Autor: Diocles
martes, 01 de mayo de 2007
Sección: Sobre los nombres
Información publicada por: Diocles
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Onomástica etrusca de origen egeo-anatolio

Un buen número de topónimos, antropónimos y teónimos etruscos tienen claras similitudes con otros nombres que son propios de la antigua onomástica egea, y especialmente de la que se relaciona con los pelasgos y con otros pueblos de Anatolia (incluidos los lidios y los troyanos). Esta evidencia lingüística, unida a la semejanza que existe entre el etrusco y otra lengua documentada en unas antiguas inscripciones de la isla de Lemnos, parece darles la razón a los autores clásicos, quienes en su mayoría creían que, entre los antepasados de los etruscos, había colonos e inmigrantes de origen egeo-anatolio.

Para un gran número de autores clásicos, el civilizado pueblo etrusco, que ocupaba el noroeste de Italia durante la Edad de Hierro, procedía del Mediterráneo oriental. El historiador griego Herodoto afirmaba (en Hist. I, 94) que los etruscos tenían su origen en Lidia, región situada al oeste de Anatolia, mientras que Helánico de Lesbos (citado por Dionisio de Halicarnaso I, 28, 3) los emparentaba con los pelasgos, uno de los pueblos más antiguos del Egeo. Otro autor llamado Anticleides de Atenas (citado por Estrabón V, 2, 4) los consideraba, a su vez, descendientes de los pelasgos que habían poblado las islas de Lemnos e Imbros, quienes habrían emigrado a Italia en compañía de los tirrenos o tirsenos, el mismo pueblo asiático al que se refería Herodoto.

El origen oriental de los etruscos era, por lo tanto, una idea muy extendida en la Antigüedad, aunque presentaba distintas versiones. Sólo parece haberse opuesto a ella Dionisio de Halicarnaso, quien suponía un origen autóctono de este pueblo en su obra sobre la historia de Roma (I, 30). Así y todo, Dionisio admitía una cierta semejanza entre las costumbres y creencias de los etruscos y las de los pelasgos; pero su errónea interpretación de un texto de Herodoto le llevó a creer que la lengua etrusca era completamente diferente a la lengua de los pelasgos (que ya debía de haberse dejado de hablar en el Egeo cuando él vivía) al confundir la ciudad pelasga de Crestona, situada al nordeste de Grecia, con la ciudad itálica de Cortona, que se hallaba al este de Etruria. (Compárese el comentario de Dionisio en Ant. Rom. I, 29, 3 con el texto original de Herodoto en Hist. I, 57). Otro argumento presentado por Dionisio (I, 28) para rechazar un origen oriental de los etruscos fue el hecho de que el historiador lidio Janto no mencionase en su obra la antigua emigración a Italia de la que hablaba Herodoto; pero esta omisión podría comprenderse si los antepasados de los etruscos no fueran exactamente lidios, sino otros pueblos del Egeo que habitaban en las regiones e islas próximas a Lidia, tal como apuntaba Anticleides.

La famosa inscripción de la llamada “Estela de Kaminia”, que se encontró en Lemnos y data del siglo VI a. C., parece darle la razón a este autor ateniense, ya que revela la existencia de una lengua muy emparentada con la etrusca, sin llegar a ser idéntica a ella. En esta misma isla, que según las fuentes clásicas estuvo poblada por pelasgos, se hallaron otros textos más cortos escritos en esa antigua lengua, la cual no pertenece a la familia indoeuropea. También es interesante la información que aporta Dionisio de Halicarnaso, citando al historiador Tucídides, sobre la antigua convivencia de los pelasgos y los tirrenos anatólicos en algunas zonas del Egeo, como cierto enclave de la península Calcídica donde se llegó a formar una población bilingüe (véase Ant. Rom. I, 25).

Hay que tener en cuenta, además, que algunas inscripciones egipcias de finales de la Edad de Bronce hacen referencia a los famosos navegantes conocidos como los Pueblos del Mar, cuyo origen en las costas egeas y anatolias es prácticamente seguro, y que entre esos navegantes se menciona a los “teresh” (t-r-sh), los cuales han sido identificados generalmente con los tirrenos o tirsenos, y con un lugar del noroeste de Anatolia al que los hititas denominaban Taruisha. Las migraciones relatadas por los egipcios, que protagonizaron los Pueblos del Mar en aquel inestable período, tienen su principal confirmación arqueológica en las ciudades filisteas que se han excavado en Palestina, y no puede descartarse, por tanto, que esas migraciones alcanzasen también otras zonas más occidentales del Mediterráneo.

Los investigadores modernos han relacionado, por otra parte, el origen de la civilización etrusca con la difusión desde el norte de Italia, entre 1200 a. C. y 800 a. C., de las culturas protovillanoviana y villanoviana, que constituyen una versión itálica de la cultura europea de los Campos de Urnas. Ahora bien, teniendo en cuenta que los etruscos practicaron el rito de la inhumación en sus tumbas, en lugar de la cremación, sería más apropiado identificar a los portadores de la cultura villanoviana con los umbros, un pueblo indoeuropeo que debió de ser asimilado por esos inmigrantes de procedencia oriental (pelasgos y tirrenos) en la zona situada entre los ríos Arno y Tíber. La época en que se pudo producir esta colonización, y la consiguiente mezcla étnica, es difícil de precisar, aunque sabemos que los etruscos situaban el inicio de su propia historia en el año 968 a. C. También ignoramos si habrían llegado en una sola oleada o en varias. En cualquier caso, la gran riqueza minera de esa región de Italia pudo haber atraído a los antepasados anatolios de los etruscos que, al poseer una cultura superior a la de los umbros, debieron de establecerse como una élite dominante a principios de la Edad de Hierro. De este modo, los poblados que allí habían surgido con la cultura villanoviana pasaron a convertirse en ciudades etruscas y se crearon, además, otros asentamientos nuevos.

Hay que señalar, sin embargo, que las relaciones comerciales entre las costas de Italia y el Egeo habían comenzado mucho antes y que, en la región minera de los montes Tolfa, situada al sur de Etruria, se ha encontrado cerámica de estilo micénico, así como en otros lugares costeros de Italia, Sicilia y Cerdeña. Los hallazgos arqueológicos parecen indicar, además, que algunos enclaves localizados en el golfo de Tarento y en Sicilia oriental ya pudieron ser colonizados por navegantes egeos a finales de la Edad de Bronce.

Así pues, hay una cantidad suficiente de datos históricos, arqueológicos y lingüísticos para aceptar la existencia de un importante componente étnico de origen egeo-anatolio en el pueblo etrusco, de modo que la teoría puramente autoctonista que defienden algunos estudiosos italianos parece basarse, únicamente, en una implantada metodología que rechaza por sistema los modelos migracionistas, y en el dudoso testimonio de Dionisio de Halicarnaso, totalmente opuesto al resto de las fuentes clásicas.

En la página 40 del libro titulado “Los etruscos: pórtico de la historia de Roma”, de Federico Lara Peinado (Madrid, Ed. Cátedra, 2007), se hace una referencia a las relaciones onomásticas que existen entre el etrusco y otras lenguas egeo-anatólicas, aunque estas relaciones no llegan a detallarse. A partir de diversos topónimos, antropónimos y teónimos etruscos recogidos en este reciente libro y en una interesante página de Internet (www.mysteriousetruscans.com/names.html), he desarrollado una lista alfabética de las equivalencias lingüísticas que me han parecido más evidentes. Si bien algunas de ellas podrían explicarse por la influencia cultural de los colonos griegos que, a partir del siglo VIII a. C., se establecieron en Italia, hay otras que deben de haberse producido exclusivamente por la llegada de inmigrantes anatólicos. A continuación expongo el resultado de este análisis que constituye, en mi opinión, una prueba más de que la tradición oral recogida por autores griegos como Anticleides, Helánico y Herodoto ha de tener una base histórica.


APLU, APULU: Es el dios Apolo, que además de ser venerado por los griegos, por los etruscos y por los romanos, era también un dios de la ciudad asiática de Troya. En un tratado acordado entre el rey hitita Muwatalli II y el rey Alaksandu de Wilusa (es decir, de Ilios o Troya), que data de 1300 a. C., se menciona a un dios llamado Apaliunas, que varios especialistas han identificado con Apolo. En las tablillas micénicas de la Edad de Bronce, en cambio, el culto a Apolo no está atestiguado, al menos con esa denominación. También está documentada en las fuentes hititas una región de Anatolia occidental llamada Hapalla, nombre parecido al del dios Apolo.

ARIMNA, ARIMNESTO: Estos antropónimos etruscos se asemejan bastante al topónimo Arimos, que Homero menciona (en el Canto II de la Ilíada) como un lugar de Cilicia donde tenía su guarida el gigante Tifón, enemigo de Zeus. Por su parte, Estrabón (Geogr. XIII, 4, 6) se refiere a los arimoi como un pueblo de Cilicia que tenía un supuesto parentesco étnico con los lidios y los troyanos. Así y todo, el topónimo Arimos podría estar también relacionado con el nombre de Armenia, región localizada al este de Asia Menor. Los etruscos establecieron un enclave comercial en la costa adriática conocido como Ariminum, en versión latina, y cuya denominación original debía de ser Arimna. En esta misma localidad se encuentra la actual ciudad de Rímini.

ARNO (río): Arne es un antropónimo femenino griego, y también fue el nombre de una antigua ciudad de Beocia. Por otra parte, varios reyes hititas de Anatolia se llamaron Arnuwanda.

ATNA: Nombre de una familia etrusca, que podemos relacionar con el de la diosa Atenea, llamada Atana en las tablillas micénicas, y con el topónimo Adana (o Adaniya), correspondiente a una ciudad de Cilicia mencionada en las fuentes hititas. No obstante, los etruscos veneraban a Atenea como “Menrva”, equivalente a la Minerva romana.

ATRIA, ADRIA: Ciudad situada al nordeste de Italia, cerca de la desembocadura del río Po, que dio nombre al mar Adriático. Según los historiadores romanos, fue uno de los asentamientos que los etruscos establecieron en esa región durante el siglo VI a. C., si bien la ciudad fue posteriormente ocupada por colonos griegos y sículos enviados por Dionisio de Siracusa. De acuerdo con una antigua leyenda, su verdadero fundador habría sido un héroe pelasgo llamado Atri, y se puede observar la similitud de este nombre, así como el de Atria o Adria, con el antropónimo griego Atreo y con el topónimo anatolio Atriya (mencionado en una tablilla de la Edad de Bronce como un lugar situado al oeste de Asia Menor).

AULE, AULO: Este antropónimo masculino, usado por los etruscos, puede estar relacionado con el topónimo griego Aulis (o Áulide).

CAICNA, CECNI. Nombres etruscos que se asemejan al griego Cicno (Kyknos) y al nombre del rey Kukunni, un antiguo gobernante de Wilusa o Troya que se cita en una tablilla hitita.

CETONA: Ciudad etrusca cuyo nombre se parece mucho al de los ceteos, pueblo de Misia (Anatolia occidental), mencionado en el Canto XI de la Odisea. En la Biblia (Génesis 10, 4) se hace otra referencia a los llamados “kitim” o “cetim” como uno de los antiguos pueblos de Anatolia y Chipre.

CHARUN: Dios etrusco que se corresponde con Caronte (Kharon), el barquero del Tártaro en la mitología griega.

CILENS: Deidad etrusca cuyo nombre se asemeja al del monte Cilene, situado en Arcadia (Grecia). Cilene era también el nombre de la ninfa que recibía culto en ese monte.

CORTONA (CURTUN): Ciudad de Etruria que, según Dionisio de Halicarnaso (I, 20, 4), fue poblada por los pelasgos que emigraron a Italia. Los romanos la llamaban Córito, además de Cortona, y Córito era el nombre de un personaje mítico que estuvo casado con Electra, ninfa que se había unido a Zeus para engendrar a Dárdano, el epónimo de los dárdanos de Troya. La tradición griega recuerda, por otra parte, a un hijo del príncipe troyano Paris que también se llamaba Córito. Vemos pues una relación onomástica, reflejada en las antiguas leyendas, que se establece entre los etruscos, los pelasgos, y los troyanos de Asia Menor.

KARKANA: Nombre de una familia etrusca, cuya raíz la encontramos en el topónimo Karkiya, una región de Anatolia occidental mencionada en algunas tablillas hititas.

LARIS: Antropónimo etrusco muy común, que es casi idéntico al topónimo Larisa, el cual corresponde a una región de Anatolia occidental y a otra región griega de Tesalia. La Larisa asiática estuvo poblada por pelasgos, aliados de Príamo en la guerra de Troya, tal como se indica en el canto II de la Ilíada:
“Hipotoo acaudillaba las tribus de los valerosos pelasgos, que habitaban en la fértil Larisa.”
Herodoto (I, 57) situaba justamente al este de la Tróade dos antiguas ciudades, llamadas Placia y Escílace, pertenecientes a esos palasgos que, según el citado autor, hablaban una “lengua bárbara”, es decir, una lengua muy diferente al griego.

LEMNI: Nombre o sobrenombre de una familia etrusca, claramente relacionado con la isla de Lemnos, donde se encontró la llamada Estela de Kaminia, grabada con unas inscripciones del siglo VI a. C. que muestran una lengua no indoeuropea muy parecida al etrusco.

LEVEI (pronunciado Lewei): Nombre etrusco de familia que podemos relacionar tal vez con la región de Luwiya, en Anatolia occidental, y con los llamados luvios o luvitas, que poblaron varias zonas costeras de Asia Menor en la Edad de Bronce. La lengua luvita era indoeuropea, emparentada con el hitita y con el lidio.

MANTUA (MANTHVA): Ciudad etrusca del norte de Italia, fundada hacia 500 a. C. Según la leyenda, su fundador fue Bianor (llamado también Ocno), hijo del rey Tíberis y la profetisa griega Manto, de la cual procedería supuestamente su nombre. En la región griega de Arcadia existió otra ciudad llamada Mantinea, cuyo nombre es bastante similar.

MARIS: Teónimo etrusco que se parece un poco al nombre de la región de Mira (Anatolia occidental), mencionada en tablillas hititas. La raíz la encontramos también en el término maryannu, que se aplicaba en el antiguo reino de Mitanni (situado al este de Anatolia) a los guerreros que combatían en carros, y que aparece también en la Ilíada como nombre propio del héroe Meriones, un auriga aqueo.

MASU: Nombre masculino etrusco que podemos relacionar con el topónimo anatolio Misia, que aperece en las tablillas hititas como Masa, y también con los topónimos Mesia (región balcánica), Mesenia (en el Peloponeso) y Masalia (colonia jónica de Occidente). La forma del nombre, acabado en “u”, se asemeja a otros antropónimos que aparecen en las tablillas hititas como Gassu o Muksu. También está documentado en las fuentes hititas un antiguo rey de Mira (región de Anatolia occidental) llamado Masuiluwa, que quizás podríamos traducir como Mausolo o Masalo.

MEANE: Nombre de una ciudad fundada por los etruscos en Córcega, tras derrotar a los griegos foceos en la batalla de Alalia. Es también el nombre de la diosa etrusca de la victoria. Ahora bien, los lidios de Anatolia fueron llamados meiones por Homero, y el legendario antepasado de los etruscos, Tirreno, descendía de otro héroe epónimo llamado Manes, según la tradición griega.

perUSNA: Nombre etrusco original de la actual perugia, que los romanos llamaban perusia. Podemos relacionar su raíz “perus” con el nombre de la isla egea de Paros y quizás con el nombre del mítico príncipe Paris de Troya. La desembocadura oriental del Nilo fue también conocida por los navegantes mediterráneos como perúsica o Pelúsica.

PLECU: Nombre etrusco masculino que se puede relacionar con la antigua ciudad de Placia (situada al noroeste de Anatolia) que, según Herodoto (I, 57), estuvo habitada por los pelasgos, uno de los pueblos más antiguos del Egeo. Otra ciudad del norte de Italia, llamada Placentia (la actual Piacenza), fue probablemente fundada por los etruscos y su nombre es igualmente parecido al de Placia.

PULENA: Nombre de una familia etrusca que se parece al topónimo Palene, nombre de una ciudad de Arcadia y de una zona de la península Calcídica, situada al nordeste de Grecia.

SEIANTI: Nombre etrusco femenino, semejante al del río Siyanti de Anatolia occidental, un hidrónimo citado en la documentación hitita (la tablilla CTH 147 del archivo de Boghazkoy).

TAGES: Nombre de un mítico adivino etrusco, que se puede relacionar con el de Tegea, ciudad de Arcadia. Al sur de esta misma región helénica encontramos, además, un monte llamado Taigeto.

TARQUINIA, TARQUINO, TARCÓN: Tarquinia (Tarchuna) fue posiblemente la ciudad etrusca más antigua, y su legendario fundador fue Tarcón o Tarconte, hermano de Tirreno. En fuentes hititas se mencionan dos monarcas anatolios del siglo XIII a. C. llamados Tarkasnawa (rey de Mira) y Tarkasnalli (rey de Hapalla), nombres bastante parecidos al etrusco Tarchun. Para el hititólogo O. R. Gurney, el nombre de Tarchun estaría directamente relacionado con un dios venerado por los pueblos costeros de Anatolia, cuyo nombre era Tarhunna o Tarhunt y significaba “conquistador” en las lenguas luvita e hitita. Este término aparece también en los nombres de otros antiguos gobernantes de Anatolia occidental, como Tarhunaradu y Manapa-Tarhunta, reyes del territorio del río Shekha (situado al norte de Lidia), y en el nombre de Tarhuntassa, otra región de Asia Menor mencionada por los hititas.

TÁRTARO (río): El Tártaro es un afluente del río Po, situado en una región del nordeste de Italia donde los etruscos fundaron, en el siglo VI a. C., la colonia de Adria. Como es bien sabido, los griegos llamaban Tártaro a las regiones infernales, pero esta denominación debe de proceder en realidad de otra lengua hablada en el Egeo, diferente al griego. La raíz “tart” parece estar presente en el nombre de los dárdanos de Troya, por la proximidad fonética entre t y d, e igualmente la encontramos en el topónimo Tartessos, aplicado por los griegos a un reino ibérico cuyo mítico rey Gárgoris tiene también un nombre de probable origen egeo-anatolio (ya que es muy similar al del monte Gárgaron, en la Tróade).

TEUCER, THUCER: Dos versiones de un mismo nombre masculino etrusco que sin duda es semejante a Teukros o Teucro, antepasado de los teucros o troyanos. Los teucros aparecen en la documentación egipcia de finales de la Edad de Bronce, como los “tjeker” o los “zeker”, pertenecientes a los Pueblos del Mar. Ahora bien, uno de los héroes griegos de la guerra de Troya, que era hermanastro del famoso Áyax de Salamina, se llamaba también Teucro, por ser hijo de la princesa troyana Hesíone.

THANA, THANUSA: Nombres etruscos femeninos parecidos a los griegos Dánae y Téano. Además de los dánaos de Grecia, llamados por los egipcios danaya o tanaya, hubo un pueblo asiático llamado danuna (establecido en la zona de Adana, en Cilicia). En el caso de Thanusa, la terminación “-usa” es bastante habitual en topónimos hititas y anatolios (como Wilusa y Hattusa, por ejemplo).

THRESU: Nombre etrusco masculino muy similar al de Tros, uno de los legendarios fundadores de Troya.

TÍBER (THEFARIE): Río que constituía una de las fronteras naturales del territorio etrusco. Tiene cierta semejanza con el apelativo “tabarna”, aplicado comúnmente por los hititas a sus reyes, y con el etnónimo de un antiguo pueblo de Anatolia oriental, los tabarenos o tibarenios.

TINIA: Dios etrusco muy similar en sus características al griego Zeus. Encontramos este nombre en las penínsulas de Tinia y Bitinia, que forman el estrecho del Bósforo, donde los griegos fundaron la famosa ciudad de Bizancio.

TROILUM: Ciudad etrusca tomada por los romanos en 293 a. C. Su nombre es prácticamente idéntico al de Troilo, hijo del legendario rey Príamo, y Troilo se relaciona a su vez con el propio nombre de Troya o Troia, la ciudad de Príamo.

TURANA, TARNA: Turana era una diosa etrusca, cuyo nombre está relacionado con el término luvita tarawana (señor o señora), del que procede el griego tyrannos, y Tarna es un nombre etrusco femenino bastante parecido. Aunque los etruscos se llamaban a sí mismos rasna o rasenna, nombre que fue, al parecer, el de uno de sus caudillos (véase Dionisio de Halicarnaso I, 30, 3), el etnónimo tirrenos (tyrrhenoi) por el que los conocieron los griegos debe de ser también de origen anatolio, relacionado con los términos Tarna, Turana y tarawana.

TURSIKINA: Nombre de una familia etrusca que tal vez se puede relacionar con el topónimo Tarso o Tarsis, ciudad muy antigua del sureste de Anatolia mencionada en las fuentes hititas como Tarsa.

VELIA: Nombre etrusco femenino cuya pronunciación sería Welia. Se asemeja un tanto a los topónimos egeos Elea, Elis o incluso Ilios (llamada Wilusa en las tablillas hititas).

VENETE: Nombre etrusco de familia que se relaciona claramente con el Véneto, región situada al nordeste de Italia, pero también con el nombre de los enetes, pueblo del noroeste de Anatolia. Hubo también unos vénetos asentados en la Bretaña francesa, tal vez emparentados con los propios vénetos de Italia y con los ligures. Se trataría por tanto de un etnónimo de origen indoeuropeo, con toda probabilidad.



© C.J.M.A. Diocles, 2007


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Comentarios

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  1. #1 Servan 02 de mayo de 2007

    Es un término interesante, por ej ¿de dónde viene ogro?, respecto al i.e. me parece más relacionado a garganta, engullir (como en blas. engolado, engullido), pero se observa en ocasiones claramente no i.e.
    Gargantúa es el gigante que engulle. Sánscrito gir.

  2. #2 F. 02 de mayo de 2007

    Creo, servan, aunque posiblemente me equivoque, que ogro viene de húngaro, pero seguramente alguine acudirá en nuestra ayuda.

    Saludos

  3. #3 Diocles 03 de mayo de 2007

    He estudiado más el tema del orónimo Gargano, y resulta que este monte no es el mismo que el Gárgaron de Anatolia (como yo creía) sino otro situado en la región de Apulia, al sureste de Italia. También existe un Mont Gargan en Francia.
    Por otra parte, Herodoto hace referencia (en Hist. V, 122 y VII, 43) a los teucros “gergitas”, que serían los últimos descendientes, en el siglo V a. C., de los antiguos teucros o troyanos. Y Gergeto (o Gergettos) fue también uno de los nombres del perro que, según la mitología griega, cuidaba los rebaños del rey Gerión de Tartessos.

    En la Troya de finales de la Edad de Bronce (Troya VI y Troya VII) se debía de hablar una lengua indoeuropea (el luvita, probablemente), pero no así en las fases más antiguas de esta ciudad, que datan del III milenio a. C. Una hipótesis bastante plausible es, por tanto, que la lengua hablada por los civilizados habitantes de Troya II fuese la lengua de los pelasgos, pueblo no indoeuropeo que todavía ocupaba, en el I milenio a. C., otras ciudades e islas del noroeste de Anatolia.

  4. #4 Diocles 07 de mayo de 2007

    Corrijo un detalle de mi última intervención. El nombre del perro de Gerión era Gargettos, y no Gergettos. Una localidad griega de Ática se llamaba también Gargettos, y en ella nació el filósofo Epicuro.

    Respecto a los topónimos Tártaro (río italiano afluente del Po), Dardania (en la Tróade) y Tartessos (en el suroeste ibérico), que parecen tener en común la raíz tart- o dard-, creo que podrían relacionarse también con dos colonias romanas llamadas Dertosa (la actual Tortosa, junto a la desembocadura del Ebro) y Dertona (en la región italiana de Piamonte). Podemos suponer entonces que esa raíz lingüística (cuya etimología no puedo precisar) se difundió desde el Egeo hasta Italia y la Península Ibérica. La Turdetania es claramente la tierra de los turd(os) o túrd(ulos), descendientes de los tartesios.

    Un saludo para todos los amigos de Celtiberia.

  5. #5 Cogorzota 07 de mayo de 2007

    Gargano

    Intrigante tema. Esto sería para otro artículo, pero ya que estamos...

    Creo Diocles que Mont Gargan en Francia, te refieres a Le Mont-Saint-Michel.
    Tiene en común con el de Apulia, que son santuarios preromanos relacionados con el agua, uno en el mar y otro en el monte.
    La relación de San Miguel (Quien como Dios?) con la cristianización de antiguos templos y termas es muy interesante (pre-griego y pre-céltico Servan? vaya tela!). El mismo Nilo fue sanmiguelizado.
    A los Francos parece ser que les impresionaban más unos buenos viejos huesos, como los de los Campus Stellae aquelos... etc etc...
    Para otro rollo, ya te digo!

  6. #6 Diocles 08 de mayo de 2007

    Las palabras garganta y gárgara se relacionan con sitios estrechos por donde pasa el agua, así como las gárgolas (conductos utilizados para desaguar la lluvia en el tejado de una catedral gótica). En este último término, sin embargo, encontramos también la etimología griega de "horrible", puesto que una gárgola representaba a un ser monstruoso (como la mítica Gorgona vencida por perseo).

  7. #7 Cogorzota 09 de mayo de 2007

    Pues no diría yo que no, el problema sería probarlo. Al parecer no hay fuentes tan antiguas:

    "En Aragón, el término bruja aparece registrado documentalmente por vez primera en las Ordinaciones y Paramientos de Barbastro de 1396, en las que se condena a bruxos y bruxas sin especificar qué delincuentes quedaban encuadrados bajo esta denominación"

    http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=2584&tipo_busqueda=1&nombre=brujas&categoria_id=&subcategoria_id=&conImagenes=

    http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=2593&tipo_busqueda=1&nombre=brujas&categoria_id=&subcategoria_id=&conImagenes=


    Aragón no es famoso a nivel estatal por sus brujas (bruxas), aunque haberlas, haylas y se conservan muchos documentos de la inquisición. En Méjico, alomejor piensan otra cosa pero por aquí tienen más predicamento las gallegas o las vascas, aunque "Cada vez somos más lo que creemos menos"

    Sin embargo el culto a San Miguel está bien documentado:

    Veneración
    Hubiera sido natural para San Miguel, defensor del pueblo judío, ser defensor de los cristianos, dándoles la victoria en contra de sus enemigos. Sin embargo, los primeros cristianos reconocieron a algunos mártires como sus jefes militares: San Jorge, San Teodoro, San Demetrio, San Sergio, San Procopio, santo Mercurio, etc; pero a San Miguel le dieron el cuidado de sus enfermos. En Frygia, el lugar donde fue venerado por primera vez, su prestigio como sanador angelical obscureció su interposición en asuntos militares. Fue desde los primeros tiempos, el centro del verdadero culto de los santos ángeles. La tradición relata que en los primeros tiempos, San Miguel hizo una aparición medicinal en Chairotopa, cerca de Coloseo, donde todos los enfermos que bañaron ahí, invocando a la Santísima Trinidad y a San Miguel fueron curados.

    Más famosas aún son las apariciones que se dice San Miguel realizó en la roca del Coloseo (Chonae, los actuales Khonas, en el Laico). Los paganos dirigieron una corriente en contra del santuario de San Miguel para destruirlo, pero el arcángel separó la roca con un trueno, para darle un nuevo curso a la corriente, y santificó para siempre las aguas que venían del cañón. Los Griegos afirman que esta aparición tuvo lugar a mediados del siglo primero, y celebran una fiesta en conmemoración de esto el 6 de setiembre (Analecta Bolland., VIII, 285-328).

    También en Pythia en Bithynia y en todas parte de Asia, las ardientes apariciones eran dedicadas a San Miguel. De la misma manera en Constantinopla, san Miguel era considerado el gran médico celestial. Su santuario principal, el Michaelion, estaba en Sosthenion, casi 50 millas al sur de Constantinopla; ahí se dice que le arcángel se le apareció al Emperador Constantino. Los enfermos dormían en las noche en esta iglesia, esperando una manifestación de San Miguel; su festividad se mantenía ahí el 9 de junio. Otra famosa iglesia estaba entre los muros de la ciudad, en lo baños termales del Emperador Arcadius; ahí la festividad del arcángel era celebrada el 8 de noviembre. Esta fiesta se propago sobre toda la Iglesia Griega, y las Iglesias Siria, Armenia y Cóptica también la adoptaron; ahora es la principal fiesta de San Miguel en el Oriente. Se puede haber originado en Frygia, pero su punto de marca en Constantinopla fue la Thermae de Arcadius (Martinov, “Annus Graeco-slavicus”, 8 nov.). Otras fiestas de San Miguel en Constantinopla eran: 27 de octubre, en la iglesia “Promotu”; 18 de junio, en la iglesia de San Julián, en el Foro; y el 10 de diciembre en Athae.

    Los Cristianos de Egipto, pusieron al río que les daba la vida, el Nilo, bajo la protección de San Miguel; adoptaron la fiesta Griega y la pusieron el 12 de noviembre; el día 12 de cada mes, celebraban una conmemoración especial del arcángel, pero el 12 de junio, cuando el río comenzaba a crecer, lo guardaban como feriado de obligación de la fiesta de San Miguel “por la crecida del Nilo”, euche eis ten symmetron anabasin ton potamion hydaton.

    http://www.enciclopediacatolica.com/a/arcamiguel.htm

    Salud!

  8. #8 Diocles 09 de mayo de 2007

    Gracias, Onega.
    La toponimia que podamos encontrar en nuestra península, relacionable con la lista de nombres de origen egeo-anatolio que he analizado, pueden proceder perfectamente de la colonización griega. Hay que tener en cuenta que los griegos que se establecieron en Ampurias y Rhode eran jonios procedentes de Focea (ciudad situada en Asia Menor). A esto hay que añadir que los etruscos también debieron de comerciar por nuestras costas, y pudieron entonces influir culturalmente en la población ibérica. Unos u otros habrían dado su nombre al río Turia, por ejemplo, y también al río Sicano (llamado actualmente Júcar) que parece derivar de Sicania (Sicilia occidental) y de Sición (ciudad griega del Peloponeso).
    En cuanto al río Tago o Tajo, cuya desembocadura era una zona también visitada por los navegantes mediterráneos, este hidrónimo se asemeja al antropónimo etrusco Tages y al topónimo griego Tegea. Es probable, en cualquier caso, que la mayoría de los ríos ibéricos fuesen denominados de dos maneras distintas en la Antigüedad, un nombre indígena y otro de estilo más helenizante, y que una vez ocupada nuestra península por los romanos, los nombres que se impusieron fueron los de origen egeo (que les resultarían más familiares a los conquistadores).

  9. #9 Uma 13 de mayo de 2007

    No sé si será una tontería,pero a lo mejor Virgilio,cuando atribuye la fundación de Roma a Eneas,se basa en algunas de estas ideas que manejaban los autores de la antiguedad

  10. #10 Diocles 14 de mayo de 2007

    Para mí no es una tontería, Uma. Aunque los primeros latinos eran un pueblo de lengua indoeuropea, y su cultura material se parecía bastante a la villanoviana (que yo atribuyo a los umbros), también es cierto que Roma llegó a estar gobernada por una dinastía de reyes etruscos, los Tarquinos, y que los romanos acabaron por absorber a sus vecinos del otro lado del Tíber. Así pues, la leyenda del origen troyano de los latinos debe de ser un trasunto del origen egeo-anatolio de los etruscos, pueblo con el que convivieron los romanos. Tenemos, como ejemplo de esa asimilación de mitos, el caso de la ciudad etrusca de Capua (situada en Campania), que según otra antigua leyenda, fue fundada por los troyanos, ya que el abuelo de Eneas se llamaba Capis.

    En el siglo V a. C. parece que coexistían dos tradiciones míticas, entre los griegos, sobre el destino del troyano Eneas. Ambas fueron recogidas por Helánico de Lesbos en su obra "Troica" (citada por Dionisio de Halicarnaso en Ant. Rom. I, 48,1 y I, 72, 2). En el primer relato, Eneas se refugiaba en una zona de Tracia tras la destrucción de Troya, y en el segundo emigraba a Italia para convertirse en fundador de Roma, pero curiosamente lo hacía en compañía del griego Ulises. Posteriormente, otros autores griegos y latinos escribieron nuevas versiones del mito, hasta llegar a la forma definitiva que encontramos en las obras de Dionisio y Virgilio, ambas de la época del emperador Augusto (supuesto descendiente de Eneas). En esta última versión, Eneas se casa con Lavinia, hija del rey Latino, y no funda Roma (que sería un hecho anacrónico) sino otra ciudad llamada Lavinium, en honor de su nueva esposa. Esta localidad se corresponde con la actual Pratica di Mare, y las excavaciones arqueológicas realizadas en la zona han revelado que allí se rindió culto a la diosa Minerva, o Atenea, en un santuario que estuvo en uso entre los siglos VII y III a. C. Dionisio de Halicarnaso explica en su obra (I, 67, 1-4) que Eneas había instalado en Lavinium las imágenes de los dioses (penates) traídas de Troya, mientras que el legendario Paladión de Troya (imagen de la diosa Atenea) fue custodiado en Roma, en el templo de Vesta (Ant. Rom. I, 69, 4). Los objetos sagrados que allí se depositaron no debían de ser troyanos, realmente, pero servirían para mantener el culto a esa antigua tradición, que estaría más relacionada con la historia de los etruscos que con la de los latinos.

  11. #11 Uma 15 de mayo de 2007

    Gracias Diocles.
    era algo que he tenido toda la vida en la cabeza,pero no sabía estos datos.
    Yo también comparto la idea de que a veces,detras de los mitos,las tardiciones orales etc,hay más pistas sobre la Historia de lo que parece.
    saludos

  12. #12 Diocles 17 de mayo de 2007

    En todas las zonas de Italia representadas en el mapa (incluido el Lacio) se han encontrado materiales de la Edad de Bronce de origen egeo, los cuales nos indican que esa ruta comercial de navegación fue practicada desde los siglos XIV-XIII a. C., y alcanzaba entonces la isla de Cerdeña. En Sicilia occidental encontramos las ciudades de Erice y Acesta (llamada también Egesta o Segesta), pertenecientes a los elimios, que según la tradición griega fueron fundadas por el troyano Elymos, un hermanastro de Eneas. En las tablillas hititas del siglo XIII a. C. se menciona a un rey de Wilusa (Ilios o Troya) llamado Walmu (¿nombre equivalente a Elymos?)

    Tapsos, en Sicilia oriental, fue un promontorio muy visitado y probablemente colonizado por los micénicos antes de 1200 a. C. En otro enclave situado un poco más al interior, Pantalica, se encontró una cerámica roja bruñida que, según la arqueóloga N. K. Sandars tiene paralelos en Anatolia. También se encontraron en Pantalica vasijas del siglo XII a. C. que imitan la cerámica micénica.

    Un saludo.

  13. #13 Alcargel 17 de mayo de 2007


    TURANA: estudiado por Villar en “Los topónimos de la serie TUR-“ (Estudios de celtibérico y de toponimia prerromana, Salamanca, 1995), donde apunta que aparece en la onomástica ibérica (Turane), además de en la toponimia peninsular (y como léxico común, turuño y turuñuelo). (Onega)

    TURANA, TARNA: Turana era una diosa etrusca, cuyo nombre está relacionado con el término luvita tarawana (señor o señora), del que procede el griego tyrannos, y Tarna es un nombre etrusco femenino bastante parecido. Aunque los etruscos se llamaban a sí mismos rasna o rasenna, nombre que fue, al parecer, el de uno de sus caudillos (véase Dionisio de Halicarnaso I, 30, 3), el etnónimo tirrenos (tyrrhenoi) por el que los conocieron los griegos debe de ser también de origen anatolio, relacionado con los términos Tarna, Turana y tarawana. (Diocles) ...que los etruscos también debieron de comerciar por nuestras costas, y pudieron entonces influir culturalmente en la población ibérica. Unos u otros habrían dado su nombre al río Turia, por ejemplo, y también al río Sicano (llamado actualmente Júcar)... (Diocles)

    Mensaje para Onega y Diocles:

    Me gustan siempre vuestras intervenciones de las que transcribo arriba unos párrafos como referencia. Suscribo cuanto reseñáis sobre “Turana” o “turane”, a lo que añado que en la cultura etrusca se identifica este nombre con Venus. Tanto Lidia, como Troya y Chipre (los eteochipriotas) tuvieron una diosa patrona y una cultura religiosa similar, con los tirrenos como denominador común. En Chipre debió fraguarse la equación Turan=Afrodita.
    Turan, patrona de la ciudad de Vulci, es la diosa etrusca del amor y de la belleza, como la griega Afrodita. Su nombre significa “señora” y está relacionado con palabras etruscas tales como 'turannuve', "amable, venerable", 'tur' "dar" o "dedicar", 'turan', "dado" y 'turza' "ofrecer", implicando que lo amado y lo sagrado van juntos. La Venus de los romanos incluye una idea similar en su nombre, relacionado con la palabra 'venerar'. Turan está representada en cantidad de objetos de arte etruscos, espejos, terracotas, vasijas y la escultura ‘Venus Genetrix’, en etrusco Turan Ati, (ati es madre, apa es padre). Ennio, citado por Varrón la llama ‘Hija del Mar’.

    Efectivamente Villar señala que en los plomos ibéricos de l’Orleyl de Vall de Uxó aparece cuatro veces el segmento “turane”, pero Fletcher encuentra seis (uno de ellos incompleto):
    tres veces en Orleyl V, : antinmlituturane : banmlirbaiturane : kaisanmlirbaitura: nei
    una vez en Orleyl VI, : [...]rane
    dos veces en Orleyl VII, : kalaisebakaraturane : : [...]ebakaraturane :

    Los plomos V, VI y VII de l'Orleyl se encontraron dentro de una urna (una vasija ática), en una tumba intacta.
    Es de notar que en la costa a cinco km se halló en Almenara un templo de Venus. En todo ello puede haberse dado mucha casualidad, pero es bueno reseñarlo, porque también es verosímil. La dificultad para comprobarlo es, hoy por hoy, la imposible segmentación segura de la escritura íbera. No sabemos si 'turane' es una palabra en estos plomos.
    Otras huellas de la venus etrusca (o romana) se registran en Talavera de la Reina, antigua Caesarobriga y otra en yacimiento semidesconocido de l término de Ocaña, la inscripción de Castulo CIL II 3270 y de Tarraco a Venus Genitrix, las de la Lusitania a Venus Victrix CIL II 470 (Joaquín Aurrecoechea y Pilar Fdez, UNED), aparte de epitafios e imágenes o su símbolo, la concha marina, en sarcófagos funerarios. Est último sería coherente con 'turane' en una tumba.
    La propagación de estos cultos bien pudiera ser debida al contacto directo con los etruscos (por lo menos en la costa) o bien, más probable e intensamente, de la mano de los romanos que ya los tenían incorporados a su propia cultura.

    Respecto de TARKUNBIUR (Botorrita II45): nombre propio (ibérico o no) compuesto de TARKUN y BIUR, el segundo elemento ‘biur’ está recogido y es abundante en Silgo, “Léxico Ibérico”, p.e. en Orleyl-III.

    Sólo veo un paralelo etrusco para ‘tarkun’, más o menos lo siguiente: según la leyenda Tarkun (o Tarquinio Prisco) es el primer ‘lucumon’, rey-sacerdote, en recibir las enseñanzas sagradas directamente de un ser sobrenatural, Tages, muchacho con voz de anciano, que emerge del surco de un arado en la tierra, símbolo de una sabiduría siempre fresca y siempre renovada, que la Tierra guarda y que está disponible para quien con ella contacte.
    Con Tarquinio Prisco se inicia la ocupación etrusca de Roma. Era hijo de Demarato, un eminente griego huido de Corinto y establecido en Tarquinia, ciudad etrusca. Tarquinio, que se llamaba aún Lucumon, se desposò con Tanaquilla, refinada dama etrusca, quien le convenció de trasladarse a Roma donde se convirtió en el brazo derecho de Anco Marzio. El rey lo hizo tutor de sus hijos y lo inscribió en la tribu 'lucera'.

    Cordialmente, Alcargel

  14. #14 Diocles 18 de mayo de 2007

    Muchas gracias por estas explicaciones tan exhaustivas, amigo Alcargel, y por tu favorable comentario inicial. También podríamos mencionar la colonia ateniense de Turios (en griego Thourion), establecida en la región itálica de Lucania.

    En mi última intervención, olvidé otro dato muy interesante al que se refiere el profesor Lara Peinado en su libro sobre los etruscos (pág. 252). Hubo un juego funerario practicado por los etruscos y los romanos, que se llamaba “truia” o “lusus Troiae”. Virgilio lo describe en el canto V de la Eneida (545 y ss.) explicando que “esta manera de carreras y combates, Ascanio fue el primero en renovarla, cuando hubo cercado de muro a Alba Longa, y él fue quien enseñó a los pueblos del Lacio esos juegos que, en su infancia, celebrara con la troyana juventud (...) Aún hoy lleva el nombre de Troya este ejercicio”. Ahora bien, existe una referencia a este juego en una oinochoe etrusca datada a finales del siglo VII a. C., según explica Lara Peinado: “Aunque este origen fue discutido por K. W. Weeber, quien basándose en la inscripción Truia lo conectaba con la Troya asiática, la mayoría de los especialistas lo aceptan como totalmente etrusco. Por su parte, A. Alfoldi lo conecta con la creación de la caballería romana por los dinastas etruscos establecidos en Roma. Tal autor ve en la precitada oinochoe el documento más antiguo que testimonia la creencia de los etruscos en su origen troyano.”

    En mi opinión, los etruscos no descenderían propiamente de los troyanos, puesto que si fuera así, su lengua tendría que ser indoeuropea. Pienso más bien que sus antepasados (hablantes de la lengua pelasga) habían poblado otras zonas e islas situadas al nordeste del Egeo, no lejos de Troya, y tal vez emigraron a Italia porque sus antiguos territorios fueron ocupados y colonizados por los griegos (en los siglos XI y X a. C.) No debemos tomar entonces la leyenda de Eneas al pie de la letra ya que, en su versión original, este mítico héroe debió de ser un superviviente de la destrucción de Troya (ca. 1200 a. C.) que, o bien reinó posteriormente sobre el resto de los troyanos (como indica Homero en el canto XX de la Ilíada), o bien se refugió en Tracia y fundó allí la ciudad de Aineia (tal como afirmaba el historiador griego Conon). Así y todo, este personaje habría sido retomado por los poetas para insertar en el mítico ciclo de la Guerra de Troya un verdadero hecho histórico: el asentamiento de emigrantes egeo-anatolios en diversas zonas de Italia (Etruria, Campania, Sicilia) y fue aprovechado posteriormente por los romanos para engrandecer el origen de su propio pueblo, convirtiéndolo así en una mezcla de latinos y troyanos.

  15. #15 Diocles 31 de mayo de 2007

    Tengo que corregir un pequeño detalle del artículo, en la parte relativa a Arimna. El citado texto de Estrabón (XIII, 4, 6) no indica realmente que los arimos de Cilicia estuvieran emparentados con los lidios, pero sí que los relaciona de algún modo con los troyanos, como se puede comprobar a continuación:

    “Algunos mantienen que los sirios son arimos, a quienes ahora se llama arameos, y que los cilicios de Troya emigraron y se establecieron en Siria, despojando a los sirios del territorio que ahora se llama Cilicia. Calístenes dice que los arimos, por quienes el monte cercano se llama Arima, estaban cerca del monte Calicadno y del promontorio de Sarpedón, junto a la misma gruta Coricia.”

    Esta gruta fue un lugar de Cilicia donde nació, según la leyenda, el gigante Tifón (o Tifoeo), mencionado por Homero en el canto II de la Ilíada: “...y como la tierra gime cuando Zeus, que se complace en lanzar rayos, airado, la azota en Arimos, donde dicen que está el lecho de Tifoeo”. Los arimos de Anatolia oriental podrían coincidir, por otra parte, con un pueblo que luchó contra los asirios hacia 1100 a. C. en la zona donde nace el río Éufrates, y que éstos registraron en sus anales con el nombre de “ahlamu”.

    Respecto a la raíz arn-, que encontramos en el nombre del río italiano Arno y en el antropónimo hitita Arnuwanda, ésta parece ser claramente indoeuropea. Algunos nombres de origen germánico como Arnold, Arnau y Arnulfo contienen también la raíz arn-, que ya aparece además en el nombre de una antigua ciudad helénica de Beocia, citada también en el canto II de la Ilíada:

    “...los que poseían la bien edificada ciudad de Hipotebas, la sacra Onquesto, delicioso bosque de Poseidón, y las ciudades de ARNE, abundante en uvas, Midea, Nisa divina y Antedón fronteriza; todos éstos llegaron en cincuenta naves.”

    Un cordial saludo.

  16. #16 Alcargel 31 de mayo de 2007

    Estimado Diocles:
    Buscando cierto día por la red información acerca de la raíz Tur, Turane, el apellido TUR frecuente en mi pueblo , encontré este archivo que, por diversas razones, entre ellas la propia ingenuidad de la autora, me émocionó.

    Me tomo la confianza de copiarlo íntegro:
    "Archivo Los arameos, un pueblo sin tierra.
    por Gülbahar Deger, estudiante de español
    A continuación presentaré brevemente al pueblo de los arameos, que es una minoría sin tierra, sin país. Yo soy aramea y nací en Midyat, una pequeña ciudad de la Turquía actual, aunque vine con un mes llegué con mi familia a Alemania. Los arameos son un pueblo cristiano ortodoxo, desde 1478 Midyat es la sede episcopal, por ello los arameos la consideran su ciudad principal. Empezaré con una introducción geográfica, después seguiré con la historia de los arameos, finalmente contaré algo sobre la lengua.
    ¿Dónde está el origen, la procedencia de los arameos? La patria de los arameos es el Tur Abdin que significa "montaña de peones o siervos (de Dios)" y se refiere a los monjes de los numerosos monasterios en esta región. Está actualmente en Turquía, entre el río Tigris y la frontera con Siria. Casi cada ciudad y cada pueblo tenía su propia iglesia y su propio monasterio. El centro del Tur Abdin actual lo forma el monasterio Mor Gabriel (San Gabriél), construido en el año 397. En la vida de los monasterios la liturgia de la Iglesia Siria Ortodoxa de Antioquía, la primera iglesia cristiana, tiene gran importancia. La mayoría de los arameos ha emigrado de Tur Abdin, que hoy día está casi despoblado. Nos hemos dispersado por todo el mundo: Alemania, Suecia, Bélgica, unos pocos en Austria, Suiza, Francia, en los Estados Unidos y en Australia. En total, hay más o menos 500.000 arameos. Un resumen de la historia aramea. Los arameos son una tribu muy vieja de nómadas semíticos. Su existencia se remonta al segundo milenio antes de Cristo. Se estableció en Mesopotamia, la región entre los ríos Tigris y Eúfrates. Los arameos formaron una de las primeras parroquias cristianas. Desde un principio fueron perseguidos por diferentes grupos, pueblos y naciones. La última culminación de estas persecuciones fue el genocidio de los armenios por los turcos nacionalistas en 1914/15, que afectó también a miles de arameos. La moderna Turquía, el estado fundado por Atatürk en 1923, es secular y tolerante en sus fundamentos legales. La realidad, no obstante, se presenta diversa. En 1948 el gobierno turco introdujo clases obligatorias de religión islámica, discriminando con ello la religión cristiana. Incluso en la Constitución de 1982, en su artículo 24, se establece que todos los escolares tienen que participar en las clases de religión islámica.
    Tur abdin Midyat Monasterio San Gabriel
    En Turquía se reconoce como minorías no musulmanas a los armenios, griegos y judíos. Solamente éstos tienen derecho a mantener escuelas e iglesias propias, así como el derecho de libertad cultural y de práctica religiosa. En 1998 se volvió a hacer explícita la prohibición de la enseñanza de la lengua aramea en los ya pocos conventos existentes. Esta medida se justificó paradójicamente con el siguiente argumento: la enseñanza religiosa sólo puede tener lugar en los centros públicos para proteger de infiltración al estado democrático. Especialmente a principios de los 90' fueron asesinados numerosas personalidades e intelectuales arameos, a manos tanto de turcos como kurdos, enfrentados entonces en una guerra civil: Hanna Aydin, alcaldesa de Hah; Yakub Mete, edil en Midyat; Sükrü Tutus, alcalde de Azak y el Dr. Edward Tanriverdi, el último médico arameo de Midyat. Algunos de los asesinados lo fueron a sangre fría en su casas junto a sus familias, entre las que se encontraban mujeres, niños, ciegos y embarazadas. Algunos fueron fusilados de camino a casa tras la misa, otros cuando sus coches estallaron al pasar sobre minas.Desde 1980 han quedado despoblados de arameos 18 pueblos. De éstos los últimos en 1993 fueron Zaz, después de que su alcalde con algunos hombres y mujeres fueran detenidos y torturados por soldados, y Hassana (Bohtan), cuyos 197 habitantes fueron expulsados por soldados en noviembre.
    La lengua aramea. Los arameos hablan la lengua materna de Jesucristo. En los tiempos de Jesús la lengua aramea fue lenguaje familiar y comercial. Hoy, en la vida diaria se utiliza un dialecto, que se llama Turoyo. Significa la lengua de la montaña y del bosque. Y la lengua escrita se llama Kthobunojo. El arameo pertenece a las lenguas semíticas como el hebraico. También se escribe de derecha a izquierda. Partes del Viejo Testamento están escritas en arameo. Además frases en el Nuevo Testamento están redactas en arameo también, la más conocida es: "Eli, eli, lama asabtani." ["Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"] (Mt. 27, 46). Más información
    Sitio de la Federación aramea en Alemania: datos sobre la historia y la cultura (en alemán)
    Página sobre la lengua aramea en castellano: http://proel.org/alfabetos/arameo.html

    Muchas gracias por vuestra comprensión.
    Saludos, Alcargel

  17. #17 Diocles 31 de mayo de 2007

    Realmente es un testimonio sobrecogedor, amigo Alcargel. Gracias por la información.

    En mi opinión, la raíz aram- o arim- puede haber sido originalmente hurrita e indoeuropea, pero quizás acabó siendo aplicada a un pueblo semítico, como los arameos, y también a otros pueblos diferentes, como son los armenios (considerados normalmente unos descendientes de los antiguos hurritas) y los arimos de Cilicia. También habría sido llevada a Italia (Arimna o Ariminum) por los antecesores anatólicos de los etruscos; e incluso encontramos en un lugar tan alejado como Irlanda el antiguo antropónimo Eremon, que tiene un cierto parecido con arimo y arameo.

  18. #18 Diocles 13 de mar. 2008

    Vuelvo a este foro para incluir algunas consideraciones adicionales sobre los etruscos. Una de las tradiciones griegas relativas a Tirreno, el epónimo de los tirrenos o etruscos, lo considera hermano de Lido (el epónimo de los lidios), hijo de Atis y nieto de Manes. Este último podría ser, a su vez, un epónimo de los maiones o meiones, nombre que daba Homero a los propios lidios.
    Ahora bien, existe una segunda tradición que considera a Tirreno hermano de Tarcón (el legendario fundador de Tarquinia y otras ciudades etruscas) e hijo de Télefo, rey de Misia. De acuerdo con estas leyendas, Télefo procedía de la región griega de Arcadia (poblada originariamente por los pelasgos) pero fue llevado a Misia por su madre Auge y fue adoptado como hijo y sucesor por el rey Teutrante de Misia (epónimo de la región de Teutrania, situada entre el río Caicos y el golfo troyano de Adramition). Esta versión apuntaría a un origen misio de los etruscos, y no lidio, y los emparentaría también con los pelasgos de Arcadia. Por otra parte, el nombre de Télefo (Telephos) se asemeja bastante al hitita Telepinu. Y respecto a Tarcón (Tarkhon) o Tarconte, este personaje es sin duda un trasunto del dios anatólico Tarkhuna o Tarkhunta, documentado en las fuentes hititas. Como ya indiqué en mi artículo, dos antiguos reyes de la zona situada entre Lidia y Misia se llamaban respectivamente Tarkhuna-Radu y Manapa-Tarkhunta, y los hititas llamaban Tarkhuntassa a una región del sur de Anatolia que se corresponde con Panfilia.

    En mi recopilación de onomástica etrusca olvidé citar las ciudades itálicas de Pisa (situada junto a la desembocadura del río Arno) y Parma (próxima al valle del río Po).
    El nombre de Pisa es idéntico al de una ciudad griega de la Élide, donde se asentó el legendario Pélope, un héroe de origen lidio. Las tablillas hititas también mencionan un lugar de Anatolia llamado uru-Pisa. Estos topónimos proceden de una raíz hidronímica pis- de origen oriental, que fue seguramente incorporada al vocabulario latino. De este modo, el término piscis (pez o pescado) se refiere generalmente a los animales que viven en el agua. También hay que señalar que en la Biblia se denomina Pisón a uno de los cuatro ríos del Edén (véase Génesis 2, 11). La raíz hidronímica pis- fue seguramente llevada a la Península Ibérica por los romanos y sus acompañantes itálicos y la encontramos, por ejemplo, en el nombre del río Pisoraca o Pisuerga.
    Respecto a Parma, este nombre se aplicaba también a un pequeño escudo redondo que usaban los etruscos. El término está claramente relacionado con los antropónimos griegos Parmenio (muy citado en otros foros de Celtiberia) y Parménides. Por otra parte, Herodoto menciona (en VII, 78) a una princesa persa que se llamaba Parmis.

    Un cordial saludo.

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