Autor: verracus
lunes, 24 de diciembre de 2007
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: verracus
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Ipolca/Obulco. La necrópolis de Cerrillo Blanco

En el siglo V a.C. el conjunto escultórico de Cerrillo Blanco fue intencionalmente destruido, poco tiempo después de haberse llevado a cabo. Después de ser destruidos, los restos de las esculturas fueron enterrados, lo que posibilitó que fueran encontrados y recuperados. Ahora se exhiben en el Museo Provincial de Jaén.
























Preámbulo
Ya sé que no es una buena forma de empezar un artículo, pero ante el nivelazo que hay en el portal prefiero curarme en salud y aclarar que no soy historiador, ni investigador, ni arqueólogo ni nada que se le parezca, así que es posible que haya metido la pata en algo.

También he de decir que mi intención inicial era la de crear un poblamiento, y que finalmente viendo que el texto excedía bastante de lo que sería la mera descripción del lugar, decidí (no sé si acertadamente) convertirlo en un artículo. Así pues, se puede leer como un artículo poblado, o como un poblamiento articulado, si se prefiere.

Introducción
Cerrillo Blanco es una pequeña colina situada aproximadamente a 3 Km. al norte de la actual ciudad de Porcuna. Porcuna y alrededores: plano de situaciónSu nombre se debe a una de sus peculiaridades: el tono claro del terreno, que lo distingue de los cerros colindantes, además de tratarse de la cota más alta de la zona.

La necrópolis estaría asociada a la antigua ciudad de Ipolka, capital de los túrdulos, y fue utilizada desde el siglo VII hasta el siglo II a.C. Lo perecedero de los soportes escritos no nos ha permitido conocer el nombre de esta ciudad hasta el siglo III a.C., cuando se producen las primeras acuñaciones de monedas. La consistencia del bronce nos permite conocer el primer nombre de la ciudad: Ipolka (del prefijo fenicio-tartésico ip- = ciudad y el sufijo celta -olka = cercado). Moneda de la ceca de obulcoDespués de la conquista romana la ciudad pasaría a llamarse Obulco, pero manteniendo durante más de un siglo su carácter ibero. Las abundantes emisiones monetarias bilingües de la ceca de Obulco así lo atestiguan. Esta ciudad fue el cuartel general de Julio César durante su campaña contra los hijos de Pompeyo. Estrabón nos relata como César viajó de Roma a Obulco en veintisiete días en el año 45 a.C. En reconocimiento a su lealtad, César le concede el título de Municipium Pontificiense y el de OBULCO URVS VICTRIX NOBILIS, como atestiguan algunas inscripciones.

Hoy en día la necrópolis no es objeto de campañas de excavación y está abierta al público a través de un centro de interpretación que hay en el mismo lugar.

La necrópolis podría dividirse en tres partes:

-Fosa con grandes esculturas
-Necrópolis de inhumación
-Necrópolis de incineración con fosa crematoria

Fosa con grandes esculturas
Al igual que en muchos otros casos, este yacimiento se descubre de forma casual y de manera pintoresca. Por los primeros años de la década de los setenta, unos campesinos dueños del olivar del yacimiento encuentran una cabeza de caballo y la dejan en el tronco de un olivo, no dándole mayor importancia y procurando que no se entere nadie por miedo de que les arranquen los olivos o les dificulten las labores agrícolas.

Cabeza de guerreroLas esculturas de Cerrillo Blanco se pueden fechar hacia la segunda mitad del siglo V a.C. Son un grupo de más de 40 estatuas (quizá 50 ó 60) con evidentes signos de destrucción y mutilación intencionadas, y cientos de fragmentos, con novedosas aportaciones. Como quiera que no se hallara en las inmediaciones restos monumentales dignos de tales piezas, se cree que las esculturas fueron mutiladas en otra parte, quizá en su ubicación original, para luego ser trasladadas y enterradas en la necrópolis en una fosa alargada que fue cubierta con grandes losas de piedra. Esto ha permitido que su estado de conservación sea relativamente bueno, salvando claro está, los daños ocasionados por las mutilaciones originales.

En cuanto a la procedencia de las esculturas se ha venido hablando de un heroon o monumento funerario, aunque algunos autores proponen otras interpretaciones, como por ejemplo que estuviesen ubicadas en un santuario o que decorasen una obra de carácter civil. En cualquier caso, si como suponen los expertos estuvieron todas juntas, constituirían probablemente el mayor conjunto escultórico del occidente prerromano.

Del conjunto de figuras parece diferenciarse un grupo de guerreros frente a otro grupo de figuras más heterogéneas. Dentro de los guerreros se distinguen ocho estatuas mayores que serían:

-Guerrero de la armadura doble
-Guerrero inacabado con casco
-Guerrero de la espada larga
-Guerrero alanceado junto a jinete descabalgado
-Guerrero caído con ave
-Guerrero con caetra colgada al hombro
-Guerrero asido por la muñeca.

Guerrero alanceado por jinete descabalgadoLa abundancia del tema militar entre las esculturas hace suponer que la ciudad de Ipolka debió de tener un importante ejército. Diodoro nos dice siglos después que los celtíberos de la Meseta eran mercenarios de los túrdulos y algunos de los guerreros de Cerrillo Blanco lo confirman: sus armas y atavíos se han encontrado en tumbas de la Meseta pertenecientes a la Cultura del Tajo, fechada sobre el siglo VII a.C. Los grupos escultóricos de los guerreros representan, casi todos, escenas relacionadas con luchas. Encontramos a hombres luchando con hombres, algunos malheridos; animales luchando con animales; hombres luchando con animales reales o con grifos y otros animales mitológicos.

El otro conjunto de esculturas se puede subdividir en: Grifomaquia (detalle)

- Figuras humanas vestidas: varón con manípulo, dama con niño, diosa de la serpiente, dama sedente y personaje con dos cápridos.
- Figuras humanas desnudas: torso fálico, desnudo infantil y hombro con trenzas.
- Figuras en relieve: cazador de liebre con mastín, fragmento de pierna y pie con bota.
- Otros: cazador con perdices, cabeza con tocado, atleta luchando con grifo (grifomaquia), animales aislados (toros, novillos, leonas, águila,…), etc.

La piedra utilizada en la talla de las esculturas es la propia de las canteras de Santiago de Calatrava (al sur de Porcuna), que se caracteriza por ser una arenisca blanca, de grano muy fino y fácil de labrar, conocida en la región con el nombre de piedra de Santiago. Esta piedra cuando está húmeda se trabaja con suma facilidad, y conteniendo mucha agua se fractura. Sin embargo muy seca es dura, aunque se raya fácilmente. La piedra, una vez trabajada, fue lijada y pulida con suma finura, consiguiendo una alta calidad estética. Todas las figuras aparecen labradas sobre pedestal.

En cuanto a la causa de la mutilación de las esculturas, lo más probable es que esta se produjera como consecuencia de una revuelta interna. Por la fecha en la que se produjo, la destrucción podría ser una secuela tardía de la llamada crisis del ibérico antiguo: un momento de crisis y destrucciones que se comenzaron a identificar en el famoso Pozomoro, con una cronología entre el 520 y el 480 a.C. En este momento se localizan en varias zonas del mundo ibero destrucciones generalizadas de yacimientos que indican un cambio producido en todo el litoral mediterráneo. Todo parece indicar la sustitución de élites locales que algunos autores hacen consecuencia de la batalla de Alalia, batalla que enfrentó a fenicios y griegos por el control comercial del litoral mediterráneo. Sin embargo otros consideran difícil que los propios indígenas atentaran contra sus propios ídolos o divinidades.

Otra causa que se baraja es que la destrucción se produjera como consecuencia de la irrupción de grupos extranjeros, para los cuales el marco de referencia mitológico sería diferente y por tanto pudieran atentar contra el conjunto escultórico sin pudor.

Fueran quienes fueren los autores materiales de la destrucción, lo cierto es que hubo alguien que no llegó a despreciar totalmente el valor mitológico y religioso de las esculturas, como cabría suponer. Lo más lógico es que los fragmentos hubiesen sido abandonados o reutilizados como material de construcción en edificios próximos, pero después de la destrucción la comunidad (o algún grupo dentro de la misma) se tomó muchas molestias en acarrear los fragmentos de las esculturas hasta las inmediaciones de la necrópolis. Teniendo en cuenta que algunos fragmentos deben pesar varios cientos de kilos y que la necrópolis está situada en un punto bastante elevado, el esfuerzo empleado en el transporte tuvo que ser considerable. Y no sólo en el transporte, sino también en el enterramiento de las piezas que aparecieron protegidas con grandes losas de piedra, como si se tratara de un enterramiento humano.

Necrópolis de inhumación
Aparte de las esculturas encontradas en el Cerrillo Blanco, en la campaña arqueológica de 1978 salió a la luz un túmulo funerario de clara influencia tartésica fechado entre el siglo VII y principios del siglo VI a.C. La necrópolis consta de un total de 29 sepulturas en fosas individuales y una megalítica, cubiertas por agrupaciones de piedras de variado tamaño. Destaca la megalítica como enterramiento principal, formado por una cámara circular y suelo empedrado con losas de menor tamaño que las que revisten las paredes. La cubierta es sostenida por una pilastra en el centro de la sepultura. Dentro de la tumba aparecieron restos de dos individuos tendidos sobre el costado izquierdo. Ni en esta tumba ni en las otras 29 han aparecido ajuares propiamente dichos, aunque asociados a los restos humanos aparecen distintos objetos (broches de cinturón, fíbula, cuchillo de hierro, peine de marfil decorado, cuentas de collar, pinzas de depilar, etc.). Los responsables del yacimiento han colocado placas de arcilla en el lugar de las tumbas en las que se puede ver más o menos la posición en que fueron enterrados los cadáveres.

Necrópolis de incineración
En esta zona aparecieron numerosas urnas de cerámica en las cuales las cenizas y restos de los muertos eran depositadas, tras el rito de la cremación. Los iberos habrían conocido el rito de la cremación a través de los fenicios o bien a través de las gentes de la cultura de los campos de urnas.

Urna cinerariaMediante este rito se colocaba al difunto vestido sobre una pira que ardía más de 24 horas, tiempo durante el cual arrojan a la hoguera sus pertenencias más significativas. Luego depositaban sus restos en la tumba acompañados de ofrendas. En algunos casos se supone el consumo de vino por parte de la comitiva que acompaña a un difunto; la abundancia de copas griegas depositadas rotas y boca abajo junto a la tumba, puede indicar la costumbre de la libación en honor a los muertos más insignes. Después de la cremación las cenizas son introducidas en simples urnas cinerarias hechas en cerámica y que responden a varios tipos. Uno de los más comunes es la urna con forma de copa y tapadera, sin ningún tipo de decoración. Otro tipo presenta forma de caja con patas terminadas en garras de animal, y exhibe en la tapadera algún tipo de decoración animalística. Estas urnas son introducidas en fosos excavados en la tierra junto con un ajuar funerario entre el que se incluiría la falcata en el caso de que el incinerado fuese un aristócrata o un guerrero. La falcata era doblada hasta que la punta rozaba la empuñadura, y después se introducía en la urna, como la pertenencia más valiosa del difunto. Para tapar la fosa y señalizar el lugar de la tumba, se utilizaron túmulos de dimensiones muy variables.

En la necrópolis puede verse una fosa de cremación perfectamente delimitada, bien acondicionada y lista para su uso, como puede apreciarse en la fotografía.

Museo arqueológico de obulco
La mayoría de las esculturas y las piezas de gran valor encontradas en Cerrillo Blanco se encuentran en el Museo Arqueológico de Jaén, pero una vez que estamos en las inmediaciones puede ser una buena ocasión visitar el de Obulco, ya que este también exhibe algunas piezas curiosas procedentes de los yacimientos de Alcores, Cerrillo Blanco y Obulco.

Para empezar, una de las cosas que merece la pena es su enclave: la Torre Nueva o Torre de Boabdil, llamada así porque aquí estuvo prisionero durante un tiempo el Rey Chico. Esta impresionante torre de más de 30 m. fue construida por los calatravos entre 1411 y 1435. Desde su cima podemos disfrutar de una impresionante vista de la campiña jienense, incluyendo el Cerrillo Blanco, fácilmente reconocible.
En el interior del museo no pueden hacerse fotos, así que lo único que puedo ofrecer es una relación de las piezas que más me gustaron:

- Escultura de Leona Ibera
- Cerámicas íberas de pasta anaranjada y dibujo rojo de diferentes tipos
- Copa negra griega (kirix) con torso femenino en rojo
- Diferentes tipos de urnas cinerarias
- Una curiosa colección de exvotos.
- Monedas de la ceca de Obulco
- Estelas, lucernas e idolillos romanos

En la web del museo (http://www.museodeobulco.com/cerrillo.php) puede verse una magnífica colección de fotos de las esculturas.

Para saber más:


Web del museo Arqueológico de Obulco
http://www.museodeobulco.com/cerrillo.php

"The Phokaian Sculpture of Obulco in Southern Spain", J.M. Blázquez y J. González Navarrete, American Journal of Archaeology 89, 1985, 61-69:
http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/antig/57971064005138051800080/014558.pdf?incr=1http://www.ffil.uam.es/catalogo/indice.htmhttp://www.el-mundo.es/larevista/num119/textos/iberos1.htmlhttp://www.antropos.galeon.com/html/iberos.htmhttp://www.deporcuna.com/legado/historia2.htmhttp://personales.ya.com/deporcuna/iberos.htm

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Más informacióen en: http://verracus.blogspot.com/2005/10/ipolkaobulco-la-necrpolis-de-cerrillo.html


Comentarios

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  1. #1 A.M.Canto 08 de oct. 2005

    Gracias por sus comentarios. Sobre "el Jinete Cabezón", sinceramente, no sé de quién o quiénes sería la idea de pegarlo ahi, y supongo que de buena fe en algo se basarían. Puede que pensaran que así tenía más facilidad de ser un "icono cultural", en lo que en efecto se ha convertido.

    Lo que sí quería aclararle, porque me temo que ha ido Ud. por otro lado, es que lo que cuestiono es justamente el término "ibérico" para aplicarlo a nada "andaluz". O, para ser más exactos, creo que no se debe llamar "ibérico" a ningún pueblo de la Península Ibérica excepto el levantino (y aún éste según dónde, y poco) del cual conozcamos su nombre antiguo. Como verá, se trata de discutir "la mayor", como se suele decir.

    Por otro lado, al revés de lo que Ud. me dice, la cultura ibérica claro que es en parte un eco, marginal sólo por más alejado, del mundo griego. Hace muchos, muchos años -en 1933 o 1935, de memoria no me acuerdo ahora-, un aún muy joven Antonio García y Bellido escribió un clarividente artículo comparando determinados tipos de cerámica ibérica (de la de verdad: levantina) con la griega, encontrando unas evidentes imitaciones. Este mismo conjunto de Porcuna tiene tales ecos de los broncistas de Egina, frente a Atenas, que no se puede negar, y ocurre con otras distintas manifestaciones. Pero nada tiene de raro, si consideramos la enorme cantidad de cerámica griega que inundaba las zonas costeras y de penetración, hasta la cabecera misma del guadalquivir y otros puntos hasta donde obviamente llegaba por tierra, y los viajes desde aquí hacia la Magna Grecia y Grecia, que tampoco serían tan raros. Hay quien piensa que el mundo "ibérico" es un foco helenístico más. Y no es ningún desdoro: pueblos muy ilustres, como los etruscos o los cartagineses, aceptaron de buen grado las influencias de un pueblo que era claramente superior en el dominio estético. Bueno, el tema es largo y será mejor dejarlo sólo esbozado.

  2. #2 verracus 08 de oct. 2005

    Hola de nuevo.
    Gracias Aladelta por la aclaración sobre la etimología de Ipolca, de la cual he tomado nota convenientemente.
    En cuanto a los comentarios de la Dra. Canto me gustaría hacer algunas puntualizaciones.
    De acuerdo que la definición de cultura ibera es un poco ambigua. Indagando un poco más he encontrado la siguiente definición:

    Hoy en día se considera que la cultura ibérica es un proceso de civilización desencadenado ente las poblaciones autóctonas comprendidas entre los ríos guadalquivir, al sur, y Hérault, al norte, ya en Francia, desde mediados de siglo VI a.C.; proceso en el que el contacto con fenicios, griegos y púnicos actuó como un estímulo.

    Le pediría que me dijera sin pudor si esta es la correcta definición de cultura ibérica, o en otro caso dígame lo que se entiende por la misma realmente, porque estoy hecho un pequeño lío. Es que si Vds. los historiadores no se ponen de acuerdo, imagínese los ciudadanos de a pié.

  3. #3 verracus 08 de oct. 2005

    Hola de nuevo.
    Gracias Aladelta por la aclaración sobre la etimología de Ipolca, de la cual he tomado nota convenientemente.
    En cuanto a los comentarios de la Dra. Canto me gustaría hacer algunas puntualizaciones.
    De acuerdo que la definición de cultura ibera es un poco ambigua. Indagando un poco más he encontrado la siguiente definición:

    Hoy en día se considera que la cultura ibérica es un proceso de civilización desencadenado ente las poblaciones autóctonas comprendidas entre los ríos guadalquivir, al sur, y Hérault, al norte, ya en Francia, desde mediados de siglo VI a.C.; proceso en el que el contacto con fenicios, griegos y púnicos actuó como un estímulo.

    Le pediría que me dijera sin pudor si esta es la correcta definición de cultura ibérica, o en otro caso dígame lo que se entiende por la misma realmente, porque estoy hecho un pequeño lío. Es que si Vds. los historiadores no se ponen de acuerdo, imagínese los ciudadanos de a pié.

    Saludos

  4. #4 A.M.Canto 09 de oct. 2005

    En la definición que Ud. transcribe, si "ibérica" se toma como concepto geográfico, no sería correcta, pues la zona central peninsular sería igual de "ibérica", y algunos sectores de ella con más motivo que "el sur", pues la pueblan "celtibéricos", que llevan de verdad un componente "ibérico" en su etnia (así Cuenca, guadalajara, etc.), aunque incluso esto se puede discutir, pues podrían ser también "los celtas de Iberia", como también se ha defendido.
    Y, si es un concepto cultural, como parece usarse en la cita, tampoco se puede hablar de una "cultura" homogénea del guadalquivir a Francia. Por ejemplo, una diferencia radical se da en la decoración de la cerámica: en "el sur" no se utiliza la figura humana, se repiten monótonamente las decoraciones lineales, concéntricas, etc., mientras que aquélla sí es muy frecuente en el Levante.

  5. Hay 4 comentarios.
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