Autor: Virgilio
jueves, 01 de febrero de 2007
Sección: Artículos generales
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La batalla de Cartagena de Indias



La batalla de Cartagena de Indias es, sin duda, un hecho histórico poco conocido y prácticamente olvidado por el público español, últimamente he estado consultando cierto diccionario especializado sobre las grandes batallas de la historia de España que sugiere catorce nombres: Munda, Guadalete, las Navas de Tolosa, Ceriñola, Pavía, san quintín, Otumba, Lepanto, Rocroi, Villaviciosa, Trafalgar, Bailén, Ayacucho y Santiago de Cuba.

Sin embargo el populacho suele ignorar que la mayor flota reunida jamás antes del desembarco de Normandía fue la inglesa que sitió la ciudad de Cartagena de Indias y que fue derrotada por un puñado de españoles liderados por un hombre extraordinario llamado Blas de Lezo, y cuya victoria permitió a España seguir mandando en América durante un siglo más.

En fin... es el primer artículo que escribo para Celtiberia,no soy historiador, pero sí me gusta la historia y la biografía de este hombre me ha apasionado. Espero que no me déis mucha caña :P

Biografía

Lezo nació el 3 de febrero de 1689 en Pasajes (Guipúzcoa). En 1701 ingresa como guardiamarina en la flota real francesa (ya que en esos momentos la española era prácticamente inexistente) participando de esa forma en la guerra de Sucesión española.
Su bautismo de fuego será en 1704, cuando su escuadra participa en la batalla de Vélez-Málaga contra la flota anglo-holandesa en la que pierde una pierna por un cañonazo. Gracias a su destacada actuación será ascendido a alférez y luego a teniente de navío. Luego perdería también el ojo izquierdo en la defensa del castillo de Santa Catalina de Tolón. En 1705 lo envían a socorrer a Peñíscola, ciudad leal a Felipe V, y luego a Génova, donde en combate liquida al navío británico Resolution y captura otros barcos. Se le concede que pueda entrar en su puerto natal arrastrando los navíos capturados. ¡Tenía 16 años!, y más tarde participaría en el abastecimiento de las fuerzas que sitiaban Barcelona burlando en varias ocasiones el bloqueo inglés.
Cuando termina la guerra de Sucesión parte para el pacífico a bordo del buque Lanfranco acabando con los piratas ingleses y holandeses que asolaban las costas del Perú a raíz de lo cual es nombrado general de marina y donde contrae matrimonio con María Josefa Pacheco de Bustos.
Regresa a Cádiz en 1730 donde se le nombra capitán de la escuadra del Mediterráneo. En 1731 se le encomienda cobrar en Génova dos millones de pesos que esa ciudad debe a la Corona española guardados en el banco de San Jorge; ingresa en el puerto con seis buques de guerra, amenaza con bombardear la ciudad, recobra los dos millones y obliga a los genoveses a rendir honores a la bandera española.
Más tarde se le encomendaría la misión de reconquistar la plaza de Orán al corsario Bay Hassán al mando de 53 buques y 40.000 hombres. Retoma la ciudad para la corona española y persigue al turco hasta la bahía de Mostagán que estaba protegida por dos fuertes, causando graves daños a ambos e incendiando la nave capitana de Hassán, que murió durante el combate.
En 1734 el rey lo premia ascendiéndolo a general de armada y 1737 volverá a las Indias, esta vez a Caribe, donde tendrá lugar la gran batalla.




LA BATALLA

En Septiembre de 1739 un capitán de guardacostas español, , Juan León Fandiño, interceptó el buque corsario Rebbeca al mando de Robert Jenkins y le hizo cortar a éste una oreja; después de lo cual le liberó con este insolente mensaje: "Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve".
Era la excusa que largo tiempo estaba esperando Inglaterra para acabar con el poderío español en América, que enardeció a la opinión pública inglesa y por la cual, en Octubre de 1739 Inglaterra declara la guerra a España; guerra que sería conocida como “la oreja de Jenkins”.
Inglaterra busca esta vez asestar un golpe mortal al imperio español con la intención de conquistar la ciudad de Cartagena de Indias, ciudad de la que partía cada año la flota que llevaba el oro americano a España y además uno de los puertos más importantes de todo el Caribe. Y así el 13 de Marzo de 1741 se presenta ante la ciudad una flota de 186 barcos (superaba en más de 60 barcos a la “Invencible”), 8 grandes navíos de tres palos. 28 navíos de línea, 12 fragatas de combate, 130 transportes y algunos brulotes que sumaban una potencia de fuego de 2.000 cañones comandada por el almirante sir Edward Vernon, además de un contingente de infantería de casi 29.000 hombres al mando del general WentWorth y compuesto por 15.000 marinos, 9.000 soldados de desembarco,2.000 macheteros de Jamaica y un contingente de 2.763 “marines” de las colonias de América del norte a cuyo mando estaba Lawrence Washington, hermano de George Washington.Lo que da cuenta de las intenciones de los ingleses. No se trata de una operación de saqueo, sino de una auténtica invasión.
Por parte española las fuerzas defensoras de la ciudad, lideradas por Blas de Lezo y el Virrey Sebastián de Eslava, estaban compuestas por 2.000 hombres:1.100 veteranos, 400 bisoños y 300 milicias, a los que había que sumar 600 indios flecheros traídos del interior y 6 buques de guerra: el Galicia, el San Felipe, el África, el San Carlos, el Dragón y el Conquistador.

Vernon despliega la flota bloqueando la entrada al puerto, y tras silenciar las baterías de los castillos de Chamba, San Felipe y Santiago desembarca a las tropas y artillería de gran calibre con la cual se produce un cañoneo incesante que durará 16 días al castillo de San Luis de Bocachica con un promedio de "62 grandes disparos por hora". El castillo está defendido por 500 hombres al mando del Coronel Des Naux. Por su parte Lezo coloca cuatro de sus navíos, el Galicia, el San Felipe, el San Carlos y el Africa del lado interior de la bahía y en las proximidades del Castillo para apoyarlo con sus cañones. DesNaux desde tierra y Lezo desde el mar consiguen mantener a raya a los ingleses a duras penas. Lezo, que en aquel momento se encontraba defendiendo la orilla interior de la isla de Tierrabomba hace barrenar e incendiar sus buques para obstruir el canal navegable de Bocachica, cosa que consigue parcialmente ya que el Galicia no coge fuego a tiempo. Sin embargo, se ha logrado retrasar el avance inglés de forma considerable.
Debido a las bajas sufridas en Bocachica Lezo ordena replegarse totalmente a la Fortaleza de San Felipe de Barajas.No era lerdo el guipuzcoano, sabía que en la estrechez del canal de Bocachica los ingleses no podrían usar toda su potencia de fuego. Y muy contra la voluntad de Lezo, que trató de evitarlo hasta el fin pero se vio obligado por disciplina, se hundieron los dos únicos navíos que quedaban, el Dragón y el Conquistador, creyendo que así se evitaría la entrada de los navíos ingleses por Bocagrande a la Bahía de las Ánimas. Pero al igual que en Bocachica, el sacrificio resultó en vano pues los ingleses remolcaron el casco de uno de ellos antes de que se hundiera para restablecer el paso y desembarcaron en las islas de Manga y Gracia. Tras esto, los colonos norteamericanos al mando de Lawrence Washington tomaron la colina de la Popa. Vernon entró entonces triunfante en la bahía con su buque Almirante con las banderas desplegadas y el estandarte de General en Jefe escoltado por dos fragatas y un paquebote, y dando la batalla por ganada despachó un correo a Jamaica e Inglaterra. Tras ello ordena el desembarco masivo de artillería y cañonear el Castillo de San Felipe desde mar y tierra con el fin de ablandar la resistencia final.
Tan sólo quedaban 600 hombres bajo el mando de Lezo y Des Naux, que serían los encargados de afrontar la resistencia final en la fortaleza de San Felipe. La resistencia fue numantina a pesar de que los defensores recibían fuego de artillería desde la isla de la Manga y los buques ingleses apostados en Bocachica y los intentos de asalto de la infantería desde la colina de la Popa eran constantes.
Ante la exitosa defensa de Lezo, Vernon decide organizar un asalto nocturno con la práctica totalidad de sus efectivos. La noche del 19 de Abril los atacantes al mando del General Woork, con los macheteros jamaicanos en vanguardia se acercan al castillo de San Felipe desde el sur. Sin embargo los vigías dan la alarma y se empieza a abrir fuego contra la columna que se ve obligada a disminuir el paso. Pero el avance de los ingleses se frena debido a lo corto de las escalas cuya longitud era insuficiente para salvar el muro, un error fatal. Se crea la confusión en el bando enemigo que encontrándose a los pies de las murallas de San Felipe son blanco fácil para los españoles, los cuales intensifican el fuego y hacen una carnicería con ellos. Al amanecer el desastre inglés es evidente y yacen a los pies de las murallas más de 1.300 ingleses, entre los que se incluían sus mejores oficiales. La posterior carga de los españoles contra los supervivientes bayoneta en ritre provoca su huida y la muerte de otros 200.
Ante este duro revés Vernon decide cañonear la fortaleza día y noche, y así durante un mes entero, pero el escorbuto y la disentería empiezan a extenderse entre los hombres y se ve obligado a retirarse y a incendiar 6 de ellos por falta de tripulación.
Sin embargo Lezo, murió semanas mas tarde por causa de las fiebres y las heridas recibidas en la batalla y Vernon, sabedor de su muerte, seguiría tentando la idea de volver a atacar Cartagena hasta el final de la guerra. Pero para entonces el Virrey de Eslava había reparado las defensas y reforzado la guarnición de la ciudad y Vernon fue relevado del mando en 1746 a raíz de la vergonzosa derrota en Cartagena.
En Inglaterra, dando por cierta la victoria de Vernon, se mandaron fundir medallas conmemorativas con el lema “El orgullo español humillado por Vernon”, medallas que mas tarde serían objeto de burla durante bastante tiempo por parte de los enemigos de Inglaterra. Jorge II prohibió toda publicación sobre el asalto a Cartagena que quedó así sepultado en la historia.

De vuelta a España al Virrey Don Sebastián de Eslava le fue otorgado el título de "Marqués de la Real Defensa de Cartagena de Indias". Y el cuerpo de Blas de Lezo, verdadero artífice de la victoria permaneció en Cartagena en el más absoluto olvido. Ni siquiera hoy se sabe dónde está su tumba. Su figura se suma a las de muchos grandes hombres que lo dieron todo por este bellaco país y que hoy día casi ningún español sabe que una vez tuvimos un marino que le haría sombra al mismísimo Nelson. Pero aún así es recordado en Colombia y su vida se estudia en los libros de texto de las escuelas del país y tiene un monumento y una plaza con su nombre en Cartagena de Indias.


Bibliografía:

Biografia del Caribe
Autor: Germán Arciniegas

Diario del sitio de Cartagena






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Comentarios

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  1. #1 Virgilio 31 de ene. 2007

    En fin.. es el primer artículo que escribo para celtiberia. No soy diplomado en historia pero la verda que me apasiona y la biografia de este hombre me ha fascinado.
    PD: Espero que no me deis mucha caña :P

  2. #2 despertaferro 31 de ene. 2007

    Pues a mi me ha gustado un montón, felicidades por el primero.

  3. #3 berserker 31 de ene. 2007

    A mi tb me ha gustado mucho Virgilio, enhorabuena tengo que reconocer que yo soy un bellaco más que no conocía a Blas de Lezo, impresionante el tipo, como tu bien dices nada que envidiar a Nelson, enhorabuena otra vez.

  4. #4 kalpa 31 de ene. 2007

    Necesitamos un Hollywood.

  5. #5 galete 31 de ene. 2007

    Blas de Lezo
    Méndez Núñez
    Churruca
    Gravina
    Lángara

    Creo recordar que estos eran los nombres de los cinco destructores que formaban la 11 escuadrilla de escoltas con base en El Ferrol (en 1979).

    Les llamaban "los ciegos de la once".

    Ya no existen. Tambíén son historia de esta Celtiberia de nuestras broncas.

    Fueron dados de baja y desguazados.

    Supongo que sus nombres serán utilizados en nuevas unidades. Creo que "Méndez Nuñez" es ahora una fragata de la última serie.

    Recuerdos de juventud...

  6. #6 David 31 de ene. 2007

    Muy bueno el articulo, si señor...

    En esta pag podeis ver una de las monedas acuñadas por los ingleses:

    http://usuarios.lycos.es/pay/lezo.htm

  7. #7 Teshub 31 de ene. 2007

    "Blas de Lezo" actualmente es una fragata, la tercera unidad de la clase F-100, justamente la que envió España el año pasado en respuesta a la amable invitación británica a participar en los actos de homenaje de la batalla de Trafalgar.
    Así que no os preocupeís aunque los españoles no se acuerden de sus héroes históricos, en la marina española sí se acuerdan (y con adecuada mala leche).
    http://www.revistanaval.com/imaxes/20050804-f103-02.jpg

  8. #8 galete 31 de ene. 2007

    Seguro que los ingleses también se acuerdan y se dieron cuenta de la retranca, aunque impasiblemente hicieran como que nada.

    Cuentan, no sé si será una leyenda, que los HMS cuando pasan o pasaban a la altura de Noja (Cantabria), hacían formar a la guardia y ordenaban honores por estribor o babor, dependiendo de si iban o venían, saludando la memoria de otro olvidado que también se las hizo pasar canutas (algún Velasco quizás?). A ver si alguien sabe algo de esto.

    Ellos son así, rinden honores a sus "héroes" y a los del enemigo, de esa forma las derrotas se convierten, de alguna manera en victorias.

  9. #9 flavio 31 de ene. 2007

    Buen artículo Virgilio, por cierto que por ahí se te ha colado que era "vizcaino" cuando en realidad es guipuzcoano. Al que le haya interesado el tema le recomiendo éste artículo:



    Blas de Lezo

    http://www.elgrancapitan.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=184&Itemid=2

    Un saludo

  10. #10 Teshub 31 de ene. 2007

    Imagino que te refieres a Luis Vicente de Velasco e Isla, quien defendió en 1762 la Habana frente a los ingleses y murió en el intento. Aunque en ese caso el comandante inglés se portó como un caballero, un buque inglés fue a recogerle herido para llevarle a la Habana e intentar salvarlo tras el impacto de una bala de cañón, pero fue inútil. Después permitieron un día de tregua para que sus hombres lo enterraran. Carlos III estableció que siempre hubiese un buque en la armada con el nombre de Velasco.
    Si, parece que hasta el s. XX cuando un buque de la armada inglesa pasaba a la altura de Noja disparaba una salva en honor de Velasco....pero es el caso para ellos es bueno recordarlo, era un valeroso enemigo, le ganaron, y además se portaron adecuadamente. En cambio, con Blas de Lezo, perdieron, así que mejor no recordarlo. Es como decirle a los ingleses que rememoren el hundimiento del Royal Oak en Scapa Flow...seguro que les hace mucha gracia.
    Por eso de ser objetivos, esto es lo que cuentan los americanos dfe Velasco, la Appleton's Cyclopedia of American Biography:
    http://famousamericans.net/luisvicentevelasc0/

    Y para reirse un poco, un articulito de Pérez reverte sobre Velasco:

    REVENTANDO PERROS INGLESES (23/02/04)

    "Te estás amariconando, Reverte, me dice un lector de Santander. Diez años dando estiba en esta página a los perros ingleses, enemigo histórico de toda la vida, y ahora vas y recomiendas Master and commander, que es un película estupenda, sí, pero también un canto épico a la marina británica. A ver si de tanto leer a Patrick O’Brian y darte el pico con Javier Marías tienes el síndrome de Estocolmo. Cabrón. ¿Por qué no reivindicas la figura de mi paisano Luis Vicente Velasco? ¿Ein? Si ése fuera inglés, le habrían hecho diez películas. En hazañas navales no le moja la oreja ningún hijo de la pérfida Albión. Pero era español, claro. Santanderino de Noja. Por eso ya no se acuerda de él ni la madre que lo parió.

    La verdad es que el lector cántabro tiene razón. Así que, para lavar mi culpa y evitar, de paso, que los futuros súbditos del Orejas se suban a la parra –este año andan muy flamencos con el tricentenario de lo de Gibraltar–, he decidido dedicarle hoy la página, por todo el morro, al capitán de navío de la Armada española don Luis Vicente de Velasco. A quien, las cosas como son, el viejo amigo Jack Aubrey no le llega ni a la bragueta. Y consuela mucho, la verdad, repasando nuestra desgraciada Historia, tan llena de baldones, vileza e incompetencia, toparse de vez en cuando con gente como don Luis: leal, inteligente y con los huevos en su sitio. Ejemplo, una vez más, de lo que podría haber sido esta desdichada tierra si tantos buenos vasallos hubiesen tenido buenos señores.

    Atentos a la biografía de mi primo. Guardiamarina con quince años, Velasco se fogueó en los intentos por recuperar Gibraltar, en la toma de Orán y en numerosos combates navales contra los corsarios berberiscos. A los treinta tacos era capitán de fragata, y al mando de una de ellas, artillada con treinta cañones, se encontraba en 1742 navegando entre Veracruz y Matanzas cuando le salió al paso una fragata de cuarenta cañones seguida por un bergantín, ambos ingleses. Si lo trincaban entre dos fuegos estaba listo de papeles, así que decidió darse candela con la fragata antes de que llegase el bergantín. Se arrimó al enemigo, que venía muy chulito, empezó el combate, y después de dos horas de sacudirse estopa pasó al abordaje, hizo arriar el pabellón a la fragata inglesa, volvió a su barco, dio caza al bergantín –que al ver el panorama había salido cagando leches–, lo rindió y entró en La Habana con las dos presas. Y para no enfriarse, cuatro años después, con dos jabeques guardacostas, tomó al abordaje otro buque de guerra inglés de treinta y seis cañones. La criatura.

    Pero lo que grabó el nombre de Velasco en esa Historia de España que ahora, desde la Logse, nadie estudia, fue la defensa del castillo del Morro de La Habana en 1762; cuando, siendo capitán del navío Reina, se le encargó disputar esa fortaleza a la flota de invasión inglesa compuesta por doscientos barcos y catorce mil hombres. En la defensa del Morro, donde la artillería enemiga lo superaba seis a uno, Velasco estuvo treinta y siete días sin desnudarse y sin apenas dormir. Para hacernos idea de cómo se batió, el tío, basta echar un vistazo al magnífico cuadro conservado en el Museo Naval de Madrid: el fuerte soltando cebollazos, los ingleses cañoneándolo, el Cambridge desarbolado y hecho un pontón tras perder a su comandante, tres oficiales y la mitad de su tripulación, el Marlborough remolcándolo, el Dragon apartándose con graves averías y el Stirling huyendo del fuego como una rata. O sea. Rule Britania un carajo.

    Al final, lo de siempre. España. Nosotros. Esa Habana abandonada de la mano de Dios. Una mina inglesa abrió brecha, los ingleses se colaron por ella, don Luis Vicente acudió espada en mano, y zaca. Lo reventaron. Agonizante, ya caído el Morro, el general inglés fue a abrazarlo y a decirle olé tus pelotas, chaval. Verygüel lo tuyo, top typical spanish eggs. Y en la carta que lord Abermale escribió a Londres dando cuenta del escabeche, lo llamaba «el capitán más bravo del rey católico». Que en boca de un *** inglés arrogante de entonces tiene su mérito de aquí a Lima. Y un detalle: todavía a mediados del siglo XIX, al pasar por la costa santanderina ante la playa de Noja, los navíos británicos ponían la bandera a media asta. Pero claro. En Inglaterra le preguntas a un colegial quién fue Nelson, y te lo dice. El de Trafalgar, ofcourse. Pregúntenle aquí, a cualquiera, quién fue Velasco."

  11. #11 Virgilio 01 de feb. 2007

    Ostras, pues tienes razon flavio.Ahora mismo lo corrijo, ha sido un jodido lapsus.

  12. Hay 11 comentarios.
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