Autor: p.arizabalo
martes, 25 de septiembre de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: p.arizabalo


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Una semana decisiva en el Reino de Navarra

UTRIMQUE RODITUR: "por todas partes me roen" lema del escudo de Carlos de Viana, con el dibujo de dos lebreles royendo un hueso, uno por cada lado


 


Año 1512. Antes de atacar Francia lleva Fernando el Católico preparándose desde 1511, con intención de hacerse con el pequeño reino de Navarra. Para ello detiene en Guipúzcoa el ejército que debía enviar a la Guyena. Dicho ejército se componía de 1.000 soldados bajo el patrocinio del rey; 2.500 jinetes, 6.000 infantes y 20 cañones. En la caballería estaba la flor y nata de la nobleza de España. Los infantes, muy bravos, con los Tercios viejos de Gonzalo de Córdoba también, bajo el mando de los curtidos generales Villaba y Rengifo. Diego de Vera, experimentado en las luchas de Italia, tenía a su mando la artillería, y al mando de todos ellos el Duque de Alba elegido en la anterior primavera. En total 9.000 soldados bien entrenados, a los que inmediatamente se sumarán soldados guipuzcoanos, aragoneses y castellanos. Para ello el Arzobispo de Zaragoza Alfonso de Aragón, hijo bastardo de Fernando y él mismo padre de otro Obispo, hace un llamamiento a los poderosos de Aragón y Castilla, y, para la contienda, paga de su bolsillo la guarnición de todos los castillos de la frontera. En las Juntas de Monzón consigue 200 lanceros y 300 jinetes avezados.


En los primeros días de agosto, contaba Fernando con un ejército de 17000 soldados, más que suficiente para hacer frente a las escasas fuerzas de Navarra. No había dificultad para hacerse con el viejo reino. El 17 de julio 1512, Fernando da por rotos los tratados que se vienen negociando en Burgos, diciéndole al mariscal don Pedro de Navarra “lo que no deis de grado, será tomado por la fuerza". Inmediatamente ordena al Duque de Alba atacar Navarra. A los dos días, Julio 19, deja el ejército Salvatierra de Alava. El 21 están en la frontera Navarra y se introducen por la Sakana, con el desterrado Luis de Beaumont, conde de Lerín, al frente. Cogidos por sorpresa, no hay fuerza que pueda oponerse. Juan de Albret, rey de Navarra, atemorizado, mientras él se queda en Pamplona para preparar la resistencia, envía en desenfrenada huida al Bearn a la reina Catalina con el Príncipe de Viana y sus otros hijos, y pide 500 soldados a Tudela. Agotado por la rápida huída morirá Francisco, su tercer hijo, en los puertos pirenaicos. El 21 al anochecer acampa el ejército en Etxarri-Aranaz. El 22 al anochecer lo hacen en Huarte-Arakil. Allí les tenían que hacer frente un grupo de roncaleses, pero estos, ante la apabullante superioridad, retroceden para guardar el puerto de Oskia (la actitud de los roncaleses siempre será ejemplar, fieles a la Corona legítima navarra). La siguiente noche están a diez kilómetros de Pamplona. Teniendo tan cerca al enemigo y temiendo, por la traición de los Beaumonteses, caer en sus manos, el rey deja Pamplona y huye a Francia con la promesa al Parlamento de regresar cuanto antes con fuerzas de socorro francesas. El 23 al anochecer, acusado, por otra parte, alevosamente de haber cometido pecado de excomunión -una malévola intriga urdida por Fernando-, huye de Pamplona hacia Sangüesa, sabiendo el peligro, toma hacia Lumbier y de allí a su Bearn atravesando los puertos pirenaicos. El ejército de Tudela se mueve hacia Tafalla bajo la dirección de Gonzalo de Mirafuentes, y al saber que el rey ha dejado Pamplona, marcha hacia Lumbier en espera de órdenes. Al huir a Francia el rey, Pamplona se rendirá. El 24 de julio al amanecer llegan a Arazuri. Un mensajero del de Alba exige la rendición, con la promesa de que respetarán los fueros o ley vieja. El Parlamento solicita tiempo para dar una respuesta con la esperanza de que regrese Albret con fuerzas francesas, pero Alba, en cólera, les responde que como vencedores pondrán las condiciones, ordenando avanzar a la infantería, protegiéndola por la derecha la caballería y por la izquierda la artillería. En medio Luis de Beaumont y Antonio Acuña, Obispo de Zamora. Pasa la infantería el puente del Arga y se detiene en la campa de La Taconera. Aparece el Duque de Alba en su yegua blanca, con su coraza dorada, capa de seda escarlata. A la tarde cuatro mandatarios navarros se acercan al cuartel general para negociar las condiciones de la rendición. A la mañana siguiente, Santiago, se firma la capitulación, un ejército extranjero desfila por las calles de Pamplona.


Julio 31, año 1512, Fernando publica un documento al parecer lleno de falsedades. Setiembre 21, año 1512, todo el sur de Navarra queda sometido.


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Comentarios

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  1. #1 ANAFKH 08 de feb. 2007

    De esta discusión me da la impresión que QUICO está bastante más interesado en llevar el tema al terreno de la polémica que en discutir en serio sobre el tema, decir que la guerra civil en Navarra se niegue sistemáticamente solo puede corresponder a dos cosas o a la misma, ganas de polémica o que no ha leído nada sobre la historia de Navarra. No conozco ningún libro de historia de Navarra que no trate el tema del enfrentamiento entre Agramonteses y Beaumonteses, puede entrarse en discutir la interpretación que se da de este tema pero decir que se niega sistemáticamente es absolutamente falso, en cualquier caso puede dar aquí esa extensa lista de publicaciones que nieguen tal conflicto.


    Por lo demás creo que es bueno ver el contexto internacional en el que se produce la conquista. Transcribo este texto de José María Lacarra Historia del reino de Navarra en la Edad Media Pamplona 1975

    Los reyes de Navarra ante la Santa Liga

    “En mayo de 1510 se produce el cambio diplomático definitivo. Embarcado Luis XII en las aventuras italianas, pierde gran parte de su libertad de maniobra. Queda rota la liga de Cambray, que le había permitido acercarse al Rey Católico. La tenaz resistencia que durante los meses de febrero a abril habían ofrecido los Estados de Navarra y Bearne a la política de absorción del rey de Francia, les había permitido recuperar la iniciativa diplomática. Al romperse la alianza franco-española, pueden volver a bascular entre las dos potencias vecinas, amenazando a los reyes de Francia y de España con pasarse al campo adverso.
    Los reyes de Navarra se apoyan en Maximiliano para contener las iras de Luis XII, y en el papa que nombra obispo de Pamplona al candidato de los reyes, el cardenal Amadeo de Albret (13 mayo, 1510). El mismo cambio de actitud se observó en Fernando el Católico. El 3 de julio de 1510 daba el papa al Rey Católico la investidura de Nápoles. Era el primer paso para la formación de una liga entre Julio II, Fernando el Católico e Inglaterra para echar a los franceses de Italia. Ante los rumores de que se iba a negociar una paz, los reyes de Navarra se apresuraron a enviar una embajada al Rey Católico (6 febrero 1511) para que, de ser así, procurase que sus Estados de ambas vertientes del Pirineo no sufrieran perjuicio alguno; a la vez se interesaban una vez más por la devolución de las villas de San Vicente, Los Arcos, Laguardia y demás tierras de la Sonsierra. Fernando respondió con buenas palabras, pero aprovechó la oportunidad para pedir a su vez la devolución a don Luis de Beaumont de su patrimonio navarro. No hay que decir que tampoco pensaba en la devolución de las villas reclamadas.

    Ahora bien, una independencia tan trabajosamente mantenida se iba a perder en el breve plazo de dos meses -de junio a julio de 1512- al endurecerse las relaciones entre Luis XII y Fernando el Católico, con ocasión de las guerras de Italia. Los reyes de Navarra se esforzaron, una vez más, por mantenerse al margen del conflicto, no entrando en ninguna liga o alianza que pudiese ir enderezada contra uno de los vecinos. Esperaban que, como en ocasiones anteriores, podrían salvar la unidad de sus dominios de las dos vertientes pirenaicas negociando a la vez con Francia y con España. La empresa ofrecía dificultades aún para los más expertos diplomáticos, y los reyes don Juan y doña Catalina no se acreditaron como tales. Verdad es que les hubiera sido difícil triunfar frente a las argucias de Luis XII, y sobre todo frente al genio diplomático del Rey Católico.
    El 4 de octubre de 1511 se había acordado una Santa Liga entre el Papa Julio II, el Rey Católico y el dux de Venecia, a la que luego se adheriría Enrique VIII, cuyo fin aparente era proteger a la Iglesia, aunque el verdadero fuese arrojar de Italia a los franceses.
    El aspecto religioso de la contienda estaba en que Luis XII había amenazado a Julio II con apelar frente a su autoridad a la de un concilio general, y aún llegó a convocar una asamblea (Conciliábulo de Pisa, 5 noviembre) que aparecía respaldada también por el emperador Maximiliano. La entrada del rey de Inglaterra en la Liga derivaría la lucha hacia otro sector, el de Aquitania, vieja reivindicación de la corona inglesa. Se convino el 17 de noviembre de 1511, en que, tan pronto como Fernando atacara al monarca francés en Italia, Enrique VIII rompería las hostilidades, y al efecto enviada en abril del año siguiente un ejército '! los confines de Aquitania, al que se unirían otras tropas de refuerzo del Rey Católico.

    Los reyes de Navarra rechazaron todas las solicitudes que Luis XII y el emperador Maximiliano les hicieron para que toMaran partido contra la Santa Liga y se adhirieran al concilio convocado en Pisa, lo que les acarreó una actitud abiertamente hostil de Luis XII, quien puso todos sus recursos, jurídicos, y de toda índole, en la guerra de nervios que desencadenó contra la Casa de Albret. Fernando el Católico, por su parte, una vez declarada la guerra a Francia (marzo, 1512) y decidido a atacar a Luis XII en su propio territorio, trató de renovar los antiguos tratados de protectorado con los reyes de Navarra; pero éstos dilataron las negociaciones.Fernando volvió a sus habituales tácticas de intimidación."

  2. #2 Aga 09 de feb. 2007

    Sacado del libro de Pedro Esarte "Francisco de Jasso y Xabier y la época del sometimiento español de Navarra". Editorial Pamiela 2005. p 21-22


    La familia de San Francisco de Xavier:

    Los Jasso-Azpilkueta.

    Los Jasso, o Jassu, provenían de una familia bajonavarra,. Los familiares del pader de Francisco fueron bailes de los reyes de Navarra en dicha zona. Vivían en Jatsu(Jassu-Jasso-Jaxu), cerca de Donivane Garazi (S.Juan de Pie de Puerto). A Pedro de Jassu, bisabuelo de Francisco, lo vemos de tributador de los cocharros del Chapitel del rey, , precisamente en la capital bajonavarra, el año de 1435. De sus hijos, Juan Periz siguió con su oficio, mientras Arnalt Periz de Jasso se trasladó a Iruñea(Pamplona) y sirvió al rey Carlos III como cambrador de dineros, juez de finanzas y , mas tarde, como Ouidor de la CáMara de Comptos.
    Arnalt Périz de Jasso, ya con ua considerable hacienda de palacios y tierras, y casado con Guillermo de Atondo en 1441, tuvieron seis hijos, siendo su primogénito el doctor Juan de Jasso, padre de Francisco. El resto de la familia del matrimonio, dos hijos(el citado doctor Juan y el que será Justicia de Iruñea, Pedro) y sus cuatro hijas, extendieron la rama entro todas las familias importantes de Navarra.
    Servidor de Juan II, como su padre, Juan de Jasso, siguió en sus fidelidades y pasó a servir a su hija Leonor de Navarra, y luego a su nieta Catalina(de Foix) y al marido de esta Juan de Albret o Labrit, apoyándolos en la defensa de la independencia del Reino de Navarra al tiempo de la conquista.

    Ya en el año 1470, Juan de Jasso se doctoró en Derecho por la Universidad de Bolonia, tras lo que pasó a servir a los reyes de Navarra. Doña Leonor, como regente de su padre Juan II de Aragón y Navarra, le hizo merced de cuarteles, imposiciones reales y de la jurisdicción media y baja de Idocin. Fue padrino de Pedro de Foix, nieto del rey, y en 1472 fuen nombrado por Juan II(padre de Fernando el Católico) maestro de Finanzas. En 1476 la hija de Juan II, la princesa Leonor, lo nombró alcalde de la Corte Mayor, y de la misma manera sirvió a los reyes Catalina y Juan como alcalde de Corte y presidente del Consejo Real. Casado el año 1483 con María de Azpilkueta, en 1495 recibió el cargo de Presidente del Consejo Real….
    La primera hija de Juan de Jasso y María de Azpilkueta, Magdalena fue para dama de Isabel II de Castilla, y Ana se casó en 1512 con el señor de Beire. Llama la atención que las hijas de los reyes de Navarra, Juan de Labrit y Catalina de Foix, y las de Juan de Jasso y María de Azpilkueta, tuvieran los mismos nombres (Ana y Magdalena). Tras ellas vinieron los tres hijos: Miguel, Juan y Francisco, por este orden. …

  3. #3 Aga 09 de feb. 2007

    Nadie duda de que Navarra fue invadida por Castilla y Aragón. El 24 de Julio de 1512 Pamplona capituló.
    Sacado del libro "Historia del Reino de Navarra en la Edad Meia" de Jose María Lacarra. ED. Caja de Ahorros de Navarra Ed 1976. p. 55 ...A finales de agosto, una vez que el Rey Católico dicidió tomar el título de Rey de Navarra por derecho de conquista, el duqye de Alba volvió a requerir a los de PAmplona para que le aceptaran por tal. Estos le hicieron la sutil distinción de que "ellos estaban prestos de le tomar por rey y señor, mas que rey natural no podían, en cuanto el otro estaba vivo, a quien tenían jurada naturaleza"; aducían, además, "que ser súbditos estaban prestos para lo jurar, mas que vasallos no podían ni lo debían jurar, pues tenían privilegios de mucha antigüedad, de no ser sino súbditos, y pues que él les había confirmado sus riquezas, que esta, que era la principal no les traspasase".

    P. 552. Con la conquista llevada a cabo por el Rey Católico y la incorporación de NAvara a Castilla, el reino no se extingue, sino que queda escindido en dos. Carlos V abandonó la merindad de Ultrapuertos al no resultar nada fácil su defensa, especialmente ante la sluchas que van a mantenenr el emperador y el rey de Francia. Pero este pequeño territorio, no mayor de 1250 km2, servirá de base para que Enrique II de Albret pueda seguir titulándose rey de Navarra, una vez muertos sus padres Juan de Albret(17 de junio de 1516) y Catalina(12 de febrero de 1517)....

    Enrique II de Albret(1517-1555) era un cortesano, compañero de placeres y de guerras de Francisco I de Francia, y con él cayó prisionero en Pavía. Su hija Juana III(1555-1572) casó con Antonio de Borbón, y le sucedió su hijo Enrique III de Navarra, que pasaría en 1589 a ser rey de Francia con el título de Enrique IV el Bearnés.

    Bueno tambien a Lacarra le parece una invasión.
    Enrique III de Navarra IV de Francia es el de la famosa frase de "Paris bien vale una misa". Recordemos que los reyes de Navarra fueron excomulgados por una bula papal, gracias a las maniobras de Fernando el Católico. Esta excomunión le sirvió de escudo para invadir Navarra, Por aquella época un rey católico tenía derecho a invadir otro país que no fuera católico. Otra baza que jugó Fernando fue casarse con Germana de Foix, para reclamar derechos dinásticos sobre Navarra, ya que Fernando no tenía derecho dinástico alguno. Su padre, Juan II de Aragón, fué rey consorte de Navarra al casarse con la reina Blanca de Navarra, y su madre, no fué Blanca sino Leonor de Castilla.

    Tras la excomunión los reyes de Navarra legítimos se hicieron protestantes. De hecho la primera biblia en euskera es una biblia protestante mandada hacer por la reina de Navara.


    En cuanto al número de guipuzcoanos, no lo se. Lee el artículo inicial:

    " Dicho ejército se componía de 1.000 soldados bajo el patrocinio del rey; 2.500 jinetes, 6.000 infantes y 20 cañones. En la caballería estaba la flor y nata de la nobleza de España. Los infantes, muy bravos, con los Tercios viejos de Gonzalo de Córdoba también, bajo el mando de los curtidos generales Villaba y Rengrifo. Diego de Vera, experimentado en las luchas de Italia, tenía a su mando la artillería, y al mando de todos ellos el Duque de Alba elegido en la anterior primavera. En total 9.000 soldados bien entrenados, a los que inmediatamente se sumarán soldados guipuzcoanos, aragoneses y castellanos"

  4. #4 Cogorzota 10 de feb. 2007

    En el barrio de Bozate de Arizkun, junto a la torre medieval del linaje de Pedro de Ursúa, el Marañón de la Jornada de Omagua y Dorado, al que Lope de Aguirre antes de matarlo le dijo: "Tú te callas, que no eres vasco ni navarro, eres casi francés" queda, cada vez más desvanecido, el recuerdo sombrío de los agotes –cuyo delito, injusto donde los haya, escribía Baroja en La leyenda de Juan de Alzate, era el haber nacido en la casa donde habían nacido y no en la de al lado–, raza o etnia misteriosa para casi todos los que se han ocupado del estudio de sus orígenes, aunque la conjetura más admitida es la de que se trataban de albigenses huídos.
    El asunto le sirvió a Urabayen para escribir su mejor novela: El barrio maldito. También los contrabandistas nutrieron algunas páginas novelescas y muy líricas del mismo Urabayen, en Los centauros del Pirineo.
    Pero lo cierto es que por este valle navarro pasaron toda clase de mercaderías, algunas inverosímiles, para una época de fronteras cerradas, gran escasez y penuria económica, y las andanzas de los contrabandistas nutrieron un prolijo anecdotario de chascarrillos y sombras.
    Ahora todo eso son historias, las historias menudas del valle, sus leyendas, las que es mejor escuchar al arrimo de las sobremesas, en el rincón del fuego. Vayan y vean, porque el Baztán no defrauda.

    http://www.elmundo.es/motor/2000/MV149/MV149baztan.html

  5. #5 Cierzo 10 de feb. 2007

    Creo que este es el paarafo que quieres Brigantinus:

    "De 1513 a 1522 varios Ursúas reciben mercedes por parte de los reyes ocupantes: Juan, Pierres, Martin. Más modernos que éstos es, sin embargo, un Sancho de Ursúa, "soldat pour le roy d'Espagne à Fontarrabie", que en 1559, descubrió una traición que se urdía contra el rey de Navarra, Antonio de Borbón. En recompensa de este servicio, sin duda, años después, en 1556 se le pagaban 365 libras a un "seigneur d'Ursue, navarroys" por el tesorero general del Béarn y Navarra, segun documento que exitía en el Archivo de los Bajos Pirineos. Es decir que aunque los Ursúas beamonteses sirvieron como tales a Fernando el Católico y a Carlos I, no perdieron un último resto de respeto o fidelidada la dinastia vencida. Acaso el conocimiento que tuviera, por conversaciones con Pedro de Ursúa mismo, de sus relaciones con familias de ultrapuertos es lo que hizo que que Lope de Aguirre llaMara en ocasión memorable a su víctima "navarro, o por mejor decir, francés". el solar de Ursúa no está lejos del Labourd y tampoco de la Baja Navarra o Basse Navarre. Pero, a parte de ello, había otra razón para que el joven capitán pudiera ser considerado, cuando menos "afrancesado": su ascendencia por el lado materno."

    Del libro de Caro Baroja "El señor Inquisidor y otras vidas por oficio", Ed Alianza Editorial, original 1968, el que yo manejo 2002, la página 140.

    Salud

  6. #6 p.arizabalo 11 de feb. 2007

    Gracias a todos los participantes por dar sus justas precisiones y opiniones. También dar las gracias a Quico por poner un poco el contrapunto al artículo, más bien breve extracto Me había desinteresado de él y no pensaba pasearme más por estos ni otros foros, pero ya que se me ocurrió proponer este interesante tema, tenía que decir algo sobre el mismo dentro de mi limitada capacidad. Sin ser político, veo que es un tema – no resuelto- clave en la política de este país.

    No sabía desde que óptica presentar un tema sobre Navarra. Al final me decidí por el extracto de los días quizás más decisivos en su historia, su conquista tras una guerra-invasión relámpago urdida desde hace mucho tiempo en la mente de Fernando y que pilló desprevenida a Navarra cuando menos se lo esperaba. Es decir, la usurpación por la fuerza, apoyada por la manipulación de documentos que pudieran justificar de algún modo lo injustificable, de los derechos de los reyes legítimos. Que hubo usurpación de corona y POSESION ILEGÍTIMA de territorio ya no lo puede discutir ningún historiador con dos dedos de frente. Después cada uno dará su versión más o menos subjetiva de los antecedentes. Pero el hecho central está ahí. Ni a Navarra Sur, Alta Navarra o Navarra cispirenaica, ni luego a la Norte transpirenaica se las dejaría desarrollarse como entes políticamente autónomos. Un cero a la izquierda. No sé hasta que punto, en la actual coyuntura internacional, con los problemas ecológicos dificilísimos que se nos avecinan todo esto tiene gran sentido hoy día, pero las divisones territoriales y políticas artificiales, la guerra de símbolos y mitos pratios sigue estando ahí. Son muchos los que viven directamente de ellos. Si todos los siguen enarbolando y los justifican ¿porqué, digo yo, no Navarra?.

    Navarra, geográficamente entre Francia, la Guyena inglesa y los reinos peninsulares en expansión por el mediterráneo estaba cogida en pinza, y los enfrentamientos de aquellos en tierras italianas debían reflejarse aquí y afectar a Navarra que, sin comerlo ni beberlo, se vio implicada a la fuerza en todo este asunto. Navarra tenía tres enemigos directos, no solo Fernando. Ya venía haciendo increíbles equilibrios diplomáticos con cada uno de ellos para no terminar arrollada y anulada. Estos enemigos eran Francia, España y Roma, esto es, un Papado corrupto hasta los huesos. Pero el más directo y ambicioso respecto a Navarra en aquel momento era Fernando, con pretensiones siempre frustradas de manejar el reino directa o indirectamente. Fernando supo jugar bien sus cartas con los Papas Alejandro VI y Julio II y no dudó conjurar con ellos contra Navarra. Al parecer fue más allá falsificando bulas papales en su contra. No en vano historiadores importantes no dudan en llamarlo EL FALSARIO. Supo tb., para debilitarla políticamente, avivar a su favor el clima de enfrentamiento en el interior de Navarra como lo hizo su padre Juan II. No podían tolerar un reino pirenaico refugio SIN INQUISICION, arma política de primer orden junto con la daga y el veneno. De la primera escaparon sus reyes por los pelos – a pesar de las trampas urdidas-, la segunda y tercera, la daga y el veneno hubieron de probarlas. Ya falsificó Fernando los acuerdos llevados por Navarra con Francia en Blois –así lo confirman algunos historiadores al contrastar fechas- para tener un pretexto para iniciar su conquista. Fernando no tenía necesidad de Navarra para atravesar el Pirineo, ya tenía un acceso a la Guyena y a Francia de haberlo necesitado a través de Guipúzcoa. Después de la conquista impedirán cualquier rebrote de navarrismo.Primero a través de la depuración y destierro del clero navarro.

    Que fue un robo, y que sigue siendo una posesión ilegítima, lo demuestra un simple hecho, el que España no reclaMara la Baja Navarra, ni Francia, a su vez, la Alta Navarra. Cada uno quedó contento con lado del botín y Santas Pascuas. Carlos V quizá hubiera devuelto sus derechos a Navarra si Cisneros no se hubiera interpuesto. Felipe II ni pensarlo. De hecho intentará una y otra vez llevar a la Inquisición a las inteligentes y corajudas reinas navarro-bearnesas Margarita y Juana, para terminar con sus reinados tolerantes en lo religioso, avanzados en lo cultural, mientras a través de Madrid, Roma y París se lleva a la hoguera o tortura, se expulsa a moros, judíos, se diezman culturas enteras en América o se acaba en un plis-plas con decenas de miles de hugonotes... No, no les interesaba un reino refugio entre aves de presa.

    Sobre el tema de la conquista de Navarra: P. BOISSONADE “LA CONQUISTA DE NAVARRA”



  7. #7 kukuxumusu 13 de feb. 2007

    Coplas del Paloteado de Monteagudo :

    Antiguamente Navarra
    era un reino independiente
    de pagos y de soldados
    y de otras cosas urgentes.


    Desde mil quinientos doce
    Navarra se unió a Castilla
    sin abandonar sus Fueros
    así el pacto lo pedía.

    La Navarra en aquel año
    mucho fue lo que perdió
    pues perdió la independencia
    prenda de inmenso valor.

    Pues hay muchos en España
    que trabajan con malicia
    por que sea la Navarra
    como las demás provincias.

    Pues si el Gobierno de España
    sigue en sus pretensiones
    se tomarán en Navarra
    serias determinaciones.

    Con Monteagudo, Cascante
    Ablitas, también Barillas,
    Olite, Tafalla, Estella,
    Cortes, Buñuel y Murchante,
    formemos una guerrilla
    para marchar adelante.

    Pues también se nos ofrecen
    como si fueran hermanos
    los valientes Alaveses,
    Vizcaínos y Guipuzcoanos.

    Vivan las cuatro provincias
    que siempre han estado unidas
    y nunca se apartarán
    aunque Gamazo lo diga.

    ¡Viva Navarra y sus Fueros!

    Jose Martínez Jarauta "Joselico", s. XIX

  8. #8 Pedrarias de Almesto 06 de jul. 2007

    Brigantius: cierto lo que decía Lope de Aguirre de Orsúa (o Ursúa). Lo he leído en una tesis doctoral sobre la "Jornada del Marañón" de Emiliano Joss. Lo cuenta también Ramón J. Sender en "La aventura equinoccial de Lope de Aguirre" y en algún otro título que voy olvidando (p...memoria).

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