Autor: Sotero21
domingo, 21 de enero de 2007
Sección: Opinión
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Clima e Historia

Antón URIARTE | Geógrafo y experto en climatología y paleoclimatología
«Un análisis histórico de los desastres climáticos no dice que el clima vaya a peor»
Geógrafo, experto en climatología y paleoclimatología. Hoy apartado de la vida académica universitaria por razones de salud, es un referente dentro de quienes, los menos, se declaran escépticos con los desastres actuales y futuros que se achacan al calentamiento global. Defiende que ni los osos polares están en peligro de desaparición, ni el aumento de la temperatura media de la Tierra traerá ninguna desgracia.

Autor del estudio ‘‘Historia del clima de la Tierra’’ (Gobierno de Lakua, 2003), mantiene una página web sobre el mismo tema (http://ho mepage.mac.com/uriarte) y un blog donde responde con datos en la mano a los ‘futurólogos’ del cambio climático (http:// antonuriarte.blogspot.com). Rechaza que se tilde de «negacionistas» a quienes, como él, discrepan de la corriente oficial sobre el calentamiento terrestre. El millón de ‘pinchazos’ que ha tenido su web le da ánimos para seguir con sus argumentos, los cuales no le importa divulgar en entrevistas o conferencias, o enfrentarlos dialécticamente con quienes piensan diferente a él.


­Falta de agua, falta de nieve, temperaturas anormales, se dice, para estas fechas ¿Está detrás de esto el calentamiento global acelerado o nos estamos dejando arrastrar por la explicación más fácil?


Puede que cuando esta entrevista se publique ocurra lo contrario y haya exceso de agua, exceso de nieve y temperaturas frígidas. Da lo mismo. Las preguntas serían las contrarias pero seguirían siendo pertinentes, ya que dada la histeria, todo se achaca al cambio climático. Incluso si no cambiase el clima de un año para otro se achacaría al «cambio climático». No, las temperaturas altas y la falta de agua en Euskadi no es debida al incremento del CO2 en el aire. Es debida a que estos meses por aquí ha soplado el viento sur con más frecuencia que de costumbre. Así ha tocado. En otros sitios les habrá soplado más del norte. Pero desde luego el CO2 no es el culpable. Además, la tendencia en los últimos quince años, 1990-2006, de la temperatura en Europa en los meses de diciembre, enero y febrero ha sido a la baja.


­Usted es un escéptico declarado respecto a los desastres que se achacan al cambio climático. ¿No hay nada de cierto en esos efectos tan desastrosos que se anuncian?


Un análisis histórico de los desastres climáticos no ratifica esa idea de que el clima va a peor. Las continuas alarmas sobre inundaciones o ciclones tropicales no demuestran que se esté produciendo un cambio climático anormal en la historia del clima. Es mentira que la frecuencia de ciclones tropicales haya aumentado. Las víctimas del Katrina fueron bastantes menos que las habidas en Estados Unidos en otros ciclones que se produjeron cuando las emisiones de CO2 eran insignificantes; el de Galveston, en 1900, en el que murieron casi 8.000 personas, por poner un ejemplo. Y fuera del Atlántico, el de Bangladesh, en noviembre de 1970, con 500.000 víctimas, del que ni se sabe la categoría, pues no había ni satélite ni mediciones. Un país que, además, en 1974, cuando se hablaba del enfriamiento del clima, sufrió una hambruna que dejó más de un millón de víctimas. Y lo mismo ocurrió en el Sahel en aquella década. Más cerca, casi nadie se acuerda de la borrasca atlántica de febrero de 1953 que provocó la ruptura de los diques del Zuyder Zee e inundó el 70 % de Holanda, muriendo casi 2.000 personas.


­¿Estamos entonces ante una especie de conspiración internacional?

No, esta idea del peligro del «cambio climático» no es una oculta conspiración internacional. Los escépticos no decimos eso. Al contrario, es una gran bola de nieve bien visible que crece y crece.

Y es también, y cada vez más, un suculento asunto de dinero. Como no podía ser, hasta los bancos están cada vez más de lleno metidos en ello. Por poner un ejemplo, la firma financiera Goldman Sachs y uno de los principales bancos norteamericanos, Morgan Stanley, se han metido de lleno en el comercio mundial de esa nueva mercancía llamada CO2, que antes no tenía precio y que de repente tiene. Todo ello en Europa gracias al Protocolo de Kioto y en Estados Unidos a otros tratados particulares entre diversos estados, como el propugnado por el famoso líder ecologista californiano Arnold Schwarzenegger. Aquí, más cerca, he leído que el Banco Guipuzcoano lanza una inversión en parques solares, para inversionistas de gama media-alta, donde, según ellos mismos explican, por una ridícula cantidad de electricidad producida recibirán unas suculentas subvenciones. Mire usted quién está en el consejo de administración de la principal empresa española de paneles fotovoltaicos, Isofotón, y dígame si los apellidos no le suenan a los oligárquicos de toda la vida.


­Dicen que los polos son el termómetro de la Tierra y que desaparecerán en cuestión de décadas. ¿Se lo cree?

Ni Groenlandia ni la Antártida han mostrado en las últimas décadas una tendencia general al deshielo. Groenlandia ha sufrido un par de años cálidos con deshielo en sus márgenes pero los datos oficiales indican que entre 1950 y el 2000 padeció un enfriamiento. En cuanto a la Antártida, hasta el propio IPCC indica que un calentamiento haría que allí aumentase el hielo porque las nieves serían más abundantes, debido a la mayor capacidad hídrica del aire, y compensaría un posible mayor deshielo veraniego. De todas formas, la Antártida no se ha calentado. En cuanto al hielo marino del Artico, que todos los años se descongela en verano más de un 60 % y se vuelve a recuperar en invierno, es cierto que parece sufrir una cierta tendencia a la baja. ¿Y qué? ¿Los osos polares? Desde que en 1973 se reguló su caza han pasado de 10.000 a 25.000. No en Nunavut, por cierto, donde los esquimales se permiten cazar unos 500 al año porque dicen que hay demasiados.


­Pero ¿hasta qué punto la mano del ser humano está afectando de forma negativa a nuestro clima?


En un siglo hemos pasado de ser menos de 2.000 millones a más de 6.000 millones de humanos. Además, la esperanza de vida media se ha duplicado. Eso ha exigido ocupar nuevas tierras para labores agrícolas, multiplicar los regadíos, construir ciudades. En fin, hemos modificado una importante proporción de la superficie terrestre. Y para el que no lo sepa, el aire se calienta un poco desde arriba pero sobre todo desde abajo. El Sol calienta el suelo primero y luego el suelo, con radiaciones infrarrojas o con vapor de agua, calienta el aire. Si hemos modificado el piso es normal que algo hayamos influido en la temperatura del aire. Pero, probablemente, poco, porque también la intensidad del Sol cambia, y las corrientes oceánicas, y otros factores más, como los rayos cósmicos que afectan a la nubosidad, y cuya importancia desconocemos.


­Es más, usted defiende en su blog personal que el que la Tierra se caliente unos grados tampoco es tan nefasto.


La Tierra siempre ha sido más verde y más húmeda cuando ha estado más caliente. En los tiempos glaciales los desiertos se expandían y las selvas se encogían. Es lógico, porque un aire más caliente es un aire que admite más humedad y el calor acelera el traspaso de humedad
desde los océanos a los continentes. Por otra parte, una atmósfera con más CO2 es más fértil, ya que el CO2 está en la base de la fotosíntesis. De hecho, aunque suene a escándalo decirlo, el planeta, observado desde los satélites, cada vez está más verde, excepto en donde se talan bosques, claro. No es el clima el que desertiza algunas regiones, sino la tala; como no es el clima el que acaba con muchas especies, sino la pesca y la caza. Lo fácil y conveniente es echarle la culpa al CO2. La culpa de esta manera se difumina, se reparte.



­Entonces, lo de que el CO2 es el culpable de todos los males...


El CO2 es un gas bueno, vital, tan importante para la vida terrestre como lo es el oxígeno.


­¿Considera su postura como escéptica o la calificaría de otra manera?


Algunos, con ideas retorcidas y para hacernos callar, nos empiezan a llamar negacionistas, el término que se usa para nominar a los que niegan el Holocausto. Pero no, somos escépticos, y a mucha honra. El escepticismo, y un puntito de vanidad, es lo que, hasta no hace mucho, ha movido el espíritu científico. Ahora es el dinero y el cinismo lo que más lo mueve.


­¿Resulta difícil defender argumentos como los suyos frente a cientos de informes y documentos firmados por cientos o miles de científicos que afirman lo contrario?


¿Miles de científicos? ¿Cientos de informes? No exagere. Lo que hay es mucho silencio detrás de mucho ruido.


­¿Qué significa el Protocolo de Kioto para usted?


Kioto es un eslogan aprovechado por los gobiernos de Francia, Reino Unido y Alemania para cargarse como fuente de energía global a la más barata, mejor repartida, menos monopolizada y más abundante: el carbón. De paso fastidian a los Estados Unidos, que de carbón andan sobradísimos. Más del 50% de la electricidad de Estados Unidos procede de centrales térmicas.


­A su juicio, ¿debemos hacer algo, entonces, para hacer frente a los efectos del calentamiento global?


No va a haber tales cambios. A lo que nos vamos a tener que preparar es a la proliferación de la energía nuclear, con fábricas y depósitos de uranio enriquecido por todas partes, gracias al «cambio climático». -




Destacan el rol de los bosques para combatir el cambio climatico
El Derecho Forestal se ha ocupado históricamente sólo de la gestión de la propiedad de los montes como productores de aprovechamientos, con una limitada preocupación por otros factores, tales como la lucha contra la erosión, la propia conservación de la masa forestal o la protección de determinados espacios. Sin embargo, la creciente preocupación de los científicos y de la sociedad en general por los efectos del cambio climático ha impulsado a Miren Sarasibar a abordar los bosques desde otro punto de vista, y colocarlos en un lugar destacado en la lucha contra el calentamiento global de la Tierra.
Doctora en Derecho por la Universidad Pública de Nafarroa, Miren Sarasibar (Eguaras, 1978) acaba de publicar un libro titulado “El Derecho Forestal ante el cambio climático: las funciones ambientales de los bosques”. En esta obra, la autora analiza el nuevo rol de los bosques, desde el punto de vista jurídico, como factor contribuyente a la reducción del cambio climático.

Las funciones ambientales de los bosques han sido abordadas en los últimos años por la normativa internacional, y en concreto por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (1992), y el Protocolo de Kioto (1997). También la UE ha unido la política forestal con el cambio climático, impulsando medidas para hacer frente a este fenómeno.

Estas cuestiones son desarrolladas en el libro de Miren Sarasibar, que también estudia las medidas que existen en el Derecho Forestal para aminorar las consecuencias del cambio climático, que no habían sido tratadas desde un punto de vista jurídico.

Un principio básico que se formula ahora en el Derecho Forestal es el de «gestión forestal sostenible», del que se derivan importantes acciones que inciden en el cambio climático. Como aspecto relevante, la propia autora destaca la función de «sumidero» de CO2 de los bosques, «ya que supone aprovechar y sacar rendimiento a este recurso natural».

El libro también estudia el aprovechamiento energético de los residuos forestales, o biomasa, como un tipo de energía renovable que puede considerarse como «un medio efectivo para operar contra el cambio climático», explica Miren Sarasibar.

Más informacióen en: http://www.gara.net/idatzia/20070120/art197925.php


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Comentarios

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  1. #1 Sotero21 26 de ene. 2007

    Pues lo van a pagar, porque toda la movida esta del CO2 está dispuesta para hipotecar el desarrollo industrial y energético de estos países. Las grandes corporaciones se están apresurando a comprar sus cuotas de emisiones (que los corruptos gobernantes venden con alegría y contento), para producir aquí lo que podrían producir allí. A cambio les están vendiendo parques eólicos obsoletos y otras zarandajas que abastecen puntualmente a unas cuantas aldeas, con la electricidad justa para un par de bombillas. Con eso, además, consiguen que los gobiernos les condonen impuestos, mejoran su imagen corporativa y se hacen con el control de las reservas de los países pobres.

    Los países de la UE son los principales compradores de derechos de emisión de todo el mundo. Entre enero de 2004 y abril de 2005, HOlanda compró el 16% del volumen negociado, seguido del Reino Unido, con el 12%. El resto de la UE suma el 32%. Japón absorbió el 21% del total y EEUU, que no ha ratificado el tratado, un 4%.

  2. #2 Sotero21 28 de ene. 2007

    Sin embargo en las sociedades opulentas se está dando la tendencia contraria. Hace 25 años solo anidaba una pareja de cigüeñas en Álava, hoy son docenas. El bosque de frondosas alavés ha crecido en miles de hectáreas en los últimos años por el abandono de la agricultura de montaña, el pastoreo, el carboneo y la tala incontrolada. Reaparece el corzo, en franco declive hace unos años, los lobos se están convirtiendo en una pesadilla en la Sierra Salvada, Guibijo y Urbasa, según los pastores. Los buitres se exportan para repoblar otras zonas y son tantos que atacan a las yeguas recién paridas y los potrillos (aunque yo no me lo creo, pero eso dicen). Los jabalíes son ya plaga. De hecho, la agresión principal a los montes alaveses en los últimos años ha sido la insensata proliferación de molinos. La travesía de Urkilla y la ascensión a Badaia son una auténtica pesadilla y los ecologistas y todos los demás nos tenemos que joder cuando las hacemos escuchando el ruido de los rotores durante kilómetros y kilómetros.

  3. #3 Sotero21 28 de ene. 2007

    Un pie de foto irresponsable:

    En el Semanal de El Correo de hoy hay un reportaje fotográfico sobre el loco fin de otoño-principio de invierno que hemos tenido, se titula "El cambio climático ya está aquí"; Nueva York florecido, Moscú sin nieve, Bilbao tropical y así. Cada pie de foto es estúpido, en la línea de como se ofrecen estas noticias, pero hay uno especielamente irresponsable.

    Foto de la Barceloneta con gente al sol, más bien tapadica y este comentario:

    "BARCELONA
    El avance del mediterráneo

    Los bañistas disfrutaban a
    principios de diciembre en
    la Barceloneta sin saber que
    el nivel del Mediterráneo subirá
    cerca de un metro antes de 2050
    lo que supondrá un retroceso de
    15 metros en la línea de la costa.
    Se habla de la pérdida de 3.000
    kilómetros de playa en todo el planeta."

    Este tipo de noticias, fomentadas de una manera acrítica, tomándonos a todos por imbéciles (los bañistas son unos ignorantes) pueden causar a medio plazo una bajada de los precios de los apartamentos a pie de playa y un perjuicio enorme a las inversiones turísticas. Alarmismo infundado que solo puede fomentar la especulación de terrenos y la bajada de precios descontrolada. Menos mal que nadie se lo cree , entonces ¿para que lo ponen? ¿qué interés tiene el dar una noticia estúpida y falsa, pero con hondo calado?

    Un servidor, que estaba pensando en comprar una casita en Torrevieja y que no es la primera vez que oye este mensaje igual se lo piensa y se compra una en Trevelez. Aunque al 2050 me parece que no llego.

  4. #4 Sotero21 31 de ene. 2007

    Bueno, Chile o Argentina, glaciares patagónicos.

    La glaciología es una ciencia que se me escapa y poco puedo decir. Sin embargo, también hay páginas web que demuestran justo lo contrario. Por ejemplo, esta:

    mitosyfraudes.8k.com/Calen3/GreenUpsala.html

    Claro, que con decir que están pagadas por la Exxon o cualquier otro lobby de presión capitalista andamos todos los escépticos jodidos y señalados con el dedo.

    Sobre el Antártico. La elevación del nivel marino causada por la fusión del casquete glacial antártico oriental es una quimera sin base científica alguna. Sencillamente, las temperaturas medias en la costa, en verano, en las codiciones más favorables, no sobrepasan los -10ºC. LOS HIELOS ANTÁRTICOS NO SE FUNDEN BAJO LA INFLUENCIA DEL CALOR DEL AIRE. Un aumento local de la temperatura de una decena de grados no causaría más que un impacto despreciable en el deshilo directo de los glaciares antárticos. En el Antártico occidental la situación es distinta, por cuanto éste descansa en fondos situados por debajo del nivel del mar. Pero, aun cuando la temperatura del mar en superficie aumentara, la temperatura del agua en la base de las plataformas (unos 500 m.) no aumentaría más que de una forma lenta. Se puede, por tanto, estimar razonablemente en varios siglos el tiempo necesario para derretir los placas en contacto con el agua que garantizan la cohesión del casquete. Una vez derretidas, nada impediría que los glaciares se deslizaran y se sumergieran en el océano. Esta fase puede durar un milenio y entonces el agua del mar se elevaría unos cinco metros.

    Dice Joanzinho : No se si hoy hoy no puede prescindir, pero dentro de 30-50 años, cuando se acabe el petróleo, va a tener que prescidir a la fuerza. Y esa fecha no está tan lejos... Pues bueno "muerto el perro, se acabó la rabia".

  5. #5 Sotero21 03 de feb. 2007

    Hoy no tengo tiempo para tan interesante contraste de pareceres. Pero he reflexionado sobre las palabras de Jeromor, sobre el miedo necesario para movernos; también con las de Servan, sobre el establecimiento de límites para todo. En cuanto al miedo para gobernar es vieja táctica fascista, me niego en redondo a que se me (nos) meta miedo desde la autoridad. En cuanto a los límites ¿qué limites y hasta donde? ¿quién va a imponer los límites? ¿qué límites tendremos los unos y los otros? ¿quién decide lo que es superfluo? El Gran Hermano y su camarilla de magos caldeos, que observan las estrellas, sabrán en todo momento lo que es bueno para nosotros. Lo que leo hoy en los periódicos no me gusta nada, docenas de científicos convirtiéndose en "reyes y reinas por un dia" y prediciendo según los posos de café dentro de cada particular olla, desatando truenos y tempestades emenazando con el castigo de los dioses de la lluvia a tan abyecta raza que se revuelca en sus heces. Los políticos postulándose como los salvadores con los datos del brujo de la tribu bajo el brazo.

    Si la ley de gobierno del futuro va a ser la imposición de medidas por el miedo, por la amenaza, por la coacción moral, guiada por la especulación (augural) sobre el futuro y si los límites van a ser impuestos por esos mismos medios y la opción (derecho) a consumir o a producir se van a convertir en nueva mercancía de contrabando (como de hecho se ha convertido el CO2), con la que los pobres van a ser más espantosamente pobres que nunca (ya saben, el cambio climático les va a dar de lleno. Además, no van a poder vender su carbón, su petróleo, su uranio) no sé si prefiero seguir como hasta ahora.

    Buenos días

  6. #6 Servan 05 de feb. 2007

    Uma: estoy totalmente de acuerdo con lo que escribiste.
    En el transcurso de mi vida, he visto una catástrofe ecológica en Chile.
    Cuando era niño, los jardines estaban llenos de mariposas, coleópteros verdes, libélulas, mantis, golondrinas, lagartijas. Hoy, si veo una, me llama la atención. Murieron por efecto del DDT. Si voy a la playa, en lugar de arena encuentro toneladas de plástico. La pampa del tamarugal es hoy un desierto.Poco queda de los bosques de alerces milenarios, se transfromaron en muebles. Los bosques nativos se transformaron en plantaciones de pinos, acidificantes del suelo. Desaparecen peces y mariscos, como el concholepis lapa, antes abundantisimo. Los glaciares retroceden metros, kilómetros. De la Antártica salen no icebergs, sino islas de kilómetros. Las mejores tierras agrícolas se han urbanizado, o sea el suelo es ahora cemento por donde corren las aguas lluvias.Etc, etc. Todo esto es muy provechoso, v.gr. para los politicos DC involucrados con las madereras y las pesqueras, con las empresas constructoras. Los símbolos nacionales de Chile son el huemul, el cóndor, el copihue, teóricamente protegidos por la ley.Quedan algunos, todavía. Por ej. está prohibido comercializar el copihue, un tipo compra una isla del sur, arrasa con todos los copihues, los vende a 50 ct. dollar el ramo, una flor que es más difícil de criar que una orquídea, yo tengo en mi jardín. Explicación: el tipo "las produjo".
    Está prohibido cortar el alerce; muy sencillo, se incendia el bosque, entonces tienes derecho a cortarlos. Te haces millonario, qué importa que el alerce crece en 2000 años.
    Cuando no quede ninguno, inviertes tu dinero en otra cosa.
    Es la psicología depredadora del burgués apátrida, pues su patria es el dólar.
    El desierto avanza, los glaciares se hacen agua, los bosques desaparecen, las aves, los animales, el mar se transforma en una cloaca infecta, desaparecen los peces, los moluscos, el aire se vuelve irrespirable, los rayos solares producen cáncer.
    ¿Aquí no ha pasado nada?

  7. #7 Sotero21 05 de feb. 2007

    Uma, yo estoy convencido, el desastre es grave y las consecuencias las estamos pagando. Sería irresponsable no tomar partido por hacer algo. Lo que he intentado expresar es que, por excesivo que sea el problema, la forma de presentarlo ante el mundo está contaminada de urgencia, alarmismo y un clima apocalíptico que quizás no pueda más que provocar respuestas urgentes e incluso contraproducentes, cuando no el hastío. A la gente le llevan diciendo desde hace 20 años que el mundo se acaba, pero llueve todos los años, nieva, hace frío y calor y cuando van a la playa no ven que tengan que poner la toalla más allá, por lo tanto no se creen nada. Aunque estoy por asegurar que todos y todas las celtíberas de bien se que asoman a esta página hacen cosas al respecto. No creas que por discrepar de las formas se tiene que discutir el fondo. Por mi parte tambien dejo el foro, porque no tengo más argumentos, pero han sido bueno exponerlos ante gente sensata.

    Un cordial saludo.

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