisdicción legal de cualquier país». La citada firma dejó ayer claro en un comunicado que la extracción del pecio se hizo conforme a las leyes establecidas sobre recuperación de yacimientos arqueológicos submarinos, y subrayó asimismo que el traslado a Estados Unidos del medio millón de monedas de oro y plata se efectuó de forma legal.

    La Embajada señala también que Odyssey ha confirmado a las autoridades británicas que «está trabajando con la mayor celeridad posible para averiguar la identidad del barco hundido».

    «Nos tocaría una parte», dice ahora la ministra

    La política es el arte de adaptarse a las circunstancias. Carmen Calvo, ministra de Cultura, dio ayer buena prueba de ese principio al asegurar que los responsables de Odyssey Marine «no han dicho que el barco no era español. Y eso hay que averiguarlo porque, si fuera de bandera española, aunque esté en aguas internacionales, nos tocaría una parte de lo que se encuentre». Calvo explicó que el pecio rescatado «no es el HMS Sussex» y «no se halló en aguas próximas a donde se cree que está el HMS Sussex». Ahora, dijo, le toca al Gobierno «corroborar que es verdad, con la Guardia Civil».

    Por lo que apunta Calvo, y de demostrarse que el pecio era de bandera española, el Gobierno podría litigar con los saqueadores para obtener una compensación. Podría tratarse de una parte de las 500.000 monedas recuperadas (hay indicios de que se trata de doblones de a ocho con la efigie del monarca español Carlos III -1716 a 1788-) y de vestigios de interés arqueológico.

    Precisamente el Reino de España obtuvo del Tribunal Supremo estadounidense el reconocimiento de que los barcos de bandera hundidos constituyen territorio nacional y siguen perteneciendo al país que los construyó. Fue por las fragatas 'La Galga de Andalucía' y 'Juno', hundidas en 1750 y 1802 en aguas de Virginia. Localizadas por el cazatesoros Ben Benson, el rescatador quiso aplicar el viejo principio marino 'finders keepers' («quien lo encuentra se lo queda»). España, por medio del embajador en Washington Javier Ruperez, reclamó ante los tribunales, que le dieron la razón en una sentencia histórica. El abogado de aquel proceso millonario fue James Gold. ¿Saben que puesto ocupa hoy? Es el presidente de Odyssey Marine Exploration Inc. El mundo es muy pequeño.

    Fuente: JULIÁN MÉNDEZ, Bilbao / El Correo Digital.com. j.mendez@diario-elcorreo.com 23 de mayo de 2007




  3. #3 jeromor 25 de mayo de 2007

    Por su interés y sus implicaciones traduzco de la noticia publicada en Terrae Antiqvae, que procede de una fuente tan autorizada en estos temas como National Geografic. Parece que están moscas porque ellos se gastan el dinero en excavar mientras que los piratas de Oyssey se llevan las monedas directamente. Parece confirmar la procedencia española.

    “El futuro del tesoro del naufragio está en el aire, dice un experto”

    Willie Drye para Nacional Geografic News

    En lo que podría ser el tesoro submarino más rico jamás encontrado, exploradores sacaron la semana pasada cientos de miles de monedas de época colonial de un pecio en el Océano Atlántico.

    Las monedas de plata y oro podrían alcanzar un valor de 500 millones de dólares, predicen algunos expertos.

    Pero ahora Odyssey Marine Expeditions, la compañía con base en Florida que descubrió las monedas, podría afrontar una demanda sobre su dinero.
    España podría presentar una reclamación legal sobre los derechos de rescate del navío y sobre los objetos encontrados en el barco- incluyendo las monedas.

    El abogado de Washington D.C. James A. Goold dijo hoy que ha notificado a Odyssey que las leyes españolas que regulan el salvamento y la posesión del contenido de los barcos hundidos podrían ser aplicables a este pecio.

    Goold, que trabaja para la firma Covington y Burling, dijo que también le ha pedido a Odyssey información acerca de la identidad del barco y su cargamento.

    Pero la compañía planea mantener la localización oculta, y Natja Igney, portavoz de Odissey dijo que no podía responder a ninguna pregunta sobre el barco.

    La compañía- que todavía no tiene certeza sobre la nacionalidad, el tamaño y la época, lo ha bautizado como el Cisne Negro.
    George Bass, profesor retirado de arqueología submarina de la Universidad A & M de Tejas dijo a National Geographic News que entiende por qué Odissey mantiene en secreto la localización del Cisne Negro, pero le preocupa que no se hayan revelado otros detalles. “Puede que haya alguna razón para ello, pero no es la forma en que los científicos tratarían el asunto,” dijo Bass.
    Un pecio como el del Cisne Negro debería haber sido manejado con mucho cuidado por arqueólogos submarinos profesionales, que podrían haber tardado años en excavar e interpretar completamente el hallazgo.



    ¿Una carga clandestina?
    Odissey, cuyo centro de operaciones está en Tampa, anunció a principios de este mes que había encontrado un barco que se había hundido en el Océano Atlántico, con una carga de monedas de oro y plata.

    El 21 de Mayo la compañía hizo el anuncio oficial de que no revelaría el nombre del barco por razones de seguridad.

    “Por nuestra experiencia con otros pecios sabemos que dar información sobre la identidad de los pecios… provoca salvajes especulaciones sobre el valor, los derechos de propiedad y el resultado de otros temas.

    Oddisey dice que ha recuperado 17 toneladas de monedas que han sido traídas a los Estados Unidos con una licencia de exportación válida concedida por el país desde el que han sido exportadas. Asimismo han sido importadas válidamente según las leyes estadounidenses.
    La información no aclara que país ha concedido la licencia de exportación.

    “La Constitución del Océano”
    Goold, que ha representado a España en otros casos relacionados con los derechos de salvamento de pecios, dijo que no podía responder a preguntas sobre si España le ha pedido que emprenda acciones legales contra Odyssey.
    Él informó que informó a Odyssey el 18 de Mayo sobre las leyes españolas y les pidió información sobre el Cisne Negro, pero no obtuvo respuesta.
    (Gooled también ha representado a Nacional Geografic Society, cuya sede está en Washington, D.C., en temas legales. Nacional Geografic News es parte de esta sociedad.)
    En su nota del 21 de Mayo Odyssey decía que su trabajo en el barco se ha hecho de acuerdo a las leyes más relevantes, incluyendo la Convención de la Ley del Mar.

    Asimismo afirmaba que ninguna parte del trabajo del Odyssey se ha realizado en aguas de jurisdicción española.

    La Convención de la Ley del Mar fue promulgada por las Naciones Unidas en 1982 y se aplica a los pecios encontrados en alta mar, fuera de la jurisdicción de ningún gobierno.

    La convención, firmada por 150 naciones, reconoce los derechos de propiedad de los países sobre sus barcos hundidos.
    Se la ha llamado la “Constitución del Mar”, dijo Peter Oppenheimer, abogado de la Oficina Nacional de los Estados Unidos para la Administración Oceánica y Atmosférica y el Consejo Generalpara las Leyes Internacionales.

    Los Estados Unidos no han firmado la Convención pero reconocen la mayor parte de sus disposiciones.

    Una de esas disposiciones afirma que “los objetos encontrados a bordo de cualquier pecio se preservarán y pondrán a disposición del conjunto de la humanidad, poniendo particular atención en los derechos preferenciales del estado o país de origen.”

    El futuro del barco.
    Bass de Texas A& M se preguntaba por el destino de los otros objetos- aparte de las monedas- encontrados en el barco.
    “Si es un barco bien conservado de un periodo concreto, todas sus partes seran importantes. Sabemos que tiene monedas. Pero el resto ¿va a ser abandonado? ¿Se está tratando la historia de la forma correcta?

    Fuente:
    National Geographic Society. May 24, 2007
    Link: http://news.nationalgeographic.com/news/2007/05/070524-ship-treasure.html


    Shipwreck Treasure's Fate a Toss-Up, Experts Say

    Willie Drye for National Geographic News

    In what could be the richest deep-sea treasure ever found, explorers last week pulled up hundreds of thousands of colonial-era coins from a shipwreck in the Atlantic Ocean.


    The silver and cold coins could fetch as much as 500 million U.S. dollars, some experts predict.

    But now, Odyssey Marine Expeditions, the Florida-based company that discovered the coins, could face a run for their money.

    Spain may present a legal challenge over salvage rights to the vessel and ownership of any artifacts on the ship—including the coins.

    Washington, D.C. attorney James A. Goold said today he has notified Odyssey that Spanish laws regarding salvage and possession of the contents of sunken Spanish ships may be applicable to this shipwreck.

    Goold, who is with the firm Covington and Burling, said he has also asked Odyssey for information about the identity of the ship and its cargo.

    But the company plans to keep the location under wraps, and Natja Igney, a spokesperson for Odyssey, said she could not respond today to questions about the ship.

    The company—which is still uncertain of the ship's nationality, size, and age—has coined itBlack Swan.

    George Bass, a retired professor of underwater archaeology at Texas A&M University told National Geographic News he understands why Odyssey is keeping the location of the Black Swan secret.

    But he is concerned that other details haven't been disclosed.

    "There may be a reason, but that's not the way scholars would deal with it," Bass said.

    Bass said a shipwreck such as the Black Swan would be handled very carefully by professional underwater archaeologists, who might take years to fully excavate and interpret a site.


    A Clandestine Cargo?

    Odyssey, which is headquartered in Tampa, announced earlier this month that it had found a ship that had sunk in the Atlantic Ocean with a cargo of gold and silver coins.

    On May 21 the company announced in a statement it would withhold the name of the ship because of security concerns.

    "Based on past experience with other shipwrecks, we have found that putting out information about the identity of shipwrecks ... results in wild speculation about values, ownership rights and scores of other issues," the statement said.


    Odyssey said it had recovered 17 tons of coins and that the coins were brought into the United States with a valid export license granted by the country from which they were exported. They were also imported legally pursuant to U.S. law, Odyssey said.

    The statement did not say what country had issued the export license.


    "Constitution of the Ocean"

    Goold, who has represented Spain in other cases involving salvage rights to Spanish ships, said he could not respond to questions about whether Spain has instructed him to begin legal proceedings against Odyssey.

    He notified Odyssey of Spanish laws and requested information about the Black Swan on May 18, but to no avail.

    (Goold also has represented the National Geographic Society, which is headquarted in Washington, D.C., on legal matters. National Geographic News is part of the Society.)

    In the May 21 statement, Odyssey said its work on the ship was done in accordance with relevant laws, including the Law of the Sea Convention.

    None of Odyssey's work on the Black Swan had been done in waters subject to Spanish jurisdiction, the statement also noted.

    The Law of the Sea Convention was enacted by the United Nations in 1982 and applies to shipwrecks found on the high seas, which are outside the jurisdiction of any government.

    The convention, supported by 150 nations, recognizes countries' ownership of their sunken vessels.

    It has been called the "constitution of the ocean," said Peter Oppenheimer, an attorney with the U.S. National Oceanic and Atmospheric Administration's Office of General Counsel for International Law.

    The United States has not signed the convention but does recognize most of its provisions, Oppenheimer said.

    One such provision states that "artifacts found aboard any shipwreck shall be preserved or disposed of for the benefit of mankind as a whole [with] particular regard being paid to the preferential rights of the State or country of origin. ..."

    The Ships Fate

    Bass of Texas A&M wondered what might become of other artifacts besides the coins aboard the Black Swan.

    "If it's a well-preserved ship of a particular period, every part of it would be important," Bass said.

    "We know it has coins. Is it just going to be abandoned? Is that treating history the way it should be?"

    Source: National Geographic Society. May 24, 2007
    Link: http://news.nationalgeographic.com/news/2007/05/070524-ship-treasure.html


  4. #4 jeromor 28 de mayo de 2007

    Desde mi punto de vista habría que presentar una protesta formal ante el gobierno de Gibraltar y denunciarle como colaborador necesario del expolio.

    Otra noticia sobre los corsarios (con patente de corso del gobierno británico para buscar el Sussex en aguas españolas), cortesía de Terrae Antiqvae:

    Los mayores expertos nacionales, desde Cataluña a La Caleta, coinciden: hay tantos tesoros submarinos como desidia administrativa. Los cazatesoros llevan décadas con ventaja para dar con el 'Sussex', el 'Cisne Negro' o el 'Nuestra Señora de Atocha'.

    Estamos en 1998, cerca del Peñón de Gibraltar, en la cubierta de un barco de cazatesoros zarandeado por las olas. El Halcón de los mares (como aquella película de Errol Flynn) anda en busca del HMS Sussex, un galeón británico hundido el 19 de febrero de 1694 con un importante botín en sus tripas. El velero es una sombra en estas aguas oscuras y agitadas. Pasan dos años, anuncia el calendario, y los codiciosos regresan en un buque alquilado en Francia, el Minibex. «Estuvo atracado en 2000 y 2001 en Sotogrande», recuerda Lorenzo Sarmiento de Dueñas, abogado maritimista, periodista, escritor, un imán tenaz tras los cazatesoros de la Odyssey durante estos últimos años.

    Vuelan las hojas del almanaque. Estamos en 2001, y la Odyssey Marine Exploration obtiene un permiso del Gobierno español para hacer una prospección y localizar el Sussex. A bordo se ve a veces a algún arqueólogo español, recuerda Sarmiento, el perseguidor incansable desde el mirador de su pequeño barco de catorce metros de eslora. Pero el Minibex intenta ir más lejos de lo que el documento le autorizaba, y el Gobierno, que había recibido más de una crítica por aquella visa, dice basta. La Guardia Civil les expulsa de la zona en 2002, aunque en esta historia aún está lejos el final. Entre 2000 y 2006, toma el relevo otro barco, el Ocean Boomer, y los mismos «barqueros». Al cabo, este invierno, otras dos siluetas, la del Odyssey Explorer y la del Ocean Alert.
    Siempre un mismo lugar

    «A partir de febrero -relata el abogado e investigador- el Odyssey comenzó a trabajar en aguas españolas en campañas de diez días, regresando a Gibraltar du-rante periodos muy cortos, para descargar y aprovisionarse. Se puede comprobar que durante el día cambiaban unas millas de posición, seguramente para no levantar sospechas y despistar sobre el punto donde pensaban extraer las monedas. Pero si miramos las posiciones nocturnas y las que realizan a lo largo de marzo, en la segunda campaña de 17 días, siempre regresan a la posición 36º 2' N y 5º 12' W, lugar en el que vienen manifestando que estaba lo que ellos llamaban la fragata Sussex, sin que jamás aportaran prueba alguna de que se trataba de ese barco». Dos acuerdos hilvanan, que no cosen, la operación. El primero, entre la Odyssey y la Armada Británica para buscar el Sussex; el segundo, una nota verbal (comunicación por escrito, valga el contrasentido, típica del ministerio de Asuntos Exteriores) en la que el departamento de Miguel Ángel Moratinos autorizaba a «prospeccionar, identificar sin remover arena, siempre con la presencia de arqueólogos de la Junta».

    La nota verbal resulta un procedimiento «sorprendente» en este caso, porque las competencias arqueológicas las tienen las autonomías. Al parecer, el ROV Hércules, ese robot tan grande como una habitación, 18 toneladas de última tecnología, removió -sin ningún arqueólogo a bordo- y halló, no se sabe si el Sussex.

    El cargamento fotografiado tras su viaje a Estados Unidos tenía el aspecto de una esquina de la cueva de Alí Babá: 17 millones de toneladas de oro y plata valoradas en 500 millones de dólares, quizá sacadas de algún lugar entre Estepona, la roca de Gibraltar y Sotogrande, según delata el satélite AISlive escrutado por Sarmiento y según opinan todos los especialistas consultados, o de algún punto del Atlántico, en aguas internacionales, según la compañía Odyssey (www.shipwreck.net).

    El sentido del sinsentido

    Estamos cerca de la ciudad romana de Ampurias, en el Thetis, el barco desde el que se lanza al agua tres horas cada día -desde mayo hasta principios de noviembre- Xavier Nieto, director del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, una autoridad del fondo del mar. «Como arqueólogo me sorprende mucho que el ministerio dé una autorización así», afirma. Aunque, tras pensarlo dos veces, surge un «sentido»: el tradicional abandono en el que malvive este territorio de nuestra cultura. «La arqueología subacuática española llega muy tarde -explica-. Los países del Mediterráneo empezaron en los años 50; nosotros, en 1981, 30 años de desventaja, y ahora estamos peor que entonces. Se crearon cuatro centros, y ahí se les dejó, con una escasísima dotación humana y presupuestaria. Hay menos de una docena de arqueólogos profesionales que trabajen sobre ese inmenso patrimonio, no hay ninguna Universidad que les forme, salvo alguna asignatura cuatrimestral aislada, y existe un evidente problema legislativo. La ley de 1985, que equiparaba la arqueología en tierra con la del mar, era muy poco realista».

    Xavier Nieto ha navegado por océanos y bibliotecas, como Herman Melville en Moby Dick. En España, donde el mundo submarino es un lugar desconocido, es rara avis. Dice que, si hablamos de naufragios y tesoros contantes y sonantes, la costa andaluza es un lugar excepcional.

    «En Sevilla se instaló la Casa de Contratación de Indias (1503), y por allí pasaban todos los galeones que venían de América. En cuanto a Cádiz, la entrada a la Bahía es muy peligrosa, porque hay unas barras de arena que modifican la topografía submarina, y que provocaban muchos accidentes, por eso es una franja con tantos pecios».

    Nieto no se atreve a aportar una cifra de lo que se esconde ahí abajo -«es imposible saberlo»-, pero otros sí lo hacen. Gonzalo Millán del Pozo, escritor, curioso, director del Proyecto Poseidón, grupo que pretende proteger el patrimonio cultural subacuático, habla de más de 800 galeones hundidos con cargamentos que podrían superar los 100.000 millones de euros.

    Claudio Bonifacio, cazatesoros, opina que bajo nuestras costas podría haber 800 toneladas de oro y 12.000 de plata, amén de otros tesoros. Un botín inmenso, en cualquier caso. O un patrimonio histórico y cultural, según los ojos que lo miren.

    En el Centro Andaluz de Arqueología Subacuática (CAS), en Cádiz. Los ojos de Carmen García Rivera, la coordinadora, no son dos monedas.

    «Nuestra misión no es recuperar tesoros, sino investigar, proteger y conservar el patrimonio donde está. Lo importante es la información histórica que nos aporta. El cargamento económico sería sólo un valor añadido».

    Una década de limitaciones

    El CAS gaditano cumple este año su primera década, tiempo en el que han tratado de hacer una carta arqueológica rigurosa -por ahora, incluye unos 80 yacimientos- como paso previo para su investigación. «Hemos utilizado información oral, archivos, documentos, y el trabajo que hizo una empresa estadounidense en el Proyecto Galeón durante la Expo», afirma. García Rivera cree que el desarrollo tecnológico debe servir para proteger los pecios y para luchar contra el expolio.
    «El reglamento de actividades arqueológicas de la Junta de Andalucía dice claramente que nadie puede remover arena sin un permiso de la Consejería, y siempre que la investigación tenga un objetivo científico», recuerda.

    Desde luego, ninguna de estas dos condiciones se han cumplido en el caso Odyssey, si es que su hallazgo se ha producido en aguas españolas, como sospechan arqueólogos y Administración. Esta compañía fundada en 1986, que el pasado día 18 duplicó su valor en Bolsa, parece seguir al novelista chileno Francisco Coloane (1910-2002): «Todo lo que se encuentra en el mar, sin dueño, es de uno» (El camino de la ballena, 1962).

    La Unesco denunciaba en 2001 que «el intenso pillaje de los sitios arqueológicos marinos por parte de buscadores de tesoros, así como por la frecuente pérdida de materiales de inestimable valor para el estudio de los orígenes de las civilizaciones y de su historia». El despacho del presidente de la Asociación de Rescate de Galeones Españoles, en Madrid, sirve para decir lo mismo: «En España apenas existe la arqueología subacuática. En EE.UU. hay más de veinte empresas dedicadas a buscar pecios», dice.

    Una de ellas, la de Mel Fisher, quizá el cazatesoros más popular, halló el Nuestra Señora de Atocha, que se fue a pique en 1622. Fisher empezó la caza en 1970. Recuperó oro y plata, y algunas de aquellas monedas todavía se venden en su web, www.melfisher.com

    Es otro ejemplo de que el caso Odyssey es uno entre miles. Habrá más y hubo muchos antes.

    Fuente: JUAN FRANCISCO ALONSO / La Voz Digital.es, 28 de mayo de 2007

  5. #5 kapo 13 de jun. 2007

    Bueno rectifico...parece ser que el ROV "Hercules" puede sumergirse a 500 metros (hay que tener en cuenta que el que el submarino aguante dicha presion no significa que sea viable, mas que nada porque seguramente se usen otros equipos para recoger el pecio) de profundidad, pero sólo puede coger monedas de una en una...lo cual supone mucho tiempo para sumar la cantidad de 17 toneladas...


    De todas formas segun el satelite AISlive los barcos de Oddyssey nunca salieron de las aguas españolas.


    A parte de todos los diarios, donde ya se comenta la noticia


    http://www.diarioderegatas.com/basic/basic/estilos/index.php?contenido_pagina_defecto=../../index.php&contenido_servicio_tabla=template_noticia_detalle&contenido_show_table_id=70&nocache=12670

    A todo esto mounier, siento tener que preguntartelo, pero ¿como sabes sonde estubieron? teniendo en cuenta que las  propias coordenadas dadas por la empresa señalan otro lugar mucho mas al norte.



    Lugar donde afirman que estaba. Muy lejos de Gibraltar no?


    Ademas que pintan dos barcos civiles como los de Oddissey en un dársena militar, y  vigilada?


    Si estas tan seguro quizas puedas demostrarnoslo, en vez de desechar toda informacion, por el simple echo de estar publicada en un periodico.


    Tambien la armada afirma verles realizando "maniobras" en aguas españolas, y no creo que la armada mienta sinceramente.


    Un Saludo. Kapo


    PD: Sería más facil si nos dejaran analizar una moneda, con lo que sabriamos su origen facilmente.

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