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   #1 ilduarasil 30 de mar. 2005

   En una de las paradas subió un nuevo viajero, tomó asiento y le llamó la atención la extraña actitud de sus compañeros de viaje. Les observó y no tardó en identificarlos: en primer lugar identificó al listo, al tiro por que me toca, al que todos reían sus insípidas gracias y aplaudían sus falsas historias. El recién llegado continuó obServando e identificó al resto: pocos se atrevían a no reír las chorradas del tiro por que me toca, pocos se atrevían a no aplaudirle y mucho menos a interrumpirle. Observó que algunos, los que no reían, cambiaban de departamento, preferían viajar junto a otros. Los hubo que también se apearon ante el pestilente olor del departamento que poco a poco contagiaba el tren entero, el recién llegado entendió por que se apearon algunos de estos últimos y eligieron otros trenes con los que continuar su viaje. El recién llegado no pudo sino sonreír y no precisamente por las chorradas y falsedades del cuentachistes, sino porque ya tenía dilatada experiencia en viajes, suficiente como para oler a los tiro por que me toca, o sea, a los metemiedos, a los que se sirven de falsas historietas y pésimos chistes con los que hacer reír a los viajeros que nacieron destinados a vitorear a quienes les infunden miedo, viajeros “fijos” con billete perpetuo para el mismo tren, viajeros resabios dispuestos a lucirse, aunque sea con rulos, pero nunca dispuestos a no reír ni aplaudir al tiro porque me toca, no vaya ser que les pase algo. Son viajeros de siempre, de corto recorrido, nunca van más allá porque su miedo se lo impide.
   El recién llegado tuvo tiempo para no reír las estúpidas palabras del falso líder asustaniños, tuvo tiempo de frenarle, de desenmascarar sus falsedades e incluso decirle que no soltaba chistes sino mierda que los demás tragaban con gusto…y es que hay pasteles que algunos viajeros comen por miedo al tiro porque me toca, poco les importa de qué estén hechos, je,je,je. ¡Adios!, viajeros de cercanías, me bajo en la próxima para tomar otro tren que huela mejor. Uno no necesita dioses a los que adorar ni santos a los que venerar ni demonios a los que temer ni amos a los que obedecer ni lideres a los que apludir…esas cosas sólo las precisan los que no se valen solos para viajar, los que necesitan amos aunque les asusten, aunque sólo les dejen beber gaseosa…todo con tal de no pringarse, de no arriesgarse en contradecir al asustaniños no vaya a ser que le dé uno de sus ataques de histeria. ¿A qué no adivináis qué ingredientes se necesitan para hacer una receta así…?
   No me extraña que alguno os haya dejado.
   ¡Adios!, viajeros de corto recorrido,je,je,je.
   Un abrazo y buen viaje
   
   

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