Autor: JM0005
domingo, 14 de enero de 2007
Sección: Lenguas
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Ekiar/Ekien - Eban/Ebanen - Teban/Tebanen. Fórmulas funerarias ibéricas indicativas de la marcha del difunto, la erección demonumentos y el linaje.

Ekiar/Ekien - Eban/Ebanen - Teban/Tebanen.


Fórmulas funerarias ibéricas indicativas de la marcha del difunto, la erección de monumentos y el linaje familiar.

La teoría indoeuropea.


Por Georgeos Díaz-Montexano (Sociedad Epigráfica, 2006).


Las hipótesis sobre eban/ebanen teban/tebanen. Puede decirse que existen tres hipótesis fundamentales o importantes: la hipótesis de la marca de filiación, "hijo de"(1), la hipótesis verbal, o más ilustrativamente, "hipótesis curavit"(2), y la hipótesis material o de "piedra/estela"(3).







Ekiar/Ekien - Eban/Ebanen - Teban/Tebanen.


Fórmulas funerarias ibéricas indicativas de la marcha del difunto, la erección de monumentos y el linaje familiar.

La teoría indoeuropea.


Por Georgeos Díaz-Montexano (Sociedad Epigráfica, 2006).


Las hipótesis sobre eban/ebanen teban/tebanen. Puede decirse que existen tres hipótesis fundamentales o importantes: la hipótesis de la marca de filiación, "hijo de"(1), la hipótesis verbal, o más ilustrativamente, "hipótesis curavit"(2), y la hipótesis material o de "piedra/estela"(3).



Análisis de la cuestión.

Las hipótesis sobre eban/ebanen teban/tebanen. Puede decirse que existen tres hipótesis fundamentales o importantes: la hipótesis de la marca de filiación, "hijo de"(1), la hipótesis verbal, o más ilustrativamente, "hipótesis curavit"(2), y la hipótesis material o de "piedra/estela"(3). En cuanto a la hipótesis de marca filiación, "hijo (de)",defendida en la actualidad principalmente por Javier Velaza, es puesta en duda por Untermann (seguido por Rodríguez Ramos) quienes han manifestado algunas inconsistencias. Al respecto, expone Rodríguez Ramos:

"No obstante, la vieja interpretación alternativa como marca de filiación, ya propuesta por Bähr y por Gómez Moreno(4), es dada por segura por Velaza (1994). No es totalmente descartable, pero ello topa con el muy serio inconveniente de que no se entiende bien el que en las inscripciones no pétreas los abundantes antropónimos documentados no utilicen nunca dicha supuesta marca de filiación(5)." (Jesús Rodríguez Ramos. "La lengua íbera: en busca del paradigma perdido".).

Utterman y Rodríguez Ramos(6) consideran que en realidad la forma eban y sus variantes se corresponde con el latín curavit; verbo usado generalmente para indicar a quien ha mandado o encargado la construcción de un monumento. Ambos utilizan como apoyo de esta hipótesis verbal o hipótesis curavit, una inscripción bilingüe de un fragmento de arquitrabe hallado en Sagunto, en la que además, al parecer no se menciona ninguna filiación propiamente dicha (ver artículo "Idioma Ibero" en Wikipedia.).

Sobre la hipótesis material o de "piedra/estela", Tovar ha presentado comparaciones con el camita eban que podía significar "piedra", "estela", y/o "tumba" (según el contexto); hipótesis que relacionó también con la raíz semita 'bny' "construir", al parecer correspondiente a otras formas camitas como las líbicas bn-s que aparecen en algunas estelas(7).

Las hipótesis sobre ekiar/ekien. Respecto a esta palabra ibérica parece existir un mayor consenso entre los especialistas, ya que la inmensa mayoría está de acuerdo en interpretarla como una forma verbal usada con toda probabilidad para expresar la idea de 'hacer' (latín fecit), 'construir', o 'erigir' / 'levantar' un monumento. Ya en la década de los cuarenta del pasado siglo Beltrán y Gómez Moreno propusieron una comparación con el eusquera 'egin', "hecho"(8). Para una mayor explicación sobre estas hipótesis recomiendo especialmente la lectura del excelente artículo de Rodríguez Ramos, ya citado. Aunque tampoco debemos olvidar que J. de Hoz es de la opinión de que ekiar/eguiar sería más bien un título "honorífico" y no una forma verbal.

Hasta aquí este breve resumen sobre las tres principales hipótesis relativas a las formas ibéricas eban/ebanen teban/tebanen que como hemos visto proponen los significados de "hijo de", o como el latín "curavit", o bien como "piedra/estela/tumba" y las hipótesis sobre las formas ekiar/ekien. En cualquiera de los casos, las hipótesis giran casi exclusivamente en torno a dos grupos lingüísticos: eusquera o vasco, y afroasiático, en concreto semítico y camita. Hace ya tiempo que se han descartado otras vías lingüísticas como el indoeuropeo, por ejemplo, prácticamente expulsado del debate sobre el origen y filiación de la lengua (o más bien lenguas) íbera. Pues bien, mi aportación irá justamente por este camino, aún esperando un casi absoluto rechazo por parte de la gran mayoría de los especialistas me arriesgaré en esta gesta intentado hacer valer, o reivindicar, el uso del indoeuropeo, aunque sea como una vía más en esta búsqueda casi quimérica por la solución del enigma del desciframiento de la lengua ibérica.

Análisis de las posibles formas verbales ibéricas eban, ebanen y tebanen en comparación con el verbo griego bainô.

A modo de introducción. Algunos datos sobre el verbo griego bainô.

Antes de entrar en materia, creo que sería útil -sobre todo para el neófito- la exposición de un breve resumen sobre el verbo griego bainô, "andar, marchar, caminar, partir, enviar, dirigir". Comencemos por sus formas más reducidas. Eba, "(el/ella) partió", "(él/ella) marchó", es una de las formas más reducidas del aoristo de bainô que se usa en los textos épicos y en el dialecto dórico, sólo en aoristo indicativo activo 3ra del singular; mientras que ban se usa en aoristo participio activo neutro del nominativo/vocativo/acusativo del singular y en aoristo indicativo activo 3ra del singular y 3ra del plural. Pero las formas en aoristo más reducidas conocidas de bainô son bê, "echó a andar, marchar, caminar", y la forma dórica poética -en indicativo- ba, que se traduce como "(él/ella se) fue", "(él/ella) marchó, o partió". Nótese como hemos conservado en el castellano formas casi idénticas a las griegas (asumidas todas como derivadas del latín vado) como por ejemplo, (yo) voy, (tú) vas, (é) va, (imp.) ve, ven, y (ellos) van, que bien podrían provenir de antiguas palabras ibéricas con una raíz *ba o *ban, pero bueno, como suele decirse, esto sería otra historia...

Asimismo, el verbo bainô -con todas las preposiciones- implica movimiento, como por ejemplo: epi nêos ebainen, "iba a bordo del barco" (Odisea.11.534); eph' hippôn bantes, "habiendo montado en el carro" (Iliada.18.532); bainein di' haimatos, "nadará (por andará) entre la sangre" (Eurípides. Phoenissae. 1.20), etc.

Uso funerario entre los griegos del verbo bainô. Por otra parte, bainô, con acusativo, se puede traducir (según el contexto) como "(él/ella) ha muerto", en un sentido metafórico; ejemplo en Teócrito.1.140. También se conoce su uso funerario con genitivo a través de la fórmula bainô ek brotôn, "irse de esta vida", "morir".

Hipótesis o propuestas.

Ibérico eban. En el griego antiguo se conocen cuatro formas similares a la ibérica eban como aoristo indicativo activo 1ra del singular y 3ra del plural del verbo bainô, "andar, recorrer, partir, marchar, moverse"; dos de esta formas en el dórico, dialecto antiguo del griego que según los últimos estudios podría remontarse a los tiempos micénicos, aunque algunos autores piensan que más atrás aún. Por consiguiente, eban se puede traducir en griego -según el contexto- como "(él/ella) partió" o bien como "(ellos) partieron".

Ibérico ebanen. En cuanto a esta forma ibérica, contamos en el griego antiguo con dos formas isofonéticas: ebamen -en aoristo indicativo activo 1ra del plural- "(nosotros) partimos/marchamos", y en imperfecto indicativo activo 3ra del singular la forma ebainen, que se traduce como "(él) iba" o "(él) partía", "(él) marchaba", y también como "(él/ella) fue" o "(él/ella) partió", "(él/ella) marchó".

Ibérico tebanen / teban (quizás por "te ebanen" / "te eban"). Hallamos en el antiguo griego la frase "t' eban" (Odas, Píndaro. 13.97) o "te eban", con los significados de (siempre de acuerdo al contexto) "ya (o, en efecto) partió, "ya partieron", "estos (ellos) partieron", o incluso, "te fuisteis".

De lo anterior se colige -si esta identificación a través del griego resultara correcta-que en el ibérico, eban podría traducirse como *(él/ella) partió o *ellos partieron (dependería del número de individuos citados en la estela), mientras que ebanen quizás podría traducirse como "(él/ella) ha partido" o "(él/ella) se ha marchado (ido)", "se fue", buscándose quizás una composición desde una forma similar al griego eba, "(el/ella) partió", "(él/ella) marchó" con ebainen, "(él/ella) iba" o "(él/ella) partía", "(él/ella) marchaba", y que también se puede traducir como "(él/ella) fue" o "(él/ella) partió", "(él/ella) marchó"; mientras que te-banen, podría ser "te has ido", o "ya partió, "ya partieron"; "estos partieron". Al igual que ocurre en el griego por metáfora o extensión o asociación de ideas, podríamos considerar que estas expresiones hagan realmente alusión al fallecido o difunto, como aquél que "ha partido", que se "ha machado", que se "ha ido" de entre los vivos.

En cuanto a la forma tebanen, puesta en relación con el latín coeravit (curavit), según aparecen en una de las escasísimas inscripciones bilingües que se han conservado, la del arquitrabe de Sagunto, igualmente podríamos hallar una explicación desde el mismo verbo griego bainô.Coeravit (forma antigua del latín curavit), en su segunda acepción de curo, se puede traducir también como "ordenar, administrar, mandar, dirigir", y en el sentido de "mandar a hacer algo" es como suele aparecer en algunas inscripciones monumentales. Pues bien, en el griego tenemos que justamente el verbo bainô (y sus formas eban/ebainen/ebamen) también es usado para expresar la idea de "dirigir", "conducir", "guiar" (literalmente "enviar a alguien"), y también "hacer que se levante o erija algo". Así pues, de resultar correcta esta hipótesis, mi propuesta podría explicar también la existencia de la forma ibérica tebanen, ya que podría estar usada bajo la idea de "dirigir, o mandar que sea erigido o levantado" (un monumento, estela o cualquier otra obra). Aunque también podríamos estudiar otra posibilidad, que en realidad la forma ibérica relacionada con el latín coeravit de la inscripción fuera koroto, siendo entonces un verbo y no un nombre propio como se había creído. De ser así, podríamos relacionarla con el griego koroito (pres. opt. med/pasi. 3ra sing.) de koreô, "limpiar", en ibérico, quizás con un sentido similar al latín curavit como "conservar, curar, cuidar", máxime cuando se conoce en griego el término neô-kóros (ático) y na(o)-kóros (dórico), usado para denominar al "encargado o supervisor del templo", por lo que es probable que el término equivalente en la inscripción al coeravit latino realmente sea, como ya he apuntado, el ibérico koroto, y cuya traducción podría ser bastante similar; un koroto ibérico sería quizás el encargado o supervisor de los monumentos, más concretamente, el que se "encargaba de mantenerlos limpios", en buen estado, bien conservados.

M. F/ABIUS M. L. ISIDORUS COERAV/IT (Latín)
::::/ITO. tebanEN OTAR KOROTO/:: (Íbero)

Inscripción bilingüe de Sagunto


ekiar/ekien - eguiar/eguien. Las hipótesis "casa/construcción", "clan/familia" y "erigir".

ekiar/ekien, desde el griego oikos, "casa, morada, palacio; o familia, clan". Como en el acusativo de oikos, oikiên, la forma ibérica ekien podría ser igualmente una forma en acusativo, traducible entonces como "en casa (de)". Teniendo en cuenta la evolución que ha presentado el diptongo griego antiguo oi en la pronunciación medieval i (iotacismo), actualmente en uso, no puede descartarse igualmente una posible evolución en e incluso ya en la propia antigüedad, con independencia de que las formas ibéricas no tienen por que haber sido pronunciadas exactamente igual que sus posibles parientes las griegas.

Es perfectamente asumible que tanto las formas ibéricas ekiar/ekien como las formas griegas oikia/oikiê/oikian/oikiên deriven ambas de otro vocablo de una lengua madre, como puede ser la forma reconstruida *weik, "clan", que con vocalismo o y sufijo se ha reconstruido como *woik-o-, desde donde se considera que derivarían todas las formas griegas conocidas de oikos, "casa, morada, familia", a través de los cognados cretense y locrio, woikia. En este sentido, de resultar cierta mi hipótesis, las formas ibéricas ekiar/ekien podrían ser incluso más antiguas que las griegas mismas al estar más cercanas -en su posible pronunciación- a la forma original indoeuropea reconstruida. Las formas ibéricas podrían haber sido sufijadas en -iar / -ien desde un posible vocablo indoeuropeo (no advertido) *weik-i-, "clan" (casa, familia), que con vocalismo i y sufijo derivaría igualmente del indoeuropeo *weik, "clan". Aunque tampoco deberíamos descartar la relación de las formas ibéricas ekiar/ekien con las formas del verbo griego oikeô, "morar, habitar, ocupar", como oikês, oikeôn, oikein y oikên, igualmente derivados de la misma raíces indoeuropea *weik y *woik-o- "clan/familia" (casa, morada); de manera que las voces ibéricas ekiar/ekien podrían hacer alusión al "habitante" o "morador" de una casa, palacio, aldea, pueblo, etc. Dichas formas ekien/ekiar, entendidas como marca de pertenencia gentilicia, "del clan, familia o casa (de)", podría a su vez explicar todas las apariciones de estas formas en diversos materiales como como huesos, armas, monedas, o cerámicas, además de en las mismas construcciones; incluso hasta cuando aparecen repetidas en un mismo objeto, como ocurre -hasta tres veces- en una cerámica de Liria.

ekiar/ekien con fonetización eguiar/eguien, desde el griego egueirô (eguirô), "levantar o erigir una construcción", "construir", "reconstruir"; otras formas son: eguerô (egeroo), êgueira (eeguira), egueirei (eguiri), egueire (eguire), egueirai (eguire), y agueirô (aguiroo). La forma ibérica eguiar (mejor que ekiar), podría entonces significar "(yo) erigí", "(yo) construí", "(yo) reconstruí", como el griego egueira, mientras que la variante ibérica eguien podría ser traducida como el griego egueiren, (eguiren) "(él/ella ha) erigido, construido o reconstruido", o "(él/ella) erigió, construyó o reconstruyó", siempre en el sentido de "levantar una construcción", tal y como ya habían propuestos algunos investigadores. En este caso, mi propuesta de identificación a través del griego antiguo, y por ende del indoeuropeo, sencillamente sólo vendría a confirmar la hipótesis semántica ya propuesta, aunque no filogenética.

La fonetización en sonora eguiar/eguien no parece presentar ningún problema, todo lo contrario, está bien documentada, y no solo por la inscripción bilingüe de la moneda de Gili. Al respecto, el mismo Rodríguez Ramos no dice en su nota 23 del artículo citado:

"Es más, en las inscripciones íberas que, al norte del Ebro y antes del 200 aC, que marcaban dos tipos de oclusivas, hay indicios de que la forma ekiar se escribía con el signo que en grecoibérico corresponde a una sonora; es decir, que sería egiar. Así parece atestiguarlo la cerámica pintada de Can Oliver (Panosa 1993: 19.2) y posiblemente, el grafito C.7.1. Asimismo, si está relacionada con ekiar, la forma bokiar es claramente bogiar." (Jesús Rodríguez Ramos. "La lengua íbera: en busca del paradigma perdido". Nota 23).

Por otra parte, mi propuesta podría explicar igualmente la presencia del ibérico ekiar/tekiar o eguiar/teguiar en otros objetos como huesos, armas, o cerámicas, puesto que el mismo verbo griego egueirô (eguirô), siendo polisémico, presenta otros significantes como despertar, estar en vela, velar, sanar, curar, resucitar, mover, suscitar y entonar (un treno o canto fúnebre), entre otros; siendo bastante probable que en el caso de las inscripciones sobre hueso y vasijas pudiera estar usado el verbo en su sentido de 'sanación' y 'curación', mientras que en las armas podría estar usándose con el sentido de "estar en vela", "atento", "despierto", o sea, "en guardia" y también como alzarse o suscitar la guerra, expresiones y usos estos documentados en el griego.

En cualquier caso, la presencia de ekiar/eguiar en una moneda ibérica (también de Sagunto) induce a aceptar el significado de "hacer", o "acuñar", no documentado en el griego antiguo para el verbo egueirô, pero que bien pudo existir en una forma indoeuropea anterior que heredaría el ibérico, probablemente de manera independiente, en cualquier caso, el significado sí conservado en el griego de "construir", puede ser extendido a "fabricar", por lo que no es nada descabellado aceptar una evolución propia en el íbero del verbo eguiar con el significado de "hacer", en el sentido de "fabricar" o "construir" algo; todo eso sin descartar que quizás se trate de una frase evocadora encaminada a presumir sobre la reconstrucción de la ciudad por parte de un magistrado o rey, presumiblemente nombrado en la misma moneda, puesto que reconstruir es, precisamente, otra de las acepciones de la voz griega egueirô (eguirô), que en su forma más próxima al ibérico eguiar de la moneda saguntina, la forma griega egueira (eguira), podría pues ser traducido como "(yo) reconstruí", o "(yo la) reconstruí", refiriéndose a la ciudad. Lo mismo podría aplicarse en el caso de las dos célebres inscripciones en mosaicos de cerca del año 100 adC, una de Caminreal y la otra de Andelos, que a continuación exponemos:

Caminreal E.7.1 (=K.5.3) Likine-te ekiar usekerrteku
Andelos K.28.1 Likine Abulo-rraune ekien bilbiliarrs


Como puede apreciarse, en ambos casos una interpretación del verbo ibérico eguiar/eguien a través de formas derivadas del griego egueirô (eguirô), en su sentido de construir o reconstruir cobran pleno sentido. De manera que, siguiendo en la misma hipótesis defendida por Rodríguez Ramos de tratarse de un predicado verbal usado como marca de autoría, en la inscripción de Caminreal tendríamos que Likine o Likino, escribe en primera persona, "Yo, Likino, reconstruí (o construí) Ossicerda", mientras que en la inscripción de Andelos tendríamos a una tercera persona que escribe que Likino (quizás para un tal Abulo) reconstruyó o construyó (¿el castillo?) de Bilbilis, pues recordemos que en griego la forma del verbo egueirô (eguirô), más próxima al ibérico ekien/eguien, es egueiren, (eguiren), "(él/ella ha) erigido, construido o reconstruido", o "erigió, construyó o reconstruyó". Así pues, Likino, más que un simple artesano, o incluso un artista, podría ser perfectamente un célebre arquitecto ibérico.

Conclusión.

En el contexto ibérico se aprecia el uso de las formas eban/ebanen y teban/tebanen -en la mayoría de los casos- sobre estelas que podrían ser funerarias, y siempre al final o muy cerca del final del texto, lo que ha sugerido la posibilidad de un significado igualmente funerario, aunque también de posible filiación, de ahí que existan las otras hipótesis citadas. Con relación a un posible significado similar al latín coeravit, como hemos visto, lamentablemente sólo se conoce un ejemplo.

Mi propuesta es que cualquiera de las formas ibéricas que contenga la raíz (o morfema) *Ba/*Ban, deben ser interpretadas -según el contexto- con algunos de los siguientes significados: *"ir, partir, marchar, andar, transitar; enviar, o dirigir", igual que en el antiguo griego bainô. Dichas formas, en un contexto monumental, podrían ser interpretadas como "dirigir", en el sentido de "enviar" u "ordenar" (que se haga algo), similar al latín coeravit, y a las mismas formas griegas eban, ebainen del verbo bainô; mientras que en un contexto funerario, se podrían interpretar como expresiones que aluden a la condición de partida del difunto (o los difuntos); expresiones tales como "ha partido", "se ha ido", "se ha marchado", "se fue" o "se nos fue", etc.; esto en lo metafrástico o literal, pues en los frástico o incluso en lo metafórico, podríamos traducirlas -al igual que en los ejemplos griegos- sencillamente como "(él/ella) ha muerto", "murió", etc.. Expresiones como las anteriores no nos son nada desconocidas, todavía hoy seguimos usándolas cada vez que nos referimos al fallecimiento de un ser querido o conocido. Como es sabido, las tradiciones, las costumbres, pueden ser muy antiguas y remontarse a miles de años.

Desde el punto de vista del origen, las formas ibéricas e-ban, e-ban-en y te-ban / te-ban-en, parecen estar formadas de una antigua raíz indoeuropea, reconstruida como *wadh-(2), compartida por varias lenguas antiguas, como observamos en el islandés antiguo wada, el anglosajón wadan, el frisón antiguo wada el alto alemán antiguo wat y en el mismo griego ban o bainô, entre otras lenguas, todas siempre con los mismos significados de "ir", "partir", "marchar"; "andar", "transitar"; aunque es mi deber informar al lector que la hipótesis más aceptada es que bainô (ban y eban, y todas sus formas) deriva de una supuesta raíz, también reconstruida, *gw m-yo, y esta a su vez de otra también supuesta o reconstruida raíz *gwâ. Juzguen ustedes mismo cuál de las dos raíces indoeuropeas reconstruidas se acerca más -fonéticamente- a las formas griegas derivadas del verbo bainô. En este sentido, su presencia en el ibérico podría ser explicada como préstamo lingüístico bien a través del arribo de los primeros pueblos indoeuropeos a la península ibérica, o bien por contacto con las colonias griegas. Puesto que no se conocen inscripciones con esta voces de fechas anteriores a la llegada de los griegos, sostener la primera hipótesis sería bastante más difícil, aunque ciertamente no improbable.

Aún aceptando y asumiendo la propia falsabilidad de mi hipótesis, lo cierto es que mi propuesta para las formas eban/ebanen - teban/tebanen permite explicar o solucionar dos hipótesis a la vez: formas de un verbo relacionado con la muerte, hipótesis funeraria, "estela/tumba", y verbo relacionado con el acto del levantamiento o erección de un monumento, la "hipótesis coeravit". Mientras que la hipótesis de la filiación, "hijo de", sólo podría explicar una parte del problema, en el caso de la estelas supuestas como funerarias, pero en ningún caso podría explicar la aparición de la forma tebanen en una inscripción bilingüe donde el único verbo latino es coeravit. No conozco (lo que no significa que no exista) ninguna lengua de la antigüedad que halla usado dos palabras casi idénticas, con la misma raíz semántica, una para la filiación ("hijo de") y otra como verbo, tipo curavit.

Así pues, la hipótesis que propongo para las formas ibéricas eban/ebanen - teban/tebanen, como formas indoeuropeas usadas -según el contexto- para expresiones funerarias relativas al difunto, y también como verbo relacionado con el latín curavit, ofrece una solución bastante coherente que podría explicar o satisfacer dos de las tres hipótesis establecidas para dichas formas actualmente en debates.

En cuanto a las formas ibéricas ekien/ekiar - eguien/eguiar he presentado dos propuestas: una comparable con el griego oikos, "casa, morada, palacio; o familia, clan" y su verbo oikeô, "morar, habitar, ocupar", y otra comparable con el verbo egueirô, "levantar o erigir una construcción", "construir", "reconstruir". Sobre la primera propuesta, oikos, las formas ibéricas podrían ser traducidas -según el contexto- como "en casa (de)", o como pertenencia, filiación o descendencia en el sentido "del clan o familia (de)", estando la forma ekiar posiblemente en dativo, "para la casa/morada (de)", o "para el clan/familia (de)", mientras que ekien -como la formas griegas oikian/oikiên- podría estar en acusativo, "en casa (de)", sin descartar ekiar como dativo de "habitante", o sea, "al habitante, o para el habitante (de)", y ekien como acusativo, "el habitante (de)", relacionándolas con las formas griegas oikês, oikeôn, oikein. En cualquier caso, Como ha sido expuesto, estas formas ekien/ekiar, entendidas como marca de pertenencia gentilicia, "del clan, familia o casa (de)", podría a su vez explicar todas las apariciones de estas formas en diversos materiales como como huesos, armas, monedas, o cerámicas, además de en las mismas construcciones; incluso hasta cuando aparecen repetidas en un mismo objeto, como en una cerámica de Liria.

Referente a la comparación con el verbo griego egueirô, "levantar o erigir una construcción", "construir", "reconstruir", también hemos visto como una interpretación del verbo ibérico ekiar/ekien en su más que posible fonetización como eguiar/eguien (documentada con la inscripción bilingüe de la moneda de Gili) cobran sentido a través de formas griegas derivadas del verbo egueirô (eguirô), en su sentido de construir o reconstruir. De manera que, siguiendo en la misma hipótesis defendida por Rodríguez Ramos parece tratarse de un predicado verbal usado como marca de autoría, en el contexto de las inscripciones monumentales traducibles como reconstruyó o construyó (eguiar)y como erigido, construido o reconstruido (eguien). Estas propuestas confirman -en parte- la hipótesis "fecit", aunque no tanto como "hacer", "hizo" sino más bien solamente en el sentido de "construir", "erigir" una construcción, en concreto, una casa o algún elemento de la misma como puede ser una habitación o morada; explicándose los otros usos del posible verbo ibérico ekiar/ekien - eguiar/eguien igualmente por otras acepciones de las mismos verbos griegos comparados.

Queda ahora en manos de los especialistas, y de Cronos, el tiempo, la última palabra al respecto.

Notas y Referencias:

1- Bähr (1947), Gómez Moreno (1945), Michelena (1979) y Siles (1986) y Mayer y Velaza 1996.
2- Untermann (1984), y Rodríguez Ramos (en prensa).
3- Tovar (1946). Ver nota 11 en artículo citado de Rodríguez Ramos.
4- Ver nota 10 en artículo citado de Rodríguez Ramos.
5- Ver nota 11 en artículo citado de Rodríguez Ramos.
6- Untermann y Rodríguez, Ob. cit. supra.
7- Tovar, Ob. cit. supra.
8- Beltrán 1942, Gómez Moreno 1945. Ver nota 6 en artículo citado de Rodríguez Ramos.






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  1. #1 Adoni 16 de feb. 2007

    Como has comprobado, tienes un instrumento para poder leer Orleyl y Botorrita, que me ha costado más de 30 años de parir. Tengo que confesarte, que cuando empecé a conocer los plomos de Serreta, Orleyl, etc., daba por buenas las hipótesis de signatario que se manejaban, Fletcher Valls, Untermann, etc. Así perdí varios años.
    Si consultas el censo de Untermann, verás además que hay ligeras variaciones en el dibujo de las placas de Orleyl, ya que se reconstruyen algunos signos. Como también hay algún error ó diferencias entre los dibujos de Botorrita y el texto propuesto.
    Después de haber identificado el signatario,de forma que se puede leer un texto ibérico del siglo VII a.C., y con idénticos criterios leer otro texto ibérico del primer siglo, ya no hace falta continuar con el trabajo de identificación de los signos, obteniendo además en ambos casos resultados concretos y traducciones que satisfacen plenamente.
    Ahora el problema está en el tejado de los que propusieron una falacia, son ellos los que deberán corregir sus apreciaciones. Como muchos han fallecido, descansen en paz, pero a sus acólitos, les conviene cesar en su maraña.
    Porque es sencillo comprobar que se encontraban en un grave error. Con 26 signos se pueden hacer muchas cosas, sin caer en el espantoso ridículo de éstos autores; ya te dije que no existe ningún alefato que reúna todas las cualidades de éste nuevo lenguaje: vocálico, consonántco, semisilábico y semiconsonántico, todo a la vez; veamos:
    ba/be/bi/bo/bu, cinco signos silábicos para la b
    ka/ke/ki/ko/ku, cinco signos silábicos para la k
    ta/te/ti/to/tu, cinco silábicos más para la t
    a/e/i/o/u, cinco signos vocálicos y ya solo pueden formular alguna consonante
    m/l/n/r/s/´s.
    Ante este espectáculo, pregunta?, dónde están el resto de signos?, o és que queremos construir un idioma para bebés. Donde están el resto de sonidos que tienen el resto de alefatos, la guimel, la dalet, la tet, la çayin, la hêt, la sámek, la pe, la zade, la qoF. Piense además que si no está ninguna de ellas, ni tan sólo como signo consonántico, mucho menos podra formar las ga/ge/gi/go/gu, da/de/di/do/du, etc., ya que necesitaría 45 signos más.
    Además, puestos a enseñar a hablar a un niño, porqué íbamos a permitir, baba, kaka y tata, pero no así, mama, lala, nana, roro, sasa.
    Como puedes ver, lo que nos proponen no nos sirve ni para decir patata, nos habríamos de conformar con una batata a lo sumo.
    Son tantos los motivos simplemente linguísticos, de estructura de una lengua, que impiden concebir una lengua así, que sería farragoso apuntarlos aquí.
    Hay cierta maldad en la hipótesis formulada, porque muchos alefatos antiguos eran conocidos cuando se formulaban dichas hipótesis, y si un signatario se parece a otro tanto que comparte casi la totalidad de signos, formular una lectura completamente distinta, és tanto como ignorar los propios signos.
    Por otro lado, hay motivos extralinguísticos. Las necrópolis ibéricas reúnen no sólo escritos en plomo, también hay cerámica además de las cenizas. Y si pueden identificar cerámica ática o dórica y por tanto comercio con el otro lado del Mediterráneo, porqué pensar que hay una barrera linguística tan profunda entre los alefatos conocidos entonces y nuestro ibérico sefardí.
    Alguno de éstos inventores de lenguas pensaron que podían conseguir una cierta musicalidad ò parecido con el latín, aunque en el siglo VII a.c., aún no había nacido la loba que iba a criar a Rómulo y a Remo.
    Para hacerlo aún más difícil, el ibérico, no tan sólo no compartiria semblanza alguna con las lenguas que dominaban el mediterráneo, sería la perla, la única escrita de derecha a izquierda. El ibérico no era cualquier cosa, tendría que ser especial. Es curioso pensar que Sefarad tiene la costa mediterránea llena de colonias fenicias y no haya ninguna influencia de la lengua fenicia en la lengua ibérica, a pesar de que las lenguas griegas en formación, tomaban las raíces del fenicio y también los romanos al construir su lengua utilizaron las mismas raíces semíticas. No les importa que Cartago dominase el Mediterráneo y sus colonias ocupasen todas las costas, la cultura ibérica no tendría porqué asimilar ningún elemento de ésta otra cultura, considerada como totalmente ajena.
    Es un panorama que en su conjunto, resulta un insulto a la inteligencia.
    Esto apunta, no sólo al grave error de los inventores de lenguas, sino también a la dejadez, al silencio, al falso respeto con que se ha tratado a éstos autores, ya que los historiadores, linguistas, arqueólogos, científicos, etc, que podrían haber negado de plano dichas hipóttesis, haber dicho algo, lo han callado, y además algunas instituciones han dado todo su apoyo a éstas falacias.
    Ahora se han dado de bruces todos ellos ante la lengua hebrea, porque tienen todos un grave problema. Qué hacían aquí los hebreos en el siglo VII, a.C., porque nadie está dispuesto a aceptar algo que se descarta de antemano. Qué serà de nuestros inventores de lenguas y de pueblos cuando constaten la hebraicidad del pueblo ibérico, y tengan que aceptar que ibérico és la forma sefardí de decir hebreo.
    En Sefarad puede haber habido ´gudus´, pero de ninguna manera ´yudus´. Ahora tendrán que admitir que ambas palabras son lo mismo, por mucho que intenten esconderlo.
    Creo que se lo he apuntado en varias ocasiones, quizás los prejuicios son la madre de la ignorancia y en la investigación histórico-linguística, son un lastre difícil de llevar.
    He permanecido en silencio durante años, pero creo que no pueden continuar así las cosas, porque de nada sirve que guarde en un cajón lo que he descubierto. Además, compruebo que hay personas que con mejor o peor voluntad, inquietas por descifrar éstos enigmas, se tropezarán con las mismas barreras con que yo tropecé, y me da pena pensar que estarán perdiendo el tiempo, como yo lo perdí.
    En la identificación del signo hay varios caminos, uno es la comparación formal del signo con otros de alefatos de su época y a través de los parecios establecer posibles semejanzas. Esto además se verá acompañado en la medida en que se van identificando los signos, de las comparaciones con las raíces de las lenguas conocidas en el entorno. Habrá un momento en que las posibilidades aleatorias de lectura de un signo determinado se van cerrando, definiendo sólo alguna lectura posible. Así, en ésta dinámica, las únicas hipótesis válidas de lectura serán las que acerquen el contenido del documento a una lengua determinada, es decir, sólo se podrán formulas hipótesis de lectura, con respecto a otra lengua de la misma familia. Al final lo que ocurre és que el juego de suposición/identificación aleatoria del signo, que podría ser casi eterno, ya que las posibilidades combinatorias de 26 signos aleatoriamente son muy altas, como le digo, el juego se va acabando, llega un momento en que un signo ya sólo puede ser ese signo y no otro. Cuando llega ese momento, el juego se acaba. Quiero que lo entienda, yo he pasado años jugando aleatoriamente con los signos, pero ya no puedo jugar más, porque hay una identificación no sólo de los signos, sino también de su composición, de las raíces y la lengua en la que están escritos. Si además realizada ésta identificación los textos adquieren sentido y además se ensablan con todo lo que rodea al documento, por ejemplo si son plomos en una urna funeraria, nos hablan del difunto y de sus creencias, su lenguaje se refiere justo a ese campo linguístico, y si es un Arca/guillotina de Bronce que sirve para matar, el lenguaje habla de eso precisamente, de matar, digamos que refuerza la seguridad de la hipótesis de desciframiento. Ahora lo que resta no és la identificación del signo, cumplida la fase de desciframiento del alefato, sólo queda la concreción de una traducción por los expertos en esa lengua.
    Yo ya he aplicado mi forma de lectura a los textos de Orleyl, y como tú la conoces, lo tienes fácil, escribes los signos y buscas en el diccionario. Quizás el de hebreo bíblico, de Alonso Schöekel, sea de lo más sencillo y mejor para que hagas ésto, no tendrás el menor problema para hacerte una idea del texto. Si lo que quieres es una traducción certificada, debes pedirla a cualquier profesor de bíblico, aunque debes entender que otros profesores pueden matizar la lectura del primero.
    Salud.























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