Autor: molartrash
martes, 30 de mayo de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: molartrash


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EL JIHAD ISLAMICO A TRAVES DE LA HISTORIA

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Polémicas sobre su Definición

Muchas descripciones polémicas del Islam se han centrado críticamente en el concepto islámico del jihad. Jihad, considerado el sexto pilar del Islam por algunos musulmanes, se ha entendido para significar guerra santa en estas descripciones. Sin embargo, la palabra en árabe significa " luchar " o " agotar su esfuerzo, " para satisfacer a Dios Within la fe del Islam, este esfuerzo puede ser individual o colectiva, y puede aplicarse a conducir una vida virtuosa; ayudar a otros musulmanes con caridad, la educación, u otros medios; Islam de la predicación; y luchando para defender a musulmanes.

Su historia

En su recién publicado, absorbente y excelente libro Comprender la jihad (University of California Press), David Cook, de la Rice University, desecha el debate de bajo nivel que ha rabiado desde el 11 de Septiembre acerca de la naturaleza de la jihad – si es una forma de belicosidad ofensiva o (más agradablemente) un tipo de auto-mejora moral.

Cook desecha como "ridícula y sentimental" la controversia de John Espósito de que la jihad alude "al esfuerzo por llevar una vida buena". A lo largo de la historia y en el presente, establece Cook de modo definitivo, el término significa principalmente "guerra con significado espiritual".

Su logro descansa en remontar la evolución de la jihad desde Mahoma a Osama, siguiendo cómo ha cambiado el concepto durante catorce siglos. Este resumen no hace justicia a la extensa investigación de Cook, los prolíficos ejemplos y los profundos análisis, pero incluso un esbozo en miniatura sugiere la evolución de la jihad.

El Corán invita a los musulmanes a dar sus vidas a cambio de garantías de paraíso.

El Hadith (relatos de las acciones y afirmaciones personales de Mahoma) elaborado sobre el Corán, proporciona prescripciones específicas sobre tratados, pagos, botines, prisioneros, tácticas y mucho más. Los juristas musulmanes tejieron entonces estos preceptos en un órgano de ley.

Durante sus años en el poder, el profeta se implicó en una media de nueve campañas militares al año, o una cada cinco a seis semanas; así que la jihad sí que ayudó a definir el islam desde su mismo amanecer. La conquista y la humillación de los no musulmanes eran una característica capital de la jihad del profeta.

Durante los primeros siglos del islam, "la interpretación de la jihad era descaradamente agresiva y expansiva". Después de que las conquistas se desplomaran, los no musulmanes apenas suponían amenaza, y las nociones sufíes de jihad como auto-mejora se desarrollaron complementando al significado marcial.

Las Cruzadas, el esfuerzo europeo de siglos de duración por controlar Tierra Santa, brindó a la jihad nueva urgencia y promovió lo que Cook llama la teoría "clásica" de la jihad. Encontrarse a la defensiva llevó a un endurecimiento de las posiciones musulmanas.

Las invasiones mongolas del siglo XIII subyugaron gran parte del mundo musulmán, una catástrofe sólo mitigada parcialmente por la conversión nominal que los mongoles al islam. Algunos pensadores, Ibn Taymiya († 1328) en particular, llegaron a distinguir entre musulmanes verdaderos y falsos; y a dar a la jihad nueva relevancia, al juzgar la validez de la fe de una persona según su disposición a emprender la jihad.

"Jihads de purificación" en el siglo XIX tuvieron lugar en diversas regiones contra compañeros musulmanes. La más radical e importante de éstas fue la jihad de los wahabíes en Arabia. Basándose en Ibn Taymiya, condenaron a la mayoría de los musulmanes no wahabíes como infieles (kafirs) y emprendieron la jihad contra ellos.

El imperialismo europeo inspiró esfuerzos de resistencia jihadista, notablemente en La India, el Cáucaso, Somalia, Sudán, Argelia, y Marruecos, pero todos al final fracasaron. Este desastre significaba que se necesitaba un nuevo pensamiento.

El nuevo pensamiento islamista comenzó en Egipto y La India en los años veinte, pero sólo adquirió su carácter contemporáneo de ofensiva belicosa fundamentalista con el pensador egipcio Sayyid Qutb († 1966). Qutb desarrolló la distinción de Ibn Taymiya entre musulmanes verdaderos y falsos para juzgar a los no islamistas como no musulmanes y declarar la jihad contra ellos a continuación. El grupo que asesinó a Anwar El-Sadat en 1981 añadió posteriormente la idea de la jihad como camino a la dominación del mundo.

La guerra anti-soviética en Afganistán llevó al paso final (hasta la fecha) en esta evolución. En Afganistán, por primera vez, los jihadistas llegaron de todo el mundo para luchar en nombre del islam. Un palestino, Abdaláh Azzam, se convirtió en el teórico de la jihad global en los años 80, dándole un papel central del que nunca se había oído, juzgando a cada musulmán exclusivamente por su contribución a la jihad, y haciendo de la jihad la salvación de los musulmanes y del islam. De esto surgió rápidamente el terrorismo suicida y bin Laden.

El estudio erudito y oportuno de Cook tiene muchas implicaciones, incluyendo estas:

El modo actual de entender la jihad es más extremo que el de cualquier momento anterior de la historia islámica.
Este fundamentalismo sugiere que el mundo musulmán atraviesa una fase, una que debe soportar y superar, comparable a los horrendos períodos análogos de Alemania, Rusia, o China.
Habiendo evolucionado la jihad constantemente hasta este momento, continuará sin duda haciéndolo en el futuro.
La forma extrema de jihad practicada actualmente por Al-Qaeda y otros podría conducir, predice Cook, a su "rechazo tajante" por parte de la mayoría de los musulmanes. La jihad podría convertirse entonces en un concepto no violento.
El gran desafío para los musulmanes moderados (y sus aliados no musulmanes) es hacer que se produzca el rechazo, y con la rapidez debida.

Más informacióen en: http://es.danielpipes.org/article/2676


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Comentarios

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  1. #1 Airdargh 24 de mar. 2006

    Tengo muy buenos amigos musulmanes. Ayer precisamente estuve con mis buenos amigos, pues se ofrecieron a echarme una mano con mis mudanzas. Mientras, en su casa, luego mi buen amigo servía el te a su estilo, aventándolo desde alto según me explicaba para que se enfríe y en el sahara, para que el polvo fino de la arena quede en el fondo o algo así, volvía a decirme que un día tengo que ir allí, a su tierra con él para conocer aquello y allí él servirme el te en una jaima , él es saharahui, y sí es con él encantado iría, me resulta grata su compañía, su nobleza, y el sentido y valor que la amistad cobra con mi buen amigo está muy por encima de las diferencias entre nuestras religiones, culturas o el color de nuestras pieles. Te deseo mucha suerte desde aquí, amigo mío, que puedas arreglar ese papel en Fuerteventura donde desembarcaras, ojalá todos los cristianos y españoles fueran como tú en el trato y la consideración para con los demás, igual de humanamente personas y con tan nobles sentimientos, que es lo que cuenta. Sí por mi fuera cambiaba en mi páis a unos cuantos por gente como tú. Suerte mi hermano!

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