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viernes, 06 de octubre de 2006
Sección: Historia
Información publicada por: ainé
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Como curiosidad...
Hace un año (más menos), visité el castro y todavía no estaba escavado, se habían hecho pequeñas catas y habian tapado de nuevo).
En la imagen que he expuesto de la vivienta rectangular, se aprecia al fondo un cúmulo de rocas, ahí están asentadas las viviendas circulares (veis que el suelo de la primera imagen es roca pura).
Cuando vi las rocas en mi primera visita (solo se veían penachos) me sorprendió que las hubieran dejado en medio del poblado (hubieran sido un estorbo)...no imaginé que allí estaban asentadas las viviendas (aún habiendo visto iglesias y fortalezas asentadas en plena roca).
Cosas veredes y aprenderedes (que razón tienen los viejos).
Se aprecia mejor lo que digo en la última imagen:
http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2283
Añadidas imágenes de dos lareiras del castro.
CONTABAN OS VELLOS UN CONTO
No castro viven os mouros. Pola noite as mouras do castro baixan ás pozas do rego que pasa a carón do castro. Alí lavan as súas caras branquiñas, peitean os seus cabelos e agochan os seus tesouros. Un día un mozo da aldea veu a unha delas e namorou da súa fermosura. A moura díxolle
que se quería romper o encanto e casar con ela, tiña que voltar pola noite cun bólo de pan quente. Pero cando chegou onda ela, o bólo estaba frío e a moura, ó collelo para tirar un belisco do seu pito, deixonou caír espantada, converteuse en serpe e meteuse na auga. O mozo morreu ali mesmo.
Dende aquela, a xente evitaba o río e procuraba non subir ó castro. Cando alguén atravesaba o río cunha cunca de leite recén muxido, o leite cortábase e tornaba sangue.
No sangue crecían moi ben as troitas, cas suas pintas roxas. Só os homes pescaban as troitas que en cambio fuxían das mulleres. Un día un pescador veu a outra moura peiteando os cabelos no reflexo das augas do río. Pediulle casar con ela. A moura díxolle que volvera pola noite e que ela viría en forma de serpe e que para a desencantar tiña que darlle un bico nunha flor roxa que levaría nos beizos, e que
ademais lle trouxera unha cunca de leite. O mozo voltou pola noite. A serpe apareceu e bebeu
todo o leite que o mozo trouxera. Despois de bebela, subiulle polos pés e o corpo ata o pescozo. O mozo aguantou o noxo que lle daba e bicou a flor roxa que levaba nos beizos. De súpeto, a serpe desencatouse, a moura tornou muller e marchou co mozo para a aldea, onde casaron, tiveron moitos fillos e viviron cos tesouros que os mouros agachaban no río.
Dende aquela as mulleres xa poden volver ó río, atravesalo cos cántaros de leite, e os mouros enterráronse no castro e non saen nunca del. Só nas noites de San Xoan, xúntanse e prenden unha coroa de lumes na croa do castro e botan rodas ardendo dende o castro abaixo para lembrar a todos os veciños do val o seu antigo esplendor e gloria.
Extraído de: PASADO E FUTURO DE CASTROLANDÍN (CUNTIS): UNHA PROPOSTA DE RECUPERACIÓN E REVALORIZACIÓN
http://www.lppp.usc.es/descarga/CapaTapa/TAPA/TAPA29.pdf
Además de las menciónes al río del lugar, la noche de S. Juan y la "rueda de fuego" descrita al final del fragmento que transcribo en mi anterior intervención: "...Só nas noites de San Xoan, xúntanse e prenden unha coroa de lumes na croa do castro e botan rodas ardendo dende o castro abaixo para lembrar a todos os veciños do val o seu antigo esplendor e gloria..." , parecieran poder guardar alguna relación con algo que casualmente leo en otro lugar,
"...Otra posible relación, aunque derivada de un dato aislado y demasiado
indirecta, entre el “dios de la rueda” galo-romano y los ríos vendría
dada por algunos ritos centro-europeos relacionados, principalmente, con
el solsticio de verano. En muchas regiones de Francia y Alemania, las
formas más características que tomaban estas celebraciones ígnicas eran
las hogueras, la procesión de antorchas por los campos y, finalmente, el
lanzamiento de una o varias ruedas de fuego desde las cimas de los montes.
Estas fiestas ancestrales, claramente paganas, no pudieron ser suprimidas
por la Iglesia, que optó por darles una apariencia cristiana haciendo
coincidir la fiesta de San Juan Bautista con el día que el sol alcanzaba
su punto más elevado del año75.
De estos tres tipos de celebración, el que nos interesa es el lanzamiento
de ruedas de fuego puesto que, como sabemos, la rueda es también
un elemento que caracteriza iconográficamente al dios soberano de
los Celtas76. El ritual más frecuente consistía en lanzar durante la noche
una o varias ruedas de un determinado material recubierto de paja u otro
vegetal ardiendo desde la cima de las montañas circundantes hasta los valles.
Este impresionante espectáculo imitaba la carrera del sol en el cielo
representando, según Gaidoz, el comienzo del descenso del sol desde su
cénit77.
En algunas regiones, como Hesse, se pensaba que por los lugares
donde pasaban las ruedas encendidas los campos estarían seguros contra
las tormentas y el granizo78. En una villa del Bajo Konz, el máximo objetivo
de los jóvenes consistía en guiar la rueda desde lo alto de la montaña
de Stromberg hasta conseguir sumergirla ardiendo en las aguas del
Mosela. Si la rueda de fuego llegaba hasta la orilla superando todas las
viñas plantadas a lo largo de su recorrido y las llamas eran apagadas por
el agua del río, la gente preveía una vendimia abundante durante ese año.
Si, por el contrario, el objetivo no se conseguía, tanto las cosechas como
el ganado se verían afectados79..."
75 Gaidoz, 1884, 22 ss.; Frazer, 1995, 699.
76 Según Green, este sería “the most unromanised element in Romano-Celtic society”
(1986, 59); id., 1991, 86 ss.; Hatt, 1989, 183 ss.
77 Gaidoz, 1884, 23 (con numerosos ejemplos de estos rituales).
78 Frazer, 1995, 689.
79 Gaidoz, 1884, 24-25; Frazer, 1995, 700-701.
"Los dioses soberanos y los ríos en la religión indígena de la Hispania indoeuropea."
http://revistas.sim.ucm.es:2004/ghi/02130181/articulos/GERI0000120191A.PDF
Fermoso conto, Airdargh. Desconocía lo de las ruedas (interesante), lo que sí conocía era esta otra parte que mencionas:
"En muchas regiones de Francia y Alemania, las
formas más características que tomaban estas celebraciones ígnicas eran
las hogueras, la procesión de antorchas por los campos..."
No se si conoces las leyendas de la Diosa Aine (a la cual debo mi nick) en sus distintas formas, en distintos lugares de Irlanda: Ainé / Aine / Áine...Una de ellas (que viene a cuento):
Ainé
Su culto permaneció muchos años después de la llegada del cristianismo, sobre todo entre las gentes del campo irlandés que hacían antorchas de heno y paja, las encendían y se las llevaban de noche por la colina de la diosa. Después se dispersaban entre los campos y pastos , ondeando las antorchas sobre las cosechas y el ganado para llevarles la buena suerte. Una noche, según la leyenda, la ceremonia fue omitida a causa de la muerte de un vecino, pero , mirando hacia el lugar sagrado, el pueblo observó unas antorchas fantasmas en número aún mayor a las que normalmente rodeaban la colina, y la propia Ainé al frente dirigiendo la procesión. Esta no es más que una de las muchas fábulas o leyendas de fantasmas relacionadas con esta diosa.
Según otra....En Irlanda, Aine, reina del Sidhe (reino feérico) en Munster, era una de las diosas del medioverano.
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