Autor: A.M.Canto
miércoles, 08 de noviembre de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: A.M.Canto


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OANES, el monstruo marino que civilizó a los sumerios

Según afirma el Génesis, el Paraíso estaba en Mesopotamia. Eso creían también los sumerios, entre los que todo era confusión antes de que llegara del sur la serpiente civilizadora, Oanes, que les enseñó todo cuanto valía la pena saber.












Artículo retirado por la autora el 12 de octubre de 2006


Más informacióen en: http://Sitios web: Varios, citados dentro del texto


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  1. #1 Euskera 17 de mayo de 2005

    LA HISTORIA COMIENZA EN SUMER: Hace más de tres décadas que apareció este título de S.N. Kramer, como también los dos volúmenes de “Mesopotamia, cuna de la civilización” en Cir. de amigos de la Historia, Madrid (1976) y algunos años antes el “The Sumerians, Their history, Cultur and Character” del mismo autor, mientras pasan años sin que los estudiosos tengan a su alcance tan buena noticia. Gracias, por lo tanto, a los que nos han hecho posible su lectura gratuíta en internet.

    Fueron los exegetas de la Biblia y los historiadores de las religiones comparadas los primeros en interesarse con la sumeriología o la egiptología para profundizar más certeramente en los textos bíblicos, luego los teólogos buscaron los valores de su ramo en los mitos antiguos, la arqueología, las huellas, los historiadores, los hechos narrados, los psicologistas, los ancestros del alma humana en los símbolos y los arquetipos en los que se sustentan los mitos, y últimamente, los filólogos buscan exporádicos contactos literaturarios, mientras que los lingüistas, aferrados al óseo estructuralismo o divagando con la genética determinista del lenguaje, se desconectan del arte maravilloso y vivo que se fraguó el cerebro humano en la época de Sumer: lenguaje vocalmente articulado y, en principio monosílabo y aglutinable, guiado mediante los símbolos arquetípicos de los que se analogizan, como por irradiación, las redes semánticas que abarcaban todo el saber de la época. Quiero resaltar la capacidad del cerebro humano para el arte del lenguaje y la escuela que para ello desarrolló Sumer, según el comentario del mismo Kramer: “Para responder a esta necesidad pedagógica, los profesores sumerios inventaron un sistema de instrucción consistente sobre todo en el establecimiento de repertorios; es decir, clasificaban las palabras de su idioma en grupos de vocablos y de expresiones relacionadas entre sí por el sentido; después las hacían aprender de memoria a los alumnos, copiarlas y recopiarlas, hasta que los estudiantes fuesen capaces de reproducirlas con facilidad”. Así, por ejemplo, examinando la capacidad de irradiación del arquetipo Utu (sol sumerio) en el vascuence se obtienen varias fórmulas progresivas en la onomástica y el sentido, mediante la equiparación de parejas. Así, ateniéndonos sólamente a monosilábos, tenemos: Utu/itu “sol/hito”, Utu/su “sol/fuego”, Utu/ützü “sol/cegar”, Utu/ota “sol/altura”, Utu/uts “sol/vacío-espacio”, etc., como analogías directas del símbolo-arquetipo, o bien, uts/izu “vacío/miedo, uts/utz “vacío/ventosidad”, etc., como analogías secundarias, todas ellas tan fáciles de memorizar. Pero los lingüistas se resisten a la influencia pansumeriana en Europa, de la misma forma que se resisten a la vía de la paz los que hacen la guerra en Irak, tierra del Paraíso terrenal y de nuestros ancestros. Para ellos alego el sapiencial sumerio que dice “un escriba que no sabe sumerio ¿qué escriba es?”, para desafiarles luego: “un lingüista que no sabe vascuence ¿qué lingüista es?”. Es decir, ¿cómo pueden saber el origen y la naturaleza del lenguaje, sin conocer en vivo un lenguaje neolítico, contemporaneo y pariente del sumerio y evitar así los escollos del estructuralismo esterilizador del lenguaje y la mecanicismo de la gramática genética?

    Personalmente he seguido los caminos abiertos por los exegetas y además de los interesantes Diccionarios de la Biblia de las Religiones, he tenido acceso al material dispuesto por ellos, como son JAMES, B. PRINCHARD, Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament, New Yersey, 1969. (ANET); Gilgamésh (Versión babilónica antigua), ANET, 72-79, 83-90, 92-97, 514.; LÉVÊQUE, J., Sabidurías de Mesopotamia, Documentos en torno a la Biblia nº26, Verbo Divino, Estella, 1996. (DB); Gilgamés, DB., nº 7; LÉVÊQUE, J., Sabidurías del Antiguo Egipto, D.B., nº 10, 1984; SEUX, M.J., Leyes del Antiguo Oriente, D.B., nº15, 1992; LARA PEINADO, F.L. y CORDERO, M.G., Poema babilónico de la creación, Madrid, 1981; DEL OLMO LETE, G., Mitos y Leyendas de Canaán, Cristiandad, Madrid, 1981.

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