Autor: Dingo
jueves, 09 de diciembre de 2004
Sección: Artículos generales
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El Rey, la Diosa y el Orden Cósmico

El "sacrificio del rey" es un motivo mítico arraigado en el ámbito cultural céltico.


El mitologema

El esquema es el siguente: el rey, sacerdote por antonomasia, mediador entre los hombres y las deidades, recibe su legitimación de los dioses, concretamente de una deidad femenina telúrica, para reinar, para gobernar, y posteriormente es ella quien se la quita.

En la mitología celta, el dios/rey, el héroe mítico, relacionado con la luz y el sol, recibe la legitimación de una diosa dadora de soberanía, una diosa-madre ligada a la fertilidad y a la tierra. Estamos en la dualidad universal sol/luna cielo/tierra, cálido/húmedo, masculino/femenino.

En Irlanda aún se celebraba en el s. XII un rito que recoge Geraldus Cambrensis en "Topografía de Irlanda": los miembros de cierta tribu, para elegir caudillo, celebraban un ritual que culminaba en un acto por el cual el futuro rey, proclamándose a sí mismo caballo, simulaba una cópula con una yegua blanca. Tal yegua es símbolo de la señora del lugar, deidad femenina que da la legitimación para reinar: Rhiannon, Epona,... el caballo blanco es un símbolo pancéltico asociado a la diosa de la tierra y de las aguas.

Casarse con la reina/diosa Mebd era condición indispensable para acceder al trono de Connacht. Lug o Lleu recibe la legitimación de Arianrhod en el momento en que ésta le da un nombre. Arturo recibe la legitimación de Viviana, el hada del Lago, en el acto por el cual ésta le entrega Excalibur. Mordred recibe de Morgana la legitimación para sustituir a Arturo como rey, al robar el hada a Arturo la vaina de dicha espada. Al darle la legitimidad, la diosa suele imponer al héroe unos tabús, unas reglas, cuya infracción arrebatará al héroe la legitimidad para seguir reinando. Viviana, por ejemplo, advierte a Arturo que debe de conservar la espada.
El rey debe ser perfecto, sin tachas (un caso extremo son los altos reyes irlandeses tenían que ser físicamente perfectos y renunciar al trono si sufrían alguna mutilación). Pero por mucho que se esfuerce por no romper los tabús, en los relatos siempre acaba haciéndolo, y esto da pie a que otro rey le sustituya, al perder el favor de los dioses. Arturo pierde la vaina de Excalibur sentenciando su muerte. El rey Comaire Mor va rompiendo uno por uno sus ocho tabús, el último de ellos a causa de una treta de la Morrigan, lo cual desencadena su muete.

Este mitologema celta del dios/héroe que es sustituido cíclicamente por otro no es más que el reflejo del ciclo anual cósmico, por el cual, desde el principio de los tiempos, periódicamente, la estación de la luz, la alegría, la prosperidad, la fertilidad, el verano, da paso a la estación oscura, el hostil invierno, la infertilidad y la muerte. El punto de inflexión para los celtas es el 1 de mayo (Beltane): ese día comienza el verano, mientras que con el 1 de noviembre llega el período invernal. Esto es lo que se refleja en los mitos: cada año un dios solar joven sustituye a otro viejo, o mejor, cada año el dios solar muere y RENACE en forma rejuvenecida y purificada. Mordred, el hijo de Arturo y Morgana, destinado a dar muerte y sustituir a su padre, nace, significativamente, el 1 de mayo. Pryderi, hijo de Rhiannon, también nace el 1 de mayo. Según una leyenda contenida en los Mabinogion, Gwythur y Gwynn luchan cada 1 de mayo hasta el Día del Juicio por la bella Creiddylad.

Las hogueras lustrales y purificadoras de Beltane, que con la cristianización se dispersaron por otras festividades como San Juan, tienen esa misión de hacer renacer. Saltar por encima del fuego o correr sobre las brasas, arrojar viejas pertenencias a las llamas, todo ello tiene como misión purificarnos y prepararnos para el nuevo ciclo. Es necesario para mantener el orden cósmico. Un pueblo antiguo como los celtas no diferenciaba el orden cósmico natural del orden social de los hombres. En la mentalidad primitiva todo estaba estrechamente unido. El mundo de los hombres, su sociedad, su gobernante, eran reflejo y proyección del mundo de los dioses, que personificaban las fuerzas de la naturaleza. El día del comienzo del verano (en la tradición ibérica esta fecha se pasó a San Juan, el solsticio) el sol sale radiante, esplendoroso, en algunos lugares se dice que ese día "el sol baila". Y sus rayos, al incidir en las aguas de las fuentes, les infunden la semilla, podríamos decir que se trata de una especie de inseminación mágica. Las aguas quedan inmediatamente "bendecidas por San Juan", según la tradición cristianamente disimulada (es significativo el hecho de que en las tradiciones asturianas al sol a veces se le llama San Juan).

Hasta hace no mucho, en España, la gente salía a recoger en tarros la capa más superficial del agua de las fuentes, o bien el rocío, que habían recibido los primeros rayos solares en la mañana de San Juan. En algunos lugares las mozas procuraban revolcarse desnudas en la hierba impregnada de ese rocío buscando sus efectos fertilizantes. En Escocia los ritos son prácticamente los mismos, pero se mantiene la fecha del 1 de mayo. El sol renacido es simbolizado por el dios/rey solar, que el 1 de mayo entra en contacto con la diosa (la tierra, el agua) y la fecunda, dando pie a la vitalidad y la fecundidad propias del verano.

En el folclore popular del noroeste peninsular, se puede rastrear el mismo mitologema: es el típico relato en que el pastor/héroe se encuentra con la Anjana o Mora (que se aparece casi siempre en San Juan). El reto del héroe es acceder a la Mora, casarse con ella, unirse a ella. Ella le otorgará sus riquezas (cómo no, pues no es otra que la Diosa Tierra). Pero para ello antes ha de "desencantarla", para lo cual ha de superar ciertas pruebas, como vencer al Dragón que la mantiene prisionera. La figura del Dragón, el Cuélebre, la Serpiente, es recurrente en las mitologías indoeuropeas para simbolizar el enemigo primordial, las fuerzas oscuras, el caos, que durante el invierno mantienen prisionera a la semilla, a la diosa, como Hades mantenía prisionera a Perséfone. También los gigantes primordiales suelen representar este papel, como Balor y Cronos. Para poner en marcha la vida, para que un nuevo ciclo comience, es necesario dar muerte al ser primordial. El pastor mata al cuélebre y rescata a la Mora. Pero la Mora suele imponeerle unas condiciones, unos tabús, que el debe cumplir si no quiere perderla. Muchos santos cristianos que tomaron atributos de los antiguos dioses solares aparecen enfrentándose al Dragón, que en la teología cristiana, al igual que en la pagana, también se asocia al Inframundo, a las fuerzas malignas. San Jorge o San Hadrián son prueba de ello.


Chivos expiatorios

En los ritos asociados al comienzo del verano que han sobrevivido cristianizados, podemos encontrarnos detalles que nos refieren a simulacros de sacrificios humanos. Me refiero a la quema de peleles, como el Tararu o el Xigantón asturianos (el tararu ha sido asociado con el dios Taranis, identificación reforzada por el hecho de que estos muñecos suelen portar una rueda, símbolo solar por excelencia, y un tambor, que podría asociarse al trueno), o como el "Juanillo" andaluz. A veces se llama al muñeco "el Diablo" o "el Judas". "Don Carnal" es un pelele asturiano que en Semana Santa es quemado en la hoguera o bien arrojado por un precipicio y representa los excesos cometidos durante los carnavales previos. Todos estos peleles son chivos expiatorios que arden llevándose con ellos nuestro pasado.

¿Son estos ritos del pelele reminiscencias de auténticos sacrificios humanos? Nos dice Julio César de los galos que "forman de mimbres entretegidos ídolos colosales, cuyos huecos rellenan de hombres vivos y pegando fuego a los mimbres, rodeados de las llamas rinden el alma". Según Estrabón, los pueblos del norte de la península ibérica sacrificaban anualmente a Ares, además de ciertos animales, prisioneros de guerra. Es probable que esta deidad guerrera, este "Ares" al que se refiere Estrabón, sea en realidad Taranis, dios a quien según Lucano los galos dedicaban sacrificios por medio de la hoguera (mientras que los otros dos métodos, el ahorcamiento y el ahogamiento, se utilizaban respectivamente para Esus y Teutates). Por cierto que según el propio Estrabón, los peblos del norte de Iberia "despeñan a los condenados a la pena de muerte y apedrean a los parricidas más allá de las montañas o de los ríos de sus territorios". Como hemos visto al "Don Carnal" de la romería asturiana también se lo despeñaba por un precipicio. ¿Se reservaban los prisioneros de guerra y los delincuentes para estos ritos lustrales del comienzo del verano? No es descabellado pensar que el rito anual de quema de prisioneros del que habla Estrabón se celebrase en las festividades que marcaban el comienzo del verano.

Podemos encontrarnos ritos análogos en el ámbito itálico: la romana ceremonia del Tíber del 15 de mayo, una festividad de purificación que se sucedía así: Una procesión presidida por los pontífices, los vestales, los praetores y la sacerdotisa de Júpiter vestida de luto, recogía, en cada una de las 27 capillas "argei", una estatuílla antropomorfa atada de pies y manos que representaba a un individuo con taras. Al llegar al Pons Sulpicius, se arrojaban al Tíber estos simulacros. Algunos autores antiguos suponen que originalmente eran ancianos terminales que se sacrificaban en épocas de grandes hambrunas, como la de 440 a. C. En época de Cicerón era común el dicho "[Tirar] desde el puente a los sexagenarios".

Ya nos dice Silio Itálico (III, 326-331) que "El cántabro [...] Cuando la inútil edad senil comienza a encanecerle, pone fin a sus años, ya no aptos para la guerra, envenenándose con el tejo [...] considerando un castigo vivir para la paz."

El concepto es el mismo en el rito romano y en el celta (por no hablar de las fechas): individuos tarados, imperfectos, ya sea física o moralmente, tarados, ancianos improductivos, prisioneros de guerra o delincuentes, son sacrificados por medio ya sea del agua o del fuego. Con ellos se van las "impurezas", los "pecados" del pueblo. El pueblo está entonces listo para afrontar el nuevo ciclo, purificado. Imposible no relacionar esto con la figura del rey y su destitución/sacrificio cuando aparecen en él taras o defectos, que le inabilitan para ser el mejor de los hombres. La llegada de males para el pueblo (hambrunas, catásrofes, etc) es achacada al hecho de que el rey carece ya del favor de los dioses. Ha de ser sustituido, "sacrificado". Lo que a día de hoy no estamos en condiciones de asegurar, es sin el sacrificio del rey fue alguna vez real, y no simulado, entre los celtas.

La importancia del ciclo cósmico en la mitología es universal. Podemos a modo de ejemplo citar la versión mesoamericana, condensada en el juego de pelota y el posterior sacrificio del capitán del equipo ganador; todo se basaba en el afán de mantener el orden cósmico y la renovación anual del ciclo solar.




Fuentes

Cencillo, L., "Historia sistémica de los dioses" (Ed. Fundación, Madrid 1998)

Diez de Velasco, F., "Introducción a la historia de las religiones" (3ª edición, Madrid, 2002)

Diviciaco, "Monte Aramo: La tierra sagrada de los Astures" (http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=797)

Milio Carrín, C. de, de "La creación del mundo, el héroe fundador y otros temas de la mitología asturiana" (http://www.geocities.com/mouguias)




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Comentarios

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  1. #1 giorgiodieffe 28 de nov. 2004

    Aladelta: la teoria de la diosa madre "monoteista" no es hundada sobre datos realisticos.

    Ahora no tengo el tiempo de traducir...pero, si puedes comprender, estas son las tesis contrarias a la existencia de una diosa madre unica :

    "James Mellaart, che scavò un sito chiamato Çatal Hüyük, in Asia Minore ritenne di aver trovato tracce di una fase matrifocale della civiltà e la lituana Marija Gimbutas, partendo dall’analisi di tali ritrovamenti, sviluppò l’ipotesi in questione, nel suo libro The Language of the Goddess (Il linguaggio della Dea). Secondo tale visione, nel Neolitico le popolazioni europee sarebbero vissute in pace, in una società egualitaria, nella quale le femmine anziane avrebbero ricoperto i ruoli più eminenti e la religione avrebbe previsto un pantheon dominato da una Grande Dea Madre. Immagini di questa dea (raffigurata spesso incinta) sarebbero state trovate in molti luoghi differenti (pensiamo alla “Venere di Willendorf” o alla “Veneretta di Macomer”). Tale civiltà sarebbe finita nel momento in cui sarebbe avvenuta una grande invasione di popoli indo-europei (kurgans), latori di una civiltà patriarcale e violenta. La nostra cultura sarebbe la discendente di quest’ultima. L’apice sarebbe stato raggiunto con la diffusione e il consolidamento del Cristianesimo, perché il paganesimo non avrebbe ancora del tutto estirpato la Dea madre, relegandola solamente in una posizione inferiore, nel nuovo Pantheon. A differenza della Vecchia Religione, la nuova, invece, avrebbe insegnato alla gente ad odiare il proprio corpo terreno, a disprezzare la Terra e ad usare indiscriminatamente gli altri esseri viventi non umani. Il processo di conversione al Cristianesimo sarebbe, però, stato molto lento: la caccia alle streghe avrebbe configurato l’ultima lotta contro la Vecchia Religione.

    La reazione del mondo accademico anglofono, negli ultimi vent’anni, è stata durissima, tanto che, oggi, l’ipotesi di una “civiltà della Dea” è rifiutata quasi generalmente. Le accuse rivolte alla Gimbutas sono quelle di essersi presa troppa libertà riguardo alle prove e di essersi lasciata trascinare dalla speculazione astratta. Non sono mancate, comunque, accuse ben peggiori: la storica Elizabeth Fox-Genovese, della Emory University, si è limitata a liquidare queste ipotesi, tacciandole d’“assurdità”. I più moderati, semplicemente, asseriscono che non possiamo conoscere quale sia il vero significato delle antichissime statuette femminili trovate e che non possiamo davvero sapere se le donne fossero sottomesse (Hutton) o la società del Neolitico fosse violenta o meno. Invece, altri studiosi, sulla base di nuovi indizi, la ipotizzano “società guerriera” (nonostante, fino a poco fa, anche l’opinione accademica prevalente fosse quella di una “società pacifica”): basti pensare ai ritrovamenti, in Belgio, di resti di fortificazioni risalenti al primo Neolitico, datate 5000 a.C. circa, che sono avvenuti per merito del prof. Lawrence H. Keeley dell’Università di Chicago. Non solo, i ritrovamenti archeologici, avvenuti tra il 1992 ed il 1995, nel sito di Pokrovka, nel Kazakhistan, da parte di un team guidato da Jeannine Davis-Kimball, direttore del Center for the Study of Eurasian Nomads, di Berkeley (California), avrebbero portato alla luce una società kurgan con contingenti di donne guerriere, accanto a contingenti di maschi, dimostrando la partecipazione attiva proprio di donne indoeuropee (dipinte come schiave dalla Gimbutas) nei conflitti armati. Contemporaneamente, anche nell’importante santuario maltese, creduto a lungo luogo di culto della Dea Madre, sono state trovate statuette maschili itifalliche, che farebbero crollare il precedente mito. La tendenza accademica più recente, quindi, pare essere quella che accredita un modello graduale, il quale propone una lenta e inevitabile transizione da un egualitarismo preistorico (nel quale le donne sarebbero state anche sciamani e guerriere, accanto ai maschi rivestenti identici ruoli) ad una società patriarcale: ipotesi già proposta nel 1972 dall’antropologa Sherry Ortner, della Columbia University e fortemente influenzata dal pensiero di Simone de Beauvoir. La transizione in questione sarebbe avvenuta perché la donna sarebbe stata legata dalla Natura stessa, in quanto attrice di prima fila nel processo riproduttivo, che la limitava grandemente. Senza adeguato sviluppo tecnologico, non avrebbe potuto essere altrimenti. Inoltre, la transizione da un tipo di società ad un altro non sarebbe avvenuta contemporaneamente, ovunque: mentre a Pokrovka le donne svolgevano ancora funzioni militari, ad Atene il patriarcato si era già consolidato".

    Note

    Marija Gimbutas, The Language of the Goddess, Harper & Row, San Francisco 1989. L’autrice è deceduta nel 1994.

    Fr. Lawrence Osborne, The Women Warriors, in “Lingua Franca”, Jan. 1998, p. 52. Articolo leggibile per intero in Internet, all’indirizzo web: http://www.studentworld.wmich.edu/org/ancientaltars/wwarriors.html.

    I neopagani sostengono che, per quanto riguarda l’era neolitica, solo di il 2 o 3% delle statuine ritrovate e delle diverse raffigurazioni si riferiscono a maschi. Al contrario, la specialista in mitologia germanica (ed islandese, in particolare) Lotte Motz (nel suo libro The Faces of the Goddess Oxford University Press, New York 1997) argomenta che “le immagini di uomini ed animali compaiono nella stessa percentuale di quelle femminili”. Inoltre, numerosi accademici non ritengono che le immagini femminili citate siano definibili come iconografie necessariamente riferite ad una divinità (cfr. Ronald Hutton, The Pagan Religions of the Ancient British Isles: Their Nature and Legacy, Blackwell, Oxford 1991, p. 4.

    Lawrence H. Keeley, War Before Civilization: The Myth of the Peaceful Savage, Oxford University Press, New York 1996, pp. vii-viii.

    Archaeology magazine, gennaio 1997.

    Viviano Domenica, La Dea madre sta diventando maschio, dal “Corriere della Sera” del 5/5/96: “Il trono della Dea Madre sta traballando. Da almeno un secolo gli antropologi hanno ipotizzato che durante alcune fasi della preistoria vi sia stato un vero e proprio culto universale della Dea Madre, espressione di un'altrettanto ipotetica fase matriarcale della civiltà. Dopo un certo successo iniziale, l'ipotesi perse poi un po' del suo smalto, ma in anni recenti è stata riproposta con forza dall'ala femminista degli studiosi americani di preistoria. Ora, però, una nuova ventata critica soffia sul presunto culto della Dea Madre e le contestazioni più acute vengono proprio da Malta, l'isola finora considerata una delle principali sedi di questa religione grazie, soprattutto, alle statue di pietra (ritenute raffigurazioni della Dea) rinvenute nei grandi templi megalitici realizzati fra il 3600 e il 2500 avanti Cristo. Sculture di straordinaria bellezza formale, raffiguranti corpi prosperosi e rotondi, che ora vengono sospettate di non rappresentare affatto una divinità femminile ma, piuttosto, antenati «vestiti» di forme evocanti la fecondità e la vita. Insomma, espressioni di un più complesso concetto di fecondità emanata da antenati la cui specifica identità sessuale appare secondaria al ruolo a essi attribuito. Che in quelle statue vi fosse qualcosa di inesplicabile gli archeologi lo avevano notato da tempo e indicavano due aspetti singolari: 1) le loro forme sono chiaramente femminili, ma non mostrano seni voluminosi che ci si aspetterebbe in una Dea così florida; 2) quasi tutte hanno un foro alla base del collo per applicarvi una testa che quindi poteva essere sostituita o, quantomeno, collocata e poi rimossa. Caratteristica, questa, che male si adatta alla sacralità di un simulacro divino e appare invece più compatibile con l'idea di antenati le cui teste-ritratto potevano di volta in volta «interpretare» la fecondità di una stirpe e legittimare il potere dei discendenti. A mettere definitivamente in discussione l'identità di quelle grasse figure è una piccola scultura di pietra, scoperta nel 1991, che rappresenta due individui di cui uno tiene fra le mani una terza figuretta (identica alle due più grandi), mentre il secondo regge una coppa. Un'immagine che suggerisce l'idea di un «gruppo di famiglia» in cui però non sono evidenziati i caratteri sessuali dei singoli individui: tutti, hanno la stessa obesità delle cosiddette Dee Madri e come queste mostrano un seno che sembra un accumulo di adipe piuttosto che un carattere femminile. Il «gruppo» venne rinvenuto in una caverna-ossario individuata in prossimità di un tempio megalitico e scavata da un'équipe di archeologi diretta da Anthony Bonanno, C. Malone, T, Gouder, S. Stoddart e D. Trump. Dopo anni di permanenza nei magazzini del museo archeologico di Malta, l'oggetto è stato esposto recentemente in una mostra sull'arte preistorica maltese realizzata a Gozo da Anthony Pace per conto della Fondazzjoni Patrimonju Malti. Mostra che il prossimo giugno arriverà a Firenze, dove rimarrà per circa un mese. «Questa ventata critica nei confronti del presunto culto della Dea Madre è salutare perché ci spinge a una lettura più attenta dei materiali rinvenuti e della stessa funzione dei templi - spiega Anthony Bonanno-. L'etichetta di "Dee della fecondità", infatti, aveva finito per immobilizzare la ricerca in uno stereotipo onnicomprensivo e nello stesso tempo vuoto. Purtroppo ci troviamo davanti alla difficoltà rappresentata dal fatto che la maggior parte dei templi vennero scavati in anni in cui non si applicavano metodi scientifici e gran parte delle informazioni è andata perduta. Per questo motivo stiamo riesaminando tutti i vecchi documenti disponibili per tentare almeno di capire da quali settori dei templi provengono i diversi materiali archeologici che ci sono pervenuti. La comprensione dei rapporti spaziali tra i manufatti e gli edifici potrebbe rivelarsi preziosa per spigare la funzione dei templi, i riti che vi si svolgevano e l'organizzazione sociale». Nonostante le difficoltà, comunque, archeologi e antropologi continuato a lavorare e oggi i templi fanno intravedere una società organizzata secondo un sistema gli specialisti definiscono «chiefdom«, termine col quale si indica una società organizzata in gruppi umani nei quali gli appartenenti a ciascun gruppo si riconoscono discendenti da antenati comuni. In questo tipo di società non sono presenti le stratificazioni sociali dovute al censo, ma vi compaiono le divisioni di rango determinate dalla nascita e quindi dal «valore« di specifici antenati. In ambito maltese ciascun complesso templare (finora ne sono stati individuati una ventina) potrebbe essere stato il centro di culto degli antenati di uno specifico gruppo umano e il centro «amministrativo» del territorio controllato. Diversi esempi etnografici (soprattutto negli arcipelaghi della Polinesia) dimostrano che i «chiefdom» precedono una fase in cui uno dei gruppi estende la propria influenza sugli altri e finisce per creare un'organizzazione tipo statale. A Malta si è notato che alcuni templi hanno nelle vicinanze una caverna-sepolcreto dove nei secoli vennero sepolti migliaia di corpi. Ciò fa ipotizzare che siano tombe comuni dei singoli gruppi; tombe collettive che paiono «pozzi genealogici« dai quali emanava la forza che sosteneva i vivi e si manifestava attraverso i simulacri degli antenati collocati nei templi. In questa visione del mondo, evidentemente, la statua dell'antenato (maschio o femmina che fosse) doveva rappresentare la forza vitale; per questo le forme femminili dovettero sembrare più adatte allo scopo; salvo poi circondare queste splendide ambiguità con tante steli falliche, in rappresentanza del principio maschile”.

    Nel 1972, Ortner pubblicò un saggio sulla rivista “Feminist Studies”, intitolato "Is Female to Male as Nature Is to Culture?".

  2. #2 aladelta 01 de dic. 2004

    Muy interesante el tema de los inuit.

    De todas maneras no podemos pensar que en ninguna sociedad actual, incluidas las sociedades que viven como de manera parecida a nuestros antepasados paleolíticos y mesolíticos, mantengan de manera inamovible y sin evolución parte de sus ritos. Desde luego que la humanidad a lo largo de su historia y en cada pueblo ha ido enriqueciendo y transformando sus creencias.

    Curiosamente, lo que acabo de leer de los inuit, que precisamente es uno de los pueblos que más han conservado sus propios ritos durante siglos, la figura de Sedna no parece tan primordial.

    Sin embargo también es curioso que, por ejemplo, entre los aborigenes australianos, en uno de sus mitos, la Diosa Madre o mejor dicho "la madre serpiente" ¿¡otra vez la serpiente!?, esta divinidad ancestral es la personificación de la fertilidad, la diosa de la lluvia y tiene poderes para dar vida. Según cuenta la leyenda,

    "al principio la Tierra era un espacio vacío y llano, en cuyo interior descansaba la «Gran Madre Serpiente» que permaneció en un profundo sueño durante muchísimo tiempo. Repentinamente se despertó y reptó por el interior de la Tierra hasta llegar a la desierta superficie. Comenzó a recorrer la Tierra y, a medida que avanzaba, tal era su poder, que provocó una gran lluvia, formándose lagos, ríos y pozos de agua. Cada sitio que visitó lo nutrió con la leche de sus pechos rebosantes, haciéndolo fértil y una frondosa vegetación creció en la Tierra antes yerma. Grandes árboles con frutos de muchos colores y formas brotaron de la tierra.

    La diosa introdujo su nariz en el suelo, levantando cadenas montañosas y abriendo profundos valles, mientras que otras partes las dejó lisas y desiertas. La «Madre Serpiente» regresó entonces a la Tierra y despertó a los animales, a los reptiles y a los pájaros que poblaron por vez primera la Tierra, y finalmente creó a los peces. Por último, según cuenta la leyenda, la diosa extrajo de las entrañas de la propia Tierra a la última de las criaturas, el ser humano."
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    Más arriba comenta que entre los aborigenes existe la creencia de un dios arecido al cristiano...curioso.

    ¿estamos viendo un ejemplo de influencia exterior en este cambio de concepción?

    También es curioso esa analogia Diosa creadora, serpiente, sabiduría, entre culturas tan lejanas como las australianas, africanas, americanas y europeas...


    http://www.cervantesvirtual.com/historia/TH/cosmogonia_australiana.shtml

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