Autor: Onnega
viernes, 17 de noviembre de 2006
Sección: Toponimia
Información publicada por: Onnega
Mostrado 41.483 veces.


Ir a los comentarios

Notas sobre -briga integrando topónimos

-


A menudo se observa una incorrecta identificación de la toponimia -briga, ofreciéndose como topónimos representativos de esta categoría lo que son, en el mejor de los casos, realmente topónimos -bris más sufijo derivativo -ico. El error podría carecer de consecuencias importantes si se admite la equivalencia bris = briga, aún así convendría señalar con precisión qué forma (bris o briga) es la que se identifica en la documentación, con el objetivo de establecer áreas -bris y áreas -briga.

Imagen procedente del Diccionario toponímico y etnográfico de Hispania antigua donde se observa la inclusión de un topónimo -briga (Veigebriga) que analizamos en el punto 3 mostrando la incoveniencia de considerarlo como tal.


1. Blanca Prósper (1) relaciona la toponimia peninsular Nave con Navia / Nava. Para el par Navia / Nava es evidente su relación con el sustantivo que pervive en el castellano “nava”, ambos se han venido remitiendo a un hidro-orónimo paleoeuropeo *nawa, que se extiende también por los Alpes Dolomíticos, Córcega, Liguria, Lombardía y el Véneto. En este sentido Navia se había explicado como variación sobre *nawa, dejando fuera de la cronología paleoeuropea la toponimia Nave.
Prósper sugiere un corte distinto de la cuestión: no acepta *nawa > nava / navia, pues detecta distribución geográfica distinta para ambos resultados, siendo Navia propia del occidente peninsular. De ahí que sugiera la forma *nawis como precursora de Nave y Navia en el occidente. El tema en –i occidental propuesto por Prósper explica la hidro-oronimia Nave: arroyo de Valdelanave (Carbajales, Zamora), ribeira da Nave (Portugal). La forma *nawis se trataría de una integración de una raíz atemática en el grupo de temas en –i, fenómeno que es frecuente en latín y pudo haberse producido en la lengua prerromana occidental; Navia sería una variación o moción de *nawis para expresar género femenino.
La idea de Prósper parece que tiene apoyo en otras parejas de hidrónimos occidentales Ave / Avia, y además abre una interesante línea de trabajo para la toponimia prerromana, alternancia -e / -ia, que podría remitir a raíces tematizadas en -is.

2. CAELOBRICOI: varios autores, entre ellos Moralejo (2) prefieren la lectura CAELOBRIGOI. Este entiende que BRIGOI es nominativo plural en relación con el celta briga que desarrolla de la siguiente forma: “Puede verse que al haber reducido a sonoras sus dos sonoras aspiradas el lexema [*bh´rgh-] cumple con la ortodoxia del Céltico Común”. No cabe ninguna duda de que el autor trata BRIGOI como un todo donde ve bh > B y gh > G partiendo de la raíz *bhr´gh.
En la inscripción aparece también MACA / REAICOI, que transcribe con C en lugar de la G que emplea en la anterior. En ambas palabras los trazos para la terminación COI son idénticos y la estructura del texto de Lamas de Moledo es simétrica desinencialmente, sugiriendo una misma función morfosintáctica para ambos términos, así como la misma grafía C:
-crovceai maca / reaicoi
-ioveai caelobricoi
Esto nos lleva a considerar CAELOBRICOI como palabra derivada, igual que su homóloga MACAREAICOI, mediante un sufijo adjetivador cuyas variaciones analizaremos a continuación. Y por tanto, a considerar CAELOBR- como raíz de un tema en –i, *Caelobris.

3. Existe una “clara tendencia de los pueblos del Oeste y Noroeste hacia la reducción tópica de sus divinidades, tal y como se deduce de sus epítetos relacionados con la toponimia local” (3), esta evidencia que destaca Marco Simón convierte a los epítetos teonímicos en un corpus* muy adecuado para comprobar la sufijación que adquieren los topónimos cuando se adjetivan, bien sea para funcionar como teónimos, bien en otra circunstancia: Pidal (4) ya había señalado para el sufijo -aecus una variante -ecus, así como su gran arraigo en el Noroeste peninsular y su enorme rendimiento, ya que integra nombres de ciudades (Lamaecum > Lamego), epítetos teonímicos con origen en topónimos (Cariociecus < *Carioca, actual Queiroga), tribus y gentes (Galaeci).
Veigebreaego(m) es un epíteto teonímico para Bandue en cuya formación interviene el sufijo -aecus con evidente sonorización de la sorda intervocálica. La primera parte probablemente es un topónimo en -bre, *Veigebre, la velar sonora [g] seguida y precedida de vocal anterior podría ser el origen de un sonido fricativo palatal sordo, y ser *Veigebre un topónimo en -bre similar al actual Deixebre (Oroso, A Coruña). Si Veigebreaego(m) se hubiese conservado el resultado moderno sería Veixebrego / Veixébrego / Veixebriego, dependiendo de la zona, es decir si hay tendencia o no a la diptongación y al traslado acentual. El resultado moderno, pero no el testimonio antiguo, es susceptible de interpretarse como un compuesto con briga como segundo elemento. Lo que ha sucedido, en este y en otros casos que presentaremos, es que la sufijación sobre una raíz -bre produce un resultado que suena parecido, o igual, al celta briga.
Esto ya se había notado para los epítetos teonímicos de origen toponímico en -bre más sufijación. Se admite la derivación (5) para, por ejemplo, Caeilobr-icoi, Langobr-icu y Verubr-ico (masculinos), Munidi Eberobr-igae Toudopalanda-igae (femenino, con sufijación -ica sonorizada en dos casos) y Eburobr-icis (plural). El análisis morfológico anterior nos muestra raíces remisibles a un tema en -i * Veigebris, *Caelobris, *Langobris, *Verubris, *Eberobris, *Eburobris; la segmentación tipo “Ebero-brigae” no es admisible.
Además de la constatación del sufijo adjetivador, la segmentación correcta puede demostrarse también aislando la raíz: casos como Eburobr-ittium y Eburobr-icis apuntan a la misma conclusión, raíz *Eburobr-.

4. En este momento se produce un curioso razonamiento en bucle: precisamente ocurrencias tipo “Eberobrigae” fueron las responsables de la hipótesis “briga integrando topónimos como segundo elemento”. Una vez demostrada la inconveniencia de segmentar un -briga en “Eberobrigae” y afines, se acepta la inevitable raíz *Eberobris. En lugar de detener aquí el análisis se continúa detectando en *Eberobris un “bris” (5), bucle que nos lleva de nuevo a briga y su supuesta variante *brigs > bris (6). Variante que se había propuesto para explicar la toponimia en -bris como relacionada con la toponimia en -briga, deducida de segmentaciones erróneas tipo “Ebero-brigae”.

5. La propuesta de Salvado et al. (5) que hemos descrito en el párrafo anterior es la más coherente, ya que reconoce la evidencia de la sufijación o derivación. Continuar defendiendo ausencia de sufijación en un epíteto obviaría la estructura morfológica de los adjetivos derivados de sustantivos. La postura de Guerra (10) es ligeramente distinta: "Eberobrigae, además de poder interpretarse como un genitivo correspondiente a una formación en -briga, admitiría igualmente una explicación como un derivado con el sufijo -ico de un nombre de lugar en -bris"; la primera posibilidad de Guerra implicaría un epíteto sin morfema derivativo. Marco Simón sin embargo, continúa reflejando la segmentación tradicional “sus epítetos [de la divinidad Bandue] parecen aludir más bien a lugares habitados, por lo menos aquellos que contienen el sufijo -briga (fortaleza): Lanobrigae, Aetobrigo” (3). Pasando por alto la minucia de la denominación “sufijo” para algo que, de existir como segundo elemento de una palabra compuesta, habría que denominar como “palabra”, podemos centrarnos en el adjetivo masculino Aetobrigo, que porta el derivativo -ico con sonorización, más adelante lo cita como “Bandue Aetobrico(m)”. Son epítetos formados sobres nombres de lugar y como tales deben llevar la sufijación que los capacita para funcionar como adjetivos: una forma, rebuscada y en bucle, pero con cierta coherencia, es remitirlos a una base en –bris que permite, si no se evidencia su circularidad, seguir manejando la hipótesis “–briga como integrante de compuestos”. Otra forma sería explicar por qué los epítetos compuestos supuestamente con –briga están libres de sufijación derivativa, o lo que es lo mismo, justificar por qué no existen formas como *Eberobriga-ico.

6. Es muy posible que estemos ante toponimia –bris con moción para el género –ia y posibilidad de recibir sufijos derivativos, similar a la que observa Prósper en la alternancia Nave / Navia / Naviego.

7. Un caso distinto es el que aparece en el 3er Bronce de Botorrita, línea III.25. Puede leerse según transcripción oficial del texto (7) abaliu : berikakue. Para los editores del Bronce, Beltrán, de Hoz y Untermann, se trataría de dos nombres de persona (NP) coordinados entre sí por la conjunción copulativa postpuesta “kue”, es decir, un tal Abalio y una tal Berika. Abalio está documentado como NP en Abalus (un alfarero de Lezoux). Para Berika Untermann sugiere un compuesto con el sufijo –ica partiendo de una raíz breve *Ber, que reconoce que sólo encuentra en topónimos como Berisamo (nombre de un castellum gallego). No está atestiguado, pues, como NP, y es muy probable que no lo sea. Por motivos suficientemente conocidos el conjunto de signos que pueden leerse como berika también pueden leerse como brega o incluso briga: en el signario ibérico no se distinguen oclusivas sordas y sonoras, y la forma de grafiar grupos como BR, muta cum liquida, viene determinada por el carácter silábico del signo para la oclusiva. Resumiendo, para escribir [bre] hay que poner “be.r”, o sea, el signo para la sílaba “be” y a continuación el signo para el sonido [r]. Los editores del Bronce sugieren, por ejemplo, que BOLORA y BALAKOS sea la forma ibérica de escribir Flora y Flacus, el grupo fl.
La lectura que propongo, abaliu : brega, es un topónimo, y la conjunción copulativa postpuesta no une ambas partes del nombre sino todo el conjunto con lo anterior.
En primer lugar cabría pensar en lo evidente por la presentación separada: una briga de un tal Abaliu. En segundo lugar no debería descartarse la relación con los hidrónimos Vall-Llobrega (Girona, Valle Lubrica 968), Llobregós (Lleida), Llobregat (Barcelona, flumen Lubricato 950) y Garganta Lóbrega (Candeleda, Ávila). Hidrónimos que sugieren más bien un corte *aba-liubrega, que remitiría a la raíz paleoeuropea *aba (agua) o tal vez a *aval > val (valle), seguida del nombre del río más sufijo derivativo femenino, en concordancia con los femeninos arcaicos *aba o *aval (Avalle, Asturias).
La segmentación abaliu : berika podría explicarse por etimología popular en la época: la existencia de la palabra “briga” provocó la identificación de una en la secuencia *abaliubrega, que originalmente era el hidrónimo *aba-liubrega o *aval-liubrega.
-La segunda parte del hidrónimo se encuentra exenta en los mencionados Llobregós, Llobregat y Lóbrega, los dos primeros atestiguados también con vibrante simple Rubricatus y Riubregós, que indican confusión de líquidas en ciertos contextos fónicos, además de latinización de la hidronimia antigua en el caso de Rubricatus.
-La sufijación de la segunda parte del hidrónimo puede deducirse comparando Baiobre y Vall-llóbrega.
-Finalmente: la imposibilidad de mantener simultáneamente diversas explicaciones para la hidronimia *Lóbrega. Ríos oscuros (lóbregos), ríos rojos (rubricos), ríos con –briga (v. mapa adjunto en el que Rubricatum forma parte de la toponimia –briga), o esta otra hipótesis sobre Riubregós = riu bragós, ço és “enfangat, llotós” o, mes genericament, “brut, d’aigües tèrboles”, según Albert Turull en http://www.llobregos.net/toponims.htm

8. « castellanos aiiobrigiaecinos ex gente gigurrorum » (8)
Según hemos visto hasta ahora los sufijos -aeco o -ico rechazan aparecer tras -briga. Lo resumíamos diciendo que no se encuentra, por ejemplo, un epíteto teonímico como *Veigebrig-aeco. En cambio el sufijo se añade a formas *Veigebris > Veigebre-aego. Por lo mismo si el epíteto modificase a un castellum esperamos también esta condición: castellum Veigebre-aecum. No hay más dato en contra de lo anterior que el chirriante “castellanos aiiobrigiaecinos ex gente gigurrorum” del bronce de Bembibre, en donde se observa sufijo -aeco adjunto a una base -briga: aiiobrigi-aec-. Hay suficientes datos (9) que apuntan a que este bronce es una falsificación, entre otros el que estamos destacando, posible invento basado en una incorrecta lectura del “Aiobaigiaeco” del Caurel. Una lectura inexperta *Aiobrigiaeco, motivada por la realidad de la toponimia –briga y el desconocimiento de que ésta rechaza –aeco o –ico, es la base del error del bronce de Bembibre, que no sirve para apoyar la lectura *Aiobrigiaeco en el Caurel a no ser, claro, que se quiera concluir que el del Caurel es también falso.

CAUREL
IRLugo 055 = AE 1973, 0289.
Appio Iunio Silano P(ublio) Silio /
Nerva co(n)s(ulibus) /
Tillegus Ambati f(ilius) Susarrus /
|(centuria**) Aiobaigiaeco hospitium /
fecit cum Lougeis castellanis /
Toletensibus sibi uxori libe/ris
posterisque suis eumq/ue
uxorem liberosque eius /
in fidem clientelamque sua/m
suorumque in perpetuo cas/tellanei
Toletensis receperunt /
egit Tillegus Ambati ipse /
mag(istris) Latino Ari et Aio Temari

_____________________________

*Corpus de epítetos teonímicos extraído de las referencias 3 y 5.
**Castellum

(1) Prósper B, “El nombre de la diosa lusitana Nabia y el problema del betacismo en las lenguas indígenas del Occidente Peninsular”, ´Ilu, 2, 1997, p.141-9.
(2) Moralejo JJ, “Lenguas paleohispánicas”, Os Celtas da Europa Atlántica, Ferrol, Concello de Ferrol, 1999, p. 17-45.
(3) Marco Simón F, “Religion and religious practices of the ancient celts of the Iberian Peninsula”, e-Keltoi, vol. 6, p. 287-347. url http://www.uwm.edu/Dept/celtic/ekeltoi/volumes/vol6/6_6/marco_simon_6_6.pdf
(4) Menéndez Pidal R, “Mars Cariociecus y la etimología de Quiroga”, Toponimia prerrománica hispana, Madrid, Gredos, 1952, p. 263-6.
(5) Salvado P, Mendes Rosa J, Guerra A: “Um monumento votivo a Arância e Arâncio, proveniente de Castelejo (concelho do Fundão)”, url http://www.ipa.min-cultura.pt/pubs/RPA/v7n2/folder/12.html
(6) Moralejo Lasso A: “Sobre los nombres toponímicos gallegos en -obre y sus afines”, Toponimia gallega y leonesa, Santiago de Compostela, Pico Sacro, 1977.
(7) Beltrán F, de Hoz J, Untermann J: El tercer bronce de Botorrita (Contrebia Belaisca), Zaragoza, Departamento de Educación y cultura, 1996.
(8) Alföldy G: "Das Neue edikt des Augustus aus El Bierzo in Hispanien", 2000
http://www.uni-koeln.de/phil-
fak/ifa/zpe/downloads/2000/131pdf/131177.pdf
(9) http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=2972
(10) Guerra A: "Omnibus Numinibus et Lapitearum: algumas reflexoes sobre a nomenclatura teonímica do Ocidente peninsular", Revista portuguesa de arqueología, 5 (1), 2002, p. 147-59. En http://www.ipa.min-cultura.pt/pubs/RPA/v5n1/folder/147-159.pdf

NOTA: las conclusiones implícitas en este artículo por el momento no están contrastadas.



-








Comentarios

Tijera Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.


  1. #1 lgmoral 12 de dic. 2005

    1. En la edición de los textos lusitanos en MLH IV tenemos CAELOBRIGOI, aunque no falta quien lea CAE(I)LOBRICOI en el epígrafe de Lamas de Moledo.
    Dentro de las dudas y las prudencias en interpretar estos textos, CAE(I)LOBRIGOI puede ser nominativo de plural, 'los de CAE(I)LOBRIGA', testigos o garantes, o puede ser dativo de singular del teónimo *CAE(I)LOBRIGOS receptor o beneficiario. Cualquiera que sea su relación con el evidente COILIOBRIGA de Ptolomeo 2.6 y con otras formas con CAILO-, COEL- o similares, no hay el menor inconveniente gramatical a que un topónimo *CAE(I)LOBRIGA se empareje con un étnico o con un etnónimo o epíteto *CAE(I)LOBRIGOS derivados de él y, claro está, relacionados con él.
    Además, suponiendo que haya que leer CAE(I)LOBRICOI, con –C- originaria, la segmentación será CAE(I)LOBRI-COI, con sufijo –KO- añadido a un tema en –I- que nos lleva a un topónimo *CAE(I)LOBRIS que, aunque no se podría descartar otro origen, tiene todas las trazas de alinearse con los topónimos ya documentados AGUBRI, AVILIOBRIS, ERCORIOBRI, LETIOBRI, MIOBRI ... y otros a deducir de, por ejemplo, ALANOBRI-GUE, BLANIOBR-ENSI con sufijación ya latina, además de los ya sabidos CONTOBRIS, LondoBRIS ... y todos ellos considerados unánimemente hoy como variantes de –BRIX y –BRIGA (KAITÓBRIX, el ablat. celtib. SEKOBIRIKED que supone *SEGOBRIX al lado de SEGOBRIGA, etc. ... Para la variante –BRIGA ya da hasta apuro meterse en dar ejemplos y con Albertos, Holder, Rix, García Alonso y Villar hay repertorios suficientes).
    El único punto, e importante, es que no hay CAE(I)LOBR- como presunta raíz que recibe luego el tema en –i, sino que hay CAE(I)LO-BRI-, con –I- que pertenece a –BRI-, segundo lexema del compuesto, además de que, naturalmente, sea el tema flexivo, al igual que, por ejemplo, en lat. REX la –G- es de la raíz y "tema" a la vez.
    2. Es de evidencia y opinión común el sufijo prerromano *-AIKO, que latinizado como –AECU-, -AEGU-, -ECU-, -EGU, está en el romance actual –EGO-, -IEGO (GALL-EGO, PAS-IEGO, LABRIEGO ...) y tiene uso frecuente en epígrafes latinos para significar adscripciones locales de las divinidades. Por tanto, VEIGEBREAEGO, epíteto de BANDUE, no tiene mayores intríngulis como sufijación con –AIKO- > -AEGO de un *VEIGE-BRIS que en su primer término tal vez se remita a *WEIK- bien documentado en antroponimia prerromana, y en –BRIS tenemos muy probablemente el lexema que ya vimos más arriba, toponimia céltica.
    En efecto y como bien advierte Onnega, hasta hoy podría haber llegado un *VIXEBRE o *VEXEBRE y sus naturales podrían ser *VIXEBREGOS para que alguien se diese el gusto de confundirlos y enredarse con que le suenan a –BRIGA ... pero no deberían sonarle porque con razonable seguridad estaríamos en condiciones de saber que nos "suenan" a –BRIGA no por todo el segmento final –BREGO, pues aislaríamos –EGO y nos bastaría con *VIXE-BR- y su remisión a la variante –BRIS. Por supuesto ese *VEIGEBRIS > *VIXEBRE sería uno de tanto topónimos "en –BRE" como DEIXEBRE, BAÑOBRE y, con cambios bien conocidos, O GROVE, TROBE ...
    3. Lo dicho sobre los ejemplos anteriores debe ser la pauta más aconsejable para todos los demás que Onnega repasa (LANGOBRIGU, VERUBRICO ...) y sin que yo crea que –BRIS (doblete de –BRIX, -BRIGA) sea la única receta posible en todos los casos. Pero es mejor ponernos en la simple y llana condición de que en términos generales –BRIS es lo seguro y las derivaciones que se generan en –BRI-CO-, -BR(I)-AICO-, -BR(I)-ENSI-, etc. no son argumento ni pie ninguno para segmentar raíces con final –BR-, una fantasía que se nos queda absolutamente descolgada de conexión semántica y de análisis formal válido dentro del conjunto onomástico hispano prerromano. Además, cuando se concede que –BRIGO- es sonorización de –BRICO- tampoco conviene olvidar que hay hipercorrecciones en que la –C- de –BRICO y de otras formas intenta escapar de la tendencia (vulgar) a la sonorización y, por tanto, la sufijación –ICO será sólo aparente.
    4. Y lo de *CAE(I)LOBR- + tema –I- + sufijo –KO- todavía podría colar ¡es un decir!, pero cuando se nos propone una segmentación EBUROBR-ITTIUM ya nos quedamos a la espera de noticias sobre esa fantasmal sufijación –ITTIO- y nos preguntamos si esa forma no sería segmentable mejor en EBURO-BRITTIUM para alinearla con el montón de derivados de EBUR- y compuestos con EBURO- que documenta el mundo céltico en el que el tejo tanto pintaba, según dicen.
    5. Por supuesto que EBERO-BRIGAE es una realidad y no una "segmentación errónea", sino una segmentación absolutamente correcta como epíteto de la diosa lusitana MUNIDI, pero aunque por atender a que el epígrafe muestra sonorización *-T- > -D- y *-K- > -G- en el epíteto TOUDOPALAND-AIGAE (no con segmentación TOUDOPALANDA-IGAE), concedamos la lectura *EBEROBRICAE, seguiremos teniendo *EBEROBRI-CAE como segmentación más verosímil y un *EBERO-BRIS como punto de partida.
    6. Ya señalé y es opinión común que la documentación ofrece o parece ofrecer que de un topónimo en –BRIGA tengamos derivados de corte antroponímico, teonímico y étnico en –BRIGOS masculino, -BRIGA femenino, sin derivación por sufijo. Además hay que tener en cuenta que las formas con –BRICO (-BRIGO) son sufijadas, lexema –BRI- + sufijo –KO-, y con la base, creo que incontrovertible, de que –BRIS, -BRIX y –BRIGA son variantes de un mismo punto de partida ide. *BHRGH- 'elevación, altura'. Y, por supuesto, el tipo sufijado que Onnega echa en falta y ejemplifica con *EBEROBRIGA-ICO (y mejor sería *EBEROBRIG-AICO) sí existe y se le pasó desapercibido en VEIGEBREAEGO; en latinizaciones, y ya es otro cantar, BLANIOBRENSI.
    7. Y vamos con el ABALIU : BERIKAKUE de Botorrita III, 25 formas en las que Onnega borda y bordea los límites no sé si de la heterodoxia o de la desinformación. Me remito a su exposición para hacer las siguientes puntualizaciones:
    a) parece que los expertos son unánimes en que Botorrita III es un elenco de antropónimos masculinos y femeninos, con o sin nombres de familia y algún término de parentesco, pero no topónimos, como cree ver Onnega en ABALIU : BERIKAKUE.
    b) en la norma gráfica del silabario ibérico en los bronces celtibéricos una separación de palabras (marcada con la interpunción :) excluye que la enclítica KUE una el grupo ABALIU : BERIKA con lo anterior y solamente une BERIKA (parece que antropónimo femenino) con ABALIU (masculino). Además tal unión de estos dos nombre con lo anterior no encaja en absoluto con todo lo que es el Bronce en su disposición formal y sintáctica en todas sus cuatro columnas con dos centenares largos de antropónimos.
    c) Para la interpretación de BERIKA como BRIGA se ignora total y absolutamente una norma básica de la grafía en silabario ibérico: el grupo BRI sería escrito con los signos BI-R-I, o BI-R o simplemente BI, pero nunca BE-R-I. Los ejemplos que Onnega propone son claros BO-L-O-R-A es la forma ibérica de escribir el lat. FLORA.
    8. De las conjeturas sobre ABALIU : BERIKA como hidrónimo a relacionar con el catalán RUBRICATUS > LLOBREGAT y otros afines, un *ABA-LIUBREGA con el agua *ABA paleoeuropea o un *AVAL > VAL (valle) y todo lo que sigue prefiero hacer silencio, pero recomendando que hay que tener más prudencia y mejor información para, por ejemplo, objetarles a Untermann y de Hoz que ABALIU : BE.R.I.KA(KUE) en aquellas listas de Botorrita no sean un par más de antropónimos, sino una BRIGA que la etimología popular "en la época" identificó y cortó en un hidrónimo *ABA-LIUBREGA o *AVAL-LIUBREGA.
    No deja de ser curioso que después de tanto repaso o alusión crítica o escéptica a los –BRIGA célticos vaya a aparecérsenos éste como la liebre ...
    En fin, mucho me temo que el esfuerzo imaginativo de Onnega no responda a realidad alguna ni afecte con novedad positiva alguna a la realidad establecida. Creo que tiene deficiencias graves de información y de método en número y nivel francamente inaceptables.

  2. Hay 1 comentarios.
    1

Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.

Volver arriba