Autor: A.M.Canto
lunes, 22 de enero de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: A.M.Canto


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«LATINOAMÉRICA»: Forma y fondo de un craso error

Artículo en el que se reflexiona sobre la injusticia histórica del término "Latinoamérica”, cómo y para qué fue inventado y utilizado en el siglo XIX, hasta ser hoy el mayoritario y una especie de cuño de “progresía”. Los hispanoparlantes deberían de hacer un esfuerzo para recuperar, sin complejos, los vocablos históricamente más justos: Iberoamérica e Hispanoamérica.






En el otoño de 2001, a raíz de una extraña serie de envíos postales en Estados Unidos, la aceptación automática y generalizada entre nosotros de la palabra inglesa anthrax, para referirse a una enfermedad que está en nuestro poderoso vocabulario desde tiempo inmemorial como carbunco, demostró bien a las claras la indefensión actual de nuestros media, y de nosotros mismos, ante las importaciones del léxico inglés. Pero ésta del anthrax no pasa de ser una anécdota temporal y sin mayor trascendencia: A lo largo del tiempo hemos sido víctimas de adquisiciones terminológicas mucho más graves, por cuanto contenían cargas de profundidad ideológica o histórica contra las que en su momento no se luchó lo suficiente, acabando por prohijarlas en nuestra panoplia lingüística, incluso cuando ello suponía tirar piedras contra nuestro propio tejado.

Tal es el caso evidente del término «Latinoamérica», con su construcción equivalente de «América Latina». Algunos no podemos evitar cierta perplejidad cuando vemos u oímos llamar «intérprete latina» a una robusta negra, vestida de ropa multicolor y con un pañolón bien enrollado a la cabeza, cantando salsa y meneándose a lo afro... Puede suponerse lo que oPinarían de semejante parentesco, envueltos en sus blancas togas, Catón, César, o Vespasiano, el gran latinizador de Hispania.

Visto desde la Historia, incluso sería inexacto describir a la propia España, madre carnal de aquel enorme continente, como un país «latino», y más chocante y obvio aún resultaría con las definiciones análogas, que serían «Latinoespaña» o «la España Latina». Aunque nuestra lengua, como romance que es, procede en lo esencial del latín, otros muchos elementos fundamentales de la cultura romana no se mantuvieron en nuestro país. En efecto, en la dominación y aculturación de esta habitualmente invadida península los romanos fueron relevados durante tres siglos por varios pueblos centroeuropeos, que no eran ya propiamente pueblos latinos, sobre todo los visigodos (los más flojos, al decir de Ortega y Gasset) y, durante otros ochocientos años más –casi los mismos que Roma la dominó– por diversos pueblos musulmanes: árabes de Siria, mauretanos, bereberes... A lo largo de estas sucesivas ocupaciones, exceptuado el idioma (que no obstante sufrió fuertes aportaciones), una buena parte de las señas identificadoras de la vieja latinidad de España fueron olvidadas. Para empezar, los propios conquistadores de América no tenían ni siquiera aquella religión politeísta que fuera un rasgo tan característico de latinos y de romanos.

Así que, si improcedente sería extrapolar al mundo contemporáneo la realidad de una «España latina» que empezó a dejar de existir en el año 409 d.C., no digamos nada de ese engendro conceptual que es «Latinoamérica». Los chichimecas, los toltecas o los incas nunca llegaron a hablar latín, ni a regirse por el Derecho Romano, a administrarse como una colonia latina o a sacrificar vacas blancas a Diana la Cazadora. Al igual que los negros, criminalmente trasladados desde África al otro lado del Océano, nuestros «indios» (otro vocablo insuperablemente erróneo) no llegaron a saber nada de esos romanos, de los que –de dar crédito a la definición en cuestión– son ellos descendientes y herederos. Por tanto, si ni «Latinoamérica» ni «América Latina» se corresponden con alguna verdad histórica, ¿a qué se deben esos vocablos y su enorme popularidad en el uso hablado de la propia España?

Parece claro que ambos conceptos se acuñaron en la segunda mitad del siglo XIX con el propósito deliberado de difuminar el incuestionable protagonismo de España y Portugal en la conquista y colonización de aquellos nuevos y vastos territorios, incluída una buena parte meridional de los propios Estados Unidos. Cuando se dice «Latinoamérica» se falsean las dos definiciones que la Historia Moderna acredita como las más exactas, que son «Iberoamérica» e «Hispanoamérica», basadas respectivamente en la definición griega y romana para la totalidad de la Península Ibérica y comprendiendo, por tanto, a Portugal y su gran Brasil. Hablando en términos políticos, el vocablo «Latinoamérica» menoscaba claramente el protagonismo ibérico, y lo transfiere y reparte entre otras naciones, singularmente Francia e Italia, también «latinas», pero que nada o muy poco tuvieron que ver en el descubrimiento, la conquista, el repoblamiento y la aculturación del nuevo continente.

España, fiel al bautismo del propio Colón, siempre llamó a todo aquel territorio «las Indias», y así aparecen en los títulos y orlas de los monarcas austrias y borbones, que son Hispaniarum atque Indiarum rex (reyes de las Españas y las Indias). Miguel Rojas Mix escribió un interesante ensayo (Los cien nombres de América, Barcelona, 1991) en el que se detuvo en el origen del problema: Los conceptos «raza latinoamericana» y «América Latina» se documentan por primera vez en una conferencia del interesante pero olvidado pensador chileno Francisco Bilbao, pronunciada en París en junio de 1856. En septiembre de aquel mismo año, y abandonando su habitual de «América española», se los arrogó el colombiano José Mª Torres Caicedo, quien, como miembro del Instituto de Francia y de la Legión de Honor, gozaba de una inmejorable posición para difundirlos en el vecino país. Ambas definiciones venían como anillo al dedo a la ideología del «Panlatinismo», emergente desde algunos años antes entre la intelectualidad francesa (sobre todo Chevallier, Lamennais, Quinet o Tisserand), en cuanto que «en aquel continente se debía oponer al peso de la raza anglosajona el de la raza latina». La Revue des Races Latines fue así, desde 1857, el órgano ideal para desarrollar y expandir los nuevos términos.

Su propio creador, Francisco Bilbao, abandonó desilusionado ambos vocablos cuando comprobó que, al contrario de lo que él pretendía expresar, eran usados políticamente para dar coartada ideológica a otro imperialismo y a otro colonialismo, ahora franceses. Pues a su amparo se justificó mejor la invasión de México por Napoleón III, y la instauración allí, en 1864, de un trono y un emperador, basados en que había con nuestra América «une affinité de civilisations, de moeurs, de race, d’éducation...». Se afirmaba, en resumen, que España era débil y que no estaba en condiciones de enfrentarse a los Estados Unidos de América, pero que Francia sí era capaz de crear una barrera en el Río Grande, y de ser, como dice Rojas, «la campeona del panlatinismo».

Hacia 1875 ambos conceptos estaban ya sólidamente implantados en favor de Francia y en contra de España, que de manera tan torpe había ido perdiendo todas sus antiguas colonias. Los «indoamericanos», decepcionados, acogieron rápidamente como suyo aquello de «América Latina» y «latinoamericanos», en cuanto que era otro gráfico medio de romper definitivamente las amarras con la metrópolis, una «Madre Patria» que más bien había acabado siendo una madrastra dura, poco inteligente y muy imprevisora. Más tarde aquellas definiciones fueron útiles también, tanto a Estados Unidos como a las ideologías de izquierdas, enterrando cada vez más la realidad histórica.

Hoy son multitud los españoles que, al decir «Latinoamérica», «América Latina» y «los pueblos latinos», siguen sirviendo sin saberlo a aquel panlatinismo francés del XIX y a los intereses de quienes acuñaron unos conceptos destinados a atacar y deslucir una parte tan sensible de nuestra propia Historia. Y algunos además lo hacen convencidos de que eso es más progresista; quizá esto se deba sólo a la insistencia que, con otras miras, puso el Franquismo en los usos correctos, y no a un conocimiento real de los antecedentes, sin meditar bien si en este aspecto concreto los franquistas estaban o no acertados. En este sentido, los sucesivos gobiernos democráticos y la Casa Real siempre han tenido las cosas claras; no así los medios de comunicación y la población en general.

Si somos aún tan débiles como incapaces de recuperar «Iberoamérica» e «Hispanoamérica» para nuestro léxico cotidiano, sin complejos y arropando el renovado y fraterno sentimiento de igualdad y colaboración con los países hispanos de América, que cada año se refleja en las Cumbres, si no podemos, insisto, esto significará que, con respecto a España, la Francia de Napoleón III sigue vigente y cargada de razón.

Alicia Mª Canto
Universidad Autónoma de Madrid





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Comentarios

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  1. #1 mouguias 28 de mar. 2005

    >>Algunos no podemos evitar cierta perplejidad cuando vemos u oímos llamar «intérprete latina» a una robusta negra, vestida de ropa multicolor y con un pañolón bien enrollado a la cabeza, cantando salsa y meneándose a lo afro... Puede suponerse lo que oPinarían de semejante parentesco, envueltos en sus blancas togas, Catón, César, o Vespasiano, el gran latinizador de Hispania.

    Pues oPinarian lo mismo que si le preguntasen a Santa Teresa de Jesus o al Duque de Alba (el de verdad, el de Flandes, no el de ahora). "¿Que esta es española? Para mi santiguada, de los pies a la cabeza!!!!"
    Cualquier termino etnico acarrea imprecisiones. Las Guayanas, Haiti y Jamaica son latinoamerica? Hispanoamerica? Angloamerica? Norteamerica?
    Todo lo que dice usted, Dra. Canto, sobre la separacion entre el original latino y el resultado moderno, en el caso español, podria aplicarse a los pueblos sudamericanos. Porque los indios andinos hablaran espanol (menos los que hablan quechua) y practicaran el catolicismo (salvo los conversos a sectas protestantes y los sincretistas)...pero poco mas tendran de espanoles. Y lo mismo podria decirse de los negros de Cuba o Brasil, que por conservar conservan incluso los cultos que se trajeron de Africa.
    El termino "latino" me suena a premios Grammy y a mentalidad anglosajona, pero lo de la gran comunidad Hispanoamericana me suena a discurso vacio de la Academia Espanola.

    En nuestros dias se esta viendo hasta donde llega, de verdad, la union entre los pueblos peninsulares y americanos. Los inmigrantes ecuatorianos? En su gueto. Los cubanos? En el suyo. Se integraran los hijos de inmigrantes espanyoles...y gracias.

  2. #2 silmarillion 28 de mar. 2005

    Habría que realizar un rastreo fidedigno de cuando comenzó a emplearse el termino Hispanoamericano o latinoamericano, ya que en la documentación histórica de las contiendas de la emancipación americana no aparece ni uno ni el otro, y hasta donde se no he leido cartas de Simón Bolivar o San Martín en donde existieran otras palabras que no sean "pueblos americanos", americanos, provincias unidas del rio de la plata, sudamérica y sudamericanos. Quizás la palabreja venga a cuento de los Estados Unidos, que parecen ser los unicos americanos que existen. Ellos son américa y el resto es la bora de la cocoa.
    Van unos textos de la independencia americana, dos del General Dn. José de San Martín y uno de Pueyrredón. Señalo que en la proclama del Ejército de los Andes las referencias a los españoles son : gallegos y maturrangos. Muy gracioso considerando que él tambien era español e hijo de españoles y formado en España.
    Breve síntesis.
    San Martín nació en Yapeyú, actualmente en la provincia argentina de Corrientes, el día 25 de febrero de 1778.
    Su padre, don Juan de San Martín, era el gobernador del departamento; su madre, doña Gregoria Matorras, era sobrina de un conquistador del Chaco.
    En 1786 se traslada a España con su familia, donde estudia en el Seminario de Nobles de Madrid y en 1789, inicia su carrera militar en el regimiento de Murcia. Sirve en las filas de España durante las guerras contra los franceses y en 1808 combate en la batalla de Baylén contra los ejércitos de Napoleón que habían invadido la Península.
    En Cádiz conoce a otros militares de América del Sur y se enrola en las logias que promovían la independencia. En 1811 renuncia a su carrera militar en España y se embarca desde Inglaterra hacia el Río de la Plata en la fragata George Canning, donde arriba el 9 de marzo de 1812 acompañado por otros patriotas.

    Resumiendo un poco la historia y para comprender mejor como se ha pasado de hispanoamericano (politicamente incorrecto como bien señala Onnega) a latinoamericano:
    La independencia de los pueblos sudamericanos es una brillante jugada política de una sociedad francmasónica, la logia Lautaro y de los ingleses, que habían sido rechazados en sus intentos de invasión, sin lograr hacer pie en américa del sur en donde preveían un ingente y Pingüe comercio que existiendo la colonia española les estaba vedado,sumado esto a la inoperancia de la corona y al debilitamiento de la economía españolas.

  3. #3 silmarillion 28 de mar. 2005

    Proclama a los Habitantes del Perú:

    Paisanos:

    "Para dirigiros mi palabra no solo me hallo autorizado por el derecho con que todo hombre libre puede hablar al oprimido. Los acontecimientos que se han agolpado en el curso de nueve años os han demostrado los solemnes títulos con que ahora los estados independientes de Chile y de las Provincias Unidas de Sud América me mandan entrar en vuestro territorio para defender la causa de nuestra libertad. Ella está identificada con la suya y con la causa del género humano; y los medios que se me han confiada para salvaros son tan eficaces como conformes a objeto tan sagrado. Desde que se hizo sentir en algunas partes de la América la voluntad de ser libres, los agentes del poder español se apresuraron a extinguir cadenas, la revolución empezó a presentar fenómenos de males y de bienes y en consecuencia de su marcha el virrey del Perú se esforzó a persuadir que había sido capaz de aniquilar en los habitantes de Lima y sus dependencias hasta el alma misma para sentir el peso e ignomia de sus grillos. El mundo escandalizado en ver derramada la sangre americana por americanos entró a dudar, si los esclavos eran tan culpables como sus tiranos, o si la libertad debía quejarse más de aquellos que tenían la bárbara osadía de invadirla, que de los que tenían la necia estupidez de no defenderla. La guerra siguió incendiando este inocente país, pero a pesar de todas las combinaciones del despotismo el evangelio de los derechos del hombre se propagaba en medio de las contradicciones. Centenares de americanos caían en el campo del honor o a manos de alevosos mandatarios; más, la oPinión fortificada por nobles paisanos hacía sentir siempre su triunfo; y así el tiempo regenerador de las sociedades políticas acabó de preparar el gran momento que va ahora a decidir el problema de los sentimientos peruanos y de la suerte de América del Sud. Mi anuncio, pues, no es el de un conquistador que trata de sistemar una nueva esclavitud. La fuerza de las cosas ha preparado este gran día de vuestra emancipación política y yo no puedo ser sino el instrumento accidental de la justicia y un agente del destino. Sensible a los horrores con que la guerra aflige a la humanidad siempre he procurado llenar mis fines del modo más conciliable con las intereses y mayor bien de los peruanos. Después de una batalla completa en el campo de Maipú, sin escuchar ni el sentimiento de la más justa venganza por una bárbara agresión, ni los derechos de la indemnización por los males graves causados a Chile, de una completa prueba de mis sentimientos pacíficos. Escribí a vuestro virrey con fecha 11 de abril de este año, que sintiese la situación difícil en que estaba colocado, se penetrase de la extensión a que podrían dilatarse los recursos de los estados íntimamente unidos, y la preponderancia de sus ejércitos; y en una palabra, la desigualdad de la lucha que le amenazaba. Yo lo hice responsable ante todos los habitantes de ese territorio de los efectos de la guerra; y para evitarlos, le propuse que se convocase al ilustre vecindario de Lima, representándole los sinceros deseos del gobernador de Chile y de las Provincias Unidas que se oyese la exposición de sus quejas y derechas, y que se permitiese a los pueblos adoptar libremente la forma de gobierno que creyesen conveniente cuya deliberación espontánea sería la ley suprema de mis aspiraciones, etc. Esta proporción liberal ha sido contestada con insultos y amenazas; y así el orden de la justicia tanto como la seguridad común me precisa a adoptar el último de recursos de la razón, el de la fuerza protectora. La sangre, pues, que se derrame, será solamente crimen de los tiranos y de sus orgullosos satélites. No os ha sido menos patente la sinceridad de mis intenciones después de la jornada de Chacabuco. El ejército español enteramente derrotado, Chile se hizo un estado independiente y sus habitantes empezaron a gozar de la seguridad de sus propiedades y de los frutos de la libertad. Este ejemplo, es por si solo, el más seguro garante de mi conducta. Los tiranos habituados a desfigurar los hechos para encender la tea de la discordia, no han tenido pudor de indicar que la moderación que el ejército victorioso ha observado en Chile ha sido una consecuencia de su propio interés, sea así enhorabuena: ¿no es decir que nuestro interés está de acuerdo con la libertad de los pueblos? ¿no es esto una mejor garantía y razón más de confianza?...Sin duda, que por ella serán arrojados de Lima los tiranos, y el resultado de la victoria hará que la capital del Perú vea por la primera vez reunidos sus hijos eligiendo libremente su gobierno y apareciendo a la paz del globo entre el rango de las naciones. La unión de los tres estados independientes acabará de inspirar a la España el sentimiento de su impotencia y a los demás poderes el de la estimación y del respeto. Afianzados los primeros pasos de vuestra existencia política, un congreso central compuesto de los representantes de los tres estados dará a su respectiva organización una nueva estabilidad; y la constitución de cada uno así como su alianza y federación perpetua se establecieron en medio de las luces, de la concordia y de la esperanza universal. Los anales del mundo no recuerdan revolución más santa en su fin, más necesaria a los hombres ni más augusta por la reunión de tantas voluntades y brazos. Lancémonos, pues, confiados sobre el destino que el cielo nos ha preparado a todos. Bajo el imperio de nuevas leyes y de poderes nuevos la misma actitud de la revolución se convertirá en el más saludable empeño para emprender todo género de trabajos que mantener y multiplicar las creaciones y beneficios de la existencia social. A los primeros días de la paz y del orden, esos mismos escombros que ha sembrado la gran convulsión política de es te continente serán como las lavas de volcanes que se convierten en principios de fecundidad de los mismos campos que han asolado. Así vuestras campañas se cubrirán de todas las riquezas de la naturaleza, las ciudades multiplicadas se decorarán con el esplendor de las ciencias, y la magnificencia de las artes y el comercio extenderá libremente su movimiento en ese inmenso espacio que nos ha señalado la naturaleza. Americanos: el ejército victorioso de un tirano insolente difunde el terror sobre los pueblos sometidos a su triunfo, pero las legiones que tengo el honor de mandar, forzados a hacer la guerra a los tiranos que combaten, no pueden prometer sino amistad y protección a los hermanos que la victoria ha de librar de la tiranía. Yo os empeño mi más sagrado honor en que esta promesa será cumplida infaltablemente. Os he significado mis deberes y designios, vuestra conducta nos dirá si vosotros sabéis llenar los vuestros, y merecer el ilustre nombre de verdaderos hijos de este suelo. Españoles europeos: mi anuncio tampoco es el de vuestra ruina. Yo no voy a entrar en este territorio para destruir, el objeto de la guerra es el de conservar y facilitar el aumento de la fortuna, de todo hombre pacifico y honrado. Vuestra suerte feliz está ligada a la prosperidad e independencia de la América: vuestra desgracia eterna solo será obra de vuestra tenacidad. Vosotros sabéis: España se halla reducida al último grado de imbecilidad y corrupción; los recursos de aquella monarquía están dilapidados; el Estado cargado de una deuda enorme, y la que es peor, el terror y la desconfianza formando la base de las costumbres públicas han forzado a la nación a ser melancólica, pusilánime, estúpida y muda. Sólo la libertad del Perú os ofrece una patria segura. A las íntimas relaciones que os unen a los americanos no falta sino vuestro deseo y conducta para formar una gran familia de hermanos. Respeto a las personas, a las propiedades y a la santa religión católica son los sentimientos de estos gobiernos unidos : yo os la aseguro del modo más solemne. Habitantes todos del Perú: la expectación de más de las otras tres partes de la tierra está sobre vuestros pasos actuales, ¿Confirmaréis las sospechas que se han excitado contra vosotros en el espacio de nueve años? Si el mundo ve que sabéis aprovechar este feliz momento, vuestra resolución le será tan imponente como la misma fuerza unida de este continente. Apreciad el porvenir de millones de generaciones que os pertenecen. Cuando se hallen restablecidos las derechos de la especie humana perdidos por tantas edades en el Perú, yo me felicitaré de poderme unir a las instituciones que los consagren, habré satisfecho el mejor voto de mi corazón, y quedará concluida la obra más bella de mi vida. "
    Cuartel General de Santiago de Chile. 13 de noviembre de 1818.

  4. #4 A.M.Canto 28 de mar. 2005

    Respeto todas las oPiniones, el de Mouguias es otro punto de vista interesante, aunque las ideas generales no pierden valor porque un determinado gobierno en un momento dado adopte una u otra medida.

    Y, Ainé, creo que tampoco resulta justo verlo todo tan negativo. "Hispano" o "Ibero" no son lo mismo que "español", Y, entre ésos que Ud. dice, habrá quien tenga más cultura o conocimientos históricos y sepa diferenciar los términos. Una lengua derivada no hace la "latinidad" ella sola. Y a Brasil le cuadra perfectamente "Iberoamérica". Personalmente es el término que me parecería más adecuado de los dos, sobre todo porque esta península en la que estamos se llama "Península Ibérica", y el adjetivo acoge a ambos países. De ahí justamente el nombre de las "cumbres" anuales, con el que todos los países de allá, actualmente, parecen sentirse satisfechos; al menos más que Ud., me parece.

    Hispano: Muchas gracias. No, no tiene que ver, viene directamente del latín "crassus": "grueso", y de ahí el nombre del personaje.

    Silmarillion: se puede datar a mediados del XIX, como digo en el texto, en junio de 1856. Interesantes los textos, gracias por aportar estos puntos de vista.

  5. #5 Lilit 29 de mar. 2005

    Oh Coronel Foucellas cuanto tiempo sin leerlo, mejor no digo las sensaciones tan maravillosas que me producen sus letras ya que sería un tema más apropiado para el xpresate, pero tengo muchos defectos y uno de ellos el de ser demasiado impulsiva.
    Solamente un pequeño apunte, en la primera exposición impresionista realizada en Francia allá por el año 1874 en la cual participaban Pintores con nombre Gauguin, Cezanne, Monet, Manet....la crítica del momento calificó sus Pinturas como paletas, de pobres artistas de pueblo.

    Gracias por el piropazo querido Coronel.

    Un saludo.

  6. #6 Eternauta2 30 de mar. 2005

    1.- Hispanoamérica no es Sudamérica (solamente): escucho todos los dias bestialidades del tipo el sudamericano fulano de tal (refiriendose a un mexicano), o cosas por el estilo.

    2.- No existe ni Latinoamérica ni Hispanoamérica, ni Angloamérica: Existe PobreAmérica y RicaAmérica. El Quebec no es LatAm, pero si lo es Haití.

    3.- HispanoAmérica no es correcto: si el caso es ponerle un nombre, en todo caso sería America Hispanohablante o Hispanoparlante. El idioma es el principal rasgo unificador. La raza por supuesto que no: Hay paises como Bolivia donde el 70% de la población es indígena o Argentina donde la mitad son descendientes de Italianos (estos si son latinoamericanos?). Eso si, el idioma no lo eligieron, se impuso, como el nombre LatAm.

    4.- Finalmente, decir que en mi oPinión el término Latinoamérica es detestable, pero lamentablemente no hay un nombre con el que todos los americanos que hablan español y portugués estén de acuerdo y se sientan identificados. Por supuesto no es Hispanoamérica.

  7. #7 Sucaro 04 de abr. 2005

    Hablamos de ti, Hannón (ya que prefieres que te tutee).
    -Sí, ahora morimos de otras enfermedades, que tarde o temprano conseguiremos curar, momento en el cual serán otras enfermedades nuevas las que causen nuestra muerte.
    -Mucha gente tiene la dentadura deñada, pero podría evitarlo fácilmente acudiendo al odontólogo. Si no van...
    -Vives lejos de tu trabajo, y yo también. Pero muchas personas de ciudades y pueblos medianos o pequeños no tardan más de 15 minutos en llegar a su trabajo.
    -¿Suicidios? Ya eran frecuentes en la antigüedad. Tal vez lo que cambien son los motivos.
    -Sobre el control estatal... Me suena a Gran Hermano (el de verdad, el de Orwell, no el de basura).
    -Las posibilidades limitadas de voto siempre serán mejor que no tener ninguna, no es cierto?

    Tal vez no nos pongamos de acuerdo, pero eso no es lo importante; lo importante es que podamos exponer nuestras oPiniones tranquilamente y con libertad. A mi también me parece muy respetable tu punto de vista, por supuesto! Y por favor, que soy muy joven, no me digas eso de que me habrá tocado vivir tiempos más duros que a ti!!

  8. #8 Eternauta2 05 de abr. 2005

    A.M. Canto: Ud. dice "No creo que ninguno de esos aborígenes que cita quisiera ahora recuperar sus orígenes, y volver a la fase en la que estaban en 1492".

    Es en serio? Porque hay que joderse. Pidamos que nos invadan los EEUU y nos impongan su idioma y su tecnología, sus tradiciones democráticas y su sistema social. Entonces en 10 generaciones nuestros descendientes no querrán ni oir hablar del castellano (en FiliPinas fueron solo 2 generaciones) y vamos a llamarnos todos estadounidenses o el nombre que nos pongan.

    Cuando habla de "fases culturales más arcaicas" no me lo puedo creer. Si es así invadamos Marruecos ya! Como decía arriba, en unas pocas generaciones nos lo agradecerán.

    Sra. Canto, si bien creo más acertada la definición Iberoamérica que Latinoamérica, también creo que plantear lo que Ud. argumenta es simple, lisa y llanamente desconocer la realidad de América. Amén de que está valorando una cultura como mejor que otra y esto ya tiene cierto tufillo.

    En la misma España, el vasco, el catalán, el gallego reniegan del castellano y la cultura española en mayor o menor medida, siendo que hay una afinidad racial y regional, pero un aborigen americano debe agradecer la imposición por su atrasada y "arcaica cultura".

    Ahora veo porque declararon la independencia!!! :)

  9. #9 Sucaro 06 de abr. 2005

    Hannón, contraataco por la banda, :-)

    Antes de nada, gracias por pensar que se puede dialogar conmigo; me consta que para algunas otras personas son un intolerante con ideas conservadoras (me gustaría saber qué es eso) que se cree dueño de la verdad absoluta (pero es porque en algunos temas no soy "políticamente correcto", claro, y molesta lo que digo, porque la verdad ofende...), pero mira, parece que hay alguien que no oPina lo mismo. Igual el intolerante no soy yo...

    Según el DRAE:

    evolucionar.

    1. intr. Dicho de un organismo o de otra cosa: Desenvolverse, desarrollarse, pasando de un estado a otro.
    2. intr. Mudar de conducta, de propósito o de actitud.
    3. intr. Dicho de una persona, de un animal o de una cosa: Desplazarse describiendo líneas curvas.
    4. intr. Dicho de la tropa o de un buque: Hacer evoluciones.

    O sea, que en sí misma, la evolución no tiene por que ser mala ni buena; implica movimiento, y el ser humano se mueve...

    Prefieres la "democracia" espartana, en la que los ciudadanos espartanos eran iguales pero sólo los espartanos. Y es que la democracia no implica que no haya clases sociales (como las había en Atenas, esparta, Roma y en cualquier país democrático de nuestros días) y que todo el mundo tenga los mismos derechos, sino, como transcribí anteriormente, el pueblo participa en el gobierno.
    Hablas de las sociedades cazadoras-recolectoras... Bueno, en ese momento ya había estamentos: los cazadores (los fuertes y ágiles) y los recolectores (los más débiles). Los cazadores trabajaban para los recolectores y viceversa. Y en ese entonces, ya existía un líder del clan, precísamente el más fuerte, el que se imponía al resto de machos de la tribu y el que decidía qué había que hacer y cuándo, quien era apto para la caza y quien no servía más que para la recolección.
    Lo mismo que ahora, sólo que más primitivo. Ahora, como dices, son otros los que, sin necesidad de ser más fuertes (ni más inteligentes) que nosotros, deciden si podemos trabajar en A, en B o en C.
    Toda evolución tiene su parte buena y sus aspectos negativos.
    Personalmente, prefiero poder acostarme en una cama calentita sobre un colchón mullido que apiñarme en el fondo de la cueva junto al resto de miembros de la tribu sobre el suelo de piedra.
    Ya sé que no todo el mundo duerme en una cama mullida, pero ya digo, nada es perfecto...

  10. #10 Ego 06 de abr. 2005

    En mi oPinión estoy básicamente con Hannon, en el sentido de recuperar la naturalidad del ser humano, sin desdedeñar los beneficios tecnológicos.
    Salud.

  11. #11 Hannon 06 de abr. 2005

    Silmarillion:

    Ya he advertido en varias ocasiones de que mi postura no es tan radical como la planteo.

    Por lo demás, conseguir lascas es mucho más sencillo de lo que puedas creer, si tienes experiencia, claro. De hecho, hoy en día hay ejemplos de arqueología experimental que lo han demostrado.

    Un animal si se puede matar al primer flechazo, si la punta de la flecha está envenenada, por ejemplo. He incluso, me parece, a juzgar por los documentales de la 2, que tampoco es tan difícil cazar un pez con un dardo.

    Sobre la caza como estrategia de grupo, totalmente de acuerdo, pero eso no quiere decir nada malo. De hecho, me sirve de nuevo el ejemplo de los indios norteamericanos. Su caza de Bisontes, no parece haber sido demasiado infructuosa, ¿no?

    Insisto, el paso a la agricultura no fue, en mi oPinión, un adelanto, sino una necesidad.

    Pero puesto que estáis de acuerdo con la idea de abrir otro foro, voy a lanzar la pregunta a Druidas.

  12. #12 Eternauta2 10 de abr. 2005

    Me gustaría sentar algunas bases para enfocar la discusión. Las enumero a continuación. Si alguien oPina que no son válidas, las podemos revisar:

    1.- Las culturas son valorables, pero no podemos afirmar que una cultura es mejor que otra en términos generales. (de ahi al nazismo hay un paso)

    2.- Un pueblo no tiene derecho de imponer por la fuerza su lengua y cultura a otro.

    3.- Un pueblo es libre para autodenominarse como mejor crea conveniente.

    4.- Iberoamérica no es un territorio homogéneo, ni racial ni culturalmente.

    5.- El denominador común de estos territorios es que los estados que lo conforman tienen como idiomas oficiales los hispanos: castellano y portugués.

    6.- Hay importantes cantidades de indígenas que fueron levemente hispanizados, o que directamente no lo fueron.

    Establecido esto, podemos hablar de una américa hispanoparlante, con mayor seguridad de lo que podemos hablar de una iberoamérica. De hecho esta riqueza de matices que tiene la región es lo que le da al castellano una vitalidad singular en el mundo (escritores, músicos, etc.). Tampoco hay que olvidar que durante la mayor parte del siglo XX la industria editorial en español en américa fue importantísima.

    Lingüisticamente hablando España sin América hubiera sido poco más que Polonia. Sinceramente creo que si hay algo que identifica y le da fuerza de conjunto a iberoamérica es su lengua.

  13. #13 Irmandiño05 06 de nov. 2005

    Saludos.
    Por deferencia a mis colegas latinoamericanos, me expresaré en castellano.

    Este tema me toca por dos lados: por mi doble condición de gallego y de paraguayo adoptivo.

    Sobre el tema de latinoamérica. Siempre entendí que el tema de Latinoamérica había quedado zanjado con la declaración de la Cumbre de Guadalajara de hace unos años, en la que los gobernantes de no sé cuantos países pidieron que se les llamara así. En definitiva se trata de una cuestión política para intentar tener o mantener influencia en la zona. Latinoamérica estaría más relacionado con Italia (cuya presencia cultural es muy inferior a la ibérica) y con la mayor presencia de Italia en Washington y lo que esto represena. Lo de la influencia maligna francesa, que se menciona antes, es una sorpresa para mí y me gustaría que me corrigiéseis si es que hay algún dato al respecto. Para mi se trata de que Italia-USA-Latinoamérica es una imagen de mayor prosperidad que España-Portugal-Iberoamérica, y por tanto más deseada. Y punto. No hay más que comparar la atención que los gobernantes de esos países prestan a las Cumbres Iberoamericanas (véase Salamanca hace poco) con las Cumbres de las Américas (véase Mar del Plata ahora mismo).

    Por lo que se refiere a los expolios, genocidios y otras atrocidades para mi la pregunta que cabe responder es qué habría pasado si en vez de ser Europa la que colonizase América hubiera sido América la que colonizase Europa. En mi oPinión, no creo que hubiera habido grandes diferencias. Basta ver lo que ha pasado tras las independencias de todos los paises con el resto de población indígena que quedaba. En Europa ha sido también igual, no somos ni mejores, ni peores.

    A continuación he visto el tema de las lenguas, identidades y politiqueos al respecto, que han surgido a lo largo del debate, incluyendo a algún paisano.

  14. #14 Irmandiño05 06 de nov. 2005

    Muchas gracias por la información acerca del origen del término, que desconocía. Tan sólo he revisado lo que he podido encontrar en internet, mis recursos de tiempo y situación son limitados y no es esta mi área. En cualquier caso, sea por filogalicismo o filolatinismo sigo suponiendo que la base de esta "amistad" desde el punto de vista de un oPinante latinoaméricano con algún tipo de oPinión sobre el tema, sería la que exponía. Asimismo, si los italianos llegaron los últimos, no lo hicieron tan mal porque al final... Colon era italiano.

    Una cita curiosa sobre una visión propia sobre el tema:

    http://www.mindef.gov.ar/edna/biblioteca/coleccion/15_2001.htm

    En mi oPinión es sintomático quien es el sujeto que se pregunta por el concepto (en el artículo anterior).

    Y otro no menos curioso:

    http://www.mgar.net/docs/hispano.htm

    Y desde que el pueblo (o la parte de el con recursos para un ordenador y un teléfono) puede oPinar gracias a internet:

    http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/forums/newsid_4347000/4347922.stm

    Por lo que se refiere a la cita que mencioné, tengo que reconocer que cuando las citas se hacen de memoria ...pasan estas cosas.

    Recuerdo las declaraciones a la prensa de diferentes jefes de gobierno tras la primera Cumbre Iberoamericana en Guadalajara 1991 en la que varios presidentes cuestionaban el propio término, frente a la primera celebración de una cumbre iberoamericana, manifestando como preferirían ser conocidos como Latinoamérica. Sin embargo, no he encontrado ningún recorte propio, ni mención de terceros (con el tiempo lo que no esté en internet... ni existirá). Mi error fue creer que aquel recuerdo se refería a la declaración al mezclarlo con referencias posteriores. Disculpas. La verdad es que habría sido ...muy fuerte. No obstante, la razón por la que creo que la cumbre se seguirá llamando Iberoamericana es porque la paga España (que creo no equivocarme, somos quienes soportamos la mayor parte de sus gastos) y no por otra cosa. A lo mejor... me equivoco.

    Conste, por último, que estoy a favor de la ciencia, el rigor y la coherencia entre lenguaje y razón cuando tiene sentido el que la haya. Tan sólo quiero destacar lo poco que pesan estos conceptos frente a otros más ...prácticos.

  15. #15 Zero_Net 04 de jun. 2006

    Hola es mi primera intervencio en este foro.

    Quisiera presentarme:
    Soy peruano de descendencia japonesa viviendo en Japon.

    Quisiera comentar sobre este tema, muchos ven este tema solo desde sus realidades, es decir como descendientes de la Europa Latina o Iberica o como quieran llamarlo.

    Yo como descendiente de Japones nacido en Peru me resulta muy raro sentirme como un Latinoamericano o Iberoamericano, me parece que estos terminos son como una especie de imposicion contra las minorias etnicas culturales residentes en este continente.

    El unico termino que encuentro razonable al menos para mi es el termino idiomatico que vendria a ser el comun denominador en esta region, yo preferiria denominar a lo que hoy lo llaman Latinoamerica como America Hispanohablante.

    O es acaso que a algunos de ustedes aceptarian que les llamase (Nikkei)americanos? para los que no lo saben (Nikkei) significa descendientes de Japoneses, pues tambien esta region fue habitada por los japoneses.

    Particularmente mis costumbres son japonesas, mis gusto estan ligado en cuestion de gastronomia a la comida Japonesa si queremos ser mas exacto la comida Okinawense (Okinawa Ryori) Okinawa es una provincia Japonesa donde provienen mis abuelos, y por otro lado me gusta la comida Peruana como el cebiche, el aji de gallina, el lomo saltado que por mi oPinion es comida exclusivamente peruana, ya que en otros paises que se autodenominan "LATINOS" no los hay y mas aun ni lo conocen.

    Para evitar tanta discucion de que yo tengo la razon o el que otro tenga la razon, o en querernos obligar bajo una imposicion que tu eres latino o no, lo que yo popondria es que se respete las diversidades culturales, que se respete la identidad de cada grupo cultural.

    Pues una identidad debe ser formada baja una libre eleccion y jamas bajo una imposicion y eso de querer HOMOGENIZAR con esto de lo Latino, Iberico o Hispano a todos los habitantes de esta region me parece autoritario y muy cruel.

    Nadie tiene derecho de imponernos alguna identidad cultural que no la sentimos ni compartimos.
    Culturalmente me identifico como UN NIKKEI PEUANO o no como Un Latino ni Ibericoamericano.
    y si es por cuestion idiomatico simple UN NIKKEI HISPANOHABLANTE.

    No hay mas que hacer todo esta en el RESPETO SIN LLEGAR A LA IMPOSICION.

    Cuando todos los seres humanos sean tolerantes, respeten las ideas , los sentimientos y la decisiones de las personas sin creerse duenos de la verdad, en que yo tengo la razon y tu no y que cada quien elija libremente como quiere identificarse creo que en ese caso estariamos dentro de lo que conoce como UNA CIVILIZACION.

    Y nuevamente hago enfasis en esto, UNA IDENTIDAD CULTURAL debe ser forjada a la libre eleccion y JAMAS BAJO UNA IMPOSICION.

    Asi pues a los que realmente se sientan LATINOAMERICANOS deberian respetarlo aunque no nos guste ni compartamos con tal idea, asi como los IBERICOAMERICANOS o como en mi caso Un NIKKEI HISPANOHABLANTE.

    Yo jamas aceptarian que me quieren imponer el termino "LATINOAMERICANO" o "IBEROAMERICANO" por una sencilla, NO LO SOY.

    Saludos a todos.



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