Autor: berserker
jueves, 25 de enero de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: berserker


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¿La invasión que nunca existió?

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¿Pudo ser así la historia?

Algunos historiadores cuestionan de forma creciente la versión tradicional católica según la cual el Islam se implantó violentamente en la península, después de una invasión árabe, en el año 711. Estos historiadores argumentan que el Islam ni se impuso ni era ajeno a los hispanos, que lo abrazaron libre y mayoritariamente. En realidad, la tesis de la imposición fue una "conspiración" promovida por la Iglesia con objeto de encubrir su derrota ante los cristianos unitarios, seguidores del arrianismo que predicó Prisciliano.

¿Ocurrió la historia tal y como nos la han contado? ¿Es posible que, en el siglo VIII de nuestra era, un ejército musulmán cruzara el estrecho de Gibraltar, derrotara a las tropas visigodas y avanzara victorioso hasta el punto de llegar a someter a casi todo el territorio peninsular? ¿Un puñado de bereberes pudo someter a 20 millones de hispanos durante varios siglos? En contra de esta hipótesis tenemos el hecho de que los documentos de la época no contienen referencias a aquella terrible invasión que, de ser cierta, habría supuesto para los peninsulares todos los males imaginables. Las primeras noticias no aparecen hasta las crónicas latinas y musulmanas del siglo IX, a seis generaciones (ciento cincuenta años) de los hechos que se relatan, cuando el Islam estaba ya firmemente arraigado en la península.

Algunos investigadores, tras que los cristianos omitían consignar cualquier aspecto de lo que estaba sucediendo en su suelo, concluyen que el mito ha pervivido, contra toda lógica, porque a los católicos les ha interesado mantenerlo, porque encubría ante su propio pueblo lo que en realidad fue su fracaso social y religioso.

La guerra civil que estalló en la Península Ibérica a principios del siglo VIII, explicada como conflicto político y disfrazada más tarde como invasión de una potencia extranjera, tuvo su auténtico origen en unos hechos que se remontan a cuatro siglos antes, al enfrentamiento producido entre dos corrientes cristianas: los unitarios o arrianos, que negaban que el Hijo fuera igual al Padre -según esta premisa, Jesús no era Dios- y los trinitarios, adheridos al dogma predicado por san Pablo, que mantenían que hay tres personas distintas -Padre, Hijo y Espíritu santo- en un solo Dios verdadero.

Por tanto, para aproximarnos a una de las verdades de lo que sucedió realmente en el año 711, cuando un contingente de guerreros del norte de África, entre los que predominan los bereberes, cruzan el estrecho de Gibraltar, derrota a las tropas visigodas lideradas por Don Rodrigo y se establece en la Península Ibérica, tendremos que remontarnos al siglo IV.

Un poco de historia

En el año 325, el emperador Constantino acababa de convocar un concilio en Nicea para zanjar las disputas teológicas que estaban perjudicando al imperio. Fue una fecha crucial, porque el dogma de la Trinidad se impuso y se incluyó en la religión oficial, mientras que se reafirmaba la excomunión del obispo alejandrino Arrio, que murió en el año 336, el día anterior al fijado por el emperador para obligarle a reconciliarse con la Iglesia. Un siglo después, su mensaje obtuvo un eco imprevisible.

Las ideas que Arrio había predicado en Oriente fueron propagadas por Prisciliano en la Península Ibérica y en el sur de la Galia. Este controvertido personaje nació en el seno de una familia senatorial en el año 340 -se cree que en Galicia- y comenzó su predicación hacia el 370. Era un hombre culto, ascético, vegetariano y que no hacía distinción entre hombres y mujeres en cuestión de nombramientos relacionados con el culto, unos principios que retomarán siglos después los cátaros.

Los libros de Arrio fueron quemados y apenas quedan obras de Prisciliano. De los signos externos y sacramentos del arrianismo sólo se sabe, por referencias de sus enemigos, el empleo de alguna forma de tonsura y que el bautizo se realizaba mediante tres inmersiones, quizá en correspondencia con la trilogía "cuerpo, alma y espíritu" o "cuerpo físico, astral y mental". Prisciliano tuvo que soportar durante toda su vida pública el acoso teológico y personal de los obispos trinitarios, temerosos de su creciente influencia entre el clero y la población. El último acto de esta historia tuvo lugar en el año 385 en la ciudad de Tréveris, donde el emperador Máximo le hizo acudir para que se defendiera de la acusación de hechicería lanzada por sus adversarios. Hubo un juicio, viciado por intereses clericales e imperiales, y una condena: a Prisciliano le cortaron la cabeza. Fue el primer hereje que sufrió pena de muerte. Curiosamente, el propio emperador Máximo fue ejecutado tres años después por orden de Teodosio.

Unamuno sugiere que quien está enterrado en Compostela no es el Apóstol Santiago, sino Prisciliano, lo cual daría idea de la extensión e importancia que alcanzaron sus doctrinas. Lo cierto es que su ejecución afianzaría el arrianismo en el país. Por otra parte, hacia el año 460 tomó el poder en la península el monarca godo Eurico, quien se convirtió a la fe arriana y truncó así las ambiciones de los que no habían dudado en matar a Prisciliano con tal de acabar con sus ideas.

En el año 587, el rey godo Recaredo se alió con los trinitarios por conveniencias políticas y, en nombre propio y en el de todo su pueblo, abjuró del arrianismo que habían practicado los anteriores monarcas godos. Se prohibió el culto arriano y se iniciaron brutales persecuciones contra sus seguidores y también contra los judíos, quienes hasta entonces habían practicado su religión libremente. Los arrianos de la península y del sur de Francia se sublevaron y tuvieron que soportar durante el siglo siguiente robos, violaciones, asesinatos y reducción a la esclavitud, perpetrados por elementos de la oligarquía goda y el propio clero.

La tensión se rebajó cuando el rey godo Vitiza subió al trono en el año 702 y comenzó a deshacer los entuertos de sus antecesores: declaró una amnistía contra los perseguidos y les restituyó sus bienes; detuvo las medidas hostiles contra los judíos y convocó el XVIII concilio de Toledo, cuyas actas, sospechosamente, se han perdido. El grueso de los historiadores opina que fueron destruidas porque eran contrarias al Cristianismo ortodoxo romano. A la muerte de Vitiza, en torno al año 709, todo cambió. La nobleza y los obispos impidieron que su hijo Achila, que era menor de edad, ocupara el trono, y eligieron en su lugar al que la historia ha conocido como Don Rodrigo, un jefe militar afín a sus intereses. Estalló entonces una guerra civil entre los partidarios de éste, probablemente seguidores del Cristianismo establecido, y quienes apoyaban a los sucesores de Vitiza, más comprometidos con las creencias unitarias o arrianas, que veían en Don Rodrigo a un usurpador del trono visigodo.

Al mando de la Bética estaba Rechesindo, el antiguo tutor del hijo de Vitiza. Rodrigo lo mató en una escaramuza y entró en Sevilla sin oposición. Entonces, los partidarios de la estirpe de Vitiza, los debilitados unitarios, pidieron ayuda a su correligionario Tariq, gobernador de la provincia visigótica de Tingitana (la actual Tánger), en el norte de Marruecos, que había sido nombrado por Vitiza y con cuyo reinado mantenía estrechas relaciones comerciales. Tariq era, probablemente, de raza goda, como apunta la sílaba "ic" hijo en lengua germánica. Uno de sus jefes militares era Yulian, de origen romano, a quien la leyenda de la invasión convirtió en el traidor conde Don Julián. Tariq cruzó el estrecho con guerreros de diversas etnias, integrados en la causa unitaria, entre los que abundaban los bereberes. La presencia de estas tropas no provocó una especial reacción entre la población autóctona, ya que la petición de auxilio a fuerzas extranjeras era una práctica muy corriente en Hispania. Los judíos, que habían sido ferozmente perseguidos por los monarcas godos después de que éstos abandonaran la fe arriana, acogieron favorablemente a los recién llegados.

Los expertos subrayan que sólo un estado puede organizar una invasión militar. Y no existía entonces un imperio arábigo, sino tribus y pequeños caudillos frecuentemente enfrentados entre sí y carentes de gobierno, administración y ejército.

Según el historiador Ignacio Olagüe, "en las crónicas latinas y bereberes aparecen los godos como un grupo aparte que guerreaba contra un enemigo que no era español, ni cristiano, ni hereje, sino anónimo; es decir sarraceno". Lo que no podía decir, o lo ignoraba el cronista, era que los godos luchaban contra la masa del pueblo, contraria a la oligarquía dominante".

Suponiendo que la batalla de Guadalete no hubiera sido una ficción, el número de fuerzas que intervino tuvo que ser más modesto de lo que se ha contado, y bastante menor la trascendencia militar que se le atribuye.

Se dice que Rodrigo murió en la batalla, pero es más probable que fuera expulsado de Andalucía y buscara refugio en Lusitania, donde pudo haber fundado su propio reino, ya que existía en Viseu una sepultura con la inscripción "Aquí yace Roderico, rey de los godos", que todavía se conservaba en el siglo XVIII en la iglesia de San Miguel de Fetal, según señala el abate Antonio Calvalho da Costa en su Corografía portuguesa.

En el siglo IX, vemos que los musulmanes llevaban 140 años en la península, tenían desde hacía un siglo la capital del reino en Córdoba, la más importante y refinada ciudad de Occidente por entonces, con un millón de habitantes, y es evidente que no habían forzado la conversión masiva de indefensos cristianos, ni siquiera hacían proselitismo de su fe ni alardes de su culto. ¿Qué fe seguían entonces los andaluces? Lo más probable es que se tratara del arrianismo tradicional, en discreta evolución hacia el islamismo, que la mayoría de la población acabaría abrazando, igual que adoptó paulatinamente la lengua árabe en sustitución del latín. No hubo imposición, sino una lenta seducción. Y no se trataba de una fe extranjera. Asín Palacios y otros arabistas mantienen que el Islam tiene relación con el Arrianismo y el Judaísmo. Se comprende el respeto de los musulmanes hacia las "gentes del Libro", con las que comparten lo esencial: el sometimiento a un solo Dios con el que pueden comunicarse directamente y desde cualquier lugar.

Incluso los investigadores que respaldan la teoría de la invasión juzgan extraño que un puñado de árabes pudieran influir tan profunda e inmediatamente en 20 millones de hispanos. El historiador Olagüe sintetiza su perplejidad en tono irónico: "Tuvo entonces lugar una mutación formidable, como se produce en el teatro un cambio de decoración.

España, que era latina, se convierte en árabe; siendo cristiana, adopta el Islam. Como si hubiera repetido el Espíritu Santo el acto de Pentecostés, despiertan un buen día los españoles hablando la lengua del Hedjaz (árabe). Llevan otros trajes, gozan de otras costumbres, manejan otras armas. Los invasores eran 25.000. ¿Qué había sido de los españoles?"

Se ha querido transmitir la idea de que España era poco menos que un desierto artístico e intelectual hasta que la fecundó el Islam. Sin embargo, el historiador Bonilla san Martín apunta que "el movimiento priscilianista, los trabajos de los concilios de Toledo, las producciones de los escritores, atestiguan en la España de los siglos IV y V una cultura excepcional. La invasión goda, lejos de sofocar este progreso, lo acrecentó y estimuló notablemente". De hecho, los estudiosos mantienen que el arte arábigo fue una prolongación del ibero y del visigótico.

El árabe no empieza a generalizarse por escrito en España hasta la segunda mitad del siglo IX. Es entonces cuando florecen las ciencias, la filosofía y la poesía. La rica lengua árabe es el instrumento; el genio lo aportan aquellos que vivían ya en Al-Andalus y los que llegaron como invitados, tanto del mundo islámico como del cristiano, sin distinción de etnias. No obstante, innovaciones arquitectónicas como el arco de herradura no son una aportación arábiga; éste existía en Occidente y puede verse en varias construcciones de España y Francia anteriores al Islam. Tampoco parece obra suya la mezquita de Córdoba, ni nació mezquita. Ese templo, bosque de columnas, es incompatible con el culto musulmán y con el cristiano, ya que ambos exigen espacios diáfanos para seguir al oficiante.

En suma, demasiadas incógnitas a la hora de analizar un periodo que fue trascendental para la posterior evolución de la sociedad española y que la historiografía oficial ha catalogado, de forma excesivamente parcial y simplista, como un invasión y una reconquista, pero como decía Ortega y Gasset "Una reconquista de seis siglos no es una reconquista".

Lo más probable es que nunca existiera una invasión violenta sino una revolución interna de los pobladores de la Hispania que se dejaron seducir por la magia de lo nuevo y mejor.

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Comentarios

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  1. #1 berserker 24 de ene. 2007

    La historia de la España musulmana comienza en el año 711, a finales de abril en que Tariq Ibn Ziad, a la cabeza de un ejército de siete mil hombres en el que domina la etnia beréber de la que él forma parte (los árabes eran menos de 300), cruza el estrecho que llevará a partir de entonces su nombre, para desembarcar en la Península Ibérica. El contingente islamo-beréber hizo la travesía a bordo de la flota del conde Don Julián, el antiguo gobernador cristiano de Ceuta que se había puesto al servicio del gobernador musulmán de la Ifriqiyah, Musa lbn Nusair, con sede en Qairauan (hoy Tunicia).
    Por un lado, el conde Don Julián era un cristiano unitario, es decir un monoteísta puro, que adhería a las enseñanzas de los cristianos primitivos y de los llamados Padres y Doctores de la Iglesia, como Orígenes (185-254), Clemente de Alejandría (m. 215), Tertuliano (155-220) y Justino Mártir (100-165), y especialmente al obispo griego Arrio (256-336), nacido en Libia, todos ellos defensores de un acendrado monoteísmo que rechazaba la divinidad de Jesús. La doctrina de la Trinidad, recordemos, fue instaurada en la Iglesia Católica a partir del Primer Concilio de Nicea, en 325, y, produjo un gran cisma entre los cristianos de oriente, partidarios del monoteísmo, y los obispos occidentales liderados por Osio (257-358) que a través del llamado pacto constantiniano monopolizaron desde entonces la orientación y el poder de la Iglesia. El historiador español Ignacio Olagüe explica en su obra "La Revolución Islámica en Occidente", que a partir de entonces "la doctrina trinitaria fue impuesta a hierro y fuego" por todo el norte de Africa y la Península Ibérica. Eso también explica la relativa facilidad con que los musulmanes avanzaran por esas regiones, y la hospitalidad con que fueron recibidos, particularmente la de los beréberes. Luego de consolidar su dominio en la lfriqiyah (Tunicia) hacia el 670, en 701 alcanzaron el extremo occidental del Magrib y en 708 entraron en Tánger.
    Respecto a Musa Ibn Nusair, el historiador musulmán almohade Ibn al Kardabus, del siglo XII, nos dice que pertenecía a la escuela de pensamiento shi'i. Su padre había sido Nusair al Bakri, nacido en 640, a quien el fundador de la dinastía omeya, Mu'awyah Ibn Abu Sufián había conferido el mando de su guardia, pero él se negó a combatir contra el cuarto califa, 'Ali Ibn Abu Talib (600-661). Musa Ibn Nusair haría la alianza con el arriano conde Don Julián, señor de Tánger y Ceuta. Así, en 710 envió a su lugarteniente Tarif con 500 hombres a ocupar el saliente sur de la Península donde la ciudad de Tarifa lleva su nombre y a la cual impuso un pesado tributo, o sea "la tarifa", para castigar los excesos de la gobernación visigoda contra los cristianos arrianos de la región. Vale aquí puntualizar que la población mayoritaria de la Península adhería a los principios unitarios y al arrianismo. Por el contrario, la corte y el clero visigodo respondían a los dictados de Roma y al dogma trinitario.
    La oligarquía visigoda con sede en Toledo explotaba y oprimía hasta los más crueles extremos a sus súbditos arrianos. El profesor Olagüe en la obra ya citada, muy recomendable ciertamente, brinda pormenorizados detalles de este asunto.
    Volviendo a nuestro tema anterior del cruce de Taríq, éste al frente de sus hombres desembarcó en las cercanías del famoso peñón al que se dio su nombre: Yabal al Tariq, "Monte de Tariq", es decir, Gibraltárabe: El 19 de julio de ese mismo año, por las orillas del río Guadalete, logra una victoria decisiva sobre el rey visigodo Don Rodrigo. Un mes más tarde, su lugarteniente Mughit ar Rumi cerca la ciudad de Córdoba. Dice Haim Zafrani en su obra "Los judíos del Occidente Musulmán": "Durante el asedio, los judíos se encierran en sus hogares esperando impacientemente el desenlace. Contrariamente a lo que sienten por los godos y su clero, no temen en absoluto la llegada de los musulmanes en los que tienen puestas todas sus esperanzas, pues no olvidan que los reyes visigodos los han oprimido despiadadamente. Sirviéndose de estratagemas, los judíos -según narran los historiadores musulmanes y cristianos- contribuyeron a facilitar la entrada del ejército islámico a la ciudad, celebrando su victoria. Mughit los tomó a su servicio, confiándoles la guardia de la ciudad. Lo mismo ocurrió en Toledo, y en Sevilla, donde Musa Ibn Nusair dejó una guarnición judía para mantener el orden".
    A partir de entonces, España entra en el seno de Dar al Islam, (la Casa del Islam), y los cristianos arrianos y judíos se integran en el estado musulmán que se va forjando. Así, los judíos españoles, al convertirse en miembros de un dominio que se extiende desde el Atlántico hasta la China, se reencuentran con sus hermanos de las demás comunidades judías de Oriente y de Africa del Norte, reanudando sus lazos socio-culturales y económicos. Por otra parte, los cristianos unitarios españoles consolidan y reafirman su identidad monoteísta junto con sus hermanos en la fe, musulmanes y judíos. Esta explicación de los orígenes de la España musulmana, tal vez un tanto extensa, la creo necesaria para contrarrestar la historia oficial que sin fuentes ni argumentos serios afirma que España fue conquistada a sangre y fuego por los musulmanes.

  2. #2 Atalaya 24 de ene. 2007

    Hola Berserker:

    Estoy muy interesado en el tema y me gustaría saber de donde has obtenido los siguientes datos:

    - “(…) los documentos de la época no contienen referencias a aquella terrible invasión (…)”
    ¿A qué documentos te refieres?

    - En la Península Ibérica en el momento de la invasión había “20 millones de hispanos”.

    - “Y no existía entonces un imperio arábigo”
    ¿Por qué dices esto?


    ¿Podrías indicar la referencia bibliográfica de las crónicas históricas originales (no de libros modernos) de las que has sacado las siguientes afirmaciones? Me gustaría consultarlas:

    - “Al mando de la Bética estaba Rechesindo, el antiguo tutor del hijo de Vitiza. Rodrigo lo mató en una escaramuza y entró en Sevilla sin oposición.”

    - “Tariq, gobernador de la provincia visigótica de Tingitana (la actual Tánger), en el norte de Marruecos, que había sido nombrado por Vitiza y con cuyo reinado mantenía estrechas relaciones comerciales. (…) Uno de sus jefes militares era Yulian, de origen romano (…)”


    Muchas gracias y saludos.

  3. #3 F. 24 de ene. 2007

    Que alguien cite a P. Guichard, uno de los mejores conocedores del período musulman en España, me tranquiliza. Gracias a Moriarty por la referencia. Aunque claro, es bien sabido que Guichard es un conspicuo representante de la "historia oficial".

    Ya que sale a colación Alejandro Magno, es bien evidente que sí conquistó Persia, a pesar de que su ejército era muy exiguo. Y todo parece indicar que Belisario conquistó Italia con un ejército más exiguo aún. A no ser que sean rumores, claro está.

    Si alguien quiere conocer en más detalle la expansión árabe y cómo los nuevos territorios fueron administrados, le recomiendo que lea a R. Mantran (La espansión musulmana, creo que se titula el libro que publicó Labor hace ya unas décadas).

    Puestos a comparar, recuerdo yo un episodio reciente, el de la conquista de Francia por Alemania en 1949, realizada en ¡dos meses! No creo que esto signifique que los franceses, en el fondo, colaboraron con los alemanes. Parece una cuestión de mejor uso de las nuevas tácticas y estrategias militares, que no todo es unitarismo.

    La conquista de Hispania fue fácil para los musulmanes: eso es una obviedad. También lo fue la de Persia, el sur de Francia o Egipto. Achacar esto a lo de la doctrina unitaria, la verdad es que me parece muy simple.

    Y esta afirmación
    "El historiador español Ignacio Olagüe explica en su obra "La Revolución Islámica en Occidente", que a partir de entonces "la doctrina trinitaria fue impuesta a hierro y fuego" por todo el norte de Africa y la Península Ibérica" no deja de ser sorprendente, aunque quizás deba achacarse, simplemente, a la ignorancia de la historia de la Iglesia Católica en la Hispania de los ss. III-V por Olagüe. Aparte de seguir mezclando a Arrio con el bueno de Prisciliano. Parece que va a ser hora de aclarar un poco las circunstancias del preocesamiento y ejecución del obispo herético hispano (de cuyo origen galaico no hay pruebas firmes).

    Saludos

  4. #4 berserker 24 de ene. 2007

    No hubo invasión de ejércitos árabes. La realidad, es otra bien distinta. En el siglo VII se produce un movimiento revolucionario que va ganando adeptos en Oriente y que empieza a extenderse por todo el mundo. Las lápidas encontradas en Xativa, fechadas en el S.VII, -y otras más encontradas en otros lugares y fechadas en el mismo siglo, según fuentes universitarias- demuestran que el Islam llega a la península Ibérica directamente desde Oriente, posiblemente a través de la costa mediterránea no sometida a la monarquía visigoda y que mantenía relaciones comerciales y de clientela –protección- con el Imperio Bizantino de Oriente. El proceso de asimilación de las nuevas ideas y los nuevos ritos, es lento, progresivo, pasando por una primera etapa de sincretismo con el arrianismo hasta llegar a las formas de culto islámicas y a unas formas sociales islamizadas: deslatinización, adopción del idioma árabe y arabización de los nombres.
    Las posteriores leyendas de la batalla de Guadalete , al igual que la muerte de Rodrigo, muerto en la batalla de Guadalete según la leyenda, no son más que eso leyendas. Es mucho más probable que huyera hacia la Lusitana en busca de refugio, pues según el abate Antonio Calvalho da Costa en su “Corografía portuguesa”, en Viseu, existía una sepultura con la inscripción “aquí yace Roderico, rey de los godos”.
    Mas Pruebas:
    San Eulogio. Miembro de una familia acomodada que vivió en Córdoba en la primera mitad del Siglo IX. Al regreso de su viaje a Navarra (849-850) y ante la difusión que tuvieron las herejías unitarias en Andalucía, se le ocurrió combatirlas predicando el martirio a las vírgenes cristianas de Córdoba, en la creencia de que la sangre vertida podría detener el proceso de islamización que se estaba engendrando en su ciudad. Las revueltas populares que el martirio de las vírgenes sacrificadas causaron, llevaron a la autoridad política a hacerle responsable de la alteración del orden público, siendo encarcelado por estos motivos. La fama alcanzada por sus escritos, hace que sea nombrado Arzobispo de Toledo, no pudiendo ocupar el cargo por haber sido condenado por la justicia del sultán cordobés y encontrarse encarcelado. Más tarde, Alfonso III consigue que Abderrahman II, monarca de Al-Andalus, le permita trasladar el cuerpo de San Eulogio hasta Oviedo. El cuerpo iba acompañado de manuscritos con las obras del escritor, reproducidas en vida de este, las cuales se conservan en la biblioteca de la catedral de Oviedo. Entre estos documentos, se encuentra el Apologeticum martyrium, escrito en 857, donde relata su viaje a Navarra, dando cuentas del hallazgo que hizo en la biblioteca del Monasterio de Leyre: un opúsculo que reseña una biografía de Mahoma. Los pormenores de este viaje, son conocidos por la biografía que Álvaro escribe de San Eulogio y por la carta que este escribe al obispo de Pamplona a su regreso a Córdoba, por lo que no hay duda de su autenticidad y del año en que fue escrita.



    Alojado San Eulogio en el Monasterio de Leyre, hizo un gran descubrimiento en la biblioteca de este monasterio. El mismo lo relata de la siguiente forma:



    “Cuando últimamente me hallaba en la ciudad de Pamplona y moraba en el monasterio de Leyre, ojeé todos los libros que estaban allí reunidos, leyendo los para mí desconocidos. De pronto descubrí en una parte cualquiera de un opúsculo anónimo la historieta de un profeta nefando”.



    Se trataba de una biografía del profeta Muhammad. La lectura de esta biografía de un profeta desconocido para él, le produjo tal sensación, que se vio en la necesidad de compartir el hallazgo con sus correligionarios, los intelectuales católicos Juan Hispalense y Álvaro de Córdoba. Juan Hispalense, que seguramente había recibido la carta antes que Álvaro, escribía a este, remitiéndole un extracto de la biografía de Muhammad, para hacer partícipe a Álvaro del extraordinario descubrimiento que su amigo común, Eulogio, había encontrado en Leyre. Estas cartas, fueron intercambiadas entre los años 849 y 851.



    Estos aspectos de la historia, ya empiezan a ser reconocidos por la historiografía oficial, ante la rotundidad de los argumentos expuestos a favor de las tesis de la no invasión de los árabes; pero la historia no acaba aquí, pues en el año 1.610 se decreta la expulsión de los moriscos –también se reconoce la barbarie del genocidio- y con la posterior repoblación, tenemos una población Castellana y Gallega en Andalucía. Nada más lejos de la realidad… la salida de moriscos de Andalucía, fue mínima, como lo atestiguan numerosos historiadores. Un caso muy llamativo del fracaso de esta expulsión, lo tenemos en la carta que envía el Conde de Salazar –designado por el rey Felipe III para llevar a cabo las tareas de expulsión de los moriscos en el reino de Castilla, tarea que cumple con gran celo, enviando la siguiente carta al rey tras su fracaso:



    Carta del Conde de Salazar a S.M.

    Fecha en Madrid a 8 de agosto de 1.615



    Señor:

    En un papel del Duque de Lerma del 31 del pasado me manda Vuestra Majestad que vaya dando cuenta del estado que tuviere la expulsión de los moriscos por que tenga efecto lo que está hecho y, aunque yo he quedado con mucha menos mano en esto que la que Vuestra Majestad mandó que tuviese cuando la ejecución de esta obra se remitió a las justicias ordinarias, siempre he dado cuenta a Vuestra Majestad de lo que en esto se ha ofrecido a que nunca se me ha respondido, así entendía que Vuestra Majestad tenía más ciertos avisos por otros caminos que ha sido causa de no haber yo dado cuenta de lo que tengo entendido por relaciones muy ciertas. En el Reino de Murcia, donde con mayor desverguenza se han vuelto cuantos moriscos salieron, por la buena voluntad con que generalmente los reciben todos los naturales y los encubren los justicias, procure que se enviase a Don Gerónimo de Avellaneda, que fue mi asesor, como se hizo cuando su Majestad mandó que llevase instrucción mía de lo que había de hacer por la mucha plática que de aquel reino yo tenía, el consejo no quiso admitir esta instrucción y diole otra tan corta que aunque fue e hizo lo que pudo, no hizo nada, ya que se han vuelto los que expelió, y los que se habían ido y los que dejó condenado a galeras acuden de nuevo a quejarse al consejo de toda Andalucía por cartas del Duque de Medina Sidonia, y de otras personas se sabe que faltan por volverse solo los que han muerto en todos los lugares de Castilla la Vieja y la Nueva y la Mancha y Extremadura, particularmente en los de señorío se sabe que vuelven cada día muchos y que las justicias los disimulan; una cosa es cierta, y es que cuanto a que Vuestra Majestad mandó remitir la expulsión a las justicias ordinarias no se sabe que hayan preso ningún morisco ni yo he tenido carta ninguna de ellas; las islas de Mallorca y de Menoría y las Canarias tienen muchos moriscos así de los naturales de las mismas islas como de los que han ido expelidos, en la corona de Aragón se sabe que fuera de los que se han vuelto y pasado de los de Castilla hay con permiso mucha cantidad de ellos y la que con las mismas licencias y con pruebas falsas se han quedado en España son tantos que era cantidad muy considerable para temer los inconvenientes que obligó a Vuestra Majestad a echarlos de sus Reinos, a lo menos el principal inconveniente, que es el servicio de Dios, se ha mejorado un poco pues de la cristiandad de todos los que digo que hay en esta corona se puede tener tan poca seguridad.



    La jurisdicción que me ha quedado, es solo responder a las justicias ordinarias las dudas que me comunicaren y hasta ahora ellos no tienen ninguna de que les está muy bien dejar estar los moriscos en sus jurisdicciones, así nunca me han preguntado. Vuestra Majestad según todo esto mandará lo que más convenga a su servicio que la relación que yo puedo dar a Vuestra Majestad, cumpliendo con lo que manda, es la que he dicho.



    Con lo que su Majestad me mandó responder a la consulta de los moriscos de Tánger me a obligado a darle cuenta del mal estado que tiene la expulsión de los moriscos por los muchos que cada día se vuelven y por los que han dejado de expelerse, que todos juntos es una cantidad muy considerable; yo habré cumplido con esto con mi obligación y con lo que su Majestad mandó, y holgaré mucho que su Majestad tome la decisión que pareciese que más conviene; una sola cosa aseguro a su Majestad y es que si convino echar a los moriscos de España, después de haberlos echado no conviene dejarlos volver a ella contra la voluntad de su Dueño y que con hacerlo queda deslucida la mayor obra que nunca se ha hecho y se falta al servicio de Dios a quien esta gente no conoce sino para ofenderle. Guarde Dios a Vuestra Majestad los años que deseo”.



    José Checa, en “La permanencia morisca en Andalucía”, recoge las conclusiones de Bernard Vincent, respecto a la expulsión de los moriscos y nos cuenta de esta forma la expulsión y la posterior repoblación:



    “Son muchos los cronistas e historiadores de la época, que escriben sobre la permanencia de gran número de moriscos en Andalucía y en toda la península.

    Bernard Vincent, nos dice con respecto a la llamada repoblación del último territorio musulmán, el reino de Granada:

    “…las gentes del Norte, apenas si acudieron, exceptuando un gran contingente de gallegos de la región de Orense que no pudieron resistir las terribles condiciones en que se efectuó el traslado. La repoblación fue un asunto entre vecinos. Los grupos más numerosos procedían de las actuales provincias de Córdoba y Jaén, venían después de Murcia, Sevilla, Valencia y Ciudad Real, sin olvidar a los hombres procedentes del reino de Granada, que representan del 10 al 15 por 100 del total. De esta situación, fuese necesario dar una mayor elasticidad a los reglamentos y admitir no solo a granadinos, sino también a solteros e incluso a adolescentes hijos de repobladores, a los que se emancipaban urgentemente. Se traicionaba de este modo el ideal, y los responsables de esta operación, desilusionados, observaban cómo ‘ la escoria’ de España invadía el reino de Granada…”



    ¿Acaso esos repobladores venidos de toda Andalucía, Murcia, Valencia, etc, no son ellos mismos moriscos y por lo tanto hijos de conversos, con ganas de cambiar de vida y de residencia y escapar de ese mundo de miseria al que estaban sometidos?



    Conclusiones:

    Hacia la mitad del siglo IX, la jerarquía eclesiástica andaluza, desconocía la existencia del Islam. No se habían enterado de la invasión de los árabes en el 711, no se habían percatado de que cinco veces al día, los almuecines de las mezquitas cordobesas llamaban a la oración a los fieles del Islam. Su preocupación no era el Islam, -no lo conocían- sino el judaísmo, el arrianismo, otrás herejías cristianas y el ateismo, pero no el Islam, del que no se hace mención en ningún documento eclesial hasta las cartas de Eulogio en el año 849 aproximadamente, en las que muestra su perplejidad ante el descubrimiento de una nueva religión.

  5. #5 Cadwaladr 24 de ene. 2007

    Me he tomado la libertad de traducir gran parte de un -creo- excelente artículo que ilustra razonablemente la invasión y conquista del Reino Visigodo incluso allende los Pirineos.

    Si esto tampoco hace doblegar a la teoría tan manida de la pacífica sumisión a la Iluminación, me plantearé seriamente aceptar pulpo como animal de compañía.

    The Battle of Tours-Poitiers Revisited
    By William E. Watson
    from: Providence: Studies in Western Civilization v.2 n.1 (1993)




    " En virtud de los lazos Romanos y Visigodos que unieron Iberia y la región de Languedoc, las tierras al norte de Pirineos potencialmente podrían ser amenazadas por problemas afrontados por los Visigodos de Iberia. Justamente, este fué el caso en 711 cuando el ejército Visigodo fue derrotado por un ejército norteafricano Musulmán compuesto de árabes y beréberes mandados por el general Omeya (y el esclavo manumitido) Tariq Ibn Ziyad. Aunque la exactitud de muchos de los detalles de la invasión Musulmana de Iberia, registrado por historiadores posteriores árabes, haya sido cuestionada por muchos eruditos, sabemos que la espina dorsal del ejército Visigodo fue derrotada en una batalla ominosa cerca del Río Barbate, y que el rey Visigodo, Rodrigo (710-11), fue muerto en la acción.

    La ola inicial de invasión en los meses de primavera y de verano de 711 fue seguida de una fuerza más grande mandada por el antiguo amo de Tariq, el emir Omeya Musa Ibn Nusayr. Con la derrota del ejército regular Visigodo y la muerte del monarca, muchos Visigodos perdieron su resolución de resistir ante las fuerzas musulmanas de invasión. Aquellos centros urbanos que realmente se opusieron a la ocupación musulmana, fueron sistemáticamente destruidos con la ayuda de cierta nobleza visigoda descontenta y las comunidades locales judías que habían sufrido notables restricciones económicas y sociales impuestas por los reyes visigodos.

    La autoridad del Califato Omeya de Damasco fue firmemente establecida en la península por el ejército de Musa, y fue acompañada por el establecimiento de muchos beréberes y una pequeña elite árabe militar/religiosa que importó formas árabes/Islámicas culturales en Iberia. La península ibérica fue reorganizada como la provincia de Al--Andalus y era, en este temprano período de establecimiento Musulmán, un puesto avanzado distante, bastante insignificante del Califato Omeya, un Imperio árabe que se extendía desde Irán al Atlántico, y cuya capital era la activa ciudad siria de Damasco. El nombre "Al--Andalus" generalmente, como se cree, procede de los Vándalos, la primitiva y efímera tribu Germánica que se quedó durante un tiempo en Iberia del sur antes de continuar sus vagabundeos que, en última instancia, les llevaron a la costa norteafricana.

    Algunos de los Visigodos que rechazaron rendirse a los Musulmanes escaparon a la región montañosa de Asturias en la sección de noroeste de la península, de esta región procede la temprana y más fuerte resistencia a los Musulmanes, como los éxitos de Pelayo (ca. 717-18) y del Rey Alfonso I (ca. 739-57). Otros nobles Visigodos establecieron tratados por separado con los Musulmanes. Tal es el caso del Príncipe Teodomiro de Murcia, cuyo tratado con los Musulmanes en 713 le permitió conservar su principado como una entidad cristiana bajo la soberanía Islámica. Posteriormente, los autores árabes se refirieron invariablemente a Murcia como "Tudmir" (una transcripción árabe del nombre del príncipe), por deferencia a Teodomiro. Aparte de Asturias, que nunca fue tomado por los Musulmanes, la única otra región del reino Visigodo no conquistada, en el momento del regreso de Musa a Damasco en 714, era la provincia de Septimania.

    Dentro de Septimania, los partidarios del antiguo rey Visigodo, Witiza (700-10), habían dominado desde el reinado de Rodrigo, puesto que ellos reconocieron la legitimidad del hijo de Witiza, Akhila, frente a Rodrigo. Aunque algunos partidarios de la Casa de Witiza aceptaron la soberanía Islámica sobre Septimania en el 714 (incluyendo a los tres hijos de Witiza, que obtuvieron garantías y provisiones similares a las de Teodomiro), muchos de los Visigodos de Septimania se rebelaron contra los Omeyas e hicieron a Ardo su rey.

    Fué probablemente en respuesta a esta acción que las primeras expediciones transpirenaicas fueron lanzadas por los Musulmanes en 717 y 719. Después de que Musa fue a Damasco en 714, su hijo Abd Al--Aziz principalmente estuvo ocupado en promover la consolidación de Al--Andalus hasta su asesinato en 716. Él estuvo demasiado preocupado con los problemas Andalusíes como para estar preocupado con Ardo. En el 717, sin embargo, el sucesor de Musa como emir, ath-Thaqafi Al--Hurr, conduce un pequeño ejercito que asalta Septimania, el objetivo era simplemente para reconocer la región. La siguiente expedición Musulmana en Septimania fue disuadida durante dos años porque la tensión étnica entre árabes y beréberes en Al--Andalus mantuvo a las autoridades Omeyas ocupadas por las dificultades internas.


    Sin embargo, el reinado de Ardo y la independencia de los Visigodos de la Septimania , acabó el 719-720 cuando el emir -Samh Ibn Malik Al--Khawlani capturó la ciudad de Narbona para el Califato Omeya. La ciudad posteriormente fue transformada en una ciudad Islámica y fue traída a la órbita política del Califato Omeya y la órbita cultural de los Musulmanes Andalusies que se establecieron allí. Aunque -Samh murió ante de los muros de Tolosa en el 721, las guarniciones Visigodas que ocupaban las fortalezas del Languedoc en Carcassonna y Nimes fueron sometidas en el 724 por Anbasah Ibn Suhaym amir Al--Kalbi. Las conquistas, en definitiva, terminaron con el reino Visigodo y dieron varias bases a los Musulmanes para la futura expansión hacia el norte. De hecho, al año siguiente de la caída de Carcassonna y Nimes, Anbasah estuvo ocupado en atrevidas incursiones al norte del valle de Ródano tan lejanas como Autun.

    Aunque Anbasah murió pronto, en 725, seis emires lo siguieron uno tras otro. Algunos Musulmanes de Iberia del norte se separaron de la provincia Omeya de Al--Andalus durante un período de cinco años (725-30) en el cual el mando Andalusi principalmente estuvo ocupado con una lucha de poder interna. Los Musulmanes de Languedoc probablemente también fueron afectados por la confusión en Al--Andalus, aunque no sea evidente que ellos desearan romper con la provincia Omeya. Sin embargo,un líder beréber llamado Munusa procedente de Llivia en Cerdeña, realmente deseó afirmar su independencia de Al--Andalus. Con esta finalidad, contrajo una alianza en el 729 con el Príncipe Eudo de Aquitania para reforzar su posición. Michel Rouche sugiere que el tratado entre Munusa y Eudo debió ser similar a los tratados de capitulación firmados por líderes Cristianos Visigodos durante la invasión Musulmana del reino Visigodo.

    Eudo antes había firmado una alianza con los Francos Merovingios, y algunos cronistas Francos señalaron que la alianza de Eudo con Munusa fue vista por el Mayordomo Merovingio Carlos como una tentativa de abolir el tratado Franco-Aquitano (aunque esto no sea seguro). No obstante, tanto Munusa como Eudo pronto pagaron por su alianza. El ejército Franco invadió Aquitania en dos ocasiones separadas durante el 731, capturando mucho botín y humillando decisivamente a Eudo.

    La principal fuente latina de esta alianza, la Crónica Mozarabe de 754, atestigua que dieron la hija de Eudo en matrimonio a Munusa para solidificar la alianza. Según cuenta, el emir de Al--Andalus pronto invadió la región sostenida por Munusa, haciendo al beréber rebelde suicidarse (y la hija desafortunada de Eudo fue enviada con el jefe decapitado Munusa a Damasco). Algo de esto es corroborado por Al--Maqqari, quien escribe que " Al--a Haytham Ibn Ubayid Al--Kinani atacó la tierra de Munusa y la conquistó ... él [Al--Haytham] murió en el año 113 [730]. " A pesar de su éxito contra Munusa, la posesión de Al--Haytham como emir de Al--Andalus era efímera, y él fue incapaz de suprimir con decisión el deseo de la independencia de parte de Musulmanes del norte Andalusi. La zona fronteriza entre Al--Andalus y el Principado de Aquitania dejó un problema para el mando Omeya durante décadas después de la derrota de Munusa.

    La lucha por el poder en Al--Andalus fue resuelta en 730 cuando Abd ar-Rahman determinó arreglar la incierta situación política a lo largo de su frontera del norte y, rápidamente preparó una expedición dirigida a Aquitania, para asegurarse que el príncipe Aquitano nunca más sería capaz de tentar a los Musulmanes del norte Andulusi a deshacerse del control Omeya. Más que ser simplemente una incursión para el pillaje en el dar Al--Harb, o una tentativa de conquistar el mundo entero cristiano, la expedición del norte de Abd ar-Rahman fue diseñada para eliminar la amenaza estratégica que Eudo de Aquitania supuso para los Musulmanes Andalusies."


    Saludos.

  6. #6 Cadwaladr 24 de ene. 2007

    Más sobre el tema:

    http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=198479

    DISPARATES SOBRE EL ISLAM
    Las tesis que niegan que en el año 711 hubo una invasión musulmana de España no se sostienen
    enviar imprimir valorar añade a tu blog 17/08/2005 DOLORES Bramon


    Se acaba de reeditar un libro nefasto y erróneo ya en su primera edición. Figura como libro de historia y en realidad es de ciencia-ficción. Se trata de una obra de Ignacio Olagüe publicada por primera vez en París en 1964 y que, bajo el título de Les arabes n´ont jamais envahi l´Espagne (Los árabes nunca invadieron España) , sostiene que no hubo invasión de musulmanes en Hispania en el año 711. Según su autor (1903-1974), el islam andalusí nació como consecuencia de una evolución espontánea del cristianismo hispánico que desembocó en una guerra civil entre unitarios y trinitarios, cuya documentación habría sido destruida por la intelligentsia del Vaticano.

    La Fundación Juan March, que había patrocinado la obra, entendió perfectamente su mensaje y al encargarse de su traducción al castellano le cambió el título, de forma que esta falacia llegó a los lectores españoles como La revolución islámica en Occidente (Madrid, 1974).

    Con pretensiones de historiador, Olagüe llena más de 500 páginas, la mayoría de las cuales son tan discutibles como las que tratan de un imposible paso por el Estrecho por parte de los 7.000 bereberes de Tariq y de los 18.000 árabes comandados por Musa. "¿Cómo lo lograron --se pregunta-- sin contar con una flota? Se dice que el conde Julián les proporcionó cuatro lanchas. A lo sumo --escribe-- cabrían 50 hombres en cada una. La travesía duraría un día; dos con el regreso. Eso supone 35 viajes en la primera oleada con un total de 70 días, sin contar los de mala mar, numerosos en Gibraltar. Los visigodos les impedirían pasar. Pero pasaron y se quedaron".

    Rechazada la intervención foránea de árabes y bereberes en la introducción del islam en Hispania, Olagüe se esfuerza, incluso con pretendida erudición, en hacer creer que se produjo entre los visigodos una revolución ideológica y religiosa similar a la que tuvo lugar en Oriente con la predicación de Mahoma. Se estableció, así, en la Península, un "estado de opinión premusulmán". El resto, la rápida aceptación del nuevo credo, es obra pacífica de mercaderes. De este modo, presenta la expansión del islam medieval como resultado de la propagación de ideas-fuerza, según terminología del autor, y no por la acción de campañas militares.


    ES OBVIO QUE ningún historiador debería hablar de este libro. El profesor Guichard ya le respondió oportunamente en la prestigiosa revista Annales E.S.C. con un excelente artículo que fue traducido al castellano con el título de Los árabes sí que invadieron España. Las estructuras sociales de la España Musulmana . Demuestra, con razón, que estructuras sociales importadas de Oriente y del norte de Africa se implantaron fuertemente en Al Andalus a partir del siglo VIII. Otro argumento de peso es el de las numerosas palabras de origen árabe que tenemos y que sólo pueden derivar del contacto directo con arabófonos, algo imposible si se aceptara que la única invasión masiva fue la de los almorávides (siglo XI), que eran de habla bereber.

    Todavía es útil hablar de este disparate seudohistórico porque las tesis de Olagüe siguen teniendo éxito entre bastantes españoles convertidos al islam. La obra ya lleva cuatro años colgada en internet (www.webislam.com) con una introducción también desaforada del converso Umar Ribelles. Mi experiencia docente con alumnos interesados en el islam, musulmanes o no, me recuerda año tras año que la lectura de este libro no debe hacerse sin preparación historiográfica. Contiene demasiados disparates y se corre el riesgo de creer que el estricto monoteísmo que nació en Arabia mediante la predicación de un profeta aquí surgió por obra y gracia de las luces hispánicas.

    Al margen de esta reedición, circula también otro importante disparate. Con el título de Un acontecimiento arqueológico de gran magnitud , la agrupación Yama´a Islámica de Al Andalus ha colgado (www.islamyal-andalus.org) un escrito firmado por Alí Manzano en el que quiere demostrarse que el islam llegó a la Península Ibérica ya en tiempos de Mahoma. La argumentación cita obviamente a Olagüe y el acontecimiento es el hallazgo en X tiva de una lápida con versículos del Corán y otras inscripciones en árabe datada en el año 48 del calendario islámico y que corresponde al 648 del cómputo gregoriano.

    Todos sabemos que al hablar de la fecha en que sucedió algún hecho del siglo pasado no mencionamos el inicio, el mil novecientos, y que con la cifra de la decena y la unidad nos basta. Con la documentación escrita a menudo sucede lo mismo y a la fecha en cuestión le falta la centena, que es un 4. Corresponde, por tanto, a nuestro año 1036.


    ESTAS interpretaciones resultan peligrosas porque desde algunos sectores islámicos presentes hoy en España se está proponiendo una visión que tiende a considerar que hay --y que ha habido-- musulmanes de primera y de segunda categoría. Los mejores serían, naturalmente, los que habrían llegado ellos solos a la idea del monoteísmo sin la necesidad de ninguna predicación. Después habría el resto --los mal denominados moros --, que habrían necesitado la presencia y la intervención de un Enviado.

    Todo esto no es nada bueno, dadas las circunstancias en que hoy vive el islam en España. Uno de los principales problemas es, precisamente, la dificultad de llegar a una verdadera cohesión y representatividad entre las distintas realidades sociales, económicas y culturales de los hombres y las mujeres que hoy conforman la comunidad de musulmanes.

    *Profesora de Estudios Islámicos

  7. #7 moriarty 24 de ene. 2007


    Vamos a conocer algunos datos más de Olagüe, el gurú en el que se apoyan estos “revisionistas”, extractado de:

    MaribelFierro
    Revista de Libros nº 109 , Enero 2006

    “De lo poco que sabemos por el momento de sus tendencias políticas nos lo muestra admirador de Ramiro Ledesma Ramos, el fascista español fundador de las JONS, a quien dedicó una obra también curiosa, La decadencia española (Madrid, 1950-1951), en la que se propuso demostrar, entre otras cosas, que no hubo expulsión de los moriscos.
    ¿Por qué se empeñó Olagüe en rees¬cribir tantos episodios de la historia de España? Una de las claves, según confesión suya, parece haber sido el impacto que le causaron en su juventud las charlas que tuvo con Ledesma Ramos sobre la decadencia española y su convicción de que: «Si se enseña a los españoles que están en decadencia desde hace varios siglos, ¿quién puede extrañarse de que un fatalismo necio e indiferente prendiese en los más abúlicos y que los de acción, desesperados, antes de pegarse un tiro en la cabeza, buscasen su última esperanza en los espejismos de la anarquía o en los embustes del comunismo?». La reescritura de la historia de España (no hubo invasión musulmana, los moriscos no fueron expulsados) emprendida por Olagüe daba un nuevo giro a algunos de los episodios más controvertidos y espinosos que se analizaban precisamente en las discusiones sobre el «ser de España» y su decadencia.
    (…)
    En un artículo publicado en la revista Annales en 1974, Pierre Guichard ya señaló las principales deficiencias del libro. Más recientemente, los estudios de Walter E. Kaegi , Byzantium and the Early Islamic Conquests (Cambridge, Cambridge University Press, 1992), y Pedro Chalmeta, Invasión e islamización: la sumisión de Hispania y la formación de al-Andalus (Madrid, Mapfre, 1994), pueden leerse como su más contundente crítica, aunque no sea ésa, desde luego, la razón de ser de ninguno de ellos. En efecto, uno de los argumentos de Olagüe para negar la invasión musulmana es que los árabes, tribus nómadas y poco numerosas, no pudieron dominar las tierras del imperio bizantino ni el norte de África con la facilidad y en el escaso tiempo que pretenden las fuentes, mientras que los estudios de Kaegi y Chalmeta muestran precisamente cómo lo consiguieron, siendo la conquista militar un factor indispensable, aunque naturalmente no el único. Hay momentos en que Olagüe se plantea cuestiones de peso, como es la fiabilidad de las fuentes y la necesidad de ir más allá del estudio de las élites «conquistadoras» y concentrarse en los procesos que afectaron a las comunidades campesinas. Pero, en realidad, lo que de verdad preocupa a Olagüe es que no se puede admitir que unas «hordas» semitas salidas de los desiertos de Asia y de África hayan podido conquistar una parte de Europa (p. 53) y convertirla a su fe (¿Cómo es posible que las mujeres no hayan «protestado» al pasar de la monogamia a la poligamia? ¿Cómo es posible que los cristianos no se hayan defendido?: este es el tono). Por ello no pudo haber ni conquista ni islamización. En vez de conquista, se dio una convergencia religiosa; en vez de verdadera islamización, se creó una cultura única en el mundo, la andaluza, que fue el producto de las poblaciones locales, no de las hordas semitas venidas de fuera. En otras palabras, los «musulmanes» de la península Ibérica desde el siglo VIII hasta el siglo XII –cuando llegaron los fanáticos saharianos almorávides y almohades que lo estropearon todo– no eran ni árabes ni beréberes, sino «andaluces» originariamente arrianos y su legado artístico es, por lo tanto, genuinamente español.”

    Por cierto, si es autoridad para demostrar que los árabes no invadieron la Península también lo será cuando afirma que los moriscos nunca fueron expulsados,
    ¿o no?

  8. #8 Atalaya 25 de ene. 2007

    Hola Berserker:

    POR FAVOR, NO ME IGNORES Y CONTÉSTAME. Te vuelvo a escribir las preguntas que te hice ayer :

    ¿De donde has obtenido los siguientes datos?

    - “(…) los documentos de la época no contienen referencias a aquella terrible invasión (…)”
    ¿A qué documentos te refieres?

    - En la Península Ibérica en el momento de la invasión había “20 millones de hispanos”.

    - “Y no existía entonces un imperio arábigo”
    ¿Por qué dices esto?


    ¿Podrías decirme de qué crónicas históricas originales has sacado las siguientes afirmaciones?

    - “Al mando de la Bética estaba Rechesindo, el antiguo tutor del hijo de Vitiza. Rodrigo lo mató en una escaramuza y entró en Sevilla sin oposición.”

    - “Tariq, gobernador de la provincia visigótica de Tingitana (la actual Tánger), en el norte de Marruecos, que había sido nombrado por Vitiza y con cuyo reinado mantenía estrechas relaciones comerciales. (…) Uno de sus jefes militares era Yulian, de origen romano (…)”

    Por favor contéstame. Muchas gracias

  9. #9 lucusaugusti 25 de ene. 2007

    ofion_serpiente
    lucus; ¿de verdad que un politesita romano podría entenderse en el concepto de la divinidad con un monoteista

    Esto nos llevaría otra discusión, pero creo que la historia de las religiones ha sido contada de manera "interesada" durante siglos en esta península Ibérica.

    Ejemplo: Están documentadas ofrendas romanas en Jerusalem.

    Este tema (el del artículo) es TABU. y el que quiera opinar fuera de la línea establecida puede ser islamista, nazi o algo peor que no debo mencionar.

  10. #10 F. 25 de ene. 2007

    ¿Y qué tendrán que ver las elucubraciones de lucusaugusti en este asunto? Ya me parecía a mi que tardaba en aparecer...

    "Esto nos llevaría otra discusión, pero creo que la historia de las religiones ha sido contada de manera "interesada" durante siglos en esta península Ibérica." El rollo de siempre. Qué aburrido es usted lucusaugusti. Y le veo tan falto de argumentos como siempre.


    Saludos

  11. #11 Gaditano 26 de ene. 2007

    Tengo unas cuestiones:

    1. La mayoria de la poblacion hispano-romana que era? Trinitaria o unitaria (arriana)??

    2. La nobleza visigoda que era? Trinitaria o unitaria (arriana)?

    3. Previamente a la invasion-llegada de los arabes-bereberes en que zonas de la peninsula iberica era mayoria la poblacion trinitaria? En la Betica? o Gallaecia?

    4 Se habla d ela imposibilidad de conquista por un pequeño ejercito de un territorio de millones de personas... creo que la India britanica estaba controlada por apenas 60.000 britanicos, H Cortes conquisto todo un imperio azteca con un puñado de hombres en poco tiempo(y miles de indigenas, quiza...los musulmanes se ayudaron de los witizanos..) y asi hay muchos ejemplos en la historia ..

  12. #12 lucusaugusti 26 de ene. 2007

    Reconquista:
    Período de la historia de la Península Ibérica comprendido entre los años 718 y 1492 y caracterizado por la expulsión de judíos y musulmanes del territorio peninsular.
    Inquisición
    El término Inquisición (latín: Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium) hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir la herejía de los cátaros o albigenses. En la Edad Moderna surgieron la Inquisición española (1478 - 1834), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción se extendió después a América; la Inquisición portuguesa (1536 - 1821) y la Inquisición romana (1542 - 1965).

    Resulta que durante once siglos tenemos a trinitarios eliminando a otras religiones unitarias en la península. A trinitarios gobernando la península. A trinitarios escribiendo la historia de la península. etc etc. y esto no es TABU?
    Por simple practica científica deberíamos de coger con guantes de goma la propaganda de siglos.
    Pero ojo quién ose andar ese camino que se atenga a las consecuencias, hierro al hereje es la consigna al españolito que quiere conocer.
    Un simple paradigma de la conquista árabe es que ellos trajeron a la península el arco de herradura, ha sido repetido hasta el aburrimiento.
    El arco de herradura es invención romana y tan peninsular y nativo como los acueductos o la astronomía a la llegada de los los árabes. Los edificios que poseen los arcos de herradura son hispanos, de pura cepa, y solo el culto unitario que se practica en las mezquitas los han hecho extranjeros.
    La historia escrita por los trinitarios hace ajeno a la población hispana todo lo relacionado con los diversos cultos unitarios de Hispania.
    Cultos hispanos unitarios existentes en Hispania antes del 718: Islamistas, Judíos, Priscinialistas, Cristianos unitarios, Arrianos, Cátaros, Bogomilos....
    Todos fueron calificados de extranjeros y expulsados o eliminados. ¿Es este un tema TABU?

  13. #13 verracus 26 de ene. 2007

    Moriarty, la verdad es que con este mal rollo que se está creando no sé como contestarle sin que parezca que me alineo con el bando contrario. Pero me pregunto si entendió vd. bien lo que escribí en mi anterior post. Por si acaso se lo vuelvo a repetir:

    nacionalismoandaluz (http://nacionalismoandaluz.spaces.live.com/) es un blog personal sin ninguna vinculación con el nacionalismo andaluz, salvo la que vd. le quiera buscar.

    Fíjesé vd. lo que aparece cuando indagamos sobre el autor/autores del blog:

    una andaluza

    Todo esto con un avatar con la siguiente leyenda: "ANDALUCÍA NO ES ESPAÑA". De risa.

    Utilizando su mismo método, mire lo que he encontrado por ahí sobre la invasión:

    "Lo que más sorprendería, especialmente para quienes aman la historia como fuente inagotable de ejemplos para las generaciones venideras y que desconocen este hecho singular del pasado peninsular, es que dicha invasión fue producto de una traición llevada a cabo por hombres que, faltando a su honor, a su patriotismo o carentes de una postura generosa para con sus pueblos, permitieron que con el pretexto de una colaboración en un enfrentamiento dinástico interno se ocupara con asombrosa rapidez toda la geografía de la península ibérica."

    Covadonga, el nacimiento de una nación (http://www.almargen.com.ar/sitio/seccion/historia/covado/)


    ¿Le parece a Vd. razonable que ahora yo atribuya estas simplificaciones al nacionalismo asturiano ó astur-leonés o como se llame?

    No se lo tome a mal, pero sincéramente esperaba referencias más serias de alguien que defiende tanto el oficialismo (con el que por cierto me siento alineado). Ya me explicará.

    Un saludo.

  14. #14 umbula 28 de ene. 2007

    Hola, quería hacer unos comentarios:

    Dice Virgilio:
    “que desde luego el Islam no se difundió en España como en su momento lo hizo el cristianismo en la época del imperio Romano”.
    A mi me parece que tiene razón, el Islam se difundió con una virulencia tan desaforada que más parece que los ismaelitas fueran libertadores que invasores para la mayoría de los habitantes de la Península Ibérica (Portugal también existe).

    Yo no creo que el cristianismo estuviera tan difundido entre los habitantes de la península como se nos quiere hacer creer. Sin duda la organización del Imperio Romano sirvió de vehículo para propagar el cristianismo, pero pienso que esto fue más bien a nivel de las elites dirigentes, es decir unos pocos pero influyentes, empeñados en someter a una población que seguía con sus creencias ancestrales y que muy lentamente fue asimilando sus divinidades ancestrales a santos y vírgenes. La verdadera extensión del cristianismo tuvo lugar justo a partir de la caída del imperio romano, por otro lado si tenemos en cuenta que el hispanolito medio procedía de un sustrato politeísta dudo que vieran una gran diferencia entre lo que les contaban los musulmanes y los cristianos.

    Otro comentario:
    Tengo entendido que tras los decretos de expulsión de musulmanes y judíos, a estos se les daba la posibilidad de “convertirse”, para evitar ser expulsados. Si nos ponemos en el lugar de estas buenas gentes, lo más seguro es que la inmensa mayoría no tenían medios para viajar ni un lugar al que emigrar para poder seguir profesando su religión, o sea que la conversión de la inmensa mayoría de la población fue algo forzoso. En aquella época todavía no se había inventado la limpieza étnica, que es un invento del siglo XIX.
    Teniendo esto en cuenta no resulta difícil de entender el nacimiento de la santa inquisición y toda la parafernalia de demostraciones públicas de cristianismo exacerbado con la que los vecinos de algunas comarcas de tradición islámica salen a la calle al grito de ¡viva la virgen!, dispuestos a partirse la cara con el vecino para dejar bien claro que a cristianos no les gana nadie. Hasta el punto de que hoy en día se las declara fiestas de interés turístico nacional.

    Otro comentario:
    Por los comentarios del artículo queda clara la discrepancia de opiniones con respecto a la Historia Tradicional de España. Basada en una invasión de moros que ocupan España y los valientes Hispano-visigodos se refugian en las montañas de Asturias para iniciar la gloriosa Reconquista. El Gran Caudillo Don Pelayo les da una paliza e inicia la reconquista.
    Esto evidentemente es una falacia que ya no se la cree nadie con un mínimo de cultura

  15. #15 Alexios 31 de ene. 2007

    Yo me adhiero a la tesis que ha se ha expuesto de que la mayoría de la población hispana ni apreciaba ni se preocupaba demasiado por las diferencias doctrinales, en parte por falta de formación y en parte porque lo que de verdad le importaba a la gente (sobre todo a las clases bajas, que siempre son la mayoría) era la supervivencia cotidiana. ¿Que ahora el jefe se llama Muza y no Roderico?, pues vale; ¿que este no es arriano, ni católico, ni donatista, ni priscilianista, sino otro tipo de monoteísta?, ¿de qué demonios me está usted hablando?
    Por otro lado, creo que con frecuencia se exagera lo que los árabes o los musulmanes (y conste que tengo clara la diferencia, "trajeron" a la península Ibérica. Sin ir más lejos, la Hispania romana exportaba aceite de oliva en grandes cantidades a la metrópoli. Y ahí está el monte Testaccio para atestiguarlo. Y nadie que haya visto una iglesia visigoda puede afirmar (y ningún historiador del arte lo ha hecho) que los musulmanes trajeron el arco de herradura a estas tierras.
    El mismo islam nació con elementos sincréticos tomados de las religiones monoteístas de su entorno, cristianismo (en sus muchas ramas) y judaísmo (que, aunque no soy entendido en la materia, tampoco fue siempre una creencia monolítica, ¿verdad?).
    Los conquistadores musulmanes, como cualquiera con dos dedos de frente, tomaron lo que les interesó (ideas, estructuras políticas, influencias artísticas, recursos humanos) de las tierras que ocupaban. Si no recuerdo mal, desde los inicios del imperio omeya, los gobernantes musulmanes tenían a su servicio a funcionarios romano-sirio-bizantinos (el caso de Juan Damasceno es significativo, o los coptos en Egipto, cuya influencia se mantuvo durante siglos), y en Hispania harían lo mismo.
    Nadie mata a la gallina de los huevos de oro. Imaginad lo que pensaría un emir de Al-Andalus: Si conseguimos que la población nos pague los impuestos y nos mantenga en la cúspide del Estado, ¿qué más nos da en qué crea? Eso sí, como somos buenos musulmanes, les "humillamos" haciéndoles pagar impuestos especiales si no se convierten a la verdadera fe, lo cual redunda, claro está en nuestro beneficio.
    Y aún así, parece que la mayor parte de la población mantuvo sus creencias (más o menos firmes y ortodoxas) durante bastante tiempo (las estructuras mentales son las que más tardan en cambiar, según los historiadores). Según tengo entendido, las conversiones mayoritarias al islam no se produjeron hasta al menos el siglo IX. Y, dato curioso, el descenso de las recaudaciones que eso conllevó (los musulmanes pagaban menos impuestos) empezó a plantear problemas a los gobernantes andalusíes, que tuvieron que, paralelamente, aumentar la carga impositiva sobre toda la población, independientemente de su religión, lo que, a su vez, generó descontento entre los musulmanes y desapego frente al estado "rapaz" y sus impuestos "antiislámicos".
    Saludos, y perdón por esta primera intervención tan larga.
    Alexios

  16. #16 Alexios 31 de ene. 2007

    Protion9, no digo que los musulmanes no introdujeran novedades, que sí lo hicieron (creo recordar que cultivos como el del melocotón o la caña de azúcar, por ejemplo). Ni de que revitalizaran usos ya introducidas anteriormente, como los regadíos, la cultura urbana o el uso corriente de la moneda, por poner unos ejemplos. Naturalmente que lo hicieron. Lo que quería puntualizar es que no todas las cosas positivas que se han identificado con la cultura andalusí, y que la hacían destacar sobre sus menos desarrollados vecinos cristianos, que hubo muchas, fueran creación musulmana o no existieran ya en la península Ibérica antes del 711. Creo que, en realidad, estamos de acuerdo, pues yo también opino que el Mediterráneo sirvió durante milenios como un puente de unión entre diversas culturas, de lo que todas ellas se beneficiaron para su desarrollo (recuerdo que en mis tiempos universitarios alguien nos contó que el imperio romano, en su articulación territorial, fue algo así como la trasposición del modelo de la polis griega a un ámbito mucho más amplio y centralizado, o que la vivienda acomodada andalusí se inspira directamente en el modelo romano).
    Saludos,
    Alexios

  17. #17 Alexios 31 de ene. 2007

    Protion9, no digo que los musulmanes no introdujeran novedades, que sí lo hicieron (creo recordar que cultivos como el del melocotón o la caña de azúcar, por ejemplo). Ni de que revitalizaran usos ya introducidas anteriormente, como los regadíos, la cultura urbana o el uso corriente de la moneda, por poner unos ejemplos. Naturalmente que lo hicieron. Lo que quería puntualizar es que no todas las cosas positivas que se han identificado con la cultura andalusí, y que la hacían destacar sobre sus menos desarrollados vecinos cristianos, que hubo muchas, fueran creación musulmana o no existieran ya en la península Ibérica antes del 711. Creo que, en realidad, estamos de acuerdo, pues yo también opino que el Mediterráneo sirvió durante milenios como un puente de unión entre diversas culturas, de lo que todas ellas se beneficiaron para su desarrollo (recuerdo que en mis tiempos universitarios alguien nos contó que el imperio romano, en su articulación territorial, fue algo así como la trasposición del modelo de la polis griega a un ámbito mucho más amplio y centralizado, o que la vivienda acomodada andalusí se inspira directamente en el modelo romano).
    Saludos,
    Alexios

  18. #18 Kentaber 01 de feb. 2007

    La Península Ibérica fue conquistada entre el 710 y el 716 d.C. por tribus árabes que tenían su origen en el norte, centro y sur de Arabia. La conquista fue una yihad clásica, profusamente acompañada de actos de pillaje, esclavización, deportación y matanza. La mayoría de las iglesias quedaron convertidas en mezquitas. A continuación hubo un proceso de inmigración y colonización árabe y beréber. Toledo, que había empezado sometiéndose a los árabes en el 711 o el 712, se rebeló en el 713; la ciudad fue castigada con el saqueo, y degollados todos sus notables. En el 730 fue asolada la Cerdaña (parte de la Septimania cercana a Barcelona) y quemado vivo un obispo. En las regiones donde se estabilizó el control islámico, los judíos y cristianos no convertidos al islam, los llamados dhimmíes, quedaron sojuzgados como en el resto de los territorios islámicos: se les prohibió edificar nuevas iglesias o sinagogas y restaurar las antiguas. Segregados en barrios especiales, tenían que vestir ropa distintiva. El campesinado cristiano, sometido a fuertes impuestos, formó una clase servil explotada por las elites árabes dominantes; muchos abandonaron las tierras y escaparon a las ciudades. Las peticiones de auxilio de los mozárabes (los dhimmíes cristianos) a los monarcas cristianos desataron severísimas represalias, con mutilaciones y crucifixiones. Además, bastaba con que un solo dhimmí dañara a un musulmán para que la comunidad entera perdiera su estatuto de protegida y quedara expuesta al expolio, la esclavización y la matanza arbitraria.

  19. #19 Al 05 de feb. 2007

    Bueno, siempre que se trata la invasion musulmana de la peninsula iberica, se tiende a comparar con la acaecida mas de 700 años antes por los romanos, llegando a utilizarse como argumento para demostrar que no huvo invasion alguna(¿?). y es que a mi entender esta comparacion no es indicativa en modo alguno puesto que son diferentes:

    en cuanto a:

    objetivos: los romanos no estaban interesados en la conquista de la peninsula iberica, como si lo estuvieron en la Galia (o mejor dicho como estaba interesado Cesar y sus partidarios) que con ser mucho mas grande solo duro 7 años. En la peninsula iberica los pueblos preromanos tenian una tendencia cronica a la guerra de rapiña contra sus vecinos, lo que supuso el progresivo avance de la zona ocupada en busca de la seguridad de sus posesiones.

    organizacion: los arabes se encontraron con un reino en decadencia y en guerra dinastica, una poblacion que le daba igual pagar impuestos a un godo que a un arabe, escasa poblacion urbana y habitat disperso en zonas de valle. En epoca romana la peninsula la conformaban tropecientos pueblos de hombres libres con la tipica mentalidad guerrera tribal necesaria para pasarse todo el dia peleandose con el vecino, ademas de habitar en nucleos concentrados casi siempre en lugares estrategicos y de muy facil defensa y nunca en valle o en lugares llanos.

    Por otro lado hay que tener en cuenta que la conquista arabe por estas caracteristicas nombradas arriba fue escasa en acciones belicas brillantes, grandes batallas etc e incluso inmediatamente tras la conquista, comenzo un periodo de guerras civiles entre los conquistadores que podrian ser una buena ocasion para plantarles cara y ni asi la poblacion se mojo...obviamente esto seria impensable en epoca romana.

    Sin embargo si que hubo constantes revueltas en la poblacion curiosamente cundo ya son mayoria los muladies, y se intenta centralizar un estado islamico con todo lo que esto conlleva, esto supuso continuas rebeliones, creacion de territorios independientes por todas partes etc...

    Otra punto donde se pueden ver estas diferencias de contexto entre una invasion y otra es la duracion de la peninsula iberica como parte de uno y otro imperio: hispania formo parte del imperio romano durante mas de 400 años mientras el al andalus apenas llega a los 30 su pertenencia al imperio islamico, independizandose las elites arabes instaladas aqui sin que desde la capital se pueda hacer nada para evitarlo.

  20. #20 suintila 29 de abr. 2007

    ¿La invasión que nunca existió?
    ¿Pudo ser así la historia?
    Algunos historiadores cuestionan de forma creciente la versión tradicional católica según la cual el Islam se implantó violentamente en la península, después de una invasión árabe, en el año 711

    Estos historiadores argumentan que el Islam ni se impuso ni era ajeno a los hispanos, que lo abrazaron libre y mayoritariamente. En realidad, la tesis de la imposición fue una "conspiración" promovida por la Iglesia con objeto de encubrir su derrota ante los cristianos unitarios, seguidores del arrianismo que predicó Prisciliano.

    QUE HISTORIADORES SON ESOS?
    UNA CONSPIRACION?



    ¿Ocurrió la historia tal y como nos la han contado? ¿Es posible que, en el siglo VIII de nuestra era, un ejército musulmán cruzara el estrecho de Gibraltar, derrotara a las tropas visigodas y avanzara victorioso hasta el punto de llegar a someter a casi todo el territorio peninsular?

    SI, ES POSIBLE, NO VEO POR QUE NO, EL ESTRECHO SON MENOS DE 15 KMS, NO HACE FALTA SER MAGALLANES, NELSON O COLON PARA ATRAVESARLO, DE HECHO CUALQUIER PATERA QUE SE MANTENGA A FLOTE LO CRUZA.


    ¿Un puñado de bereberes pudo someter a 20 millones de hispanos durante varios siglos?

    20 MILLONES? EN EL SIGLO VII? VAYA, LA PENINSULA TENIA MAS HABITANTES EN HACE 1300 AÑOS QUE HACE 100.
    DE DONDE SALEN ESOS 20 MILLONES?
    SEIS A LO MUCHO.

    ADEMAS, BIEN MIRADO NO ES PARA TANTO. 40000 MOROS CONQUISTAN UNA NACION DE 6 MILLONES EN 7 AÑOS.

    HERMAN CORTES CON 500 SOLDADOS CONQUISTO EL IMPERIO AZTECA, DE MAS DE 10 MILLONES DE HABITANTES Y 4 VECES MAS GRANDE QUE LA PENINSULA EN MENOS DE UN AÑO.

    PIZARRO CON DOS DOCENAS DE SOLDADOS FUE CAPAZ DE SOMETER EL IMPERIO INCA EN MENOS DE UN MES.




    En contra de esta hipótesis tenemos el hecho de que los documentos de la época no contienen referencias a aquella terrible invasión que, de ser cierta, habría supuesto para los peninsulares todos los males imaginables. Las primeras noticias no aparecen hasta las crónicas latinas y musulmanas del siglo IX, a seis generaciones (ciento cincuenta años) de los hechos que se relatan, cuando el Islam estaba ya firmemente arraigado en la península.

    Algunos investigadores, tras que los cristianos omitían consignar cualquier aspecto de lo que estaba sucediendo en su suelo, concluyen que el mito ha pervivido, contra toda lógica, porque a los católicos les ha interesado mantenerlo, porque encubría ante su propio pueblo lo que en realidad fue su fracaso social y religioso.

    La guerra civil que estalló en la Península Ibérica a principios del siglo VIII, explicada como conflicto político y disfrazada más tarde como invasión de una potencia extranjera, tuvo su auténtico origen en unos hechos que se remontan a cuatro siglos antes, al enfrentamiento producido entre dos corrientes cristianas: los unitarios o arrianos, que negaban que el Hijo fuera igual al Padre -según esta premisa, Jesús no era Dios- y los trinitarios, adheridos al dogma predicado por san Pablo, que mantenían que hay tres personas distintas -Padre, Hijo y Espíritu santo- en un solo Dios verdadero.

    Por tanto, para aproximarnos a una de las verdades de lo que sucedió realmente en el año 711, cuando un contingente de guerreros del norte de África, entre los que predominan los bereberes, cruzan el estrecho de Gibraltar, derrota a las tropas visigodas lideradas por Don Rodrigo y se establece en la Península Ibérica, tendremos que remontarnos al siglo IV.

    CLARO, A LA GENTE LO QUE LE IMPORTABA ERA EL DIOS AL QUE REZAR, COMO SI NO TUVIERAN PROBLEMAS DE SUBSISTENCIA.


    Los expertos subrayan que sólo un estado puede organizar una invasión militar. Y no existía entonces un imperio arábigo, sino tribus y pequeños caudillos frecuentemente enfrentados entre sí y carentes de gobierno, administración y ejército.

    QUE EXPERTOS SON ESOS? PORQUE NO TIENEN NI IDEA. MENUDA TONTERIA.
    LOS VISIGODOS NO CONSTITUIAN NINGUN ESTADO, NI LOS FRANCOS, NI LOS OSTROGODOS, NI LOS VANDALOS, NI LOS SUEVOS NI LOS ALANOS, E INVADIERON EUROPA OCCIDENTAL................DONDE ENTONCES SI, CONSTITUYERON SUS ESTADOS.

    ATILA TAMPOCO TENIA NINGUN ESTADO DETRAS, NI LOS TURCOS QUE INVADIERON CONSTANTINOPLA TENIAN ESTADO DETRAS, NI LOS VIKINGOS TUVIERON UN ESTADO DETRAS

    Según el historiador Ignacio Olagüe, "en las crónicas latinas y bereberes aparecen los godos como un grupo aparte que guerreaba contra un enemigo que no era español, ni cristiano, ni hereje, sino anónimo; es decir sarraceno". Lo que no podía decir, o lo ignoraba el cronista, era que los godos luchaban contra la masa del pueblo, contraria a la oligarquía dominante".

    LOS GODOS LUCHABAN CONTRA LA MASA DEL PUEBLO?
    DESPUES DE 300 AÑOS AUN NO SE HABIAN MEZCLADO?
    QUE EXTRAÑA OLIGARQUIA INVASORA TOMA EL IDIOMA DEL VENCIDO, OLVIDANDO EL PROPIO?
    MAS DE 5 MILLONES DE HISPANOS, NO PODIAN VENCER A 250.000 GERMANOS?


    Suponiendo que la batalla de Guadalete no hubiera sido una ficción, el número de fuerzas que intervino tuvo que ser más modesto de lo que se ha contado, y bastante menor la trascendencia militar que se le atribuye.

    Se dice que Rodrigo murió en la batalla, pero es más probable que fuera expulsado de Andalucía y buscara refugio en Lusitania, donde pudo haber fundado su propio reino, ya que existía en Viseu una sepultura con la inscripción "Aquí yace Roderico, rey de los godos", que todavía se conservaba en el siglo XVIII en la iglesia de San Miguel de Fetal, según señala el abate Antonio Calvalho da Costa en su Corografía portuguesa.

    En el siglo IX, vemos que los musulmanes llevaban 140 años en la península, tenían desde hacía un siglo la capital del reino en Córdoba, la más importante y refinada ciudad de Occidente por entonces, con un millón de habitantes, y es evidente que no habían forzado la conversión masiva de indefensos cristianos, ni siquiera hacían proselitismo de su fe ni alardes de su culto. ¿Qué fe seguían entonces los andaluces? Lo más probable es que se tratara del arrianismo tradicional, en discreta evolución hacia el islamismo, que la mayoría de la población acabaría abrazando, igual que adoptó paulatinamente la lengua árabe en sustitución del latín. No hubo imposición, sino una lenta seducción. Y no se trataba de una fe extranjera.

    ASI QUE NO HUBO IMPOSICION SINO SEDUCCION, YA, PUES A LOS BEREBERRES ARGELINOS DE LA KABILA NO PARECE QUE LES HAYA SEDUCIDO MUCHO EL ARABE DESPUES DE 1000 AÑOS DE ARABIZACION FORZOSA, LLEVADA A CABO HOY DIA POR ARGELIA Y MARRUECOS.
    ES QUE LOS RIFEÑOS Y LOS CABILEÑOS NO TIENEN SENSIBILIDAD SUFICIENTE PARA DEJARSE SEDUCIR.

    Asín Palacios y otros arabistas mantienen que el Islam tiene relación con el Arrianismo y el Judaísmo. Se comprende el respeto de los musulmanes hacia las "gentes del Libro", con las que comparten lo esencial: el sometimiento a un solo Dios con el que pueden comunicarse directamente y desde cualquier lugar.

    ANDA, IGUAL QUE HOY EN IRAN ,Y ARABIA SAUDITA, PATRIA DEL PROFETA.


    Incluso los investigadores que respaldan la teoría de la invasión juzgan extraño que un puñado de árabes pudieran influir tan profunda e inmediatamente en 20 millones de hispanos. El historiador Olagüe sintetiza su perplejidad en tono irónico: "Tuvo entonces lugar una mutación formidable, como se produce en el teatro un cambio de decoración.

    España, que era latina, se convierte en árabe; siendo cristiana, adopta el Islam. Como si hubiera repetido el Espíritu Santo el acto de Pentecostés, despiertan un buen día los españoles hablando la lengua del Hedjaz (árabe). Llevan otros trajes, gozan de otras costumbres, manejan otras armas. Los invasores eran 25.000. ¿Qué había sido de los españoles?"

    ESOS 20 MILLONES ES COSECHA PROPIA NO?
    LOS INVASORES ERAN 25000? NO SERIAN 25000 EN UN PRINCIPIO A LOS QUE SE SUMARIAN POSTERIORMENTE OTROS 20000?

    Se ha querido transmitir la idea de que España era poco menos que un desierto artístico e intelectual hasta que la fecundó el Islam. Sin embargo, el historiador Bonilla san Martín apunta que "el movimiento priscilianista, los trabajos de los concilios de Toledo, las producciones de los escritores, atestiguan en la España de los siglos IV y V una cultura excepcional. La invasión goda, lejos de sofocar este progreso, lo acrecentó y estimuló notablemente". De hecho, los estudiosos mantienen que el arte arábigo fue una prolongación del ibero y del visigótico.

    El árabe no empieza a generalizarse por escrito en España hasta la segunda mitad del siglo IX. Es entonces cuando florecen las ciencias, la filosofía y la poesía. La rica lengua árabe es el instrumento; el genio lo aportan aquellos que vivían ya en Al-Andalus y los que llegaron como invitados, tanto del mundo islámico como del cristiano, sin distinción de etnias. No obstante, innovaciones arquitectónicas como el arco de herradura no son una aportación arábiga; éste existía en Occidente y puede verse en varias construcciones de España y Francia anteriores al Islam. Tampoco parece obra suya la mezquita de Córdoba, ni nació mezquita. Ese templo, bosque de columnas, es incompatible con el culto musulmán y con el cristiano, ya que ambos exigen espacios diáfanos para seguir al oficiante.

    ESO ES CIERTO..........UNOS CAMELLEROS SIN CULTURA NO PUDIERON APORTAR NADA, TODO LO LLAMADO ARTE ISLAMICO ES AUTOCTONO, EL ARCO DE HERRADURA LA IGLESIA DE CORDOBA, ETC.....LO QUE HICIERON FUE PONERLE UN PAR DE COSILLAS ISLAMICAS, COMO HAN HECHO EN ESTAMBUEL CON SANTA SOFIA


    En suma, demasiadas incógnitas a la hora de analizar un periodo que fue trascendental para la posterior evolución de la sociedad española y que la historiografía oficial ha catalogado, de forma excesivamente parcial y simplista, como un invasión y una reconquista, pero como decía Ortega y Gasset "Una reconquista de seis siglos no es una reconquista".

    UNA RECONQUISTE DE SEIS SIGLOS NO ES UNA RECONQUISTA?

    PORQUE NO?
    ENTONCES QUE ES?

    Lo más probable es que nunca existiera una invasión violenta sino una revolución interna de los pobladores de la Hispania que se dejaron seducir por la magia de lo nuevo y mejor.

    POR SUPUESTO..........LO QUE PASA ES QUE TAMPOCO EXISTIO NUNCA UNA RECONQUISTA, SINO QUE LOS POBLADORES DE HISPANIA SE DEJARON RE-SEDUCIR DE NUEVO POR UNA CULTURA MUY SUPERIOR CAPAZ DE DE IR Y VOLVER DE AMERICA Y DAR LA VUELTA AL MUNDO.



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