Autor: soliman
lunes, 19 de septiembre de 2005
Sección: Edad Media
Información publicada por: soliman
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¿QUIÉNES FUERON NUESTROS ABUELOS?

Murcia. Sr. Saíz Dotor, Antonio.
Es un escritor que ha publicado seis obras sobre la tradición Sufi, de la que hubo una importantísima escuela en Ricote. Y es profesional de la educación con grupos de alto riesgo.

RESUMEN DE LA PONENCIA:

En la primera parte expondremos una visión diferente sobre el controvertido tema de la invasión árabe en nuestras tierras. Estará documentada en la más moderna investigación y reciente arqueología, en documentación antigua existente en archivos y bibliotecas nacionales, y apoyada por el criterio de preclaros historiadores antiguos y contemporáneos.

Nuestra tierra Murciana como parte de Al Ándalus, y específicamente el Valle de Ricote, dieron al mundo hombres y mujeres que destacaron en el ámbito de las artes y de las ciencias.

En la segunda parte diremos que; la filosofía, las matemáticas, astronomía, ingeniería, medicina, química, botánica, zoología, dietética, literatura épica, lírica y mística, también se gestaron en estas tierras.
Así como las bases de la metodología científica moderna, en la que nuestros ancestros murcianos-andalusíes, de tradición islámica, tuvieron un importante papel, una palabra determinante que aportar al mundo.
Si los autores de todo ello fueron foráneos conquistadores árabes, más tarde expulsados, nada tenemos, todo fue de ellos y con ellos se nos fue. Pero si fueron los naturales de esta región, nuestros dignos abuelos, quienes formaron parte de la gesta, es hora de que conozcamos tales hechos y los reivindiquemos como propios. Y que los murcianos sepan lo que una gran parte del mundo culto ya sabe.

Autores consultados:
- Asín Palacios (Jesuita)
- Juan Vernet
- Luce Baralt
- Ignacio Olagüe
- Arab Woorld Studies Notebook
- Francisco J. Flores Arroyuelo
- Padre Flórez (Jesuita)
- Prof. Ricardo H. Elía.
- Otros.

¿QUIENES FUERON NUESTROS ABUELOS?
(Los mil años secuestrados de nuestra historia)

"Cuando todos los andalusíes (murcianos) conozcan su verdadera historia y esencia, será cuando llegaremos a obtener la fuerza necesaria para exigir el respeto que se nos debe, por tener una personalidad tan diferente de aquella que trataron de imponernos por la fuerza". Blas Infante.
"El pueblo que olvida sus raíces se condena a sí mismo a repetir sus errores, y al desprecio de los demás".

"Dejamos de temer aquello que hemos aprendido a comprender". Marie Curie.

"La duda es el principio de la Sabiduría". Aristóteles

"Los hechos no dejan de existir sólo porque sean ignorados". Thomas Henry Houxley

Algunos de Vds., eruditos investigadores, ya estarán bien informados al respecto de estos comentarios, mejor que yo. Para otras personas, en cambio, todo esto será una novedad sorprendente. Sean Vds mismos los críticos, sean Vds quienes decidan si esta exposición, aún a despecho de lo aprendido hasta el momento, es o no es cierta o cuando menos probable.
Según Blas Infante, y según la historia, tanto los murcianos, como el resto de los andalusíes en general, no podrán exigir el respeto ni el pago de la deuda histórica que se les debe si no la conocen y no se conocen a sí mismos. Esto es obvio.
Nuestra cultura, ¡una de las más grandes que existieron!, fue condenada al exilio o a la destrucción, y no por ser propia de un pueblo invasor, que no lo fue. Esta es la otra propuesta que, formulada por eruditos investigadores, hoy compartiremos.
No obstante el acerbo cultural de este pueblo no desapareció por completo, pues en otros lugares del mundo se guardó para que, en el día de hoy, pudiéramos conocerlo si queremos.

ALGUNOS EJEMPLOS. En el mundo Islámico existen bibliotecas con miles de volúmenes escritos en estas tierras, o que hablan de ellas. En el Valle del Níger hay una biblioteca con más de tres mil, en Estambul, en Marruecos, así como en otros países de Oriente y Occidente, Alemania, Canadá, etc., se conservan multitud de libros incunables de nuestro saber y de nuestra historia, esparcidos por el mundo. Un tesoro sin precio.
Lo que hoy expondré aquí tampoco será "toda la verdad", pero… ¿quién la tiene?. Mi exposición es, tan sólo, una alternativa a lo que nos han dicho. Una alternativa que ha sido investigada durante muchos años por historiadores, andaluces, españoles y extranjeros, cuyo pensamiento difiere del oficial. Serán ustedes quienes decidan si el resultado de tales investigaciones es, o no, más o menos coherente que el popular.
Que personalmente esté de acuerdo con estos investigadores, si no en todo si al menos en parte, no significa nada excepto para mí.. Por lo que serán ellos los exponentes de cuanto diga, yo sólo seré un mero transmisor sin pretensión alguna de sentar cátedra. Esta exposición no es, por lo tanto, más que otra alternativa probable aderezada con algunas reflexiones personales.
Por ello repito nuevamente, serán ustedes quienes decidan si quieren continuar, o no, descorriendo el velo de la historia.

ESTO ES LO QUE NOS DICE LA HISTORIOGRAFÍA OFICIAL que todos conocemos: El año 711 entraron 7.000 árabes por Tarifa al mando de Táric, y poco después otros 18.000 entran al mando de Musa, nacido en La Meca, que a la sazón tiene unos setenta y un años de edad, 25.000 hombres en total. Nos dijeron que en tres años conquistan un territorio de 584.192 kilómetros cuadrados, habitado por varios millones de personas organizadas en monarquías visigodas y pertenecientes, muchas de ellas, a la decadente cultura greco-latina.
Es decir que, en el periodo de tres años, cada uno de aquellos 25.000 árabes tuvo que realizar el esfuerzo de conquistar 23 kilómetros cuadrados aproximadamente y, por si fuera poco, conquistar además parte de Francia y convertir todo ese vasto territorio al Islam. ¡Todo en tres años!. Ellos solos, con la espalda al descubierto, sin conocer el idioma y sin el apoyo necesario para pertrechar a la exigua tropa invasora.
Lo que las legiones romanas no consiguieron en trescientos años, con todo su aparato militar, y el apoyo logístico desde las Galias, lo consiguen 25.000 árabes incultos venidos desde el lejano desierto. Después de atravesar miles de kilómetros del norte de África, sin conocer la herradura con la que calzar a los caballos que no tienen (el desierto de rabia no lo permite) y con las espaldas descubiertas.
Si la investigación no desmintiera lo que aparentemente es un fraude histórico, el simple sentido común ya nos lo sugeriría.

INTENTAREMOS UNA REFLEXIÓN CRÍTICA de este planteamiento haciendo un breve repaso sobre la historia y la situación social y cultural de los árabes en aquellos años. Pues para que una afirmación histórica pueda ser considerada cierta, ha de sustentarse sobre el rigor científico, no sobre la fábula.
La península arábiga contaba, en aquellos años, con una población de aproximadamente un millón de habitantes, formada por tribus enzarzadas en luchas entre sí y con una cultura tribal muy primitiva. Durante los dos primeros siglos de expansión del Islam, como idea fuerza, la inmensa mayoría de los árabes eran analfabetos. De aquí el interés del Profeta Muhammad (s.a.s) para que aprendieran a leer y escribir.
El año 640 muere Muhammad, habiendo dedicado parte de su vida a la pacificación entre las tribus y a transmitirles una idea de Allah, según la tradición abrahámico-sinaítica, en sustitución del paganismo politeísta.
Antes de su muerte les había invitado insistentemente a la búsqueda de la sabiduría, pero en aquellos tiempos no habían creado todavía una cultura árabe, como después la conocimos.
A Muhammad le suceden los primeros Califas que, debido a las luchas tribales, son asesinados en su mayoría, al igual que su nieto Husein que es decapitado. En estas condiciones no tenían cultura que ofrecer, sino un proyecto por realizar que no era bien conocido por muchos de ellos.
No tenían economía para pertrechar grandes ejércitos, ni población suficiente para formarlos, ni unidad nacional para respaldarles. En todo caso podrían haber sido autores de pequeñas razias tribales, o de incursiones bélicas de escasa importancia una vez pacificados ellos mismos.
Arabia, excepto en algunas escasas zonas, era y es un desierto estéril, cuya principal fuente de ingresos eran el comercio y el pillaje de las caravanas.
No obstante, y a pesar de estas dificultades insalvables, la historiografía oficial nos dice que aquellos pocos e incultos árabes, guerreando entre sí, ya habían conquistado Siria en el 635, el Ctesifón en el 637, Palestina en el 639, y Mesopotamia del 639 al 641.
En el intermedio de la conquista de Mesopotamia, del 640 al 643 dominan Irán, en el 642 Alejandría, y después todo Egipto. Y desde Alejandría conquistan todo Túnez, a 3.000 kmts, de distancia, entre los años 647 al 701.
En el intermedio conquistan Trípoli el 647, en el 649 Chipre, en el 664 se van a la India a conquistar el Punjab. En el 670 atraviesan el desierto de Libia para conquistar todo el norte de África en plena pulsación climática de desertización. Del 705 al 7l5 retoman nuevamente la conquista de la India para hacerse con el Valle del Indo hasta su desembocadura. Dándose mucha prisa porque el 711 tenían una cita con nuestros historiadores hispanos en la batalla de guadalete, para poder conquistar en tres años los 584.192 kilómetros cuadrados de la Península Ibérica, el sur de Francia y convertirnos a todos al Islam. En el 720 llegan a Narbona, en el 725 conquistan Autun, y por fin en el año 732 los detiene Carlos Martel. Francamente, ¡increíble!.

Recordemos que Muhammad muere el 640, y si ha dedicado su vida a pacificar las tribus, sin lograr la estabilidad deseada, ni antes ni inmediatamente después de su muerte se pueden enzarzar los árabes en conquistar tan extensos territorios. Ya que, como dijimos, ni las tribus estaban pacificadas, ni la Península Arábiga se había constituido definitivamente en un Estado, ni el Islam estaba definitivamente asentado, ni tenían la población o los medios para realizar tal hazaña.
No eran marineros, y como dijimos no conocían la herradura, ni el desierto puede mantener grandes manadas de caballos que son incompatibles con los camellos. No hablaban las lenguas de todos estos países, no tenían ejército suficiente, ni cohesión territorial, ni posibilidades de abastecimiento para la tropa. Pero… ¿llevan a cabo la conquista de tan inmenso territorio y, sin cultura ni conocimiento suficiente, la conversión a la nueva religión, en menos de un siglo y a cargo de unos cuantos beduinos ignorantes desavenidos entre si?. ¿Tiene esto alguna lógica?.
El sentido común nos dice que no hay posibilidad, salvo que recurramos a la fábula o a la milagrería, como parece ser que así sucedió, para poder explicar un hecho que pudiera haberse desarrollado de otra manera.
Ciertamente España ha sido musulmana en su mayoría, o en una gran parte, durante siglos, y el idioma árabe se integró en nuestra cultura. Pero esta circunstancia no se debió a la invasión de un pueblo, sino a la aceptación de una idea innovadora por parte de la población Iberica, cuya religión en algunas regiones, el cristianismo arriano, se convirtió en el vehículo del cambio.

UNA LÓGICA Y NATURAL POSIBILIDAD sí que existe para la transformación de los territorios islamizados en el mundo. Y es que estos países fueran ganados para la nueva idea por la intervención de bien formados comerciantes o musulmanes voluntarios que se dedicaron a dar a conocer el nuevo Din (camino del Islam). Según se desprende de la historia de los inicios del Islam al leer la biografía de Muhammad, observamos que sí envió mensajeros a distintas partes del mundo en aquel entonces conocido, y en esta cuestión están de acuerdo todos los críticos. Por lo tanto esto es lo que pudo suceder en nuestra tierra. He aquí algunos ejemplos.
Sabemos por la historia más reciente que, en los siglos XV y XVI, se extiende el Islam por Indonesia a cargo de comerciantes que dan a conocer el Din (camino del Islam), no por acción militar.
En los tiempos modernos también se introduce en las islas del Pacífico estando estas bajo el dominio colonial de portugueses y holandeses. Y se introduce en el África sub-sahariana durante el periodo colonial de Inglaterra, Francia y Portugal, sin que los europeos apenas se dieran cuenta del evento.
Si en este pasado reciente ha sucedido que el Islam no tuvo necesidad de imponerse por las armas, sino por el estudio y conocimiento de su promulgación, ¿no es lógico que también pudiera suceder en un lejano pasado en nuestra tierra?.

LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA, la arqueología, y la documentación existente en archivos y bibliotecas, nos dicen lo siguiente
A la muerte de Muhammad, en el 640, la pacificación de la Península Arábiga no se había completado. Desde el año 710 hasta principios del siglo IX el norte de África tampoco había sido pacificado totalmente ni por Roma ni por Bizancio, pues las tribus bereberes se hicieron con el control de estas regiones, varias veces, durante este periodo.
Por lo tanto los hipotéticos invasores árabes no podían tener capacidad para atravesar miles de kilómetros de territorios beligerantes, ni de organizar una hazaña de tal magnitud por la pobreza de sus medios. Las comarcas que tenían que atravesar eran en buena parte desierto. Tampoco podían disponer de cobertura a sus espaldas para hacerse con tan vasto territorio y apoderarse después de la Península Ibérica. Añadamos a estas dificultades la pulsación climática de desertización que durante esos años sufre el norte de África haciendo padecer a sus habitantes una hambruna generalizada.
El año 711, fecha oficial de la conquista de España por los árabes, faltaba un siglo todavía para la pacificación del norte de África. Hablamos de una época en la que no existía un servicio de intendencia como el que conocemos ahora. Un grupo armado tenía que ser muy reducido para mantenerse con lo que encontraban en los lugares de paso, o bien estar muy apoyados a sus espaldas por un territorio bien pacificado.
Fueron precisamente estas dificultades las que obligaron al Imperio Romano, con todo su aparato militar, y a pesar del apoyo de las Galias, a tardar más de trescientos años en el intento de conquista de la Península Ibérica. La completa pacificación, siglos más tarde, fue debida a la invasión de los visigodos, origen de nuestras monarquías, que actuaron como fuerza de policía militar reprimiendo a la población de la Península Ibérica en favor de Roma.
Hay otra dificultad añadida. Se nos dice en una de las crónicas oficiales que aquellos supuestos invasores árabes, en su mayoría analfabetos, traían mezclados entre ellos a sirios, coptos, bizantinos y bereberes. Por lo tanto no eran cultos árabes los 25.000 supuestos invasores. España habría sido islamizada por estas gentes incultas, que ni hablaban árabe, ni se entendían entre ellos, ni sabían nada, o muy poco, del Islam. Estos bárbaros, según la historiografía oficial, serían los iniciadores de la vasta cultura andalusí que iluminó al mundo. ¡Francamente sorprendente!.
Pero además se nos dice que a los pocos meses de la invasión, los 25.000 invasores se enzarzan en disputas entre sí en una lucha que dura más de 70 años, en la que se masacran miles de sus hombres.
A todo esto los varios millones de habitantes de la Península Ibérica, observan estos acontecimientos impasibles, sin tomar decisión alguna para aprovecharse de la debilidad del invasor. Nos cuentan que esta guerrilla intestina es a causa de las disputas entre Táric y Musa, pues ambos se consideraban dueños de una mesa que, atribuida a Salomón, habían encontrado en Toledo.
Para dirimir en la disputa ambos dirigentes se van a Bagdad a consultar con el Califa, dejando sola a la tropa maltrecha y la conquista sin asegurar. Allí el anciano Musa, con 74 años de los de aquella época, es castigado por el Califa a causa de una mesa, en vez de ser premiado por conquistar un país, y muere sin regresar.
Este anciano, Musa ibn Nosair, se nos dice que nace en la Meca el año 640, y muere en Bagdad el 718, por lo que el año 711, fecha de la supuesta invasión, malamente podría ponerse el frente de un ejército con una edad de 71 años. Probablemente, de haber existido, fuera uno de los comerciantes o de los musulmanes que se dedican a extender el Islam de los que tenemos constancia que envió el Profeta. Aunque la posterior leyenda lo convirtiera en un aguerrido septuagenario al mando de un exiguo ejército conquistador.
También se nos dice que Táric tampoco regresó de Bagdad. Así pues, dejaron la conquista en manos de los pocos aventureros que quedaron vivos, cuando 70 años después de la supuesta invasión acabaron de matarse entre ellos.
Por otra parte, y durante los setenta años de disputas y masacres entre invasores, los 584.192 kilómetros de la España conquistada deberían de ser pacificados y sus gentes adoctrinadas para el Islam. Pero ¿por quién?. ¿No se nos dice que estaban ocupados en matarse entre ellos y que no todos eran musulmanes?.
El castillo de Ricote, llamado de Al Suhayrat, fue posesión de Ali Berit Hutman, en el año 738. Esto es 27 años después de la supuesta conquista y sin que las hostilidades entre invasores estuvieran resueltas. Pero algo más tarde, en la segunda mitad del siglo VIII Lorca pasa a dominio musulmán por el pacto de Teodomiro, y Murcia es fundada el año 825 por Abderrahman II, sobre una pequeña aldea de origen romano.
En el 801 después del pacto de Teodomiro y de la fundación de Murcia, un estudiante Cordobés, Ibn Habib, autor de la crónica árabe, tiene que viajar a El Cairo para informarse sobre la forma en que había llegado el Islam a España. Aquí nadie recordaba nada del tema. ¿Cómo es esto posible?.
Se deduce de esta historia que algo falla, que hay aparentes signos de leyenda. Y que mientras que España, tierra que en el pasado había sido de Séneca y otros preclaros filósofos y emperadores, era conquistada por un grupo de zafios beduinos matándose entre sí, los varios millones de hispanos se durmieron en los laureles.
El historiador y escritor contemporáneo, Juan Vernet, forma parte del elenco de investigadores que opinan lo siguiente. "Teniendo en cuenta que los árabes portadores del Islam original, no tenían fuerza militar suficiente, no pudieron introducir el Islam mediante la acción castrense, sino como una idea fuerza que va calando lentamente. El Cristianismo no había arraigado todavía en España, y una parte importante de la población eran practicantes de otras religiones".
Comentaremos los documentos y crónicas en los que se apoya lo que estamos considerando como "la fábula de la invasión de los árabes".

LAS CRÓNICAS ÁRABES de la conquista de la Península Ibérica se escriben siglos después, y son adaptaciones de leyendas egipcias que comienzan a extenderse en el siglo X.
A comienzos del siglo X un grupo de andalusíes, recién conversos, sienten la necesidad de viajar a El Cairo en busca de doctos eruditos para formarse en lo relativo a la nueva confesión. Y para, ¡Oh sorpresa!, informarse sobre la llegada del Islam a la Península Ibérica.
Entre ellos viaja el tal Ibn Habib, que antes hemos nombrado, quien en su obra "Táric", nos relata la leyenda de la invasión de los árabes, extraída a su vez de otras leyendas egipcias contadas por sus maestros cairotas. El investigador se debe de preguntar: ¿Cómo es que en la Península Ibérica no quedaba nadie que recordara los hipotéticos acontecimientos de un hecho tan decisivo como lo hubiera sido la conquista árabe tan sólo un siglo antes, y la conversión al Islam de casi todo un país?.
Lo cierto es que Ibn Habib y sus compañeros, tienen que viajar hasta Egipto para enterarse de lo que pudo haber sucedido en vida de sus bisabuelos. Y si en Península Ibérica no quedaba recuerdo reciente de ninguna invasión, ¿cómo es que los egipcios, tan lejanos, pudieron saberlo?.
A propósito de esta crónica. Cuando el año 1.860 el historiador Dozy la lee para su investigación, escribe en sus "Recherches" que no le parecían otra cosa que cuentos de "Las mil y una noches".
Si los árabes habían invadido Península Ibérica, sus nietos no se acordaban de la conquista y tuvieron que viajar a Egipto para informarse, ¿.?.
Quizá en la edad media fue más aceptable, para los trinitarios romanos, asumir la historia de la invasión como un castigo divino por las herejías del cristianismo, que aceptar la sustitución progresiva de sus ideas religiosas por otras.
Supuestamente para los andalusíes, y para el orgullo de los árabes en general, también les fue más atractivo ensalzar proezas épicas de sus hipotéticos antepasados, que el natural florecimiento de una cultura nuestra, como la que aquí se forjó. Estos criterios son los que se mantienen en la actualidad para justificar la invasión.

LA CRÓNICA BEREBERE se escribe un siglo después de las crónicas árabes y, estos, aunque inspirados en la crónica árabe, la modifican para apropiarse del mérito de la invasión. Ahora ya no es la exigua tropa multiétnica de los árabes quienes tienen el mérito de la conquista, en este caso son los rifeños bereberes, que tampoco se privan de acontecimientos milagrosos. Al ruego de Musa las murallas de las ciudades hispano-visigodas se vienen abajo, etc., etc.
Pero ¿cómo pudo ser que los rifeños fuesen portadores de esta nueva idea?. Tenemos que considerar que hasta el siglo X el norte de África no conocía bien el Islam, ya que en su versión más culta llegó a la ciudad de Fez en esta época. ¡Y precisamente de manos de los andalusíes!.
Este suceso del siglo X acaeció reinando en Córdoba Alhakam I, cuando se produjo la famosa revuelta del Arrabal cercano a la actual torre de La Calahorra. Alhakam tiene la desafortunada idea de ordenar la destrucción de los viñedos, a causa de lo cual se organiza una revuelta general que es aplastada por el ejército. Diez mil cordobeses se ven en la necesidad de emigrar al norte de África, y el sultán de Fez, Idris I, deseoso de la cultura y habilidades de los exiliados les invita a vivir en la ciudad de Fez.
Allí construyen el actual barrio Andalusí, separado del barrio Karauin. Fortifican y enriquecen con sus habilidades la ciudad, y al mismo tiempo enseñan a los bereberes la lengua árabe (que no dominaban) y un Islam más culto del que conocían. Este acontecimiento dio origen al inicio de la posterior monarquía magrebí, y al desarrollo de la cultura andalusí en el Magreb. Que aún perdura. Y de paso nos enseña que el Islam, en su forma culta, llegó a Marruecos desde las tierras hispanas.
¡Oh sorpresa!, si esto es cierto, como así parece, fueron los andalusíes quienes islamizaron a los marroquíes, ¡y no a la inversa!. Aunque escuchar esto sorprenda enormemente, pues le da un vuelco a la historia oficial, la documentación, la arquitectura, y la cultura que nos lo enseña, existen. Pero recuerden Vds que yo sólo soy un transmisor de documentos, no un autentificador de ellos.

EN RESUMEN. Los anales que se conservan de la hipotética invasión corresponden todos a la Edad Media. Ninguno se conserva que sea contemporáneo de principios del siglo VIII. El único es el del obispo Isidoro Pacense, pero desde hace dos siglos sabemos que es un personaje mítico. Desde el rey visigodo Vamba hasta Alfonso III, ni cristianos de confesión alguna, ni musulmanes, dejan documentación creíble al respecto.
Las leyendas y las contradicciones se suman unas a otras, pero hemos de comprender que la falta de tiempo y espacio no nos permitirán hacer una exposición completa de cuanto hemos encontrado en nuestra investigación. Toda esta exposición no es sino un brevísimo resumen cuyo único fin es el de ofrecer, como dije al inicio, otra alternativa para la reflexión. Pero la realidad será mucho más amplia, sorprendente y controvertida.

LA CRÓNICA DE AJBAR MACHMUA prototipo de las crónicas Bereberes, se escribe hacia el año 1.004, pero como vemos es un relato tardío, incoherente, épicamente embellecido por generaciones posteriores, y plagado de exageraciones milagrosas. Aquí la poesía se hace leyenda, y la leyenda historia.

LAS CRÓNICAS LATINAS anteriores al siglo XI poseen un cierto interés al reflejar, de forma velada, no la invasión sino el origen del verdadero y antiguo problema, las diferencias de un estado de opinión entre unitarismo y trinitarismo, sin haber en ellas una relación ordenada de acontecimientos.
En una de las anónimas latinas se nos dice que Táric viene acompañado de un noble Tribuno llamado Yulián. Más tarde la crónica de Silos le convierte en el conde D. Julián gobernador de Ceuta, y propiciador de la invasión como padre vengador de su hija, la amante seducida por el rey D. Rodrigo. Es este conde quien prestó a los invasores, mezcla de árabes y otras razas, cuatro lanchas para atravesar el Estrecho de Gibraltar con el ejército, los pertrechos y la caballería. Es decir, que un conde cristiano hispano-visigodo vasallo de Archila y perteneciente al obispado de la Bética, es el responsable de la invasión. ¿.?
Si calculamos el número de hombres, caballos, y equipaje por lancha, se hubieran necesitado aproximadamente tres o cuatro meses para llevar a cabo el traslado. Teniendo en cuenta que los habitantes de Cádiz poseían una flota capaz de transportar este ejército de una sola vez, ¿permanecieron impasibles ante el lento goteo de invasores sin mover un solo dedo para defenderse?. Esta leyenda ya fue estudiada y desbaratada por Hinojosa en el siglo XIX.
El resto de las crónicas latinas, aún siendo antiguas no se componen hasta 150 años después del 711. Todas ellas hacen un alarde de leyenda y disparate con pretensiones historicistas para contarnos que los invasores luchan en nuestra tierra contra estatuas de cobre, y atacan una ciudad habitada por genios que les conminan a irse. A las tropas trinitarias se les aparece el apóstol Santiago sobre un caballo blanco desjarretando moros, siendo que los musulmanes sienten un absoluto respeto y veneración por la persona de Jesús de Nazaret y sus apóstoles. En Toledo se encuentran, como dijimos, la mesa del Rey Salomón, motivo de la disputa entre Táric y Musa, y un cofre en el que el mismo Salomón había aprisionado a unos genios, etc., etc.
En el siglo XIII Jiménez de Rada introduce en Occidente el mito de la invasión en su versión definitiva, pero aderezada con los mitos orientales.
Tanto las crónicas latinas, como las árabes y bereberes, están plagadas de acontecimientos legendarios, de milagros, de fábulas y anacronismos que ni tan siquiera concuerdan entre sí.

OTRAS CRÓNICAS son las egipcias de Ibn Abd al Hakam, del año 871, donde se nos dice que en el ejército invasor sólo había dieciséis árabes. La de Ibn Abú al Rica, del año 891. Y los relatos concernientes al poder temporal y espiritual, compuesto en el 1.062, pero todas son fábulas y leyendas del mismo estilo mágico-milagroso, trasladadas a la Península Ibérica desde lejanas tierras. Las restantes son crónicas de autores nórdicos de los siglos IX y X.
Es mi prudente parecer que, en las escuelas, se continúa enseñando poco y deformado sobre la historia de la transformación ideológica que hizo de nuestra Patria la cuna del saber Universal, a causa de ideas renovadoras y no de masacres. Hemos suprimido el cuento de milagros y Genios, pero hemos mantenido la leyenda de la invasión de los árabes que lo sustenta.
El historiador alemán Félix Dahn ya nos advertía en el pasado siglo XX del aspecto legendario de todas estas narraciones. Y en el año 1.892 nuestro historiador D. Eduardo Saavedra también nos advertía de lo mismo.
El ilustre político e historiador, D. Antonio Cánovas del Castillo, nos enseñaba: "El estudio de los hechos de los españoles musulmanes tiene tan verdadera importancia, que de ello depende que nuestra historia llegue a la madurez o permanezca en la adolescencia".
Y el contemporáneo catedrático de historia de la Universidad de Zaragoza, D. Guillermo Fatas, piensa que: "Si el Islam es una de las mayores claves de la historia de España, en esta tierra del mudéjar, del alfar, de Avempace y del castillo de Ayub, ya va siendo hora de que nos enteremos de tal cosa".

LA SITUACIÓN RELIGIOSA en la Península Ibérica antes y después del 711. Algunas particularidades.
Con la entrada de los godos admitidos por el Imperio romano, la "Crónica del gallego Idatius" escrita entre los años 395-470, única que se conserva de su llegada, arremete en contra de ellos. Pero no lo hace porque sean invasores consentidos por la política de Roma, sino porque no son católicos trinitarios romanos. ¡Son cristianos arrianos unitarios!. Ellos decían; Dios no es tres, es Uno. Tal como en la actualidad proclaman otras iglesias cristianas.
Desde el siglo IV hasta el IX, tras las invasiones de los suevos en Galicia y las diversas revoluciones sociales, con la cruzada cluniacense y la pérdida del culto Arriano-Priscilianista, el rey Eurico rompe con Bizancio. Del culto al arrianismo del obispo Prisciliano sólo quedaba un vago recuerdo en la veneración a la tumba confundida, posteriormente, con la de Santiago. Esta usurpación se llevó a cabo durante el reinado de Alfonso III, rey de los astures. Para más datos se puede leer a L. Duchesne y a D. Miguel de Unamuno.
Eurico decreta el cristianismo arriano-unitario como religión oficial del estado, imponiéndose en parte de Francia y España, como confesión predominante, hasta finales del siglo VIII. Más allá del 711, supuesta fecha de la invasión árabe.
Mas no era el cristianismo unitario una nueva tendencia, pues ya en el Concilio de Nicea del año 325 se debaten las diferencias entre unitarismo y trinitarismo.
El año 785, 74 después de la supuesta invasión, el Papa Adriano I envía a España a un delegado pontificio para combatir la situación de los cristianos adversos al trinitarismo de Roma, este delegado, Egila, se pasa al bando de los unitaristas. El unitarismo progresa, pero de la presencia del Islam sigue sin haber testimonios documentales.
Dado el ambiente favorable todas las doctrinas unitaristas se unen en una sola. Se crea una forma de pensamiento que manifiesta una gran plasticidad, y lo mantiene abierto a otras posiciones intelectuales, permitiendo la independencia que facilita el florecimiento de un criterio propio, capaz de desarrollar las ciencias y las nuevas concepciones filosóficas.
Esta creencia unitarista prospera y se mantiene mayoritariamente en las zonas más ricas y cultas de la Península Ibérica, el sur, hasta la llegada progresiva del sincretismo Muhammadí. Convirtiéndose el cristianismo arriano-unitario en el vehículo de entrada para la nueva modificación de las ideas, y desarrollo de la cultura que sería conocida como andalusí.
En este tiempo la corriente arriano-unitaria era también llamada el cristianismo de los godos. En tanto que el cristianismo-trinitario era reconocido como la religión de los romanos. Tanto la una como la otra se apropiaban alternativamente del título de "católicas", es decir; "universales".
Como ya dijimos, para la corriente trinitaria romana Jesús es Dios, para los unitarios arrianos Jesús no es Dios, y anuncia la venida de otro profeta último: "Después de mí vendrá otro más grande que yo". Esta fue la creencia preislámica que facilitó la expansión del Islam en nuestra Península.
Para los trinitarios de Roma, Juan el Bautista fue el anunciador de Jesús. Lo que para los unitarios arrianos hispanos, tras la llegada del sincretismo Muhammadí, llegó a ser Jesús con respecto a Muhammad.
En los siglos VIII y IX nos muestran las crónicas la existencia de las dos corrientes cristianas confrontadas por la supremacía. El trinitarismo de práctica mayoritaria en el norte, en las zonas más incultas y deprimidas. El unitarismo con más éxito aquí en el sur, en las zonas más ricas y cultas.
Pero observamos que en el transcurso de la historia hay periodos en los que acaban por mezclarse y adaptarse a la mutua convivencia, algo semejante a lo que sucede en la actualidad entre los católicos y los diversos protestantes. A pocos cristianos les importaría en estos momentos las variantes introducidas en las demás iglesias que les son ajenas, por lo que una nueva forma de fe se podría introducir a través de una de estas iglesias sin apenas se percibida por las demás. Excepto en el momento en que se hiciera pública su diferencia.
Imaginemos que los evangelistas, de confesión minoritaria en estas tierras, introdujesen con discreción alguna variante en su fe. Sucedería que hasta que no la hicieran pública nadie, o casi nadie, se daría cuenta.
De la misma manera en aquél entonces, acabaron por ser a penas percibidas, para unos y para otros, las variantes introducidas en los respectivos ritos y doctrinas ya conocidas y admitidas del unitarismo arriano. El antiguo cristianismo arriano unitario visigodo ya no era una novedad para los trinitarios romanizados, y viceversa. Tenían otros problemas más importantes que afrontar. Era el adopcionismo de origen Nestoriano, predicado por Félix obispo de Urgel, y por Elipando obispo de Toledo, así como las teorías del obispo Migecio, las nuevas corrientes a combatir. Pero no ya el unitarismo arriano o el trinitarismo romano, los unos se habían habituado a los otros, más o menos, ya que pasaban a ser religiones oficiales alternativamente. Al igual que hoy se han acomodado a vivir juntos evangelistas, adventistas, católicos, testigos de Jehová, etc.
En estas circunstancias el Islam se pudo introducir, inicialmente, a través del arrianismo, como una nueva variante desapercibida al principio, pero que mejoraba la calidad de vida de la población. Equiparaba en derechos al hombre y a la mujer, no discriminaba a las personas por su origen étnico, era más tolerante con otras formas de religión, inducía insistentemente a la cultura, a la higiene, al equilibrio ecológico, rechazaba la usura del prestamista, etc. La altura cultural a la que se llegó nos indica los niveles de tolerancia ideológica y la calidad de vida que se alcanzó.
Las primeras comunidades continuaron manteniendo el nuevo culto en sus iglesias, y poco a poco el Islam fue calando como una idea renovadora venida de Oriente, e impulsora de una nueva cultura que empezaba a florecer. No como una nueva religión, o como una diferenciada doctrina religiosa que arrasa como el huracán, sino como un judeo-cristianismo salido del desierto. Al menos hasta que Abderrahman II trae a eruditos musulmanes de Oriente, con el fin de impulsar la decisiva labor de culturización y diferenciación posterior.
Hoy podemos aportar un nuevo y contundente dato arqueológico descubierto en Játiva en Junio del año 2.004. Se trata de la lápida funeraria de un musulmán enterrado el 21 de Febrero del año 648, 63 años antes de la pretendida invasión. Es de suponer que el hombre en cuestión no gravara su propia lápida, y que no tuviera la mala suerte de morirse recién llegado. Luego otros vinieron con él y, en aquella Península Ibérica plural, pasaron desapercibidos.
Ocho años antes de ser gravada esta lápida, en el 640, muere el Profeta Muhammad (s.a.s) habiendo enviado mensajeros a Abisinia, a Constantinopla, Bizancio, Alejandría, etc. ¿No cabe la posibilidad, como buen estratega, de que en vida los enviara también al extremo Occidental más rico y culto del Imperio, que era Hispania?. La lápida parece afirmarlo.
Veamos la documentación que existe sobre ese periodo de la historia:
Los historiadores árabes ofrecen una sorprendente noticia en el año 27 de la hégira/647-48, según la cual el califa Ütman habría enviado una expedición por mar contra la Península Ibérica bajo el mando de Äbd Allah b. Nafi b. al-Hsayn y Äbd Allah b. Abd al-Qays: "Utman mandó a 'Abd Allah b. Nafi' b. al-Husayn y a 'Abd Allah b. Nafi' b. 'Abd al-Qays [partir] inmediatamente de Ifriqiya a al-Andalus. Y Ilegaron ambos a ella por mar. 'Utman había escrito a los contingentes que se dirigieron a al-Andalus; 'Constantinopla sólo será conquistada a través de al-Andalus. Si vosotros conquistáis ésta, compartiréis la recompensa de quienes conquisten aquella. La paz'. Ka'b al-Ahbar dijo: 'Cruzarán el mar hacia al-Andalus unas gentes que la conquistarán y que el día del Juicio serán reconocidas por la luz [que desprendan]".
No sabemos si esta noticia es digna de crédito, pues es sabido que en esas fechas Ifriqiya, desde donde supuestamente se harían a la mar las naves rumbo a la Península Ibérica, tampoco había sido conquistada por los aguerridos guerreros árabes. (Pero como ya dijimos no deja de ser sorprendente la coincidencia de fechas, de la lapida y la supuesta expedición por mar contra la Península).
Existen otras crónicas de los historiadores cristianos, donde hallaremos información sobre una temprana incursión musulmana por mar contra las costas Ibéricas. Las crónicas de Alfonso III (866-910). Se trata de una obra que presenta ciertos problemas historiograficos sobre su autoría y fecha de redacción, problemas derivados de que no se conserve en su versión original. Nos han llegado dos redacciones, conocidas por ovetense y la rotense,estos códices fueron encontrados en la catedrales de Roda (Huesca) y Oviedo. las crónicas recogen el ataque de una flota sarracena ¿musulmana o cristiana unitaria? compuesta por 270 naves durante el reinado de Wamba (672-680), donde nos dice que fueron aniquilados y las embarcaciones quemadas.

Rotense: Illius quoque tempore CCLXX nabes sarracenorum Spanie litus sunt adgrese; ibique omnes pariter sunt delete et ignibus concremate.

Ovetense: Illius namque tempore ducentae septuaginta naves Sarracenorum Yspaniae littus sunt adgressage; ibique omnia eorum agmina ferro sunt deleta, et classer eorum ignibus concrematae. Et ut tibi causam introitus Sarracenorum in Yspaniam plene noteceremus, originem Eruigii regis exponimus.

Las Crónicas Najerense, sin duda tomándolo de la Crónica de Alfonso III, también recoge la noticia.
In illius namque tempore ducente LXX naues sarracenorum Yspanie litus sunt adgrensse; ibique omnes pariter sunt delete et ignibus concremate.

Caetani, siguiendo los Anales de Baronius, Muratori y Rampoldi, fija la fecha de esa hipotética incursión en el año 55/675. Ese mismo año o uno posterior es el que da como probable M. Barceló.
Hay un proverbio de Muhammad en el que dice: "Llegará un día en el que la luz del mundo salga del Occidente…". Y ¿qué Occidente culto y reconocido era ese, sino nuestra Península Ibérica?.
Quizás por esta causa Blas Infante escribió en una ocasión: "Los andaluces (andalusíes) queremos volver a ser lo que fuimos, hombres y mujeres de LUZ, que a los hombres, alma de hombres les dimos".
Si el Occidente más extremo era el "Finis Térrae", y en el 648 ya había comerciantes o mensajeros en nuestras tierras, es muy probable de que fueran enviados por el propio Profeta a enseñar el Islam. Que al inicio, y por su evidente similitud con el judeo-cristianismo unitarista, se introdujo sin fricciones a través del arrianismo y modificando a este. Y no en el 711 con el fuego, la espada, y 25.000 beduinos analfabetos.

LOS ANALES DE UNA PROBABLE VERDAD HISTÓRICA. Según la documentación, razonablemente creíble, existente en archivos y bibliotecas nacionales.
Antes de su muerte el rey de la Bética, Vitiza, nombra gobernador de Tingis (Tánger) capital de la provincia Tingitana, a Táric. En materia de religión esta ciudad pertenecía al obispado de la Bética, ¡no a los árabes!.
Tras la muerte de Vitiza su adolescente hijo Archila, cristiano del arrianismo unitarista, reclama en el 711, por pacto de fidelidad, ayuda a su correligionario y súbdito, el gobernador visigodo Táric. Esto lo hace con el fin de preservar sus derechos al trono en contra de las pretensiones de usurpación por parte de Roderic, rey de Toledo de confesión trinitaria-romana.
Sabemos que el nombre Táric no es árabe, ya que la partícula (ic) del sufijo, es de origen germánico, y significa hijo de… Por lo que Tár-ic sería hijo de Tar. Así como Roder-ic sería hijo de Róder, Alar-ic sería hijo de Alar, Eur-ic sería hijo de Eur, Amalar-ic sería hijo de Amalar, Ilder-ic sería hijo de Ilder, etc. No podemos buscar aquí a un árabe invasor, sino a gentes germanas.
Por lo tanto los llegados de la Tingitana eran germanos visigodos, y quizás algunos rifeños de antiguo origen Amasir. Los bereberes, o bárbaros, son lo que queda del pueblo Amasir, del Cáucaso, que unos 10.000 años antes habían sido empujados hacia el sur por los Dorios, asentándose en el sur de la Península Ibérica y en el norte de África. En esta época eran, en su mayoría, pertenecientes a otras religiones o al cristianismo arriano-unitarista. Al igual que el Conde D. Julián de Ceuta, y sus correligionarios de la Bética.
Sabemos que la Tingitana pertenecía al obispado de la bética porque S. Isidoro Obispo de Sevilla, 75 años antes de la supuesta invasión, escribe en sus Etimologías, libro 14; IV-29, diciendo que la Provincia Tingitana, cuya capital era Tingis, o Tánger, pertenece al imperio Visigodo.
Esto seguía siendo vigente más de un siglo después, y está confirmado por un manuscrito de origen asturiano con fecha del año 780 (69 años después de la pretendida invasión), que se conserva en la biblioteca del Escorial. En dicho documento se describe una relación de los obispados de la Península Ibérica, dividida en seis regiones. La sexta región, la Tingitana, está incluida como parte del obispado de la Bética.
Por lo tanto en estas fechas, 69 años después de la supuesta invasión, no estaban los árabes en Tánger, ni el Magreb era musulmán todavía. De lo que deduciremos que en el 711 no entraron ni los árabes ni los bereberes musulmanes por Tarifa, sino los súbditos de Archila, que eran visigodos arrianos. Repetimos que, aún cuando pudieran acompañarle grupos de rifeños bereberes estos no eran árabes, ni musulmanes todavía, sino gente de una etnia descendiente del pueblo Amasir, como la de aquí.

Más datos al respecto. Al entrar los visigodo arrianos por Tarifa ¿con quién comparten el mando de la tropa para conducirla por aquellas tierras?. Con Don Opas, obispo arriano de Sevilla. ¿No es extraño que D. Julián, un conde visigodo arriano, preste las naves a unos árabes invasores y un obispo cristiano arriano les dirija?.
Si continuamos estudiando la línea de la contradicción nos enteramos de que en el año 784 Elipando es obispo de Toledo, y a sus 82 años escribe cartas a los obispos de las Galias, con el fin de condenar toda otra corriente cristiana que no fuera trinitaria-romana. Recordemos que no obstante, aunque con dificultades, habían aprendido desde antiguo a convivir cristianismo arriano visigodo y cristianismo trinitario romano optando, alternativamente, por el poder.
Pero curiosamente Elipando no sabe nada del Islam, ni se siente amenazado por una nueva religión, y sí en cambio por lo que pasaba en las Galias. Se supone que en esta época, y conviviendo con Elipando, Abderrahman I gobernaba Toledo. Luego el Islam no era todavía una cuestión pública o generalizada. Aunque la lengua árabe se fuera introduciendo progresivamente en los nombres y las modas, tal como nos sucede hoy día con el inglés y lo americano, el Islam en cambio no se había definido todavía en su singularidad. Todavía se mantenía en un ámbito de discreción como una variante del culto arriano.
Esta alusión la encontraremos en la obra de Menéndez Pelayo "Heterodóxos". De la editorial Bonilla y San Martín, págs. 143-144.

En el catálogo de monedas del museo arqueológico de Madrid, comentado por Codera en el 1.879, por Lavoix en el 1.888, y por Rada en el 1.892, encontramos una moneda acuñada en la Península Ibérica en el siglo VIII. En una de sus caras dice en latín: "In nómine Dómini non Deus nisi, Deus solus sapiens, non Deus similes alius". En el nombre del Señor, de Dios, sólo hay un Dios Sabio, no hay otro parecido a Dios. Y una estrella de ocho puntas, como en el Islam. Esta era la fórmula en latín de la profesión de fe arriana, y la mitad de la profesión de fe musulmana posterior, faltaba todavía añadir la presencia y reconocimiento de la dimensión profética de Muhammad. Que se añadió muy posteriormente.
En los textos de los autores cristianos de la escuela de Córdoba, en el siglo IX, no existe alusión alguna al Islam. Tanto en la obra del abate Esperaindeo, como en la del abate Sanson, se arremete contra las doctrinas del arrianismo predicadas por el obispo Hostogesis de Málaga, parecidas al Islam. Pero de las enseñanzas de Muhammad, como doctrina diferenciada, no sabían nada todavía.
Nos hacemos otra pregunta. ¿Se conserva documentación fiable de la entrada del cristianismo en Península Ibérica?, la respuesta es clara y contundente, NO. Pero sabemos que se introdujo, progresivamente, por una labor de evangelización que duró siglos.
Entonces. ¿No pudo entrar el Islam de manera semejante a como lo hizo el cristianismo, máxime cuando sabemos que existían las condiciones adecuadas?.¿Qué razón hubo para montar la leyenda de una invasión para la entrada del Islam?. La respuesta probable sería esta; para justificar una mala chapuza, ¡la masacre y expulsión de nuestros antepasados, musulmanes y sefardíes!, entre ochocientos y mil años después. Se montó el fraude de la conquista para justificar la invasión como una "reconquista". Esto es algo que hoy está asumido, prácticamente, en todos los medios académicos.
Luego seguimos en el mismo planteamiento, cuanto más avanzamos en la arqueología y la documentación racional existente, más entendemos que el Islam entró por la vía del unitarismo arriano, progresivamente, y no por efecto de invasión imposible alguna.
En la actual Bosnia el Islam entró a partir del momento en que comenzó a ser erradicado violentamente de nuestra patria. Y tampoco sucedió por el uso de la fuerza, sino que fue, como aquí, a través de los antiguos bosnios cristianos unitaristas, los Bogomilos.
Pero aún hay mucho más.

S. EULOGIO OBISPO DE CÓRDOBA viaja a Pamplona el año 850, para lo que tiene que atravesar, en carruaje, toda la Península Ibérica de sur a norte. Y residiendo en el Monasterio de Leyre, en Navarra, encuentra en la biblioteca, por vez primera en su vida, una vaga alusión a un nuevo profeta Maocim. Así le llamaba, para referirse a Muhammad, sin saber muy bien cómo. En su travesía de toda la Península Ibérica no se encuentra con un solo musulmán ni conoce nada al respecto del Islam.
Esto sucede en una época en la que, según la historiografía oficial, España estaba colonizada y convertida al Islam desde hacía décadas, y las tropas árabes en sus incursiones hacia Poitiers, Francia, debían de andar en torno a Pamplona. Faltaban dos años para la muerte de Abderrahman II.
Al escribir Eulogio en el año 857 su Apologéticum Martirium, que también se conserva en la biblioteca de la Catedral de Oviedo, reconoce su ignorancia sobre la doctrina del Islam. ¡No había tenido la oportunidad de diferenciarlo del arrianismo!.
Se había empezado a adoptar la moda de los nombres árabes, así como algunas costumbres de la nueva cultura, pero "la religión" como algo diferenciado no era, hasta el momento, de dominio público. De lo contrario lo habría sabido S. Eulogio.
Sumamente asombrado, describe así su primer encuentro con la noticia: "Súbito in quadam parte cuyusdam opusculi hanc de nefando vate historiolam absque auctoris nómine reperi…". "De pronto descubrí en una parte cualquiera de un opúsculo anónimo la historia de un profeta nefando,…etc."
En esta obra describe el asombro que esta noticia le produjo, y se lo comenta a su amigo y escritor Juan Hispalense, quien envía una copia de los mismos a Álvaro de Córdoba. Tanto los textos de Eulogio, como los comentarios de Juan Hispalense, los de Álvaro de Córdoba, y los textos del autor anónimo, todos coetáneos, coinciden en su ignorancia sobre el Islam. Esta es una evidencia histórica indiscutible a la que hoy tenemos acceso a través de la fidedigna documentación existente.
Son estos los textos más antiguos y creíbles que se conservan haciendo referencia del Islam, y ¡curiosamente!, cuanto más se acercan al 711, año de la supuesta invasión, menos conocen del tema. ¿Cómo es esto posible ante un evento de tamaña envergadura, que cambió la historia de Occidente?.
El historiador José Madoz hizo un estudio al respecto de estos hechos digno de mención, en su edición crítica del Epistolario.

ABDERRAHMAN II, de la dinastía Omeya, muere el año 852, habiendo puesto en práctica en los últimos años una política que había consistido en diferenciar definitivamente, y acelerar, el proceso de islamización de la Península Ibérica trayendo eruditos islamólogos orientales.
Sabemos por uno de los historiadores de la época, Ibn Hazm, cordobés del siglo XI, que los Omeya eran rubios, de tez clara y ojos azules, y tenían por costumbre el casarse con doncellas de sus mismas características, por lo que se desposaban con mujeres navarras.
No conocemos a muchos semitas con estas características étnicas, pero sí en cambio sabemos que los visigodos concordaban con ellas. Luego a juzgar por sus características raciales es más probable que los Omeya fueran visigodos islamizados, y no árabes venidos del desierto.
A partir de la muerte de Abderrahman II, y debido a su política, el Islam se extiende por la Península gracias a la atracción existente por lo oriental y como una nueva moda, tal como sucede en nuestros días con otras tendencias. Recordemos que este Abderrahman había fundado Murcia el año 825, y que el pacto de Teodomiro, por el que Murcia pasa a dominio ¿musulmán o unitario?, se celebra hacia la mitad del siglo VIII.
El año 853 muere el cronista estudiante Ibn Habib, el que había traído su historia de la invasión desde Egipto. Y el año 856, tanto S. Eulogio como Álvaro escriben sus comentarios sobre las primeras manifestaciones públicas del Islam en Córdoba, la capital del Califato ¿.?.
Esto lo relata en su obra "Indículus Luminosus", en la que dice conocer por vez primera la segunda frase de la profesión de fe islámica. Pero no conociendo la lengua árabe, en la que se promulgaba, la transmite en latín: "Psallat Deus super Prophetam et salvet eum". "Dios bendiga al Profeta y le salude".
Cuenta también que ha empezado a oír cómo desde altas torres los nuevos creyentes gritan cosas de Dios y de un tal Maocim. Se refería a los minaretes de la nuevas Mezquitas ya que, hasta esas fechas y a causa del sincretismo religioso, probablemente la oración islámica se practicaba en los templos arrianos que se fueron transformando. Es decir, que hasta ese momento el Islam se propagaba discretamente. Pero su presencia como idea diferente no se había hecho pública todavía. Por lo tanto, los personajes de los que comentamos, no conocieron hasta ese momento el Islam ni el nombre de Muhammad como religión de conocimiento generalizado. Continuaban sin comprender exactamente qué es lo que había sucedido.
Todos estos datos son conocidos, se conservan y ya fueron publicados en el siglo XVIII por el Jesuita padre Florez en el tomo VIII de la "España Sagrada", págs., 145-146.

LOS NOMBRES ÁRABES entre los personajes de la época. Abderrahman, Ibn Habib, etc., es una cuestión simple de responder. Un nombre propio no siempre indica, necesariamente, una confesión religiosa, ni mucho menos la pertenencia a una etnia. En la Península Ibérica de entonces había clérigos, incluso obispos, nobles y reyes que utilizaban nombres árabes, era la moda, como dijimos antes. Por lo tanto los primeros Abderrahmanes bien podrían ser reyes visigodos de nombre árabe, pero todavía en proceso de transición religiosa desde el arrianismo unitarista al Islam.
Algunos ejemplos sobre lo dicho nos los ofrecen los nombres de estos obispos arrianos. Rabi ibn Sahib, fue propuesto para la dignidad episcopal por Abderrahman II, en cuya corte desempeñó las funciones de diplomático. Este obispo fue maestro de otro obispo, llamado Abú l-Harit. Y lógicamente, al ser obispos no eran musulmanes, sino cristianos arrianos. Y… según parece, tampoco sabían nada del Islam, ¡hasta el momento!. Por lo que bien pudiera haber sucedido que Abderrahman adoptara el nombre antes que la religión. Pero esto ya sucedió con el Emperador Constantino, que se hizo defensor del cristianismo antes de haberse decidido a adoptarlo como forma de fe.
Muhammad, (s.a.s) en su época, dio permiso al obispo Abú Harita para que celebrara la misa en la Mezquita de Medina, pues había llegado como embajador. Luego el nombre del obispo era árabe, pero él no era musulmán. Es de todo punto obvio que árabe y musulmán no son sinónimos, como no lo son cristiano y palestino.
En la actual Palestina he sido testigo de cómo en las iglesias católicas entran los cristianos palestinos a la misa del domingo vestidos con indumentaria árabe, pero la mayoría de los palestinos son musulmanes o judíos. Y he visto cómo en Egipto los cristianos coptos se saludan en la calle con fórmulas musulmanas. No es, por lo tanto, de extrañar. Cuando las culturas conviven acaban sincretizándose, y generalmente la más fuerte influye sobre la más débil, y ésta acaba por adoptar algunas de las formas externas de aquella.
Una visita al Monasterio de las Huelgas, en Burgos, nos enseñará que los mantos y cofias de los reyes y de los infantes de Castilla, estaban bordados en oro con frases del Corán en árabe. Otra visita a la cámara santa de la Catedral de Oviedo también nos enseñará un altar de plata, gravado en árabe para la misa, regalo de Córdoba a los reyes astures.
En la actualidad ¿No llevamos pantalones vaqueros, bebemos Coca Cola, comemos hamburguesas, vemos cine americano, escuchamos música Yanki, y ponemos a nuestros hijos nombres anglo-sajones?. Y en cambio los ejércitos americanos no nos han invadido, pero sí determinados aspectos de su cultura.
Pues es perfectamente lógico entender que algo semejante sucedió entonces y que, la transición del cristianismo arriano al sincretismo musulmán, fue un proceso marcado por una idea fuerza, y no por una invasión imposible.

EN CUANTO A LA ARQUITECTURA tenemos algunos ejemplos, pocos pero claros, de la transformación progresiva del culto arriano en culto musulmán. El más notorio es el de la recurrente Mezquita de Córdoba, iglesia arriana edificada sobre otro templo más antiguo. Sus arcos de herradura no son árabes, como se dice normalmente, sino de origen Visigodo.
Muestra de ello es que se conserva un templo arriano, con los mismos arcos de herradura, en Venta de Baños, en la iglesia de S. Juan Bautista, edificada el año 661 por Recesvinto. Según consta en la inscripción del transepto.
Al igual que en Braga, en la iglesia de San Fructuoso de Montelios, y en la cripta de la Catedral de Palencia, y en Toledo en San Pedro de la Mata, también de antiguo culto arriano. Y en Francia, a orillas del Loira, donde se supone que no alcanzó la cultura hispano-musulmana, se conserva una construcción arriana semejante.
De los árabes recibimos una lengua que hoy día forma parte de nuestro idioma, y una religión que en su momento gestó entre nosotros una manera de ser y de pensar que nos alzó a la cúspide del mundo. Pero no recibimos una etnia de forma masiva, y los que pudiéramos recibir fueron, en realidad, muy pocos. La cultura fue contrastada, y en parte recibida, de otros países y civilizaciones, Grecia, Persia, etc., pero se desarrolló en nuestra tierra y por nuestros antepasados murciano-andalusíes.
Según las enseñanzas de Muhammad que decía: "No seáis mártires, ser sabios, pues más sagrada es la tinta del estudiante que la sangre del mártir". Y también decía: "Buscad la sabiduría, aunque para ello tengáis que viajar hasta los confines de la tierra". Y: "Busca la ciencia, desde la cuna hasta la sepultura"
El mérito de la cultura aquí gestada es, por lo tanto, autostona, pero ¡no de los árabes!.

¿Y COVADONGA?. ¿Qué sucedió en Covadonga?. En la actualidad los movimientos nacionalistas asturianos dicen; "Asturias es España, y todo lo demás es tierra conquistada".
Aunque según parece en democracia cada cual puede decir el disparate que le place. Pero no ha de extrañarnos, pues incluso el disparate histórico continúa sustentándose sin apenas sentido crítico, también según parece.
Nos dice la historia-leyenda que Pelayo, quien prestaba sus servicios al Emir de Córdoba, fue llamado por su familia para que interviniera ante Munuza, gobernador musulmán de Asturias, ya que este quería desposar a una hermana de Pelayo en contra de su voluntad.
En aquella situación Pelayo reúne a un grupo disidente de la nobleza visigoda, y con unas decenas de astures descontentos, rinde batalla contra los "árabes" en una zona selvática, al pie de una gruta y, ¡naturalmente!, con ayuda de la virgen. Esta batalla no podía quedar sin su milagro correspondiente.
De manera que unas decenas de astures masacran a 184.000 "árabes", con ayuda de una montaña que sepulta, por intervención de la virgen, a 124.000, poniendo en fuga a los otros 60.000. Como somos personas inteligentes no será necesario el comentario.
Como supongo que ustedes conocen Covadonga, habrán comprendido que algo así no pudo ser sobre el terreno. No me refiero a este presente con aquellas nuevas explanadas y aparcamientos, sino a aquel entonces en plena selva impracticable y habitada por animales salvajes. Así, nos dicen, comienza la reconquista que dura nada menos que 800 años, con otro fraude como el de la conquista.
Aunque no es ésta la única leyenda épica contra otras confesiones. Cuando Recaredo abjura del arrianismo vence a 60.000 arrianos españoles, con tan sólo trescientos hombres católicos. Sigue sin ser una mera cuestión de política territorial, sino de religiones.

DE HABER SIDO CIERTA la invasión árabe, habría creado otro problema de índole moral y de derecho por arraigo. ¿Puede llamarse reconquista a una acción de goteo bélico que, entre pactos de amistad y agresiones, dura ochocientos años o más?. Muchos de nuestros más grandes historiadores, entre ellos Ortega y Gasset, han dicho que no, y el sentido común lo confirma.
¿Se imaginan ustedes que, ahora, viniera la Guardia Civil a expulsarles de su casa porque un antepasado suyo llegó a España de no se sabe dónde hace mil años?. ¡¡Sería absurdo!!. Pues así de absurdo y cruel fue para nuestros abuelos.
Aún en el caso de que la invasión de los árabes hubiera sido cierta. ¿Quiénes tendríamos que irnos y a donde?. Probablemente todos, pues ¿no somos todos descendientes de íberos, celtas, bereberes, tartesios, cartagineses, romanos, griegos, germanos, etc.?. ¿Por qué razón, entonces, se expulsó o masacró a tantos de nuestros antepasados con el pretexto de ser invasores árabes?.
La cultura, tan nuestra, que llegó a ocupar los primeros puestos en la historia de la evolución de las sociedades, ¿por qué se nos arrebató hundiéndonos en el oscurantismo y la pobreza de los últimos siglos hasta bien entrada la reciente democracia?. ¿A quién interesó que tan alta cultura nos fuera arrebatada?. ¿A quién interesó el silencio?.

FUE POR LA CULTURA UNITARIA MUHAMMADÍ, y no por la invasión que no se dio, por lo que se expulsó, se masacró o se oprimió a nuestros abuelos musulmanes-andalusíes, y con ellos a los sefardíes-andalusíes.
Pensar que lo poco o mucho que quedase de la cultura y prosperidad del imperio greco-latino, más la cultura visigoda, cambian de la noche a la mañana por la influencia de unos cuantos nómadas incultos salidos del desierto, peca en exceso de ingenuidad.
La civilización imperante en la época es la bizantina, y la civilización Muhammadí no alcanza su apogeo hasta el siglo IX en Oriente y el siglo XI en Occidente. El historiador norteafricano el-Idrisi nos informa de que en el sur de Túnez, tierra de S. Agustín, en el siglo XII todavía se hablaba latín. Luego el Islam no se había asentado de manera estable por estas fechas.
El erudito arabista contemporáneo Xavier de Planhol opina que; "La expansión del Islam se produjo, como expansión cultural, por la intervención de las clases urbanas y mercantiles, no por la acción guerrera".
Y el Historiador Goitien, en la pág. 88 de su obra comenta: "En los primeros tiempos eran sobre todo los mercaderes los que se ocupaban del desarrollo y de la expansión del Islam".

LOS ALMORÁVIDES Y LOS ALMOHADES sí que supusieron un conato de invasión consentida desde África, aunque también supimos echarles de nuestras tierras. Los andalusíes habían adoptado una forma de Islam culto y tolerante, sin abstrusos fanatismos, por esta causa nunca aceptaron gustosos la contrarreforma del Islam almorávide o almohade.
En el año 1.035 se inicia en nuestra tierra la reforma impuesta por la invasión almorávide que, al final, fueron expulsados por los andalusíes. Y en el 1.145 también comienzan las revueltas en contra de los almohades, que habían sido llamados el año 1.080 por Yusuf ibn Tasufin en defensa de las Taifas. Nuestras gentes siempre hospitalarias, pero amantes de cuanto nos hizo un pueblo tan singular, no podían aceptar que los invitados se quedaran para imponernos un Islam fanático.
Esta liberalidad de nuestro pensamiento provocó que en el año 1.228 Ben Hud, noble nacido en este pueblo de Abarán, acaudillara la revolución en su contra hasta sacarlos de nuestra tierra. Haciendo de Murcia, por este hecho, el centro de la Axarquía y un imperio.

¿QUÉ ES LO QUE EUROPA NOS DEBE?
(La herencia cultural)

REFIRIÉNDONOS A LA DEUDA LITERARIA. Después de la persecución sufrida por nuestros antepasados murciano-andalusíes, de la quema de documentos, y la expulsión de mujeres y hombres, sencillos y cultos, he encontrado referencia de estas 14 mujeres de la Axarquía, de la que fue parte nuestra Murcia.
Fueron ilustres literatas, y estos son sus nombres: Umm al Izz, Umm Hannan, Rashida al Wa´iza, Zarinat Bint Abil Hassan, Hind, Iraq as Suwayda, Al Abbadiyya, Zaynat bin Isaac (an Nasram ar Rani), Zaynab bint Yusuf, Jalwa al Abbar, Gayat al-Waydy-ya, Atika Um al-Mayid, Fathuna, y Omalhina.

EN RICOTE nació Ibn Sabin, el año 1216, se formó bajo la dirección de otro de los grandes ilustrados de la época, Isaac b. al-Mara, y llegó a ser uno de los grandes en conocimiento de las ciencias del Islam, en filosofía, en ciencias jurídicas, y en medicina. Escribió un tratado de filosofía a petición del emperador de Italia Federico II.
Ibn Ricotí, también de Ricote como su nombre indica, regentó una escuela en Murcia donde enseñaban las tres culturas, musulmana, judía y cristiana. A semejanza de como se hizo en Toledo y otras poblaciones durante el periodo andalusí.
Muhyiddín ibn al-Árabi, nacido el 1.165 en Alcantarilla y muerto en Damasco el 1240, pudo ser muy probablemente discípulo de la cercana y reconocida escuela Sufi de Ricote. Llegó a ser conocido en todo el mundo como el "Maestro de Maestros". Hoy sabemos que su obra literaria, perdida en su mayoría, fue ingente, aunque se conservan algo más de trescientos volúmenes, algunos pocos traducidos por la Consejería de Cultura de Murcia.
Actualmente se estudia en diversos países, tanto de Oriente como de Occidente, y su tumba en Damasco es visitada a diario por miles de sus discípulos póstumos. Su filosofía de vida, el Sufismo, sigue siendo de la máxima actualidad, tanto en EE.UU como en Europa, donde goza de una gran consideración.
Decía cosas como esta: "Mi corazón se ha hecho capaz de adoptar todas las formas. Es prado para las gacelas y convento de monjes cristianos. Y templo para el idólatra y la Kaaba del peregrino. Y las tablas de la ley y el libro del Corán. No le pongáis nombre a mi religión, pues es el amor cualquiera que fuesen las sendas que hollasen mis pies".

LA ESCUELA SUFI DE RICOTE inició a Abú l-Abbas el Murciano, que fue discípulo predilecto y sucesor de Abú Hassan as-Shadzili, estudiante de Abú Madian de Sevilla y fundador de la escuela Sufi Shadzilía. En Egipto sucedió a su maestro. Allí, en Alejandría, se celebra en la actualidad una fiesta en su honor todos los años, y en reconocimiento a su grandeza se erigió sobre su tumba un monumento del tamaño y magnificencia de una Catedral, que yo conozco personalmente.
La tradición Sufi de Ricote ejerció una gran influencia sobre el pensamiento místico universal, que en el presente se mantiene activo en diversas escuelas repartidas por el mundo. Por esta causa hay países en los que, al sabernos murcianos, se nos considera portaestandartes de una alta dignidad, se nos observa con reverencia, se nos toca... Es una experiencia que mueve profundas emociones, y que he vivido personalmente.
El jesuita Asin Palacios, reconocido como uno de los eruditos islamologo hispanos, hizo un estudio para establecer la influencia de la espiritualidad Shadzili sobre la mística del hijo de moriscos S. Juan de la Cruz y de la hija o nieta de judíos conversos Sta. Teresa de Ávila. La obra se llama: "Shadzilíes y alumbrados".

OTRA COMUNIDAD SUFI, muy antigua, estuvo en la Rábita de las dunas de Guardamar. Se descubrió en 1984 y las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo hasta el año 1992, bajo la dirección de Rafael Azuar Ruiz, dejaron al descubierto las dos terceras partes de un singular "ribat" islámico. Fue construido sobre las ruinas de un excepcional asentamiento fortificado pre-ibérico de los siglos VII-VI a. de C. El resultado de las excavaciones, que se recoge en el libro publicado sobre esta cuestión, documenta parte de un gran complejo religioso de carácter cenobítico sin parangón en el mundo islámico, en cuanto se refiere a su tipología arquitectónica y cronológica.
Las historias del Quijote también están inspiradas en cuentos de la misma tradición Sufi. La publicada tesis doctoral del Sr. Antonio Medina, de Córdoba, es muy esclarecedora al respecto.

LA AGRICULTURA de nuestra tierra murciano-andalusí extendió por toda Europa el cultivo de la berenjena, la alcachofa, el algodón, la sandía, el azafrán, las espinacas, el arroz, el limonero y la naranja, el albaricoque, etc, etc. A causa de ello se creó el popular sistema de norias y acequias que aún perdura, de forma que podemos asegurar que nuestra huerta es reconocida, en toda Europa, por los conocimientos y la labor de nuestros abuelos murciano-musulmanes. Gracias a ellos llevamos siglos dando de comer a millones de personas lo mejor de nuestros cultivos.
Ibn Wafid escribió en el siglo XI un tratado sobre medicina y agricultura que tuvo gran difusión, dedicando un apartado específico a la polinización artificial, arte en el que fueron expertos nuestros abuelos hispano-musulmanes.
Gracias a la agricultura mejoramos la calidad del papel y de las sedas procedentes de China en el siglo X, y desde aquí se distribuyeron por toda Europa.
También, gracias a la agricultura, dispusimos de farmacias, de cosméticos, de los mejores perfumes, de productos dentífricos, de jardines botánicos, y de parques zoológicos con animales exóticos venidos de todo el mundo conocido.
Sobre farmacopea botánica, Ibn Ujt Ganim escribió un tratado de sesenta volúmenes que fue de consulta obligada en todas las Universidades de Europa.

SOBRE MEDICINA el reconocido Avenzoar (Abú Marwan), escribió el célebre Taysir, manual de terapéutica y profilaxis. En el que describe el absceso de pericardio, enseña la práctica de la traqueotomía, la alimentación artificial a través del esófago, y un tratado sobre la curación de la sarna.
La influencia de Averroes (Ibn Rusd) llegó a ser tan grande que en la Europa del siglo XV se decía que la Luz procedía de Al Andalus, y no de Oriente. La influencia de su genio, en la evolución del pensamiento científico, fue decisiva. Al Ándalus, y Murcia en ella, fue considerada como la nueva Atenas.
En el diorama de la Torre de la Calahorra, en Córdoba, se pueden apreciar instrumentos de cirugía interna. Estos conocimientos permitieron que se practicara operaciones de cataratas. Es evidente que, mientras en Europa se confiaba la curación de las pestes que la asolaban a las reliquias de los santos, nosotros conocíamos la sutura, la anestesia, la asepsia...
El Canon de Avicena (Ibn Sina) consta de cinco libros. Visión general de la anatomía y fisiología de los distintos órganos. Lista de medicamentos y sus propiedades. Exposición de las diferentes enfermedades. Enfermedades invasivas, tumores, etc. Descripción de 760 medicamentos compuestos.
Escribió un tratado sobre las vías de contagio de la tuberculosis, y otro sobre el tratamiento de las enfermedades psiquiátricas. Diré, como dato curioso, que el fanatismo religioso se consideraba una enfermedad mental.
Abú l-Qasim al-Zahrawi, escribió treinta tratados de cirugía, de farmacología, de dietética y medicina general. Ofreció las primeras descripciones de la hemofilia, de la clínica y tratamiento de la lepra, y también un tratado sobre la asepsia y las diferentes clases de sutura.

LA ÓPTICA fue introducida en Europa, desde nuestras tierras, en el siglo XII a partir de la versión de Hunayn corregida por Tabit.
Ibn al-Haytam dijo que la imagen se formaba en el cristalino, y ¡anunció la naturaleza material de la luz!. Anunció que la velocidad de la luz era finita. Dejó establecido que la luz de la luna procedía del sol.
Se crearon lentes para mejorar la visión, para observar las estrellas y acercar la naturaleza, siendo así precursores del microscopio y del telescopio.
Uno de los tratados científicos más importantes en la historia de las ciencias, fue el tratado de óptica de Alhacém.

ENTRE LOS GEÓGRAFOS fue el ceutí El Idrisi, educado en Córdoba, considerado como el más grande geógrafo de todas las épocas, aunque también fue poeta y médico. Dijo: "La tierra es redonda, como una esfera…, atrae los cuerpos como un imán atrae el hierro, gracias a esa atracción las aguas de los océanos se mantienen unidas a la tierra". Bajo el mecenazgo de Roger II de Sicilia escribió el mejor tratado sobre geografía descriptiva que existió. Un tratado que se hizo imprescindible para conocer África y Asia central.
Alhacén escribió "La configuración del mundo". Una obra sobre astronomía que ejerció gran influencia durante el renacimiento y sobre la obra de Copérnico, al igual que la obra de Averroes.
La obra de Abnavimunzor también fue grandiosa. Valiéndose de los avances en óptica escribió un tratado sobre los sistemas astronómicos, sobre los planetas alrededor del Sol y su diámetro aparente, sobre la rotación de la Tierra y las medidas de su esfericidad, ¡tres siglos antes que Cristóbal Colón!.
Al-Masudi, en su libro Muruj ad-Dhahab, nos cuenta que Khashkhasd Ibn Saeed, un joven Cordobés, con un grupo de jóvenes ¡cruzó el Atlántico! regresando el año 889 con un botín fabuloso. Son enormes las consecuencias a las que este dato nos llevan.
En el libro de dietética de Al-Arbolí, se habla del uso de los frijoles, supuestamente post colombinas. Y ¿Quién cartografió los mapas de Piri Reis (el árabe loco) que Colón utilizó para su viaje?. La biblioteca de la Duquesa de Medina Sidonia, contemporánea de aquella época, es verdaderamente sorprendente en datos sobre esta cuestión. Que se investigue y cada cual extraiga su propia conclusión al respecto.
Gracias a todos estos grandes hombres y mujeres Europa se benefició de una astronomía, de una geografía, y de algunos descubrimientos del más alto nivel.

EL MATEMÁTICO Al-Juwarizmi, creo los logaritmos, Al-Jewarit el álgebra, los Banu Musa calcularon una fórmula para hallar el área del círculo y la trigonometría, según una obra musulmana del siglo XII, llegando a resolver la ecuación de Kepler, e introduciendo en Europa los conceptos de Seno, Coseno, Senoverso, Secante, y Tangente. La creación del número cero (Sfr = vacío) sin el que la informática no sería posible y, en parte, las matemáticas que hoy conocemos, también fue obra de nuestros antepasados. Así, las matemáticas que introducimos en Europa también fueron del más alto nivel.

LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO, fundada a principios del siglo XIII, fue determinante en la labor de "deslizamiento" de nuestra altísima cultura hacia la Europa del norte, y de la traducción de los clásicos griegos y latinos.
Los andalusíes despertaron la pasión de Europa por nuestro país, ya que en nuestros territorios, y gracias entre otras cuestiones a la tolerancia y capacidad hacia otras culturas y religiones, alcanzamos la cúspide de la pirámide de la cultura universal.
Hoy exportamos limones y otras frutas, entonces exportábamos hombres y mujeres de ciencia a todas las cortes de Europa y del mundo conocido.

CURIOSIDADES. Los albañiles reciben el nombre de su profesión de un gran Maestro Sufi llamado Al-Banna, fundador de una escuela de sabiduría, a cuyos discípulos adoctrinaba a través de las técnicas de la construcción. Fueron precursores de la Masonería, y se les llamó los Al-Banaún, y de aquí la derivación hacia Al-Bañiles.
La palabra árabe Yihad no es guerra, tal como traducen los medios de comunicación, sino ESFUERZO. Guerra es harb mukaddasa.
La palabra flamenco es una modificación del árabe "Falah-mencú", equivalente a campesino desposeído.
Y la palabra Maragato de la región de la Maragatería, Provincia de León, es una derivación de Moro-godo..
Nuestro catedrático y profesor de historia Sánchez Albornoz, opinaba que España tuvo tres momentos de grandeza. El periodo de cultura islámica que nos alzó al máximo desarrollo científico, el descubrimiento de América, y el Imperio de Carlos V.
En nuestros días, uno de los más grandes historiadores de las ciencias, G. Sarton, en su obra "La España musulmana", que fue editada en Madrid el año 1.973 dice: "España fue el mayor centro cultural del mundo gracias a los españoles musulmanes y judíos".
Me pregunto: ¿Si esto es tan sólo un brevísimo exponente de lo que queda entre las cenizas de la destrucción a la que fuimos sometidos?. ¿Cuántos otros sabios-as habría?. Sólo el maestro de maestros, Ibn al-Árabi de Alcantarilla, conoció personalmente a más de setenta gigantes del espíritu en su época.
Recuerdo de nuevo la frase de Blas Infante: "Los andaluces (andalusíes murcianos) queremos volver a ser lo que fuimos, hombres y mujeres de luz que a los hombres alma de hombres les dimos".
Dije en páginas anteriores que por el mundo están repartidos cientos de miles de libros incunables referentes a nuestra cultura. Quizás habría llegado el momento de interesarnos por ello.
También quizás, y como un gesto de humilde prudencia, y respeto hacia los que nos hicieron herederos de tantos honores, debiéramos de modificar algunos de nuestros esquemas de pensamiento aversibo. Tanto si todo cuento digo es verdad, como si tan sólo lo fuera una parte. Y para reflexionar en ello he querido aproximar el fin de esta ponencia con este pensamiento de un hombre llamado Ali, que fue yerno de Muhammad.
Decía: "No podrás creer realmente en nada hasta que te des cuenta de por qué crees en lo que crees. Antes de alcanzar tus verdaderas creencias (las que sean) debes de estar preparado para admitir sin pruebas que todo, o parte de lo que consideras verdad, puede ser una equivocación que llega hasta ti desde el lugar en el que has crecido.
La verdadera convicción viene de la Sabiduría, y hasta que no seas sabio, tus convicciones no son sino un conjunto de opiniones de las que algunas estarán equivocadas, y otras no las podrás demostrar aunque sean verdad".

Probablemente ustedes se plantearán algunas interrogantes después de esta ponencia. ¿Pero en definitiva cómo fue aquel Islam de nuestros abuelos que nos alzó hasta aquellas alturas?. ¿Cómo fue posible pasar de la cúspide a la base en tan poco tiempo?. Y ¿Cómo es que los musulmanes que hoy conocemos difieren tanto de aquellos?. Para responderles a estas preguntas serían necesarios otros foros y otros ponentes más eruditos.
Les diré, muy brevemente, que Muhammad no se consideró creador de una religión nueva, sino el reformador del judaísmo y del cristianismo. Por lo tanto la genética del Islam es judeo-cristiana. Su pretensión fue la de simplificar la religión y el estado, liberar al ser humano de la servidumbre a las dinastías reales y de la esclavitud moral a las castas sacerdotales, dándole todo el poder al pueblo y a cada persona la responsabilidad sobre su conciencia. Para llevar esto a la práctica equiparó en derechos al hombre y a la mujer, al blanco y al negro, y quiso hacer sabia a la gente, no beligerante, sin diferenciar la etnia o la creencia. Por ello renunció al martirio innecesario a cambio de la sabiduría.
La palabra Islam es un derivado de as-Salam, que significa, "la-Paz". La paz del que después de buscar por fin encuentra, la paz que se establece en el respeto y la tolerancia.
Y el concepto "musulmán", es el que corresponde a la persona que, tras haber encontrado as-Salam, se somete voluntariamente a la acción creadora.
Existe un edicto de Muhammad (s.a.s) instruyendo a sus seguidores que quizás, y sin más comentarios, les sea ilustrativo.
"He escrito este edicto bajo la forma de una orden para mi pueblo, y para todos aquellos que están dentro de la cristiandad, en el este y en el oeste. Quien no respete el edicto obra contra la voluntad de Allah, sea mandatario o ciudadano. Cuando un sacerdote o ermitaño se retira a la montaña, se establece en la llanura, la ciudad, o la iglesia, estoy con él en persona y lo defiendo contra todo enemigo. Está prohibido arrojar a un obispo de su obispado, o a un sacerdote de su iglesia. No se ha de tomar ningún objeto de ninguna iglesia. Cuando una cristiana se case con un musulmán, este debe de permitirle orar en su iglesia sin poner obstáculos a su religión. Si alguien hace lo contrario será considerado enemigo de Allah. Los musulmanes deben de acatar estas instrucciones hasta el fin del mundo."

EL PACTO DE TUDMIR, (Extracto): "Este es un escrito de Abd el-Aziz Ibn Musa a Teodomiro, en el cual se estableció la paz, se le dio el compromiso de Allah y la protección de su Profeta. No habrá prioridad sobre él o sobre ninguno de sus compañeros. No se les exigirá el pago de ningún tributo, ni se les quitará de su reinado, ni serán asesinados ni se les separará entre ellos y sus hijos, ni de sus mujeres, ni se les obligará a practicar otra religión, ni se les separará de su religión, ni se quemarán sus iglesias… Etc."
Y Abú s-Salt, nuestro vecino de Denia, decía en el siglo XII: "Puesto que mi origen es la tierra, toda ella es mi patria, y todos los hombres mis hermanos."

COMPRENDER LA CULTURA DE NUESTROS ANTEPASADOS, nos exige conocer algo de la forma de pensamiento a partir de la que se gestó. Pues si ellos llegaron tan alto tuvo que ser, necesariamente, por haber adoptado una filosofía de vida que se desmarca, absolutamente, de algunos desafortunados presentes.
Así pues, y ya por último, les ofreceré como mera curiosidad algunos proverbios de Muhammad, quizás todos estos datos les ayuden a comprender cual fue su pretensión y lo que enseñaba. De esta forma sabremos qué es lo que nuestros abuelos conocieron y por qué llegaron a ocupar la cima del mundo.
En aquél entonces se decía: "La sangre de los mártires es semilla de cristianos". Y Muhammad respondía: "No seáis mártires, ser sabios, pues es más sagrada la tinta del estudiante que la sangre del mártir. Buscad la sabiduría, aunque para encontrarla tengáis que viajar hasta los confines de la tierra".
"No pongáis sacerdotes en vuestra religión, ni reyes en vuestras ciudades, pues cada persona ha de ser soberana de sí misma. Aprended a ser sabios".
"Es más esforzado luchar contra el propio ego que luchar en la guerra".
"Son tres las cosas que más ama Dios del Islam; la sencillez, la sencillez y la sencillez".
"No hagáis las cosas complicadas, pues en la sencillez ya encontraréis suficiente dificultad. Quien intente hacer del Islam algo difícil y complicado, será derrotado por el Islam. Islam es paz y tolerancia".
"Bajo los pies de las madres Dios ha puesto el Paraíso".
"A tus padres no les des una mala contestación, ni siquiera diciéndoles ¡Uf!.

Que los murcianos caminen orgullosos por el mundo, con la cabeza muy alta, pues son herederos de una gloriosa raza multiétnica y pluricultural. Y que tracen los senderos del mundo sabiendo que ser hijo de esta tierra es un honor, y ser del Valle de Ricote es un título de nobleza.
Saíz

Relacionado con: EL MITO DE LA INVASION ARABE DE LA PENINSULA IBERICA EN EL SIGLO VIII

Más informacióen en: http://www.islamyal-andalus.org/control/noticia.php?id=759


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  1. #1 AbdelRahman 04 de dic. 2005

    Naupaktos. Sé que no necesitas lecciones de quien según tú, ya estan condicionados a la "ceguera" de una realidad determinada, que tu contemplas, porque personas como yo, "ignoramos" otras realidades y jugamos a demonizar a una parte del mundo y a seguir una especie de teoría conspiranoica del victimato Islamico.
    Por tu forma de expresarte, ya das por sentado tu superioridad en la materia y me concibes como un ignorante "condicionado y con ocultos intereses". Al menos eso es lo que despues de haber leido en varias ocasiones tu mensaje, intentando creerme que no lo entendía , no tuve por mas que aceptarlo, y aun así, por no considerarlo ético en el desarrollo de un debate, tengo que pedirte me aclares, mi posible error o confusión, lo cual te agradecería.
    Tan solo, que en mi humilde opinión, y vuelvo a las andadas, no me cuadran ni siquiera, las fechas de la "Supuesta Invasión", intentémos analizarlo desde un punto de vista objetivo, ni para cristianos ni para musulmanes, para "investigadores" simplemente del hecho.
    Para empezar hay una cosa que me asombra, existen infinidad de crónicas de aquella época sobre conceptos incluso superfluos de la vida cotidiana y de sus obispados y parroquias, por ejemplo, pero no existe nada sobre esa Invasión (?), lo cual ya de por sí es muy sospechoso ¿o no?
    Tambien se dice que la fecha de "entrevista" preliminar entre arabes y cristianos, fue en guadalete en el 711, fecha de la Invasión (supuesta).
    ¿Alguien podría decirme y explicarme, que hacian los árabes tambien, conquistando e islamizando , nada menos que la India, entre el 708 al 714 (?))
    ¿Alguien podría explicarme, cómo un País (Arabia) de "segun investigaciones" aproximadamente un millon de habitantes (los mas del desierto y algo ignorantes (¿no?), pudieron conquistar India, Africa, Egipto y España (aparte de otros varios) en tan solo dos o tres décadas? (España en aquella época, tambien, segun investigadores, tenían, segun unos Diez millones de habitantes, segun otros doce, pero aun en el peor de las condiciones, Diez millones de habitantes), dejando retenes en dos Continentes y en un sinfin de ciudades conquistadas (supuestamente), para llegar hasta España, último reducto a "Conquistar". ¡Releñe, si no podían quedar ya hombres para eso! o es que salió Arabia entera (abandonándola a su suerte).
    ¿Alguien podría explicarme, como un puñado de salvajes hambrientos, conquistan un Pais a miles de kilómetros de distancia, en tan solo tres años, diezmados por los retenes que mantienen su conquistas de medio mundo, y sobre un Pais muchísimo mas numeroso que el suyo propio, con ejércitos varios de los alemanes, que todos sabemos eran muy aguerridos? Y, recordar que los romanos antes ya lo intentaron muchísimo mejor preparados, y tardaron Tres Siglos (lógico)
    ¿Creeis de verdad, que yo invento una teoria mas inverosímil, la del Unitarismo religioso y sincretismo ideológico nativo, que esa , en mi opinión, aun mas ridícula de la invasión?
    ¿Cómo se pueden explicar, por ejemplo, los restos arqueológicos de Xativa (levante español, encontrados y estudiados desde el 2004), que demuestran la permanencia de los musulmanes en nuestro Levante, aun en vida de Moahmma y mucho antes de la "supuesta" invasión, grabando en piedra, versículos del Quran?.
    No creo que esté montando una paranoia, y no creo que merezca la descalificación dialéctica que he creido sentir, antes bien, deberíamos con seriedad, medir nuestros comentarios sin grandezas, intentando desgranar un debate que en si, es una forma de investigación, y que por ello, el esfuerzo es el de investigar, no descalificar.
    Por eso mismo sería ridículo intentar "comprender" aquel pasado, como algunos muy erróneamente hacen, analizando el presente, con su petróleo y el dólar, ¡Absurdo! Los camellos no tomaban petróleo en su dieta, en la época ""de la que estamos hablando""
    Quiero dejar bien claro, que ni trato, ni intento, ni me conviene, ni lo deseo, denostar a Occidente, habida cuenta, encima, de que soy Occidental tambien, pero pienso y creo que nuestra propia y entera libertad, está comprendida en el reconocimiento de nuestra auténtica identidad, precisamente a aquella musulmana del pasado, abrazada sin violencia por identidad y sincretismo religioso hacia el concepto "Unitario".
    Ahora, ya en este tiempo, cada uno en su casa y Dios en la de todos, y formemos lo que ahora y con orgullo, si podemos afirmar desde nuestra democracia camino de la madurez ¿Que, ahora somos un País Multicultural y Multiétnico!
    Antes de despedirme afirmar que por desgracia Religión y Economía, forman un matrimonio, pienso que para mal de todos, pero ahy está.
    Y....No olvidemos, que cuando hablamos de cultura Andalusí, al menos yo, no me refiero a ninguna cultura árabe, sino a la cultura que nosotros los hispanos, supimos hacer florecer, con todas las aportaciones que nos hicieron, mas las nuestras propias, y sigo creyendo que la represión, invasión y colonización, fue por parte de aquellos alemanes (godos), contra nosotros, los españoles, sumergiéndonos en varios siglos de oscuridad.
    Y....Prisciliano llego a ser "Obipo" cristiano y......Arriano, es decir...Unitario.
    Hay un gran descorcierto y falta de conocimiento sobre el Islam (Paz), este es el continuador del cristianismo Unitario de los Sanjuanistas y Santiaguistas, que se fundieron junto a Sabeos, sufíes etc. en el propio Islam, ¿Porque sería?
    Abdel Rahman

  2. #2 AbdelRahman 04 de dic. 2005

    En un siglo habían constituido los árabes un imperio cuya extensión superaba poco más o menos los 15.000 kilómetros de longitud y su expansión por las mesetas de Asia Central se proseguía sin cesar.
    Comparada con esta gesta, la empresa del Imperio Romano o la propagación del cristianismo parecían proezas de orden secundario. Se halla el historiador ante acontecimientos únicos en la historia. Si piensa en los medios de comunicación de aquel entonces queda atónito. Sobrepasaba esta epopeya las posibilidades humanas y razón tenían los panegiristas del Islam en afirmar que había sido posible este milagro por la ayuda de la Providencia que había auxiliado a los discípulos de Mahoma. De ser así, el hecho no podía discutirse:
    Habían desplazado los muslimes a sus predecesores en los favores del Todopoderoso. Ya no eran los judíos, ni los cristianos los únicos elegidos del Señor. En sus tesis acerca de la historia universal no lograba la elocuencia de Bossuet superar este hecho evidente: Tratándose de recibir las gracias de la Providencia, el milagro musulmán excedía, ¡y en qué medida!, al milagro cristiano.
    No ha suscitado este aspecto maravilloso de tan rápida expansión del islam objeción alguna, ni por parte de los historiadores, ni de los mismos especialistas, que se han limitado a destacar tan asombroso carácter (1).
    Hasta nuestros días nadie ha puesto en duda la autenticidad de estos relatos. En todas nuestras lecturas —las que desgraciadamente no han podido agotar el tema— no hemos encontrado más que dos criterios que se oponen a lo que pudiéramos llamar la historia clásica: los estudios de Spengler que han situado el problema en su verdadero terreno y las dudas del general Brémond acerca de estas invasiones sucesivas y simultáneas. Desde un punto de vista militar hacen autoridad los argumentos de este autor porque son el fruto de un conocimiento práctico del Hedjaz y de- una experiencia guerrera del desierto; ambas enseñanzas quedan respaldadas por una dosis satisfactoria de sentido común (2).
    Para bosquejar una concepción más racional de esta gigantesca transformación social y cultural —la que nos permitirá alcanzar nuestros objetivos—, tenemos que insistir en el análisis de la expansión del Islam hacia Occidente. Nuestros conocimientos acerca de la geografía y de la historia de estas regiones, nos ayudarán a desmontar el artilugio del mito. Desvanecido, nos será entonces posible reducir los acontecimientos a escala humana. No nos adentraremos en el laberinto del Próximo Oriente. La expansión de la evolución de las ideas religiosas en Asia, el análisis de los hechos económicos, sociales y políticos, nos obligarían a desarrollar encuestas incompatibles con las dimensiones de esta obra. Por ahora, con el concurso de los trabajos más recientes indagaremos los pormenores de esta cabalgata musulmana hacia el Occidente.
    De acuerdo con lo que aseguran las crónicas, hacia 642, después de muchas dilaciones se apoderan los árabes de la ciudadela de Alejandría y acaban por dominar Egipto. País tradicionalmente rico, poseían sus habitantes una cultura propia, por su lengua y por su arte. Cristianos monofisitas, fueron llamados coptos para distinguirlos de los imperiales bizantinos, los cuales, constituyendo una minoría, hablaban griego. Se estima la población de esta nación en una cifra aproximada que oscila entre los 18 y los 20 millones de habitantes. (3)
    De ser así, se encontrarían los invasores recién llegados del desierto con una situación bastante incómoda, sumergidos por su corto número en una masa de gentes que pertenecían a un tipo racial y a una civilización distinta de la suya. Agricultores eran los egipcios, y enseña la Historia las profundas divergencias que en todos los tiempos han separado a los nómadas de los sedentarios. En cualquier caso, se nos quiere convencer de que desde una base tan poco segura han conseguido los árabes conquistar Tunicia, cuya capital, Cartago, se halla a unos tres mil kilómetros de Alejandría. Para atravesar esta enorme distancia es menester cruzar el desierto de Libia que ya pertenecía en aquellos años a las regiones más inhóspitas de la tierra. Según la historia clásica, se apoderaron los conquistadores mahometanos del norte de África con suma facilidad, como en un juego de manos. Sin embargo, los últimos trabajos de los especialistas no consideran con tan gran optimismo las etapas sucesivas de esta invasión. Concluyen estos autores que ha sido dominada Tunicia en cinco correrías que se escalonan desde 647 hasta 701; aunque ignoran todavía cómo fue realizada la última acción, la que favoreció el dominio del país.
    I. En 642, el exarca Gregorio gobernaba esta región que pertenecía entonces al Imperio Bizantino. Por razones oscuras (acaso religiosas), se independiza de su emperador, Constancio II. Aprovechándose de esta situación favorable o de acuerdo con el rebelde, Abd Allah ibn Said, gobernador de Egipto, tantea la suerte hacia el Oeste. Invade Tunicia con veinte mil hombres, cifra que parece ya exagerada, y después de haberla saqueado o desempeñado una misión desconocida, se vuelve a orillas del Nilo.
    II. En 665, tuvo lugar otra correría de la que no se sabe nada, sino que la situación general se mantuvo sin modificación.
    III. Hacia 670, aparece Sidi Ocba que se presenta generalmente como el conquistador de África del Norte; lo que es inexacto. Era un aventurero que emprendió una algara o razia en el Magreb; lo que le fue adverso, pues murió en la contienda. Según Georges Marçais, cuyos trabajos nos sirven de orientación (1946), «habiendo vencido cerca de Tlemcen a Kosaïla, el jefe de la poderosa tribu de los Awrâba, en Tunicia, obtuvo su conversión de la fe cristiana al Islam, haciéndose a la postre su amigo y su aliado» (4). En 670, establece Ocba una base militar en Kairuán que se convertirá en la ciudad más importante de la región. Enardecido por estos éxitos, se dirigió hacia el oeste y se nos dice que alanzó las partes centrales del Magreb, acaso el Océano. Pero, como no debió de encontrarse a gusto en estos lugares hostiles, volvió a sus bases. Mientras tanto se había enemistado con Kosaila al que humilló gravemente. Le preparó éste una emboscada en Tehula, no lejos de Biskra; en ella perdió la vida el conquistador. Entonces Kosaila se hizo dueño de Kairuán, de la que fue señor desde 683 hasta 686.
    IV. Un teniente de Ocba, Zohair ibn Quais, había escapado del desastre. Consiguió juntar a los suyos y se enfrentó contra el jefe bereber. Un combate tuvo lugar en Mens, hacia 686; Kosaila falleció, pero sintiéndose inseguro el árabe tomó el camino de Egipto. Cuando se acercaba a la ciudad de Barca, en Cirenaica, se enzarzó con fuerzas bizantinas que acababan de desembarcar. Sorprendido y probablemente sin recursos tras tan larga caminata por el desierto, diezmado su ejército, Quaïs murió con los suyos.
    V. En fin, en 693, el califa Abd el Malik envió a Hassan ibn en No’mar contra Berbería. Llevaba consigo cuarenta mil hombres; inexactitud de las crónicas, pues sabemos por los apuros de Montgomery en los días de los camiones cisterna, que tropa tan numerosa hubiera quedado muy pronto agotada por la sed y el hambre. Luego, sin que se nos diga, ni se nos explique cómo ocurrió, consiguen los árabes después de los desastres anteriores apoderarse del país. En 698 cae Cartago en sus manos. De 700 a 701, son aplastados los beréberes en una batalla de la que se ignoran los detalles. Tunicia es definitivamente dominada.
    No pueden ser más oscuros estos acontecimientos. No perderemos el tiempo en discutir su verosimilitud. Nos basta con una advertencia, pues se impone una deducción indiscutible: No podían dormirse sobre sus laureles los invasores. Tenían que conquistar a uña de caballo todo el norte de África, ya que diez años más tarde, en 711, debían de hallarse en guadalete, en el sur de la península, en donde estaban citados con los historiadores.
    No son pequeñas las distancias en el Magreb. Dos mil kilómetros separan Cartago de Tánger. En aquella época, según el geógrafo El Bekri se necesitaban cuarenta días para ir de Kairuán a Fez y mucho más si se elegía la ruta de la costa, camino requerido para alcanzar el Estrecho y las costas españolas (5). Mas se nos quiere convencer de que Muza ibn Nosair ha logrado la hazaña de apoderarse en pocos años de tan inmensa región, cuya orografía es complicadísima y que está poblada por una raza guerrera que en la historia ha demostrado su eficiencia. Según Marçais, el moderno historiador de Berbería, no era por aquellas fechas la situación muy brillante. «iniciada en 674, escribe, puede considerarse la anexión de estas comarcas como poco más o menos acabada hacia 710. Se había requerido nada menos que cincuenta y tres años para conseguir un resultado precario por demás; pues la era de las dificultades no había acabado y proseguiría hasta el principio del siglo IX; es decir, más de ciento cincuenta años de luchas abiertas o de hostilidades latentes, siglo y medio durante el cual había sufrido la invasión árabe fracasos que eran verdaderas quiebras. Volvía a ponerse en duda el porvenir del Islam en Occidente. Que sepamos, por lo menos dos veces, la segunda en mitad del siglo VIII, había sido reconquistado el país por los beréberes. Había que empezar de nuevo»(6).
    Dadas estas circunstancias cabe la pregunta: ¿Estaban en condiciones los árabes para invadir España en el año 711, cuando necesitarían aún más de un siglo para asegurar sus bases del norte de África? Averiguarlo no ha interesado a los historiadores. Han encontrado muy natural que hayan atravesado el Estrecho de Gibraltar y conquistado la Península Ibérica en un avemaría; es decir, 584.192 kilómetros cuadrados, la región más montañosa de Europa, en unos tres años. Era tanto más maravilloso el milagro ya que con minuciosidad suma nos indican las crónicas musulmanas el número de los invasores. Siete mil hombres bastaron a Taric para despachurrar al ejército de Roderico en la batalla de guadalete. Con dieciocho mil hombres acudió más tarde Muza, celoso de los éxitos de su lugarteniente, sin duda para que los hispanos pudieran ver un poco la cara de estos exóticos visitantes. Pues, si las matemáticas no nos engañan, a cada uno de estos veinticinco mil árabes le tocaba un poco más de 23 kilómetros cuadrados. Como no era esto suficiente para tan encumbrados héroes, se apresuraron a atravesar los Pirineos para dominar Francia.
    La victoria de Taric abrió de par en par las puertas de la Península Ibérica a los asiáticos, que la ocuparon sin mayores dificultades. Tuvo entonces lugar una mutación formidable, como en el teatro un cambio de decoración. Latina, se convierte España en árabe; cristiana, adopta el Islam; monógama, sin protesta de las mujeres, se transforma en polígama. Como si hubiera repetido el Espíritu Santo el acto de Pentecostés, despiertan un buen día los españoles hablando la lengua del Hedjaz. Llevan otros trajes, gozan de otras costumbres, manejan otras armas. No es una broma, ya que todos los autores están de acuerdo en el ínfimo número de los cristianos llamados mozárabes que vivieron bajo la dominación musulmana. Los invasores eran veinticinco mil. ¿Qué había sido de los españoles?
    Abre usted el tomo primero de la Historia de los musulmanes de España, de Levi-Provençal, publicada en 1950. A pesar de la incomprensión del «milagro», se trata de una obra notable. Pues bien, describe el autor con detalles múltiples las luchas emprendidas por los árabes entre sí, desde que pisaron el suelo de nuestra península. Están presentes todas las tribus de Arabia: los kaysíes, los kalbíes, los mudaríes, los yemeníes, ¿quién más aún? Sus rivalidades y su odio ancestral son feroces. Se traicionan, se asesinan, se torturan a placer. Terrible es la lucha, grandilocuente el desorden. De arriba a abajo queda deshecho el territorio.
    Por fin desembarca en el litoral andaluz un Omeya. Pertenece a la familia más renombrada de la Meca. Sus padres han gobernado el Imperio Musulmán. Es un puro semita, pero nos lo describen con los rasgos siguientes: era alto, con los ojos azules, el pelo rojizo, la tez blanca; en una palabra, tenía el tipo de un germano. Dada su estirpe real y arábiga, nadie atiende a sus pretensiones y tiene que echarse en cuerpo y alma por en medio de la guerra civil que impera desde hace cuarenta años; pues su autoridad moral queda tan malparada como su físico. Dotado con un genio militar indiscutible, logra ciertos éxitos que le permiten hacerse nombrar emir en la Mezquita de Córdoba (756). A pesar de acto tan audaz se ve obligado a guerrear toda su vida. Sólo con la muerte alcanzará el descanso (788).
    En otros términos, para repartirse el botín ganado con la invasión tuvieron los árabes que pelear entre sí durante setenta años. En estos tiempos estaba la península bastante poblada, sus moradores mejor repartidos por la meseta que en épocas posteriores. A grandes rasgos se puede estimar el número de sus habitantes en una cifra oscilando entre los quince y los veinte millones (7). Sabido el corto número de los invasores, resulta extraño que no se agotaran en tan larga lucha los combatientes, habiéndose matado los árabes los unos a los otros. Ahora bien, ¿qué hacían entre tanto aquellos millones de espectadores?
    En la historia tal como la cuentan los cronicones, la describen los libros de texto o la analizan los autores más recientes, los españoles han desaparecido. Solamente existen árabes. Cabe entonces preguntar: ¿Se puede escamotear de la noche a la mañana tantos millones de seres, como carta o moneda en manos hábiles?

  3. #3 AbdelRahman 05 de dic. 2005

    Como anécdotas de esas “Invasiones” Oficiales, resulta que entre el 705 al 715, se “acuerdan” de que se han olvidado de conquistar parte de la India y vuelven corriendo, para conquistar también.

    ¡Todo el Valle del Indo!

    Hasta su desembocadura. Pero…..

    ¡Recordemos que en el 711, tenían una cita con España!, tenían que cumplir con lo que mas tarde diría ¡ La historia Oficial”, que nos invadieron en el 711, con lo que tuvieron que dividirse y venir unos cuantos árabes de la India, para cumplir con su cita en guadalete, y conquistar en tan solo ¡Tres años!, toda España y parte de Francia y lo que aun es mas difícil y difícil de tragar:

    ¡Convertir a toda la población al Islam!

    Esta Invasión Oficial Árabe tipo ¡Mil y una Noche!, aun sigue, cuando nos dicen los historiadores (vendidos) que conquistan, en el 725 Autun, antes en el 729 Narbona hasta que en el 732 los frenan gracias a Carlos Martel (primera derrota árabe), y menos mal que son frenados, de lo contrario a estas fechas, aun estaríamos oyendo hablar de la famosa Invasión Árabe…

    ¡En Marte!

    Para matizar un poquito mas este Mito de la invasión, se debe añadir a esta historia el suceso del 678, en que los bizantinos con su “”Fuego Griego”” destruyeron toda la flota naval militar árabe (alguna que otra barcaza), y en su derrota, estos, deben pagar tributo a Constantinopla.

    En una palabra que sus famosas Invasiones, encima fueron sin barcos, pero eso sí……..

    ¡Disponían de Alfombras Voladoras!

    Con las que pudieron alcanzar las costas españolas.

    ¡Bueno!, me he pasado, no he sido justo con este comentario sobre las alfombras voladoras, ya que para ser justo con la seriedad que requiere la Historia de la Invasión Árabe sobre nuestras tierra, hay que ser mas serios y atenerse como siempre, a lo que dicen las crónicas oficiales, ya que al ser cierto que no disponían de flota naval la historia nos dice que el Conde D. Yulian les presta.

    “Cuatro barcazas”

    para que crucen el estrecho aquellos pocos hombre

    ¡Siete mil!

    Creo…Que….¡Todavía están cruzando el estrecho!

    ¿Ahora entiendo lo de la emigración en pateras?

    Pero, ¡cuando entran estos Invasores!

    ¿Qué ocurre con los millones de personas (hispanos), los ejércitos godos y visigóticos?........Pues…..Aparte de que este “avance árabe” no aparece en ninguna de sus crónicas (¿), no hacen..¡Nada!.

    Es muy curioso, cuando nos enteramos que en el 801 un estudiante de Córdoba, de nombre Ibn Habid, para realizar un estudio sobre las crónicas árabes y musulmanas en España, tiene que viajar a el Cairo para “”Informarse sobre la forma en que había llegado el Islam a España””

    Ya que aquí…

    ¡Nadie recordaba el tema! (¿)

    ¿Cómo es esto posible?

    Puede que aquel investigador llamado Juan Vernet se acercase un poco mas a la veracidad de los hechos, cuando nos decía:

    “”Teniendo en cuenta, que los árabes portadores del Islam original, no tenían fuerza militar suficiente, no pudieron introducir el Islam mediante la acción castrense, sino como una idea fuerza que va calando lentamente. El cristianismo no había arraigado todavía en España, y una parte muy importante de la población eran practicantes de “otras religiones”””

    El famoso investigador del tema “Invasión” Dozy, ya en 1860, nos decía de forma muy ilustrativa: “”Son auténticos cuentos de las Mil y una Noche””

    Abd el Rahman

  4. #4 AbdelRahman 18 de mayo de 2006

    INVASION O "MITO"

    Esta página pretende resucitar, aquella parte de la historia, que siempre hasta ahora, ha estado oculta para justificar ciertos intereses no muy nobles.

    Un pueblo, nunca será libre de prejuicios y condicionamientos si no reconoce sus verdaderas raíces, no para anclarse ya en ellas, pues lo pasado pasado está, sino para poder mirar al presente y hacia el futuro, con entera libertad ideológica, y con la humildad de quienes saben reconocerse como entidad cultural y étnica.

    Parece ser, que después de tantos años de dominación eclesiástica y política dictatorial, se ha conseguido “parcialmente” el abandono del conocimiento sobre nuestro pasado musulmán e islámico.

    Ya lo decía Julio Caro Baroja:

    “”Hoy parece que estamos padeciendo un barrido cultural”

    “”A veces parece, así mismo, que hay miedo a la memoria y que la fidelidad en el recuerdo es algo que asusta””

    Muchos dudan de ese pasado al que nos referimos, deseando borrar de su memoria que una vez España fue morisca, fruto del resultado de ese condicionamiento social y religioso al que nos referíamos.

    Para este perfil de personas, tan solo recordar anécdotas como las efectuadas en pleno siglo XIX, por los entonces viajeros por nuestras tierras, Richard Ford y George Borrow:

    “”Todo en España rezuma a morisco y árabe””

    Ya lo decía nuestro insigne Blas Infante:

    “”Cuando los andalusíes (Murcianos) conozcan su verdadera historia y esencia, será cuando llegaremos a obtener la fuerza necesaria para exigir el respeto que se nos debe, por tener una personalidad tan diferente de aquella que trataron de imponernos por la fuerza””

    Algunos “maliciosos” historiadores, o políticos de pacotilla, hablan de “Conquista”, refiriéndose a los árabes.

    Aunque siempre he creído que todo ese montaje fue exclusivamente, para justificar una invasión y posterior colonización en la “Reconquista” y darle visos de la grandeza que jamás tuvo ni poseyó.

    Nos dicen, por tanto, que en el año 711, 7000 árabes entraron en España por Tarifa, al mando de un general llamado Taric.

    Por otro lado entraron unos 18000 hombres, al mando del vejestorio y tambien general, Muza, que a la sazón, tenia 71 años de edad.

    En total 25000 hombres que “conquistaron” a todo un Pais y parte de Francia (¿). Y, esto teniendo en cuenta que aun no hablaban el mismo idioma , y que encima sus conquistas se realizaron en tan solo ¡ Tres años!.

    La historia nos da, tambien, el mismo ejemplo de invasión por parte de Roma, con un ejército mayor, mejor organizados, con retaguardia, e incluso con apoyo logístico (Las Galias), pero tardaron en hacer lo mismo ¡ Trescientos años! (¿)

    Los ejércitos árabes, por no tener no tenían ni herraduras para sus caballos, (aun no la habían descubierto, ni la necesitaban en el desierto).

    Si la investigación no hubiese ya, a estas alturas descubierto ese fraude de la invasión, totalmente potenciado y defendido por el clero – fascismo, el simple sentido común ya nos lo hace sugerir…..

    ¡Jamas hubo invasión árabe!

    Analicemos mas detalladamente el porqué de nuestras afirmaciones:

    Muhammad, muere en el 640, después de haber intentado pacificar y unir (sin conseguirlo totalmente) a toda la Arabia, un Pais mas pobre que España en aquella época y con una decima parte de población de nuestro territorio, que encima estaba mejor dotado militarmente a traves de ejércitos godos y visigodos en varias Taifas.

    El intento mayoritario de Muhamma era además, la transmisión de la idea sobre el Dios Único, siguiendo la Tradición Profética Abrahamánica Sinaítica, secundada por el anterior Profeta, Jesucristo.

    Ademas Arabia era un desierto con muy pocas zonas cultivables, siendo en aquella época Medina y Meca simples grandes poblados resultados del comercio.

    Aun así, la “Historia Oficial” nos dice que aquellos pocos árabes incultos (que encima estaban siempre liados en guerrillas tribales), “conquistan”:

    ¡ Toda la Siria!, tan solo cinco años antes de la muerte del Profeta, el cual aun no había conseguido la reunificación total de Arabia.

    Dos años después, en el 637, conquistan Ctesifón, en el 639 Palestina, del 639 al 641 Mesopotamia.

    La cosa no queda así, ya que como descanso entre conquista y conquista, entre el 640 al 643 ¡También conquistan todo Iran! Y en el 642 ¡Toda Alejandría! Y como aperitivo

    ¡Egipto entero!

    Encima desde Alejandría, recorren mas de tres mil kilómetros para conquistar Túnez que terminan su invasión en el 701.

    En medio de las guerras con Túnez, les da tiempo de conquistar también Trípoli en el 647 y Chipre en el 664.

    Aquel ejército de pastores, camellos y algunos caballos, tambien pasaron por la India, conquistando todo el Punjab en el 670, para luego “atravesar” todo el desierto de Libia y conquistar:

    ¡Todo el Norte de Africa!

    Como anécdotas de esas “Invasiones” Oficiales, resulta que entre el 705 al 715, se “acuerdan” de que se han olvidado de conquistar parte de la India y vuelven corriendo, para conquistar también.

    ¡Todo el Valle del Indo!

    Hasta su desembocadura. Pero…..

    ¡Recordemos que en el 711, tenían una cita con España!, tenían que cumplir con lo que mas tarde diría ¡ La historia Oficial”, que nos invadieron en el 711, con lo que tuvieron que dividirse y venir unos cuantos árabes de la India, para cumplir con su cita en guadalete, y conquistar en tan solo ¡Tres años!, toda España y parte de Francia y lo que aun es mas difícil y difícil de tragar:

    ¡Convertir a toda la población al Islam!

    Esta Invasión Oficial Árabe tipo ¡Mil y una Noche!, aun sigue, cuando nos dicen los historiadores (vendidos) que conquistan, en el 725 Autun, antes en el 729 Narbona hasta que en el 732 los frenan gracias a Carlos Martel (primera derrota árabe), y menos mal que son frenados, de lo contrario a estas fechas, aun estaríamos oyendo hablar de la famosa Invasión Árabe…

    ¡En Marte!

    Para matizar un poquito mas este Mito de la invasión, se debe añadir a esta historia el suceso del 678, en que los bizantinos con su “”Fuego Griego”” destruyeron toda la flota naval militar árabe (alguna que otra barcaza), y en su derrota, estos, deben pagar tributo a Constantinopla.

    En una palabra que sus famosas Invasiones, encima fueron sin barcos, pero eso sí……..

    ¡Disponían de Alfombras Voladoras!

    Con las que pudieron alcanzar las costas españolas.

    ¡Bueno!, me he pasado, no he sido justo con este comentario sobre las alfombras voladoras, ya que para ser justo con la seriedad que requiere la Historia de la Invasión Árabe sobre nuestras tierra, hay que ser mas serios y atenerse como siempre, a lo que dicen las crónicas oficiales, ya que al ser cierto que no disponían de flota naval la historia nos dice que el Conde D. Yulian les presta.

    “Cuatro barcazas”

    para que crucen el estrecho aquellos pocos hombre

    ¡Siete mil!

    Creo…Que….¡Todavía están cruzando el estrecho!

    ¿Ahora entiendo lo de la emigración en pateras?

    Pero, ¡cuando entran estos Invasores!

    ¿Qué ocurre con los millones de personas (hispanos), los ejércitos godos y visigóticos?........Pues…..Aparte de que este “avance árabe” no aparece en ninguna de sus crónicas (¿), no hacen..¡Nada!.

    Es muy curioso, cuando nos enteramos que en el 801 un estudiante de Córdoba, de nombre Ibn Habid, para realizar un estudio sobre las crónicas árabes y musulmanas en España, tiene que viajar a el Cairo para “”Informarse sobre la forma en que había llegado el Islam a España””

    Ya que aquí…

    ¡Nadie recordaba el tema! (¿)

    ¿Cómo es esto posible?

    Puede que aquel investigador llamado Juan Vernet se acercase un poco mas a la veracidad de los hechos, cuando nos decía:

    “”Teniendo en cuenta, que los árabes portadores del Islam original, no tenían fuerza militar suficiente, no pudieron introducir el Islam mediante la acción castrense, sino como una idea fuerza que va calando lentamente. El cristianismo no había arraigado todavía en España, y una parte muy importante de la población eran practicantes de “otras religiones”””

    El famoso investigador del tema “Invasión” Dozy, ya en 1860, nos decía de forma muy ilustrativa: “”Son auténticos cuentos de las Mil y una Noche””

    Abdel Rahman

  5. #5 Cadwaladr 19 de mayo de 2006


    "Conquista de Cordoba por los musulmanes
    Manuel Sanchez Martinez
    H de Andalucia, tomo I
    Ed. Planeta, Barcelona 1980"

    "Después de la victoria de Wadi Lakka (guadalete, Barbate o guadarranque) Tariq se dirigió a Toledo, procediendo la ocupación de varias ciudades de la Bética.
    C. Sanchez Albornoz opinaba que Tariq no pasó por Córdoba rumbo a Toledo, dejando la misión de someter aquella ciudad a Mugit al-Rumi. Sin embargo, E. de Santiago, apoyándose en el texto de Ibn al-Sabbat, entre otros, desestima esta opinión, aun admitiendo la posibilidad de que Tariq se limitase a rematar una conquista hecha previamente por Mugit. Ahora bien, si Tariq no pasó por Córdoba, ¿Cabe considerar que de Ecija se dirigiese a Cástulo pasando por Martos, Aurgi (Jaén) y Mentesa (La guardia), ocupando estos territorios? Recientemente, Aguirre Sádaba-Jiménez Mata han reconsiderado con profundidad la cuestión, llegando a la conclusión de que, si Tariq no pasó por Córedoba, debió dirigirse desde Ecija a Santiago de Calatrava para desviarse, por Porcuna y Arjona, con dirección a Cástulo. Hay que desestimar, asimismo, aquellas noticias que presentan a Tariq dividiendo su ejército y enviando destacamentos hacia Levante y Andalucía Oriental.

    Sea como sea, el hecho es que la conquistade Córdoba se realizó en principio por asalto; cuentan los Ajbar Maymu´a y el propio Ibn Al – Sabbat que Mugit al – Rumi, liberto del califa al-Walid, acampó en la alquería de Secunda, próxima a Córdoba; un pastor de los contornos explicó a Mugit las escasas condiciones defensivas de la ciudad y la existencia de un hueco en su muralla, junto a la “Puerta de la estatua” (hoy, puerta de Felipe II); una vez dentro, Mugit y los suyos fueron a sitiar al gobernador y a los 400 o 500 defensores, quienes se habían refugiado en la iglesia de San Acisclo; tras un largo asedio, el gobernador de la plaza fue capturado, la iglesia tomada tras su incendio y Córdoba entregada al control de la comunidad judía.

    http://www.cordobanostra.com/cordobanostra/historia/histmusulmana/histmusulmana.htm"


    ¿Prosigo?

  6. #6 AbdelRahman 24 de mayo de 2006

    NO PUDIERON HECHARNOS

    En época Tartésico – Ibérica, el Norte de España se encontraba aun en una era de pobreza espiritual y superstición, adorando a sus dioses bajo representaciones de objetos físicos.
    En el Centro y Sur de la península, ya “puntualizaban la noción de un Ser supremo” y Único, Creador de características anónimas y ausencia de Nombre, que caracterizaban con el Sol, Osiris o el Becerro o Carnero (de signos esotéricos conocidos).

    San Agustín veía en estos cultos de la antigüedad Tartésico – Ibérica el:
    >Presentimiento del verdadero Dios<
    (Civ. D. VIII, C.IX)
    Lo cierto y verdadero, hoy en día indiscutible, es que aquella cultura era anterior a la Europea, a la que civilizamos con el paso del tiempo.
    Aquella Cultura, digamos antigua, era también anterior a la Grecia de Pericles, al de Augusto de Roma, por supuesto a la de filósofos de la talla de Solón y contemporánea a Moisés y otros doctos como Job, e incluso a los propios Vedas de la India. Estoy hablando sí, de España.

    A un pueblo con creencias Unitarias, los primeros invasores bárbaros (Romanos), les trajeron las ideas religiosas de mas de trescientas sectas cristianas (aun no habían inventado la del catolicismo), amen de un sin número de pequeñas religiones del Estado Romano.
    Algunas de aquellas ideas, comulgaban bien con la mente religiosa de la época, cuadrando con los conceptos Unitarios. Entre ellos el que mas mella hizo en la población hispana, fue la del cristianismo arriano, que consideraba a Jesucristo como un gran Profeta, seguidor de la Tradición Abrahamánico Sinaítica, y que por supuesto no creían en su divinidad.

    Cuando las ideas Trinitarias (catolicismo) empezaron a fraguarse, sobre el siglo tres y cuatro, estas no fueron aceptadas por la generalidad de la población española, salvo por los romanos, mercenarios y otros varios.
    Al principio del siglo IV, España respiraba aires de agnosticismo y esoterismo, unas veces profundo y otras un tanto folclórico, pero que simplemente representaba en aquella época, el ansia de un Pueblo en la búsqueda de una identidad religiosa de entre mucha variedad traída por Roma.
    Así nos encontramos con el justicismo de Marco el egipcio y sus discípulos, trayendo aires frescos y exóticos, de tierras del desierto. Sus seguidores como Elpidio y la matrona Ágape.
    De aquel Agapetismo, bebió nuestro hispano famoso Prisciliano, personaje incluso admirado por Sulpicio Severo, San Agustín, San Jerónimo y San León.
    De todo este cóctel, surgieron mas tarde movimientos españoles como la de los Justos, Los Hermanos, Los Alumbrados, Los Iluminatis, etc. Inicio de las reformas ideológicas entre ellas la del Protestantismo y otros, que brillaron por toda Europa, cuando la mitad de ella pertenecía a España.

    Por el siglo IV había en nuestro suelo una gran cantidad de heterodoxos que ya molestaban a aquellos Emperadores romanos, que habían firmado la reforma Trinitaria, a través de las falsas Actas de Constantino y la tan famosa trama de Pablo y los gentiles que anteriormente propiciaron que este nuevo movimiento basado en la religión de Mitras, fuese considerado “Religión de Estado”, con el nombre de Los Católicos (Los Universales, según traducción)
    Así el Emperador Graciano en el 381 publica varios edictos contra todas las herejías (contrarios a la religión del estado), y entre favores y disfavores, Prisciliano es asesinado por la Iglesia y convertido en un Martir y Maestro de varios fuentes de pensamiento o grupos mas o menos esotéricos y organizados, algunos de ello muy secretos como, Los Perfectos, etc.
    Impregnando a España al libre pensamiento, entre el 400 al 500 de grandes ideas, junto a filósofos y algunas, como no, revueltas sociales, en un embrión del gran País que fue llamado España.

    Nuestro suelo nunca estuvo en paz, por ser muy codiciado por sus riquezas, pues por el 400, somos de nuevo invadidos por Alemanes, Vándalos, Los Alanos del Mar Caspio y los Suevos del Elba y del Oder, y entre los alemanes, los mas aguerridos fueron los visigodos o godos a secas, que recogen las migajas de Roma, convirtiendo a aquel Imperio, en el Imperio Romano Germano.
    Cuando estos sustitutos de lo romano, se apoderan de nuestra península, no lo hacen ni por la paz, ni por unión alguna de territorios que poco les importaba, ni por religión alguna. Lo hacen por ambición y los hechos que así lo demuestran, son la gran cantidad de reyes dispersos en taifas, con los que se distribuyen la península, rivalizando entre sí y fastidiando a la población que ya había comenzado a aceptar el refinamiento romano y la unión territorial.
    Estos godos alemanes, al sustituir el poder de Roma como invasora de España, nos trae la religión estatal romana, el Trinitarismo (catolicismo), que entra enseguida en contradicción con el Unitarismo seguido por la mayoría, provocando revueltas, luchas y….
    Aquellos invasores terminan por controlar todo el territorio y a pesar de ser tan solo unos doscientos mil, a los que se le añadieron casi otros cien mil, entre los vencidos a los que casi exterminan (Alanos, Vándalos, etc.) tratan de imponer costumbres y religión en forma como era de esperar baldía.

    Pero ocurrió un fenómeno curioso y es que algunos godos, familia y ejércitos, cuando se asentaban en ciertas zonas, generalmente del sur, con mas riqueza y tráfico de comercio e ideas desde la cuenca del Mediterráneo, también aceptaron de buen grado a aquel Unitarismo representado por el Arrianismo.
    De esta forma tenemos reinos de religión arriana y reinos de religión trinitaria, luchando entre sí por el poder del territorio e imposición de la religión al vencido, como era costumbre de la época, y todo esto hasta desembocar en el siglo VII, que entra con una imposición Trinitaria para todo el territorio pertenezca a quien pertenezca, a través del Concilio de Toledo III.
    Este hecho provoca recelos entre Unitarios y Trinitarios, que estos godos (sobre 6% de la población) no pueden contener, ni imponer a la mayoría de la población nativa, muy en especial en el centro y sur de España.
    En este siglo ocurre un fenómeno extraordinario, ya que surge un personaje que pone cierto orden en la filosofía y religión muy seccionada en aquella época con cismas, sectas y sectas de sectas. Considerándose un Enviado de Dios sigue fielmente la Tradición Abrahamánica Sinaítica del Profeta Jesucristo, siendo él mismo otro Profeta del Dios que llama Al Lah, mas identificado con el Unico y la Unidad que el término Dios (que ya aparecía en aquella época, totalmente antropomorfizado y como variedad del Zeus giego(Zeus=Deus)).
    Este Profeta se llamaba Mohamma y su nueva ideología se denominaba Musulmana.
    El unifica toda Arabia y muchos mas de los terrenos de Oriente Medio, influyendo en los mercaderes que recorrían todo el Mediterráneo, muy en especial a España, en el Levante y Andalucía.
    Aquella idea también Unitaria, cuaja en las costas españolas, mezclándose con las ideas arrianistas (también Unitarias) y provocando un sincretismo religioso.

    Mientras Mohamma unifica cada vez más territorios bajo la idea de la Paz (el Islam). Este concepto Islámico se pone más en boga, entre las clases más pudientes e informadas españolas, estimulando y acrecentando dicho sincretismo.

    Coincide toda esta “moda” con un acrecentamiento y hostigación entre los propios invasores godos por el tema de religión. Entrando en una guerra civil por dicho motivo. Coincide con la entrada del siglo VIII el mayor recrudecimiento de esta “Guerra civil” entre invasores y sus glebas forzosas, cuando en guadalete, son vencidos los Trinitarios, por la sección Unitaria, representada por el hijo de Tar, Tarik, godo de la provincia de Tánger, perteneciente al Obispado peninsular. En aquella guerra, fueron vencidos los seguidores de Rodrigo.
    Entró en la península Tarik junto a una gleba impresionante de bereberes, no muy a disgusto, ya que en cierto modo, pertenecían a la misma raza ibera que los peninsulares y estaban tan impregnados del sincretismo Unitario Arriano – Islam, como los peninsulares.
    Por las crónicas de la época, parece ser, que estos ejércitos godos y bereberes se sintieron como en casa y confraternizaron totalmente con la población, reformando el sincretismo aquel, hasta derivarlo a la forma más genuina islámica.

    España poco a poco se va haciendo….¡Musulmana!, marginando sobre todo por el norte, a los Trinitarios seguidores de Roma y sus Papas, representados por pequeños reinos, por supuesto de godos alemanes, e incluso a una parte de la población española sometida de la zona.
    Surge una época de esplendor y comercio además de quedar definido el tema religioso. Ocurre, que gracias al sentido de “respeto” del islámico por toda cultura que como camino valla hacia a Al Lah (Unidad), se permite entera libertad y trato así como el respeto, por el judaísmo y el cristianismo, incluso en versión sectaria católica, conviviendo en perfecta armonía las tres religiones.

    Este respeto no ocurrió en los otros reinos de taifas en manos invasoras godas, ya que estos deseaban a costa de lo que fuese menester, imponer su conquista al resto del territorio español e imponer a la fuerza su Trinitarismo, sin respeto en absoluto a ninguna otra forma de pensar.
    El deseo de posesión territorial y su dogmatismo sectario y fanático, provocó en estos Trinitarios, la necesidad del pacto y unión entre reyezuelos, acopio de dinero y material bélico, así como la obligación de parte de la población sometida a participar del servicio militar, para formar ejércitos numerosos y unidos, contra el resto de España. En esto estaban totalmente ayudados por Roma (la Vaticanista), tanto en dinero, como en apoyo moral.
    Recordemos que desde Constantino, los césares y ahora Papas, deseaban unificar toda la Europa con dominio terrenal y espiritual, bajo una sola religión, la Trinitaria.
    Es así como comienza una lucha encarnizada de invasión y colonización contra España.
    Mas tarde en tiempos de los Reyes Católicos se inventa incluso una supuesta invasión de moros, para justificar la “Reconquista” y no quedar mal ni ante la historia por su magnicidio ni ante el resto de Europa, en esto fue ayudado por el Papa de nombre Borgia, también español y gran conspirador y mujeriego.

    Cuando estos invasores del norte ayudados por las finanzas del Vaticano, se abalanzaron contra los españoles aprovechando igualmente ciertos conflictos de dominio de los mismos, se encontraron con el problema del desconocimiento de lengua, cultura y territorio, por lo que tienen que hacer uso de las ayudas exigidas de sus propios nativos, incluso para las nuevas demarcaciones territoriales de sus nuevas conquistas.
    Así podemos encontrar, como en 1172 el rey de Aragón, Alfonso I tiene que acudir a nativos como Alabez, Jusefer y Jusef Avinaran, todos mudejares viejos, para que bajo juramento según su propia legislación, diesen a conocer los términos catastrales de las Villas (en Ciurana, Archivo de la Corona de Aragón, pergamino 12, colección
    “Alfonso I”).
    Estos hechos se repitieron a lo largo del tiempo sobre las conquistas trinitarias, complotadas con los poderes oligárquicos europeos y vaticanistas, para fundar una Hispania Trinitaria, de corte europeo y Papista.
    Por ejemplo en Vélez, en 1487, en donde sus propios moradores autóctonos, bajo juramento a Al Lah, tienen que ayudar al invasor en las demarcaciones del terreno (Archivo de los Vélez)
    Los ejércitos invasores, para poder llevar a efecto su plan de colonizadores de una nueva Idea, se ven obligados a profanar las mezquitas principales, en todos los terrenos conquistados y “Purificarlas” para escarnio de la población autóctona, cantando el Te Deum Laudamus.
    Adoptando en lo posible el conocimiento de aquellos españoles, como estrategia colonizadora. Así Fray Juan de Puigventós (Dominico) es encargado de la predicación Trinitaria, en los terrenos de Valencia, pero…. ¡En árabe! (Real cédula de 1279) y en 1313 el propio Monasterio de Santo Domingo de Játiva, recibe la orden de “aprender” árabe, para su utilización contra los españoles, a la par que Jaime II prohibía a los nativos hispanomusulmanes la tenencia de armas, obligándoles al mas puro estilo colonialista; el respeto a la nueva religión católica y a la nueva política y costumbres ajenas al pueblo español.
    Dado que la predisposición racial de aquellos colonos, mas germanos y nada Unitarios, se diferenciaban atrozmente, de la población nativa española, fue evidente que en 1348 bajo penas severísimas, se prohibiese “comercio carnal” entre moros y cristianos, siguiendo con la tradición romana.
    Cuando la última parte española cae en manos del invasor Trinitario y extranjero, Granada, esta es respetada en principio, así como lengua hispana (árabe mayoritariamente), religión musulmana etc., así como costumbres propias, pero en 1499 el Arzobispo de Toledo Fray Francisco Jiménez de Cisneros, por la brava y sin respeto alguno a pactos ni edictos, impone el bautismo católico y hace uso del mayor fanatismo de la historia conocido antes del nazismo, avivando aun mas el rescoldo de la intransigencia, cuando en plena Plaza de Granada de Bibarrambla, obliga a quemar públicamente millares de libros musulmanes de los temas de religión y política, provocando insurrecciones armadas contra el invasor sin respeto a las Capitulaciones.

    Pero, vencidos aquellos hispanos, son obligados al destierro en tierras extranjeras del norte de África, aunque en mayor parte fueron dispersados en León y Castilla. Esto ocurrió con casi todos los nativos, salvo los de Ávila, Toro, Zamora, Madrid, guadalajara y Toledo, así como Teruel y Aragón, que hicieron autos de fe, y prefirieron el bautismo y la conversión forzada y de compromiso, para salvar su dignidad de habitantes legítimos de su País.
    Su reniego del Islam, fue tan solo ficticio, tal y como lo aconseja así, el propio Corán, ante situaciones semejantes, mas en el corazón humano, tan solo manda Al Lah en su divina Unidad, o Dios o como se le quiera llamar.

    Aun así muchos tuvieron que huir hacia el norte de España y hacia Berbería.
    En 1502 se expulsa de sus hogares a un gran número de hispanos vencidos, de los que aun no se habían exiliado por voluntad propia, dada la deslealtad e incumplimiento de los pactos, por parte cristiana, y del hostigamiento constante a que fuimos, los españoles, sometidos.
    En aquel exilio forzado se impuso, aun una nueva Orden cristiana, para mayor escarnio, ¡Los hijos e hijas menores de catorce años, debían quedarse con los invasores, para ser adoctrinados en la fe que portaban!......

    En tiempo del Emperador Carlos I, surge otra guerra, entre aquellos invasores, considerados “Nobles” contra el pueblo llano y morisco (el español), llamándose mas tarde a aquellas guerras, en su justo nombre que relaciona hábilmente el carácter del invasor, como;
    “Guerras de las “”Germanías”””
    Guerras que fueron incitadas por el propio Papa Clemente VII, que desde Roma, exhortaba a la expulsión de España, a todos los significativos moriscos y mudéjares españoles, ya que consideraba a esta Nación, como parte de ;
    “”Sus Estados”
    Igualmente Francisco I de Francia, vendido al poder de Roma, clamaba desde su tierra, hechándole en cara a Carlos I, el que tuviese en casa a;
    “Enemigos de la fe católica”

    Así, se obligó al mas puro estilo nazi, a un magnicidio semejante único en la historia del Mundo. A aquellos pobladores milenarios de su tierra, se les obligó a llevar cosidas en la ropa, (preferentemente en los sombreros) la media luna en azul, respetando aparentemente a los “conversos” que eran llamados moriscos o cristianos “nuevos”, para así poder diferenciarlos de la mayor parte de “cristianos viejos”, de procedencia germana y aria, y vencedora.

    Aquellos españoles, continuaban en secreto, usando de su lengua y religión musulmana. Pero……
    Cuando sube al trono Felipe II, este se encuentra con un País sometido y conquistado, pero en un estado lamentable, y en continua alerta ante el invasor y sus sistemas colonialistas, que obligaban a la huida de nativos a las sierras de Guadix, Baza y Almería, e incluso a la misma Granada (en pleno siglo XVI) y en 1566 al resto del derrotado pueblo, se les da un muy limitado plazo, para su total conversión y adaptación de lengua castellana usos, ropas etc.

    Aquel veredicto, motivó a varios interlocutores españoles para que “negociasen” contra el invasor, famoso entre ellos fue la figura de Francisco Nuñez Muley, que habló directamente al Presidente de la Cancillería D. Pedro Deza, sobre el inconveniente de tales restringidas y represivas leyes.
    Haciendo caso omiso a las quejas de la población y expirando el plazo señalado, aquellos españoles de forma patriótica y con muy poco que perder ya, se levantaron en armas al grito de:
    “No hay mas Dios que Dios y Mohamma es su Profeta”

    En 1568 nombran como Rey de España a Fernando de Valor bajo el nombre de Aben Humeya, resucitando el Islam de nuestros abuelos, que jamás habían abandonado (Moriscos de España, Real Academia de la Historia de 1857)

    La rebelión, pronto se extendió desde la Alpujarra a Ujicar, Andalucía, Mairena, Neclit, Medina de Buen Varón, Jubiles, Paterna, Portugués, Pitros, Dalias y Picena; en Murtas, Canjayar y Padules, en Oañez y Fondón y….
    Hubo grandes victorias contra los germanos y castellanos mercenarios en, Lanjarón, Jubar, Bayarcal, Bercuel, Conchar y Poqueira, Guecija, Jorairata, Soportuxar, Santa Cruz, Serón, Verja, Adra y un largo etc.
    También se extendió aquél levantamiento patriótico a Almería, Murcia, el Marquesado del Zenete, la Serranía de Ronda, Vélez Málaga, etc.
    Los antes conquistadores, se reorganizan junto al Marqués de Mondéjar en enero de 1569, montando un gran ejército mercenario y bien apertrechado militarmente, gracias al apoyo de las cortes católicas de toda Europa.
    Estos recuperan Orjiva y mas tarde Poqueira, Pitrus y Jubiles. Ujícar, Radiar, Paterna y Andarax.
    Este ejército compuesto por lo peor de lo peor de la chusma mercenaria extranjera y algunos nacionales, se dedican a pasar a cuchillo a los niños, ancianos y mujeres españoles, sin distinción alguna, incluso de los que se habían “convertido”. A los que se rendían se les ajusticiaba in situ, vilmente asesinados.

    Es tal la crueldad dimanada por estos cristianos, que algunos las comparan a la de los Caballeros Templarios, cuando en la Plaza de Jerusalén, pocos siglos antes, “degüellan” a mas de tres mil personas, niños y ancianos, también mujeres y hombres de bien, por tan solo pertenecer a la Religión de un solo Dios, “la Musulmana”.

    Aquel exceso, motivó incluso la sorpresa y escándalo de uno de los monarcas invasores, que se ve obligado a mandar a su propio hermano (extranjero como él) de nombre Juan de Austria, que junto a un numeroso ejército, con muchos austriacos, deben imponer orden, destituyendo al Marqués de Mondéjar y frenando los abusos cometidos contra los españoles.
    De esta forma se vuelve a montar otro frente contra España, por parte del de Austria y el Marques de los Vélez, pero para no tener en retaguardia (de la Alpujarra) a ningún hispano presto a defender a sus hermanos y tierras, manda “desalojar” como medida de precaución, a los moradores de Granada.

    El historiador; Mármol comentaba :

    “La tristeza de ver a hombres y mujeres de todas las edades, cabezas bajas, manos cruzadas y rostros bañados en lágrimas, con semblantes dolorosos y tristes, viendo que dejaban sus hogares, sus familias, su Patria, sus haciendas y tanto como tenían”

    Aquellos barrios solos, tristes y abandonados. A aquella medida se le sumaron los de Borge, Comares, Cutar y Benamargosa, conduciéndoles al centro de España, diseminándolos por doquier.

    Fueron en gran número a parar al centro de la Mancha y a ambas Castillas, arraigándose muchos de ellos en Castellar, Villamanrique, Valdepeñas, Ciudad Real y Almagro.

    El ejército patriótico, último reducto de defensa, fue poco a poco vencido por las huestes alemanas de Juan de Austria, bajo las órdenes de Felipe II, expulsándolos a todos de la Alpujarra, de Granada, de toda su Vega, los del Valle de Lecrín, los de la Sierra de Bentomiz, Ajarquía y Hoya de Málaga, Marbella y Serranía de Ronda.
    Todos fueron enviados y repartidos por Extremadura y Galicia.
    Los de Baza, Huescar, Guadix y Río Almanzora fueron llevados a la Mancha y Castilla la Vieja, los de Almería, Tabernas y de más pueblos, al otro lado del guadalquivir, en el Reino de Sevilla.
    En 1592, las Cortes extranjeras de Madrid, aun tratan de extirpar, reprimir, dispersar y agotar al resto de españoles vencidos (los moriscos).
    Aragón fue uno de los últimos reductos en ser desarmada su población, ya en 1593.

    Durante el siglo XVII, los moriscos repartidos por todo el suelo peninsular, continuaban tratando de levantarse en justa defensa de su patria, negociando con turcos y bereberes, en ciudades como Argel y Túnez, mientras que la parte colonizadora trataba de inculcar su lengua, fe, costumbres, etc., a través de los doctores de su Iglesia y ayudados por la Inquisición.
    A principios del siglo XVII, los españoles moriscos de Valencia, trataban incluso con los franceses de Bearne y del Rosellón, mientras un nuevo rey, Felipe III, seguía conspirando contra España.

    Aquellos patriotas fueron descubiertos por el Estado policial e inquisitorial de los nuevos Amos de España, ya de forma irreversible, y presos en las diversas cárceles, así vemos caer a nuestros éroes nacionales, como Pascual de Santistéban, Martín de Iriondo, Fernando de Echarrin, Pedro de san Julian, Miguel Alamin y Pedro Cortés. De nada les sirvió la petición de ayuda a los de Cataluña, Aragón y Castilla ni el trato con turcos y berberiscos, la represión fue espantosa, motivando incluso la huida de españoles moriscos de Úbeda, Baza y Villa Quesada, trasladándose a Francia junto a mujeres y niños, otros emigraron por toda España haciéndose pasar unos por mendigos, otros por gitanos, otros por extranjeros colonos e incluso algunos, por bandoleros, algunos marcharon al norte de África e Italia, huyendo de lo que ya se sabía, expulsión forzada y sin condiciones, tal y como sucedió en la Nueva España, por mediación del Duque de Lerma.

    Es muy curioso conocer que el censo de moriscos de España, compuesto para su forzada expulsión, fue de unos doce millones de moriscos. Lo que demuestra simplemente, que se referían estos extranjeros, a los “”Nativos todos españoles”
    Se calcula que fueron expulsados unos quinientos mil, de los que el sesenta por ciento, volvieron de nuevo a su hogar mas tarde, como era de esperar.
    Aquel concepto de “la Expulsión” también fue falso y un mito político.
    Siempre ha habido dos Españas, las de sus auténticos pobladores iberohispanomusulmanes y la de los extranjeros alemanes, arios y mercenarios, así como algunos conversos, que más tarde olvidaron, su origen y fe.
    Si muchos de aquellos invasores colonos, protegieron en principio a estos moriscos, no fue nunca por respeto, sino para no empobrecerse con la ausencia laboral de tan rica mano de obra y pagadora de impuestos y especias.

    Un historiador de la época comentaba así:

    >>Dedicados los moriscos (los nativos) al ejercicio de la agricultura, del comercio, de los oficios mecánicos y de las artes útiles, de que habían llegado a hacerse casi los dueños; económicos, sobrios y frugales, si se quiere, hasta rayar en avaricia y en miseria; sin lujo en las casas ni en los vestidos, a pesar de los enormes impuestos con que estaban grabados, habían ido acaparando el dinero, y adquiriendo un bienestar que aventajaba en mucho a los de los invasores o cristianos viejos, que eran “menos laboriosos” y mas pródigos que ellos.
    He aquí una de las cosas que, aparte del principio religioso influían mas en la animadversión con que los moriscos eran mirados por la población cristiana<<
    (Historia General de España, por D. Modesto Lajuente)

    Ya en el siglo XVII, adentrado en el, la expulsión total es llevada a cabo, como antes hemos mencionado, danto un total aproximado de expulsados reales de un 24,6% de moriscos.
    Y, es que lógicamente España al ser tierra de moriscos, no podía quedarse “totalmente” abandonada, tenemos que recordar, que al principio de esta historia, ya se calculaba una población (en el siglo VIII) de unos cinco millones de habitantes como mínimo, con un invasor armado, godo de unos doscientos mil efectivos, a los que se sumó unos cien mil mercenarios de entre los vencidos, representando estos invasores un 6% de la población total nativa. Esta población de un 94%, es la que se hace poco a poco musulmana, salvo algunos judíos y cristianos no politeístas (Unitarios)

    Entre expulsiones y persecuciones, se termina acallando la verdadera cultura hispana, la de Alandalus, entramos en el siglo XVIII con los resquicios de nuestra cultura, pero doblegados en Otra España, que por su falta de cultura e ideal “nativo” se sumerge en pobreza, la peste y la falta de alegría.

    Tan solo en secreto continúan ciertas táriqas musulmanas funcionando hasta la actualidad, y las gentes acostumbradas a creer las mentiras que le contaron desde niños, odian a lo musulmán y arremeten contra el Islam, como si de la peste se tratase, olvidando el mayor esplendor para nuestro orgullo, que impregnó a toda Europa, en letras, ciencias y artes.

    Casi mil años de una cultura definida y libertaria, contra algo mas de trescientos de dominación y obligación bajo pena de muerte o tortura, de profesar una religión y costumbres “distintas a las de nuestros abuelos”
    ¡Saludemos al invasor!
    ¡Olvidemos nuestro pasado!
    Andel Rahman

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