Autor: diefuba
jueves, 10 de agosto de 2006
Sección: Opinión
Información publicada por: diefuba
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Sobre la expulsión de los judios

Razones



El 31 de Marzo de 1492 los Reyes Católicos firman el decreto de expulsión de los judíos.
De modo general se han alegado motivos de orden religioso, social y económico para razonar este proceder.

De orden religioso, pues se supone que pretendían conseguir la unidad religiosa en la fe católica,sin embargo esto no parece tan cierto por cuanto la comunidad morisca más numerosa y tan aferrada a sus creencias como los judíos, se libró hasta después de 1600.
Es más posible que se debiera a presiones desde la propia Iglesia y en particular la Inquisición, ya que esta podía perseguir a los conversos bajo acusación de herejía pero no podía sostener dicha acusación al que continuaba ejerciendo como judío.

De orden social, pues no olvidemos que la persecución hacia ellos había sido constante durante toda la edad media, plasmada tanto en las disposiciones legales como usos sociales; así en los fueros de Valencia (confirmados en 1283) se especifica una disposición según la cual se les excluye de cualquier cargo público, desde donde pudieran ejercer jurisdicción sobre cristianos. Los asaltos a las aljamas judías fueron repetidos con uno u otro pretexto durante los siglos XIII, XIV y XV en todos los reinos de España, lo que motivó conversiones más o menos “espontáneas” o forzadas que a lo largo de 3 siglos habrían sido numerosas y constantes.
De hecho se ha sospechado que algunos de los principales inquisidores fueron de origen judío.
Este odio y práctica antisemita constantemente alteraba la convivencia que no fue tan idílica como a veces se pinta.

De orden económico pues siempre, desde la óptica popular, se ha creído a los judíos poseedores de grandes fortunas identificándolos con los oficios de prestamistas y grandes comerciantes, aunque dentro de ellos eran mucho mas frecuentes las actividades artesanales y profesionales. Las disposiciones de la expulsión incluían la prohibición de llevarse oro,plata,monedas,caballos y armas, les obligó necesariamente a una apresurada venta de sus bienes (tenían un plazo de cuatro meses), y aunque en principio pudieran cobrarlo en moneda corriente, luego no podían llevársela ni convertirla en oro y debieron confiar en simples pagarés.

Beneficiarios y consecuencias

Entre los beneficiados de la expulsión pueden citarse:
La Inquisición que en adelante pudo actuar sobre los que optaron quedarse como conversos.
Los reyes que se apropiaron de los bienes comunales de las aljamas, para lo que previamente adoptaron la prohibición de la venta de estos bienes comunes.
Poco ganó el pueblo, pues los pagarés deudores de préstamos a judíos fueron confiscados por los reyes quienes se constituyeron en herederos de la deuda.

Los judíos conversos que se quedaron, que extendieron numerosos pagarés a sus “amigos” apropiándose de gran cantidad de fincas y sobre todo del “metálico” ,ya que para los que optaron al exilio eran personas de máxima confianza.
Posiblemente de aquí puedan provenir algunas de las grandes fortunas de la época.

En las consecuencias siempre se citan los graves perjuicios económicos que acarreó asunto que no tengo tan claro,pues poco pudieron llevarse, pero en este punto espero que alguien aporte datos estadísticos concretos a favor o en contra. Creo por lo antedicho que más bien debió favorecer la concentración económica en manos de los conversos y el nacimiento de las primeras fortunas burguesas.
Más pienso en consecuencias socioculturales pues profesionales artesanos e intelectuales de todas clases optarón por la expulsión.


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Comentarios

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  1. #1 Brandan 13 de ago. 2006

    En la página de Sefarad se barajan algunas de las posibles causas. Transcribo, con vuestro permiso, un párrafo que resume unas cuantas, algunas ya mencionadas aquí:
    "Las causas de la expulsión de los judíos han dado lugar a un intenso debate historiográfico en el que se han manejado Interpretaciones muy diversas, Se han aducido explicaciones basadas en la presión de la opinión popular antijudía, el odio del pueblo (Américo Castro), o en la animadversión hacia los judíos a causa de la práctica de la usura y de su acumulación de riquezas (Claudio Sánchez Albornoz). También se han esgrimido causas funda mentadas en alineamientos sociales: un episodio de la lucha de clases entre los tradicionales grupos privilegiados nobleza y clero y la burguesía incipiente de los judíos (Henry Kamen) o la expulsión como resultado de la alianza de las oligarquías urbanas antijudías con la Monarquía (Stephen Haliczer). Sin embargo, en aquella época, ni la opinión de las masas populares tenía gran incidencia en las decisiones de la alta política, ni la ecuación judíos = burguesía tiene fundamento, como tampoco la tiene el antagonismo nobleza <> judíos, pues muchos hebreos eran administradores de los estados de la aristocracia; asimismo las oligarquías ciudadanas tampoco tenían la impronta suficiente para imponer una decisión de tanta trascendencia sobre una monarquía autoritaria que, por otro lado, controlaba a los municipios a través de los corregidores. A pesar de la dificultad de establecer con precisión la razón última que llevó a los Reyes Católicos a la expulsión tal como reconoció recientemente un congreso de especialistas celebrado en Jerusalén en 1992 hay algunos puntos que parecen bastante asentados en el debate historiográfico actual. Uno seria el hecho de que la iniciativa de la expulsión partió de los inquisidores que pretendían, con tan radical medida, acabar con la "herética pravedad que conllevaba el contacto entre judíos y cristianos". En segundo lugar, en general, se reconoce un fondo político a esta decisión: constituir un paso más de la monarquía autoritaria de los Reyes Católicos en su afán por lograr una mayor cohesión social repetidamente resquebrajada, no lo olvidemos, por los tumultos antijudíos de la década de los años ochenta a partir de la unidad de la fe. En este sentido, Joseph Pérez ha afirmado que Isabel y Fernando esperan que la eliminación del judaísmo facilite la asimilación definitiva y la integración de los conversos en la sociedad española, mientras Luis Suárez ha sostenido que los reyes aspiraban a un máximo religioso concretado en la unidad de la fe católica que habría que interpretar como un elemento de la maduración del poder de la monarquía en la construcción del estado moderno español. "

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