Autor: Carlos Sánchez-Montaña
domingo, 19 de noviembre de 2006
Sección: Roma y Grecia en Celtiberia
Información publicada por: lucusaugusti
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El origen de las murallas bajoimperiales de “Asturia et Gallaecia”

Las murallas de N.O. significaron un enorme esfuerzo financiero y humano en el momento de su construcción, la pertenencia de todas ellas a una tipología diferenciada y a un mismo momento histórico es el resultado de unas necesidades concretas producidas por el cierre de las explotaciones mineras que durante más de doscientos años produjo los elementos para hacer posible su construcción.




























"La mayor concentración de ciudades amuralladas en el Bajo Imperio se concentra en el noroeste, Astorga, León, Braga, Lugo y Gijón. Las ciudades hispanas amuralladas, lo fueron por decisión de ellas mismas. No hubo un plan estatal premeditado y ellas costearon el levantamiento de sus murallas. A finales del s. III o comienzos del IV se levantaron, posiblemente, la muralla de Castro Ventosa, identificada como Bergidum."- (1)

TIERRA DE ORO
Tras más de dos siglos de una generosa situación económica y social basada en las explotaciones mineras y en todos los oficios que la minería como sector primario necesita, y tras alcanzar una riqueza difícil de imaginar en otros lugares del imperio, la provincia del N.O. de Hispania, la “Asturia et Gallaecia” de Plinio, vió peligrar el equilibrio social alcanzado desde el final de las guerras cántabras.

La importancia del N.O. como fuente de riqueza del imperio romano es incuestionable. Tal era esta que algunos estudiosos han calculado que sólo de las minas de las Médulas fueron extraídos 96.000 kilogramos de oro a lo largo de 250 años.
En el III Congreso Europeo “Las obras públicas romanas” celebrado recientemente en Astorga, el Ingeniero Técnico de Minas Roberto Matías ha presentado las últimas investigaciones sobre el complejo minero del Teleno al suroeste de Astorga. Según el autor esta fue la mayor mina de oro romana que se conoce: “Nunca se ha registrado en ningún lugar del mundo tal concentración de trabajos de minería”.

Si a las explotaciones de las Médulas y a las del Teleno sumamos las de menor tamaño que existían en las cuencas fluviales de los ríos Sil, Miño, Navia, Ibias y Eo, podremos acercarnos a la verdadera magnitud económica y demográfica que las minas tuvieron durante algo más que los dos primeros siglos en el imperio romano.

Hoy en día ya está establecido que las explotaciones mineras del N.O. estaban atendidas principalmente por miles de hombres libres, en su mayor parte peregrinos, que residían con sus familias en los castros próximos. “Así, unos se dedican a la actividad agraria, explotando las mejores sierras que permiten el abastecimiento de la mano de obra minera, otros proporcionan las materias primas y manufacturas necesarias al trabajo que aquella realizaba (herramientas, maderas, etc.). Por último, ligados exclusiva y directamente al trabajo en las minas, encontramos poblados de mineros y núcleos que albergaban al personal cualificado que efectuaba el control técnico de la explotación.”

La escasez de fuentes sobre este periodo de la historia, fuera de los escritos de Plinio “el viejo” es desolador. En los últimos años no deja de ser sorprendente como los yacimientos arqueológicos dejan en evidencia el vacío que las fuentes escritas han creado sobre la romanización de N.O. La riqueza de los yacimientos de origen alto imperial en toda la provincia es una continua llamada de atención sobre la falta de otras referencias.

Si bien los excedentes económicos de esta extensa explotación minera eran dirigidos al tesoro del emperador, no cabe duda que una parte muy estimable de la riqueza producida por estas explotaciones mineras y sus industrias auxiliares permanecería en los tesoros particulares de los dirigentes locales. Las formas en que estos excedentes locales se utilizaron fueron dos: Una en la inversión en obras y edificios públicos a imagen y semejanza de la “publica magnificentia” dictada desde Roma, y la otra parte permanecía en los tesoros locales en el interior de las ciudades, verdaderas cajas fuertes a imagen y semejanza de las suizas cajas acorazadas actuales.

En los inicios del siglo III, las minas de Las Médulas - como todas las minas de oro del Noroeste peninsular – dejaron de explotarse. La explicación se encuentra en la estrecha relación que la explotación de las minas de oro tenía con el sistema monetario romano, el cambió de la economía y del patrón oro al patrón plata fue determinante. La misma importancia que las explotaciones alcanzaron lo significó su cierre para los territorios del N.O.
¿Que nueva actividad pudo absorber la mano de obra excelente, que nueva ocupación pudo dar sustento a los mineros, a los oficios auxiliares y a sus familias?

Una vez más no tenemos fuentes antiguas que nos describan este momento de la historia del N.O., algo habitual durante siglos, la historia escrita de “Ásturia et Gallaecia” no se conoce en toda su realidad.
Si embargo una vez más la arquitectura acude en rescate de la memoria histórica, las murallas bajo imperiales construidas en las ciudades de la provincia de la "nueva Gallaecia" nos dejan constancia edificada de la realidad y de las necesidades del territorio en el siglo III d.C.

Se puede asegurar, sin lugar a equivocarse, que el cierre de la denominada como “la mayor explotación minera del imperio” tuvo como consecuencia que miles de mineros, oficios auxiliares y labradores (los que alimentaban a los mineros y auxiliares) se quedaron sin ocupación. En la edad moderna tenemos innumerables ejemplos de lo que significa socialmente una reconversión minera, y la necesidad apremiante que existe para poder dar solución a una gran masa de población sin ocupación futura.

Todo este excedente demográfico, condenado al paro, recurren a las ciudades para sobrevivir. Entre el 250 y el 275 d.C. se sucedieron a lo largo del imperio numerosas revueltas sociales que en muchos casos acabaron con el asesinato de terratenientes y gobernantes de ciudades a manos de los sublevados. Las denominadas “bagaudas” significaron una respuesta al creciente descontento social en zonas de conflicto. La profunda crisis económica y social tuvo fuertes consecuencias en occidente, las fuentes antiguas, una vez más, dejan en blanco estos años de cambios en los territorios de “Asturia et Gallaecia” pero tenemos la arquitectura como testigo indeleble de este periodo de la historia.

Las murallas construidas en las principales ciudades de “Asturia et Gallaecia”, a saber: Asturica, Bracara, Lucus Augusti, Legio, Gigia, y Bergidum son sobre todo elementos de defensa. Hoy solo es visible una parte de las murallas originales construidas en el N.O. durante los últimos decenios del siglo III d.C., los monumentos actuales no reflejan su majestuosidad original.

Todos los estudiosos específicos sobre esta arquitectura bajoimperial señalan que las murallas del N.O. de Hispania pueden ser analizadas de forma conjunta, pues poseen similares características constructivas que las encuadran dentro de una tipología común. Bien es verdad que de entre todas ellas la que más destaca es la de Lucus Augusti. Muy significativo fue el aplauso con la que fue aclamada recientemente por los participantes en un “Congreso Internacional de Estudios sobre la Frontera Romana” celebrado en León sobre arquitectura defensiva, cuando llegaron frente a sus muros en el autocar que le traía de visita a Lugo. La sorpresa que estos especialistas se llevaron al llegar frente a sus torres fue muy elocuente.

Los dirigentes de las ciudades del N.O. realizaron una empresa que significó un gran esfuerzo económico y de recursos humanos para su tiempo. No solo se pensó como bastión defensivo de la ciudad, sino también como elemento propagandístico de la clase dirigente de las urbes frente a sus vecinos.


MURALLA DE ASTURICA


MURALLA DE LEGIO


MURALLA DE GIGIA


MURALLA DE BERGIDUM

Las nuevas murallas dividieron las capitales de los conventos en dos.

Las capitales de ambos conventos, Astúrica y Lucus Augusti, sufrieron una radical transformación urbana.
En el caso de Lugo la Muralla protege las zonas principales de la ciudad alto imperial, en el interior de su recinto permanecen el área foral, el teatro, las domus principales, las termas urbanas, el castellun aquae, el mercado y los templos principales así como la basílica cristiana. Queda también dentro de su recinto el área próxima al mercado donde se encontraban muchos de los talleres y artesanos que trabajan en el interior. Se protege así los principales edificios y las viviendas de los dirigentes. En el exterior los barrios de viviendas más humildes situados en las zonas sur y oeste de la ciudad alto imperial así como los templos que se encontraban en el exterior de la ciudad antigua.


Lucus Augusti
La muralla bajo imperial sobre el trazado urbano alto imperial.

La misma división puede ser observada en Asturica, la parte oeste de la ciudad alto imperial permanece extramuros.

Desde el análisis estrictamente organizativo las murallas del N.O. implican tres aspectos fundamentales para toda construcción monumental: conocimiento tecnológico, recursos financieros y mano de obra. Y podemos asegurar que no existía en el imperio un lugar donde estos tres aspectos se encontraban tan presentes como en la “Asturia et Gallaecia" del siglo III. Las minas de oro aportaron todo el conocimiento técnico para poder preparar el proyecto y la logística necesaria previa a su ejecución, a la vez los fondos necesarios para su financiación se encontraban guardados en el interior de las ciudades, los tesoros de los oligarcas, y la mano de obra necesaria para la construcción fue la excedente de la minería aurífera olvidada.




MURALLA DE LUCUS AUGUSTI

La importancia que Lucus Augusti había alcanzado en el Noroeste de Hispania obligaba a realizar una construcción de carácter excepcional. Para aproximarnos al volumen de obra que solamente la muralla de Lugo significó en su tiempo recordar que a principios del siglo XX se estimó la posibilidad de demoler y transportar su material a la dársena en construcción de A Coruña, calculando el número de carros para su transporte se desestimó por que cuando llegase el primero a su destino y puestos todos uno detrás de otro, el último aun no habría salido de Lugo, y estamos refiriéndonos a la muralla de hace cien años, que solo conservaba en pie dos tercios de la original construida en el bajo imperio.

De esta forma, y gracias a todas estas construcciones defensivas, las ricas ciudades de “Asturia et Gallaecia" pudieron durante años ocupar a la mano de obra excedente de las minas en preparar el futuro de épocas venideras, el momento en que de manera irremediable el paro sin subsidio fue la única realidad para una gran parte de la población.

El análisis de la muralla más monumental de todas, la de Lucus Augusti, permite asegurar que su proyecto de construcción atendió a la protección de los barrios principales, manteniendo fuera de sus muros a los barrios de ocupación más humilde: el actual barrio del Carmen, el de Recatelo y el de San Roque, que fueron ocupados en el alto imperio y ahora quedaron fuera.

La muralla de Lugo, con sus 85 torres, es una barrera para la defensa civil frente a los disturbios sociales, la topografía sobre la que se asienta, en algunos casos en cota inferior a la ciudad extramuros, nos deja comprobar como no atiende a la defensa frente a un hipotético ataque militar, y sí a un control de las zonas urbanas conflictivas. Es en las zonas donde la nueva muralla se enfrenta con los barrios extramuros donde se multiplican las torres, disminuyendo la distancia entre ellas y mejorando los ángulos de visión sobre los edificios cercanos.

Como conclusión: las murallas de N.O. significaron un enorme esfuerzo financiero y humano en el momento de su construcción, la pertenencia de todas ellas a una tipología diferenciada y a un mismo momento histórico es el resultado de unas necesidades concretas producidas por el cierre de las explotaciones mineras que durante más de doscientos años produjo los elementos para hacer posible su construcción. Los recursos que las minas produjeron durante más de dos siglos fueron utilizados para llevar a cabo la empresa en las ciudades de “Asturia et Gallaecia": una depurada técnica, financiación generosa y abundante mano de obra.

© Carlos Sánchez-Montaña

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Bibliografía:
Cuadernos de la Fundación Las Médulas
-Nº 1. El oro de Las Médulas. F.-Javier Sánchez-Palencia, Luis Carlos Pérez, Almudena Orejas Ponferrada, 1999
-Nº 3. La mano de obra en Las Médulas. Almudena Orejas Ponferrada, 2002.

-Las Médulas, El Dorado de hace 2000 años. Tomás Alvarez

-"La pavorosa revolución. La decadencia del Imperio Romano en Occidente" F. W. Walbank, Alianza Universidad 1978

-(1)"La romanización de los astures, cántabros y vascones en el Bajo Imperio. Estado de la Cuestión."
BLÁZQUEZ MARTÍNEZ J. M.
Departamento de Historia Antigua Universidad Complutense de Madrid
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/02130181/articulos/GERI0404220493A.PDF.

-I Congreso de murallas de ciudades romanas en el occidente del imperio. Lucus Augusti como paradigma. Lugo, noviembre-2005 Actas inéditas.

-XX Congreso Internacional de Estudios sobre la Frontera Romana. León, septiembre-2006. Actas inéditas.

-III Congreso Europeo “Las obras públicas romanas”. Astorga, octubre-2006. Actas inéditas.


Más informacióen en: http://www.lucusaugusti.net


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