Autor: Andrés Pena Graña
jueves, 07 de septiembre de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: crougintoudadigo


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Navia ¿antigua divinidad indoeuopea y celta asociada a ritos de impetración de la lluvia?

LA NUEVA INSCRIPCIÓN DE NAVIA
A propósito de la nueva ara encontrada por Iago URGORRI, empotrada en el muro de un alpendre en la casa rectoral de San Martiño, en la parroquia lousamiana de Lesende, donde hoy se venera, según se nos dijo, a la Virgen Peregrina.




LA NUEVA INSCRIPCIÓN DE NAVIA

IAGO URGORRI nos acaba de ofrecer una nueva ara de NAVIA, la noticia fue publicada en la prensa y en la Voz de Galicia.

NAVIAE
OB MER
IS [ CRUZADA, CÓMO UNA VÍRGULA, SOBRE LA I “MERITIS”] MARC
VS VAL
VO PO
La lectura de Iago Urgorri es correctísima
Marco Valerio ofrece este voto a Navia por sus méritos

“El hecho de que aparezca sólo Marco Valerio, en vez de las tres palabras que suelen conformar el nombre romano, lleva al estudioso a extraer la conclusión de que el oferente era un habitante de la antigua Gallaecia, eso sí, en proceso ya de romanización. Se trataría, pues, de uno de los primeros habitantes de Lousame de los que se tiene constancia” dice la noticia de Prensa.




NAVIA ¿LA CHORREANTE?

(Partiendo de la premisa de que los celtas solo tienen una divinidad femenina, y que esta tiene numerosos epítetos, tomados ora de los topónimos donde el santuario está ubicado, ora de la especial vocación del santuario PASAMOS A ANALIZAR EL EPITETO NAVIA. Publicamos en 1994 parte del contenido que a continuación se inserta conteniendo la revisión de unos papeles publicados en 1991).


‘El Júpiter Galaico Romano que hace más de una década asociamos al epíteto irlandés Dagdae, “Padre de todas las cosas” “Oll-Athair” y a Nuado, mejor que Nuada, etimológicamente “que coge o alcanza con esfuerzo” de pertenecer su nombre a la raíz *Neu-d [J. POKORNY Indogernanisches Etymologisches Wortenbuch. Berna, 1959, p. 25.] “sujetar”, “alcanzar”, “coger con esfuerzo” quizás habiendo perdido un brazo [Tras ser sanado por el hijo del gran médico Dianchet, Miach, el brazo de Nuada, este fue restaurado como Rey de los Túata De, en Tara], repuesto luego por una prótesis de plata Airgetlam “Brazo de Plata”, epíteto intensificativo del poder alcanzante o sujetador del dios en el sistema celta donde el dios tuerto es el que mejor vé, la mujer embarazada la que más corre, el barco de piedra el que mejor flota, la rueda de molino el salvavidas más seguro, etc.] tiene una esquiva pareja divina, una cara paredros, una vieja virgen, divinidad indoeuropea de la luz y de los meteoros.

El tonante, o Júpiter celto-romano tiene una compañera, una radiante virgen de la luz y de los meteoros, de inmaculado aspecto claro similar a la arcaica divinidad indoeuropea Iuno Lucina, llamada probablemente en el mundo celta Brigantia. Brigantia sería contrapunto de Ataecina, o Leto “la noche” de quien toma posiblemente el nombre nuestra comarca de Bergantiños. Divinidad de la soberanía celta posiblemente conserva una raíz, alusivo al monte *Brix. que ha dado origen a numerosos topónimos, y nombres de tribus celtas como la civitas de ese nombre cuya capital era Isurium Brigantium, y aún a confederaciones de tribus como la más populosa de la Britania organizada por la reina Cartimandua (43 asl 70 d. C. cf, Tácito Annales), convertida en la provincia romana de Britania Secunda y luego en un reino una federación de tribus con un rei dominante, del clan o dinastía de Coes Hen “el protector” , John KOCH ha intentado traducir dos stanzas del poema Y Gododdin leyendolo como “As […] Brigantia rose, ascending towars the sky” (A. 58) y “the man who […] went down in to […] brigantia was slain on a spear shaft” (A. 71) John KOCH The Gododdin of Aneirin: Text and Context from Dark Age North Britain, Cardiff, Universiti of Wales press, p. 107.

Fue en el pasado pagano la pareja gala compuesta de Succellus “El buen Gopeador” y Nantosuelta literalmente “sinuoso torrente” representada a menudo en los relieves y monumentos galo-romanos como los de los mediomatricios (Metz, Francia) él con un bastón rematado en un martillo, ella con una casa en lo alto de su bastón -Como el pequeño grupo de Sarrebourg de 34 cm de base), del Musée Archeologique de Metz (GREEN, M. “The divine marriage” Symbol and Image in Celtic Religious Art, 1989 p.48) o también con una cornucopia, patera y jarra, (como en Dijon. Musèe Archéologique de Dijon. De 39 cm de base)-, o también
compartiendo la corona y la diadema – en Grünwinkel, cerca de Oberseebach en el museo de Karlsruhe; ESPÉRANDIEU, volumen alemán, nº 352, in GREEN “The divine marriage” Symbol and Image in Celtic Religious Art, 1989 p. 47-61- y aún con las ollae o calderos (Doubs, Besançon entre los sequanos) -ESPÉRANDIEU ns. 4566; 5564; 5752- expresivos de la briugaid atlántica representada en Galicia en el deo Vestio, cf. Comparativamente, ‘gast’, ‘guest, “hospedero”, que recibe en el Alén (Más Allá) con los brazos abiertos a sus invitados las almas que llegan a la Alta Ciudad o Casa del Vero Breo Lar, y por este motivo la mencionada pareja divina estaría, a nuestro modo de ver, relacionada también con sombríos elementos psychopompos como el cuervo, la manzana, cesta de frutas o el perro propios de otros epítetos como Rosmertha y Ataecina.

Es posible que el clero celta -como lo hace ocasionalmente también el clero cristiano y muchas otras religiones- respondiendo a las exigencias de las diferentes personalidades o aspectos de lo que creemos podría constituir la concepción teista trinitaria de una única y polifuncional pareja divina, acostumbrase a no nombrar directamente a esta pareja, ora por motivaciones dogmáticas, (por ejemplo no tomar en vano el nombre de Dios) ora por resultar ello para quienes tenían una dilatada formación en los misterios de la fe teológicamente irrelevante, y que para referirse a la presumiblemente divina y trinitaria pareja en determinados aspectos o funciones, la jerarquizada iglesia Celta, como lo hacen en el seno del Cristianismo los teólogos de la curia católica, hubiera desarrollado toda esa serie interminable de epítetos, categorías y aún de topónimos formalmente distantes y solo aparentemente distintas.

[ Frente a quienes tenían una dilatada formación en los misterios de la fe hace Andrés Pena un inciso para recordarles, algo fundamental para la comprensión de la religión celta, a saber: que otro gallo cantaría en la vivencia popular de la fe, en el fenómeno religioso pensado, o vivido, por la población inculta e iletrada, no siendo infrecuente todavía en Galicia, sobre todo en el mundo rural, hace 50 o 60 años encontrar personas mayores que creciendo antes de 1936, ajenas, como hoy, a la enseñanza obligatoria que incluía la asignatura de religión, excluidas de las virtudes del Concordato firmado entre la Santa Sede y el gobierno de Franco, y no habiendo asistido prácticamente a la escuela, pensaban que la Virgen del Carmen, iba a visitar a la Virgen de los Remedios y a la Virgen de los Dolores, para luego salir las tres, de paseo; que la madre de la Virgen, Santa Ana nació de una herida de la pierna de su padre, previsiblemente San Roque, y que determinadas santas estaban casadas o prometidas con determinados santos, etc.]


La divina pareja formada por la luminosa virgen y por el chorreante atronador, que habría dejado su impronta entre los Trasanci o Trasancos, en REVE TRASANCIUGE “REVA TRASANCIUCA” O “DE LOS TRASANCOS, en una divinidad femenina –tema en –a-, asociada a un trebónimo (usualmente mal denominados ‘étnicos’, por los lingüistas) posiblemente tomado por la treba -tal vez Artabri >Tartares-, de los antiguos Ártabros pues TRASANCI sería trebónimo 1º ora proveniente de un posessor epónimo de comienzos de la dominación romana -como habría podido suceder con el posible antropónimo itálico Lapatius del que a su vez podría haber tomado su nombre, cambiando para ello el que tenía antes, la treba de los Lapatiancos; o bien 2º, TRAS AN+I+COS, “tras el monte de ancos” de ie ank-; ang, “que se dobla” cf. Compar. Ángulo] su huella en el monte Esperón (Sedes), uno de los tres montes - los otros son el Monte de A Lagoa, en cuya cima hemos encontrado el primer cercado para ganado Neolítico que ha aparecido en Galicia; y el Monte de Ancos en cuya cumbre se encuentra un castro habitualmente asociado a Ardóbriga - de la Tierra de Trasancos en cuyo interior, una gigantesca cueva sostenida por una trabe de oro, se genera para el imaginario popular constantemente el enorme caudal de un río subterráneo. El Monte Esperón (11) (Sedes, Narón, A Coruña) toma su nombre de su peculiar modelado, viendo Monteagudo que posiblemente deba su nombre a su forma de espolón (de ie. *Spaura, espuela, al. Sporn), de pata de ave. El legendario río subterráneo del Esperón “gardando o tesouro de sete imperios” desembocaría según la tradición en el fondo del mar cerca de Pantín; en 2º lugar TRASANCI sería antiquísimo trebónimo, prerromano tomado de un radical indoeuropeo *trs “quemar tostar, hacer rozas para cultivar” + sufijo AN+I+CO; y aún traducido en la edad media como TARTARES asociado, seguramente, a un concepto de geografía sagrada relacionada con la tierra de los muertos, las arenas paradisi, el tránsito de las almas al Más Allá y con las barcas de piedra; posiblemente, proveniente de un radical indoeuropeo, *trs,



En Narón, en la feligresía de Sedes, hay un hermoso monte llamado Esperón (o Asperón) por su aspecto. Su nombre no lo recibe de su asperantia o escabrosidad, ya que es muy redondeado y por la cara sur llamada “A Moura” presenta un acceso muy fácil, siendo casi un paseo llegar a la cima donde se encuentran montones de piedras apiladas por el hombre. Por su falda norte, visto desde el camino que sube al planalto de Nenos donde se haya una importante necrópolis tumular del Neolítico, el monte parece inmenso y majestuoso, con una perfecta forma cónica.

El monte Esperón tenía la interdicción de encender fuego en él creyéndose que de hacerlo se propagaría por debajo de la tierra incendiando toda la comarca, hasta que hace unos años, la acción recuperatoria de unos vecinos celtómanos –y los excesos de los celtófobos no justifican los excesos de los celtómanos al frente del iluminado de turno municipal, se inventaron en él la llamada “Festa de A Luz”, fiesta inventada y sin tradición consistente en encender unos gigantescos fachos o haces de paja en el solsticio de invierno en la cumbre del monte.

Paradójicamente la tradición de este monte sostiene que nunca que puede rozar ni prender fuego en él, pues de hacerse la roza, el fuego se propagaría por una serie de galerías subterráneas que desde el Esperón llegan hasta los ‘Montiños da Moura’ (mámoas de Nenos) e incluso hasta la Pereiruga (monte y castro situado al SE. que domina el Valle de Pedroso), y en tal caso ardería y se destruiría toda la comarca.

Dicen los viejos de Sedes, que en la cueva más grande de este monte se esconde una gran trabe de oro que se puede ver un día al año por San Juan y recordando lo que M. Iuniano Justino, en Epitoma XLIV, 3,6, dice hablando de la Gallaecia “dice también fue rica en oro y plata, y además con frecuencia con el arado sacan trozos de oro, en los confines de este pueblo está el Monte Sacro al que se considera pecado (nefas) violar con el hierro; pero cuando la tierra se abre por un rayo, lo que es cosa frecuente en estos sitios, se permite recoger el oro descubierto como un don de Dios”, nos damos cuenta de que estamos ante un tópico común a estos montes sagrados.

A media ladera, en la falda del Monte Esperón, se encuentra la Fonte de A Moura, un manantial de aguas con propiedades anticonceptivas, a donde acuden todavía hoy a beber y desde distantes lugares, las jovencitas, tras una noche loca -y el agua de esa fuente para que surta efecto debe ser bebida a primera hora de la mañana- y a menos de 1K, de ese monte hay un lugar, otrora una arboleda, conocido en Narón como “O 13”, donde desde tiempo inmemorial cada 13 de diciembre, día de Santa Lucía, se viene celebrando la feria más importante de la Tierra de Trasancos.

El campo donde tiene lugar esa antigua feria se encuentra presidido por una capilla bajo la advocación de la mencionada santa de la que se dice un refrán que los Carmina Gadelica aponen a Bride o Brigantia: “por Santa Lucía amingoa a noite e acrece o día”. Para Fernando ALONSO ROMERO –amable comunicación personal- “ese refrán tiene sentido si tenemos en cuenta que es anterior a la reforma del calendario que hizo el papa Gregorio XIII con la bula “Inter gravissima” el 24 de Febrero de 1582, con la cual se suprimieron 10 días del calendario para corregir el desfase que llevaba el calendario Juliano.

De manera que ese 13 de diciembre coincide en realidad con el 23 de diciembre, fecha efectivamente en la que ya crecen los días”. Una santa del siglo IV cuyo culto se extendió en el siglo VI, toma el lugar de una divinidad celta que nace, como Cristo, rejuvenecida, en el solsticio invernal, seguramente Brigantia, de la que tomaría su nombre la Terra de Bergantiños, y en el presente cristiano santa Brígida de Irlanda o de Kildare, Santa Bride de Escocia, asociada a la virgen María “Mary of the Gael” y a la trinidad

“Bride, Bride come in!/ thy welcome is truly made,/ Give thou relief to the woman, and give thou the conception to the Trinity” -canción popular, amable comunicación de nuestro amigo Andrew Brice-.

Implorada como “radiant flame”, reina del fuego, simbolizando tambien el calor del sol:

“I will build the hearth/as Mary would build it./ The encompassment of Bride and of Mary/ guarding the hearth guarding the floor,/guarding the household at all.” ex Andrew Bryce

Es la santísima Brigantia o Brigit invocada aún hoy diariamente en las Higlands en el centro de la casa , la “lareira”, donde se enciende el fuego del hogar. Es la Berg o Bergusia de la Galia, la esplendente doncella celta, madre y también reina fo cheabhar agus fo chuan “entre el cielo y la tierra” que preside el nacimiento de nuestras primaveras, el arte y la belleza, y de dudarse su polifuncionalidad desempeña también su brillante papel en la denominada “tercera función” protegiendo los cultivos:

cf. Carmina Gadelica “Bride put her finger in the river/ On the Feast Day of Bride/ and away went the hatching mother of the cold”, tambien en clara alusión al sosticio de invierno se dice de ella “From Brigid’s feastday onwards the day gets longer and the night shorter”. En la Víspera del Dia de Santa Brígida “Là Fhéill Bhrìghde” la vieja del invierno la Cailleach, que en Galicia se llama “A Vella”, viaja a la isla donde tiene un manantial de juventud que la vuelve doncella convirtiendola al amanecer en “Bride” (comunicación personal de mi amigo Andrew BRYCE).


En Cierta ocasión, como iniciación al grado de escolástico dumeziliano, anticipándonos a los pasos de nuesto trasno Mobbin’neg, mea culpa, me aproximé, corría el año 1991 [A. PENA GRAÑA Narón un Concello con Historia de Seu. Vo. I, 1991. ed. Sotelo Blanco. P157-172.], a la convencionalmente llamada “primera función” teóricamente representada por la soberanía partiendo de dos canciones infantiles, constando también paralelos en Portugal, una muy popular en Galicia, procede de la Tierra de Trasancos, la otra es probablemente la más conocida y tradicional canción infantil de España.

Tanto la canción gallega: “cando chove e máis fai sol vai o demo para Ferrol, pinchando o cu das mulleres cunha caixa de alfinetes”
“Cuando llueve y hace sol/va el demonio para Ferrol/pinchando el culo de las mujeres/con una caja de alfileres” posiblemente conserva una raíz, alusivo al monte *Brix -menciono como anécdota graciosa, sin otra intencionalidad, el hecho de que intentando el autor poner a Navia en relación con esta canción infantil en este portal, pensando sin duda el administrador, u otros, que nuestro científico artículo podía ser una tomadura de pelo, cosa debida a la carencia de estudios etnográficos de este tipo hasta hace poco en Castilla, la suprimió-

Como su equivalente castellana: “¡Qué llueva! ¡Qué llueva!/La Virgen de la Cueva/Los pajaritos cantan/Las nubes se levantan/ ¡Que sí! ¡Que no! ¡Que caiga un chaparrón! […]”

Podría estar mostrando ya, según lo hemos expuesto en 1991, esta letrilla gallega, de la Tierra de Trasancos, la descomposición de una pareja divina, cuando por la acción de la iglesia sobre una creencia del pasado pagano una vieja divinidad tonante celta e indoeuropea se transformó en el presente cristiano en un acosador demonio. Por este camino nacieron estas inocentes cantilenas, según lo pensamos en 1991, que serían los últimos demas, apospásmas, ‘pegadas’, o huellas, de la divina sinergia de la indoeuropea y probablemente celtica pareja, manteniendo la esquiva la virgen de la luz y de los meteoros y la “chorreante” manifestación el soberano dios equipolente a Zéus Naƒios [con digamma] o a Júpiter Elicius todavía esos trazos habitualmente enmarcados en la llamada “primera función” duméziliana . A este dios soberano ligado, como lo vió LEITE DE VASCONCELOS, al rayo los habitantes de Gallaecia lo interpretaron tras la conquista con Júpiter. Es el Iovea Celiobrigo al que los lamáticos sacrifican en Lamas de Moledo un redañoso puerco “radom porgom”.

Conviene recordar aquí que los santuarios marianos de media ladera, relacionados con montes, como la Virgen de Chamorro y el Pico do Ouro, en Ferrol, A Coruña, (desaparecido por una cantera de cuarzo), o la Virgen de A Renda, en Combarro, Poio, Pontevedra, relacionada con el Monte Esperón, son propiciatorias de lluvia, “O día de Chamorro sempre chove”; “O día da Renda sempre chove”, y vale más que llueva, pues de no llover, los vecinos somenten a estas vírgenes a un ríto de punición, sumergiéndolas en la fuente (en Chamorro casi nos ahogaban a la Santísima Virxe do Nordés, pero en Combarro, la lavaba en la fuente una delicada niña que tenía que ser vírgen e inmaculada). Tal vez por eso se asocia, acaso erróneamente, acaso acertadamente, a la chorreante ‘Navia’ con su fuente propiciatoria ex punitio de lluvia.


Al igual que los cuentos y las viejas historias de la niñez, profundamente grabadas en nuestra párvula memoria, las canciones infantiles, nunca se olvidan. Pero no estuvieron siempre en manos de los niños. Hablándose de reedificar con “estacas y huesos” el Puente de Londres ¿escondería la inocente canción infantil un horrible recuerdo del pasado?

“London bridge is falling down, falling down, build it up with stiks and bones, my Fair Lady” El puente de Londres se está cayendo, reedifíquelo con estacas y huesos mi bella señora”

El sentido una pueril canción popular inglesa ha puesto a algunos etnógrafos británicos tras la pista de posibles sacrificios indoeuropeos con víctimas humanas, tal vez realizados para conferir solidez, enterrando bajo los cimientos a los ejecutados, a las edificaciones. Aunque en el mundo Ibérico (e indoeuropeo en general) se ha señalado que los enterramientos infantiles hallados en el interior de las casas como Castellet de Bernabé (Llíria, el cap de Túria) pudiesen ser sacrificios fundacionales, pues no eran icinerados, sino inhumados, y a los fundamentos se les ofrecen víctimas enteras, hay que pensar que este tratamiento puede deberse a que los bebés menores de un año, no integrados en la sociedad, participaban de una distinto tratamiento funerario.

Iuppiter Elicius que L. MONTEAGUDO GARCÍA y Andrés PENA GRAÑA habrían relacionado con la categoría divina Nabia, pues es el hacedor de la lluvia equivalente a Zeus Náƒios, raíz *snau [J. POKORNY Indogernanisches Etymologisches Wortenbuch. Berna, 1959, p. 972], ZEUS NAVIOS, de donde tomaría su nombre la DIOSA NAVIA, significando NAVIOS “el fluyente”, el “chorreante”. Este dios es el soberano del mundo y preside la asamblea divina, correspondiéndole la defensa y sostén del estado, al impedir con su poder Iuppiter Status la entrada en el país del ejército enemigo.

Junto a él se encuentra una gran deidad itálica e indoeuropea originariamente de la luz, de la mujer grávida y de la unión legítima, Iuno, correspondiente con la Uni etrusca tanto en la función de esposa como en su aspecto radiante, personificando también Iuno Lucina o Lucetia con su templo en el Cispio, “la luz del cielo”.

“IUNO LUCINA AEDES: El templo edificado en 375 B.C. (Plin. NH xvi.235) en un lucus consagrado a la diosa desde tiempo inmemorial (Varrón LL v.49, 74, La introducción de este culto se le atribuye a Tito Tacio (Dionys. iv.15). El templo se encontraba en el Cispius (Varrón, LL v.50), al noroeste de Torre Cantarelli, en cuya vecindad aparecieron las inscripciones relativas al culto (CIL vi.356-361, 3694-3695, 30199; BC 1888, 394; 1889, 40; Mitt. 1889, 281). Un quaestor, Q. Pedius, reedificó el muro (CIL vi.358: locavit . . . murum Iunoni Lucinae . . . eidemque probavit). Se contaba (Dionys. iv.15) que Servio Tullio había dispuesto que los regalos a los niños recien nacidos se depositasen en el tesoro de es templo que en el año 190 a.C. fue destruido por un rayo (Liv. xxxvii.3.2). En el se celebraba el 1º de Marzo el festival anual de las Matronalia (Fest. 147). In extracto de un articulo of Samuel Ball Platner en pp288-289 (as A Topographical Dictionary of Ancient Rome, London completed and revised by Thomas Ashby. Oxford University Press, 1929”


Era Juno también una diosa de la fecundidad lo que la hizo muy popular entre los pueblos de Italia, Iuno Caprotina. El folklore que rodea a la fuente en la falda del Esperón, aunque representa un aspecto negativo de la fecundidad, de la que hablamos más abajo, hay que ponerla en relación con esta diosa, así como la gran feria del 13 de diciembre de Sedes, estrictamente ligada a la luz y al solsticio de invierno.

El quid para deducir el significado teológico de las mencionadas coplillas infantiles de la Península Ibérica se encontraría en el Commonitorio de Paulo Orosio concretamente en una posible carta de Prisciliano que cita Orosio, y que tras una conveniente introducción pasamos a analizar.

El Commonitorio nos muestra la situación religiosa de Galicia en las primeras décadas del siglo V, Es bien sabido que el éxito, expansión y pervivencia del priscilianismo entre los campesinos está estrechamente relacionado con la habilidad sincrética del obispo gallego de Ávila, su capacidad de integrar armónicamente el cristianismo y la vieja religión de la Gallaecia, algo alterada ya en el bajo imperio por la influencia de la romanización, pero seguramente sólo superficialmente.

En este contexto, la carta de Prisciliano que OROSIO inserta en el Commonitorio tiene un valor excepcional porque nos muestra este proceso y a su vez nos permite entender el sentido de las canciones infantiles relacionadas con la lluvia con las que comenzamos.

Paulo OROSIO, el célebre historiógrafo gallego, en una carta a San Agustín nos expresa los términos precisos de esta integración poco tiempo después de que se produjese, dice que Prisciliano enseñaba que:
El alma que fue nacida de Dios, salía de cierto depósito (promptuario) después de prometer ante Dios que ella lucharía, incitada por las instrucciones de los ángeles: a partir de aquí descendiente por ciertos círculos es capturada por los príncipes malignos.[Los grandes pensadores de la antigüedad clásica deben mucho al antiguo acervo cultural indoeuropeo. Viejas historias escuchadas ante el fuego a las mujeres de la casa y a los siervos domésticos se grababan en el subconsciente de un niño. Cuando Platón habla de que tras su caída del Cielo, las almas son prisioneras de un cuerpo y olvidan su vida anterior, da forma a una vieja, arcaica y común creencia indoeuropea que desde Oriente vuelve a Grecia, Platón recoge una vieja creencia común] […] y según la voluntad del príncipe victorioso es introducida en diferentes cuerpos, y a cada uno de estos les asigna un documento de registro (chirographum), donde aseguraba que la materia prevalecía. Afirmaba que este documento lo había deshecho Cristo y clavado en la Cruz por su pasión, tal y como Prisciliano dice en una de sus cartas. He aquí la primera sabiduría: Que se entiendan las naturalezas de las virtudes divinas en los distintos tipos de almas, y la disposición de los cuerpos. En ella se ve que el Cielo está ligado a la tierra, y parece que todos los principados del siglo se ven obligados a superar las disposiciones de los santos. Pues en primer lugar está el círculo de Dios con el documento de propiedad divina de las almas que se mandarán a la carne que fabricada por el consenso de los ángeles de Dios y de todas las almas guardan los patriarcas quienes al contrario se encargan de la milicia personal, y dice Prisciliano otras cosas. Narra también que: son miembros del alma los nombres de los patriarcas porque Rubén está en la cabeza, Judá en el pecho, Leví en el corazón, Benjamín en las piernas [este esquema aparece reproducido sin ningún cambio en el célebre mápa de Colón y en casi todos los libros actuales de astrología] […] y así sucesivamente. Al contrario, en los miembros del cuerpo están dispuestos los signos del cielo, esto es: Aries en la cabeza, Tauro en la cerviz, Géminis en los brazos, Cáncer en el pecho, etc. [Ahora (pensamos, a pesar de la opinión de Chadwick) aparecerá el Dios castreño de la primera función el viejo dios asociado por los galaico-romanos a Iupiter y su esposa. La vieja pareja sobrevive en el cristianismo, son aceptados, siguen manteniendo sus funciones celestes: ella de fertilidad, él dador de lluvia y de señor de la tormenta; pero Iuppiter está asociado ahora al mundo del cuerpo carnal lo que parece tener un matiz negativo mientras Cristo ocupa el círculo más alto donde están las almas, y tras hacer una referencia a la predestinación] […] (Prisciliano) quiere: que se entienda que las tinieblas son eternas y de ellas salió el príncipe del mundo. Y esto mismo se confirma en un libro que se titula Memoria dos apóstolos, cuando parece que el Salvador fue interrogado en secreto por sus discípulos, muestra luego que de la parábola evangélica salió el sembrador a sembrar la simiente (Mat. XIII, 23) no fuese bueno el sembrador afirmando: no fue bueno el sembrador porque si fuese bueno no sería negligente y no tiraría la simiente al lado del camino, ni en pedregoso ni en sitio inculto. […] [Continúa] Quiere que se entienda con esto que el sembrador esparció las almas capturadas como le pareció. Se dicen además en este libro muchas cosas del príncipe de la humedad y del príncipe del fuego, quiere que se comprenda que todo lo bueno que se hace en el mundo se hace por arte y no por la potencia de Dios. Dice pues que es una virgen cierta luz (la diosa de la primera función, asociada al monte que equivale en romana a Iuno), a la que Dios, queriendo dar la lluvia a los hombres muestra al príncipe de la humedad quien al querer subir para cogerla, cansado suda y hace la lluvia. Y al ser rechazado por ésta con sus bramidos produce el trueno.
[La pareja femenina de este dios asociado a Júpiter por los indígenas quizás fuese la “excelente virgen y ninfa de los danigos Nabia Corona” que aparece junto a Júpiter en la inscripción de una tarifa de sacrificio en Marecos (Portugal), su nombre está relacionado con la raíz *Snav (fuyente, chorreante)]. Por este texto quizá podamos relacionar este dios de la Gallaecia de la primera función con el celta Nuado a su raíz *Neu-d tiene, como ya dijimos, el significado de alcanzar con esfuerzo. De todos modos creemos que sirve para probar la existencia de un cristianismo muy particular en Galicia, celta, donde dos religiones conviven por adicción introduciéndose el cristianismo en la hebra preexistente, y nos induce a pensar también que se construye sobre una estructura religiosa preexistente que llegará hasta la Edad Media sin grandes cambios y reconocible en las diócesis luego arciprestazgos que se corresponden exactamente con el espacio territorial de las civitates/populi y perviven largo tiempo
En nuestras canciones infantiles previsiblemente una radiante virgen podría ser acosada de modo ostensible por Taranis el “Atronador” un aspecto o epíteto del celto-romano, mostrando como en Galicia sobreviven con inusitada intensidad buena parte de las tradiciones de un remoto pasado, permeables al análisis de la Mitología Comparada, prácticas religiosas y creencias indoeuropeas de la protohistoria posiblemente celtas, protegidas por la tenue epidermis cristiana, como lo que denomina Mircea Eliade “un fósil viviente”. No sería disparatado asegurar que en el seno de una milenaria estabilidad organizativa, buena parte de esa estructura interna de la treba reflejada en la religión Celta, en su sociedad, en muchos de los mitos, y aún en la mayoría de los usos jurisdiccionales o económicos, habría sido acaso fielmente conservada integrándose o acomodándose de algún modo en un presente cristiano.

[ex Pena Graña 1991. Este artículo sobre las canciones infantiles, con eco posterior en numerosos autores, concretamente en dos profesores de filología de la USC a lo largo de estos años fue originariamente publicado en la obra “Narón un concello con historia de seu vol. I”, fue republicado con los añadidos expuestos por Andrés Pena en “Treba y Territorium…” USC 2004].’© Andrés Pena Graña. Todos los derechos reservados








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