Autor: Stanley G. Payne
miércoles, 01 de diciembre de 2004
Sección: Denuncias
Información publicada por: mynydd
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La Fantasía de Al Andalus
Crítica a la fantasiosa visión de un Al Andalus idílico que nos acerca un poco más a una visión de la realidad de lo que fue, de lo que es, y de lo que podría ser si, por algún desastre histórico, Al Andalus volviera a convertirse en una realidad.
Al mismo tiempo, aviso de lo que puede ocurrir en celtiberia.net si se continúa permitiendo los desvíos de los temas centrales de este portal hacia los desvaríos del proselitismo religioso neo-musulmán.
La Fantasía de Al Andalus
Las investigaciones que comenzaron en el siglo XIX sobre la sociedad medieval musulmana conocida como Al Andalus se han ampliado enormemente, de modo que ahora quizá los historiadores saben más de Al Andalus que de cualquier otra sociedad musulmana anterior a la época moderna.
En la cúspide de su poder, en el siglo X, Al Andalus era el equivalente a lo que hoy en día llamaríamos una gran potencia, con una economía pujante y una brillante alta cultura. Al igual que todas las sociedades de la época clásica árabe, mantenía un sistema de de tolerancia discriminatoria que permitía a judíos y cristianos seguir practicando su religión discretamente, aunque nunca con los mismos derechos que tenían los musulmanes.
Al Andalus practicaba también sistemáticamente la yihad militar contra sus vecinos, concedía voz a los nuevos grupos islamistas intolerantes y era incapaz de alcanzar otra estructura social que no fuera el despotismo orienta. No se conocían los fueros descentralizados ni las leyes constitucionales. A la larga, su sistema se desmoronó y quedó sumido en el caos, a los que siguieron 250 años marcados por las invasiones de los violentos yihadistas islamistas de Marruecos.
Mucho más allá de la sociedad investigada por los historiadores, algunos liberales del siglo XIX de España descubrieron y concibieron su propia fantasía de Al Andalus. Esta tierra de fantasía que inventaron a su propio gusto era una sociedad de pura tolerancia y hermandad, de una convivencia utópica tal como se describiría más tarde, que disponía de la cultura más avanzada del mundo. La yihad no se conocía, puesto que la cultura y la tolerancia eran los únicos valores notables de sus ciudadanos. A finales del siglo XIX y en el siglo XX, algunos izquierdistas españoles incluso sugirieron que Al Andalus ofrecía el mejor modelo para la Península, en contraposición a la militante e intolerante Castilla.
Los fantasiosos, por supuesto, ignoran que Al Andalus vivía en un despotismo militarista y que toda la alta cultura árabe de la época clásica resultó un callejón sin salida. Al final el principal heredero cultural de la que fuera antes una sociedad sofisticada ha sido Marruecos, aunque la herencia no parece haberle hecho mucho bien. Si, por algún desastre histórico, Al Andalus se hubiese apoderado de todos sus vecinos cristianos, a la larga la península Ibérica se habría convertido en una especie de Marruecos del Norte. En ese caso, hoy los inmigrantes no estarían pasando en gran número de Marruecos a Marruecos del Norte, sion que también abandonarían Marruecos del Norte para buscar empleo en Europa.
En el siglo XX, con el establecimiento del pequeño protectorado de España en tierras de Marruecos, en algunos círculos políticos y culturales se desarrolló un concepto más pragmático sobre la afinidad especial de España con el mundo árabe. Después de los horrores de la pacificación de los años 20 del siglo pasado, los administradores españoles sí mantuvieron relaciones inteligentes con las elites marroquíes, e incluso tomaron medidas para facilitar ciertas prácticas religiosas musulmanas.
[...]
Ésta es la primera mitad de un artículo del historiador Stanley G. Payne publicados en la edición de ayer martes, 30 de noviembre de 2004, en el diario El Mundo, en la sección de Tribuna Libre. La mitad que sigue continúa habla de las relaciones actuales de España con Marruecos/Islam, y ofrece un análisis de la situación y de sus posibles consecuencias de futuro.
La intención al publicar este artículo en celtiberia.net es la de avisar al administrador o administradores de este portal de que, así como el portal está plagado de artículos islamizantes "contribuídos" por el muladí residente (¿o infiltrado?) de celtiberia.net con ánimos claramente proselitistas que nada tienen que ver con la prehistoria, protohistoria, e historia antigua y clásica de la Celtiberia, otros que somos la mayoría en este caso también tenemos derecho a responder en consecuencia y que ello, sin lugar a dudas, convertirá el portal en un foro de discusión y conflicto irremediablemente.
Una cosa es tolerancia y libertad de expresión, y otra bien distinta es permitir que se nos suban a la chepa (valencianismo por "joroba") aquellos que son el paradigma de la intolerancia y que la única libertad de expresión que conocen es la de permitir, y obligar, a recitar los versos del Corán.
El artículo es una denuncia y contra-denuncia a los abusos de los siguientes artículos de Soliman:
El Pensamiento Mítico
Así se Escribe la Historia
Islam y Al-Andalus
Islam Hispánico - Historia y Teoría de Al-Andalus
Origen de la Identidad y Causa Morisca
La Identidad Andaluza
... y muchos otros que conforman un intento de convertir este portal en punto de proselitismo islámico ad nauseam.
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Os remito unos parrafos que han sido publicados para que juzgueis por vosotros mismos.
http://www.larazon.es/noticias/noti_rel24044.htm
La doctrina de Mahoma contradice la Constitución
Textos del Corán y la sunna, que se enseñarán en la escuelas españolas,
destacan la superioridad del hombre sobre la mujer Otros textos apoyan la
discriminación por motivos religiosos o proponen la tortura y la pena de
muerte
El Corán y la sunna, los principales contenidos del currículo de religión
islámica en nuestro país, contienen textos que contradicen abiertamente los
derechos y libertades que reconoce la Constitución. Aspectos como la no
discriminación por razón de sexo o religión, el derecho a la vida y a la
integridad física y moral, la abolición de la pena de muerte o la libertad
religiosa y personal, reconocidos en el capítulo segundo de la Carta Magna,
no son compatibles con algunas de las enseñanzas de Mahoma. En defensa de
estos textos los islamistas consideran que una sola aleya no puede ser
concluyente por si misma, pero lo cierto es que en los colegios se enseña
todo el Corán como «Libro Sagrado que Dios ha revelado».
José R. Navarro Pareja
Madrid- El currículo de Enseñanza Religiosa Islámica que determina los
objetivos y los contenidos mínimos para esta asignatura en los niveles de
Primaria, E.S.O. y Bachillerato plantea en su preámbulo que «el Corán,
contemplado como la comunicación del mensaje de Dios al hombre, representado
en la persona del profeta Mahoma y en su tradición y conducta, nos marcan el
camino que pretendemos seguir», de igual forma considera que «conocer y
valorar la sunna» influirá «profundamente sobre el desarrollo integral de su
persona». Pero una lectura detallada de estos textos delata que algunas de
sus propuestas son abiertamente contrarias a los derechos y libertades que
reconoce la Constitución Española (ver infografía). Para los musulmanes el
Coran es un texto «increado», que se encuentra desde siempre junto a Dios y
que en tiempo de Mahoma , «descendió» con la forma de un Corán histórico.
Según afirma el islamista Samir Khalil Samir en el libro «Cien preguntas
sobre el Islam», «si el Corán ha descendido, no existe ninguna posibilidad
de interpretación crítica o histórica, ni siquiera en lo que se refiere a
aquellos aspectos vinculados de una manera evidente a los usos y costumbres
de un marco histórico y cultural particular». Sin embargo en ciertos
aspectos como en el trato a las mujeres o la tolerancia religiosa, hay dos
lecturas del Corán y de la sunna: una que opta por los versículos que
invitan a la tolerancia y otra que prefiere los que optan por el conflicto.
Para resolver esta contradicción, la tradición islámica ha encontrado un
método de interpretación llamado el principio del abrogante y del abrogado,
que se basa en que Dios, después de dar una orden puede dar otra opuesta por
motivos contrarios, tal como afirma el propio Corán: «si abrogamos una aleya
o provocamos su olvido, aportamos otra mejor o semejante. ¿No sabes que Dios
es omnipotente?» (Sura de la Vaca, 116). Se trata de encontrar cuál es la
última de las órdenes que anula la anterior. Pero en este punto los exégetas
del Coran no se ponen de acuerdo, y según Samir, «sea cual sea la posición,
los musulmanes no han admitido nunca que ningún versículo de Corán haya
dejado de tener valor hoy. De este modo, hay dos opciones diferentes en el
Corán: una agresiva y otra pacífica, y ambas son aceptables». De esta forma
los musulmanes que viven en occidente suelen citar los pasajes positivos,
pero, la experiencia en los paises islámicos demuestra que la interpretación
dominante es la que opta por los pasajes que aparecen en la infografía que
acompaña al texto. . Cuando en 1948 fue promulgada la Declaración Universal
de Derechos Humanos, algunos países islámicos la criticaron por considerar
una visión parcial, impuesta por occidente. De hecho en 1990 los 45
ministros de asuntos exteriores de Organización de la Conferencia Islámica
firmaron en El Cairo una Declaración de los derechos humanos en el Islam,
más acorde con el Corán y ley islámica. En esta Declaración sólo el padre (y
no la madre o ambos) tiene la responsabilidad en la educación de los hijos.
También se omite el derecho a cambiar de religión, o la libertad a casarse
con personas de cualquier creencia. Aunque aparentemente parece admitir la
libertad religiosa, afirma que ésta podrá ser limitada «a través de la
autoridad islámica y en conformidad con las disposiciones que ella
estipula». La declaración finaliza afirmando que «todos los derechos y todas
las libertades de que habla este documento están subordinados a las
disposiciones de la sharia», lo que de nuevo nos lleva al problema de la
interpretación.
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