Autor: diviciaco
miércoles, 28 de marzo de 2007
Sección: Historia
Información publicada por: diviciaco


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La Monarquía Asturiana y su formulación territorial

La vinculación territorial de la Monarquía Asturiana en su cronística y diplomática














Con la expresión Asturorum Regnum de la C. Albeldense parece que nos encontramos con una formulación étnica altomedieval, al estilo de las empleadas por los cronistas del reino visigodo, como Regnum Visigothorum

¿Esto es así realmente?

Lo primero sería clarificar quienes son estos "astures". Tras el paréntesis indigenista de Barbero y Vigil (1) parece cada vez más claro que no resulta posible establecer una identidad de las poblaciones cantábricas en el siglo VIII con los pueblos prerromanos que habitaron los conventos romanos del norte.

Estos "astures", pues, no serían sino los habitantes de una cierta demarcación territorial: La provincia Asturiense (2) creada, junto con la de Cantabria, en la última época del Reino Visigodo.

Pero entonces, si los "astures" (asturianos o asturicenses) son, por definición, los habitantes de una demarcación territorial artificial, la expresión asturum regnum únicamente puede desarrollar y contener una idea territorial, lo que no requiere demostración adicional alguna, al constituir una tautología.

Esta expresión seguiría la tradición visigoda y estaría anticipando las fórmulas de la plena edad media.

De hecho en la C. Albeldense se complementa esta denominación con la aclaración de que el primero de los reyes que gobernó en Asturias fué Pelayo: Primum in Asturias Pelagius rg. in Canicas an. XVIIII fórmula territorial muchas veces repetida en los diplomas reales [notas] y en las crónicas, como en la Sebastianenese, donde se menciona la patria Asturiensium la provincia visigoda, nucleadora del reino, de la cual éste recibe el nombre, siendo el resto de territorio simplemente provincias [provincias]

La existencia de ciertos pasajes en la C. Albeldense y del Testamentum Regis Adefonsi nos sirven para comprobar la existencia de un vínculo, que sólo puede ser de naturaleza protofeudal como luego veremos, entre la monarquía y su territorio nuclear, manifestado a través de la glorificación de las gentes que lo pueblan: (C. Alb. Insigne para los astures.. ; T.RA. [Pelayo] defendió vencedor al pueblo cristiano y astur, dándoles gloria )

Es precisamente en esta provincia visigoda donde Arcadio del Castillo y Julia Montenegro (3) centran el inicio de la reconquista, caracterizándola como la resistencia de un antiguo núcleo del reino de Toledo, de una de sus provincias, contra el poder musulmán, encabezada por Pelayo, con apoyos y legitimación en Asturias por ser probablemente hijo del dux Asturiae.

Si la Monarquía Asturiana tuvo sus orígenes, como parece, en los ducados visigodos la vinculación territorial, que no étnica, de la Monarquía Asturiana resulta clarísima a tenor de esta cita:

De esta forma el camino hacia la disgregación del centralizado reino toledano en auténticos Principados territoriales feudales parecía ya completamente abierto a principios del siglo VIII. Tan sólo el accidente de la invasión del 711 sería capaz de impedirlo, aunque sólo momentáneamente si bien se mira. (2)

Notas
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Donación de Sonna al monasterio de San Cosme y San Damían

Facta traditionis XI kalendas nobembres, era DCCCCIIIª, regnante Domino Ordonio rex in Asturias

Publ.: Mª D. PÉREZ SOLER, Cartulario de Valpuesta , Valencia, 1970, nº 3, p. 19.

Enero de 790, fundación monástica:

Factus pactus sub die calendas ianuarias, era DCCCXXVIII et rege domno Uermudo in Asturias.

Cartulario Sto. Toribio de Liébana, fol. 46, núm. 167

Noviembre de 816, donación del conde Gundesindo al monasterio de San Vicente de Fistoles

Facta scriptura testamentum ecclesie, pridie kalendas decembris, era dcccLIIII,regnante dominissimo principe Adefonso in Asturias vel in ceteras provintias

B.- Monasterio de Silos, núm. 10, fols. 23-24.

Agosto de 875, donación del presbítero Merito al monasterio de san Cosme y San Damián

Facta traditio sub die XVI kalendas sebtembres, era DCCCCª XIIIª, regnante Domino Adefonso principe in Asturias.

Cartulario de Valpuesta, A, fols. 15v-16r.
Cartulario de Valpuesta, B, fol. 18r.


Varios documentos en la catedral de León, uno del 869 y otro del 790

Sedente printipem Adefonso in Asturias
rege domno Vermudo in Asturias



Provincias
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C. Rotense, 16 Cum hostem Cordubensem in locum Pontubio prouintia Gallecie prelium gessit [..]
Gallecie populos contra se reuelantes superauit omnemque prouintiam fortiter depredauit


C. Rotense, 22 Ille uero per septem annis cum omni collegio suo in prouincia Gallecie hauitator extitit

C. Rotense, 23. in prouincia uero Premoriensem [..]

C. Sebastianense, 8 [..] maxima uero pars in patria Asturiensium intrauerunt [..]

Eo tempore abscens erat a propria sede et in Uarduliensem prouintiam

C. Rotense, 25 In exordio regni sui prouincia Uasconie ei reuellauit

C. Albeldense, 9 [..] in Gallicie prouintiam in locum Anceo [..]

C. Albeldense,43 [..] a nostris prouintiis [..]

C. Sebastianense, 16 [..] uocatur Pontuuio prouincia Gallecie preliabit [..]

C. Sebastianenese, 23 [..] in Barduliensem prouinciam [..]
Lucensem ciuitatem Gallecie ingressus est sibique exercitum totius prouincie adgregabit

Referencias ____________________________________________________________

(1) A. Barbero y M. Vigil, Sobre los orígenes sociales de la Reconquista Barcelona, Ed. Ariel, 1974.

(2) Luis A. García Moreno Historia de la España Visigoda , Madrid 1989

(3) Arcadio del Castillo Alvarez, Julia Montenegro Valentín Don Pelayo y los orígenes de la Reconquista Revista española de historia, ISSN 0018-2141, Vol. 52, Nº 180, 1992, pags. 5-32












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Comentarios

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  1. #1 diviciaco 28 de mar. 2007

    Hola Amaco!, Este texto que propones resulta muy interesante, voy a darte mis oPiniones al respecto:

    La tesis de una ampliación de las fronteras de la Provincia Asturiense por el oriente asturiano no está respaldada por ninguna fuente visigoda.

    En primer lugar no se trata propiamente de la ampliación de fronteras de la Provincia Asturiense, sino de la creación ex novo de una provincia, cuyo territorio antes estaba vinculado al de la Gallaecia.

    Es cierto que conocemos ninguna fuente visigoda que nos explicite cuales fueron sus límites, pero es que las fuentes visigodas son muy parcas en lo que se refiere a esta y a cualquier otra provincia, no obstante disponemos de los datos que nos proporcionan las crónicas asturianas que nos hablan de "astures" en zonas que no formaban parte del antiguo conventus asturum

    No hay que descartar la posibilidad de un distrito creado por los musulmanes en la cornisa astur-cántabra, del que Munuza sería gobernador

    En realidad no hay porque pensar en esto. Las crónicas no consignan la creación de ninguna provincia en el norte, sino que explícitamente afirman que los árabes pusieron gobernadores en todas las provincias Per omnes prouincias Spanie prefectos posuerunt (C. Rotense) El lapso de 150 años transcurrido hasta la redacción de las crónicas no resulta tan grande como para perderse la memoria histórica, que estaría apoyada en el reino por annales y epítomes.

    Es más: el testamento de Alfonso II nos proporciona la primera referencia de la batalla de Covadonga, pues menciona a Pelayo y su defensa de cristianos y astures. Es un testimonio, por parte de un familiar, a 90 años de aquella acción. No parece una distancia temporal como para que se desdibujen esencialmente los hechos, que debían de estar muy vivos en la memoria de las gentes y sobre todo de los monarcas y cronistas.

    Es evidente que Pelayo gozó de gran prestigio en la región, como demuestran sus relaciones con Munuza y su retención en Córdoba como rehén(1), pero de ello no cabe deducir que estuviese vinculado al gobierno de la citada provincia.

    ¡Pero es que lo estaba! Munnuza quiere desposar a la hermana de Pelayo, y este es es enviado a Córdoba legationis causa : luego Pelayo tenía implicaciones en el en el gobierno de la provincia, como demuestra, además, la asombrosa movilización que es capaz de realizar.

    Suponer que residió inicialmente en Astorga y huyó a Asturias ante la llegada de los musulmanes [..] parece llevar el relato cronístico demasiado lejos.

    Bueno, pero es que ahí no hace falta segui al pie de la letra, a los autores del trabajo (2) . En realidad podemos suponer perfectamente que Pelayo estaba en Asturias ya desde los tiempos de Witiza, como podemos leer de la C.Albedense: Pelayo reinó el primero en Asturias, en Cangas, dieciocho años. Este, como arriba dijimos, expulsado por el rey Vitiza de Toledo entró en Asturias.

    Es decir, su huída fué de las iras witicianas, no de los musulmanes, caso este último que resulta absurdo: ¿para qué huir de los árabes hasta Asturias, si allí estaba Munuza? mejor quedarse en una pedanía de Cuenca, total, para el caso...

    Ciertamente la crónica de Alfonso III dice que llegó a Asturias huyendo de los musulmanes, pero no deja de ser una reelaboración gotizante de la más fiable: la Albeldense, a la que hay que seguir siempre en caso de discrepancia.

    Por contra cuando huyó de Witiza recibiría protección en Asturias de las redes protofeudales y clientelares de su padre, a la par que ahondaría en el conocimiento de las gentes, vericuetos y lugares más seguros de la provincia. Este punto es el que clarifica el enigma de su presencia en áreas excéntricas, que plantea J.J. Badiola.

    La renovación historiográfica que proponen estos autores (2) es una herramienta sumamente poderosa, que promete integrar de forma armónica no sólo las fuentes, sino también diversas corrientes historiográficas como la dicotomía entre indigenismo y goticismo, que aparecen como facetas de una realidad, que surge ahora cargada de sentido.

    En honor a la verdad, la propuesta de Pelayo hijo del Dux Asturiensis Faffila fué hecha primeramente por E. Benito Ruano (*) , hoy miembro de la Academia de la Historia.

    (*) Benito Ruano, E: Historia de Asturias , vol IV, Salinas, 1979

  2. #2 candalin 30 de mar. 2007

    Espero no romper la tranquilidad de este foro, y hago votos de ser algo más riguroso, que la última vez que concurrimos a comentar este tema.

    Ya entonces expuse mis dudas sobre algunos de tus planteamientos, para explicar el desarrollo embrionario del reino astur-leonés. Entonces indique las dificultades que a mi juicio existen para explicar la aparición del reino rebelde exclusivamente desde el punto de vista de la disgregación del reino toledano y el desenvolvimiento de centros protofeudales del reino visigodo en la provincia asturiense. Reconozco que resulta coherente su formulación para explicar muchas de las características iniciales del núcleo asturiano desde un punto de vista coyuntural-estático, pero deja sin resolver el hecho de su evolución posterior, su expansión exponencial, que creo que únicamente puede explicarse por el repliegue y aporte poblacional de las élites culturales y políticas del reino toledano.

    En mi oPinión la tesis que postulas me resulta insuficiente para explicar

    - El extraordinario desarrollo intelectual, cultural y artístico de la monarquía asturiana, sin parangón en su tiempo y uno de los hitos culturales de la alta edad media, frente al silencio de las fuentes y la parquedad de los resto arqueológicos anteriores a la invasión.

    - La abundante documentación que constatan el repliegue de gentes de otros territorios que vienen a instalarse en el primitivo reino asturiano, sobre todo de cenobios benedictinos, como se constatan por las numerosísimos pergaminos que documentan dotaciones a favor de estos y el traslado de monjes desde el territorio ocupado al incipiente reino asturiano.

    - Como se compadece la evolución posterior de esas estructuras protofeudales del reino asturiano que no tienen paralelismo con las existentes en el resto del continente.

    Sin embargo, el punto más polémico resulta ser el de la continuidad del mundo cultural visigodo, en los aspectos histórico-jurídicos y artísticos que es la principal baza en contra de las tesis indigenistas de Barbero y Vigil. Para armonizar las tesis goticistas e indigenistas se acude al expediente de una cierta uniformidad del reino toledano en la primitiva provincia asturiana, lo cual como explicó a continuación no se compagina bien con lo que conocemos de la región en el tiempo anterior de la invasión.

    Al oriente surge el problema ruconés y otras tribus no asimiladas al mundo visigodo que se encuentran en la base de las tesis indigenistas, y cuya existencia no cuadra muy bien con la tendencia centrífuga postulada. Se suele atender para explicar la existencia de esta concomitancia con el mundo indígena a la polémica cita del testamento alfonsino, de cristianos y astures, que a mi modo de ver es ambigua. En todo caso esta asociación del mundo indígena y el gótico, parece demasiado monolítica y no vislumbra la existencia de las necesarias cautelas y vacilaciones, como tampoco se aprecian los previsibles trasvases culturales entre unos y otros.

    Al occidente del primitivo reino asturiano, debió de existir una zona de muy baja densidad de población, que desde la antigüedad debió estar casi despoblada, que se corresponde con los actuales concejos de Valdés y Tineo. En el orden de Avieno, se señala así que en dirección al Oriente, después del conjunto oestrynico que terminaba con los albiones, se indicaba la existencia del país de Licaón, donde hoy se sitúa la ciudad de Luarca, cuya etimología procede de Lupárica tierra de Lobos también. La despoblación de este territorio, pudo tener su origen según algunos en la expansión celta que determinó que algunos de los pueblos existentes allí, empujados por las migraciones producidas durante la edad del hierro se refugiase en las montañas, y que hoy quizás podrían identificarse con los pueblos vaqueros del interior asturiano.

    Aún hoy si alguien se fija en un mapa de concejos asturianos se observa como entre las regiones del valle del nalón y los diecisiete concejos eo naviegos existen esos extensísimos concejos de Valdés y Tineo que demuestran muy a las claras dos polos demográficos en el mundo astúrico.

    Si partimos de esta fisonomía de la región al tiempo de la llegada de los árabes quedaría un núcleo central donde quizás el poder visigodo tuviese una avanzadilla defensiva. Aún en el caso de que la región estuviera muy densamente poblada, hemos de convenir que su reducida extensión superficial hace difícil dar explicación a las dificultades postuladas al principio de mi intervención.

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