Autor: Medraina
viernes, 24 de febrero de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Medraina


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Otro tipo de belleza.

Venus prehistóricas. Otro tipo de belleza

Siempre me ha fascinado el tema de la belleza en todas las culturas. Bebemos del canon de belleza clásico heredado del mundo helenístico pero, sin embargo, existe otro tipo de “bellezas” que desde siempre ha llamado la atención y no solo por que algunas tienen 20.000 años de antigüedad, sino por el halo de misterio que desprenden estas esculturas ancestrales; me refiero las Venus prehistóricas o estatopígias.

Las obras de arte más antiguas que han sobrevivido proceden del estrato arqueológico del Paleolítico Superior en Europa, poco tiempo después de que el Homo sapiens sapiens iniciase la etapa final de la evolución cultural.
Aunque la producción gráfica está dedicada mayoritariamente a la representación de motivos geométricos y a la iconografía zoomorfa, han aparecido algunas figuraciones humanas.

Gran parte de éstas son representaciones de formas femeninas diseñadas en un soporte portátil como piedra, barro, marfil... se trata de estatuillas de entre 5 y 25 centímetros de altura.

La aparición de “venus” tiene una dispersión restringida cronológicamente entre el 30.000 y el 15.000 aC. La difusión de las mismas se extiende desde el sur de Francia hasta Siberia y desde el sur de Italia hasta el medio Rhin, sin traspasar los Pirineos.
Los antropólogos no dudan que el espíritu artístico apareció después de que el hombre adquiriera el pensamiento simbólico, pero cuándo y cómo sucedió son cuestiones que pueden hallar respuesta en el estudio de estas primeras representaciones humanas.

Desde el principio se pensó que estas figuras representaban algún tipo de culto a la fertilidad, la exageración en la representación de los órganos sexuales da una pista de ello, pero hay diversas versiones desde a las puramente simbólicas a las que las colocan en planos más espirituales y ven a estos objetos como utensilios de algún tipo de culto a la fertilidad. Hay quien dice que se llegaron a utilizar introduciendolas por la vagina a modo de rito debido a que la mayoría de ellas, al ser de forma ovoide, tienen las extremidades pequeñas en comparación con el resto del cuerpo y no sirven para sujetarse por sí mismas, por lo que se cree que debieron de utilizarse sujetas a otro objeto.

Lo más curioso de estas figuras, es que en ellas no se representan los rasgos faciales, y ahí es donde está el halo de misterio, como si las personas que las fabricaban no dieran importancia al rostro o al alma de la mujer.

Inserto algunos ejemplos:



Venus de Willendorf (c. 25000-20000 a.C.). Esta figura en piedra caliza de la Diosa Grávida prehistórica, con los atributos femeninos relacionados con la generación muy resaltados, es la más popular de cuantas se conocen. Mide 11 cm. y fue hallada en Willendorf en 1908. Se conserva en el Museo de Historia Natural de Viena, Austria.



Venus de Dolni Vestonice (c. 24000 a.C.). Diosa moldeada en una mezcla de arcilla y hueso pulverizado. Destaca como simbolismo el que de sus lacrimales partan sendas «corrientes de agua» hacia los senos «nutricios». Mide 11 cm. y fue hallada en 1925 en Dolni Vestonice (Mikulov, Moravia, Checoslovaquia). Se conserva en el Museo Moravo de Brno.



Venus de Grimaldi o La Polichinela (c. 20000 a.C.). Figura de la Diosa Grávida tallada en esteatita. Mide 8,1 cm. y fue hallada, entre 1883-1895, en la cueva del Príncipe (Grimaldi, Liguria, Italia). Se conserva en el Museo des Antiquités de la Nation de Saint-Germain-en-Laye, Francia.



Diosa sedente (c. VI milenio a.C.). Figura de Diosa moldeada en arcilla localizada en Munhata (Valle del Jordán). Se conserva en el Museo de Israel en Jerusalén (Israel).



Verdaderas preciosidades que nos hablan del misterio de la fecundidad y del culto a la madre.


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Comentarios

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  1. #1 Brandan 23 de mar. 2006

    Es cierto Rosa-ae, tanto en sentido negativo, como el expuesto en el artículo, como en el positivo: la importancia de las costumbres en la supervivencia humana.
    Por que no podemos obviar que la costumbre nace de una necesidad de resolver un problema específico, cuyo mecanismo de solución ha de trasmitirse generacionalmente, para preservar la subsistencia o conseguir algún fin útil de tipo social.
    En el nacimiento de toda costumbre hay una razón basada en la experiencia. Cuando esto se pierde llegamos a los mayores absurdos. Hay quien defiende que el Derecho no es más que una recopilación de costumbres. Lo cierto es que aún hoy, en ciertos casos, la costumbre es subsidiaria del Derecho.
    Muy oportuna la introducción que haces de este factor, a través del artículo.
    No tienes que agradecernos la participación, Medraina, si acaso nosotros a ti por sacar el tema.
    Marprim debes ser de los pocos que se atreven a admitir que han leído el artículo del silbo...ha tenido más de 600 lectura y salvo sansueña, Torances y Silmarillion, nadie ha hecho ningún comentario. Quizá sea mejor así.
    El artículo de los monos hubiera sido ideal para el debate sobre los malos tratos, si no se hubiese cortado tan de raíz. Viene sin embargo muy al caso que nos ocupa en relación con la influencia social de un género sobre otro en las relaciones pre-humanas.
    He leído la página de los cantos de garganta y es francamente interesante; de hecho, algunos otros artículos de la revista han despertado mi curiosidad. Le dedicaré algún tiempo.
    Pondremos por delante que lo constatado por el autor del estudio, Jean-Jacques Nattiez, no se puede extrapolar a ninguna otra cultura y que vamos a extraer conclusiones, si lo hacemos, desde nuestra perspectiva occidental y moderna, con los filtros psicológicos insalvables que impregnan nuestra civilización y por ende nuestras personas. Así nadie se sentirá molesto, espero.
    Lo que parece probado es que tratamos de unas reliquias culturales que conservan unos comportamientos, no solo folclóricos, que datan de muy antiguo, sin poderlos llevar, lógicamente, a los tiempos de las estatuas de las Diosas Prehistóricas, motivo del artículo; que por otra parte, pueden ser análogas pero no son homólogas.
    El chamanismo animista puede haber sido una práctica extendida entre los pueblos primitivos antes del nacimiento de las religiones. La situación que se describe de las mujeres practicando las artes mágicas, a fin de favorecer la caza que practicaban los hombres, además de encargarse obviamente de otros menesteres ya sugeridos en este debate, se parece mucho a la imagen de lo que aquí se ha hablado, sin pretender por ello haber acertado, por supuesto. La transmisión del conocimiento oral a base de “cantos” ha debido ser una constante en culturas sin tradición escrita. De hecho, como no siempre ha sabido todo el mundo escribir hasta época reciente y aún hoy en el mundo se dan lagunas importantes en ese sentido, ha seguido siendo el canto una vía válida de transmisión de conocimientos.
    Cuelgo aquí un párrafo del artículo que ilustra, para nuestros contertulios, el tema que tratamos:
    “En un estudio convincente, al antropólogo Bernard Saladin d'Anglure ha propuesto que los juegos del katajjaq se ejecutaban en la época chamanista con ocasión de las tres fiestas colectivas: el equinoccio de primavera, el solsticio de verano y el solsticio de invierno.
    En invierno, “estas fiestas serían una especie de celebración de la reproducción de la vida para apresurar el retorno del sol, la reproducción de los animales de caza, y la fiesta de los cazadores celebrando la relación que los une.”
    Al principio de la primavera “los juegos de garganta pudieron haber tenido la función de apresurar el regreso de los grandes aves migrantes: los ánsares. Al fin de la primavera, pueden coincidir con el período de cría, otro momento importante de la reproducción que estos juegos alentaban.” (Saladin d'Anglure 1978: 90). “
    Estos fragmentos de información me llevaron a formular una hipótesis (Nattiez 1992: 633) sobre la función de estos juegos en el pasado, antes de que los misioneros hubieran ejercido su influencia(10). Sospechaba que estos juegos debían estar relacionados con el chamanismo, no sólo en las ceremonias ya desaparecidas, sino también en las ejecuciones domésticas. No utilizo el término “chamanismo” refiriéndome solamente a lo que el chamán hace en una determinada comunidad. Por chamanismo entiendo el conjunto de todas las prácticas y rituales ejecutadas por todos los miembros de una sociedad animista. La hipótesis podría formularse de esta manera: mientras los maridos estaban de caza, las mujeres ejecutaban estos juegos no sólo para divertirse, sino también para ejercer cierta influencia sobre los espíritus de los pájaros, los mamíferos del mar, el viento, el agua, los ancestros, etc, de manera que éstos crearan las condiciones más favorables para la caza y la pesca. Como en las celebraciones mencionadas por Saladin d'Anglure en conexión con los juegos de garganta, las ejecuciones domésticas se dirigirían a las divinidades de la naturaleza y a los animales. Básicamente, el hecho de que estas prácticas sean juegos no es un problema en el contexto religioso de una sociedad tradicional, donde la oposición moderna entre las dimensiones religiosa y profana no existe.
    “En un estudio convincente, al antropólogo Bernard Saladin d'Anglure ha propuesto que los juegos del katajjaq se ejecutaban en la época chamanista con ocasión de las tres fiestas colectivas: el equinoccio de primavera, el solsticio de verano y el solsticio de invierno.
    En invierno, “estas fiestas serían una especie de celebración de la reproducción de la vida para apresurar el retorno del sol, la reproducción de los animales de caza, y la fiesta de los cazadores celebrando la relación que los une.”
    Al principio de la primavera “los juegos de garganta pudieron haber tenido la función de apresurar el regreso de los grandes aves migrantes: los ánsares. Al fin de la primavera, pueden coincidir con el período de cría, otro momento importante de la reproducción que estos juegos alentaban.” (Saladin d'Anglure 1978: 90). “
    Estos fragmentos de información me llevaron a formular una hipótesis (Nattiez 1992: 633) sobre la función de estos juegos en el pasado, antes de que los misioneros hubieran ejercido su influencia(10). Sospechaba que estos juegos debían estar relacionados con el chamanismo, no sólo en las ceremonias ya desaparecidas, sino también en las ejecuciones domésticas. No utilizo el término “chamanismo” refiriéndome solamente a lo que el chamán hace en una determinada comunidad. Por chamanismo entiendo el conjunto de todas las prácticas y rituales ejecutadas por todos los miembros de una sociedad animista. La hipótesis podría formularse de esta manera: mientras los maridos estaban de caza, las mujeres ejecutaban estos juegos no sólo para divertirse, sino también para ejercer cierta influencia sobre los espíritus de los pájaros, los mamíferos del mar, el viento, el agua, los ancestros, etc, de manera que éstos crearan las condiciones más favorables para la caza y la pesca. Como en las celebraciones mencionadas por Saladin d'Anglure en conexión con los juegos de garganta, las ejecuciones domésticas se dirigirían a las divinidades de la naturaleza y a los animales. Básicamente, el hecho de que estas prácticas sean juegos no es un problema en el contexto religioso de una sociedad tradicional, donde la oposición moderna entre las dimensiones religiosa y profana no existe.
    La caza tenía suma importancia en la sociedad tradicional de los inuit. De este modo, si mi hipótesis es correcta, estamos frente a una división simbólica de género y de trabajo. Mediante la utilización de juegos de garganta como una manera de influir en animales y elementos de la naturaleza, las mujeres participaban en pie de igualdad con los hombres en la labor de asegurar la supervivencia de la comunidad. Los hombres matan a los animales, las mujeres ejecutan juegos para influir en los espíritus. Los juegos femeninos de garganta serían una especie de música de supervivencia .
    Hay más para comentar, pero espero a que Marprim de su opinión.

  2. Hay 1 comentarios.
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