Autor: Alberto Polanco
jueves, 15 de noviembre de 2001
Sección: Lenguas
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Origen del Español

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1. Período Preromano

2. Incógnita en la información de la lengua española

¿Ha reflexionado alguna vez sobre la lengua que habla?, Si la respuesta es positiva, seguramente las preguntas que se habrá hecho pueden ser las siguientes: ¿De dónde proviene? ¿Cómo se integró? ¿Que relaciones tiene con otros idiomas? ¿Quiénes la hablaron primero? ¿Cómo ha evolucionado?, Etc. Estas interrogantes que aún están sin respuesta, y muchas más, intentaré explicárselo conforme adentramos en el tema.

Orígenes Los orígenes de nuestra lengua se remontan muchos siglos antes de nuestra era. Se supone que los primeros habitantes de lo que hoy es la península ibérica (España y Portugal), se establecieron a los lados de los Pirineos (cadena montañosa entre Francia y España). Estos grupos humanos hablaron una lengua que sobrevive en el idioma vasco (Se habla vasco en Vasconia, región de España).

En otra región geográfica -Costa de Levante- se establecieron los Iberos, de cuyo nombre tomó el propio la península. Su cultura probablemente provenía de las costas africanas. Tartesios La civilización Tartesia - influida por comunidades étnicas venidas de Orientes - se estableció en lo que actualmente es la región sur de Portugal y la parte baja de Andalucía. Se sabe que tal cultura predominó durante muchos siglos.

3. Fenicios y griegos

Los fenicios, venidos de Cartago, fundaron en el año 1110 A.C. la hoy ciudad de Cádiz, al sur de la península, a la que llamaron Gadir, posteriormente los romanos la llamaron Gades y los árabes, Qádis. La palabra gadir es de origen púnico y quiere decir recinto amurallado. Otra ciudad importante nacida a merced de los fenicios fue Málaga (Málaka: factoría, fábrica). Los griegos, desterrados del sur por los fenicios, se establecieron en la región de Levante. Ahí fundaron ciudades importantes como Lucentum, hoy Alicante, y Emporion, Ampurias. Estas dos influencias: la fenicia y la griega, propiciaron el desarrollo del arte ibérico, tanto en numismática como en escultura. La famosa Dama de Elche ha quedado como muestra del aculturamiento griego por parte de los iberos.



4. Ligures

Por lo que toca a las regiones del Centro y Noroeste, no se puede definir con exactitud qué grupo o grupos humanos llegaron a colonizar. Existe la hipótesis de una inmigración ligur (proveniente del Norte y Centro de Italia de la región de la Provenza. Dicha suposición se ha sostenido debido a los toponímicos (nombres de lugares) encontrados en diversas partes de España. Son característicos, aunque no exclusivos del idioma ligur, los sufijos "-asco", "-osca" y "-usco", por ejemplo: "Viascón", hoy Pontevedra; "Tarascón": Orense, "Piasca": Santander, "Beascos": Murcia, "Orusco": Madrid, "Biosca": Lérida. El sufijo "-ona", también es de origen ligur, por ejemplo: Barcelona, Tarazona, etc.

5. Celtas

Los celtas invadieron Hispania en el siglo VII A.C. procedentes del sur de Alemania. Se establecieron en Galicia, sur de Portugal y en la región llamada Sierra Morena. Más tarde se mezclaron con los iberos en el centro y Bajo Aragón, y formaron una región llamada Celtiberia. Los toponímicos de origen céltico son muchos. Casi todos ellos tienen nombres guerreros. Entran como elementos informativos de las palabras, las voces: "briga", que significa fortaleza, y "sego" o "segi" que indican victoria, por ejemplo: "Conimbriga": Coimbra, "Lacobriga": Carrión, "Seguvia": Segovia. La palabra "dunum", es sinónimo de "briga"; aquel elemento también entró en la formación de toponimias. Dichos lugares se encuentran localizados tanto en la región central como en la oriental de los Pirineos, por ejemplo: "Navardúm": Zaragoza, "Salardú": Lérida.

Carencia de unidad lingüística prerromana. No se puede hablar de una unidad lingüística en la península ibérica antes de la llegada de los romanos. Los alfabetos ibéricos y taresio sirvieron cada uno para diversas lenguas. Los grupos colonizadores conservaron y extendieron cada uno su propia lengua: griegos, fenicios, cartagineses, celtas, etc. Además de los idiomas mencionados hay que agregar el vascuence. La lengua vascuence El vascuence, lengua que hasta la fecha se ha conservado, y que no tiene relación lingüística con los demás que se hablaron y hablan en España, es un idioma cuyo origen es muy discutido todavía. Hay tres tesis:


El vascuence es de procedencia africana. Presenta coincidencias decisivas con las lenguas camíticas: bereber, copto, cusita y sudanés.


El vascuence es originario de la región del Cáucaso. Su estructura gramatical tiene mucha similitud con las lenguas caucásicas.


El vascuence es una lengua mixta. Se parece a los idiomas caucásicos en su estructura y origen. Incorporó numerosos elementos camíticos de las lenguas ibéricas, así como celtismos y, finalmente, abundantes latinismos.

La segunda y tercera teorías son las que se sostienen en la actualidad (mucho se debe a presiones de algunos "expertos", orientadas a alejarlo lo más posibles de orígenes africanos). El vascuence, desde su origen hasta el siglo X, fue una lengua que se transmitió por tradición oral. Textos más o menos amplios aparecen hasta el siglo XVI, pero sin llegar a tener la calidad de lengua culta. En nuestros días mantiene su primaria estructura gramatical, pero se ha visto sometida a la influencia del latín y de las lenguas romances. El vascuence ha dado lugar a muchos dialectos. Son de origen vasco numerosos toponímicos localizados principalmente a lo largo de los Pirineos. Para la composición de muchas palabras entraron en función los sufijos éuscaros (vascos): "berri": nuevo, "gorri": rojo, "erri":quemado. Nombres de origen vasco son: Urquiza, Ezquerra, Iruecha, Garray, etc. El vascuence es la única lengua prerromana que tiene vigencia en la actualidad. Se habla en las provincias españolas de Vizcaya y Guipúzcoa.

6. Los romanos

Los romanos emprenden la conquista de Hispania en el año 206 A.C. Antes, en el 218 A.C., los Escipiones habían desembarcado en Ampurias. La pacificación fue completa hasta el año 19 A.C., cuando Augusto sometió definitivamente a los cántabros y astures. Así, Roma, al conquistar nuevas tierras, acababa con las pugnas entre tribus, pueblos y ciudades, imponiendo su cultura, que traía el concepto de la ley y la ciudadanía. Los romanos eran maestros en administración y derecho. Debemos recordar que el Derecho Romano sentó las bases de las legislaciones occidentales. Tampoco debemos olvidar que construyeron admirablemente calzadas, puertos, puentes y acueductos que aún están en pie. De hecho, los romanos transformaron completamente el modo de vida de los habitantes de Hispania, llevando a dicho pueblo no sólo las formas de vida latinas, sino la cultura griega, que ellos habían adquirido cuando conquistaron la región helvética. Muy pronto empezaron a levantar ciudades latinas en la península ibérica; en 206 A.C. fundaron Itálica. Se extendieron rápidamente por diversas regiones del país colonizado. Ya en el año 90 A.C., nativos de Salduia (Zaragoza) luchaban como hermanos al lado de los romanos en la guerra social de Italia.

7. El Latín

El latín lengua oficial de los romanos, se impuso rápidamente como instrumento de comunicación en todo el Imperio Romano. Los toponímicos indican que también hubo mezcla de elementos romanos con celtas y vascos. Por ejemplo "Gracchurris" (Alfaro) se formó del nombre de sus fundador Tiberio Sempronio Graco y de la palabra vasca "urris". Elementos romanos y celtas se combinaron para formar: Caesarbriga (Talavera) y Juliobriga (cerca de Reinosa) y Augustobriga (Ciudad Rodrigo). El latín, idioma claro y preciso, enérgico, práctico y ordenador, adquirió gracia cuando tuvo contacto con la lengua griega, Hispania fue testigo del florecimiento de la literatura latina que imitó, haciéndolos suyos, los modelos de los grandes maestros griegos. De esta manera, muchas palabras de origen griego han pasado a nuestro idioma en este periodo por medio de la imposición del latín. Por ejemplo: "philosophia" : filosofía, "poesis" : poesía, "mathematica" : matemática, "chorus" : coro, etc.

8. Lenguas indoeuropeas

El latín pertenece a las llamadas lenguas itálicas que se hablaron antes de Cristo en la península del mismo nombre. A su vez, dichas lenguas itálicas pertenecían al indoeuropeo, originario de casi todas las lenguas que se hablan en Europa. Además de latín son indoeuropeas: las lenguas célticas (que se hablaron en Hispania y hoy en Bretaña) y en la Gran Bretaña (irlandés, galés, escocés); las lenguas germánicas (el desaparecido gótico, los modernos alemán, inglés, holandés); las lenguas eslavas (ruso, polaco, checo, búlgaro y serbocroata), la lenguas escandinavas y también el griego y el albanés. Las lenguas que se hablan y hablaron en Europa que no pertenecen a la familia indoeuropea, son: el etrusco (desaparecido), el finlandés, el lapón, el estoniano, el húngaro y el vascuence, fuera de Europa, pertenecen al tronco indoeuropeo el grupo de lenguas indias y el persa. De lo que se concluye que gran parte del mundo actual tiene uno mismo antepasado lingüístico.

9. Forma de la lengua latina

Existieron dos clases de latín: el culto y el vulgar. El primero era usado por los escritores y gente preparada; el vulgar era hablado por el pueblo de Roma. Este fue el que se impuso en todas las colonias. Dicho latín presentaba diversas modalidades según la época de conquista del territorio, la procedencia de distintas regiones de la península itálica, la cercanía o lejanía de comunicación con la metrópoli, etc. De este modo, en cada territorio conquistado -no se puede usar todavía el concepto de nación- la lengua impuesta adquirió diversos matices de expresión. Con el devenir del tiempo, la evolución del latín vulgar, al lado de la conformación de las naciones, vino a dar lo que hoy llamamos lenguas romances, románicas o neolatinas: español, francés, italiano, provenzal, catalán, gallego-portugués, retrorrománico, rumano y sardo. En la actualidad el latín convertido en lenguas romances, sobrevive con diversas modalidades en España, Francia, Portugal, Italia, Bélgica, Suiza, Rumania, Hispanoamérica, sur de Estado Unidos, Filipinas y en otros muchos lugares del orbe, a donde fue llevado por los conquistadores españoles, portugueses y franceses, así como por los judíos sefardíes que fueron arrojados de España.

10. Fin de la dominación romana

La dominación romana terminó en el siglo V d.C., cuando desmembró el imperio. En nuestros días lo que se conserva de las lenguas prerromanas son unos cuantos sufijos: -arro, -orro, -urro: nuharro, machorro, baturro, -asco: peñasco. Se presume que los sufijos -az, -ez, -oz, que abundan en la toponimia peninsular española, también pertenecen al período estudiado. En el mismo caso está la "-z" terminal de los apellidos.

11. El origen, en otras palabras

Como dice Menéndez Pidal "la base del idioma es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo III a.C., que se impuso a las lenguas ibéricas" y al vasco, caso de no ser una de ellas. De este substrato ibérico procede una serie de elementos léxicos autónomos conservados hasta nuestros días y que en algunos casos el latín asimiló, como: cervesia > cerveza, braca > braga, camisia > camisa, lancea > lanza.

Otros autores atribuyen a la entonación ibérica la peculiar manera de entonar y emitir el latín tardío en el norte peninsular, que sería el origen de una serie de cambios en las fronteras silábicas y en la evolución peculiar del sistema consonántico. Otro elemento conformador del léxico en el español es el griego, puesto que en las costas mediterráneas hubo una importante colonización griega desde el siglo VII a.C.; como, por otro lado, esta lengua también influyó en el latín, voces helénicas han entrado en el español en diferentes momentos históricos.

Por ejemplo, los términos huérfano, escuela, cuerda, gobernar, colpar y golpar (verbos antiguos origen del moderno golpear), púrpura (que en castellano antiguo fue pórpola y polba) proceden de épocas muy antiguas, así como los topónimos Denia, Calpe. A partir del Renacimiento siempre que se ha necesitado producir términos nuevos en español se ha empleado el inventario de las raíces griegas para crear palabras, como, por ejemplo, telemática, de reciente creación, o helicóptero. Entre los siglos III y VI entraron los germanismos y su grueso lo hizo a través del latín por su contacto con los pueblos bárbaros muy romanizados entre los siglos III y V.

Forman parte de este cuerpo léxico guerra, heraldo, robar, ganar, guiar, guisa (compárese con la raíz germánica de wais y way), guarecer y burgo, que significaba 'castillo' y después pasó a ser sinónimo de 'ciudad', tan presente en los topónimos europeos como en las tierras de Castilla, lo que explica Edimburgo, Estrasburgo y Rotemburgo junto a Burgos, Burguillo, Burguete, o burgués y burguesía, términos que entraron en la lengua tardíamente. Hay además numerosos patronímicos y sus apellidos correspondientes de origen germánico: Ramiro, Ramírez, Rosendo, Gonzalo, Bermudo, Elvira, Alfonso. Poseían una declinación especial para los nombres de varón en -a, -anis, o -an, de donde surgen Favila, Froilán, Fernán, e incluso sacristán. Junto a estos elementos lingüísticos también hay que tener en cuenta al vasco, idioma cuyo origen se desconoce, aunque hay varias teorías al respecto.

Algunos de sus hábitos articulatorios y ciertas particularidades gramaticales ejercieron poderosa influencia en la conformación del castellano por dos motivos: el condado de Castilla se fundó en un territorio de influencia vasca, entre Cantabria y el norte de León; junto a eso, las tierras que los castellanos iban ganando a los árabes se repoblaban con vascos, que, lógicamente, llevaron sus hábitos lingüísticos y, además, ocuparon puestos preeminentes en la corte castellana hasta el siglo XIV. Del substrato vasco proceden dos fenómenos fonéticos que serán característicos del castellano.
La introducción del sufijo -rro, presente en los vocablos carro, cerro, cazurro, guijarro, pizarra, llevaba consigo un fonema extravagante y ajeno al latín y a todas las lenguas románicas, que es, sin embargo, uno de los rasgos definidores del sistema fonético español; se trata del fonema ápico-alveolar vibrante múltiple de la (r).

La otra herencia del vasco consiste en que ante la imposibilidad de pronunciar una f en posición inicial, las palabras latinas que empezaban por ese fonema lo sustituyeron en épocas tempranas por una aspiración, representada por una h en la escritura, que con el tiempo se perdió: así del latín farina > harina en castellano, pero farina en catalán, italiano y provenzal, fariña en gallego, farinha en portugués, farine en francés y faina en rumano; en vasco es irin. La lengua árabe fue decisiva en la configuración de las lenguas de España, y el español es una de ellas, pues en la península se asienta durante ocho siglos la dominación de este pueblo. Durante tan larga estancia hubo muchos momentos de convivencia y entendimiento. Los cristianos comprendieron muy pronto que los conquistadores no sólo eran superiores desde el punto de vista militar, sino también en cultura y refinamiento. De su organización social y política se aceptaron la función y la denominación de atalayas, alcaldes, robdas o rondas, alguaciles, almonedas, almacenes.


Aprendieron a contar y medir con ceros, quilates, quintales, fanegas y arrobas; aprendieron de sus alfayates (hoy sastres), alfareros, albañiles que construían zaguanes, alcantarillas o azoteas y cultivaron albaricoques, acelgas o algarrobas que cuidaban y regaban por medio de acequias, aljibes, albuferas, norias y azadones. Influyeron en la pronunciación de la s- inicial latina en j- como en jabón del latín 'saponem'. Añadieron el sufijo -í en la formación de los adjetivos y nombres como jabalí, marroquí, magrebí, alfonsí o carmesí. Se arabizaron numerosos topónimos como por ejemplo Zaragoza de "Caesara(u)gusta", o Baza de "Basti". No podría entenderse correctamente la evolución de la lengua y la cultura de la península sin conceder al árabe y su influencia el lugar que le corresponde. Si consideras que esta información es insuficiente o estás interesado en conocer más de la historia del idioma español, por favor envíame un correo y con gusto ampliaré el tema.

12. ¿Castellano o Español?

Esta lengua también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla. Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del Estado Español, pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su vez de consideración oficial dentro del territorio de sus comunidades autónomas respectivas; son esos hablantes bilingües quienes proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua, castellano entendido como 'lengua de Castilla'.

En los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no plantean dificultad especial a la hora de entender como sinónimos los términos castellano y español. En los primeros documentos tras la fundación de la Real Academia Española, sus miembros emplearon por acuerdo la denominación de lengua española. Quien mejor ha estudiado esta espinosa cuestión ha sido Amado Alonso en un libro titulado Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual de tres nombres (1943). Volver a llamar a este idioma castellano representa una vuelta a los orígenes y quién sabe si no sería dar satisfacción a los autores iberoamericanos que tanto esfuerzo y estudio le dedicaron, como Andrés Bello, J. Cuervo o la argentina Mabel Manacorda de Rossetti. Renunciar al término español plantearía la dificultad de reconocer el carácter oficial de una lengua que tan abierta ha sido para acoger en su seno influencias y tolerancias que han contribuido a su condición. Por otro lado, tanto derecho tienen los españoles a nombrar castellano a su lengua como los argentinos, venezolanos, mexicanos, o panameños de calificarla como argentina, venezolana, mexicana o panameña, por citar algunos ejemplos. Lo cual podría significar el primer paso para la fragmentación de un idioma, que por número de hablantes ocupa el tercer lugar entre las lenguas del mundo. En España se hablan además el catalán y el gallego, idiomas de tronco románico, y el vasco, de origen controvertido. Sergio Zamora B. Guadalajara, Jalisco, México 1999

13. El español ayer y hoy

En la formación del español cabe distinguir tres grandes períodos: el medieval, también denominado del castellano antiguo, fechado entre los siglos X al XV; el español moderno, que evolucionó desde el sigloXVI a finales del XVII, y el contemporáneo, desde la fundación de la Real Academia Española hasta nuestros días.

14. El castellano medieval

El nombre de la lengua procede de la tierra de castillos que la configuró, Castilla, y antes del siglo X no puede hablarse de ella. Por entonces existían cuatro grandes dominios lingüísticos en la Península que pueden fijarse por el comportamiento de la vocal breve y tónica latina o en sílaba interior de palabra como la o de portam que diptongó en ué en el castellano, puerta, y vaciló entre ue, uo y ua en el leonés y aragonés (puorta) y mozárabe (puarta). En términos generales, se mantuvo la o del latín (porta) en la lengua del extremo occidental, el galaico-portugués -del que surgiría el gallego y el portugués-, y en el catalán del extremo oriental, que ejercería su influencia posterior por las tierras mediterráneas, fruto de la expansión política.

El castellano fue tan innovador en la evolución del latín como lo fueron los habitantes de Castilla en lo político. A esta época pertenecen las Glosas Silenses y las Emilianenses, del siglo X, que son anotaciones en romance a los textos en latín: contienen palabras y construcciones que no se entendían ya. Las primeras se escribieron en el monasterio benedictino de Silos, donde para aclarar el texto de un penitencial puede leerse "quod: por ke", "ignorante: non sapiendo"; las Glosas Emilianenses se escriben en el monasterio de San Millán de la Cogolla o de Suso.


En el sur, bajo dominio árabe, hablaban mozárabe las comunidades hispanas que vivían en este territorio y conservaron su lengua heredada de épocas anteriores. La mantuvieron sin grandes alteraciones, bien por afirmación cultural que marcara la diferencia con las comunidades judía y árabe, bien por falta de contacto con las evoluciones que se estaban desarrollando en los territorios cristianos. En esta lengua se escriben algunos de los primeros poemas líricos romances: las jarchas, composiciones escritas en alfabeto árabe o hebreo, pero que transcritas corresponden a una lengua arábigo-andaluza.

De los cambios fonéticos que produjeron en esta época en el castellano, el más original consistió en convertir la f- inicial del latín en una aspiración en la lengua hablada, aunque conservada en la escritura. El primer paso para convertir el castellano en la lengua oficial del reino de Castilla y León lo dio en el sigloXIII AlfonsoX, que mandó componer en romance, y no en latín, las grandes obras históricas, astronómicas y legales.


El castellano medieval desarrolló una serie de fonemas que hoy han desaparecido. Distinguía entre una -s- sonora intervocálica, que en la escritura se representaba por s, como en casa, y una s sorda, que podía estar en posición inicial de palabra como silla, o en posición interna en el grupo -ns-, como en pensar o en posición intervocálica que se escribía -ss- como en viniesse.


Las letras ç y z equivalían a los sonidos africados (equivalente a ts, si era sordo, y a ds, si era sonoro), como en plaça y facer. La letra x respondía a un sonido palatal fricativo sordo, como la actual ch del francés o la s final del portugués y también existía correspondiente sonoro, que se escribía mediante j o g ante e, i: así dixo, coger, o hijo. Distinguía entre una bilabial oclusiva sonora -b-, que procedía de la -p- intervocálica del latín o b de la inicial sonora del latín (y que es la que hoy se conserva), y la fricativa sonora, que procedía de la v del latín, cuyo sonido se mantiene hoy en Levante y algunos países americanos.


Desde el punto de vista gramatical ya habían desaparecido las declinaciones del latín y eran las preposiciones las que señalaban la función de las palabras en la oración. El verbo haber todavía tenía el significado posesivo tener, como en había dos fijos y se empleaba para tener y para formar las perífrasis verbales de obligación que originarían a partir del siglo XIV los tiempos compuestos; por eso, entre la forma del verbo haber y el infinitivo siguiente era posible interponer otro material léxico, hoy impensable, como en "Enrique vuestro hermano había vos de matar por las sus manos".


Los adjetivos posesivos iban precedidos de artículo, como aún hoy ocurre en portugués; así, se decía los sus ojos alza. El español del siglo XII ya era la lengua de los documentos notariales y de la Biblia que mandó traducir Alfonso X; uno de los manuscritos del siglo XIII se conserva en la biblioteca de El Escorial. Gracias al Camino de Santiago entraron en la lengua los primeros galicismos, escasos en número, y que se propagaron por la acción de los trovadores, de la poesía cortesana y la provenzal.

15. El castellano moderno

La publicación de la primera gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en 1492, fecha del descubrimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes Católicos, establece la fecha inicial de la segunda gran etapa de conformación y consolidación del idioma. A esta época pertenecen el cambio de las consonantes que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español.


Desaparece la aspiración de la h, cosa que testimonia la versificación. Se funden en un único fonema la s sonora y sorda, prevaleciendo el valor sordo. Las consonantes ç y z pasan a ser el fonema fricativo (con pronunciación equivalente a ts) que se escribirá ç durante el siglo XVI y pasará a tener el valor de la z (con su pronunciación actual) en el siglo siguiente, con lo que de esta manera se resolvió la vacilación ortográfica c, ç, z. Las variaciones fonéticas que representaban x, g, j, se solucionaron también en favor del sonido velar fricativo sordo que en el XVII pasa a tener la pronunciación y grafía actuales de g y de j.


Desapareció asimismo la distinción -b-, -v- que se neutralizó en -b- durante el siglo XVI. En la morfología aparecieron los tiempos compuestos de los verbos, y se convierte en auxiliar el verbo haber. En la sintaxis el orden de los elementos de la oración se hace más rígido, y se anteponen los pronombres átonos a infinitivos y gerundios.


Desde el punto de vista del léxico adquirió una gran cantidad de neologismos, pues a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el contacto con otras culturas. Consiguió consolidarse como lengua dominante frente a otros dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla y Aragón y ser el castellano la lengua de los documentos legales, de la política exterior y la que llegó a América de la mano de la gran empresa realizada por la Corona de Castilla, ya fijada en la gramática normativa de Nebrija. A partir de los primeros momentos del siglo XVI se prefirió la denominación de española para la lengua del nuevo imperio, y la preocupación de los intelectuales del momento se refleja en la enorme tarea de sistematizarla, analizarla y divulgarla.


Lo demuestran la publicación del gran Diccionario de Alcalá, obra de la Universidad Complutense creada por Cisneros; la aparición de la Minerva de Francisco de las Brozas, conocido por El Brocense, que es una gramática normativa y descriptiva más moderna que la realizada por el grupo francés de Port Royal, y, a principios del siglo XVII, la publicación del Tesoro de la lengua castellana o española (1611) de Sebastián de Covarrubias, primer diccionario de la lengua, que contiene cuanta información histórica y sincrónica había disponible en el momento de su publicación.


En Francia, Italia e Inglaterra se editaban gramáticas y diccionarios para aprender español, que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del sigloXVIII. En esta etapa de la lengua se llegó al esplendor literario que representan los autores del siglo de oro. El léxico incorpora palabras originarias de tantas lenguas como contactos políticos tenía el imperio. Del italiano entran en el español desde el sigloXV al XVII los nombres de la métrica y preceptiva literaria como soneto, asonante, silva y lira, palabras relacionadas con las bellas artes como fachada, escorzo, medalla, piano.
De otros campos léxicos son italianismos de la época centinela, alerta, escopeta, aspaviento, charlar, estropear y muchas más. Son galicismos paje, jardín, jaula, sargento, forja o reproche. Los americanismos, que comienzan a entrar en el sigloXVI, ofrecen una lista referida a las realidades que en Europa no se conocían y que son españolismos tomados por las lenguas europeas como patata, cóndor, alpaca, vicuña, pampa, puma, papa (denominación afincada en Canarias para patata), que proceden del quechua y el guaraní. Los términos más antiguos, como canoa, ya citado en el diccionario de Nebrija, proceden de los arawak. A este conjunto pertenecen huracán, sabana, maíz, cacique, colibrí, caribe, enagua y caníbal. De la familia de lenguas náhuatl habladas por los nahuas, se incorporan hule, chocolate, tomate, cacao, aguacate y petate.

16. El español contemporáneo

En el año 1713 se fundó la Real Academia Española. Su primera tarea fue la de fijar el idioma y sancionar los cambios que de su idioma habían hecho los hablantes a lo largo de los siglos, siguiendo unos criterios de autoridad. En esta época se había terminado el cambio fonético y morfológico y el sistema verbal de tiempos simples y compuestos era el mismo que ha estado vigente hasta la primera mitad del siglo XX.

Los pronombres átonos ya no se combinaban con las formas de participio y, gracias a la variación morfológica, los elementos de la oración se pueden ordenar de formas muy diversas con una gran variedad de los estilos literarios, desde la mayor violación sintáctica que representan el barroco del siglo XVII, los poetas de la generación del 27 y el lenguaje publicitario, hasta la imitación de los cánones clásicos, también violentadores del orden del español, que incorporaron los neoclásicos o los primeros renacentistas.
Coincidiendo con otro momento de esplendor literario, el primer tercio del siglo XX, aparecieron las nuevas modificaciones gramaticales que aún hoy están en proceso de asentamiento.

De ellas cabe citar: la reducción del paradigma verbal en sus formas compuestas de indicativo y subjuntivo, la sustitución de los futuros por perífrasis verbales del tipo tengo que ir por iré, la práctica desaparición del subjuntivo, la reduplicación de los pronombres átonos en muchas estructuras oracionales y con verbos de significación pasiva, que están desarrollando una conjugación en voz media como en le debo dinero a María; la posposición casi sistemática de los calificativos, la reducción de los relativos, prácticamente limitados a que y quien en la lengua hablada. Junto a ello, la irrupción continua de neologismos, que nombran innovaciones técnicas y avances científicos, tiene dos momentos: los anteriores a la mitad del presente siglo, que contienen raíces clásicas como termómetro, televisión, átomo, neurovegetativo, psicoanálisis o morfema, y los neologismos apenas castellanizados, siglas y calcos del inglés y fruto de la difusión que de ellos hacen las revistas especializadas, la publicidad o la prensa, como filmar, radar, módem, casete, anticongelante, compacto, PC, o spot.


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  1. #1 Teshub 10 de ago. 2005

    ¿"Los que siguen la teoría de la gran familia indoeuropea hablan de que"?. Como afirmación me resulta generalista y bastante errónea, no sólo porque "los que siguen" tienen muchas teorías diferentes (la última la teoría de la continuidad o paleolitica del italiano Mario Alinei en oposición a la calcolítica tradicional), sino porque varían incluso las metodologías (metodo comparativo, glotocronológico o genético). Por otra parte, y con independencia de la teoría que sigamos, hace bastante tiempo que la idea de que las lenguas hititas (rama anatolia) quedasen arrinconadas y muertas tras la caida de Carquemish hacia el 705 AC no está considerada, entre otros motivos por el vínculo entre los jeroglifos hititas y las escrituras minoicas lineal A y B, de las que derivan las micénicas A y B, que son el protogriego (Cline, E., 1990, ‘Hittites in the Aegean world and vice versa’, American Journal of Archaeology)
    En todo caso, afirmar gratuitamente que "Así que el hitita watara no da el germano wasser / water." supone desconocer una polémica existente desde 1987 hasta la actualidad, y que está centrada en la tesis indo-hitita o anatolia, que presupone que la lengua originaria protoindoeuropea de la que derivan todas las actuales es el hitita, o al menos, el hitita es la más cercana al PAPIE o protoindoeuropeo
    Esta tesis es sostenida sobre estos planteamientos:
    - La existencia de sonidos laringeos o guturales, defendida por Saussure, y que postula que una lengua es más antigua conforme más contiene de ese tipo de sonidos. El hitita (nesita) tenía tres y además los escribía, lo que no ocurre con ninguna otra indoeuropea conocida
    - C. Renfrew, "Archaeology and language, the puzzle of Indo-European origins" (London, Penguin 1987), que defiende la tesis del lenguaje indohitita madre o PAPIE
    - Robert Drews, Greater Anatolia: Proto-Anatolian, Proto-Indo-Hittite, and Beyond. In: Greater Anatolia and the Indo-Hittite Language Family. Papers Presented at a Colloquium Hosted by the University of Richmond, March 18-19, 20001, y (1997). PIE Speakers and PA Speakers, quien defiende la tesis de Renfrew, aunque con variaciones para sortear el escollo del hurrita, de modo que propugna que el hitita sería ya una lengua autónoma cuando se produce la diferenciación lingüistica en ramas indoeuropeas...pero sin renunciar al PAPIE y a la práctica equivalencia entre el hitita y el PAPIE
    - Russell D. Gray & Quentin D. Atkinson, Language-tree divergence times support the Anatolian theory
    of Indo-European origin, NATURE |VOL 426 | 27 NOVEMBER 2003. Según estos autores neozelandeses, tras analizar 87 lenguas indoeuropeas mediante modelos matriciales por ordenador, llegaron a la conclusión de que la lengua madre indoeuropea (PAPIE) es probablemente el hitita o una estructura lingüistica muy similar. Entre sus conclusiones tras emplear el modelo matemático-informático figura el que en realidad las lenguas indoeuropeas extintas se parecen mucho más a las actuales de lo que creemos, pues la interpretación realizada a partir de los textos que nos legaron ha exagerado incluso creado diferencias que no existían
    - Vyacheslav V. Ivanov, Indo-European Syntactic Rules and Gothic Morphology, Berkeley
    Germanic Linguistics Roundtable, University of California, Berkeley, April 3 1998. El autor compara la gramática gótico-germánica con la indoeuropea primigenia reconstruida sobre la nesita y la luvita, o sea, sobre las lenguas hititas
    - Sturtevant, Edgar H. 1939. The Pronoun *so, sâ, tod and the Indo-Hittite Hypothesis. Language 15.11-19. Creo que el título lo dice todo, fue el primero en defender la tesis indo-hitita
    - Sturtevant, Edgar H., and Adelaide Hahn. 1951. A Comparative Grammar of the Hittite Language 1 (rev. ed.). Philadelphia: Linguistic Society of America.
    - Jasanoff, Jay. 2003. Hittite and the Indo-European Verb. Oxford: Oxford University Press. Plantea derivar los verbos hititas del PIE (o segundo protoindoeuropeo tras escindirse el hitita)
    - Cowgill, Warren, 1975: More evidence for Indo-Hittite: the tense-aspect systems, in Heilmann, Luigi (ed.), Proceedings of the Eleventh International Congress of Linguists, Mulino, Bologna.
    - Tandy Warnow, Donald Ringe, Ann Taylort, Reconstructing the evolutionary history of natural languages, on Symposium on Discrete Algorithms, UIUC, Atlanta, USA, October 23, 1995, proponen, sin convencerles plenamente la teoría indohitita, dar mayor preponderancia a la teoría germánica en cuanto a que las lenguas germánicas según ellos resultarían mucho más antiguas de lo que se estima, lo que significaría el acercamiento en el tiempo y en su forma de la lengua hitita y las germánicas

    Así que agradecería que antes de generalizar sobre los que siguen teorías indoeuropeas se puntualizase quien lo dice, y en todo caso, reafirmo que el parecido y el vínculo entre las lenguas germánicas y las hititas no resulta en absoluto despreciable, de modo que perfectamente cabe relacionar (e incluso derivar) el hitita watar con el aleman wasser

  2. #2 Teshub 11 de ago. 2005

    Bueno, Onnega, gracias por las precisiones, yo me imagino que si hablamos del origen de una lengua tratar las relaciones de sus ancestras y del supuesto tronco común si vendría a cuento, pero bueno, eso es opinable.
    En cuanto a Alinei y la escuela italiana, su teoría paleolítica ha sido más que criticada por una falta absoluta de concordancia con datos arqueológicos (lo que no quiere decir que dentro de 100 años no se demuestre correcta), y en el fondo no es más que una variante de la teoría celta-itálica centroeuropea que ya defendía Bosch-Gimpera entre otros.
    Respecto a tu comparación del hitita con el gallego, la cuestión no es si el español o el catalán derivan del gallego, sino si ¿pasaron las otras lenguas romances peninsulares por el "estadío del gallego" antes de evolucionar a sus formas actuales o no?. La respuesta, que es el punto de debate real, es si eso pasó con el hitita o no. Si el hitita es parte del tronco común, sea o no la PAPIE, entonces una cierta derivación lingüistica desde ella deberíamos encontrar en todas las indoeuropeas (matizada por las evoluciones e influjos posteriores en cada una). Si, en cambio, no forma parte del tronco común, su utilidad sería más limitada (nos permitiría acercarnos al comienzo del tronco común, pero no derivar directamente de ella). Y aquí es donde, según la teoría que elijamos, el hitita será utlizable directamente para bucear en el origen del español o no (siendo indo-hititas, evidentemente sí, siendo italo-celtas pues no, claro. Y de la teoría indo-germánica de los nazis no merece la pena ni citarla, aunque aún tenga seguidores).
    En cuanto a los minoicos y la influencia hitita, tienes razón en que no está claro hasta que punto influyó la gramática hitita sobre las escrituras lineales A y B cretenses, pero hay detalles que implican una gran influencia, como el hecho de que, teniendo más relación comercial con Egipto en la época minoica que con Hatti, los cretenses sin embargo prefirieran el sistema hitita. Máxime cuando sólo hititas y algunos hurritas tenían lengua indoeuropea (la hurrita muy contaminada por las semitas, al parecer sólo la clase dirigente mittania era indoeuropea y hablaba algo relacionado con el indoeuropeo, mientras la mayoría de la población hablaba semita). Salvo que Creta también fuese indoeuropea, sino sólo cabe como explicación que el sistema jeroglífico hitita se concibió para facilitar la comprensión del lector mientras que el faraónico era todo lo contrario. Aún así, había que adaptar un lenguaje indoeuropeo a otro que quizás no lo fuese.
    Nuestro alfabeto deriva del fenicio, de tipo semita, de 22 signos, al parecer, efectivamente...¿pero lo inventaron los fenicios o sólo lo divulgaron?. ¿Y qué inventaron?. Porque el alfabeto más antiguo no es el fenicio, sino que en 1928 se descubrió en Ugarit la escritura cuneiforme alfabética (en realidad, dos alfabetos, el corto o noroccidental y el largo, aunque de éste no hay textos completos - M. Dietrich - O. Loretz - J. Sanmartín, The Cuneiform Alphabetic Texts from Ugarit, Ras Ibn Hani and Other Places,KTU: 2nd, enlarged edition(Abhandlungen zur Literatur Alt-Syrien-Palastinas, 8), Munster 1995, nn. 5.4, 5.5, 5.6, 5.8, 5.9, 5.12, 5.13, 5.14, 5.16, 5.17, 5.19, 5.20, 5.21, 5.25.-), del II milenio AC, empleada en los s. XIV y XIII AC, o sea, en época en que Ugarit era un territorio vasallo de los hititas antes de la debatida aparición de los pueblos del mar (cuyo papel destructor ahora se considera exagerado por Ramses III), incluyendo fenicios. Por eso, sería más propio afirmar que nuestra escritura consonántica procede o tiene una cierta base fenicia, y esta a su vez de modelos cuneiformes previos. Y emplear formas consonánticas ajenas no nos convierte en semitas, como tampoco emplear el 0 nos convierte en hindúes o en árabes, sin que ello no signifique una cierta influencia.
    Coincido contigo en que la teoría de las laríngeas es eso, una teoría, entre otros motivos, porque nadie sabe cómo se pronunciaba el hitita, el urartio, el hurrita y demás lenguas de la zona de aquella época...e identificar sonidos transcribiendo fonemas no deja de ser una estimación. De hecho, muchas de las supuestas pronunciaciones tras aplicar los modelos informático-matemáticos han resultado diferentes y bastante menos guturales de lo que se creía. Pero tampoco hay una teoría mejor, y hasta ahora esa va cuadrando con las lenguas encontradas.
    De todas formas, el objeto de mi primera intervención no era polemizar sobre el PAPIE o el tronco común indoeuropeo, sino que se considerase al hablar de los orígenes del español otra cosa que el tema vasco (como valorar los orígenes indoeuropeos remotos), que es que parece últimamente que todo lo que se ha hecho en esta península ha tenido un componente vasco, cuando los estudios arqueológicos e historiográficos no lo confirman en absoluto.
    Lo que no obsta para que hablemos de los temas indoeuropeos en otro sitio.

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