Autor: Edward Harris
jueves, 19 de noviembre de 2015
Sección: Noticias
Información publicada por: Silberius
Mostrado 35.944 veces.


Ir a los comentarios

Edward Harris: Es imposible falsificar los 400 grafitos de Iruña-Veleia

Carta publicada en el Diario Gara, donde Harris pide que se rehabilite a Eliseo Gil y al resto de los arqueólogos de Iruña-Veleia.

Aunque no pretendo entender todas las cuestiones relacionadas con los grafitos de Iruña-Veleia, según he podido comprobar, este asunto no ha podido ser peor gestionado por las autoridades. Dichas actuaciones, tan nefastas, han dado como resultado la difamación y la calumnia hacia varios arqueólogos excavadores muy profesionales.

Uno no necesita ser arqueólogo para aceptar que estos objetos arqueológicos son auténticos, ya que los argumentos para declararlos falsos desafían toda lógica y entendimiento de las circunstancias en las que los falsificadores normales actúan, por no hablar de la total ausencia de beneficio económico o de otra índole que supuestamente debería reportar a los arqueólogos que presuntamente crearon estas 400 «piezas maestras» de grafitos antiguos.

El asunto es una absoluta desgracia para la profesión de la arqueología en el País Vasco, en España, y, ciertamente, en Europa. Debe encontrarse la manera de rehabilitar a Eliseo Gil Zubillaga, Idoia Filloy y cualesquiera otros arqueólogos que hayan sido manchados con la repugnante acusación de ser unos falsificadores, no habiendo ninguna razón o motivación concebible para que ellos llevaran a cabo un fraude tan masivo hacia la comunidad arqueológica y ciertamente hacia el mundo en general.

La difamación de esas personas no tiene precedentes en la arqueología, y uno se aventuraría a afirmar que nunca ha llegado a tal nivel hacia ningún arqueólogo excavador vivo o en la memoria registrada, especialmente en el periodo moderno, comenzando en la década de 1960, cuando el método estratigráfico salió a la luz como el método científico esencial para las excavaciones arqueológicas, un proceso que se aceleró hacia el final de la década de 1970 con la publicación de “Principios de Estratigrafía Arqueológica” en 1979, métodos a los que se adhirieron Gil y Filloy en su trabajo.

El hecho científico es que la estratificación, como escribió en una ocasión el gran geólogo Charles Lyell, es un registro objetivo del pasado, un «testigo no intencionado» del pasado, y, si se ha excavado correctamente en un yacimiento arqueológico, el arqueólogo recuperará su secuencia estratigráfica, que es el registro objetivo (no tocado por manos humanas) de cada yacimiento arqueológico, su ADN, podría decirse.

Uno hubiera pensado que para hacer una falsificación plena y completa los arqueólogos deberían también falsificar o fabricar igualmente el registro estratigráfico del lugar, pero en el caso de Iruña-Veleia, parece que hicieron un trabajo muy bueno de recuperar ese registro objetivo, esa secuencia estratigráfica objetiva, contra la cual todos los análisis posteriores del sitio y de los restos que contiene deben realizarse.

Puesto que Gil y Filloy han recuperado las secuencias estratigráficas de sus diversas zanjas en Iruña-Veleia, de ello se sigue que, si afirman que las «falsificaciones» fueron encontradas en tales y tales posiciones en las secuencias, los objetos son «verdaderos», auténticos y datables en relación a la secuencia estratigráfica y otros objetos y evidencias físicas encontradas en el lugar. Sugerir otra cosa, considerando los aproximadamente 400 objetos con grafitos encontrados, sería sugerir un fraude que habría tenido que incluir a todas las personas en el lugar, desde los excavadores de nivel más bajo en las zanjas, hasta el personal y los conservadores en los laboratorios y oficinas, y de hecho cualquiera que hubiera descubierto o por cuyas manos hubieran pasado posteriormente estos objetos.

En cuanto a la extraordinaria variedad de habilidades y conocimientos que serían necesarios para producir las 400 «falsificaciones» tal como se comentan, los arqueólogos de Iruña-Veleia deberían ser de los más destacados genios en la arqueología moderna y deberían darles las mejores cátedras universitarias en su tierra, en vez de ser expulsados de la profesión por aquellos cuya motivación escapa a la imaginación.

* Carta enviada por Edward Harris para su publicación a Euskeraren Jatorria Elkartea.


Más informacióen en: http://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2015-11-18/hemeroteca_articles/es-imposible-falsificar-los-400-grafitos-de-iruna-veleia


No hay imágenes relacionadas.

Comentarios

Tijera Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.


  1. #1 arambolberri 16 de sep. 2016




    Leo en Ama-Ata que en el Capítulo del
    Santo Oficio Alavés que juzgó al reo Gil por "Vasconizante",
    se encontraba el arqueólogo Agustín Azkárate. Que pena, tenía
    mejor opinión de él que todo eso.





    Azkárate es uno de los principales
    excavadores de yacimientos de los siglos oscuros en el PV. Excavó
    las necrópolis de Aldaieta en Álava, Buzaga en Navarra y otras, y
    siempre ha sido extremadamente cuidadoso con sus conclusiones.





    Según él, a tenor de esos hallazgos,
    tanto por las características de los enterramientos como de los
    ajuares encontrados, estos se diferencian de los de la meseta y se
    parecen a los de allende los Pirineos (es decir, no son visigodos,
    pero eso ya lo sabíamos) y por describirlos de alguna forma los
    llama de “Tipo Merovingio".( O sea que en esa época el PV
    estaba más relacionado con lo había al otro lado de los Pirineos
    que con lo que había al sur del Ebro, pero eso, también, ya lo
    sabíamos).





    El yacimiento de Finaga (en Basauri,
    Bizkaia), al pie de un castro prerromano, y que también fue excavado
    por Azkárate, consistiendo de una necrópolis, primero de
    incineración y luego, con la cristianización del castro, de
    enterramiento (similar a la necrópolis de Ranes, en Ziérbena,
    aunque esta no ha sido excavada) y que se extiende del siglo IV AC al
    siglo XIII DC, acompañada de los restos de un edificio de época
    bajoimperial, luego adaptado a usos religiosos cristianos y que
    coincide, mas o menos, en tamaño y localización con la moderna
    ermita (S. XVIII). Estamos hablando de un uso funerario-religioso de
    un espacio concreto que se extiende durante veinticuatro siglos hasta
    nuestros días, y a mí, eso, me esta hablando de continuidad
    poblacional, porque cuando hay una sustitución efectiva de población
    en un área concreta, lo primero que se suelen abandonar son los
    recintos funerarios. En los caseríos que rodean el yacimiento se
    sigue hablado euskera, así que……





    Todas estas cosas casan muy mal con esa
    infame teoría de la “Vasconización tardía,” que tanto
    seguimiento esta teniendo en según que discursos políticos.





    En su “La Arqueología y los
    Intereses Historiográficos,” aparecen las siguientes reflexiones:





    “Nos parece, pues, interesante
    aprovechar esta ocasión y este foro para plantear algunas
    reflexiones críticas sobre la arqueología y sus implicaciones en la
    generación de conocimiento histórico, porque nos parece que
    determinadas concepciones historiográficas y el predominio absoluto
    del empirismo han secuestrado las posibilidades hermenéuticas de
    nuestra disciplina durante muchísimo tiempo. Esta concepción
    utilitarista de la arqueología –mera ilustradora gráfica,
    frecuentemente, de las reconstrucciones históricas de procedencia
    documental-, ha conducido tradicionalmente a que se recurriera a ella
    para “demostrar” o para “ilustrar” un discurso histórico en
    cuya elaboración intervenían únicamente, el conocimiento
    archivístico o la pura erudición bibliográfica.”………..”Se
    trata en definitiva de que los datos arqueológicos sirvan “para
    sostener determinadas interpretaciones.””





    ”Existen, sin embargo, quienes
    parecen empeñados en condenar a la arqueología a su eterna
    condición de disciplina meramente auxiliar. Un buen colega y amigo
    nuestro dedicado a la historia medieval nos comentaba recientemente
    que los arqueólogos debíamos ser como unos buenos paleógrafos,
    capaces de transcribir la documentación y editarla convenientemente.
    Por desgracia es esta una opinión muy extendida entre los
    historiadores y refleja una radical incomprensión de lo que debe ser
    la disciplina arqueológica, concebida –insistimos- en su vertiente
    únicamente arqueográfica, aunque el problema tiene en realidad
    mucho más calada y unas repercusiones historiográficas mucho más
    graves.”





    “Los datos arqueológicos servían
    pues, en primera instancia para alimentar y reforzar determinados
    puntos de vista, aunque posteriormente estos últimos –convertidos
    en modelos teóricos y marcos interpretativos- iban a condicionar los
    resultados de las investigaciones de los propios arqueólogos.
    Extraño feedback, sin duda.”





    Cuando los restos arqueológicos no
    coinciden con según que discurso histórico, entonces estos se
    declaran falsos. El problema que tuvo Azkárate con haberse sumado a
    dicho Capítulo, es que tiró por tierra en un momento todas sus
    consideraciones previas, tanto sobre la práctica de la arqueología,
    como sobre las conclusiones históricas que había extraído de sus
    hallazgos arqueológicos.





    A Azkárate, como a Gorrochategui, esta
    más o menos claro, les convino estar a buenas y no llevar la
    contraria a según que personas. A mí que no me cuente que él, que
    había excavado en Álava, no se había dado cuenta que el yacimiento
    de Iruña se estaba excavando profesionalmente y con su adecuada
    estratigrafía. Como supongo que tampoco se ha dado cuenta que Núñez
    estaba excavando con excavadoras.


    Yo no lo puedo evitar, pero me da la
    impresión que todo esto, al menos dentro de lo académico en
    Vitoria, ha sido un “Todos firmes” y un “Aquí no chista
    nadie,” pero por parte de ciertos políticos, porque estos
    hallazgos se escapaban a según que discurso histórico-político.





    La actitud de Luís Silgo y su
    oposición a la "verdad oficial" es ciertamente digna de
    elogio, pero también hay que reconocer que de Valencia a Vitoria hay
    una buena cantidad de kilómetros.........








    Al Sr. Van Driesche: He intentado
    publicar este post en Ama-Ata innumerables veces y no hay manera de
    hacerlo. ¿Se están censurando los posts en ese blog?, y en caso de
    que fuera así, ¿A quién interesaría esa censura?

  2. Hay 1 comentarios.
    1

Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.

Volver arriba