Autor: Cierzo
viernes, 13 de mayo de 2005
Sección: Sobre los nombres
Información publicada por: Cierzo
Mostrado 30.924 veces.


Ir a los comentarios

Eolionimia

Existe la antroponimia, la toponimia, la hidronimia, ¿por qué no la eolionimia?

Este artículo es fruto de la ignorancia, en realidad es un intento no de demostrar nada, más bien de contruir entre todos. Surge desde la duda si existe ya o no la eolionimia, si es que se llama así, y si no existe preguntarnos el porque de su abandono.
Os propongo que estudiemos el origen de los nombres de los vientos de la península ibérica, creo que al menos para los que sufrimos algunos de los más violentos marcan nuestra vida.
Si analizandolos observamos que no existen indicios de nombres de origen prerromano, creo que deberemos preguntarnos por qué de esa ausencia. ¿Fueron los vientos ignorados por los prerromanos? No lo creo. ¿No les dieron un nombre? ¿Tuvieron algun caracter sagrado?
Para empezar el debate coloco una lista de nombres de vientos que seguramente no es muy completa, por lo que agradecería vuestra colAboración, incluso los nombres mas locales que quizá nos puedan dar pistas...

Ábrego
Bochorno
Cierzo
Galerna
Galleo (Regañon)
Garbí
Levante
Leveche
Llevant (no es el mismo que Levante)
Matacabras
Mestral
Moncayo (pienso que es el mismo que el Cierzo)
Poniente
Solano
Tramontana
Vendabal
Xaloc

Saludos


No hay imágenes relacionadas.

Comentarios

Tijera Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.


  1. #1 A.M.Canto 15 de mayo de 2005

    Otras citas de interés: Plutarco, narrando la vida de Sertorio (cap. 17), menciona el terrible viento del norte, llamado Kaikias, que viene de los Pirineos y señorea la Meseta, "comienza por la mañana como un soplo suave, y poco a poco, conforme el sol adelanta, va siendo más y más fuerte".

    Estrabón, Plinio, Floro y Virgilio mencionan los "Etesios", los vientos del Este. Según Plinio (NH II, 127) empezaban a las tres horas de amanecer y paraban de noche, por lo que se supone eran de verano, correspondiendo al Aquilón del invierno; el propio Plinio lo dice en XVIII, 335: que en medio del verano cambian de nombre. Sin embargo, la palabra tampoco es indígena, la hay también en griego y latín.
    Vid. A. Schulten, Hispania, p. 93.

  2. #2 Dingo 20 de mayo de 2005

    Como acAbo de enterarme por el artículo "Religiones antigüas en el Algarve portugués (2)", los pescadores del Algarve llaman "mar de fundo" al viento borrascoso del oeste. Antiguamente el culto de Céfiro fue importante en la zona (le estaba dedicado el santuario del Monte Figo), por lo que este "mar de fundo" debió de ser considerado el aspecto peligroso y temible de dicha deidad.

  3. #3 celiacevedo 12 de nov. 2005

    Puede que esté equivocada, pero por lo que yo sé y he leido, la morada de los vientos está, según Homero y Virgilio, en las Islas Eolianas, entre Italia y Sicilia.Su rey es Eolo,y los retiene encerrados en profundas cavernas. Estos braman y murmuran tras la puerta de su calAbozo. Si Eolo no los retuviera se escaparían con violencia y en su fuga destructora lo arrasarían y barrerían todo a través del espacio, las tierras, los mares y hasta la misma bóveda celeste. Zeus le había dado el poder de controlarlos.Eolo era responsable del control de las tempestades, y los dioses, le pedian en algunos casos su ayuda como hizo Hera para impedir que Eneas desembarcase en Troya.

    En La Eneida, para complacer a Juno, Eolo entreabre de un golpe de lanza el flanco de la montaña en que descansa su trono; desde que encuentran esta salida los vientos se escapan y revuelven el mar. Pero Neptuno, que ascendía a castigar a los vientos, los devuelve a su Rey con términos llenos de desprecio y les encarga que ellos mismos recuerden a Eolo su insubordinación.

    Los poetas antiguos y modernos representaban en general a los vientos como gigantescos, turbulentos, inquietos y veleidosos.

    Euro es el hijo favorito de la Aurora, viene de Oriente y vuela con los caballos de su madre. Horacio lo pinta como un Dios impetuoso y Valerio Flaco como un Dios desgraciado y en desorden como consecuencia de las tormentas que ha causado. Los modernos le dan una fisonomía de mayor calma y dulzura, y lo representan como un joven alado, que por doquiera que pasa siembra flores con ambas manos.

    Bóreas, viento del Norte, reside en Eutracia y los poetas le atribuyen alguna vez el Reino del Aire. Robó a la bella Cloris, hija de Arturo, y la transportó al monte Nifato o Cáucaso. Fueron padres de Hiparco. Pero él se enamoró sobre todo de Oritia, hija de Erecteo, rey de Atenas; no habiendo podido obtenerla de su padre, se cubrió de un espeso torbellino de polvo y convertido en caballo, dio nacimiento a doce jumentillos, de tal velocidad que corrían sobre los campos de trigo sin doblar las espigas y sobre las olas sin mojarse las patas. Tenía un templo en Atenas en las orillas del Iliso, y cada año los atenienses celebraban fiestas en su honor, las Borcasmas.

    Aquilón, viento frío y molesto, es confundido con Bóreas alguna vez. Se le representa como un anciano con los cabellos blancos y en desorden.
    Noto o Auster es el viento caliente y tormentoso que sopla del Mediodía. Ovidio lo pinta de talla alta, viejo, con cabellos blancos, aire sombrío y una tela anudada en derredor de su cabeza, mientras el agua gotea de todas partes de sus vestidos. Juvenal nos lo representa en la Caverna de Eolo con los rasgos de un hombre alado, robusto y completamente desnudo. Marcha sobre las nubes, sopla con los carrillos inflamados, para designar su violencia, y tiene una regadera en la mano para anunciar que casi siempre trae lluvia.

    Céfiro era en realidad el viento de Occidente. Los poetas griegos y latinos lo han celebrado porque llevaba el frescor a los climas cálidos que ellos habitaban. Es una de las más risueñas alegorías de la fábula, tal y como los poetas nos lo han pintado. Su soplo, dulce y poderoso a la vez, da vida a la Naturaleza. Los griegos le suponían esposo de Cloris y los latinos de la Diosa Flora.

  4. Hay 3 comentarios.
    1

Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.

Volver arriba