Autor: Olarticoechea
viernes, 03 de junio de 2005
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Olarticoechea


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La invención de España

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Uno de los vicios más comunes cuando se habla de la Historia en la Península Ibérica, es el de considerar a España como una unidad política o cultural desde tiempos remotos, así es habitual leer en determinados libros comentarios sobre la expulsión de los árabes de “España” en la “Reconquista”, o incluso contemplar programas de televisión como “Memoria de España” donde no tienen reparo en remontar la historia española hasta los tiempos de Roma. En realidad el estudio de España como nación solo puede hacerse desde el periodo del antiguo régimen, para algunos desde los reyes católicos, aunque más probablemente desde la llegada de los borbones al trono castellano (1700), cuando por influencia francesa se dieron una serie de procesos destinados a convertir la unión castellano-aragonesa en un estado centralista.

Observemos la historia peninsular objetivamente desde sus inicios y lo comprobaremos:

Aunque a mucha gente le suene extraño después de tanta intoxicación y manipulación, la Hispania de los romanos no era ninguna entidad cultural sino un accidente geográfico – una península -, de la misma manera nunca existió una provincia romana que se llamase Hispania. La población de este territorio era demasiado diferente entre sí para mostrar el más mínimo sentido de unidad; y para ser visto como tal por un extranjero.

Durante este periodo la única vez que se usó la palabra Hispania como organización administrativa fue con la creación de la diócesis de Hispania (dependiente de la Galia), esto se explica porqué las diócesis eran organizaciones que por razones de eficiencia comprendían extensos territorios, en el caso de la diócesis de Hispania esta se extendía también por el norte de África abarcando la Tingitania, sin que hubiese la más mínima relación entre los pueblos que la formaban.

Las invasiones bárbaras a la caída del imperio romano tampoco van a servir para que Hispania adquiera una identidad propia, tradicionalmente se consideraba a los visigodos como los creadores del sentimiento de unidad y los iniciadores de la monarquía “española”, pero si analizamos detalladamente la estructura del reino godo en la Península no deja de ser una anécdota de unos 90 años sin repercusión ninguna en su historia posterior.

Efectivamente aunque los historiadores españoles hablen de tres siglos de dominio godo, en realidad este reino estuvo centrado en la Galia hasta el 585 con su capital en Tolosa y no podemos decir que fuese un reino hispano aunque tuviese posesiones en la Tarraconense. Una vez que los visigodos vencieron a los galaico-suevos en el 585 la península fue lo suficientemente segura para que se asentasen en ella los godos, y pusieron su capital en Toledo, pero tendrán que esperar hasta el 621 para conquistarla toda, cuando durante el reinado de Suíntila se expulse a los bizantinos de sus extensas posesiones en el sur. O sea desde el 621 hasta la invasión árabe del 711 apenas transcurrieron 90 años de reinado godo en toda hispania, con una estructura tan débil que bastaron unos pocos miles de árabes para borrarlo de la historia en el 711.

Aunque tampoco podemos olvidarnos que los dominios godos más que corresponderse a un reino unitario se correspondían a las diferentes coronas que ceñían en un momento determinado (Galia Narbonense, Gallaecia, Hispania).

Avanzando en el tiempo llegamos a la edad media, donde Hispania después del corto periodo godo sigue sin aparecer como un país diferenciado, para remediarlo la historiografía española recrea una supuesta “reconquista”, esta invención pasa por ser uno de los inventos más fantasiosos que cualquier historiador creara nunca. Observándolo tranquilamente es imposible que un estado medieval guarde durante 800 años una memoria de si mismo y de “reconquistar” su antiguo territorio.

Esta terrible mentira se derrumba cuando comprobamos las fuentes escritas de la edad media, que llamaban al reino cristiano que se desarrollaba en la Península Ibérica como “Gallaecia” y no “Hispania”, veámoslo en este ejemplo:

El rey Alfonso VI según las crónicas anglo-normandas de Guillermo de Malmesbury era denominado como : “Aldefonso Gallicae Regie”.

En realidad toda esta teoría anti-científica de la “Reconquista” se baso en datos mal interpretados como cuando el rey Alfonso III de Galicia afirmaba ser sucesor de los reyes godos, este hecho anecdótico estaba motivado por que durante su reinado los árabes sufrieron grandes derrotas y se pensaba que se iban a retirar de la Península, así al decirse sucesor de los visigodos, Alfonso III estaría legitimado para obtener los antiguos territorios godos, en caso de retirada árabe. Hoy en día se sabe también que algún diploma de los reyes cristianos que habla de ellos como reyes de Hispania son falsificaciones.

Al margen de las interpretaciones interesadas de la historiografía española, la edad media fue un dilatado periodo de 800 años durante el cual convivieron diversos reinos en la Península, no solo hubo guerras entre cristianos y árabes, sino entre cristianos contra cristianos y árabes contra árabes, sin que hubiese el más mínimo deseo de “reconquistar” nada. El deseo de borrar toda esta riqueza y uniformizar todo este periodo bajo el ideal españolista es el objetivo principal de esa invención llamada “reconquista”.

Más adelante al final de la edad medía, dos de los principales reinos de la Península Castilla (después de vencer a Galicia) y Aragón, se unirán bajo la hegemonía castellana, serán estos los tiempos en que empiezan a desarrollarse los estados unitarios y centralistas y toda una historia ex profeso se hará en estos años para justificar el nuevo estado bajo el dominio castellano, haciendo a sus reyes sucesores directos de los reyes godos y buscando una legitimidad histórica con que avalar su dominio sobre la Península.

Toda la historia o seudo-historia escrita en esos años es aceptada sin ningún tipo de critica por los historiadores españoles actuales, y algunos seudo-historiadores como Claudio Sánchez Albornoz o Menéndez Pidal no solo no la corrigieron sino que ahondaron en sus errores aún a costa del rigor intelectual. Sánchez Albornoz por ejemplo cuando veía la palabra Gallaecia en algunas crónicas la traducía por Cantabria , y el propio Menéndez Pidal avisaba al principio de alguna de sus obras que quizá no era verdad todo lo que se podía leer en el libro.

A pesar de todos los intentos de unificar la historia de la Península por parte de los reyes católicos y crear una unidad nacional, ni ellos ni los reyes de la casa de Austria gobernaron sobre una unidad llamada España, sino que gobernaron sobre distintos reinos como Castilla, Aragón, Navarra o Nápoles, debido a que eran muchas y muy profundas las diferencias históricas y sociales que había en sus reinos. Y también es poco conocido que no todos los territorios europeos que gobernaban algunos monarcas como Carlos I pertenecían a “España” y su imperio sino que pertenecían a la propia casa de Austria sin que España pudiese beneficiarse de ellos.

El proceso de crear a España como estado fue más complejo y solo se completo con la llegada de los borbones al trono castellano, después de fracasos como el de Olivares y su política centralista. Fue Felipe V, el primer Borbón, el soberano que empezó a organizar a España como un país y no como un conjunto de territorios muy diferentes entre sí, y fue una empresa tan artificial que hoy en día sólo 300 años después aún esta muy lejos de conseguirse.

Conclusión: En Europa y en el mundo hay países que tienen muchos siglos o varios milenios de existencia como naciones Francia , Inglaterra, Dinamarca , Japón, Galicia (reino fundado por los suevos en el s.IV en base a realidades pre-existentes), San Marino (s. IV), Armenia…Mientras que otros países son bastante más recientes como el caso de EEUU (1776), España (1700), ó México (1813). Estudiar la historia de cada País de una manera objetiva obviando determinadas deformaciones históricas interesadas es la mejor manera de conocer y explicar muchos de los problemas que suceden en esos países.

(C) Olarticoechea

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Comentarios

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  1. #1 Dingo 04 de ene. 2005

    ""El rey Alfonso VI según las crónicas anglo-normandas de Guillermo de Malmesbury era denominado como : ?Aldefonso Gallicae Regie?.""

    ""Alfonso III de Galicia""

    ""Más adelante al final de la edad medía, dos de los principales reinos de la Península Castilla (después de vencer a Galicia) y Aragón,""

    Hay madre madre, pero que trasnoche.

    Reproduzco aquí un mensaje que destiné el 20-11-2003 al foro "Reinos de Galicia, Asturias y León". Cada cual saque sus conclusiones:



    Ya se demostraron cuales eran las titulaciones usadas por los descendientes de Pelayo en el s. IX, ahora vamos a estudiar las fuentes de los s. X y XI (siglos en los cuales según los pangalegistas del foro aún se consideraba reino de Galicia a todo el entramado estatal: Asturias, León..., hasta que a partir del s. XII-XIII, según ellos, desaparecerían las referencias al reino-imperio de Galicia por intereses políticos castellanos). Lo siento pero os voy a provocar un empacho de latín.

    FUENTES PROPIAS

    En el s. X nos encontramos en los escritos:
    -"[Alfonso III] Magni Imperatoris" (referencia habitual a Alfonso III por parte de su hijo Ordoño II y su nieto Ramiro II)
    Tras tomar Sancho III de Navarra la ciudad de León (1034), aparece en los textos de los cronistas:
    -"Sancio rex in sede Legionense"
    -"Regnante rex Sancius in Legione".
    Tras la división del reino de Fernando I entre sus hijos, los textos diferencian claramente los 3 reinos:
    -"Regnante rege Adefonso in Legione" (24 ene 1066)
    -"[Alfonso VI] legionensi imperii rex et magnificus triunfator" (diploma emitido en Tuy, 1 feb 1071)
    -"Regnante rege Adefonso in Legione et Sancius princeps in Castella" (diploma del monasterio de Sahagún, 18 nov 1071)
    Tras la división del reino gallego de García entre Alfonso y Sancho, aparece en los escritos lo siguiente:
    -"Regnante rege Santio in Castella et in Gallecia et Adefonso, fratre eius, regnante in Legione et in Gallecia (escritura procedente de la catedral de Burgos, 23 nov 1071)
    -"Regnum et imperii Adefonsi nobilissimi principis in Legione" (escritura privada, 18 dic 1071)
    Tras la batalla de Golpejera y la subsiguiente captura de Alfonso por Sancho, unos escritos se refieren a Sancho como rey de León, y otros a Alfonso, según las distintas facciones:
    -"regnante Sanzius rex in Legione" (19 feb 1072)
    -"Adefonso rege regnante in Legione" (transacción realizada por los Flaínez, 20 feb 1072)
    -"Sancio rege in Legione et in Castella regnante" (otro documento de los Flaínez, que parece que ya habían cambiado de bando, mayo 1072)
    -"regnante rege Adefonso in Legione" (1072)
    Ya muerto Sancho:
    -"Regnante rex Alfonsus in Castella et in Legione et in Gallecia" (escrituraprivada de permuta entre los monasterios de S. Pedro de Cardeña y S. Millan de la Cogolla, 18 dic 1072)
    -"regnante rex Adefonso in Legione et in Castella uel Gallecie" (escritura leonesa, abr 1072)
    -"[Alfonso VI] rex Ispaniarum atque Leonensis", "rege in Castella et in Legione" (donación por Alfonso VI a la abadía de Cluny, 1072)
    -"regnante rege Adefonso in Legione et Castella et in Najera" (antes de 1077)
    -"Adefonsus gratia Dei Rex" (antes de 1077)
    -"[Alfonso VI] totius Hispaniae rex" (antes de 1077)
    -"[Alfonso VI]diuina misericordia imperator Totius Hispaniae" (concesión de privilegio de coto a un monasterio, 1077)
    -"[Alfonso VI] constitutus imperator super omnes Ispanie nationes" (después de 1077)
    -"Imperator totius Hispanie" (autotitulación habitual de Alfonso VI en la década de los 80 del s. XI)

    FUENTES EXTRANJERAS

    -"regne dompno Fredinando in omni Castella et in omni Galletia" (diploma navarro del monasterio de S. Millán, refiriéndose a Fernando I, 1066)
    -"regnante rex Sancius in Aragone et imperatore domno Adefonso in Leone et in Castella", "regnante rex Sancius in Aragone...et Imperatore Idefonso in Leone et in Castella et in Toleto" (documentos de la cancillería de Sancho Ramírez de Aragón, refiriéndose a él mismo y a Alfonso VI)
    -"a los reyes, condes y demás príncipes de Hispania", (Gregorio VII, en un escrito para reclamar los derechos de la Iglesia Romana sobre los estados de la península Ibérica, 1077)
    -"regnum Hispaniae" (Gregorio VII, en el mismo documento, refiriéndose reino anterior a invasión de la península por los musulmanes (el reino godo))
    -"[Alfonso VI] divina gratia imperator totius Hispaniae" (documento de la abadía de Cluny, 1077)
    -"[Alfonso VI] super omnes Hispaniae reges" (carta de Gregorio VII a Alfonso VI, 1081)

    FUENTES SOBRE GALICIA (CONDADO DURANTE CASI TODO EL PERÍODO, ELEVADO A REINO EN DETERMINADAS OCASIONES)

    -"[Rodrigo Ovéquiz] comes Gallezie" (fuentes leonesas, s. X-XI)
    -"Comite domno Raimondo dominante Colimbrie et omni Gallecie", "comes Raimundus dominante Colimbria et Portugale" (refiriéndose a Raimundo de Borgoña, 1094)
    -"[Raimundo de Borgoña] Dei gratia comes et totius Galletie dominus" (donación por Raimundo a la sede episcopal de Coimbra, 13 nov 1094)
    -"[Raimundo de Borgoña] regnante in Gallicia"

    INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS

    En primer lugar vemos como a comiezos del s. X Ordoño II, el hijo de Alfonso III que había heredado Galicia y que luego reinaría también en León y Asturias, llama a su padre "Gran Emperador" (sí, su padre, el que tuvo su sede regia en Oviedo). ¿Cómo es que si, según los pangalegistas, la dignidad imperial se asociaba a Galicia, es Alfonso y no Ordoño el emperador? ¿Por qué no se atribuyó Ordoño tal título como rey de Galicia que había sido?

    A comienzos del s. XI, ya lo veis, al tomar el rey navarro Sancho III León, se le titula "REY EN LEÓN" (y no "rey en Galicia" (qué raro, ¿no era "Galicia" la consumación del prestigio?)).
    El único documento en que vemos al conjunto Galicia-León-Asturias identificado con Galletia, es, ya veis, una vez más, extranjero (concretamente navarro y de 1066), lo cual puede ser achacado a la confusión con la organización administrativa romano-goda.

    Podeis ver claramente que tras la división hecha por Fernando I para sus 3 hijos, se diferencian entre sí los reinos de Galicia, León, y Castilla. Y observad que en esta época Alfonso se titula "REY DEL IMPERIO LEONÉS" (o sea, el imperio no estaba asociado a Galicia, que de aquella era un estado independiente, sino a León).

    Pero, eso sí, tras la reunificación de todos estos territorios por Sancho, se titula a este, y luego a su hermano Alfonso, que le sucedería tras su muerte, "REY EN LEÓN" (que cosa, tú, ¿por qué no "rey en Galicia"?). Y a veces se titula a Alfonso rey de León, Castilla y Galicia. Es decir, los tres territorios se diferenciaban entre sí y se englobaban en el reino de León. Incluso a veces se nombraban solo los reinos de Castilla y León, englobando por consiguiente a Galicia en León.

    Es evidente, amigos, que "Galicia" designaba entonces, básicamente, el territorio de la actual Galicia más el N de Portugal, y no pasaba de ahí.
    A partir de la década de los 70s a Alfonso se le suben los humos y se titula "emperador de toda Hispania".

    Verbigratia: LA DIGNIDAD IMPERIAL SE ASOCIÓ DESDE COMIENZOS DEL S. X AL EJE OVIEDO-LEÓN. Tras la división del reino de Fernando I en 1066, Alfonso VI se consideró heredero de tal dignidad imperial, algo lógico, pues había heredado León, y no Galicia ni Castilla.

    También podeis ver que durante la mayor parte de los s. X-XI Galicia tiene carácter de condado, a excepción de 3 ocasiones: cuando se otorgó como reino a Ordoño II, cuando se otorgó como reino a García, y cuando Raimundo de Borgoña empezó a ponerse gallito y se planteó pasar de conde a rey

  2. #2 davinchy 04 de ene. 2005

    No suelo debatir en este tipo de foros que defienden nacionalismos, pero voy a dar una opinión. Respondo a Ikesancom:

    Los criterios para querer separarse en distintas naciones o unificarse, debería estar sujeto a DESEOS O NECESIDADES ACTUALES.
    Basta de tergiversas la Historia a la conveniencia de cada uno. Si queremos defender la independencia de una region o la unidad del país, analicemos el POR QUÉ
    desde un punto de vista actual: qué necsidades hay y que consecuencias traería.
    Nada mas, saludos

  3. #3 davinchy 04 de ene. 2005

    No suelo debatir en este tipo de foros que defienden nacionalismos, pero voy a dar una opinión. Respondo a Ikesancom:

    Los criterios para querer separarse en distintas naciones o unificarse, debería estar sujeto a DESEOS O NECESIDADES ACTUALES.
    Basta de tergiversas la Historia a la conveniencia de cada uno. Si queremos defender la independencia de una region o la unidad del país, analicemos el POR QUÉ
    desde un punto de vista actual: qué necsidades hay y que consecuencias traería.
    Nada mas, saludos

  4. #4 A.M.Canto 04 de ene. 2005

    Para Olarticoechea.
    Voy a ir a la raíz de su artículo, cuando Ud. afirma esto: “...de la misma manera nunca existió una provincia romana que se llamase Hispania ... Durante este periodo la única vez que se usó la palabra Hispania como organización administrativa fue con la creación de la diócesis de Hispania...”

    Falso de toda falsedad. Mil años antes de eso, ya los griegos definieron a toda la Península Ibérica con el nombre común de “Iberia”, y ello se puede documentar en diversos autores, por ejemplo el geógrafo Artemidoro de Éfeso (h. 100 a.C.), o el propio Estrabón (época de Augusto/Tiberio), que escribieron sendos libros dedicados a toda ella, a "Iberia".

    En época romana, ya desde las fases iniciales de la conquista, y antes aún de los autores que acabo de citar, hacia 205-200 a.C., los romanos dividieron la Península en dos provincias: la “Hispania Citerior” y la “Hispania Ulterior”, prueba indudable de que el todo se llamaba “Hispania”.

    Además, como apuntó Jeromor al comienzo del debate, junto a las unidades militares de tipo étnico específico (cohortes y alas de Vascones, Várdulos, Celtíberos, Astures, Galaicos, etc.), tenemos documentadas en torno a las 300 inscripciones romanas que recuerdan soldados de “cohortes Hispanorum” y “alae Hispanorum”, con y sin número, esto es, que existían muchas y se habían reclutado de forma general, esto es, de todas partes de la península. Si hace falta puedo copiar aquíalgunas decenas de ejemplos.

    Ésos son hechos que desmontan su tesis por la base. Que Hispania estuviera compuesta por un variado número de pueblos, con orígenes, culturas y lenguas distintas, nunca dificultó, ni para los de fuera ni para los de dentro, percibir por encima de esa “melée” la existencia de un conjunto.

    Ahora bien: como ya advirtió el propio Estrabón, era una desgracia para los iberos/hispanos el no haber sabido unir sus esfuerzos en una “confederación” (así lo dice), un problema que también había afectado a los griegos, y que era la causa de su debilidad y de que Iberia hubiera caído tantas veces en manos de pueblos extraños, "porque sólo los pueblos unidos pueden acometer grandes empresas"..

    Como bien dicen los franceses, “l’union fait la force”... Me parece un asombroso absurdo que, a la vuelta de 2000 años, una parte de la población española siga cegándose con la desunión, y en incurrir en algo que ya los antiguos veían como un error y un defecto de todos los hispanos...
    Como también me lo parece que eso que se llamaba “la corte” y luego “Madrid” y, en general los amantes del centralismo y del españolismo a ultranza y más rancio, no vean claro que TODOS tienen que ceder un poco para mantener la convivencia, y que las diferencias no son dañinas cuando por encima está la unidad.
    Todo esto lo tienen muy claro los suizos, que son una nación poderosa y unida, aunque están plagados de diversidades. Y a ellos también, desde época romana, se les conocía como “Helvetii”. ¿Qué siguen siendo hoy? : La Confederación Helvética... Todo un ejemplo.

    En mi opinión, el problema de fondo no está en los pueblos o en cómo se organizan, sino en el sistema de gobierno. Y ése sí es un tema grave...

  5. #5 panoramixperez 01 de oct. 2005

    estimado brigantius , Completamente de acuerdo Hispania es una invencion una potencia hegemonica ,Castilla, dominando al resto de naciones y digo Naciones aunque al amigo tineo le de una taquicardia.Primero plantear que los indigenas prerromanos tenian concepto de nacion es propio de Groucho Marx.En cuanto a la serie "memoria de España" , su guiomista debia ser el de la enciclopedia Alvarez de la epoca del general Franco, pintandonos a Iberos luchando por la libertad nacional !! por favor!! si solo faltaba Aznar vestido del Cid y la Botella de doña jimena , y Carod rovira de Almanzor llevandose las cmpanas de Santiago.Ademas el primer reino de europa y eso es innegable le pese a quien le pese es el Reino suevo de galicia. Y con la dominacion Arabe y los reinos de Taifa !! debian tener una conciencia de ser Españoles!!. sera con los reyes catolicos y todo el tinglado cuando haya cierta conciencia nacional.Pero bueno para segun que gente solo se puede hablar de la conquista de america ( un genocidio en toda regla), de la gloria de felipeII ( un tirano genocida , si no que se lo digan a los holandeses) y todo eso. España es un concepto de naciones con sus historias peculiares , basado en la convivencia ( relativamente). Pero los manipuladores y salvadores de la patria te tildaran de nacionalista , separata y demas.Poniendose del mismo lado que ciertos nacionalistas psudo caducos que hablan de razas superiores. En el fondo entre un nacionalista español y uno vasco , solo cambia la nacion. Los dos no ven la riqueza de fondo de una gran nacion de naciones que es España.

  6. #6 Invictus82 13 de nov. 2005

    Bueno, lamento la extensión, pero ya venía siendo hora:

    Llevaba leyendo disparates en esta y otras páginas desde hace algún tiempo, y me decía, “ni te esfuerces, no merece la pena”. Pero Olarticoechea ha superado a todos los que hasta ahora he leído, no porque únicamente diga disparates, sino porque encima se cree en posesión de una verdad absoluta, cree que nadie puede discutir sus argumentos, y encima se autoproclama vencedor del debate y se da cera a sí mismo con un narcisismo que resultaría más familiar en una historieta de Mortadelo y Filemón que a un foro de Historia.
    Pero es lo que hay. Aunque en realidad, si su artículo fuese un barco y lo botásemos, pobres de los que fuesen dentro, pues se iría al fondo como una piedra. Y esto se debe a que desconoce por completo la metodología del historiador a la hora de plantear un problema histórico. No sé si será historiador, puede serlo; no sería yo el que lo dudase, pues he visto dar títulos a toda clase de iluminados profetillas de pueblo, de los que se pasan el día ensalzando la patria chica y el qué buenos somos, y qué malos los españoles que nos oprimen y se inventan patrias que no existen, no como Galicia, que no es un invento, sino que estaba ahí cuando todavía Dios planificaba el Universo.
    Cuando abrí la página y leí, lo primero que me saltó a la vista es que llamaba pseudohistoriadores a Claudio Sánchez Albornoz y a Ramón Menéndez Pidal. Posiblemente, el más importante medievalista (don Claudio) y el más importante filólogo (don Ramón), del siglo XX en esta nuestra triste España. Para Olarticoechea es muy fácil llamar pseudohistoriadores a hombres que pasaron sus longevas vidas entre los documentos que él desconoce forzosamente para hacer tantas afirmaciones gratuitas, y desconoce además el método a seguir para interpretar esos documentos: porque no se decían las cosas igual en el año 1000, ni las palabras significaban lo mismo. Ya sé que va a decir que defiendo a la historiografía del sistema, que si historiadores españolistas, que si centralismo, etc… Esa es una interpretación muy discutible; lo que es cierto y palpable es que tanto Sánchez Albornoz como Menéndez Pidal cuentan con la admiración y el respeto de todos los grandes historiadores y estudiosos de la actualidad, no sólo españoles (que es lo que Olarticoechea está pensando) sino de todo el mundo; y sus obras se siguen editando y vendiendo. No porque sus teorías fuesen irrefutables, muchas han sido refutadas ya, sino porque han hecho camino donde no lo había, han formulado problemas, y después de su paso por el mundo, sabemos más de lo que sabíamos antes.
    Olarticoechea considera su argumentación acorazada, intraspasable, imposible de abordar. Está tan bien hecha, que nadie puede refutarla. Y todavía dice que “lamenta ser prepotente”. Demostraré cómo su argumentación hace aguas en mi campo de especialidad, que es la Alta Edad Media (más que aguas hace mares), aunque estoy seguro, echando un vistazo superficial, que en las demás épocas que trata ocurre tres cuartos de lo mismo. Pero no entraré en ellas, porque suficiente tiempo estoy perdiendo ya en responder a tales falacias, que no merecen sino risas.

    En primer lugar el reino visigodo de Tolosa se extingue en el 507, no en el 585. Tras la batalla de Vouille frente a los francos de Clodoveo, la masa mayoritaria del pueblo visigodo se traslada a la vecina Hispania. Los reyes godos consiguen salvar parte de sus territorios en la Galia gracias a la intervención de Teodorico el Grande, rey ostrogodo, que tutelará desde entonces hasta su muerte al reino hispano de los visigodos. El 585 es la fecha en que Leovigildo se anexiona el reino suevo, completando así su labor de pacificación de la península bajo su cetro (a excepción del Saltus Vasconum). Este reino godo, para Olarticoechea, no crea una idea de España, aunque el franco en la Galia sí funda lo que será Francia (y eran tres reinos, Austrasia, Neustria y Borgoña, y a veces más). O Inglaterra, como dice él, aunque se olvida de la Heptarquía, la era de los siete reinos (Sussex, Essex, Wessex, Kent, Anglia del Este, Nortumbría y Mercia). Sin embargo los visigodos siempre tuvieron una única corona, un único rey, y una Iglesia (verdadera articulación del Estado visigodo) capaz de formular una idea embrionaria de España como nación: leed a San Isidoro y su Laudes Hispaniae, y una vez desaparecido el reino, la Crónica Mozárabe del 754, en la que llora literalmente la “pérdida de España” con frases como “mientras devastaban España los mencionados expedicionarios” o “sobre esta España desdichada establecen un reino bárbaro”. Las montañas y los bosques no pueden ser desdichados, no al menos por una invasión de un grupo humano. Se está refiriendo a la población al decir España, lo que además no debería extrañarnos, pues como decía Vidal de la Blanche “la idea de país es inseparable a la de sus habitantes.” Pero como sé que algunos no se lo van a creer, y van a decir que invento o tergiverso, me remito a un prestigioso historiador (supongo que lo llamarán españolista, a pesar de ser catalán), J. A. Maravall, “El concepto de España en la Edad Media”.
    Una vez los visigodos derrotaron a suevos y bizantinos, su poder en la península fue incontestable, y todo peligro para el reino se manifestaba en rencillas internas, verdadera debilidad del Estado Visigodo. Los todopoderosos francos, como algunos tratan de presentárnoslos, mantuvieron varias guerras con el reino visigodo intentando recuperar la Narbonense, y fueron siempre derrotados. Y esto nos ofrece otra pista sobre los nacientes conceptos de nación: los francos intentaban recuperar la Narbonense porque identificaban unas fronteras naturales con lo que debía ser su patrimonio, en este caso la Galia ¿por qué nos extrañamos que en España ocurra algo similar? ¿Por qué la Reconquista nunca aspiró a recuperar la Narbonense, y se ciñó a las fronteras de la antigua Hispania romana?
    Olarticoechea nos dice en su artículo que el reino godo estaba débilmente estructurado, y en una respuesta posterior dice que los suevos en Galicia formaron un país estructurado. Esto es un nuevo disparate, pues los visigodos eran el pueblo más romanizado, el más numeroso y el único que fue capaz de poner en jaque al Imperio Romano (lo que es una señal de fortaleza), mientras que los suevos fueron una cuadrilla de no más de diez mil almas que se asentó en Galicia porque les tocó así en un sorteo. Luego viene la Reconquista fantasiosa, inventada por historiadores posteriores para justificar la existencia de una cosa que no existía y que se llamaba España. Hay que distinguir la conciencia de pertenencia a una nación, España en este caso, y la existencia de un Estado que se ajuste a esa nación, el Estado Español en sus múltiples sistemas. La existencia de un Estado Español podemos remontarla en relación a lo que entendamos por Estado. España como un Estado Liberal, que es la única forma de Estado que algunos toleran, no se remonta más allá del siglo XIX. Como un Estado Centralizado, en un Régimen Absolutista, hasta el 1700. Anteriormente, la historiografía (esa tan españolista y tan tergiversadora) llama “Monarquía Hispánica” a ese conjunto de reinos y señoríos que engloban las posesiones de los reyes españoles (que también pueden ser duques de Borgoña o Emperadores de Alemania). Pero aparte de esa monarquía hispánica, de ese Estado, se sabe perfectamente lo que es España, la nación, como se comprueba con la lectura del Quijote y las múltiples referencias a este nombre, tabú en esta nuestra Edad del Hierro; o cuando Quevedo con tristeza nos cuenta lo de “Miré los muros de la patria mía”, y no en referencia a Madrid precisamente. Pero por lo visto, Quevedo era un españolista casposo. Pero antes también había referencias a España: la del navarro Jiménez de Rada en el siglo XIII, o esa mítica de Jaime el Conquistador, dirigiéndose a su nobleza y proclamando “Hoy hemos dejado muy alto el honor de España”. Olarticoechea dirá que eso se lo han inventado historiadores franquistas (como Sánchez Albornos, que por cierto, fue presidente de la República en el exilio), pero basta con mirar las crónicas para ver que es cierto (crónicas sin sospecha de falsificación).
    La Reconquista tiene mucho que ver con la idea de la nación española. Y la prueba de que existió realmente una Reconquista la tenemos en el presente: España forma parte de lo que se conoce como Occidente y Europa (aunque algunos identifiquen esos nombres con la causa de todos los males del mundo). Para bien o para mal es así, no digo que sea bueno o malo (me inclino a pensar que es bueno, pero allá cada uno con sus ideas). El caso es que la evolución de este territorio llamado Hispania por los romanos, dentro del mundo de los reinos germánicos nacidos con la desaparición del Imperio de Occidente, se truncó con la conquista musulmana en el 711, motivada por las diferencias en el seno de la nobleza visigoda. De estar integrada en la cultura occidental, de formar parte de la Cristiandad Latina, pasó a un campo distinto, el del mundo islámico, que miraba a Oriente. Repito, no sé si para bien o para mal. Pero desde el punto de vista de nuestra cultura, y de la cultura de los reinos que surgieron en el norte de la península, herederos del legado visigodo, lo que estaban haciendo, aunque ellos no fuesen ni descendientes de Rodrigo ni de Recaredo, era recuperar un territorio perdido por sus antepasados para el mundo social, político, económico y cultural cristiano y europeo, y esto no lo digo yo, lo dice la Historia. Esto no le quita ningún valor a los logros de la cultura andalusí, que son muchos, y son también logros de España, pero omitir el término Reconquista al hablar de la Edad Media española, consigue que explicarla sea imposible. Más cuando los que la hicieron estaban convencidos de que estaban recuperando lo que sus antepasados habían perdido, como demuestran, en tan temprana época (finales del siglo IX), las crónicas ovetenses. Pero Olarticoechea está pensando que claro, lo hacían para justificar su avance sobre el sur. Era propaganda política, está diciendo. Pero es que las crónicas musulmanas también recogen esta idea, y nos dicen que día y noche los cristianos se afanan por recuperar el reino de sus antepasados (consultar MAÍLLO SALGADO, Felipe: El reino de Asturias desde la perspectiva de las fuentes árabes en La época de la monarquía asturiana. Actas del Simposio celebrado en Covadonga (8-10 de octubre de 2001), Real Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo, 2002, y también los coloquios en los que interviene). Justifica la existencia del término Reconquista porque, dice él, en época de Alfonso III se creía que los musulmanes se iban a retirar del territorio y necesitaba llamarse descendiente de los godos para poder reclamarlo. Esta fábula que nos cuenta está intoxicada de campanas oídas pero sin saber en dónde, y me temo que tiene que ver con la Crónica Profética conservada (en el siglo IX debió haber muchas) en la que se auguraba la victoria sobre los musulmanes en el reinado de Alfonso III. Estas crónicas circulaban tanto por territorio andalusí como en la Corte ovetense, y no creo que nadie las diese mucho crédito, pero nos dan cuenta de cómo se pensaba en la época. Lo que sí es cierto es que la reclamación del legado visigodo es anterior al reinado de Alfonso III, así que el razonamiento de Olarticoechea es, nuevamente, erróneo, y la noción de Reconquista es anterior, porque la restauración del ritual visigodo se dio en el reinado de Alfonso II, entre el 791 y el 842. Y que la crónica Albeldense diga algo así como que “todo el ceremonial de los godos, tal como había sido en Toledo, lo restauró por entero en Oviedo”, creo que no es una afirmación inocente, sino que está mostrando una mentalidad en la realeza del reino asturiano, según la cual se tiende un nexo entre el reino de Oviedo y el pasado visigodo. Y repito, no es algo inocente.
    Y luego lo de que no es reino asturiano sino gallego. Eso ya roza lo esperpéntico (utilizando un término de un ilustre gallego). Para él no queda duda, y las crónicas le dan la razón. Al menos las que nos facilita en su artículo, que claro, son las que llaman a los reyes, reyes gallegos. Todas las demás, en las que se titulan de otros mil modos distintos, esas no nos las muestra. Esta es una de las mejores nociones para saber quién hace historia interesada: el que únicamente enseña lo que respalda su tesis y oculta lo demás. Se ve con frecuencia y es muy peligroso, porque al que lee convencido de la buena fe del autor se la mete doblada. El señor Olarticoechea no ha debido leer las crónicas ovetenses, en las que las referencias que se hacen a Galicia se reducen a lo que es Galicia, y a nada más. En las campañas musulmanas, por ejemplo, las crónicas cristianas tienen perfectamente encuadrado el territorio, así nos dicen que los musulmanes enviaron dos ejércitos en 821 contra Galicia, el uno batido en Narón y el otro en Anceo. Perfecto, territorio gallego. Pero los cronistas musulmanes no tienen ni la más remota idea del territorio norteño, y en base a la antigua demarcación romana bajoimperial, en la que Galicia engloba Asturias, León y el norte de Portugal, lo llaman a todo Galicia. A los enemigos contra los que se baten, gallegos; pero también infieles, francos (con más frecuencia incluso que gallegos), cristianos, politeístas, etc… por lo que no hacen falta más pruebas de la imprecisión de los conocimientos que los musulmanes tienen de esas áreas. Y si los musulmanes, que tienen frontera con ellos, tienen conocimientos imprecisos, qué no tendrá el Papa en Roma (o los normandos de Guillermo). El experto arabista Maíllo Salgado también trata de este tema en el artículo que he citado anteriormente, así que el que no me crea, que lo lea. No quiero decir que no se llamara a los reyes asturianos (porque tenían la mala costumbre de nacer y gobernar desde Asturias) a veces reyes de Galicia, pero responde a la misma confusión. En una época en la que está tomando forma el sistema de poder, el ceremonial, en estados embrionarios como son estos, es natural que exista confusión en el título que recibe el rey, sobre todo en los que le titulan desde el exterior, pero también en el interior, porque no hay una fórmula escrita, no hay una ley que establezca el método, el título, el protocolo, nada. Hubo un reino de Galicia, de eso no hay duda, cuya corona recaía en los reyes leoneses, y que tuvo períodos breves de independencia, pues sus reyes siempre aspiraban a lograr la corona leonesa, que era la preponderante.
    Pero tanto decir reino de Galicia como reino de Asturias es impreciso. Los cronistas de la época a veces dicen un nombre u otro, pero estando el foco de rebelión y la Corte en territorio asturiano, es normal que la historiografía optase definitivamente por llamarlo reino asturiano (qué es además como lo llaman las crónicas ovetenses). Aunque el reino sea de una expansión mucho más amplia que el mero territorio asturiano, pues desde un principio Cantabria también formó parte de él, y sus reyes fueron todos de linaje cántabro (cuando no vasco, como Alfonso II). Querer reducir la gloria del reino de Asturias al territorio que le da nombre (o reino de Galicia, en el caso de que así se llamase) es digno de asnos. Pues el reino de Asturias estuvo conformado por Asturias, por Galicia, por buena parte de Portugal, por parte de Castilla, por Álava y puede incluso que por parte de Vizcaya. Todas esas regiones conformaban el reino, y no exclusivamente Asturias o Galicia. Igual que España lo conforman muchas regiones, y no exclusivamente Castilla o Madrid, como algunos piensan.
    Podría pasarme días refutando las alucinaciones de gente que, a la vista de lo que dice, sólo ha leído a aquellos que dicen lo que quiere leer, y han apartado de un manotazo una montaña de libros de grandes maestros, por haberlos tachado previamente de historiadores del sistema., españolistas o franquistas. Por cierto, que de ser correcta la argumentación de Olarticoechea (me refiero a si viviésemos en el País de las Maravillas), el Estado Opresor Español estuvo acaudillado durante cuarenta años por un extranjero, sí, un gallego, que es directamente el causante de todo el barro y toda la ponzoña que ensucia hoy en día la historia de esta país, España. Una España que después de cuarenta años de patriotismo forzado, se desprecia a sí misma. Esa es una derrota de todos los que vivimos aquí, señores, que no hemos demostrado la suficiente madurez para enfrentarnos a la sombra de nuestro pasado.

    Invictus

    PD: y la Historia, señor Olarticoechea, no puede ser objetiva de ningún modo, porque toda historia es creación de un hombre, es un hecho subjetivo, de mayor fiabilidad o menor, pero subjetivo, porque está tocado por una interpretación humana.

  7. #7 Cierzo 14 de nov. 2005

    Estoy totalmente de acuerdo con la opinión reflejada por Mhi y en algun sitio de la celti recomendé la lectura de "La invención de la tradición" de E. Hobsbawm que nos muestra el nacionalismo como un "invento" de las burguesias decimononicas.
    Esto explica por ejemplo porque el nacionalismo en Aragón no es tan fuerte como en Cataluña, por la falta de una burguesía aragonesa con capacidad y fortaleza suficiente. Y así respondo a Ofion_serpiente cuando dice “¿por qué no existe en Aragón, capaz de alzarse contra la monarquía más poderosa de su época, contra su Señor Natural, por defender sus fueros y a un funcionario corrupto (Antonio Pérez) veleidades nacionalistas tan poderosas como las que hoy mueven a Cataluña?.”
    Tiene mucho sentido, burguesia "centralista" fuerte que crea el nacionalismo español, sólo en dos lugares se puede reproducir este fenomeno pero con un "objeto" nacional diferente, Pais Vasco y Cataluña. Fijaos que por ejemplo el nacionalismo gallego tampoco alcanza el desarrollo de los dos anteriores aun teneniendo una lengua mayoritaria no castellana en esa época e incluso un movimiento literario, por lo mismo, la ausencia de esa burguesía fuerte es lo que marca la diferencia.
    De hecho, la burguesía en Aragón, nunca ha tenido un sentimiento profundamente nacionalista, lo peculiar del nacionalismo aragonés es que vino impulsado "desde fuera", desde los aragoneses que vivían en Barcelona y entre los que destaca sobre todos Gaspar Torrente. Y ligado a ideas progresistas.
    La verdad es que el sentimiento nacionalista aragonés sufrió dos fuertes reveses. El primero, fue que con el estallido del guerra civil, la República no puedo aprobar el Estatuto de Aragón que se había aprobando en Caspe en mayo de 1936 (creo que a los gallegos le pasó algo parecido). Por otro lado, la guerra permitió la creación del Consejo de Aragón, lo que podríamos llamar el primer gobierno aragonés "autonomo" y con más competencias de las que tiene cualquier autonomía actual, al principio dominado exclusivamente por cenetistas, fueron incorporando a representantes de las demás fuerzas del F.P. Aunque es verdad que este gobierno se quejó amargamente de las milicias (que segun muchos testimonios e historiadores eran las verdaderas dueñas) e incluso pidió las competencias militares, las cuales les fueron negadas, por supuesto.
    El otro revés se dió en la Transición. Tras haberse decidido la incorporación de Aragón a la "vía rápida" para asumir competencias como autonomía, es decir al art. 151 de la constitución, los ayuntamientos de la provincia de Teruel gobernados por la UCD, se ponen en "pie de guerra" y fuerza a su partido a retroceder, rompiedose el consenso y teniendonos que acoger a la "via lenta" es decir el artículo 143.
    Actualmente existen en dos partidos que no son de ambito nacional, PAR y CHA. El primero no puede considerarse nacionalista, más bien regionalista y de derecha. El segundo puede considerarse nacionalista y situado hacia la izquierda. Aunque como característica general podíamos decir que el nacionalismo aragonés no es tan "dañino" para el nacionalismo español, ya que no ponen como objetivo primordial una independezia de españa, si no que ensalzan la nación aragonesa como diferenciada del resto. Las ideas independentistas estan más arraigadas en la gente joven de CHA, aunque no hace mucho hubo un enfrentamiento entre la dirección del partido y sus juventudes (Chobenalla) que incluso fueron expulsadas del mismo (no sé si fueron readmitidas, pero fue un suceso fuerte). De todas formas, el nacionalismo en Aragón tiene una base importante de gente joven, yo diría que el voto a Cha es funamentalmente joven, y que no ha parado de crecer. El nacionalismo aragonés, aunque no tan mediatico como otros (salvo el caso de Labordeta), es un fenomeno fuerte que puede ser comparado de forma cuantitativa al nacionalismo gallego.
    Aqui os dejo los datos, aunque son eso, datos, podríamos tener en cuenta mcuhso factores (el mal momento del BNG, el bueno de CHA, sobre todo debido a la política de anterior gobierno y su PHN que fue considerado como una agresión centralista, etc)

    Elecciones Generales 14M 2003
    BNG 205.613 0.8 % (de los votos a nivel nacional)

    CHA 193.865 0.37 %

    PAR – 36274 0.14 %

    Debemos tener en cuenta que el censo 2001 en Aragón 1.204.215 hab

    Galicia 2.695.880 hab.


    Elecciones Gallegas 2005

    BNG 13 dip. 312.039 18’7 %

    Elecciones autonómicas en Aragón 2003

    CHA 9 esc. 13,75%

    PAR 8 esc. 11,20%

  8. Hay 7 comentarios.
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