Autor: A.M.Canto
sábado, 12 de mayo de 2007
Sección: Artículos básicos para iniciarse
Información publicada por: A.M.Canto
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El testamento del cerdito Corocotta

Al hilo de un debate sobre el bandolero Corocotta, que en un libro de inmediata aparición se insiste en presentar como un caudillo de la resistencia cántabra frente a Roma, parece interesante divulgar y traducir un poco conocido y cómico texto latino: el Testamentum Porcelli, de autor anónimo y mediados del siglo IV d.C. , cuyo protagonista es un infeliz cerdito, natural de África y con ese mismo nombre.

Nota.- Artículo de febrero de 2005, a partir de un debate de febrero de 2004, en http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3349
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Al hilo de un debate aquí mismo sobre el bandolero Corocotta, que en un libro de inmediata aparición (“de Historia", según El Magazine de “El Mundo”) se insiste en elevar a los altares de la resistencia cántabra frente a Roma, parece interesante divulgar un poco conocido y cómico texto latino: el Testamentum Porcelli, de autor anónimo y mediados del siglo IV d.C. El nombre del suido protagonista es –y no parece que casualmente– M. Grunnius Corocotta, el segundo nombre de animal, africano y bastante poco adecuado para un caudillo militar (sería algo como "La Hiena").

Para mayor comodidad de los lectores menos acostumbrados a la lengua latina, he separado los párrafos, insertando su respectiva traducción.

Incipit testamentum porcelli.
Aquí comienza el testamento del cerdito.

M. Grunnius Corocotta porcellus testamentum fecit. Quoniam manu mea scribere non potui, scribendum dictavi.
El cerdito Marco Gruñón Corocotta hizo testamento. Ya que no podía escribirlo de mi propia mano, lo dicté para que lo escribieran.

Magirus cocus dixit 'veni huc, eversor domi, solivertiator, fugitive porcelle, et hodie tibi dirimo vitam'. Corocotta porcellus dixit 'si qua feci, si qua peccavi, si qua vascella pedibus meis confregi, rogo, domine coce, vitam peto, concede roganti'. Magirus cocus dixit 'transi, puer, affer mihi de cocina cultrum, ut hunc porcellum faciam cruentum'.
Cocinador, el cocinero, dijo: "Ven aquí, destructor de la casa, hocicador de suelos, cochino huidizo, que hoy voy a acabar con tu vida". El cerdito Corocotta dijo: "Por favor, si hice algo malo, si en algo pequé, si rompí con mis patas la vajilla, ay, señor mío cocinero, te pido que me perdones la vida, sé indulgente con el que te ruega". Cocinador el cocinero dijo: "Ve, pinche, y acércame un cuchillo de la cocina, que voy a rajar y desangrar a este cerdo".

Porcellus comprehenditur a famulis, ductus sub die XVI kal(endas) Lucerninas (1), ubi abundant cymae, Clibanato et Piperato consulibus. Et ut vidit se moriturum esse, horae spatium petiit et cocum rogavit, ut testamentum facere posset. Clamavit ad se suos parentes, ut de cibariis suis aliquid dimitteret eis.
El cerdito fue atrapado y conducido por los criados el decimosexto día antes del mes de las Lamparillas (1), cuando abundan los repollos, en el año de los cónsules Horneado y Pimentado. Cuando comprendió que iba a morir, solicitó una hora de tiempo y rogó al cocinero que le permitiera hacer su testamento. A voces llamó junto a sí a su familia, para que cada uno recibiera algo de sus provisiones.

Qui ait: “Patri meo Verrino Lardino do lego dari glandis modios XXX, et matri meae Veturinae Scrofae do lego dari Laconicae siliginis modios XL, et sorori meae Quirinae, in cuius votum interesse non potui, do lego dari hordei modios XXX. Et de meis visceribus dabo donabo sutoribus saetas, rixoribus capitinas, surdis auriculas, causidicis et verbosis linguam, bubulariis intestina, isiciariis femora, mulieribus lumbulos, pueris vesicam, puellis caudam, cinaedis musculos, cursoribus et venatoribus talos, latronibus ungulas. Et nec nominando coco legato dimitto popiam et pistillum, quae mecum attuleram de Thebeste usque ad Tergeste (2) : Liget sibi collum de reste!”
Y así dice: “A mi padre, Verraco Mantecoso, doy y lego para que le entreguen 30 medidas de bellotas, y a mi madre, Lechona Viejecita, doy y lego para que le entreguen 40 medidas de trigo candeal de Laconia; a mi hermana Romulina, a cuyas bodas no pude asistir, doy y lego para que le entreguen 30 medidas de cebada. Igualmente daré y donaré de lo mío más íntimo: a los zapateros mis cerdas, a los pendencieros mi hocico, a los sordos mis orejas, mi lengua a los picapleitos y charlatanes, mis intestinos a los embuchadores de carne de buey, mis muslos a los saladores de jamones, mis sedes sexuales a las mujeres, a los muchachos mi vejiga, a las muchachas mi colita, mis músculos a los mariquitas, mis fuertes tobillos a corredores y cazadores, a los ladrones mis pezuñas. Y, sin citarlo por su nombre, dejo como legado al cocinero el mortero y la mano de mortero que me había traído conmigo desde Thebeste hasta Tergeste (2) : ¡Ojalá que se ahorque de una ristra de ajos!”

“Et volo mihi fieri monumentum ex litteris aureis scriptum:
M. Grunnius Corocotta porcellus
vixit annis DCCCC . XC . VIIII . S .
quod si semis vixisset,
mille annos implesset.”

“Y quiero que se me erija un monumento fúnebre, con esta inscripción en letras de oro:
«(Aquí yace) Marco Gruñón Corocotta, cerdito,
vivió 999 años y medio
si hubiese vivido medio más,
habría completado los mil años»”

“Optimi amatores mei vel consules vitae, rogo vos ut cum corpore meo bene faciatis, bene condiatis de bonis condimentis nuclei, piperis et mellis, ut nomen meum in sempiternum nominetur. Mei domini vel consobrini mei, qui testamento meo interfuistis, iubete signari.' “
“A los que más me aman o a los que habéis decidido sobre mi vida, os ruego que hagáis algo bueno con mi cuerpo, que condimentéis mis partes blandas con buenas especias, pimientas y mieles, para que mi nombre sea recordado por siempre. Dueños míos y parientes, que habéis asistido al acto de mi testamento, haced el favor de firmarlo”.

Lardio signavit. Ofellicus signavit. Cyminatus signavit. Lucanicus signavit. Tergillus signavit. Celsinus signavit. Nuptialicus signavit.
Firmó Mantecón. Firmó Bocadito de Carne. Firmó Asado al Comino. Firmó Asado a la Lucana. Firmó Asado a la Espalda. Firmó Asado al Celso. Firmó Asado Nupcial.

Explicit testamentum porcelli sub die XVI kal(endas) Lucerninas Clibanato et Piperato consulibus feliciter.
Aquí termina felizmente el testamento del cerdito, hecho el día decimosexto antes del mes de las Lamparillas del año del consulado de Horneado y Pimentado.

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(1) Debe tratarse del 17 de enero, lo que coincide con la época tradicional de la matanza y con la abundancia de repollos o coles.

(2) He seguido la versión latina comúnmente establecida excepto en estos dos puntos gráficos, que suelen figurar así: dimitto popiam et pistillum quae mecum attuleram : de Thebeste usque ad Tergeste liget sibi collum de reste!; coloco los dos puntos tras Tergeste, puesto que no tiene sentido "ahorcarse desde Thebeste hasta Tergeste", y en cambio sí lo tiene que en algún lugar del texto el cerdito deje constancia de su ciudad de origen y de aquélla en la que vino a morir, tal como muchas veces se documenta en los epitafios reales.

................

Esta curiosa composición es de autor anónimo, y se data hacia el año 350 d.C. Fue muy popular en su momento, ya que San Jerónimo, en la introducción al libro XII de sus “Comentarios al profeta Isaías”, la menciona de este modo: Testamentum Grunnii Corocottae porcelli decantant in scholis puerorum agmina cachinnantium (“legiones de niños, riéndose a carcajadas, recitan cantando en las escuelas el testamento del cerdito Gruñón Corocotta”). Esta popularidad denota posiblemente una mayor antigüedad de la obrita.

Se trata del remedo cómico del acto legal romano de redacción de un testamento, dejando legados y asegurándose de la construcción del mausoleo con su correspondiente inscripción.

Muchos de los términos y nombres que aparecen en el texto son puras invenciones ad hoc, inexistentes en latín, que he traducido de forma aproximada, como los siete “testigos firmantes” (que realmente eran requeridos para dar validez legal a los testamentos), que imagino representan diferentes formas de guisar el cerdo en época romana, aunque pueden transcribirse también de forma directa (Lardión, Ofélico, Cuminato, Lucánico, Tergilo, Celsino, Nupciálico). O el apellido "familiar" del marrano, Grunnius, que es claramente alusivo al peculiar sonido emitido por estos animales.

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Texto y contexto harán más fácil valorar el sobrenombre que sigue a Grunnius, "Corocotta", que es el mismo del ladrón (lestés en griego) citado por Dión Casio (56, 43, 3) no como hispano, sino como “en Hispania”, en relación con una mera anécdota durante una de las estancias de Augusto aquí. Se trata de un bandolero que viene, asombrosamente, siendo considerado, incluso por profesionales y autores de libros, como “un héroe de la resistencia cántabra contra Roma”. Acaba de ser objeto de un artículo anunciando un libro a punto de salir, y que el diario "El Mundo" juzga una obra de “Historia”
(véase http://www.elmundo.es/magazine/2005/281/1108493676.html).

Por el contrario, el nombre “Corocotta”, como puede comprobarse por este Testamentum Porcelli, se consideraba en época romana carente de seriedad y era usado en tono burlón. Podría traducirse como “La Hiena”, un nombre muy apropiado para ser el apodo del jefe de una banda de ladrones.

Sabemos por Plinio el Viejo, que lo comenta en su excurso acerca de las hienas (Naturalis Historia, VIII, 107), que la corocotta era un híbrido similar a aquéllas y originario del África nororiental: Huius generis coitu leaena Aethiopica parit corocottam, similiter voces imitantem hominum pecorumque (“de una unión de este tipo la leona etiópica pare a la ‘corocotta’, que tiene la facultad de imitar las voces de hombres y ganados”). Algunos epígrafes apuntan también a este origen para el nombre mismo.

Junto a la ausencia de mención en Dión Casio de que el tal bandolero fuera hispano, hay algo importante en el texto que presentamos que ayuda a reforzar nuestra hipótesis de que este personaje, convertido entre nosotros en cántabro (posiblemente por un comentario bastante desaforado de Adolf Schulten), fuera en realidad africano: En una parte de sus legados, el cerdito Corocotta dice que deja al cocinero el almirez y la mano del mismo, “que me había traído conmigo desde Thebeste hasta Tergeste” (2). Esto indica claramente que la ciudad en la que vivía y fue sacrificado era Tergeste (la actual Trieste en Italia), mientras que su patria de origen era Thebeste, ciudad próxima a Cartago, en el moderno Túnez. Por lo tanto, dado el contexto onomástico de la obrita, es claro que el anónimo autor buscó para el cerdo un cognombre que no sólo moviera a la risa, sino que expresara un origen típicamente africano, y éste fue Corocotta.

De tal modo que resulta pintoresco que un individuo de este mismo nombre, que el historiador Dión Casio describe como poco honorable (pues se presenta a cobrar su propia recompensa) y posiblemente no hispano, acabe siendo para nuestra Historia Antigua un “valeroso guerrero cántabro contra el Imperio de Roma” o El último soldurio. El caudillo hispano que resistió a los romanos, que tal es el nada equívoco título del libro de Javier Lorenzo próximo a aparecer y encomiado como histórico en el citado magazine cultural. Y por más que (dicho sea de paso) soldurius sea un tipo de guerrero que Julio César (De bello Gallico III, 22) cita sólo en relación con la Galia Aquitana, mientras que su equivalente hispano, en todo caso, eran los devoti, practicantes de la famosa devotio iberica.

Quede aquí al menos esta contribución, esperando que ayude a contener la extensión en la sociedad de otro error histórico, y para mayor documentación de lo que no es más que un tópico nacionalista sin base histórica alguna. Convendrá añadir que nada en absoluto tenemos contra el autor, e incluso tampoco contra su obra, siempre que se presente como lo que realmente es: uno de tantos relatos de ficción ambientados en la Antigüedad que tanto furor hacen en estos tiempos.


© De la transcripción latina:
http://www.fh-augsburg.de/~harsch/Chronologia/Lspost04/Porcellus/por_test.html (excepto el detalle indicado en la nota 2)
© De la traducción española y comentarios: Alicia M. Canto, para Celtiberia.net.

Bibliografía complementaria:
"Testamentum porcelli", en: Petronii opera, ed. F. Bücheler, Berlín, 1922.
El testamentum porcelli: introducción, texto, traducción y notas de A. D’Ors, Est. Clás., Supl. Ser. de Textos 3, Madrid, 1953 (cf. Revue Internationale des Droits de l’Antiquité. Tome II, 1955, pp. 219-236).
R. Herzog y P.L. Schmidt, J. Divjak, Handbuch der lateinischen Literatur der Antike. Restauration und Ernuerung : Die lateinische Literatur von 284 bis 374 n. Ch., vol. 5, Munich, 1989, nº 550.2.

Debate en este mismo portal: http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3349

P.D.- Quizá el cerdito Corocotta hubiera preferido ser sacrificado en nuestros tiempos, ya que al menos (se supone que) se les aturde, por electricidad o por inhalación de dióxido de carbono, antes de abrirlos en canal para su desangramiento... aún vivos:
http://www.3tres3.com/comportamiento/ficha.php?id=32
http://www.3tres3.com/comportamiento/ficha.php?id=33&PHPSESSID=
31eb711fe0b6cc973283b704c9cc6156


Comentarios

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  1. #1 A.M.Canto 14 de mar. 2005

    Gracias por la confianza, Javier, ya sólo por eso me leeré la novela. Me alegro de la buena venta, ya te la auguré en el blog del Santiago Apóstol. Yo aprovecharé también el paso del Pisuerga por donde pase para decirte:

    1) No sé si con la "obra de categoría histórica" te refieres al testamento del cochinillo. Jamás he dicho que lo sea. Pero la cita de este texto cómico sirve para demostrar
    a) que el nombre era africano, como el animal al que definía; y
    b) que un nombre especialmente buscado para un cerdo no puede ser el mismo que el de un héroe.

    2) ¿Me dices en serio que el bandido Corocotta, haciéndose rico cobrando su propia recompensa de manos del enemigo, "simboliza la rebeldía", como dices? Mira, es mejor para él que le hayas creado una vida nueva, porque la suya real no parece tan edificante.

    3) El ejemplo de "burro" que pones no es válido, porque es un nombre común, y aquí hablamos de un apellido: Nadie se apellida "Burro"... ni "Hiena", o por lo menos no sería muy corriente...

    4) Augusto vino más veces a Hispania como emperador, quizá algo del año 15, el año 14 a.C. y parte del 13 a.C., cuando volvió a Roma, se lo pasó en Hispania, reorganizando, asentando veteranos y fundando colonias..., lo cuenta él mismo en sus Res Gestae (esta parte te la tienes que repasar ;-) . Pero eso da igual, está claro que conoció a Corocotta en Hispania, pero absolutamente nada indica que tuviera que ver con las guerras, en las que el propio Augusto estuvo poquísimo, siempre se ponía malito en estas circunstancias. De hecho, es bastante concluyente el detalle de que los libros en los que Dión Casio habla sobre las guerras cántabras son el 53 y el 54, y en cambio al Corocotta éste lo cita en el 56, dos libros después. Es lógico que tú no puedas ser objetivo en esto, pero para los demás, hombre...

    5) Aprovecho para contestarte aquí a algo que me decías en el blog extremeño, cuando te decía que “soldurius” sólo había en Aquitania (otra culpa de Schulten): "el término soldurio aparece también en el episodio que narra la muerte del caudillo cántabro Laro durante la II Guerra Púnica. La devotio ibérica, en cualquier caso, era muy similar a los soldurios".

    Por aquí tampoco puedo pasar: El término soldurio no aparece en ninguna parte de las "Punica" de Silio Itálico, y menos aún en el episodio de la muerte del cántabro Larus (libro XVI, vv. 47 ss.), como vamos a comprobar ahora mismo:

    Vix uni mens digna viro, novisse minores
    quam deceat pretiumque operis sit tradere famae.
    Cantaber ingenio membrorum et mole timeri
    vel nudus telis poterat Larus. hic fera gentis
    more securigera miscebat proelia dextra
    et, quamquam fundi se circum pulsa videret
    agmina, deleta gentilis pube catervae
    caesorum implebat solus loca: seu foret hostis
    comminus, expleri gaudebat vulnere frontis
    adversae, seu laeva acies in bella vocaret,
    obliquo telum reflexum Marte rotabat.


    Y no tiene por qué aparecer, ya que devotio es devotio, hispana, y soldurio es soldurio, galo aquitano. Con estas afirmaciones sí tienes que ser más cuidadoso. En la sección de firmas de cualquier librería no te vas a encontrar con gente que sepa estas cosas, pero por aquí es más arriesgado.

    Sobre lo último que dices, que "nunca has negado que tu obra sea ficción". Hombre, para sacar 400 páginas de dos líneas y media hay que echarle mucha ficción, eso está claro. Aunque te hayas documentado, que no lo dudo (o más bien lo sé), habrás tenido que mezclar de todo. Esto parte de que en tu artículo de "El Mundo" sí que sugerías, bueno, decías claramente, que el libro partía de un personaje histórico real, y que tal y tal. Y eso es lo que no puede ser.
    Ya me han dicho que en la presentación del libro estuviste más moderado. y de eso se trata. Pienso que tú sinceramente creíste en el personaje tal como Schulten lo pintaba, y otros autores después; autores que (como es muy frecuente en España) no se han cuestionado nada del pasaje de Dión Casio a fondo, y no conocerán a nuestro cerdito, a la hiena africana de Plinio y Aeliano y estas cosas... Y pensaste de buena fe que el tal Corocotta era histórico, héroe, cántabro y lo demás. Ahora es tu hijo, le has adoptado, y te ves obligado a defenderle. Pero también puedes salir de tu error, al menos no insistir tanto en que es histórico en el sentido "jefe-cántabro-héroe- resistente a Roma", y tomar nota de lo ocurrido para tu próxima novela.

    De hecho, encontrarás aquí mismo, en otro foro, una que van a escribir algunos colegas de Celtiberia, que se llamará, naturalmente, "El último celtíbero", con una anécdota más interesante y mucho más patriótica; aunque, qué pena, no sabemos el nombre del protagonista.

    Recibe un cordial saludo, ahora te escribiré, por si todavía piensas en hacerme llegar el libro ;-)

  2. #2 diviciaco 14 de mar. 2005

    Si me permites que yo te conteste, empiezo por la distinción entre "de" y "en": Lo que ocurre es que en la frase que pones de ejemplo y en la de Dion Casio hay estructuras distintas: En la frase que pones de ejemplo "a una persona" es complemento directo, en tanto que si decimos: Una persona es gruísta en Francia, aquí "Una persona" es el sujeto de la oración y la nacionalidad de esa persona nos resultará ambigua, a menos que dispongamos de mas información.

    Como se ha dicho aquí en el caso de Corocotta si se dispone de esa información desambiguadora, pues existe constancia de ese nombre en Africa.

    Dices por otra parte que donde se iba a encontrar Augusto con un personaje como el que nos ocupa si sólo estuvo en España con relación a las guerras cántabras.

    Pero es que Octavio dedicó muy poco tiempo a la guerra en sí. Se retiró y dedicó la mayor parte de su estancia en España a las tareas mas variadas e incluso peregrinas.

    Sí Corocotta fuese un caudillo debería de haber aparecido en los libros 53 y 54 donde se ocupa del Bellum Cantabricum et Asturicum. ¿porqué mencionarlo de pasada ocultando que fuera cántabro o ástur dos libros despues y fuera de contexto?

    Casi me respondo yo: por la teoría conspirativa: había que desprestigiarlo, borrar su memoria, etc.

    ¿No estamos encadenando entonces muchas hipótesis y haciendo deducciones otra vez sobre ellas ?

    Por hacer caso a Occam: Que fuese un bandido, como dice Dión, a la vista de sus comentarios, del libro donde están, y de la estirpe del nombre ¿no es la hipótesis mas sencilla y hasta que podamos descartarla no deberíamos formular otra? Pregunto.

    Salud.

  3. #3 A.M.Canto 09 de jun. 2005

    Asterio: La verdad es que convencerle no me interesa ni poco ni mucho. Mis argumentos están limpia y honestamente expuestos, con pelos y señales, autores, textos, fuentes, capítulos y años, para que todo el que sepa valorarlos lo pueda hacer.

    Tiene Ud. una fijación con los temas personales que delata algo. En vez de argumentar a los argumentos, ataca a la persona, a la supuesta debilidad de lo que aduce (pero sin explicar por qué, claro), y a algunas "oscuras causas" que la mueven. Todo bastante "déjà vu", y síntomas inconfundibles de la pobreza argumental sobre el fondo.

    Es palmario cuando me dice: "...está claro que si se muestra de esa forma es porque son conclusiones a las que usted quería llegar de antemano, pues los motivos que le mueven en su cruzada personal contra una inocua novela, que ni tan siquiera ha leído..."

    Pero, hombre, por lo menos amárrese algún macho antes de afirmar esas cosas. Porque resulta que en enero de 2004, o sea, un año antes de que el Sr. Lorenzo publicara su libro, yo ya decía aquí mismo las mismas cosas, en un foro sobre Gallaecia: http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3221
    (mensaje de 18/01/2004), y todavía en varios mensajes del 7 y 8 de febrero de 2005: http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3349,

    esto es, 5 días antes de que apareciera el artículo del Sr. Lorenzo en el Magazine de El Mundo, que fue su "pistoletazo de salida". De forma que otro "patinazo" prejuicioso que se anota Ud. en su cuenta... Lo único que cambié, al releer una vez más a Dión, es que, más claro, aún, decía "en Iberia" y no "de Iberia" (más a favor de su foraneidad), que la recompensa eran 250.000 sestercios en vez de 200.000, y añadir lo del cerdito (que Ud. sigue sin entender para qué sirve). Lo demás, todo es lo mismo que ya pensaba de antes: que un pueblo tan valeroso como el cántabro se merece un verdadero héroe, no éste que Dión Casio describe.

    ¿O alguien se puede imaginar a Viriato presentándose a los romanos para cobrar el dinerillo de su recompensa, y marchándose a Roma para disfrutar de la vida...?

    Me conformo con que pueda haber muchos más lectores, de los silenciosos, que hayan podido ver claramente dónde están los errores y los problemas, y el procedimiento por el que se llegan a montar algunos mitos nacionalistas y nacionales. Y ese objetivo sí es uno de los que me interesan, por causas que Ud. ni se figura. Ni falta que hace, claro.

  4. #4 A.M.Canto 16 de jun. 2005

    Asterio: Es la segunda vez que me menciona al Dr. Ramírez Sádaba como si le hubiera insultado o despreciado su trabajo; qué curioso, y una vez más sin decir dónde se puede comprobar lo que Ud. dice. La vez anterior, el día 9, "pasé" de hablar de ello, pero esta segunda me indica que Ud. habla por boca de ganso, es "la voz de su amo", el o los que sean.

    A Ud. le da igual que yo le haya demostrado, aquí mismo, que ya pensaba lo mismo sobre Corocotta hace un año, cuando no había libro del Sr. Lorenzo al que "atacar". Que le haya demostrado que en otros momentos, aquí mismo, he elogiado a Schulten. Que cada cosa que he afirmado la haya razonado y documentado, que haya probado mi diferente interpretación del texto de Dión Casio, no sólo explicando los términos griegos correspondientes, sino encontrando después el apoyo de dos eminentes filólogos griegos ingleses que tradujeron igual, o que en el mensaje al que se supone que Ud. responde (A.M.Canto Ayer, a las 09:01) no se contenga un sólo insulto hacia su persona, como es mi estilo.

    Y, habiendo entrado aquí hace poco nada menos que dando clases de "metodología científica" (Somna 12/05/2005, 14:44:09, 7º párrafo), nos ha demostrado en público -como no podía ser de otra forma- que Ud. no ha aportado ni un solo argumento cientifico o dato real donde uno pueda comprobar lo que afirma, sobre el tema que se debate en este artículo, que desde luego no es mi persona.

    Por lo tanto, deduzco, usando la lógica natural, que Ud. vino aquí expresamente a atacarme, y que Corocotta, su nacionalidad o sus condiciones reales, le importan a Ud. un bledo al cubo, como Ud. mismo penosamente ha demostrado, pues si no es un héroe, ni le importa que sea cántabro, ¿cuál es su tesis? De forma que Ud. mismo ha dejado ver que su único objetivo al entrar aquí era desacreditarme, sacarme de mis casillas, o al menos intentarlo. Pero, como ve, también sin éxito.

    Muchos colegas no aceptan mis hipótesis por razones personales, cada uno tendrá la suya, pero es obvio que eso no invalida las hipótesis. Las invalidaría el que ellos escribieran la demostración científica de que están equivocadas. Pero el caso es que no escriben artículos demostrando su invalidez, qué curioso, ¿será que no pueden? Entre otras cosas, reconocer que llevan decenios publicando lo contrario, o que se han equivocado y rectificar, eso, como dice el sabio refrán, no está al alcance más que de los verdaderos sabios, que no abundan. Otros rectifican pero no lo reconocen, se limitan a practicar el “ninguneo”, tan hispano y tan penoso, o a plagiar sin citarme ni decir por qué han cambiado de opinión. Como comprenderá, tal tipo de gente no me quita el sueño, ya vendrá la historiografía después y quedarán con las vergüenzas al aire. O yo misma se las pondré, mientras viva.

    Su mensaje además está lleno de penosas contradicciones (por ejemplo, ¿qué talla científica tiene el Sr. Lorenzo para que yo pierda mi tiempo en “atacarle”?). Y, de forma excepcional, le demostraré que se equivoca una vez más cuando dice que “no tengo dónde escribir”, o que “en ningún otro sitio voy a obtener que se me escuche o valore”, que “aquí creeré obtener lo que no poseo dentro del mundo académico”. Rogando perdón a los demás por referirme a detalles de mi CV (lo que no he hecho aquí nunca, ni cuando me han dado ganas ante algún necio), no creerá Ud. que, si no tuviera cierta calidad lo que investigo, publicaría en el extranjero con la frecuencia con la que gracias a Dios lo hago, desde varias veces en las Madrider Mitteilungen, a los cuatro últimos en Rivista Storica del’Antichità (1999), Athenaeum (2004), Revista Portuguesa de Arqueología (2004) o Latomus (2005), y todas las veces con documentos o tesis novedosas, como que Teodosio el Grande era de cerca de Sevilla, que eso son palabras mayores. Vamos, no creerá Ud. que en este tipo de revistas serias aceptan y publican lo primero que se le ocurre a cualquier “cantamañanas”. Ni habría obtenido la más prestigiosa beca del mundo, la de la Fundación Alexander von Humboldt, y siendo aún simple Ayudante (1985). Ni sería miembro del Instituto Arqueológico Aleman de Berlín desde 1991 (sin ser catedrática, por cierto), ni estaría para pedir mi 5º sexenio positivo de investigación, el año que viene, o sea, por la totalidad de lo publicado en mi vida académica. Y eso que, mientras tanto, he tenido problemas personales muy difíciles de sobrellevar para cualquiera.

    Pero baste de esto. Si le hace a Ud. ilusión, o a quienes le envían, pensar que yo no sería nadie si no anduviera por la Red, pues adelante. Hay gente acomplejada que para vivir necesita creer estas cosas de los demás. A mí lo que más me gusta de la Red, y de Celtiberia, es poder divulgar, corregir errores muy extendidos en la sociedad y, cuando toca, desenmascarar a los que pasan por lo que no son.

    Termino: Lo que dice Ud. de los miembros y lectores de Celtiberia sí que le deja en evidencia y demuestra el desprecio de fondo que les tiene: Según Somna/Asterio/Marco Aurelio Balbás, los celtíberos de aquí “son siervos de una reina, gentecilla de instituto que siguen a una matona (¡!), unos serviles que ríen las gracias, los ciegos de una tuerta , que se dejan impresionar con cualquier cosa, no cualificados...”. Ellos saben que nada de eso es verdad. Pero ahora, y de su propia mano, sí pueden saber quién es Ud. en realidad, qué buscaba, y cómo tiene que ser de falso todo lo que dice, de la primera a la última palabra, porque está dictado por los mismos bajos sentimientos.

    Y, por cierto, su nombre auténtico (si es el verdadero) le queda demasiado grande. Marco Aurelio, el emperador filósofo, era un pensador de exquisito intelecto.

    P.D.- Y tampoco lo mío es el "victimismo". Le debían de haber informado también a Ud. que, debido a necesidades vitales, metafóricamente hablando, como se suele decir (y perdón a los demás por salirme de mi "libro de estilo"), tengo los huevos cuadrados y de hierro.

  5. #5 Corcontas 19 de jun. 2005

    Hola, aquí estoy de nuevo después de una temporada sin querer asomarme. Y cuando lo he hecho, me he visto sorprendido por la intensidad del debate. En fin, creo que debo decir un par de cosas. Una es que nadie tiene, o debería tener, la certeza de que su hipótesis es correcta al 100%. Por supuesto, me incluyo el primero. Por tanto, el debate se produce entre dos opiniones que no poseen la verdad absoluta. No descarto -nadie podría hacerlo por completo- que la sra. Canto tenga razón. Es posible y ahí están sus argumentos, que aunque no comparta, respeto y creo muy dignos de consideración. Pero también pienso que nadie puede afirmar con rotundidad divina que al menos algo de lo que dice Schulten, Asterio o un servidor no tiene parte de verdad. Al menos, algo. Creo que coincidiremos todos en que estos asuntos, tan lejanos en el tiempo y tan escasamente documentados, nos impiden ser dueños de la verdad o del error absolutos.
    Me gustaría comentar también que pido mil excusas por intentar acercarme a toda clase de público utilizando una infantil comparación con el personaje de cómic galo. Lamento que mi intento por divulgar una época y una hipótesis sobre un personaje histórico resulte tan imperdonable.
    Añadiré también que cualquiera que llegue a las últimas páginas del libro comprobará hasta qué punto no era mi pretensión convertir a Corocotta en un heroe. De hecho -y aunque destripe el libro, me da igual-, planteo la hipótesis de que Corocotta, tras recibir la recompensa, se pusiera al servicio de Augusto.
    Por último, comentar que El último soldurio es una novela de aventuras "con trasfondo histórico", como dijo alguien. No es otra su pretensión "académica", aunque cualquiera que lo lea podrá darse cuenta de hasta qué punto he procurado ser respetuoso y fiel a las fuentes clásicas. Eso no impide, por supuesto, que, como ha ocurrido aquí, alguien critique mis interpretaciones (que extraigo asimismo de las que mantienen algunos historiadores de prestigio). Es lógico y hasta bueno que así suceda.
    Por último, doña Alicia, me tiene usted en ascuas. ¿Por fin ha podido "hojear" el libro que la envié? Muchas gracias a todos y espero que la paz se restaure entre personas inteligentes que, aunque discrepen, han mostrado sobradamente sus conocimientos.

  6. #6 A.M.Canto 20 de jun. 2005

    La nota 9, y las dos que siguen, también:

    "[9] Wieder Bott a.O. 22; Holder I (1896) 1132 f. verzeichnet den Namen zu Recht als fraglich.
    "Otra vez (ha vuelto sobre ello) sobre ello (esto es, buscar una etimología local) Bott, art.cit., 22. Pero Holder, vol. I (1896), p. 1132 ss., anota con razón este nombre como "dudoso" (o sea, dudosamente céltico, búsqueda de paralelos hispanos que ya había anunciado como "ociosa" al final de la nota 6).

    [10] Soviel ich sehe, ist diese Möglichkeit bisher noch nicht erwogen worden; vgl. damit aber die Bezeichnung "Der Schakal" für einen Berufskiller in einem (auch verfilmten) Roman von Frederick Forsythe ("The Day of the Jackal", 1982).
    "Hasta donde sé, esta posibilidad [que sea un simple mote] no ha sido propuesta hasta ahora; pero compárese con ello el apodo de "El Chacal" para un asesino profesional, en una novela de Frederick Forsythe, llevada también al cine ("El día del Chacal", 1982).

    [11] CIL II 550 = J. Vives, Inscripciones latinas de la España romana (Barcelona 1971) Nr. 2748. Den Zusammenhang mit dem erwähnten Räuber haben bereits die Herausgeber des CIL gesehen. Zur übl(ich)en Gewohnheit, Tier- als Sklavennamen zu verwenden, vgl. bereits J. Baumgart, Die römischen Sklavennamen (Diss. Breslau 1936) 41 f.; I. Kajanto, The Latin Cognomina (Helsinki 1965) 84 ff. weist allerdings insgesamt nur einen relativ geringen Anteil an Sklavennamen nach (4,5 %), doch macht auch er auf den oft peiorativen Charakter solcher Bezeichnungen aufmerksam."
    (11) CIL... (etc.). La relación con el conocido ladrón ya había sido vista por el editor del CIL. Sobre la relativa costumbre de imponer a los esclavos nombres de animales consúltese J. Baumgart, Die römischen Sklavennamen (Diss. Breslau 1936) 41 ss..; I(iro) Kajanto, The Latin Cognomina (Helsinki 1965) 84 ss. testimonia cómo en conjunto es relativamente baja la proporción de casos de esclavos con nombres de animales (un 4,5%), y ya observó también que su causa era el sentido peyorativo que tenían".

    Al final de la nota 18, al citar a Plinio, coincide igualmente en el origen del nombre del animal "korokóttas, krokóttas", comparándolo, como hice también yo, con "crocus (krókos), safran(gelb!)", esto es, el color del azafrán. Y, en otro lugar (nota

    Es muy ilustrativo este ejemplo. Porque, como se observará, para este autor, que no ha leído a Schulten, Corocotta es un ladrón; famoso, pero ladrón, y así entiende su apodo. Y tampoco nada en el texto de Dión le ha sugerido nada sobre su "cantabricidad". Aunque no entra tampoco a fondo en el análisis del texo de Dión Casio, pues le llama "spanischer", ni en el posible origen africano del cerdito; ése será el siguiente pasito en el avance de esta pequeña parcela de la Antigüedad.

    Muy interesante, y nuevo por lo que sé, el paralelo que aporta E. Weber de una "corocotta" en el famoso mosaico nilótico de Palestrina (la antigua Praeneste), que añadiré al artículo dentro de un rato.

    Cuévano, pásese cuando quiera con aportaciones de éstas. Y pídase lo que quiera, que invito.

  7. #7 panoramixperez 21 de ene. 2006

    Estimada A.M Canto:
    el detallito del cerdito es muy divertido, pero una cosa estamos hartos de senedrines de sabiondos criticando novelas q no rayan la perfeccion historica y dos cosas:
    -
    si realmente me interesa la historio de los cantabros no me leere " el ultimo soldurio", pero hay mucha gente q no tiene sus conocimientos
    y q la forma q tiene para interesarse por la historia son estas novelas pues bienvenido sea, evidentemente no se puede criticar todo lo q no tiene fidelidad historica, pero no nos olvidemos q la cultura es ocio.
    _ y otra cosa a mi " el ultimo soldurio" me entrtuvo y eso cuenta , para mi ir al cine no solo es ver cosas infumables de bergman, tambien disfruto viendo al pato donalad. es curioso el desden de ciertas elites por determinada cultura de masas. sra canto baje de su pedestal universitario y tome forma humana , no todo son doctorados,. un saludo.

  8. #8 Corcontas 01 de feb. 2006

    Ah, de nuevo ese familiar tufillo de superioridad, enmascarado por esa cordial felicitación que sinceramente le agradezco. Por desgracia, lo que acabo de reproducir en el mensaje anterior es mi primer mensaje en este foro y precede a nuestra discusión, por lo que no creo que pueda decirse que haya cambiado de opinión ni haya dejado de "embalarme", ya que sigo diciendo lo mismo y pensando que mis hipótesis -que, insisto, no me he sacado de la manga, sino de las opiniones y estudios de otros historiadores de prestigio- pueden ser (pueden ser, recalco) tan válidas como puedan serlo las suyas, lo que tampoco descarto absolutamente. De hecho, algo de esto menciono en mi próximo libro, para que vea que no me niego en redondo a darle la razón. Ni usted ni yo anduvimos hace 2.000 años por esos lares ni junto a esos cronistas como para saber con certeza cuál de las dos es la más exacta. Quién sabe si se perdió algún texto o testimonio clarificador por el camino. En cuanto al profesor Blázquez -que dijo lo que dijo sin que nadie le pagara o presionara-, sigue pareciéndome que no estaría muy conforme con asertos suyos, como ese que reza: "mi antiguo maestro en la Complutense y buen amigo José Mª Blázquez, que lo ha hecho, pues, de buenísima fe, pero es obvio que sin haber profundizado en el asunto" (¡¡¡!!!). Por no mencionar otros que fueron los que en su día me sacaron de mis casillas. Como ya le dije en la dedicatoria del ejemplar que le envié, hay muchas formas de defender la Historia y cuando nos remontamos tanto tiempo atrás y con tan escasas fuentes me parece bastante atrevido pretender que uno tiene la razón absoluta. Yo desde luego nunca lo he hecho. Al fin y al cabo, sólo soy un novelista que crea basándose en las opiniones y escritos de otros.
    Saludos.

    P.D. Disculpe que no esté muy ducho en citas clásicas como para contestarle en los mismos términos. Y sigo visitando frecuentemente este excelente foro, pero ya me cuesta participar. Seguro que lo comprende.

  9. Hay 8 comentarios.
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