Autor: ventero
viernes, 10 de marzo de 2006
Sección: Tradiciones y Fiestas
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La Fiesta del Árbol más antigua

Americanos y catalanes aceptaron el liderazgo de Villanueva de la Sierra en este evento. El pueblo anhela la declaración de Interés Turístico Regional. La localidad planta cada año unos 60 ejemplares en su entorno








En Villanueva de la Sierra la Fiesta del Árbol más veterana del mundo pide reconocimiento oficial Diario HOY

La Fiesta del Árbol más antigua del mundo volvió a celebrarse un año más ayer, en Villanueva de la Sierra, pero sin el título de Interés Turístico Regional que su Ayuntamiento lleva años solicitando públicamente. El Consistorio va a poner en orden la documentación que acredita la antigüedad para hacer una petición formal de la denominación a la Junta de Extremadura. El objetivo es que se reconozca a los vecinos el mérito de llevar 201 años festejando esta cita que evidencia el respeto hacia la naturaleza y que tuvo su primera edición en el año 1805.

De esos dos siglos de culto al medio ambiente queda constancia en el monolito que fue descubierto este domingo de Carnaval frente a la casa consistorial. «Si quieres que tus hijos aprendan a respetar al árbol debes tú comenzar por respetarlo y mostrarlo como un amigo leal. Respeta el medio ambiente» es la leyenda que se ha inscrito en la placa atornillada al pedestal de granito sobre el que se ha instalado un árbol de hierro; la pieza se ha elaborado en unos talleres salmantinos de La Fragosa y en ella destacan los números 1805 y 2005 que marcan el bicentenario de esta celebración.

Invitados de honor fueron el Presidente de la Diputación Provincial de Cáceres y los directores generales de Infraestructuras Agrarias y Promoción Cultural, que pusieron su grano de arena echando mano de la pala con la que plantaron cinco nuevos ejemplares de álamo negrillo y plátano en la zona de Los Lagares. Fue un acto simbólico que deja pública constancia del esfuerzo que los serranos realizan a lo largo de todo el año por conservar su masa forestal. De hecho, la media anual de especies plantadas viene a ser de unos 60 ejemplares, que en buena medida llegan desde los viveros de la Junta de Extremadura y la Diputación.

La abundancia de especies en los parajes que circundan el pueblo hace que vecinos del entorno, como los de Aceituna o Montehermoso, pidan árboles, cada vez que los necesitan, a Villanueva de la Sierra, donde nadie se queda sin plantar un árbol.

A Villanueva de la Sierra le intentaron arrebatar la antigüedad de esta celebración los catalanes, los castellano-leoneses e incluso los americanos, que aseguraban que sus fiestas del árbol eran las veteranas. El asunto quedó resuelto definitivamente en el año 1971 cuando la corporación municipal de la localidad en pleno, acompañada por Ángel Paule Rubio, director del colegio del pueblo, y el párroco, viajó hasta Barcelona con los documentos en la maleta para dejar constancia de que la veteranía cacereña.

Los archivos municipales permitieron demostrar que si los Estados Unidos tenían la fiesta desde 1872 y Cataluña desde 1905, Villanueva la tenía desde 1805. Esa primacía les ha sido reconocida incluso por las instituciones barcelonesas; de ahí la invitación cursada a la representación del pueblo al vigésimo quinto aniversario de la Fundación del Patronato de Repoblación Forestal, en el que quedó claro que el cura Vacas Roxo fue quien instituyó la Fiesta del Árbol Forestal, mientra que al tenor Francisco Viña Dordal le correspondía la titularidad de la Fiesta del Árbol Frutal.

La idea de la celebración se le ocurrió a don Ramón Vacas Roxo en 1805, cuando, acompañado de los maestros y niños de la escuela del pueblo, decidió plantar árboles en la fiesta del martes de Carnaval, "persuadido de lo importante que tiene el arbolado por la salubridad, higiene, ornato, carácter, ambiente y costumbres". Esta motivación, propia de un ilustrado, es acompañada en una tradición local anacrónica por la del deseo de conmemorar la libertad, tras la destrucción de los montes de la zona por las batallas protagonizadas en las tropas locales y las de Napoleón Bonaparte.

Lo cierto es que el sacerdote convocó por oficio a «clérigos, maestros, autoridades, pueblo, vista la importancia que tiene el árbol para la salubridad del clima y quiso darle aire de fiesta», como recoge Ángel Paule, licenciado en Geografía e Historia, en uno de sus trabajos sobre el festejo.

La fiesta se ha venido celebrando con más o menos boato desde sus orígenes, pero nunca se ha olvidado. El anhelo de los vecinos es que la declaración de Interés Turístico Regional se tramite lo antes posible. Entonces se celebrará por todo lo alto.









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Comentarios

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  1. #1 Reuveannabaraecus 01 de mar. 2006

    Y buen resultado se ve que ha tenido esta secular Fiesta del Árbol en Villanueva de la Sierra, amigo Ventero, pues en estos doscientos años los habitantes de esta localidad han sabido rodearla de toda clase de especies arbóreas. Sólo hay que internarse por la pista forestal que desde las inmediaciones del pueblo sube hasta la "Sierra" que le da nombre (llamada "Sierra de Dios Padre" por la Ermita que se alza en su cumbre, trasunto cristiano de algún santuario vetón) para presenciar un auténtico jardín botánico... natural, cuya visita es muy recomendable en cualquier época del año. Saludos.

  2. #2 ventero 10 de mar. 2006

    Ciertamente ha tenido buen resultado la Fiesta del Árbol a lo largo de estos dos siglos, pero mejor podría ser si no hubieran ocurrido desgracias recientes y evitables. Aunque las desgracias empezaron hace tiempo, cuando se sacrificó el bosque de la sierra en el altar del desarrollismo.

    Me explico.

    Allá por los años cincuenta todavía se explotaba la riqueza forestal de modo sostenible, con un método elaborado a lo largo de los siglos. Todos los vecinos eran dueños directos, mediante la titularidad de acciones, del bosque y los pastos de la sierra. El aprovechamiento comunal se centraba en la corta de madera cada cierto tiempo (que repercutía en un ingreso para cada vecino y en otro, importante, para el Ayuntamiento) y en el pastoreo diario del rebaño comunal de cabras, en el que iban dos o tres cabezas por familia (suficientes para el suministro de la ración de leche en cada casa). El tercer beneficio era la abundancia de agua en el pueblo, el cual disponía de numerosas fuentes donde surtirse de agua riquísima para la casa y los animales; era habitual que las calles corrieran casi todo el año y el reguero de agua por las piedras aportaba un runrún musical que ambientaba la vida del pueblo. Por si parece poco, hay que decir que la Sierra de Dios Padre era una zona de presencia permanente de linces.

    Todo iba bien hasta que se decidió arrancar los miles y miles de robles y encinas para sustituirlos por pinos y eucaliptos que, decían unos señores de fuera, daban más dinero por su crecimiento rápido y su aprovechamiento para papel. Plantado el nuevo arbolado, lo primero que ocurrió fue que las cabras ya no podían ir a la sierra, porque se comían los plantones nuevos, y se deshizo la cabrada comunal; cada cual tuvo que buscar prados para sus animales y ello fue, en un lugar con tantísimo olivo, el comienzo de la desaparición de la ganadería caprina, que había sido fuente de recursos.
    Lo segundo que ocurrió fue que desapareció el agua del pueblo; las calles dejaron de correr, las fuentes se secaron o mermaron, los pozos se agotaron y hubo que pedir a la Diputación la instalación del agua corriente, con su recibo mensual. Pero ¿ése fue el sacrificio que hubo que pagar por las ventajas de tener un bosque de eucaliptos, que iba a dar mucho dinero? No, ni mucho menos, con ser suficiente.

    Un buen día, quiero decir un mal día, amaneció con el repique de campanas propio de avisar que había fuego en el campo. La sierra se estaba quemando. Los vecinos acudieron, se esforzaron, pero no se pudo hacer nada. El bosque de pinos y eucaliptos que llevaba ya tantos años desarrollándose acabó en pocas horas completamente devorado por las llamas; no quedó nada. Durante meses los testigos de la tragedia fueron unos troncos quemados, tirados en el suelo acá y allá, hasta que se los fueron llevando por poco precio los compradores de madera quemada. ¿Quién fue el culpable? Al cabo del tiempo se dijo que había sido un pobre hombre que no estaba muy allá. La gente se preguntaba si había sido él solo, con algun descuido al encender lumbre para calentarse, o si había sido manejado por alguien con oscuros intereses. El caso es que de la riqueza prometida por la venta de la madera, nada de nada; y ahora la sierra quedaba desnuda y seca. Tras ocho o diez años de indecisión, en los novente se ha decidido reforestar con especies autóctonas, sin pensar ya en madera ni en celulosa, pero la cosa va para largo. Al final, tanto tiempo y se vuelve a tener en la sierra lo que se tenía, robles y encinas, pero pequeñitos ; ¿quién los verá grandes?

    A todo esto, y como si fuera un misterio, el agua no ha vuelto al pueblo en la abundancia de antaño. Dicen que si las raíces de los pinos y eucaliptos desviaron los veneros, que si la erosión del arranque y plantación eliminó la esponja superficial para siempre...; el caso es que ninguna fuente ha vuelto a ser como hace cuarenta años. Ah, tampoco han vuelto los linces.

    Recuerdo una enseñanza que me dio un médico de pueblo hace tiempo. Hablando al fresco de una noche de verano me quedó con la boca abierta, sin respuesta posible: “dicen que ahora la gente está más formada y educada que antes y sin embargo yo no lo creo porque cada vez hay más incendios en el campo”.

    La gente de Villanueva de la Sierra demostró en el siglo XIX que tenía educación, pero en el XX le obligaron a perderla. Para ayudar a recuperarla, el maestro Paule (que ya ha salido a colación en otros foros de Celtiberia.net) investigó en los setenta, y en los Coloquios Históricos de Trujillo presentó sus resultados, después del viaje a Barcelona. Allí especificó que la iniciativa del cura Vacas Roxo consistió en plantar álamos a lo largo del Arroyo de la Fuente de la Mora, el que nace en la fuente que le da nombre, la misma que fue elogiada por Marineo Sículo, la misma que, situada a media ladera de la sierra, era (según una tradición local) el suministro del campamento en que encontró la muerte el gran lusitano Viriato.

    Murió Viriato: que viva el Árbol.

    saludo ventero

  3. #3 eyna 10 de mar. 2006

    "cuando se sacrificó el bosque de la sierra en el altar del desarrollismo..."

    ventero,estos hechos que tu cuentas los podiamos enlazar y nos servirian de ejemplo con algunos foros de dias atrás en los que hablabamos del deseo legítimo de los pueblos rurales a mejorar su vida diaria pero no a costa de un pan para hoy,hambre para mañana.Y es muy importante la labor de personas que están haciendo pedagogia de ese equilibrio.

    "arrancar los miles y miles de robles y encinas para sustituirlos por pinos y eucaliptos..." fue cambiar oro y plata por cuentas de colores,en este caso euros,cuyo valor se va perdiendo con el paso del tiempo como el agua de esos manantiales.

  4. #4 eyna 10 de mar. 2006

    :) de todas formas,se merece la gente de Villanueva de la Sierra el reconocimiento de su esfuerzo.

    De la sabiduria que encierran estas palabras:

    "persuadido de lo importante que tiene el arbolado por la salubridad, higiene, hornato, carácter, ambiente y costumbres".

    Que se pueden trasladar incluso a las ciudades :(

    Y también se merecen el premio, ese jardín botánico que es esa pista forestal,como nos cuenta reuve.

    :)

  5. #5 eyna 10 de mar. 2006

    agggg, ornato sin "h"!! ¿cuantas vidas me quedan? :S

  6. #6 eyna 11 de mar. 2006

    y justo hoy,me encontré con esta canción, es del año 73,pero vigente, a que si?

    Pare
    digueu-me què
    li han fet al riu
    que ja no canta.
    Rellisca
    com un barb
    mort sota un pam
    d'escuma blanca.
    Pare
    que el riu ja no és el riu.
    Pare
    abans que torni l'estiu
    amagui tot el que és viu.

    Pare
    digueu-me què
    li han fet al bosc
    que no hi ha arbres.
    A l'hivern
    no tindrem foc
    ni a l'estiu lloc
    per aturar-se.

    Pare
    que el bosc ja no és el bosc.
    Pare
    abans de que no es faci fosc
    ompliu de vida el rebost.

    Sense llenya i sense peixos, pare,
    ens caldrà cremar la barca,
    llaurar el blat entre les enrunes, pare
    i tancar amb tres panys la casa
    i deia vostè...

    Pare
    si no hi ha pins
    no es fan pinyons
    ni cucs, ni ocells.

    Pare
    on no hi ha flors
    no es fan abelles,
    cera, ni mel.

    Pare
    que el camp ja no és el camp.
    Pare
    demà del cel plourà sang.
    El vent ho canta plorant.

    Pare
    ja són aquí...
    Monstres de carn
    amb cucs de ferro.

    Pare
    no, no tingeu por,
    i digueu que no,
    que jo us espero.

    Pare
    que estan matant la terra.
    Pare
    deixeu de plorar
    que ens han declarat la guerra.


    Padre
    decidme qué
    le han hecho al río
    que ya no canta.
    Resbala
    como un barbo
    muerto bajo un palmo
    de espuma blanca.
    Padre
    que el río ya no es el río.
    Padre
    antes de que llegue el verano
    esconded todo lo que esté vivo.

    Padre
    decidme qué
    le han hecho al bosque
    que ya no hay árboles.
    En invierno
    no tendremos fuego
    ni en verano sitio
    donde resguardarnos.

    Padre
    que el bosque ya no es el bosque.
    Padre
    antes de que oscurezca
    llenad de vida la despensa.

    Sin leña y sin peces, padre
    tendremos que quemar la barca,
    labrar el trigo entre las ruinas, padre,
    y cerrar con tres cerrojos la casa
    y decía usted...

    Padre
    si no hay pinos
    no habrá piñones,
    ni gusanos, ni pájaros.

    Padre
    donde no hay flores
    no se dan las abejas,
    ni la cera, ni la miel.

    Padre
    que el campo ya no es el campo.
    Padre
    mañana del cielo lloverá sangre.
    El viento lo canta llorando.

    Padre
    ya están aquí...
    Monstruos de carne
    con gusanos de hierro.

    Padre
    no, no tengáis miedo,
    y decid que no,
    que yo os espero.

    Padre
    que están matando la tierra.
    Padre
    dejad de llorar
    que nos han declarado la guerra.


  7. #7 eyna 11 de mar. 2006

    Es una canción ... que con mucha amargura,
    y un tanto tambien de verguenza,
    yo quiero dedicar a esos canallas,
    que queman nuestros bosques,
    ensucian nuestras aguas,
    envenenan nuestros alimentos
    y se enriquecen con las miserias ajenas.
    (Joan Manuel Serrat)

  8. #8 Medraina 15 de mar. 2006

    Eyna.............. de todas, todas las canciones de Serrat, Mediterraneo y Pare son mis preferidas.

    Gracias por recordamela.

    Salut

  9. #9 Ego 15 de mar. 2006

    Si al pirómano y al que lo ordena, así como al que lo demanda, los fusilaran con taladradoras, los bosques respirarían tranquilos.

    Las canciones solo sirven para vender discos.

    Salud.

  10. #10 Cierzo 15 de mar. 2006

    Discrepo... las canciones no solo valen para vender discos. Las canciones antes y después de la batalla para dar valor, las canciones que nos meten ideología en la cabeza (ahora es en plan "lo que esta guay y lo que no", etc9 Las canciones que ha utilizado la Igleisa para adoctrinar, etc
    Es un arma

  11. #11 Ego 15 de mar. 2006

    Jajaja... te aseguro que como tenga yo el fusil, ya me puedes cantar las cuarenta...

    Salud.

  12. #12 Cierzo 15 de mar. 2006

    Si te canto la de "escuchaaaaa hermanoooo ..." te cagas y usas tu fusil contra ti

  13. #13 Ego 15 de mar. 2006

    jajajajajajaajajajajaj... y no te digo nada si me cantas, tu, la de "Yoooooo, sooooy rebelde porque el mundo me hizo asiiiiiiiii" con la misma vocecilla.

    Salud.

  14. #14 eyna 15 de mar. 2006

    pues para tí,medraina y también para sil...

  15. #15 mazout 21 de ene. 2007

    Sería muy interesante recuperar la costumbre de La Fiesta del Arbol. En mi pueblo de Palencia se celebraba, creo que en los años 20 . Luego desapareció. Había un vivero de chopo, del cuál se cortaban una " latas " para plantar ese día en alguno de los aledaños. Los escolares recitaban sus "coplas" mientras los hombres, reunidos en "huebra", hacían la plantación.
    No es por afán de crítica, pero lo que me ha tocado vivir es:

    . El IRIDA arrasa una hilera de chopas, que a nadie estorbaban, en los trabajos de "concentración"; según parece al ingeniero autor del proyecto le debían emborronar el plano y decidió suprimirlas.

    . El mismo organismo decidió también suprimir un roble centenario , aislado, el único ejemplar que quedaba en medio de todo un páramo de labranza. Parece una tontería, pero era un roble con su personalidad, tan así que incluso tenía su propio nombre: El Roble del Anillo, por su forma curvada en la punta.
    . Hace unos pocos años, sin necesidad de buscar descerebrados de oficina, pues los teníamos muy cercanos, a punto estuvo de derribarse otra chopa,ésta probablemente "milenaria", también en aras de la modernidad. Afortunadamente su " sentencia de muerte" le fué conmutada, de momento....,por lo que aún podemos disfrutar de algunas partidas de bolos bajo su sombra.

    Por todo eso, creo que recuperar esta Fiesta contribuiría a una mayor conciencia de todos en favor de la naturaleza.

    Un cordial saludo.

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