Autor: Habis
viernes, 28 de octubre de 2005
Sección: Prehistoria
Información publicada por: Habis
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MANIPULACION HISTORICA SOBRE TARTESSOS (Actualizado el 29-Oct)

Algunas de las lineas principales de investigacion sobre el tema tartessico que mas manipulación han sufrido.




Ya sea porque desde las fuentes griegas se ha rodeado a Tartessos de un halo de riqueza mitica que la arqueología no ha logrado casar con una arquitectura relativamente pobre, o ya sea porque ninguna de las grandes culturas del mediterráneo occidental (celtas, etruscos, cartagineses, iberos, libios) han dejado lenguas descifradas o textos suficientes como para una aproximacion mas cientifica, el caso es que adentrarse en el tema tartessico es, ante todo, una labor de slalom metodologico en el que sortear todas aquellas hipotesis (con mayores o menores deficiencias metodologicas) que la fantasia y el voluntarismo han permitido enunciar.

Propongo (y espero las intervenciones de los demas druidas en este sentido), algunas hipotesis que en mayor o menor medida se han tenido por buenas y que son merecedoras de profundas objeciones. Mi idea es que saquemos cada una de ellas, incluso en articulo aparte, y las desgranemos y dabatamos, no tanto para elaborar hipotesis alternativas (pecado comun de muchos aficinados al tema) como para deconstruir las endebleces argumentales que las constituyen.

-EL RIO TARTESSOS NO ERA EL GUADALQUIVIR, SINO EL TINTO.
Una de las tendencias mas afincadas en el estudio de tartessos es la del localismo. Distintas ciudades y comarcas del suroeste peninsular se disputan el asentamiento de la capital de Tartessos. La tesis onubista se agarra a la riqueza metalurgica de las fuentes del Rio Tinto para defender que el Tartessos no es el Guadalquivir sino el Tinto, que el sinus tartessico no es la marisma del Guadalquivir sino la Ria de Huelva, que las bocas del rio Tartessos no son brazos sino fuentes, que la isla de Tartessos sería la de Saltés, etc.

Puntos a favor:
- Hay testimonios historiograficos de la fundacion de un herakleion tirio en la isla de Saltés.
- Hay abundantes restos arqueologicos griegos en Huelva que se remontan incluso a la Edad del Bronce.
- Desde el mar la Ria de Huelva es tan ancha y preeminente como al del Guadalquivir.
- El poblado tartessico del cerro de San Pedro en Huelva capital.
- Huelva esta a la distancia a la que Estrabon situa Tartessos de Cadiz.
- Las fuentes literarias que dan ubicaciones más proximas a Cadiz o Sevilla son fuentes muy posteriores a la desaparición de Tartessos.
- La proximidad de Huelva como salida maritima al metal de la zona de Rio Tinto.

Puntos en contra:
- El rio por antonomasia de la costa atlantica andaluza (el que configura el vertice del Golfo de Cadiz, el que organiza el interior de Andalucia, el de mayor caudal) es el Gudalquivir. Llamar Tartessos al Tinto cuando tiene justo al lado otro rio de tamaño parecido es negar la posibilidad, admitida desde antiguo, de que el Tartessos configuraba el pais y le daba nombre (algo que el Betis siguió haciendo en epoca romana.
- El tesoro del Carambolo, el tesorillo de Evora, los candelabros de Lebrija, son restos arqueologicos emblematicos que se han localizado en la misma ribera del Rio Grande.
- Las reconstrucciones paleogeograficas de la costa atlantica andaluza demuestran que la diferencia de antigüedad de los materiales del fondo del bajo Guadalquivir y las tierras que lo circundan son constantes desde el VI milenio a.c. hasta la epoca romana, y que durante la mayor parte de ese periodo el rio desembocaba a la altura de Coria del Rio, y el golfo resultante entre esta poblacion y Sanlucar de Barrameda era perfectamente navegable (profundidades de entre 2 y 8 metros ya ausencia de rocas).
- La comarca del bajo Guadalquivir tiene un poblamiento autoctono continuado desde el Calcolitico, su densidad de poblacion siempre ha sido mayor que la de Huelva (especialmente la orilla oriental del Rio), y en ellas se asientan tantas y tan antiguas poblaciones como Sanlucar de Barrameda, Jerez, Mesas de Asta, Lebrija, Trebujena, Las Cabezas de San Juan, Dos Hermanas, Sevilla, Camas, Santiponce, Carmona, Alcala del Rio, San Juan de Aznalfarache, Coria del Rio, etc, todas ellas poblaciones de fundacion anterior a la dominacion romana, y algunas, de fundación u ocupacion fenicia.
- Huelva tiene un toponimo prerromano (Onuba), ¿que razón habría para que una ciudad antigua y preeminente como Tartessos no conservara su nombre, cosa que si hacen otras como Cadiz?
- En los inicios y mediados del I milenio a.c., se podía alcanzar desde las minas de Huelva o bien a través de la desembocadura del Tinto-Odiel, o bien a trávés de la desembocadura del Guadiamar. De hecho en estos contornos se ha encontrado uno de los mayores enclaves tartessicos, las ruinas de Tejada la Vieja.

-TARTESSOS ESTABA EN EL PARQUE NACIONAL DE DOÑANA.
Esta es una hipótesis que agrada a muchos aficionados al tema, bien por la belleza romantica de un lugar practicamente virgen, bien por la esperanza de encontrar una especie de Mohenjo Daro entre los pinares del Coto.

Puntos a favor:
-Decenas de miles de hectáreas donde la prospeccion arqueologica y la actividad humana han sido muy livianas.
-Algunos restos como la calzada de la Algaida y algunas referencias en fuentes tardías de que en las inmediaciones a la orilla oriental de la desembocadura del Guadalquivir pudiese haber algunos enclaves turdetano-tartessios.

Puntos en contra:
- La juventud del litoral oriental onubense. La punta de Malandar se cierra al mar ya en tiempos historicos, el arroyo de la rocina era en tiempos tartessicos una ria salada, el Guadiamar desembocaba en el mar a la altura de Aznalcollar, la marisma de Doñana era mar abierto, y la marisma de Hinojos un enclave marismatico de escasa profundidad.
- La falta de relieves apreciables en toda la zona. De haber existido una ciudad en un asentamiento que 25 siglos atras era mucho mas humedo y cenagosos lo logico es que estuviese asentado en alguna loma o cabezo, pero toda esta zona precisamente destaca por su bajo perfil orográfico, cosa logica en terrenos jovenes producto de la deposicion fluvial y el avance dunar.

- EL GUADALQUIVIR Y EL GUADALETE ESTUVIERON CONECTADOS EN LA ANTIGÜEDAD.
Esta teoría la defienden todos aquellos que se afanan por ubicar la isla de Cartare donde, supuestamente, se asentaría Tartessos. Nada más facil que unir los cursos del Guadalete y el Guadalquivir ya proximos a la desembocadura para que surja una isla interdeltaica.

Puntos a Favor:
- Estrabon menciona que los turdetanos utilizan los esteros en pleamar para adentrarse hasta las poblaciones ribereñas del Betis, y que existen canales artificiales entre ambos rios.
- El lecho actual de ambos rios está por debajo del nivel del mar a mediados del I milenio a.c.
- En el entorno de Mesas de Asta, y entre medio de ambos rios, hay un complejo de lagunas y marismas que en los inviernos lluviosos deja poco terreno por cubrir.

Puntos en contra:
- No se han encontrado vestigios (y sería relativamente facil encontrarlos) de canalizaciones suficientemente grandes como para dejar pasar barcazas.
- Todas las rutas propuestas para esos supuestos canales o esteros naturales son materiales del Terciario, y por tanto cientos de miles de años anterior a la epoca tartessica.

- TARTESSOS ES UNA CIVILIZACION IMPORTADA DEL MEDITERRANEO ORIENTAL.
La falta de literatura (o la imposibilidad de descifrarla) en los estados y culturas del Mediterráneo occidental, ha provocado un vacio historiográfico que ha llevado, quizas con demasiada frecuencia, a dar explicaciones orientalistasa todos los procesos historicos de envergadura desarrollados en Europa Occidental. como no podía ser menos, Tartessos también ha sufrido esa crisis de occidentalofobia.

Puntos a Favor:
- Los primeros indicios de elementos que se puedan definir como tartessicos o pretartessicos aparecen en la transición entre el segundo y el primer milenio a.c., una epoca de crisis general en el Mediterraneo (Hundimientos de hatti, Micenas, Invasiones de los Pueblos del Mar, expansión de la cultura de los campos de urnas, etc), lo que pudo provocar grandes migraciones hacia la periferia.
- Los toponimos asociados en esta época al Bajo Guadalquivir -Tartessos y Tharsis- son mencionados en fuentes griegas y hebreas, y en su etimologia podría caber un origen oriental.
- Aparentemente hay un lapso cultural entre la cultura argarica y tartessos que dificulta la posibilidad de una continuidad cultural.
- Entre los pueblos del mar hay una nación llamada "teresh" que podría ubicarse en Libia, y que algunos sugieren podría ser una variación fonetica de Tharshisch. (Ver "TARSIS EN LA BIBLIA")
- Numerosos asentamientos del interior del Valle del Guadalquivir tienen una posible etimologia semita: Sevilla, Coria del Rio, Lebrija...
- Hay mitos de la edad del bronce griego que insisten en viajar al occidente (Heracles, Perseo...) y restos arqueologicos que testimonian, si no la presencia de micenicos en España, sí de objetos micenicos.
- El nombre de Tartessos, el de su mas famoso rey (Argantonio), la relación excesivamente desprendida con Kolaios de Samos primero y con los focenses después, caben dentro de lo que podría ser normal entre el rey de una colonia y los habitantes de la metropoli.

Puntos en contra:
- Los aspectos materiales de la cultura tartessica son originales. Guarda las similitudes lógicas con otras culturas de su misma época, pero no hay evidencias claras de colonización cultural, ni siquiera fenicia.
- Las denominaciones de Tartessos son siempre extranjeras, por lo que desconocemos su nombre en la propia lengua tartessica y su filiación lingüistica.
- Si bien no hay una continuidad cultural con el bronce del levante si parece posible una vinculación al bronce atlantico (ruta del estaño, estelas de guerrero, etc), especialmente del centro y sur de Portugal.
- La falta de testimonios escritos etruscos, iberos, celtas, punicos o libios, impiden tener mas informacion de una cultura autoctona.
- La pobreza material del bronce final y la explosión suntuaria del periodo orientalizante casa más con una cultura autoctona que se sofistica con el comercio de metales que con el de una cultura importada.

[articulo en proceso de elaboracion]



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Comentarios

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  1. #1 soliman 28 de oct. 2005

    He leido sucintamente el articulo y de veras que es interesante. Sin embargo, para mi el hecho tartéssico es anterior aún a las dataciones mencionadas a partir del s.VI a.C. Según mi entender y parecer, en esa época, lo que fuese o sería, mas bien parecería el final de una andadura cultural y civilizadora.

    Entiendo que no se ha excavado ni el 0,01% de lo que se deberia. De hecho, y a título de ejemplo. Todos los días, en mis idas y venidas, del este al oeste de Sevilla, cada vez que cruzo el puente del Alamillo y encaro la autovia dirección a Camas, los veo, magníficos, los 7 túmulos del Carambolo. ¿Alguien los ha explorado, excavado, estudiado? Si, los topografos de la constructora que proximamente realizará una de las más lujosas y caras urbanizaciones en ese gran balcon de Sevilla y de su Guadalquivir que es el Aljarafe.

    Amigo Habis, la Teoria es magnifica, pero cuando se puede pasar a la acción, a coger tierra y barro, maleza y paja. cuando veo el magnifico túmulo de Camas, ¡ que quieres que te diga ! Tartessos en acción. Al concejal de cultura del ayuntamiento de Camas se le pueden caer los palos del sombrajo, y con la que está cayendo con las corrupciones municipales y el lio de las recalificaciones, a que no sabes que es lo que iban a recalificar?. Recalificaban la Madre de los Tartessos: El Túmulo Ritual de la salida del Sol, El Saludo al Sol. La Vida para Tartessos.

    YO soy un tartessio y si es Huelva o Sevilla me da igual. Tambien lo es Granada y Almeria y en vuestros mapas no bienen en color bien fuerte.
    ¿Olvidais los Millares y el Argar? ¿Que es Tartessos?

    Volcaré, Dios mediante, un articulo de Francisco de Ariza, denominado Los Ciclos en la HIstoria y la Geografia, os adelanto un pelín:
    "Ante la perspectiva de la inmensidad de un tiempo que se agota y renace indefinidamente, no tenemos más remedio que relativizar nuestro propio tiempo particular e individual, que se nos revela como totalmente ilusorio y evanescente ante la asombrosa realidad de los grandes ciclos cósmicos. Pero no podemos sustituir una ilusión por otra ilusión, pues en el fondo de lo que se trata es de concebir que más allá de ese encadenamiento sin fin, de esa perpetuidad cíclica, existe una realidad inmutable: el dominio del Ser y los principios eternos, no sujetos al cambio y al devenir. Lo que queremos decir es que el conocimiento de la verdadera naturaleza del tiempo cíclico se ha de convertir en un soporte simbólico significativo que nos permita acceder a esa realidad, dado que nada de lo que se manifiesta tiene su fin en sí mismo, sino que es tan sólo el reflejo de las causas que permiten el desarrollo de su existencia dentro de un enmarque inteligente e inteligible, y que no es otro que el propio cosmos. En este sentido, un componente esencial de todas las cosmogonías tradicionales es el tiempo mítico, que en verdad es un no-tiempo al referirse siempre a los orígenes anteriores al tiempo, pues como dice René Guénon también existen orígenes atemporales. A ellos aluden constantemente todos los mitos creacionales, que se constituyen en un centro o eje fijo en torno al cual se ordena y desarrolla la vida y la cultura de una civilización tradicional. El tiempo mítico es el tiempo sagrado, el tiempo real y verdadero, aquel en el que los dioses hablan a los hombres y les revelan lo esencial, lo que han de saber para que su existencia, es decir su propia historia y realidad personal, signifique algo más que una anécdota en el inmenso océano de lo creado, en constante devenir. "

    Seguiremos en el foro celtibero sobre lo tartéssico.


  2. #2 soliman 29 de oct. 2005

    He leido sucintamente el articulo y de veras que es interesante. Sin embargo, para mi el hecho tartéssico es anterior aún a las dataciones mencionadas a partir del s.VI a.C. Según mi entender y parecer, en esa época, lo que fuese o sería, mas bien parecería el final de una andadura cultural y civilizadora.

    Entiendo que no se ha excavado ni el 0,01% de lo que se deberia. De hecho, y a título de ejemplo. Todos los días, en mis idas y venidas, del este al oeste de Sevilla, cada vez que cruzo el puente del Alamillo y encaro la autovia dirección a Camas, los veo, magníficos, los 7 túmulos del Carambolo. ¿Alguien los ha explorado, excavado, estudiado? Si, los topografos de la constructora que proximamente realizará una de las más lujosas y caras urbanizaciones en ese gran balcon de Sevilla y de su Guadalquivir que es el Aljarafe.

    Amigo Habis, la Teoria es magnifica, pero cuando se puede pasar a la acción, a coger tierra y barro, maleza y paja. cuando veo el magnifico túmulo de Camas, ¡ que quieres que te diga ! Tartessos en acción. Al concejal de cultura del ayuntamiento de Camas se le pueden caer los palos del sombrajo, y con la que está cayendo con las corrupciones municipales y el lio de las recalificaciones, a que no sabes que es lo que iban a recalificar?. Recalificaban la Madre de los Tartessos: El Túmulo Ritual de la salida del Sol, El Saludo al Sol. La Vida para Tartessos.

    YO soy un tartessio y si es Huelva o Sevilla me da igual. Tambien lo es Granada y Almeria y en vuestros mapas no bienen en color bien fuerte.
    ¿Olvidais los Millares y el Argar? ¿Que es Tartessos?

    Volcaré, Dios mediante, un articulo de Francisco de Ariza, denominado Los Ciclos en la HIstoria y la Geografia, os adelanto un pelín:
    "Ante la perspectiva de la inmensidad de un tiempo que se agota y renace indefinidamente, no tenemos más remedio que relativizar nuestro propio tiempo particular e individual, que se nos revela como totalmente ilusorio y evanescente ante la asombrosa realidad de los grandes ciclos cósmicos. Pero no podemos sustituir una ilusión por otra ilusión, pues en el fondo de lo que se trata es de concebir que más allá de ese encadenamiento sin fin, de esa perpetuidad cíclica, existe una realidad inmutable: el dominio del Ser y los principios eternos, no sujetos al cambio y al devenir. Lo que queremos decir es que el conocimiento de la verdadera naturaleza del tiempo cíclico se ha de convertir en un soporte simbólico significativo que nos permita acceder a esa realidad, dado que nada de lo que se manifiesta tiene su fin en sí mismo, sino que es tan sólo el reflejo de las causas que permiten el desarrollo de su existencia dentro de un enmarque inteligente e inteligible, y que no es otro que el propio cosmos. En este sentido, un componente esencial de todas las cosmogonías tradicionales es el tiempo mítico, que en verdad es un no-tiempo al referirse siempre a los orígenes anteriores al tiempo, pues como dice René Guénon también existen orígenes atemporales. A ellos aluden constantemente todos los mitos creacionales, que se constituyen en un centro o eje fijo en torno al cual se ordena y desarrolla la vida y la cultura de una civilización tradicional. El tiempo mítico es el tiempo sagrado, el tiempo real y verdadero, aquel en el que los dioses hablan a los hombres y les revelan lo esencial, lo que han de saber para que su existencia, es decir su propia historia y realidad personal, signifique algo más que una anécdota en el inmenso océano de lo creado, en constante devenir. "

    Seguiremos en el foro celtibero sobre lo tartéssico.


  3. #3 Arquiloco 03 de nov. 2006


    Saludos a todos,

    Como ando últimamente releyendo tartesiología, este fin de semana me dio por traducir, con ayuda de mi esposa, que tradujo mucho latín en la carrera, cierto fragmento muy traído y llevado de la Ora Marítima del Sr. Avieno. Sólo por disfrutar un ratito y recuperar ese placer de traducir un texto latino. Es el pasaje que va de los versos 263 al 296, sin duda bien conocido por todos. Dejando a un lado ciertas dificultades (por ejemplo el quos gens del verso 274) , una cosa me parece clara, y es que Avieno en ningún momento rompe la identidad Gadir-Tartessos, y cuando pasa a describir el entorno geográfico del río Tartessos, o mucho me equivoco o cualquier lector contemporáneo de la Ora Marítima hubiera asegurado que Avieno seguía refiriéndose a Gadir-Tartessos y su entorno hasta el verso 294, donde pasa a hablar de los pueblos que rodean el territorio (Etmaneos e Iléates, repartidos según interpretemos "inde rursus").

    Así, Gadir hic est oppidum / nam Punicorum lingua consaeptum / locum Gadir vocabat . ipsa Tartessus prius / cognominata est . multa et opulens civitas etc. sigue refiriéndose a Gadir-Tartessos, que la describe como un lugar de ruinas: nunc egena, nunc breuis / nunc destitua, nunc ruinarum agger est. como corresponde a una descripción atormentada y pesimista de un romano del siglo IV que se lamenta de la decadencia urbana de su tiempo. Después añade que antiguamente Gadir-Tartessos debió tener otra apariencia: at uis in illis tanta uel tantum decus / aetate prisca sub fide rerum fuit, hasta el punto de que Iuba, que era rey mauritano y muy culto, y aunque sus dominios estuviesen de Gadir-Tartessos "intefluoque separatus aequore", se consideró a sí mismo ilustre duóviro de la ciudad (Gadir-Tartessos).

    A continuación viene la archiconocidísima y presunta descripción del entorno geográfico de Tartessos (verso 279 y ss.): sed insulam / Tartessus amnis ex ligustino Lacu, etc. Como ya he dicho, en ningún momento Avieno nos dice que haya pasado a hablar de otra ciudad, y ni siquiera de ciudad alguna hasta que vuelve a mencionar una "meridiana civitatis adluit "(286). La continuidad del discurso indica que sigue tratándose de Gadir-Tartessos, y para la siguiente mención a un entorno urbano: "ramenta uoluit inuehitque moenibus", la referencia sigue siendo la misma de todo este pasaje: Gadir-Tartessos.

    Es común decir que los romanos habían caído en la confusión de identificar Gadir con Tartessos, aunque ellos eran muy conscientes de que la ciudad en efecto se llamaba Gadir en su nombre púnico (Plinio el viejo IV NH, el propio Avieno en el pasaje citado) y Tartessos en el antiguo. Y por consiguiente se pasa a tratar de indagar el origen de semejante error.

    En mi opinión, el "error" es bien explicable por cuanto Gadir terminó convirtiéndose en la "cabeza" o el centro tartesio por excelencia después de un secular proceso de asimilación y suplantación fenicio de la identidad indígena tartesia (si es que alguna vez hubo tal cosa), cuyo comienzo se remonta casi a los inicios del desarrollo de la propia cultura tartesia. Siempre acabamos en los mismo: ¿Qué es lo tartesio? Sea lo que sea, es inexplicable sin la presencia fenicia, se halla íntimamente ligada a ella hasta el punto casi de confundirse... No me parece, pues, error alguno la identificación romana Tartessos = Gadir.

    Ahora bien, ¿hubo otros centros tartesios además de Gadir? Desde luego: Onoba, Tejada la Vieja, Cancho Roano, Asta Regia, Nawirissa... Tartessos era, como ya dijera el Sr. Blázquez en su día, y ademas de una ciudad (varias ciudades, añadiría yo, en el tiempo y en el espacio), un río, una región, un centro de contratación de metales. Y debemos añadir también: un muy popular y conocido mito de la Antigüedad, un Eldorado de aquellos días. Sin esto, la visión de Tartessos es tan incompleta como sustrayéndola de la "suplantación" fenicia. Lamentándolo mucho, dudo que algún día, un arqueólogo golpee con su pico en una estela que diga: "Ha encontrado Ud. Tartessos".

    Tartesos, en verdad, jamás fue olvidada, y su conclusión y coronación urbana, como bien sabían los romanos, fue Gadir.

    Si hiciéramos un mapa con la descripción geográfica de Avieno quizás comprendiéramos una cosa bien significativa: que se trata de una descripción a cierta distancia óptica, como quien mira un mapa del 1/4 SO Peninsular a una determinada escala: entonces el Mons Argentarius, que sería el conjunto las estribaciones onubenses, extremeñas y sevillanas de la Sierra Morena, y su riqueza minera (además de su fabulosa imagen mítica), en verdad se avecina (incumbit) al peloestuario del Guadalquivir (o lago Ligustino), y más abajo vemos efectivamente una región surcada por muchas bocas, brazos de ríos o ríos distintos, dada la habitual confusión de los geógrafos antiguos acerca del origen de los diversos cursos (pero todos ellos el río Tartessos, ya que estamos en la Tartéside): neque iste tractu simplici prouoluitur / unusue sulcat subiacentem cæspitem, y en algún lugar de ese subyacentem caspitem se hallaba, para Avieno, Gadir-Tartessos.

    Un abrazo, Arquíloco.











  4. #4 Diocles 03 de nov. 2006

    Saludos, Arquiloco

    En Celtiberia.net se puede consultar una traducción al castellano de la Ora Marítima de Avieno, información publicada por el druida Vettonio:

    www.celtiberia.net/articulo.asp?id=374

    He releído los dos pasajes en que se habla de una ciudad llamada Tartesos, el primero que la identifica como antecesora de Gadir, describiendo lo que parece ser su decadencia en la época de Avieno (siglo IV d. C.), y el segundo que localiza la legendaria ciudad entre los antiguos esteros de un río llamado igualmente Tartesos. A la vista de estos textos, tu idea de identificar Tartesos con Gadir resulta plausible, pero encuentro algunos problemas en esta tesis.
    Según los datos arqueológicos, los colonos fenicios se empezaron a establecer en la península Ibérica entre los siglos IX y VIII a. C. (si no me equivoco) de modo que, si la ciudad de los tartesios pasó a convertirse en la fenicia Gadir, tuvo que hacerlo en esa época, aproximadamente. Sabemos que los griegos realizaron sus primeros viajes comerciales a Tartesos a finales del siglo VII a. C. (el viaje de Coleo de Samos, del que nos habla Herodoto), o en el siglo VI a. C., como muy tarde. Para entonces, la ciudad de Tartesos ya tendría que ser idéntica a Gadir, y estar controlada por los fenicios (según tu planteamiento), aunque el suroeste ibérico continuase estando poblado por los tartesios, principalmente. Sin embargo, las fuentes griegas nos cuentan que el territorio de Tartesos estaba entonces gobernado por el rey Argantonio, cuyo nombre no es fenicio. De hecho, casi toda la onomástica tartésica (tal como la transmiten los griegos) está más relacionada con el mundo egeo-anatolio que con la cultura fenicia, como puede comprobarse a continuación:

    Argantonio: Nombre relacionado con la palabra plata, en lenguas indoeuropeas. El antropónimo parece griego (como Erictonio, por ejemplo). En el noroeste de Anatolia existieron unos montes Argantonios, y también en Etruria (Italia).
    Gárgoris: El monte más alto de la Tróade se llamaba Gargaron.
    Habis (y el monte Abas): Abas fue un mítico héroe que dio su nombre a los abantes de Eubea, y también un legendario rey de Argólide.
    Cotinusa: En griego significa isla de los olivos.
    Gerión o Gerionte: Su nombre quizás esté relacionado con Carón o Caronte (Kharon), el barquero del Hades en las creencias griegas.
    Tartesos. En Anatolia encontramos ciudades muy antiguas con nombres parecidos, como Tarsa o Tarsos, o la región de Tarhuntassa (que aparece en documentos hititas). Pero, según Dionisio de Halicarnaso, las edificaciones rodeadas de murallas se llamaban en general tyrseis, tanto entre los griegos como entre los etruscos. El nombre de Tartesos también se puede relacionar con el Tártaro.
    Eritia. También encontramos en Grecia y Anatolia ciudades llamadas Eritia o Eritras.

    Supongo que los griegos pudieron haber creado ellos mismos algunas de estas denominaciones, semejantes a las que ellos conocían, pero así y todo me seguiría resultando extraño que los navegantes samios y foceos de los siglos VII-VI a. C. afirmasen haber comerciado con un rey llamado Argantonio en un lugar llamado Tartesos, si realmente lo que ellos habían visitado entonces era la colonia fenicia de Gadir, y que no existiesen más topónimos de origen semítico en el entorno geográfico de Tartesos.

    La hipótesis defendida por M. Bendala y S. Celestino Pérez, entre otros, es que la creación del reino de Tartesos fue estimulada por los contactos con otros navegantes y comerciantes diferentes a los fenicios, más relacionados con el mundo egeo-anatolio (los llamados Pueblos del Mar) y con las islas de Cerdeña y Sicilia. Esto explicaría mejor la toponimia y antropinimia que encontramos en Tartesos. Quizás Avieno recogió en su Ora Marítima dos informaciones diferentes: una que se refería a Gadir, y otra que hablaba de una desaparecida ciudad o enclave en el estuario del río Guadalquivir (Tartesos), y mezcló o confundió ambas informaciones.

    Un cordial saludo.

  5. #5 Arquiloco 05 de nov. 2006


    Estimado Diocles,

    Muy interesantes y de agradecer tus comentarios. A la lista de tus nombres egeo-anatolios yo añadiría Nawirissa, “La Navegable”, (actual Lebrija): similar al IE (hitita o anatolio) Parnassa (parna: casa), Monte Parnaso – y quizás los archifamosos nombres terminado en –oussa, a los que puede añadirse Wilusa-(W)Ilio: Ilión, Troya, lo cual hubiera alegrado mucho a Schulten, discípulo de Schliemann.
    Por cierto que Kotinoussa, literalmente “Acebuchal”, la isla de los olivos silvestres, también me recuerda en su raíz el “koton” fenicio, que significa “puerto” — aunque desde luego no pretendo proponer con esto ninguna nueva etimología.
    Por ajustar el debate, lo que me parece evidente es que Avieno, a lo largo de todo el pasaje, no deja de hablar de Gadir-Tartessos. Cree que es esta ciudad la que se sitúa en el entorno geográfico que describe y que comúnmente se ha empleado para tratar localizar esa otra ciudad de Tartesos en la desembocadura del Guadalquivir.

    Lo que yo digo es:

    1) Que la descripción de Avieno es tan confusa y gruesa que puede abarcar no sólo la desembocadura del Guadalquivir sino también la del Guadalete e, incluso, podría ser más amplia si incluímos las mención del Mons Argentarius, que, añado ahora, podría identificarse con el Argyros Oros de Estrabón (III, 2, 11), como hizo ya García y Bellido, y que el geógrafo sitúa efectivamente en las fuentes del Betis, hacia Cástulo.

    2) Que si leemos el resto de la Ora Marítima veremos que las oscuras, confusas y poéticas descripciones geográficas de Avieno están realizadas a una escala que se dirían extraídas de la contemplación de un antiguo mapa del orbe conocido que conservó nombres arcaicos, es decir a una escala amplia y difusa en la cual el río Tartessos parece fluctuar entre la ría onubense y el Lixus y quizás incluso la Bahía de Algeciras (es decir y, no casualmente, todo el ámbito tartesio), y solamente posee algún sentido si la observamos a esta distancia, y empieza a perderlo si intentamos aproximarnos hacia un lugar concreto.

    3) Que, efectivamente, Avieno pudo encontrarse ante una localización que ya se presentaba de por sí confusa, pues ante la repetida evidencia de que en los siglos de dominación romana Gadir siempre se había “cognominado” Tartesos, las noticias de época remota hablarían, confusamente, de otros emplazamientos. Insisto en el término “confuso” pues esto podría corresponder a una indefinición verdaderamente histórica, es decir a la no existencia de un centro urbano señalado claramente como capital o cabeza de la Tartéside con anterioridad a Gadir-Tartessos, sino más bien un conjunto de poblamientos de diversa importancia.

    4) Que la identidad Tartessos-Gadir habría sido un desenlace con respecto a la historia de la región, y esto no se trata de una confusión, sino más bien de un resultado, de una evolución. Gadir acabó siendo el centro urbano, la cabeza visible de un territorio cuyo nombre antiguo seguía recordándose y empleándose como ilustre cognomen (así, Cicerón cognomina a su amigo gaditano Balbo “Tartesicus”). Empeñarnos en seguir viendo esto solamente como una confusión me parece un empecinamiento relacionado con el hecho de ver en los fenicios y su cultura un elemento extraño o no esencial en la configuración de lo tartésico.

    Tanto Estrabón como otros autores griegos conservan, efectivamente, la idea vaga de otra posible localización de una antigua (ciudad) Tartessos (que incluso pudo haber sido Carteya, situada también aproximadamente a dos días de Gadir, pues ya se conoce la vaguedad de esa clase de medidas basadas en jornadas de navegación sujetas a una infinidad de contingencias). Pero esa idea también pudiera deberse a la simple retroproyección de una Tartessos localizada e identificada en tiempo histórico como Gadir, sobre la certidumbre de que hubo en el pasado otros poblamientos dentro de la Tartéside.

    Convendría tener a mano el texto de Escimno en griego, pues según la traducción que amablemente Diocles nos da, llama a Gadir “ciudad” y a Tartessos “emporio”. Emporion y poleis son conceptos vecinos y relacionados, aunque no necesariamente lo mismo. Un emporio es un mercado, un lugar donde se comercia. Podía ser también una ciudad... O no. Como un puerto podía ser simplemente una playa. Pudo Escimno querer dejar clara una diferencia al emplear esta distinción terminológica, si la traducción que nos ha brindado Diocles es fiel: Gadir es una ciudad y Tartesos, por el contrario, más exactamente un centro de intercambio comercial. En griego, “emporía” significa comercio; el “émporos” es el pasajero de una nave, un navegante, un comerciante. Para Escimno, Tartesos es un lugar adonde los griegos van a comerciar.

    La ciudad que aflora a los tiempos históricos bajo el nombre de Tartesos es Gadir. Eso no quiere decir que, con anterioridad al triunfo y consolidación de Gadir como centro urbano de la Tartéside, posiblemente a partir del siglo VI-V a.C. (y como consecuencia directa del creciente control cartaginés, que sin duda habría escogido o privilegiado a Gadir como “capital” o centro urbano y comercial de la zona) hubiesen otros centros urbanos identificables como centros tartésicos. Lo que pongo bajo una duda razonable es que hubiera existido uno comparable en su preminencia a lo que posteriormente fue Gadir. De haber existido un centro tartesio comparable a Gadir en tiempos protohistóricos, habría dejado un recuerdo claro de su localización.
    Pero no lo hubo, sino más bien una constelación de ciudades y emporios, de ahí que, fuera de la identificación romana Gadir-Tartesos, cualquier otra sea una pura vaguedad y tienda a referirse más bien a una comarca o territorio —es decir a un conjunto de poblamientos—. Me parece, pues, improbable que vayamos a encontrar pruebas concluyentes de una capital tartesia anterior a Gadir, sino más bien lo que ya estamos viendo, es decir un conjunto de poblamientos de diversa importancia a través de una evolución urbana que comienza en el bronce y finaliza en los munipia romanos sin solución de continuidad, como confirma la permanencia de la tradición que hacía del apelativo “tartesicus” un motivo de orgullo para un noble gaditano, evolución que quizás se habría desplazado a través de los siglos desde su origen en el entorno onubense y desde una cultura de rasgos y carácter esencialmente atlántico hasta la Gadir-Tartessos púnico-romana, en un lento e inexorable proceso de atracción e integración en el mundo feno-púnico, proceso que nos confirma Estrabón para el resultado final de Turdetanía:

    Así, pues, su sujeción (de Tartessos-región) a los phoinikés fue tan completa, que hoy día la mayoría de las ciudades de Tourdetanía y de las regiones vecinas están habitadas por aquéllos (III, 2,13).

    Dominación de la cual ni el influjo griego ni la presencia de sus comerciantes habría sido en absoluto extraña, como no lo era en la mismísima ciudad Cartago, donde se documentan nombres griegos para la ciudad en oposición a Byrsa: Mégara-Neapolis. Ciertamente el mundo tartesio es más antiguo y complejo que la pura y simple asimilación feno-púnica de los elementos indígenas, pero al mismo tiempo Tartessos, como centro de extracción de plata, encaja perfectamente con las circunstancias políticas de Tiro bajo dominio asirio, lo cual ya se ha demostrado, del mismo modo que más tarde la explotación del monte Aletes y la fundación de Cartago Nova formarían parte de las circunstancias políticas de la Cartago bárcida.

    Sin duda el mejor apoyo para hablar de una presunta capital tartesia indígena (o no exclusivamente fenicia) y anterior a Gadir es el rey Argantonios. Pero que Argantonios fuese en efecto el rey de todo Tartesos y gobernase desde un único centro político y administrativo es una suposición indemostrable. La figura de este rey se halla a caballo entre la historia y la leyenda, y desde luego también deberíamos tener en cuenta la “interpretatio” griega de una realidad sobre la cual los griegos proyectaban sus propios intereses.

    Finalmente, conozco la tesis de Bendala y espero que las excavaciones en Asta Regia sirvan para arrojar más luz sobre este apasinonante asunto; no obstante, y por volver al paralelismo inicial, recordaré que después de tantas excavaciones en la colina de Hissarlik, y a pesar del convencimiento general de que en este lugar estuvo efectivamente la Troya homérida, aún nadie ha encontrado una prueba definitiva, una palabra grabada que relacione el lugar con la legendaria Ilión... Ya sabemos que la arqueología, para responder a los mitos y leyendas que nos apasionan, es a menudo desesperanzadoramente "muda".

    Un abrazo, Arquíloco.

  6. #6 Arquiloco 05 de nov. 2006


    Por resumir:

    Los romanos no distinguían en Tartessos el elemento originario fenicio del elemento originario indígena, quizás por haber llegado en una época en que ambos, efectivamente, ya no se distinguían, de modo que Gadir podía ser y fue, en efecto, capital de la Tartéside-Turdetania histórica. Lo que quiero indicar es que esa "indistinción" forma parte de intrínseca de lo tartesio, que no es una "katastrophe" en el sentido griego original, sino resultado de un proceso que se inicia en los mismos orígenes de la gestación de "lo tartésico".

    Por el contrario, los griegos, que conservaban una memoria más antigua, sí hacían esa distinción entre el elemento fenicio y el indígena. Pero esta memoria presenta el inconveniente de habernos llegado de un modo definitivamente fragmentario y confuso, y desde luego muy confundido con la leyenda (y con el hecho "agravante" de proceder de un pueblo competidor del fenicio interesado en "distinguir" lo fenicio de lo indígena). Esta confusión, y esta es mi opinión, no se debería exclusivamente a la lejanía y a los estragos y desafueros del tiempo, sino a la realidad positiva de un estado de "indefinición" consustancial al mundo tartesio protohistórico. Tratar de buscar una capital, un centro "único y fijo" puramente indígena que salve a esta cultura de la "contaminación" fenicia y le confiera simbólicamente una identidad indiscutible como realidad protohispanica independiente, es, en mi opinión, una pretensión que se desliza del verdadero afán científico y objetivo de dilucidar la realidad histórica de Tartesos.

    Un abrazo, Arquíloco.


  7. #7 Diocles 05 de nov. 2006

    Hola, Arquíloco. Tu exposición me parece bien argumentada, y se ve que has estudiado la cuestión en profundidad. Yo en este tema tengo más dudas que certezas, puesto que los autores clásicos sitúan ese hipotético centro de Tartesos en lugares diferentes, como bien sabes: Gadir/Cádiz (Avieno y otros autores latinos), el río Betis o Guadalquivir (Estrabón) y "a dos días de navegación de Gadir" (Escimno). Por cierto, que no te puedo asegurar que la traducción del texto de Escimno, que copié el otro día, sea totalmente fiel al original (espero que sí).

    Respecto al rey Argantonio, pienso que los foceos (quienes habían fundado en Occidente las colonias de Massalia y Ampurias) sí que debieron de tener tratos con un rey o gobernante de los tartesios, aunque quizás Argantonio no fuese más que el apodo que le daban los griegos (por su riqueza en plata). Herodoto da detalles sobre las circunstancias históricas en las que los embajadores foceos se entrevistaron con Argantonio, como seguramente sabes: Focea estaba entonces amenazada por los persas y necesitaban protegerla con la construcción de una muralla, y los etruscos y cartagineses se habían coaligado para expulsar a los foceos de la isla de Córcega (batalla de Alalia). Si bien Argantonio fue un personaje bastante mitificado, creo que tuvo que existir realmente un rey o régulo tartesio al que los foceos conocieron y llamaban así. Su supuesta longevidad debe de estar relacionada con la antigua creencia de que el lejano Occidente era una especie de paraíso terrenal donde la gente no envejecía.

    Tengo que matizar otra cosa que expuse anteriormente. Aunque Manuel Bendala defiende una fuerte influencia de las culturas egeas en la formación de la civilización tartésica, Sebastián Celestino Pérez hace un mayor hincapié en la presencia en nuestra península de navegantes de origen sardo. No obstante, estas dos tesis son compatibles entre sí, ya que Sicilia y Cerdeña habían mantenido contactos previos, durante la Edad de Bronce, con los navegantes egeo-anatolios, y los propios sardos y sículos podían ser el resultado de una mezcla étnica entre la población autóctona de las islas y aquellos comerciantes egeos. El legendario Nórax, nieto de Gerión, tiene un nombre directamente relacionado con Cerdeña (la ciudad de Nora y las nuragas) que no parece tener paralelos en el Egeo (a diferencia de lo que ocurre con Argantonio, Gárgoris, Habis, Eritia, etc.)

    Lo que es innegable, en todo caso, es que a partir del siglo VIII a. C. la civilización tartésica tiene fuertes influencias fenicias, y que Gadir se convierte en un foco cultural muy importante en la zona. Yo creo que la civilización tartésica es, en realidad, el resultado de varias aportaciones culturales: 1) un sustrato indígena que deriva de la cultura neolítica peninsular y de la cultura almeriense de El Argar, 2) un sustrato cultural que deriva de los contactos precoloniales con navegantes mediterráneos, llegados desde Cerdeña, que estaban fuertemente influidos por los llamados Pueblos del Mar. 3) influencias culturales de otras regiones atlánticas. 4) la presencia de colonos fenicios y griegos en la Península Ibérica, ya en la Edad de Hierro.

    Te devuelvo el abrazo, cordialmente.

  8. #8 orison 05 de nov. 2006

    Diocles este tema me interesa para mi teoria "el verdadero origen de los vascos" hoy he visitado la camara sepulcral de Toya que dicen esta relacionada con los griegos o mas bien con los etruscos-fenicios con una cronologia del siglo IV a.C

    Bueno se vais a Peal de Becerro podeis pedir las llaves en la jefatura de policia local yo no lo sabia y me perdido ver el interior.!!!!

    un saludo

  9. #9 Arquiloco 06 de nov. 2006


    Desde luego la antiguedad de los contactos marítimos entre Tartessos (o la región andaluza atlántica y el Algarve) y el mundo mediterráneo podría remontarse al II milenio. Algo que yo desconozco, y no sé si se ha avanzado en este sentido en la investigación, es acerca de las posibilidades que las técnicas de navegación y construcción de navíos conferían a los pueblos de las culturas del bronce no sólo para realizar expediciones ocasionales y llenas de riesgos, sino para establecer y mantener unos contactos más o menos continuados entre lugares distantes. Sin duda las condiciones del Egeo oriental fueron idóneas para el ensayo y los primeros pasos en la navegación, y el hecho de que Minos se constituyera en una talasocracia (y en el origen del mito atlante) ya dice mucho al respecto, sin dejar a un lado el estudio de los hermosos frescos de Akrotiri (Tera), que también tienen cosas que decir al respecto (los barcos minoicos aún tienen "algo" de las primitivas canoas y en ciertos aspectos parecen más próximas a las embarcaciones nilóticas que a sus ¿descendientes? de la edad del hierro -- por cierto que encuentro similitudes entre los barcos de Medinet Habu --Pueblos del Mar-- y los del palacio de Sargón en Jorsabad -s. VII --fenicios, que seguirían un modelo de construcción diferente a los de Tera (¿dos modelos, uno sur-egeo, de origen nilótico, perfeccionado por los minoicos, y otro nor-egeo, que traen los Pueblos del Mar? --solamente especulo.

    Sin embargo no habría que descartar contactos marítimos indirectos con el mundo egeo a través de colonias o establecimientos en el Mediterráneo central, que es otra forma de decir lo que Diocles ya ha indicado citando las tesis de M. Bendala y S. C. Pérez. Si no me equivoco, la intensa y sorprendente indetificación de las islas Baleares con nombres en -oussa indicaría que estas islas fueron objeto de alcance en la navegación desde las islas centro-mediterráneas por navegantes portadores de una lengua IE egea en algún momento anterior o paralelo al desarrollo de la navegación y el comercio tirio, y que éste no comienza sino a partir del momento en que la presión desde el interior empuja a estas ciudades a una asombrosa aventura marítima que terminaría por conferir una nueva identidad a la cultura y el pueblo fenicios (o sidonio o cananeo) el cual, no lo olvidemos, y como pueblo que asoma a la Edad del hierro bajo una nueva facies, debió recibir el aporte étnico y cultural de los Pueblos del Mar.

    También me parece muy sugerente la tesis del camino de las llamadas "estelas extremeñas". Por cierto que Blázquez les daba una dirección de avance contraria a la de Bendala; a mí me parece más lógica ésta última, como rastro de la migración hacia Tartessos de pueblos desde el interior peninsular, quizás relacionada o conectada con la wolkenwanderung marítima de los Pueblos del Mar y las nuevas posibilidades de crecimiento y agresión que confería la tecnología del hierro.

    En cuanto a seguir rastros míticos, siempre nos encontramos con el mismo e insuperable incoveniente que ya conoce cualquiera que haya leído algo acerca de antropología: que el "tiempo mítico" no se corresponde con el "tiempo histórico". Es más: se opone, según opinaba Lèvy-Strauss. Así, por ejemplo, el mito de Gerión se repetirá incansablemente desde su (lábil) origen egeo al paso del avance del horizonte griego, impregnándose o alimentándose de localismos en la medida en que esta asimilación de nuevos detalles alimenta el ciclo de variación-repetición habitual en un mito. Por así decirlo, los esquemas míticos venían a ser, para la mentalidad antigua, en su aplicación instrumental, similares a los "esquemas" racionales del hombre moderno, con los cuales éste asimila e incorpora a su propio mundo una realidad nueva (a menudo borrándola virtualmente en lo que a nosotros nos interesa, es decir su "particularismo"). Tal es, por excelencia, la función del mito "civilizador" heracleo en la Antigüedad: era en este sentido el que mejor funcionaba, y el más popular. Lástima que no se conozca su fuente fenicia (Melkart) aunque, si recordamos lo dicho más arriba, quizás el uno y el otro, el fenicio y el griego, tuviesen un origen común egeo.

    Un abrazo, Arquíloco.



  10. #10 Diocles 06 de nov. 2006

    Sí, las más antiguas influencias culturales de origen egeo que pueden detectarse en la Península Ibérica sin duda habrían llegado indirectamente, desde el Mediterráneo central, y lo hicieron en un período más antiguo que la época de las primeras influencias fenicias.

    En Menorca se encontró una vasija de origen cicládico, datada hacia 1500 a. C. Por esa misma época se adoptó en la zona de El Argar el enterramiento en pithoi, de origen anatolio y egeo, que previamente se había difundido por Sicilia. Además de esto, se hallaron en un enclave proto-tartésico del valle del Guadalquivir (en Montoro, Córdoba) algunos fragmentos de cerámica micénica del siglo XIII a. C., y en la ría de Huelva fíbulas chipriotas del siglo IX a. C. Supongo que todos estos datos son bien conocidos.

    Por otro lado, la relación entre la cultura talayótica de Baleares y la cultura nurágica de Cerdeña resulta bastante evidente.

    Un artículo de S. Celestino Pérez fue colgado hace tiempo en Celtiberia.net (por si Orison no lo conocía). El enlace es el siguiente:

    www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1343

    Saludos de nuevo.

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